Viviendo como un chico
.-Diálogos.-
"PENSAMIENTOS"
Capitulo 3
Puños rosas.
El transcurso de la primera semana de clases se suscitó normalmente, salvo por el pequeño inconveniente que se presentó al terminar la primera clase de boxeo, pues hasta entonces Kagome se dio por enterada de que tenía que ducharse con sus compañeros de optativa.
La idea pudiera parecer muy tentadora para las chicas que gustan de analizar revistas como play girl o men's health y otras más de ese estilo, pero no para Kagome pues su mente ocupaba otras prioridades, como la de ocultar cualquier cosa que evidenciara su género, o peor, que ella se embobara examinando parte de la anatomía masculina. Pues hemos de tener en cuenta que la chica en su vida había visto en vivo, texturizado y a todo color un aparato reproductor masculino, así como tampoco un hombre fácilmente contratado por play girl completamente al desnudo.
Afortunadamente no tuvo que hacerlo, pues las optativas eran a la última hora, y ella prefirió irse a su departamento, poniendo como excusa que no quería infectarse de algún hongo de pie de atleta. Un error de su parte, pues por ello varios de sus compañeros comenzaron a molestarla.
Esa misma semana Kagome mandó pedir los papeles que le hacían falta, desafortunadamente éstos se encontraban extraviados, pero por obra y gracia del espiritu santo, su madre tenía unas copias y se las envió, una vez que los tuvo consigo los revisó y solamente uno de ellos exponía la verdad, resolvió acudir a la ayuda de Sango, que la llevó a Ikiwa, el suburbio a donde todos los universitarios se presentaban los fines de semana a divertirse, emborracharse y hacer lo que todo embrutecido por el alcohol hace, pero ellas no iban de fiesta sino a visitar a uno de los contactos que Sango tenía ahí, esa persona le ayudaría a Kagome a realizar ligeros cambios a su documentación, todo para que quedara como si ella, en verdad, fuera un chico.
-¿Sabías que esto es ilegal?-le cuestionó el chico mirándola fijamente.
-Si.-contestó Kagome en tono despreocupado.
-¿Sabías que si tu caes, caigo yo también?-volvió a cuestionar el chico.
-Si. Pero no te preocupes que yo no diré nada si tu no hablas.-dijo Kagome sonriendo con suficiencia.
-¿Sabías que si descubren tu farsa en la universidad, te expulsarán y no podrás terminar tu carrera?-esta vez fue Sango quien habló.
-Si lo sé, y ¿sabías que no me importaría en lo absoluto porque si por conseguir subirme un ring de boxeo y joder a mis padres, es la recompensa lo haría gustosa?-respondió Kagome a toda velocidad.
-Buena respuesta…-dijo el amigo de Sango mirándola impresionado.
-¿Sabías que se nos hace tarde y lo mejor sería que te pusieras a trabajar Hibiki?- dijo Sango con tono reprochable.
-No sabía que tuvieras esta clase de amigos Sango.-declaró en un susurro lo bastante audible para la aludida que sonrió juguetonamente.
-No todo lo que vez es lo que hay.-replicó la chica con un guiño.
El chico se apresuró y después de unos momentos quedó satisfecho con el resultado, mismo que Kagome entregó más tarde quedando oficialmente matriculada en el CUT.
Después llegó el viernes, y Kagome pensaba pasárselo en relajación total en su habitación, pero Inuyasha no tenía esos planes así que invitó a los tres chicos a irse de parranda a Ikiwa, a uno de los bares de por allá, Miroku no opuso resistencia alguna pues le resultaba muy interesante conocer el lugar y la mercancía, Kohaku fue fácilmente convencido con las artimañas empleadas por Inuyasha, sin embargo la que más costó convencer fue Kagome, pues ella, como toda chica en algún momento, quería pasar un tiempo sola con su soledad. Sin embargo la presión ejercida hasta a la piedra más dura, ablanda o rompe.
-Lee mis labios Inuyasha.-dijo la chica para después dibujar con sus labios la palabra NO.
-Oh vamos Kag, no queremos que te quedes sin diversión.-dijo el joven alentando a Miroku y a Kohaku para que con un simple gesto se mostraran solidarios con el de ojos ambarinos.- ¿ves? Somos buenos compañeros, anda vamos.
-Que no.-dijo Kagome lanzando su almohada al intruso que invadía su dormitorio, que esquivó fácilmente el golpe, y que dio de lleno al chico de gafas que se encontraba en el quicio de la puerta de la habitación de Kagome.
-Perdón Kohaku.-dijo la chica.-Pero ya les dije que no, entiende y ustedes no lo apoyen.
-Pero Kag, es un momento en el cual podemos pasar un buen rato y desestresarnos.-dijo Miroku.
-¿Q-que para eso n-no son los inciensos?-preguntó Kohaku desconcertado, ganándose una mirada reprobatoria de Miroku.
-Vamos a ir, y tú vendrás con nosotros.-dijo Inuyasha resuelto, yendo a halar a la chica para que se levantara de la cama donde momentos antes permanecía recostada placidamente.
-No.-dijo la joven, quien después comenzó a forcejear con el chico, que para delicia de la autora traía consigo solamente una pequeña toalla que cubría la parte inferior, pues momentos antes de comenzar su labor de convencimiento, estaba duchándose.
-Anda Kag, no seas aguafiestas.-decía Miroku a la vez que tomaba la almohada y la lanzaba hacia Kagome. Se armó una juguetona riña entre los tres, con un solo espectador, el cual fue rápidamente unido a la riña por Inuyasha.
Durante el forcejeo, Kagome tocó algo fofo y suave, al principio no supo qué era, se dio cuenta de ello cuando notó que Inuyasha estaba como dios lo trajo al mundo, se giró rápidamente como tratando de no ver lo que ya había visto. Salió como pudo de ahí diciendo que si iría.
Así que, esa noche los cuatro fantásticos chicos llegaron al lugar donde pasarían la primera parranda universitaria: Extreme, una especie de bar/discoteca muy concurrida por los alumnos del CUT.
-Bien muchachos, hora de divertirse.-gritó Inuyasha sonriendo abiertamente.
-Todo está repleto Inuyasha.-dijo Kagome mirando alrededor y haciéndose escuchar por sobre la música.
-Bueno, para eso estás tú aquí.-indicó Miroku
-¿Cómo?-preguntó Kagome perpleja.
-Pues tu eres el de más pegue, habrá chicas que querrán compartir su mesa contigo, y como tu eres un buen compañero nos llevarás contigo.
-Me siento usada.-dijo Kagome haciendo ademanes exagerados.-Son unos cerdos, por eso querían que viniera ¿no es así?
-Pero no te lo tomes tan a pecho chiquita.-dijo Miroku palmeándola suavemente y riendo ante la parodia de mujer despechada que realizaba Kagome.
-Hola Kohaku.-saludó una chica de pelo azabache al enclenque chico.
-Ho-hola Rin.-respondió éste.
-¿Kohaku no presentas a tu amiga?-dijo Inuyasha sonriendo y dando unas suaves palmadas al jovencito.
-Hola, soy Rin y ustedes deben ser los compañeros de Kohaku ¿no?
-Así es pequeña.-asintió Miroku
-E-e-ellos son Mirok-ku, I-inuyasha y Ka-kag.-presentó el joven respectivamente.
-Hola.-dijo la joven.-Bueno si no les molesta les quitaré a Kohaku un momento.
-Vaya, el menos pensado ya pescó, esto comienza a ser frustrante para mi…no puedo creerlo tengo una semana y no he cazado nada.-se lamentó Miroku.
-No desesperes amigo, el que persevera alcanza.-dijo Inuyasha en tono filosófico.
-Al parecer andas urgido ¿no?-dijo Kagome burlona.
-¡Kag!-gritó una chica a su lado.
-Hola Sango.-saludó la aludida.
-¡Hola chicos!-dijo otra voz conocida y muy odiada por Kagome.-Tengo una mesa, ¿quieren acompañarnos?
-Claro, ¿no molestamos verdad?-dijo Inuyasha a Ayame mientras veía la mesa del fondo, en la que había tres chicas platicando entre si.
-Para nada.-dijo la joven pelirroja con despreocupación.
-Muy bien vamos para allá.-dijo Inuyasha caminando hacia ahí con Miroku detrás.
-Bueno, creo que después de todo no te la puedes quitar de encima ¿verdad?-dijo Sango.
-Es un dolor de cabeza permanente.-se quejó Kagome con cara de fastidio.
-Yo tampoco tengo mesa…y vine con algunas amigas pero ellas quedaron con sus parejas así que estoy solita… ¿Me adoptas?-dijo Sango haciendo un puchero y mirando a Kagome con suplica.
-Idiota.-murmuró Kagome sonriendo.- ¿Me acompañas con mis amigos amor?
-A donde quiera que vayas cariño.-dijo Sango siguiendo el juego y tomando el brazo de Kagome se dirigieron a la mesa donde Ayame y los demás estaban.
-¿Aún hay espacio?-preguntó Kagome como no queriendo la cosa.
-Claro, pero solo hay una silla.-dijo Ayame sonriendo forzadamente.
-Ah no hay problema, siento a mi novia en mis piernas.-declaró Kagome despreocupada.
-Bueno creo que no te he presentado a mis compañeras de cuarto.-dijo Ayame a Kagome.-Esta es Milli.-dijo apuntando a la chica de enfrente, una castaña de ojos azules,- Kaname.-señaló a una joven rubia de ojos melados.- y Kiara una exótica morena. Las chicas saludaron alegremente a Kagome y a Sango.
Después de las presentaciones comenzó la charla entre ellos, Ayame para alivio de Kagome fue sacada a bailar por Kouga, que casualmente andaba por ahí, Miroku hablaba con Milli, Inuyasha por otra parte repartía su atención entre Kaname y Kiara.
-Oye ¿dónde está mi hermano?-preguntó Sango.
-No me creerás, pero una chica se lo llevó ¡En serio!-exclamó la joven ante la mirada incrédula de la castaña.
-Júrame que no lo has drogado.-declaró Sango apuntando acusadoramente con un dedo el rostro de Kagome.
-Lo juro.-dijo Kagome, poniendo una mano en su pecho solemnemente.
-No lo puedo creer.-dijo Sango.-Pero me alegra. ¿Bailamos?
-No, no me gusta.-negó Kagome.
-Que novio tan aguado tengo.-dijo Sango con cara de aburrición. Con un dedo pinchó el hombro de Miroku y le hizo la misma oferta que a Kagome. Éste aceptó dejando a Kagome sentada en la mesa junto a los demás, un chico más invitó a bailar a Kiara, después otro a Milli, sin embargo para una repentina incomodidad de Kagome, Inuyasha y Kaname charlaban muy animadamente, sintiéndose tonta y fuera de lugar, dejó la mesa y fue a la barra.
Una vez ahí pidió una botella de agua, y comenzó a beberla paulatinamente, escuchó unos gritos y unas risas a unos metros más allá, miró hacía el lugar y alcanzó a divisar a Rin que discutía con una masa de músculos con pies, que para Kagome resultó conocida. Se acercó y reconoció a la imitación de la Mole, era nada más y nada menos que Naraku, el sobrino del entrenador de boxeo, acompañado por un corro de chicos que reían ante la impotencia de Kohaku al no poder defenderse, pues el chico era empujado por Naraku, una y otra vez, Rin trataba de defenderlo pero ellos no la tomaban en cuenta y no le permitían acceder al circulo que rodeaba al enclenque chico, Kagome sintió de repente una enorme opresión en su pecho, si había algo que no soportaba era que se metieran con personas que no podían defenderse. Y eso precisamente era lo que estaba ocurriendo. Directamente fue hacía el grandullón y con todas las fuerzas producidas por la indignación y el coraje, lo empujó. El chico trastabilló un poco y se volvió hacía ella.
-Déjalo en paz.-ordenó con la voz temblorosa.
-Oh viene a defender a su noviecito.-anunció Naraku con tono falsamente conmovido, que hizo reír a sus acompañantes.
-No es mi novio, imbecil grandullón de mierda.-dijo Kagome en el tono más insultante que encontró.
-¡Vaya!-exclamó Naraku algo sorprendido, para después agregar.-Muy valiente ¿no? Pero estúpido también porque no sabes con quién te metes monigote.
-Sí lo sé, con un fallido intento de hombre arrogante, presuntuoso y con el ego más grande que su minúsculo paquete.-dijo ella resaltando la palabra minúsculo.
La provocación fue suficiente para Naraku, se lanzó con el gran puño en alto hacía Kagome, que cuya ligereza corporal le facilitó esquivar el golpe, Naraku se paró en seco jadeando ruidosamente.
Kagome sonrió burlonamente, cosa que su contrincante no soportó y se volvió a ir en contra de ella, ésta vez la chica hizo un movimiento algo rebuscado y arriesgado, esquivó el golpe, por los pelos, pero clavó el suyo en una muy sensible parte de Naraku.
-Eso es para que aprendas a no meterte con quien no puede defenderse.-dijo Kagome meneando su cabeza hacia un lado.-Esto para que no te metas conmigo.-habló ella, dando un puñetazo al desencajado rostro de su oponente.-Y esto porque me caes mal.-dijo la chica dando una patada a su derribado y derrotado contrincante.
-¡Hey!-llamó la voz de Miroku que se abría paso junto a Sango por entre pequeña multitud que se arremolinaba cerca de ellos.
-¿Kohaku estás bien?-preguntó con voz alarmada Sango, al chico que estaba junto a Rin.
-Anda vamos antes de que se despierte y te quiera hacer tortilla.-dijo Miroku mirando suspicazmente a Naraku que era ayudado por algunos chicos.-O peor, que ellos nos hagan papilla.-susurró Miroku al oído de Kagome.
Extrañamente ninguno de los compañeros de Naraku atacó a Kagome, Miroku tan precavido, decidió que la parranda había terminado, cosa que Inuyasha no se tomó muy bien, pues él en su tan amena charla con Kaname, ni se dio por enterado de lo sucedido, hasta que Miroku se lo contó, Inuyasha decidió solamente ir a dejarlos, y volver a la parranda pues la estaba pasando muy bien con su nueva amiga.
-No te molestes entonces.-replicó con voz malhumorada Kagome.
-Inuyasha, sí mal no recuerdo tu nos trajiste, ahora tú llévanos.-dijo Miroku seriamente.
-Yo puedo llevarlos, tengo coche.-se ofreció Rin.
-Bueno asunto arreglado.-dijo Inuyasha dando por terminada la situación.
-Esta bien, nos vemos.-se despidió Miroku rumbo a la salida.
-Hey, entiéndeme, esta chica es genial.-dijo Inuyasha asiendo el hombro de una molesta Kagome.
Ella le dirigió una mirada airada, pero no dijo nada.
Así Sango, Miroku, Kohaku y Rin partieron rumbo a la ciudad universitaria del CUT, todos comentando lo sucedido, al contrario de Kagome que no pronunció palabra alguna durante todo el trayecto y curiosamente su humor molesto de hace unos momentos, cambió drásticamente a uno melancólico.
-----------------------------------------------------------
¡Feliz Año Atrasadoooo! XDDDD
Porfis….no me ejerzan mucha presión, que me espantan la inspiración, mejor denme ideas de cómo continuar el fic X'( yo las acepto encantada XD
De verdad me alegra ke les guste este fic, así como tmbn me alegra que me dejen sus comentarios
XAU!
Pd. Para alegría o infortunio de algunos de ustedes, no, no saldrá Kikyo.
Pd. El titulo está inspirado en una peli (muy mala) mexicana.
