Disclaimer los personajes no son míos y no gano nada con esto, solamente lo hago para divertirme.
SPOLIERS SEXTO LIBRO
Harry miraba fijamente a su Némesis que se mostraba francamente sorprendido por el aguante del niño que vivió. Siempre pensó que Harry sería como un objeto más o menos molesto del que poder librarse cuando ya no lo necesitara. Le había sorprendido claramente su habilidad par vencerlo cuando tenía solo un año, pero siempre achacó ese poder al sacrificio de la sangre sucia de su madre. Ahora casi 18 años después era consciente de que el poder de Potter era real y peligroso.
Sonrió para si mismo, había hecho bien entonces en recuperar el trozo de alma oculto en él, ese trozo era más fuerte que el resto, pues había esto acumulando poder a través de Harry todos estos años, y el idiota de Potter no lo sabía. El lord había penetrado sin dificultad en la mente del joven y sintió el miedo del mismo, pero un miedo direccionado no con su enfrentamiento sino a lo que tenía pensado hacer después. Era tan gryffindor.
Voldemort volvió a atacar al joven y este se curvó cuando recibió un cruciatus, era duro y rápido pero no lo suficiente como para vencer a un mago que luchaba dentro de su mente. El Lord ahogó una sonrisa y levantó la vista para observar a dos figuras que llegaban corriendo.
-Vas a tener ayuda Potter- le siseó Voldemort.
Harry no se inmutó, ni siquiera quiso mirar quienes eran las dos figuras que ajenas al peligro decidían irrumpir en medio de todo aquello. Intuyó que Voldemort había bajado la guardia en aquel momento, y para Harry eso era lo único que importaba. Levantó su varita sabiendo que lo que iba a hacer no lo olvidaría mientras viviera, y sin dudar ni un minuto canalizó todo su odio hacia la misma.
- Adava kedabra.
El lord lo escuchó pero ya era demasiado tarde, y un rayo de luz verde lo cegó. Una última mirada al joven que lo había vencido y cayó al suelo. Harry bajó entonces la varita, totalmente horrorizado por lo que acaba de hacer. Miró sus manos que ahora podía decir que si estaban manchadas de sangre aunque no lo fuera realmente y con una frialdad impropia de él apuntó con su varita hacia su propio cuerpo.
- Ya no eres el último horcurx- oyó la voz suave de Hermione cerca de su oído.
- No me mientas, sabes que es lo que debo hacer- le respondió sin mirar si quiera a sus amigos- Debéis iros, esto será más fácil para mi.
- Voldemort tomó el trozo de alma guardado en ti en el cementerio- le explicó Hermione- Debía pensar que era el más fuerte. Beatrix me lo dijo.
- Harry amigo, estás vivo, has acabado con él- intervino su amigo-Volvamos.
Harry miró a sus amigos, quería sonreír pero no podía, su cuerpo había superado todos los límites posibles y estaba agotado. Los miró una vez más y entregándose a un cansancio agotador, cerró los ojos y se desplomó.
La luz le molestaba y su cuerpo le dolía como si hubiera estado entumecido durante días. Abrió lentamente los ojos y se sorprendió de encontrar a Hermione dormida con su hija en brazos en un sofá al lado de la cama. Sonrió ante la tierna imagen e intentó moverse sin despertarla. Sus ojos se desplazaron entonces al otro lado de la cama donde dos cabelleras pelirrojas lo miraban alegres.
- Has despertado- exclamó su amigo andando hacia él.
- Creo que sí- le respondió Harry abrazando también a su amigo.
- Has estado durmiendo durante más de una semana- le explicó Ginny que ya se acercaba a la cama de su amigo-Los médicos dijeron que estabas agotado, física y mágicamente.
Harry sonrió y tomó a la pelirroja del brazo y pidiéndole a Ron permiso con la mirada besó a Ginny que sonriendo tímidamente se dejó hacer.
- Que poca vergüenza, hay menores delante- los interrumpió Hermione.
Los cuatro amigos rieron abiertamente mientras la pequeña Elieen gorgojeaba en brazos de su madre. Quizás fueron los pocos momentos en que pudieron reír, porque Harry tenía que estar al corriente de todos los sucesos que habían ocurrido y estos eran todo menos alegres. Todos habían tenido perdidas en aquella guerra, Charlie el mayor de los Weasly había muerto protegiendo a su madre y cuñada, el profesorado en Hogwarts había sido mermado, Sprout, Flich eran solo algunos de los caídos, Hagrid se recuperaba en San Mungo de las heridas recibidas, aunque su hermano el gigante no había corrido tanta suerte. Muchos aurores habían muerto en aquella noche, y el ministerio había cambiado sutilmente su organización, Moody o Dedalus Diggle habían muerto aunque para ellos, esta guerra ya era el final. La pregunta tardó en salir de los labios de Harry pero la suerte corrida por Luna y Neville era algo que le preocupaba en exceso. Hermione sonrió tristemente, y le explicó que habían sobrevivido, de algún modo incomprensible para todos los conocedores de artes oscuras no tenían secuelas visibles, aunque sí se notaba que ambos habían experimentado algo para lo que no estaban preparados. Había momentos en que ambos se sumergían en un triste silencio como si estuvieran recordando otros momentos, otros sucesos.
Harry escuchó todas las noticias impertérrito, no sabía que podía o debía hacer.
-¿Y Snape?- preguntó de pronto.
- Será juzgado mañana junto a Draco- explicó Ron – Los padres de Draco murieron, pero Draco al igual que Severus luchó de nuestro bando.
-Tendrán un juicio justo, pero Severus lo lleva mal. Será juzgado no sólo por su pertenencia a los seguidores de Voldemort sino también por asesinar al director.
Harry miró a Hermione que había permanecido callada mientras miraba a su hija tiernamente.
- Mis cosas¿Dónde están mis cosas?- preguntó recordando algo inesperadamente.
Ron le acercó la bolsa que los del hospital le habían dado el primer día que llegaron. Harry empezó a rebuscar en ellas y sacó un pergamino amarillento. Miró a todos una vez más y sonriendo comenzó a leer.
"Sé que nadie entenderá porque lo hice, y quizás ni yo mismo lo entiendo pero sé que es lo correcto y eso es a fin de cuentas es lo que vale. Se me concedió una vida larga y dichosa y me consta que la disfruté, quizás debería haber hecho cosas que no hice y no debería haber hecho otras que si hice, pero eso lo veo hoy, con mi última mirada atrás, la mirada de mi experiencia. Hace años confié en Severus Snape, confié en su palabra y en su inocencia y hoy me sigo reiterando en esa confianza. Ha sido un hijo para mi, y como padre le he dejado la peor de las herencias el cargar con la culpa de mi muerte, porque es así Severus me asesinará esta noche. Os preguntareis porque lo sé, lo sé porque yo mismo se lo he ordenado. Voldemort me hirió la noche de su ataque al ministerio, y ninguno de los cuidados a los que fui sometido va a cambiar eso, mi muerte se acerca a mi, como un final al que no puedo eludir. Me queda una semana quizás dos, y después todo se habrá acabado. ¿Por qué acelerarlo? Porque ya no tengo nada que esperar, lamento no poder disfrutar de más tiempo con las personas a las que amo, pero sé que si obligo a Severus a adelantar algo que simplemente va a ocurrir le otorgaré una oportunidad a Draco Malfoy el encargado real de matarme y también a Harry, que contará con un aliado inesperado en las filas de Voldemort, el propio Severus. Sólo tiene un fallo mi teoría, Severus será un traidor para todos vosotros, aunque eso lo habrá convertido en leal aliado de las sombras. Supongo que Severus os habrá entregado esta carta. Severus es inocente. No lo culpéis de algo con lo que tendrá que vivir el resto de su vida porque aunque no lo creáis él también me quería como a un padre.
Albus Dumbledore"
Harry leyó primero la carta para sí mismo, y después la leyó en alto, intentando seguir ante los sollozos de Hermione.
- El ministerio no nos recibirá – le dijo Ron.
- A vosotros no, pero a mi si- respondió Harry.
- Pero no te han dado el alta- añadió Hermione.
- Pues entonces tendremos que buscar una forma de escapar de aquí- concluyó Harry levantándose para empezar a vestirse.
Nadie se sorprendió de ver a una jovencita de ojos castaños y cabellera morena empujando una camilla con un cadáver, todos estaban demasiado ocupados para prestarle atención aunque si quizás lo hubieran hecho se darían de cuenta de cómo temblaba nerviosamente. Detrás dos pelirrojos la acompañaban derrotados, ante lo que parecía la muerte de un familiar muy cercano. Harry por su parte permanecía tumbado bajo la camilla, cubierto con la sábana tan tieso como un verdadero cadáver intentando permanecer lo más quieto posible. Elieen por su parte dormía acurrucada contra él y tanto su padrino como su madre cruzaban los dedos esperando que la pequeña no se despertara delatando con su normalmente sonoro llanto su presencia.
Un médico los miró suspicazmente, a Hermione y la camilla donde reposaba Harry.
- Disculpe enfermera-preguntó inseguro sabiendo que en los últimos días habían incorporado una gran cantidad de personal que no conocía- ¿Quién ha fallecido?
Hermione levantó su vista e intentando ocultar el nerviosismo que sentía respondiendo con total aplomo.
-El Señor Wilson, doctor-.
El médico se dirigió hacia la camilla dispuesto a levantar la sábana que cubría el cadáver. Pero Ginny lo interceptó antes de tiempo.
- Por favor, es mi padre, déjelo descansar en paz- empezó con lágrimas en los ojos. –Su muerte ha sido demasiado dura, no queremos verlo de nuevo.
El joven médico se enterneció ante las tristes palabras de la joven, y dándole su pésame continuó su camino. Hermione comenzó a andar de nuevo soltando el aire que había estado aguantando hasta entonces. Los Weasly se volvieron a colocar tras la camilla y llorando copiosamente continuaron caminando.
Llegaron al depósito de cadáveres donde cientos de cuerpos se apilaban, algunos esperando ser identificados, otros esperando a que sus familiares los reclamaran… Hermione destapó a Harry y tomó a su hija en brazos, Ginny y Ron por su parte ayudaron a Harry a levantarse, el niño que vivió y vivió como le llamaba ahora la prensa aún se encontraba bastante débil.
- No tenemos tiempo que perder- susurró débilmente.
- Pero tenemos que ir de algún modo- le dijo Ron.
- Hermione y su hija se aparecerán juntas, tú te aparecerás con tu hermana y yo iré solo- le explicó Harry.
- No tienes suficientes fuerzas- le interrumpió Ginny
- Pues voy a tener que tenerlas- sonrió Harry- Será peor que tú te aparezcas con Ron, no es muy bueno en estas lides.
Los cuatro amigos rieron abiertamente la pequeña broma de Harry que ayudaba de algún modo a relajar el ambiente. El propio Potter fue el primero en desaparecer, seguido de Hermione y la pequeña y finalmente un nervioso Ron que dudaba que las palabras de Harry pudieran ser solo una broma.
Hermione se apareció con su hija en brazos, tan cerca del ministerio como ella recordaba, un pequeño vistazo alrededor le hizo ver que estaba sola sin rastro del niño que vivió, pensó si quizás habían elegido zonas distintas para llegas. Un ruido a sus espaldas la hizo entonces girarse asustada para comprobar que Ron y su hermana se aparecían a pocos metros de ella. Se les acercó lentamente.
-No veo a Harry por ningún lado-les dijo
-Pero salió antes que nosotros- respondió Ron mirando ahora a su alrededor.
Ginny también se veía visiblemente nerviosa, y su mirada recorría cada rincón de la pared de atrás del ministerio. Entonces lo vio, una sombra se apoyaba en la pared respirando entrecortadamente.
- Harry- gritó la pequeña de los Weasly.
Los tres amigos se dirigieron corriendo hasta allí y con cuidado ayudaron a Harry a sentarse. El joven se veía visiblemente cansado.
-Estoy bien chicos, sigamos- les dijo incorporándose lentamente.
-Harry estás agotado- le increpó Hermione visiblemente preocupada.
-Mi conciencia no me dejara descansar si no hago esto- le explicó- Cuanto antes acabe antes me podré ir.
Hermione no insistió más simplemente besó a su amigo tiernamente en la frente y los cuatro se dirigieron hacia la puerta del ministerio. Harry era ayudado por Ron que tras pasar un brazo por debajo del hombro de su amigo lo empujaba hacia la cabina que hacia de entrada.
Hermione tecleó en el teléfono el número adecuado para entrar en el ministerio, todavía visiblemente preocupada por el estado del niño que vivió. Un ruido siguió al último número y cuando quisieron ser conscientes de lo que sucedía, los cuatro amigos empezaron a descender como si estuvieran en un ascensor.
Llegaron al último piso y un estremecimiento los recorrió a todos, recordaban la última vez que habían estado allí. Harry pudo ver por un momento la imagen del director enfrentándose a Voldemort mientas este maldecía por lo bajo. La joven prefecta observó como los pasos de su amigo se hacían entonces más lentos, luchando no sólo con su mal estado físico sino también contra sus recuerdos.
-Buenos días- comenzó Hermione al joven que la miraba desde el otro lado del mostrador- Necesitamos ver al ministro de magia, es muy importante.
El joven la miró como si estuviera siendo víctima de una broma.
- Creo que el ministro no podrá atenderos- le respondió mientras se reía con el compañero que tenía al lado.
- Es muy importante, necesitamos hablar con él- siguió la joven poniéndose más nerviosa.
- Oiga-intervino Ginny- Es necesario que lo veamos ahora.
El joven volvió a reír, como si realmente todo aquello le hiciera mucha gracia.
-Mira nosotros no tenemos tiempo para unos chiquillos como vosotros- interrumpió el compañero del primer joven-Pero desde luego el ministro aún menos.
- ¿Usted cree?- le preguntó fríamente Harry mientras se acercaba al mostrador dejando claramente visible la cicatriz que aún poseía en al frente.
- Sr.Potter- comenzó uno de los porteros- Yo… sentimos esto, el ministro será avisado ahora mismo.
Harry solo sonrío, observando como solo su presencia ponía en alerta a todo el ministerio. No tardaron en ser recibidos por el jefe de la oficina de aurores que educadamente los trasladó al despacho del ministro donde podrían esperar a la llegada del mismo.
Harry se sentó tan pronto como entraron en el despacho, su cuerpo le estaba pasando factura por los excesos cometidos en la batalla final. El jefe de aurores le sonrió tímidamente y conjuró varias sillas para que sus amigos también pudieran sentarse.
- Si puedo ayudarle en algo. El ministro no tardará pero…- empezó solicito.
El joven Potter casi sonrió ante la situación que se desarrollaba delante de él donde un hombre hecho y derecho rendía pleitesía a un joven león recién graduado.
-No se preocupe, nuestros problemas los trataremos con el Ministro directamente- sonrió.
El hombre forzó una sonrisa y pacientemente se sentó a esperar la llegada del máximo mandatario del ministerio de magia. El nuevo y flamante ministro no se hizo esperar y con una cálida sonrisa acudió a saludar al niño que vivió y vivió.
-Señor Potter todo un honor para nosotros contar con usted aquí- saludó- pero si hubiera avisado le habríamos ido a buscar al hospital.¿Qué le trae por aquí?
- No se preocupe Señor Ministro- le sonrió Harry- Sé que está muy ocupado, y en otras condiciones no habría venido pero esto ha llegado a mis manos y creo que usted debería verlo.
Harry tendió entonces la carta al ministro que la miró desconfiado. La abrió lentamente y comenzó a leer, sus ojos pasaban del papel al joven que se sentaba delante de él. Se la pasó entonces al primer hombre que permanecía allí, callado y silencioso. Ambos se miraron y el ministro asintió levemente con la cabeza y se giró hacia los jóvenes.
-Vamos a comprobar que es auténtica- le explicó.
Los jóvenes observaron como los dos hombres se retiraban hacia una mesa que había más atrás donde colocaron cuidadosamente la carta. Tanto el ministro como el jefe de la oficina de aurores lanzaron varios hechizos contra la carta, uno tras otro sin ni siquiera pararse a pensarlo, o eso pensaban los jóvenes.
El ministro se giró y le sonrió al joven gryffindor.
-Es auténtica, no se preocupe Sr. Potter esta carta exonerara a su ex – profesor- le explicó-. Creo Sr.Potter que no deja de sorprenderme. ¿Puedo saber porque lo hace?
- Entenderá que las razones que me llevan a hacer esto son personales- le sonrió al ministro- Pero no sería ético ocultar esta carta independientemente de las situaciones que hayamos vivido anteriormente.
- Creo que ha madurado profundamente – siguió el ministro aceptando la explicación del joven- Si necesita algo más, antes de que vaya a liberar a su ex – profesor.
- ¿Podría darnos un apartado para mi amiga y su pequeña?- pidió tímidamente- Ya sabe para que pueda darle de comer.
El ministro asintió levemente y con una ligera inclinación de cabeza indicó al jefe de aurores para que acompañara a los chicos, mientras él se dirigía hacia la sala de juicios con la carta en la mano.
El auror los acompañó hasta una amplia sala, donde tras preguntar si necesitaban algo se disculpó antes de dejarlos allí. Ron y Ginny observaron las miradas de complicidad entre el niño que vivió y la prefecta de Gryffindor.
- Estaremos fuera esperando- dijo Ron.
- Pero… no molestáis- le dijo Hermione.
-Vamos queréis hablar, es normal-le sonrió la pelirroja- Estaremos fuera, de verdad no pasa nada.
Harry y Hermione los vieron salir con una ligera sonrisa en sus labios.
-Parecemos una pareja buscando intimidad- dijo Harry.
- ¿Por qué?-le preguntó llanamente Hermione.
Harry miró a su amiga, a la seria y responsable Hermione que sentada sobre una silla y con su hija en brazos lo miraba entre emocionada y preocupada.
- No puedo borrar de un plumazo los seis horribles años que me hizo pasar -explicó mientras tomaba una silla y se sentaba delante de ella- No puedo olvidar sus insultos, ni sus desplantes ni su odio intenso. No, no puedo. Pero en algún momento a lo largo de este último año he llegado a vislumbrar quizás a un Severus distinto al que conocemos. Puede que todavía nos cueste asumir que pudieras enamorarte de él, no pienses que Ron y yo, en incluso Ginny podamos tratarlo como si todo fuera normal, pero intentaremos vencer todo el rencor que hayamos ido guardando. Danos tiempo y quizás…
Hermione le sonrió intentando interrumpirlo pero el joven no le dejó.
- Severus estaba dispuesto a entregarse por ayudarte el día que te pusiste de parto, un Severus que no permitió que sus "amigos" me torturaran la noche que Albus murió- continuó Harry con los ojos aguados- Severus me salvó de Quirrel cuando este intentó matarme en primero.
Harry se levantó y empezó a moverse por la habitación.
- Hermione a pesar de todo eso, hay muchas cosas que nos separan, barreras que tú estuviste dispuesta a derribar pero que quizás a los demás nos cueste más- siguió Harry nervioso-Por ello te rechazamos al principio, porque no podíamos, no podía aceptar que el hombre que había asesinado a Albus pudiera ser el padre de tu hijo, pero te apoyamos, porque te queremos por encima de todo. Te respetamos y lo seguiremos haciendo pase lo que pase y lo sabes. Tú hija nos tendrá siempre ahí o por lo menos siempre que su padre nos lo permita.
Ahora fue el momento de la prefecta de Gryffindor de esbozar una clara sonrisa. Harry se acercó a su amiga y se agachó mirando tiernamente a su ahijada.
- Si quieres volver con él, será correcto, sino quieres también- continuó sincerándose Harry- Pude haber escondido la carta, pude quemarla, y no entregársela al ministro, pero entonces no hubiera sido justo ni contigo, ni con Elieen, ni con Severus ni con el mismísimo Albus. La vida os está dando una oportunidad y es vuestra decisión aprovecharla o no.
Ambos amigos se abrazaron sabiendo que a lo largo de este año habían compartido más que en los seis años anteriores y de algún modo incompresible para la prefecta, siempre supo que Harry estaba ahí para ella y su hija.
Un ruido en la puerta los sobresaltó a ambos que se separaron aún con lágrimas en los ojos. Harry se acercó a la puerta y la abrió lentamente, observando la cara asustada del empleado que aparecía tras ella.
-Sr.Potter disculpe que lo moleste pero alguien quiere verlo- le dijo con un leve deje de miedo en su voz y una ligera inclinación de cabeza.
Harry levantó la vista y observó dos ojos negros y profundos que lo miraban con una mezcla de orgullo mal disimulado mientras intentaban mantener su ya habitual frialdad.
Reviews:
Replika: Sería triste que al final nuestro héroe tuviera que morir, pero…. Cuando leas el review solo queda un capítulo más… el esperado final.
Carly McKinnon: ¿Por qué no podía dejarlo ahí? No me digas que ahora no te resultó más interesante… esperar. Pero bueno espero que la continuación no te haya defraudado.
ALEHP: No te preocupes yo tb sé que el tiempo es algo limitado, pero me alegra saber que sigues leyendo mi historia…
Natalia: Como comprenderás descubrirás poco a poco lo que va a ocurrir en el libro… espero que te siga gustando a pesar de todo.
Ale Snape Li: Como pudiste leer la historia ya está más o menos desgranada por completo… o casi por completo.
Malu Snape Rickman: No se si la teoria es buena o mala solo se que cuando escribes varios fanfictions llega un momento en que te inventas algo porque ya no sabes por donde salir.
Connyhp: Sigo admirando fervientemente a todos los que estais leyendo el fanfiction de golpe porque debe ser bestial… animo que queda poco.
Ophelia Dakker: Gracias por tu review.
luthien snape slytherinEspero que no te arranques de verdad de las trenzas… y no soy tan mala… amo a Sevy y siempre querré que sea feliz.
amsp14Harry, no podía matar a Harry, quizás Rowling pueda yo no. Y sobre Severus, se merece toda la felicidad del mundo el caso es que el hombre sea capaz de darse cuenta de ello.
MeilinSnape: Me alegro que te haya gustado la batalla, para mi ha sido la parte más difícil de escribir…sobre Hermione me cuesta imaginarla celosa, porque como normalmente es tan serena y segura de si misma. Y siento decirte que ya va quedando poco…
Gracias por leerme y saludos a tods.
