Disclaimer los personajes no son míos y no gano nada con esto, solamente lo hago para divertirme.

SPOLIERS SEXTO LIBRO


Hermione observó como Harry le lanzaba una última mirada y cerraba la puerta tras él dejándola sola en aquella fría habitación.

Harry indicó al empleado del ministerio que los dejara y este se alejó no sin antes volver a mirar nervioso al profesor de Hogwarts.

- Potter- escupió Snape.

-Veo que hay cosas que no cambian profesor- le replicó Harry con el mismo tono que solía usar en el colegio entre irreverente y sarcástico.

Snape le devolvió entonces una grotesca sonrisa.

- Creo que usted es el causante de mi libertad-añadió como si realmente estuvieran hablando de algo trivial

- No, yo no soy el causante de su libertad, ese es Albus Dumbledore, yo solo he sido su emisario- le respondió Harry-La verdad es que para ser portador de su propia salvación es usted un poco descuidado.

Severus miró fijamente a su alumno.

-¿Por qué Potter?-le preguntó sin prestar atención a la insinuación de su alumno.

- Es la tercera vez que me hacen hoy esta pregunta. Si usted era inocente de ese cargo no debía ser juzgado por él- le explicó llanamente- Era el único cargo que se le imputaba profesor, porque según tengo entendido sus cargos como mortifago habían sido retirados.

- Vaya veo que ha espabilado Sr.Potter- respondió sin su habitual tono sarcástico y frío- Sería educado darle las gracias por lo que ha hecho, cuando fui consciente de haber perdido la carta supe que la tenia que haber encontrado usted o el Señor Oscuro. En todo caso pensé que era una causa perdida. Pero veo que me he equivocado.

- Ya ve profesor, hasta el Sr.Potter es capaz de sorprenderlo- le respondió usando el mismo tono que Snape solía usar en sus clases. – Y viniendo de usted esto es lo más parecido a un agradecimiento que espero obtener.

Severus sonrió ante la perspicacia del joven, e inclinando levemente la cabeza en señal de reconocimiento se mordió la lengua para no preguntar lo que quería hacer desde que vio al joven gruffindor ante él.

- ¿No me lo va a preguntar profesor?- lo miró Harry con una franca sonrisa en su rostro.

Snape miró sorprendido al joven que tenía delante y por una vez se preguntó si lo que estaba a punto de hacer sería o no lo correcto.

- La Srta.Granger¿se encuentra bien?- susurró más inseguro de lo que solía ser.

- Ella y su hija Elieen, se encuentran perfectamente- contestó Harry observando la mueca de dolor que atravesó el rostro al oír y reconocer el nombre de la pequeña.

- Me alegro, espero que el Sr. Weasly sepa hacerla feliz- se repuso del golpe decidiendo abandonar el lugar.

Harry lo detuvo posando su mano sobre el brazo de su ex – profesor, intentando empezar hoy a romper las primeras barreras.

- ¿Sabe? Es muy curioso, pero debe ser la primera Weasly en generaciones con un largo pelo negro y unos profundos ojos negros- explicó Harry lentamente- Nadie le encuentra parecido en su familia paterna ni materna, pero bueno dicen por ahí que los niños cambian. ¿Sabe que es mi ahijada?

Pero Severus ya no prestaba atención a las palabras de Harry y por su mente pasaban miles y una situaciones, y sobre todo pasaban todos y cada uno de los nueve meses que su "niña" había estado embarazada. Sabía cuando había dado a luz, y ahora echando cuentas… Severus fijó sus ojos en Harry.

- Dime que es verdad lo que está insinuando- le preguntó nervioso perdiendo el habitual tratamiento frío que solía usar con el joven.

- No le mentiría con algo así¿cree que Hermione habría sido capaz de olvidarlo¿de olvidar su amor en brazos de otro?-increpó Harry rencoroso con la idea absurda de Snape – Aún le queda mucho profesor para llegar a conocer a Hermione.

Severus abrió los ojos sorprendido la magnitud de lo que Harry le mencionaba lo convertía a él en un auténtico cretino. Por un momento miró a Harry como si lo viera por primera vez, como si delante de él no estuviera el hijo de James Potter.

- Potter lo he estropeado y no me perdonará nunca- insistió abatido confiándose al joven que tenía delante.

- Yo tampoco lo entiendo pero las mujeres tienen una extraña condición para amar- comenzó Harry sintiéndose extraño al tener que explicar esto a su profesor – Tras esa puerta profesor está su futuro o su pasado, eso lo decidirá usted. Si me disculpa Ron y Ginny me esperan. Nos veremos de nuevo.

Harry inclinó ligeramente la cabeza en señal de saludo y comenzó a caminar hacia la puerta. No pudo evitar echar una última mirada atrás para comprobar como su siempre frío profesor se mostraba ahora nervioso mientras se acercaba a la puerta de la sala donde Hermione y su hija esperaban sin saber lo que podían esperar.

Severus abrió lentamente la puerta sin saber realmente si quería ver lo que se iba a encontrar al otro lado. Pero allí estaba su "niña", nerviosa y preocupada mirando fijamente al hombre que ahora entraba por la puerta.

Se levantó, apretando más contra si a su pequeña y comenzó a caminar hacia el normalmente frío mortifago. Severus cerró la puerta tras él y lentamente se fue acercando a Hermione. Miró a su hija fijamente y se sorprendió de perderse en la profundidad de sus ojos negros, sonriendo con el enorme parecido que guardaban con los suyos propios. La bebé quizás conocedora de quien se encontraba allí delante le sonrió y estiró los brazos hacia él. Severus la tomó lentamente de los brazos de su madre con una clara indecisión en su rostro y un miedo atroz a dañarla de algún modo. La meció entre sus grandes brazos y se reconfortó con el cálido aroma que emanaba la pequeña. Hermione sonrió ante la tierna estampa y se preguntó si alguien sería ni siquiera capaz de imaginar tanta ternura en un solo gesto. Severus observó entonces la joven.

-Perdóname- le susurró visiblemente arrepentido.

Hermione sonrió dulcemente y tras acariciarlo dulcemente con su mano lo besó, intentando retener para siempre con ella aquella imagen tan irreal e incompresible, aquella imagen que nunca llegó a creer que se repetiría. Su hija gruñó entre ambos y los dos padres se separaron riendo ampliamente.

-Te he echado de menos- le dijo Hermione- Me he sentido muy sola.

-Lo sé, y lo siento. Pero pensé… que estabas con Weasly- le respondió Severus sentándose en la misma silla donde solo unos minutos antes estaba sentado Potter.- Os vi el día que fuisteis a la cabeza de cerdo y os seguí, os vi juntos y pensé que él te estaba ayudando a superar lo nuestro.

- No sé como pudiste ni siquiera pensar que podía olvidarte así, como si no hubiera pasado nada- lo interrumpió la joven.

- Porque para mí era más fácil, creer que ya no me amabas y eras feliz con otro que pensar que sufrías por mí.- le explicó Severus- Mírame, fui acusado del asesinato del director, era un mortifago y para muchos lo seguiré siendo pase lo que pase. Te besó.

- Lo sé pero no fue nada más que eso- se explicó Hermione- Por un momento creí que eras tú, él que estabas de nuevo conmigo.

- Tu vida sería más fácil al lado de Weasly que de mí.

- A su lado la vida nunca sería más fácil porque nunca sería feliz- respondió llanamente Hermione.

Severus se sorprendió de la sinceridad de las palabras de la joven que acariciaban de manera sutil su lastimado corazón.

-Este no es un buen sitio – le dijo el profesor mirando alternativamente a un lado y a otro – Acompáñame.

La joven no lo dudó y tomando a su pequeña de los brazos de su padre la arropó convenientemente y juntos abandonaron el ministerio.

Severus no dijo nada más y maravillándose de la confianza que la joven le mostraba la llevó a una de sus propiedades al sur de Gales, una de esas grandes casas heredadas de su madre, una de esas grandes casas frías y carentes de la calidez propias de las fabulosas casas familiares. Hermione entró en el gran Hall asombrándose de la magnificencia del pequeño castillo de los Snape. Severus sonrió ante la cara de felicidad de la joven.

-Creo que deberíamos instalarnos e instalar a la pequeña- interrumpió el ex – mortifago la clara observación de la joven- ¿Qué necesita la pequeña?

- Todo lo que necesita está en Hogwarts. Minerva podría ayudarnos- explicó Hermione con reticencia.

- No te preocupes me pondré en contacto con Hogwarts, y le pediré que me envíe lo necesario- la besó tiernamente Severus.

- Minerva no sabe que eres el padre de mi hija- le informó Hermione

Severus sonrió alegremente.

- ¿Crees que la astuta directora no está al tanto de la situación?- le preguntó aún riendo abiertamente.- Creo que ella misma nos hará alguna que otra visita para comprobar como sigue nuestra pequeña.

Severus desapareció entonces tras una grandes puertas de roble y tras pedirle a dos solícitos elfos domésticos que acomodaran a la joven en su dormitorio y preparan el de al lado para la pequeña. Vertió unos polvos en la gran chimenea que flanqueaba en gran salón y respirando profundamente gritó Hogwarts.

Minerva estaba sentada en su despacho, había recibido una carta el ministro explicando la nueva situación de Severus Snape, y con una lágrima traicionera que quería escapar de su rostro contemplaba el cuadro del antiguo director que la miraba feliz. Un ruido en la chimenea la sobresaltó, y levantándose sonriente corrió a saludar al hombre que aparecía al otro lado.

-Minerva- saludó Severus.

- Severus hijo, como me alegro de verte- le replicó la directora- He estado tan preocupada.

- Yo… - intentó hablar el cruel mortifago.

- Lo sé, Severus, lo sé. El ministro me ha informado, de la intervención de Harry y la carta de Albus- le explicó Minerva intentando pasar por alto el nerviosismo de su ex – colega.

-Hermione está conmigo- le soltó tan bruscamente como siempre.

- Lo suponía, y vuestra hija también. Me alegro por ti.-continuó como si la situación fuera ya conocida por todos.

- Pero necesitamos sus cosas, las de la niña- siguió sonriendo ante el hecho de que Minerva ya estuviera al tanto de todo.

- Os las enviaré a vuestro castillo. Además avisaré a sus padres para que sepan que está bien.

- Minerva, gracias. Puedes venir cuando quieras- le dijo Severus todavía sin saber muy bien como actuar.

- Os iré a hacer una visita. Una última cosa, espero verte el 1 de septiembre sigues siendo el mejor profesor de pociones que tuvimos y las serpientes están muy exaltadas sin ti. Y creo que deberíamos elegir un nuevo subdirector- le informó- Además mi puesto de directora no me deja mucho tiempo para mis clases y estaba pensando que mi mejor alumna, la Srta. Granger, podía hacerse cargo.

Severus sonrió alegremente ante las palabras de la jefa de los leones.

- Me pasaré a cenar mañana y podemos charlar. Supongo que iré con Potter, tampoco tengo profesor de Defensa y así en una cena podríamos arreglar todo. – siguió como si estuviera hablando de su casa y no de la del supuesto asesino del director-Pon un plato más, Weasly se empeñará en acompañarnos. Cuídate, nos vemos mañana. Bueno y supongo que Ginny la prometida de Harry también, creo que Hermione sabrá organizar la cena.

- Hasta mañana Minerva- saludó Snape sin poder reaccionar.

Severus se dirigió entonces hacia la vitrina y se echó un vaso de Whisky de fuego, mientras lo bebía sonreía ante la actitud de Minerva y se alegró de poder volver a contar entre sus amigos con al temible leona. Sabía por su forma de explicarse que lo había perdonado, y sobre todo que había vuelto a recuperar la confianza en él.

- Profesor Snape, han llegado las cosas de Elieen- lo interrumpió Hermione desde la puerta.

- Severus, Hermione llámame Severus- la corrigió besándola en los labios.

La joven se sonrojó y tomada de la mano del padre de su hija comenzó a subir las escaleras que la llevaban a la habitación de su pequeña.

Severus y Hermione llegaron a la habitación que sería de su hija, se pararon en el umbral de la puerta mirando como los elfos domésticos intentaban colocar cada cosa en su sitio para conseguir hacer de aquella habitación una cálida estancia para el nuevo miembro de la familia Snape. Si no fuera porque Hermione creía que no sería posible, hubiera jurado que los elfos se mostraban extrañamente felices y preocupados.

Hermione observó como su hija abría sus profundos ojos negros y miraba fijamente el carrusel que habían colocado en el techo y que se movía lentamente en círculo emitiendo una dulce música. Su manita se estiró entonces intentando tomarlo de la mano, lo que obtuvo una sonrisa de sus padres.

- Si fuera hija de otros diría que quiere ser buscadora- bromeó Hermione obteniendo una sonrisa aún mayor de Severus.- Voy a darle de comer¿vale?

Severus asintió observando como la joven se sentaba cerca de la ventana y comenzaba a darle da comer a su hija. Sus ojos se quedaron fijos en aquella estampa, aquel gesto tan sumamente cálido. El que había sido un frío mortifago intentaba evitar una lágrima rebelde que escapaba de sus ojos, se había perdido los primeros meses de la vida de su hija, se había perdido el embarazo, no estaba cuando Hermione lo necesitaba, no estuvo en sus primeros mareos, no le cumplió los antojos que tenía pero ahora, quería estar allí para siempre quería compensarla por todo lo que no había hecho antes.

Con una gran fuerza de voluntad sacó todos esos pensamientos de su cabeza, sabía que tendría tiempo para hacerlo. Se acercó a sus dos mujercitas, y con un nerviosismo creciente comenzó a narrarle su conversación con la jefa de los leones. Matizando con fuerza el hecho de que a Minerva no le sorprendió el saber que la hija de Hermione era del antiguo y bastardo profesor de pociones. Su conversación continuó con su interés para que Severus Snape volviera al cargo de profesor de pociones y jefe de la casa de las serpientes, e insinuó el interés de Minerva en nombrar un nuevo subdirector. Como si siguiera narrando una película sin interés, continuó contándole como Minerva esperaba que ella aceptara el puesto de profesora de Transformaciones y como Harry, Ginny y Ron, junto con la directora vendrían a cenar mañana y esperaba poder ofrecer al joven Potter el puesto de Defensa.

Hermione abrió los ojos varias veces e intentó interrumpió a su profesor sin conseguirlo en ningún momento. Severus se giró entonces e indicándole que la esperaría en su dormitorio se fue conteniendo a duras penas la risa que le causaba el rostro de su ex – alumna. Hermione hizo eructar a su hija y la llevó a su cuna, internamente deseaba que se durmiera rápido y si como los deseos de su madre fueran ordenes para su hija, la pequeña se durmió rápidamente. La prefecta comprobó que estaba perfectamente arropada y se dirigió al que se suponía que iba a ser su dormitorio.

- Pro… Severus- se corrigió la joven- ¿Todo eso era verdad?

- ¿Suelo mentir a menudo Srta. Granger?- le respondió su profesor utilizando el tono de voz tan característico en él.

- No, yo…

Pero la joven no pudo continuar, no había prestado atención a lo que había a su alrededor cuando entró en la habitación estaba demasiado preocupada por todo lo que Severus le acababa de contar, pero de repente, fue consciente de la maravillosa habitación que la rodeaba. Una gran cama de roble era el mueblo más importante de la habitación, una gran cama donde estaba tumbado su profesor. Alrededor dos pequeños sofás, una pequeña mesita, un tocador y un gran armario. Y lo más extraño para todos aquellos que conocían a Severus, un gran ventanal con terraza, por donde entraba una cantidad de luz ingente en la habitación.

- ¿Esta es tu habitación?- preguntó Hermione sorprendida.

- Nuestra habitación – le corrigió Severus acercándose a ella.- Mejor dicho nuestra casa.

Hermione no respondió simplemente asintió levemente con lo cabeza.

- Hermione, nunca debimos empezar lo que tuvimos, era complicado, y los dos lo sabíamos y lo asumimos- empezó Severus- Te negué tantas veces que llegué a pensar que te había alejado de mi mente y de mi corazón. Pero siempre estabas allí dispuesta a colarte de nuevo en mi vida, en mi corazón a demostrarme que había algo importante por lo que vivir.- continuó mientras la sentaba en la cama- Cuando me tuve que ir, cuando me tuve que ocultar pensé que me olvidarías que no había sido para ti más que un juguete, y que en brazos de otro encontrarías la felicidad.

-Severus…-intentó interrumpirlo Hermione.

-Pensé que Weasly te había ayudado a olvidar mis besos, mis abrazos, pensé si te había hecho olvidar nuestros momentos. Te vi embarazada y los celos pudieron más que el amor que sentía por ti, por mucho que quisiera que fueras feliz, no podía evitar sentir ese dolor acerado cuando pensé que te había perdido- continuaba sincerándose – Eres lo mejor que me ha pasado nunca, y cuando Potter me dijo que estabas allí esperándome con mi hija y que a pesar de todo lo que había hecho todavía estabas dispuesta a darme una oportunidad, y ellos dispuestos a admitirlo, el miedo amenazaba con vencerme, y pensé que dejarte sería más fácil para mi, que enfrentarme a la posibilidad de un rechazo. Después de todo esto no lo soportaría.

- Severus no te entiendo- dijo Hermione sin entender claramente lo que quería decirle.

- ¿Quieres casarte conmigo?- le preguntó apuradamente- Sé que es precipitado, puedes tomarte el tiempo que desees, podemos posponerlo, puedes….

Hermione sonrió ante el nerviosismo de Severus y lanzándose en los brazos de su profesor lo besó tiernamente. El estoico profesor comenzó a responder al tierno beso de su ex – alumna, llevaba mucho tiempo sin sentir los labios de Hermione de nuevo y ahora que la sentía de nuevo tan cerca no sabía si era real o irreal. Empujó a la joven hacia la cama y se tumbó sobre ella, disfrutando del calor que emanaba de su, de la calidez de sentir a su lado de nuevo a alguien. Severus comenzó a besarla tiernamente a recorrer el cuello de la joven con su lengua, sonriendo al notar los pequeños jadeos que emitía la joven prefecta. Pero Hermione ya no era la joven inocente que había conocido en Hogwarts, habían estado un año juntos, un año en el que había aprendido muchas cosas. Sus manos empezaron entonces a desabrochar la capa de Severus, deleitándose con cada trozo de piel que quedaba expuesto, acariciándolos con las yemas de sus dedos, disfrutando tanto del contacto de la fría piel de su ex – profesor como de las reacciones del cuerpo del mismo.

La ropa de la joven también estaba desapareciendo. Aunque eso a la prefecta no le importaba ni lo más mínimo, sentía de nuevo ese calor que solo el estoico profesor le era capaz de provocar. Severus siguió atacando la anatomía de Hermione, obteniendo suaves jadeos de la mujer tumbada bajo él. Su boca empezó a besar armoniosamente el cuello de la joven, bajando hacia el pecho. Tomó entre sus dientes sus pezones y estos se pusieron tremendamente duros mientras la prefecta se curvaba bajo él. Hermione abrió los ojos y miró a Severus que la miraba con sus profundos ojos negros, sonrío tiernamente, y acercó sus labios para besar al hombre al que amaba profundamente. Ambos se sumieron en un profundo beso, Severus le pidió permiso para entrar lamiendo el borde de sus labios, y Hermione le dio permiso para entrar, sus lenguas se rozaron y ambos pensaron en perder el poco control que les quedaba con sólo ese contacto.

Las manos de Snape seguían vagando por el cuerpo de su ex – alumna, tocando, acariciando, desprendiendo a la prefecta de la poca cantidad de ropa que la joven aún poseía. Él mismo deseaba deshacerse de toda su ropa, permitir que ambos cuerpos desnudos pudieran sentirse de nuevo. Comenzó a bajar por el cuerpo de Hermione repartiendo pequeños besos por el mismo, y acariciando con su lengua las partes más sensibles de la joven.

Hermione disfrutaba las atenciones de su amante, recordando vividamente cada una de ellas como si hubiera sido ayer cuando se habían dejado, como si hubiera sido ayer cuando se habían amado por última vez. La joven respiró profundamente y se agarró fuertemente a las sábanas cuando sintió como la boca de Snape se dirigía al centro de su placer. Notó como su profesor se esmeraba en elevarla al cielo, y ella disfrutaba de esas sensaciones. Agarró con sus manos la melena de Severus y se comenzó a curvar una y otra vez buscando un mayor contacto con su lengua. El jefe de las serpientes notó como la joven estaba próxima a acabar y desplazándose hacia arriba comenzó a besarla de nuevo ignorando los gruñidos de protesta que emitía la prefecta. Severus musitó unas palabras y se despojó de toda la ropa, miró a su "niña" a los ojos, y como si creyera que la joven era realmente un sueño la penetró. Ambos empezaron a moverse acompasadamente, disfrutando del momento, recreándose de la sensación de sentirse de nuevo llenos, el uno del otro. Los jadeos se confundieron con las respiraciones entrecortadas, el deseo se cruzó con el amor, y ambos volvieron a ser uno solo. Hermione alcanzó el cielo con las manos y gritó el nombre de su amante al culminar, su cuerpo se contrajo y Severus se vino dentro de ella.

El profesor se giró y la abrazó tras lanzar un hechizo limpiador sobre ambos. Permanecieron en completo silencio abrazados, acariciándose.

-Si- dijo de pronto Hermione.

Severus la miró sin entenderla.

-¿Si que?- preguntó extrañado.

- Que si quiero casarme contigo- le contestó la joven mirándolo fijamente a los ojos.

El hasta entonces estoico y frío profesor no supo como reaccionar. Miró una y otra vez a su ahora prometida, pestañeando una y otra vez.

-Te amo, Hermione, y prometo…- se quedó cayado al notar los labios de la joven de nuevo sobre él.

Disfrutó del contacto y sin saber como ambos se vieron de nuevo acariciándose, tocándose… Un gruñido en la habitación de al lado los separó. Severus miró hacia allí sin molestarse en esconder su ligero enfado. Hermione sonrió.

- Es lo que tiene ser padres- le respondió mientras comenzaba a vestirse- Pero tiene sus compensaciones.

La joven cogió a su hija en brazos y al percibir el olor que procedía de ella adivinó el porque del malestar de su pequeña.

- Vamos a cambiarte mi amor- le sonrió su madre.

Severus observó la ternura y dedicación que poseía la joven y se preguntó como las mujeres eran capaces de desarrollar ese instinto maternal de una manera tan reverencial. La joven colocó de nuevo a su hija en la cuna y se dirigió hacia Snape que la miraba fijamente. Este la tomó entre sus brazos y comenzó a besarla.

- Creo que deberíamos preparar la casa- se separó de su ex – profesor que refunfuñó por lo bajo- Recuerda que mañana tenemos invitados.

Hermione comenzó a andar hacia la puerta, se giró antes de salir y todavía con todo el amor posible en una mirada se giró.

- Yo también te amo.

Severus observó como se alejaba, y sonrió de nuevo, su nueva vida era aquella que se extendía delante de él. Su hija balbuceaba en la cuna, intentando que alguien la cogiera, algo que su padre no dudó de hacer. Ambos se miraron como reconociéndose, la pequeña sonrió y agarró fuertemente el dedo de su padre entre sus manitas. Oyó la voz de la ahora su prometida, la voz de la mujer que le acababa de decir que lo amaba, la mujer que lo arriesgó todo por él y que seguía queriendo arriesgándolo.

-Vamos a ayudar a tu madre- le susurró a su pequeña- Mañana tenemos invitados.

Severus salió del cuarto con su pequeña en brazos observando a su futura esposa discutir con los elfos domésticos y por primera vez en muchos años sintió una calidez extraña al recorrer la casa, por primera vez fue capaz de ver aquel gran caserón como su hogar.

FIN


Reviews:

amsp14: Me alegro que te haya gustado esta parte porque no sabía muy bien como enfocar el final de la historia…. Ya solo queda el que acabas de leer.

Ale Snape Li: Snape es un tozudo pero hay que reconocer que tiene un punto débil Hermione. Y sobre el director era demasiado listo para dejar las cosas sin arreglar.

Malu Snape Rickman: La teoría no sé si es buena o mala pero realmente fue la que más me pegaba con este fic. Después de haber leído infinidad de páginas teorías distintas creo que solo Rowling podrá responder a la verdad que oculta en su enrevesada imaginación.

Lara Malfoy-Lynn: Así que de vacaciones en la playa pues espero que lo hayas disfrutado, viene bien de vez en cuando desconectar de todo. Me alegro que te hayan gustado ambos capítulos, tengo que reconocer que escribir batallas no es lo mio. Pero ahí esta el resultado.

Connyhp: Me parecía muy cruel matar a Harry sobre todo después de lo que lleva hecho por el mundo mágico… y sobre Hermione y Severus supongo que ya sabrás como acabaron.

Replika: Primero te deseo toda la suerte del mundo en tu examen de selectividad… es más fácil de lo que parece. Y sobre los fics… Severus-Tonks? Suena bien pero… Tonks no es de mis personajes favoritos para que voy a negarlo, es más creo que es una traidora… (manias mías al intentar buscar explicación a muchas cosas) Pero a lo mejor me animo… de todos modos no prometo nada.

luthien snape slytherin: Me gusta dejar los capítulos en un momento interesante… no sabes los howlers que recibo por ello. Ahora ya los tienes juntos… disfrutalo.

MeilinSnape: Has sido muy expresiva¿pero quien puede creer que Albus esté tan loco como para permitir que Severus cargue con su muerte? Parece que las aguas vuelven a su cauce.

Jomelie: Me alegra que te haya gustado, quizás la batalla debería haber sido más larga (lo reconozco) pero no tenía inspiración para hacerla y antes de que quedara mal…. Severus y Harry aún tienen un par de cosas por hablar, al fin y al cabo Harry es en parte culpable de su libertad.

Gracias a todos por vuestro apoyo y saludos.