VIVIENDO COMO UN CHICO.
-Diálogos.-
"Pensamientos"
Capitulo 10
Cobardía
Haber pensado que su estadía en la universidad sería maravillosa en todo sentido era algo de lo que Kagome ahora realmente se arrepentía, por primera vez deseó con todo su corazón no haber acudido ahí, no haberse hecho pasar por chico, y no haber conocido a Inuyasha. Lamentablemente el hubiera no existe, así que no quedaba mas remedio que soportarlo.
Los profesores parecían haber confabulado contra sus alumnos para encargar deberes todos y cada uno de los días de la semana, importándoles un comino si estaban en semana de exámenes o no. Aunado al hecho de que su relación personal con Inuyasha, había empeorado desde la última vez que hubieron tenido contacto, específicamente, desde aquella vez que, a pesar de haber pasado solo tres semanas a Kagome le parecía una noche tan lejana, en que él la había besado.
Realmente deseaba que no lo hubiese hecho, así tal vez, eso creía ella, no habría desatado el infierno en el cual vivía actualmente.
Según palabras de Sango, después de que Kagome le contara todo, y a juzgar por el comportamiento que el chico presentaba, la castaña llegó a la conclusión de que él estaba confundido.
-Eso me dijo, pero no sé porqué ¿será que descubrió que le gustan los hombres?-cuestionó la titubeante voz de la pelinegra.
-No. El único hombre que le gusta eres tú. Porque solamente a ti te ha celado como lo hizo. Houjo realmente te fue de ayuda.-dijo la castaña mientras tomaba un poco de su soda.
-Pues francamente deseo que lo fuera. No soporto verlo así.-dijo la chica con voz apagada.
-Kagome, se siente confundido, quiere despejarse, el hecho de que tu seas un chico para él, le trae contradicciones, quiere demostrarse que es un macho, por eso hace lo que hace.-explicó Sango mirando alrededor de la cafetería.
-¿Espera a alguien?-preguntó Kagome.
-Houjo. Haremos una tarea en equipo.-entonces Kagome recordó algo.
-¿Sabias que él es…? Ya sabes.-inquirió la morena curiosa.
-Bisexual.-dijo la castaña rodando los ojos.-Sí. Es muy abierto con el tema, pero se portó muy mal con Sayuri, una ex compañera, en una noche de copas le puso los cuernos con otro, ella estaba embrutecida de amor por él, el rumor se regó, ella lo supo y a sabiendas de que él era muy capaz de hacerlo, un día se fue de aquí. Puedo decirte que la acción la dejó devastada.
-Vaya, pobre chica.-compadeció la joven.- ¿Y él?
-Bueno, él trató de buscarla, nunca la encontró y si lo hizo no lo dijo. Él puede ser un buen tipo, pero es muy impredecible, un gran defecto, si me preguntas.-una mueca se dibujó en las comisuras de Sango.
-He notado a Miroku algo malhumorado últimamente.-comentó Kagome, cambiando la conversación.
-¡Ah no me hables de ese!-exclamó la castaña.
-¿Qué pasó? ¿Pelearon?
-Si. Fue algo sin mucha importancia, resulta que me encontró hablando con un ex novio y se enojó. ¿Puedes creerlo?-explotó Sango.
-Sí tu lo vieras en una situación similar ¿no estarías igual?-dijo Kagome tergiversando la situación.
-Claro que no….bueno eso creo, depende en qué situación lo encuentre.-repuso la castaña.
En ese momento un pelinegro de nombre Inuyasha atravesó la puerta principal de la cafetería, iba acompañado de una chica, como era su costumbre desde algún tiempo, para ser exactos todos y cada uno de los días desde aquella vez en que se topó a Kagome frente a frente.
Soportar no solo verlo durante el día con la chica en turno, sino también escucharlas gemir como locas por las noches, era un suplicio para ella.
Y es que como si de un enjambre de abejas a la miel se tratara, las chicas de la universidad acudían y cedían a Inuyasha. Sobretodo las chicas de grados superiores.
Él por su parte se mostraba impúdico ante este hecho, y cada vez que alguien le hacía mención a ello, se salía por la tangente.
Y es que al principio de la nueva faceta poligámica del chico, solo eran citas dos o tres veces a la semana, después durante varias veces no llegó a dormir, finalmente terminó por traerlas al departamento.
Kagome que había dado por pérdida la guerra antes de siquiera comenzar la batalla, solo se limitaba a protegerse con la única arma que poseía: el distanciamiento.
Solo que esta vez se alejó únicamente del causante de su malestar emocional.
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-Hola Kag.-saludó Ayame, cuando ésta pasó por su lado.
-Hey.-respondió la aludida. Desde hacía una semana la pelirroja se había quitado la capa de indiferencia que usaba ante Kagome, a quien le pareció muy extraño el repentino cambio de actitud de la chica.
-¿Vas a entrenar?- inquirió la joven desde el frente de uno de sus casilleros.
-Si.-dijo la morena apretando el paso, no quería enfadar a Kouga, era lo último que necesitaba.
Al llegar al gimnasio lo encontró ocupado por algunos chicos, entre los cuales visualizó al merolico de Shippo, pero no le importó, ella necesitaba deshacerse del estrés acumulado durante la semana, y golpear la pera o el costal, según el nivel de estrés del día, le era muy reconfortante.
Después de colocarse los guantes, y hacer algo de calentamiento rápido, se dispuso a golpear repetidas veces la pera. Con la adrenalina al tope, y recordando el encuentro de esa mañana en la cafetería con Inuyasha y su 'amiga', comenzó a golpear el costal, que por unos momentos en la mente de Kagome dejó de serlo para ser ocupado por el rostro del chico de orbes doradas.
"¡Dios! Esto se siente bien, pero se sentiría mejor si fuera real" pensó la joven arremetiendo aún más fuerte.
Cuando no tuvo más fuerzas para seguir, paró.
Caminó hacía los asientos y se sentó tratando de recuperar el aliento, apoyó sus manos en las rodillas flexionadas y bajó la cabeza, así estuvo unos minutos más hasta que la presencia de alguien tomando asiento a un lado suyo, llamó su atención.
-¿Se te ofrece algo?-cuestionó la chica a su interlocutora.
-Luces agotado.-dijo Ayame.
-¿Sabes que Kouga se molesta que hables conmigo?-preguntó Kagome haciéndole notar lo incómodo que le resultaba entablar un diálogo con ella.
-¿Y tu le tienes miedo?-preguntó ella burlona.
-No. Pero no me apetece pelear ahora.-respondió secamente la pelinegra.
-Tranquilo, él está en los vestidores, además no creo que arme un escándalo solo porque estamos hablando.
-Realmente no quiero averiguarlo.-dijo Kagome a la vez que se ponía de pie y cogiendo sus cosas, salió con rumbo a los baños públicos del lugar. No se dio cuenta de que la pelirroja le había seguido, sino hasta que fue demasiado tarde.
Entró a la estancia bañada de azulejos, tiró su mochila al suelo y caminó hasta los lavabos, necesitaba refrescar su rostro, entonces la visualizó a través del reflejo del espejo de los vacíos sanitarios, ahí estaba ella con una mueca en su rostro, algo que parecía querer ser una sonrisa de suficiencia, pero que no lo era para nada.
-¿Qué haces aquí?-cuestionó Kagome sorprendida, girando sobre sus talones para quedar frente a frente.
-Si Mahoma no va a la montaña…
-Escucha Ayame, esto puede traerme problemas con tu novio, por favor sal de aquí.-diplomáticamente pidió Kagome.
-Nop.-negó la chica poniendo una mueca de fastidio en su boca.
-Ayame, por favor.
-Estás siendo muy amable Kag, cosa que te faltó esa vez que hablamos en el elevador ¿recuerdas?-dijo la pelirroja paseándose por el baño.
-Si, y en verdad te lo merecías.-respondió la morena con franqueza.
-Verás, para una chica como yo es demasiado ser tratada así, fuiste muy cruel.-dijo la chica mientras se recargaba en la puerta de uno de los cubículos del sanitario.
-¿Porqué no hablamos de esto en otro lado? Alguien puede venir y este es un baño de hombres y por si tu no te has dado cuenta eres una chica.-la pertinaz de la joven pelirroja la estaba sacando de quicio.
-Precisamente por eso Kag, es que estoy aquí.-decía la joven mientras colocaba sus manos en la cabeza y comenzaba a revolver su pelo, dejando caer algunas hebras pelirrojas, después de eso tiró de su blusa dejando su blanco hombro al descubierto.
-¿Qué haces?-interrogó Kagome no comprendiendo el porqué de sus acciones.
-Preparando mi apariencia.-replicó ella. Luego se miró en el espejo y dijo.-Creo que así está bien
-Ayame, ya vete por favor…. ¿Estás bien?-la chica estaba sollozando tan bien que por un momento Kagome pensó que en verdad lloraba, pero cuando vio la sonrisa de la chica supo que estaba fingiendo.
-Tu preocupación me conmueve.-dijo Ayame.-Y ya me voy.-agregó con una pequeña sonrisa.
La chica caminó hasta la salida y cuando llegó a la puerta soltó un grito tremendo que hizo dar un respingo a Kagome, abrió la puerta y salió sollozando y gritando como una posesa.
Kagome parada en medio del baño, parpadeó varias veces, no entendía nada de lo que recién había ocurrido.
Después del escándalo armado por Ayame, la puerta del baño se abrió azotándose contra la pared, y Kouga apareció tras ella, sus mejillas estaban teñidas en un tono rojizo, sus ya de por si hostiles ojos tenían una mirada fiera, los puños apretados y durante ese instante Kagome se sintió diminuta ante él.
-¡Tú!-rugió Kouga abalanzándose sobre la pelinegra.
-¿Qué pasa?-balbuceó ella sintiendo como su respiración se cortaba abruptamente, cuando Kouga apretó su cuello.
-Maldito pervertido hijo de…
-¡Kouga! Detente.-pidió un chico con voz titubeante.
-¡No! Este pedazo de mierda se quiso propasar con mi novia. ¿Verdad?-le cuestionó a Kagome cuyo color pálido natural estaba siendo sustituido por uno rojo.
-No.-soltó Kagome, comprendiendo el porqué del alboroto de Ayame. Notando que la urgencia de aspirar oxigeno era imperiosa, con todas sus fuerzas restantes dio un rodillazo a la entre pierna de su atacante.
Jadeó al sentirse liberada. Vio como el chico se tocaba el lugar dañado y entonces habló entrecortadamente.
-Yo no hice nada. Ella vino aquí, yo no la llamé.
-¡Eso no es verdad!-exclamó una llorosa Ayame, que estaba parada junto a la puerta del baño.
-¡Eres un pervertido!-gritó Kouga enfurecido.- ¿Cómo te atreviste a mostrarle tus porquerías a MI NOVIA?
-¿Qué?-preguntó Kagome perpleja.
-Veamos si eres tan descarado conmigo aquí, miserable.-escupió el chico.
-¡Yo no hice nada!-exclamó a la defensiva la chica, quien comenzaba a sentir el pánico extenderse en su ser.
-¡Quítate los pantalones!-ordenó Kouga con la mandíbula apretada.
-¡Estás loco!-dijo Kagome, tratando de salir del lugar, pero fue interceptada por uno de los brazos de Kouga que la hizo trastabillar.
-¡Anda! Muestra tus miserias ahora. Te voy a humillar perro.-dijo él agarrándola del antebrazo y lanzándola fuertemente hacia el piso. Kagome sintió un dolor agudo en el codo derecho, producto de la caída.
-¡No!-gritó Kagome cuando sintió que el energúmeno halaba sus pantalones deportivos hacia abajo, con el objeto de bajárselos. Intentó poner resistencia pero lo único que ganó fue un golpe en el estómago.
-No, por favor.-suplicó ella, sintiendo como las lagrimas comenzaban a bordear sus ojos castaños.
-Ahora imploras ¿no estúpido?-inquirió mordazmente el enfurecido Kouga.
Kagome sintió cómo de un jalón el pantalón quedó por sus rodillas dejando al descubierto sus delgadas piernas, intentó cubrirse pero con fuerza bruta Kouga la levantó asiéndola del pelo y la lanzó hacia la pared opuesta.
-Quítate los boxers.-ordenó con voz fría.
-Yo no hice nada.-replicó la chica sintiendo un repentino odio hacia Ayame.
-No me obligues a hacerlo por mi cuenta, estúpido.-amenazó Kouga.
-No lo voy a hacer.-repuso Kagome firme y mirándolo desafiante, lo que causó que Kouga se enfadara más y le propinara otro golpe que logró sacar el aire del cuerpo de la joven, dejándola doblada de dolor.
-No me dejas más remedio.-replicó Kouga. Y con una mueca de asco pintada en su rostro se deshizo bruscamente de la última prenda que cubría la verdadera identidad de Kagome. Después de haberlo hecho la lanzó hacia el centro del piso, con la clara intención de humillarla frente a su novia y al chico que había entrado con él, fuera del lugar se hallaba un corro de mirones, que fueron llamados por el escándalo de la pelirroja.
La sonrisa arrogante de Kouga se deshizo al ver lo que Kagome tanto intentaba cubrir, miró hacia su novia que estaba tan impactada como él mismo, entonces cayó en cuenta de que ella le había mentido deliberadamente.
Kagome sollozando en medio del piso de los sanitarios solo se hizo un ovillo para cubrirse, no sabía qué dolía más: la humillación sufrida o los golpes asestados.
Cerró los ojos con fuerza, como si con eso lograra borrar del tiempo y el espacio lo que había ocurrido. Escuchó varios pasos, no sabía sí iban o venían, después sintió una mano posarse en su hombro.
-Vamos Kag, ponte de pie.-le dijo la calmada voz de Shippo.
Ella obedeció, se incorporó lentamente y subió sus pantalones junto a los boxers. Cuando estuvo de pie sintió aún más los calambres que le producían los golpes. Miró a su alrededor pero no vio rastro de Kouga ni de Ayame, se habían ido, solo estaba Shippo y uno que otro espectador mirando desde la puerta del baño, que al sentirse observados por ella también se fueron.
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Llegó a su departamento sintiéndose mal en todos los aspectos posibles.
El chico pelirrojo le había brindado su ayuda, y de paso le contó lo que había ocurrido cuando Ayame salió del baño echa un mar de lagrimas, dijo que la pelirroja gritaba que Kagome había querido abusar de ella, que le había mostrado sus partes íntimas, cosa que enfureció al novio.
Al ser el chico tan imprudente como era, no pudo reprimir la pregunta: ¿Por qué te hiciste pasar por chico?
Cosa que Kagome se reprochaba internamente. Le dio la versión corta, y decidió ir a su departamento, tenía que poner su mente en claro, antes de tomar cualquier resolución.
-Ho-hola Kag.-saludó el hermano de Sango. Pero al verla con los ojos rojos, más desaliñada que de costumbre y con una mano sobando su estómago, el chico intuyó que algo iba mal.-¿Te pasó algo?
Kagome lo miró por unos instantes antes de contestar, se debatía en si de una buena vez decir todo o inventar una mentira más, cosa que sería completamente inútil pues al final, el rumor se expandiría como pólvora y él acabaría enterándose de la verdad.
-Comí algo que me cayó mal.-definitivamente le faltaba el valor.
-Tengo unas pastillas para el dolor de estómago.-repuso el joven, sin dejar de mirar con suspicacia a la pelinegra.
-No, gracias. Mejor me voy a dormir, estoy muy cansado.-dijo ella dirigiéndose a su habitación.
Se recostó en su suave cama, con todo tipo de emociones cruzando su pecho, un insoportable nudo se hizo en su garganta, de nuevo las lágrimas acudieron a sus ojos, sumiéndola en un letargo, que fue interrumpido por unos fuertes golpes en la puerta, que Kagome había cerrado con seguro.
Se incorporó y miró la puerta dudando en abrirla o no. Finalmente la orden de viva voz de Sango le llegó tan fuerte y tan clara que no lo pensó dos veces y abrió la puerta.
Nunca, dentro del tiempo que llevaba conociendo a Sango la había visto tan molesta como ahora. Sus ojos alegres la mayoría del tiempo relampagueaban peligrosamente.
-¿Estás bien?-le preguntó escrutándola con la mirada.
-No.-su voz sonó ronca y apagada, de pronto Sango la abrazó fuertemente que Kagome no pudo evitar soltar un quejido, pues había tocado uno de los golpes.
-¡Estúpida!-reprochó la castaña, una vez que la hubo soltado.-¿por qué no se lo dijiste antes de que te hiciera esto?
-No habría escuchado Sango.
-Kag, ¡¡es que si lo llego a ver no sé lo que le haría!-exclamó indignada la joven.
-¿Tan pronto corrieron los chismes?-preguntó Kagome.
-Shippo se lo contó a Oyuki, y ella me llamó porque sabe que somos amigos, no podía creerlo. ¿Ahora qué harás? Se lo contarás todo a los chicos o piensas dejar que se enteren por otra fuente.-Kagome no supo qué responder, y Sango continuó.- Es tu oportunidad Kagome, ellos comprenderán, a pesar de todo son tus amigos.
-Son amigos de Kag, el chico.-repuso la morena.
-Es la misma persona, seas hombre o mujer ellos te quieren por lo que eres, no por una simple etiqueta genérica.-increpó Sango fervientemente.
-Está bien, pero no ahora. Mañana se los diré. Ahora solo quiero dormir.-respondió la morena.
-Hasta mañana entonces.-replicó Sango, dando un beso en la frente de su amiga.
-Sango.-llamó Kagome desde su lecho, antes de que la castaña cruzara el umbral de la puerta.-Gracias por todo.
La chica sonrió amablemente y salió de la habitación.
La noche fue larga, Kagome no durmió, finalmente cuando el cielo aún era oscuro cogió su teléfono y llamó a la única persona que conocía y que ella sabía que podría ayudarla sin meterse en sus determinaciones. Después con cuidado y sin hacer el menor ruido empacó sus cosas, trató de llevarse todo, tal y como cuando llegó, pero durante su estadía en el CUT, ella había adquirido algunas prendas de más, por lo que no todo cabía en su maleta o su mochila.
Así que se llevó lo más que pudo. Cuando estuvo lista se sentó a esperar a que la tenue luz del alba apareciera, fue entonces que se puso de pie y tomando sus cosas salió del apartamento, cuidando siempre de pasar inadvertida.
Habría escrito una nota despidiéndose. Sin embargo, la sensación de lo cobarde que les parecería a sus amigos ese hecho, la amilanó.
Y es que después de todo, si miraba las cosas objetivamente, con claridad y nitidez, era una perfecta cobarde.
Pues se sentía incapaz de enfrentarse a sus amigos, mucho menos a Inuyasha.
Bajó a la primera planta por las escaleras, el conserje acababa de abrir, y en ese momento estaba en la pequeña oficina del vestíbulo. Con cautela y sigilo salió de ahí y se encaminó por la desértica calle hasta la parada de autobuses, que desde el amanecer comenzaban a circular. No tuvo que esperar mucho, pues minutos después apareció el primero que la llevó al CUT. Ahí, frente a la imperiosa edificación se encontraba estacionado un pequeño auto, su conductor fumaba un cigarrillo con aire distraído, ella llegó hasta él.
-Gracias por venir Hibiki.
-Todo sea por ayudar a una linda chica……y por unos cuantos dólares.-agregó con un guiño.-Vamos, luces cansada.
-Lo estoy.-repuso ella, reprimiendo un bostezo.
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¿Me quieren matar no es cierto? XD lo comprendo.
Bueno, espero que este corto pero muy violento capitulo sea de su sádico agrado XD
No se preocupen, arreglaré este problema.
Pd. Sigo sin poder subir mis capis. (
Coolish muchas gracias x el ofrecimiento, pero no se vio tu mail…creo que el sistema no deja que los mails o paginas se vean. Solamente si haces espacios entre ellas…Como por ejemplo:
Triple w punto livejournal punto com diagonal users diagonal huastekita
Esa es mi página de live XD para los que gusten visitarla. ;)
¡Nos estamos viendo!
