Hace aproximadamente siete años, la aldea ninja de Konoha sufrió el ataque de uno de los demonios más poderosos: Kyuubi, el zorro de nueve colas. Esa noche, además del sacrificio que hizo el Cuarto Hokage para salvar a la aldea, varios bebés de algunas de las familias de ninjas más respetadas de Konoha fueron desaparecidos ese día. El último lugar donde esos niños fueron vistos fue en una cueva ubicada a quince kilómetros al oeste de la aldea. La misión consiste en localizar a esos niños y, de ser posible, llevarlos de regreso a Konoha. Junto a este pergamino vienen anexos la información de los niños perdidos, además de unos dibujos de cómo se verán ahora. Sin embargo, si alguno de ellos representara un peligro para Konoha, no habrá más opción que ejecutarlo.

Un hombre de cabello gris vestido con un traje negro bajo una especie de armadura blanca y su cara cubierta con una máscara en forma de perro examina el rollo de pergamino en su mano para luego guardarlo y mirar hacia atrás, donde la altura del cerro donde se encuentra le permite admirar la vista del bosque en el alba, con una especie de fortaleza en el fondo, que resguarda la aldea ninja vigilada por cuatro rostros tallados en una montaña.

"Capitán, venga a ver esto" le habla un hombre de cabello negro con la misma vestimenta que el otro hombre, a excepción de la armadura gris y la máscara en forma de ave. El hombre de cabello gris sigue a su subordinado hasta llegar a una pared de roca cubierta por algunas lianas cortadas dejando ver una especie de cueva en la cual los dos sujetos entran.

"Así que ésta es la cueva donde refugiaron a los niños ese día."

"La descripción sobre su ubicación concuerda, capitán"

En el interior de la cueva el hombre de la máscara de perro es saludado por otras personas de vestimenta similar con sus máscaras resembrando varios animales diferentes que se ven algo aterradores gracias a la poca iluminación de las linternas. A pesar de eso el jefe del grupo continúa su recorrido hasta el fondo de la cueva, donde se logran apreciar unas especies de símbolos grabados en la roca, que el hombre examina con sus manos.

"¿Qué cree que sea?"

"Los grabados están algo gastados, es probable que hayan sido elaborados hace cientos de años"

La luz comienza a entrar en la cueva conforme el sol se levanta en el cielo, dejando apreciar mejor los grabados. En eso una serie de marcas blancas aparecen en las paredes, el techo y el suelo de la cueva formando una espiral brillante que termina en la marca que el jefe estaba tocando momentos antes.

"¡Capitán!"

Todo el grupo retrocede al momento en que la máscara de su líder cae al suelo, pero su dueño ya no se encontraba dentro de esa cueva. Había vuelto a pasar lo mismo que hace siete años.

Los niños de Kyuubi

Misión 1: Un ninja en Tokio

Ciudad de Tokio, cinco años después…

Un chico de doce años de cabello castaño algo despeinado, con un mechón casi cubriendo su ojo derecho y vestido con un uniforme de secundaria se seca el sudor de su frente y toma una pausa para planear su próximo movimiento. Sabía que el ninja con quien se enfrentaba no iba a tener misericordia con él, además de que sus energías estaban muy bajas. Pero por suerte el chico aún podría usar ese movimiento especial que le había tomado meses perfeccionar.

"¡Prepárate para recibir el golpe espe...!"

Antes de que el chico termine de gritar el ninja saca una espada y corta al joven, quien cae muerto mientras el ninja se coloca en pose de victoria y en la pantalla salen con letras rojas las palabras GAME OVER.

"No es justo, ni siquiera pude usar mi movimiento especial"(ToT)

"Si fueras un ninja de verdad ya estarías muerto, Kenta" le contesta al chico un joven con la misma vestimenta que él de cabello rubio algo rizado, con complexión delgada y unos lentes redondos adornando su cara. "Ahora tengo que descansar, ya es tarde"

"Pero Nobutaka, aun tengo que practicar para el torneo de Masacre Ninja 2" suplica Kenta al momento en que su amigo apaga la consola.

"Si te castigan por no pasar el examen de historia mañana dudo que puedas ir al torneo"

Kenta se levanta del sillón en la sala y se dirige a la salida de la casa de su amigo cuando se fija en una vitrina donde se exhiben armas antiguas, y el joven de cabello castaño centra su atención en un pergamino algo viejo, enrollado y cerrado con un sello de papel con unas letras escritas.

"Ese pergamino no estaba ahí la semana pasada"

"Mi abuelo lo encontró en el bosque en una de sus excursiones. Aunque es extraño lo que está escrito en el sello"

"Maneki" dice Kenta leyendo la escritura sobre el papel blanco que mantiene cerrado el pergamino. "¿Qué crees que signifique?"

"No tengo idea"

"Bueno, nos vemos mañana"


Cerca de la orilla del río que cruza la ciudad de Tokio, un hombre de cabello gris vestido con un traje de vestir negro y un cubrebocas que acentúa el misticismo en su rostro avanza hacia debajo de uno de los puentes cargando un maletín café mientras voltea a todos lados para asegurarse de que no hay nadie cerca en lo que sus gafas oscuras reflejan algo de la luz del sol en el horizonte.

"Me alegra verlo señor Hakate" lo llama un hombre rubio de complexión robusta que sale de las sombras al igual que un grupo de cinco sujetos, todos con el mismo atuendo formal que su jefe. "Aunque no me alegra que haya llegado una hora tarde"

"Tenía que asegurarme de que la policía no me siguiera. Ahora quiero ver la mercancía"

El hombre chasquea sus dedos y uno de sus subordinados se acerca a él entregándole una espada japonesa. "Dicen que esta katana fue usada por el cuarto shogun de la época Edo y que ha exterminado cientos de hombres. Se nota que usted tiene un buen gusto por las armas"

"¿Le importaría si le echo un vistazo? Ya sabe, para asegurarme de su autenticidad"

"Por supuesto señor policía" le contesta el hombre rubio al desenvainar la espada y correr hacia su cliente, el cual apenas logra esquivar el filo dejando que algunos cabellos del lado izquierdo sean cortados y un pequeño transmisor sale de su saco al momento en que cae al suelo.

"¿Cómo es que...?"

"Siempre investigo a mis clientes antes de hacer un trato" contesta el sujeto a su cliente en lo que con un chasquido ordena a sus hombres sacar unas pistolas y apuntarlas a él. "ahora tendrá el placer de ser asesinados por los shogunes de Tokio, señor Hakate. O debería decir, oficial Hibiki"

"Lo siento, pero se me hace tarde para ir a otro lado"

El oficial encubierto saca una pequeña esfera de su saco y la lanza al suelo para que explote liberando humo y aprovecha que los hombres están ocupados tosiendo para hacer que pierdan la conciencia con una patada circular. El jefe de la pandilla no tarda en tomar la espada y subir la pendiente para llegar a la parte superior del puente y escapar, pero no contaba con que una mujer de cabello corto de color verde usando un uniforme de policía lo estaba esperando con pistola en la mano.

"Tomaru Fumikatsu, queda bajo arresto por robo, tráfico de antigüedades y delincuencia organizada."

El hombre titubea al no saber por dónde escapar, pero en eso se fija en un chico de secundaria de cabello castaño cruzando el puente y una idea pasa por su cabeza. Aprovechando su condición física el delincuente salta hacia el puente y sujeta al estudiante con un brazo mientras con la otra mano desenvaina la espada y la coloca en el cuello del chico. "Baja el arma si no quieres que la cabeza de este chico salga rodando"

La policía frunce el ceño al guardar su arma y dejar que el maleante se vaya con su rehén hacia la arboleda cerca del río. "Esto es lo que odio de mi trabajo"

"¿Cómo está todo allá Mitsuko-san?" le pregunta su compañero desde debajo del puente, a lo que la oficial le grita. "Shiroi-san, si hubieras estado aquí hace un par de minutos hubieras evitado que Fumikatsu se llevara a un rehén"

"¿Un rehén? Será mejor que vaya a pedir refuerzos Mitsuko-san"

"Mejor ocúpate de esposar a los secuaces de Fumikatsu. Conociéndote cuando logres pedir refuerzos ya habrá amanecido"

Cuando la oficial se ha alejado el hombre de cabello gris se quita sus lentes y no tarda en colocarse un parche en su ojo izquierdo mientras el derecho dirige su mirada hacia arriba. "¿Ya oíste a Mitsuko-san?"

"Hasta ella reconoce que siempre llegas tarde" le contesta una figura pequeña parada de cabeza en las vigas del puente, como si sus pies estuvieran magnetizados. Su atuendo negro entre las sombras hace difícil de reconocer su silueta, y la máscara blanca con rayas rojas en forma de gato se encargan de cubrir su identidad.

"Me refiero a lo del rehén. Ya sabes qué hacer"

"Odio cuando tengo que hacer tu trabajo, pero es mejor que estar otra noche sin hacer nada"

"Sólo procura no matar a nadie"

"Entendido, aunque me pareció irónico que usaras tu verdadero nombre como un alias" responde la figura misteriosa antes de desaparecer en una explosión de humo dejando solo al policía, cuyo cubrebocas esconde una sonrisa.

"Tiene razón, qué irónico"


La cara de Kenta se encontraba pálida al sentir el filo de una espada tan cerca de su cuello, y apenas tenía aliento para seguir el paso del tipo que lo estaba secuestrando, además de que la vista del bosque nocturno hacía parecer que todo era parte de una película de terror. A pesar de todo eso, aún tenía un pensamiento alegre en su cabeza. 'Al parecer ya no tendré que estudiar para el examen de mañana'

Las hojas de los árboles comienzan a agitarse y el chico apenas logra notar una silueta saltando de rama en rama, cosa que Fumikatsu no deja pasar desapercibido y no tarda en desenvainar su espada y volver a colocarla cerca del cuello de su rehén

"¿Quién está ahí¡Sal ahora si no quieres que mate a este chico!"

Como respuesta, una ramita es lanzada de uno de los árboles y roza la mano con la que Fumikatsu sujetaba la katana haciendo que la tire al suelo al igual que Kenta, quien se fija que la rama ha quedado clavada al suelo. El sonido de las hojas agitándose cada vez más a su alrededor aumenta la paranoia del hombre, quien después de un tiempo saca una pistola de su chaqueta y empieza a disparar a los árboles en su desesperación, hasta que por fin ve una silueta cayendo a los arbustos y no duda en disparar varias veces al lugar de la caída en lo que los ojos del rehén se abren completamente.

"Nadie se mete conmigo sin sufrir las consecuencias" dice Fumikatsu al guardar su arma y a continuación da la vuelta para retirarse junto con el chico, pero en ese momento una mano sale del suelo y toma el tobillo del hombre para sepultarlo en la tierra dejando sólo la cabeza libre. A continuación algo de tierra se levanta detrás del chico y de ese agujero sale una persona de vestimenta negra con una máscara en forma de gato que cubre su rostro, pareciendo que mira fijamente a Kenta.

"¿Te encuentras bien?"

"Si, gra…gracias"

"No se muevan. Si intentan escapar no dudaremos en abrir fuego" grita un hombre de traje negro con lentes apuntando al enmascarado con una pistola, al igual que otros cinco sujetos que tienen rodeados el lugar. En eso el enmascarado le extiende a Kenta su mano, la cual está cubierta por un guante oscuro hasta el codo.

"Creo que no hay otra opción, sólo confía en mí."

"¡Disparen!"

Tan pronto como la pareja comienza a correr, los hombres presionan el gatillo de sus armas y pronto el lugar se llena de una lluvia de balas cubiertas por el humo de la pólvora. Cuando el tiroteo hubo cesado, en lugar de cadáveres caen al suelo un par de troncos con los proyectiles incrustados en su corteza, lo cual confunde a los sujetos hasta que el grito de su jefe enterrado en el suelo del cuello hacia abajo los regresa a la realidad.

"¿En qué estaban pensando¡Casi me disparan a mí!"

"Lo sentimos mucho señor"

"Bueno, al menos aun tenemos la katana"

"Señor, lamento decirle que no está por los alrededores."

"Ese sujeto enmascarado debió haberla tomado. ¡Vayan a buscarlo inmediatamente, no debe estar lejos!"

"¡Sí señor!" contestan los hombres al unísono antes de alejarse del lugar, y es en ese momento que el mafioso se da cuenta que aún sigue sepultado del cuello hacia abajo.

"¡Regrese¡Tienen que sacarme de aquí primero!"

El grito del hombre resuena por todo el bosque mientras que una sombra salta de un árbol a otro retirándose sin que nadie se dé cuenta.


El silencio del bosque es interrumpido por los gritos de un estudiante de secundaria que es cargado por una persona de máscara blanca saltando de rama en rama, aún cuando estuvieran alejadas diez metros una de otra.

"Será mejor que te calles, nos deben estar buscando"

"De acuerdo, pero espera…" contesta el chico al tragar saliva tan pronto como el enmascarado salta hacia el suelo desde una altura de doce metros. Tan pronto como sus pies tocan el suelo, un dolor en la pierna derecha provoca que la persona de ropa negra se arrodille tirando a Kenta en el suelo, quien comienza a reclamar. "¿Por qué hiciste eso? Al menos hubieras avisado que ibas a saltar al suelo"

Al no recibir respuesta el estudiante se acerca a quien lo había salvado de un criminal peligroso, y en uno de sus pasos un crujido hace que baje su mirada y vea la máscara en forma de gato frente a sus pies, a lado de una rama rota. A continuación su vista se enfoca en el dueño de la máscara y el chico da un paso atrás al descubrir el rostro claro con ojos verdes que había ocultado la persona de cabello negro atado en una cola de caballo.

"¡E…eres una chica!"

"¿Tienes algo en contra de que una chica te haya salvado de uno de los criminales más peligrosos de Japón?"

"No es eso, es que en realidad…" En ese momento el chico nota que la mano con la que su salvadora sostiene su pierna se va tiñendo de rojo. "¿Te encuentras bien?"

"Es sólo una pequeña herida"

Kenta se agacha y rasga la tela que cubre la pierna para dejar expuesta una herida redonda de la cual brota sangre. "Parece más bien un disparo de bala que una pequeña herida. Hay que sacarla antes de que se infecte la herida"

"Pero no podemos quedarnos aquí, Fumikatsu podría encontrarnos"

"No sé cómo es que pudiste hacer todo lo de hace rato, pero dudo que en ese estado puedas irte de aquí."

"En ese caso será mejor que te vayas antes de que llegue"

"Lo siento, pero mientras más pronto te saque esa bala más pronto me dejarás de ver."

La chica gira sus ojos en señal de fastidio y voltea su cabeza a un lado. "Está bien, tú ganas. ¿Ahora qué tengo que hacer?"

"Sólo necesito una navaja o algo por el estilo"

"Tal vez esta kunai sirva" dice la joven de cabello negro al sacar de un bolsillo una especie de cuchillo metálico con mango circular y se lo da al chico, quien examina la daga por un momento antes de hacer una incisión en la pierna y mover la cuchilla para sacar la bala cubierta de sangre. Luego Kenta rasga la parte inferior de su camisa y la ata alrededor de la herida en lo que su paciente mira con atención.

"Con esto será suficiente. Será mejor que luego veas a un doctor para que no se infecte"

"Muchas gracias. Ahora ya te puedes ir."

"No puedo dejarte aquí sola en el bosque." Dice el joven al sentarse al lado de la chica, la cual toma de su espalda la espada que poseía el mafioso, y se apoya en ella para levantarse.

"Según recuerdo, dijiste que te dejaría de ver cuando me quitaras esa bala de mi pierna"

"Sinceramente dudo que puedas irte de aquí en ese estado".En eso Kenta se pone de espalda y se agacha. "Si quieres te puedo llevar"

"No te preocupes. Un amigo vendrá a recogerme y…"

Una leve brisa levanta las hojas cercanas y en un par de segundos la chica se acomoda en la espalda del confundido joven. "Ahora que lo pienso, será mejor que acepte tu ayuda" (n.nU).


La luna creciente adorna el cielo a esa hora de la noche en lo que un chico cargando a una chica sujetando una espada salen del bosque para llegar a una acera donde un puente la conecta con el otro lado de un río. Al estar en el mismo lugar donde horas antes fue el rapto de Kenta, él se detiene y baja a la chica de su espalda.

"Bueno, supongo que es aquí donde cada uno toma su rumbo. Fue un gusto conocerte, aunque aún no nos presentamos…"

"Cuidado" lo interrumpe la chica al empujar al joven al suelo, donde la pareja se cubre de una serie de disparos. Las luces de los faros de un coche se enfocan en el dúo, que logra ver a su alrededor un grupo de mafiosos apuntándolos con sus pistolas en lo que su jefe se baja del vehículo, y rápidamente los chicos se levantan en lo que la joven aprovecha para colocarse de nuevo su máscara

"Fueron unos tontos al pensar que se irían sin pagar por todo. Ahora regrésenme la katana y los dejaré con vida, probablemente."

"Mi misión es proteger a este chico y regresar esta espada a donde pertenece" contesta la enmascarada mientras levanta la katana al tiempo de que un remolino de hojas la rodea. "Y como anbu yo siempre cumplo mis misiones"

"Este….sería mejor que le dieras la espada"(n.nU)

"¡Disparen!"

Todos los hombres de negro se preparan para apretar el gatillo cuando se fijan que sus armas se van convirtiendo en un enjambre de escarabajos que van entrando a su piel y comienzan a reptar debajo de su piel haciendo que tiren sus armas. Al ver la mayoría de sus hombres retirarse sin razón aparente, Fumikatsu se pone colérico. "¿Qué están esperando¡Les daré dos millones de yenes a quienes acaben con ese mocoso!"

Sin perder tiempo los sujetos que quedaban corren hacia la pareja y la chica enmascarada se pone en pose de pelea cuando su pierna comienza a enviar señales de dolor a su cerebro.

"¿Estás bien?"

"No te preocupes, no es nada. Además…" contesta la joven a Kenta en lo que comienza a mover sus manos rápidamente en una serie de extraños ademanes. "…sé de otra forma para darle su merecido a todos ellos. Sólo trata de no moverte o quedarás atrapado"

"¿A qué te refieres?"

Una vez que los tipos de negro están a tres metros de los chicos, la enmascarada deja de mover sus manos para terminar formando un triángulo y los dedos índice arqueados. Una especie de aura azul rodea la chica y el viento comienza a soplar alrededor de ella asombrando a los presentes.

"Fuuton: Midori senpuu no jutsu" /Ataque de viento: técnica del tornado verde/

Al decir esas palabras un tornado se forma alrededor de la pareja a medida que la luz de esa extraña aura ilumina la ráfaga dándole un tono verde azulado. El tornado no tarda en atrapar a los empleados del mafioso y lanzarlos en todas direcciones. Al ver eso Fumikatsu se da la vuelta para retirarse sólo para chocar con un hombre de cabello gris con traje oscuro bajo un chaleco verde, con su boca cubierta por una tela oscura y una cinta con una placa metálica cubriendo su ojo izquierdo.

"¿Acaso ibas a algún lado?" dice el recién llegado al retirarse la cinta del ojo, que va seguido por el grito del mafioso que se escucha por todo el bosque. Entretanto, Kenta logra recuperar el movimiento después de la impresión por lo que acaba de hacer la chica, la cual cae de rodillas.

"Creo que usé demasiado chakra. Aún me falta perfeccionar esa técnica"

"¡Eso fue genial¡Ojalá pudiera hacer algo así!"

Unas sirenas indican el acercamiento de unas patrullas y la chica se levanta con dificultad para luego entregarle la espada al estudiante. "Dale esto a la policia, y no les menciones nada sobre mí"

Al decir eso una ráfaga levanta las hojas cercanas haciendo que Kenta se cubra, y una vez que el viento se ha calmado el chico nota que se ha quedado solo. Es ahí donde la luz de una linterna sujeta por una oficial de cabello verde lo deslumbra.

"¿Te encuentras bien¿y qué pasó aquí?"

"La verdad es que…" en eso el chico voltea a ver a su alrededor a los sujetos inconscientes y con algunas fracturas visibles. "No tengo idea. Todo pasó muy rápido…"

"Mira lo que encontré Mitsuko" dice un policía de cabello gris con un parche en el ojo izquierdo y un cubrebocas empujando a un mafioso con cara petrificada. "Según él, vió a un demonio que lo atacó a él y sus hombres"

"Shiroi, normalmente te regañaría por llegar tarde, pero esta vez lo dejaré pasar"

"Por favor enciérrenme por cincuenta años. Sólo quiero estar lejos de este bosque"(ToT)

La mujer no tarda en meter al criminal en una patrulla en lo que murmura. "Un demonio…ja, parece que ha probado algo de las drogas que trafica. Oye Shiroi, encárgate de llevar al chico a su casa. Y asegúrate de no detenerte por algún gato negro"

"De acuerdo Mitsuko-chan. Vamos, hay que irnos."

"Está bien" responde el estudiante en lo que se queda mirando a una sombra alejándose mientras salta de árbol en árbol.


"¿Estás seguro de que pasó eso? Suena como un sueño"

"Fue real, Nobutaka" contesta Kenta al día siguiente después de relatarle su aventura a su mejor amigo, sentado en el asiento de a lado. "Fue lo más emocionante de toda mi vida. Y luego cuando esos sujetos estaban a punto de atacarnos esa chica invoca un tornado noquea a todos."

"¿De casualidad estuviste viendo ese maratón de anime anoche?"

"¡Por última vez, pasó de verdad!"

"Señor Yamaki, ya hemos comenzado las clases, así que le agradecería que se callara"

"Si señor" el chico se esconde en su pupitre ante el regaño del maestro calvo entrado en años. De repente la puerta se abre y una chica con el uniforme de marinero en colores azul con moño amarillo entra algo apurada al salón.

"Perdone por llegar tarde, es que no encontraba la dirección"

"Entiendo perfectamente" el profesor comienza a escribir en el pizarrón para luego aclararse la garganta. "Alumnos, el día de hoy tendremos una nueva estudiante. Reciban a la señorita Hakate Midori"

Los ojos de Kenta se abren al reconocer a la chica de cabello negro recogido en una cola de caballo, tez clara y ojos verdes. Todo el salón de clases se sorprende cuando el chico se levanta súbitamente y señala a la chica nueva.

"¡NO PUEDE SER, ERES TÚ!"

Continuará…


Es el primer fic de Naruto que escribo, así que sean comprensibles. Como hay varios fics de esta serie que toman lugar en escuelas en los que hay otros que se concentran en batallas y decidí mezclar las dos cosas. Aunque al principio hay personajes originales poco a poco iré colocando a los personajes del anime en la historia, así que sean pacientes. Por si se dieron cuenta, para este fic estoy escribiendo los nombres en el modo japones, o sea el apellido primero y luego el nombre, es para darle un toque original.

Agradezco a Mirime Sketchit y Mari Briefs por animarme (mejor dicho obligarme) a hacer este fic y ayudarme con sus ideas.

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