"Kenta, por favor abre la puerta"
"¡Por última vez déjame en paz mamá!"
Desde hace dos horas el chico de trece años se ha quedado encerrado en su habitación con pósters de bandas de rock adornando las paredes en tonos oscuros, combinando con las sábanas en las que Kenta se cubre del mundo exterior y evitar seguir recordando esa noche de hace cuatro años y que hace unas horas le confirmaron que no era una pesadilla, sino una horrible realidad. En eso los golpeteos en la puerta cesan y una voz femenina se oye del otro lado.
"Está bien, tú ganas. Te dejaré en paz, pero sabes que cuentas con tu madre para cualquier cosa"
Al darse la vuelta en el colchón, el chico se queda mirando el pergamino que había dejado en la mesa de noche, aún con el sello puesto con la palabra Maneki, que solía pertenecer a una familia de ninjas y ahora era suyo.
"¿Cómo podré contar con ella si no es mi verdadera madre?"
Los niños de Kyuubi
Misión 3: La decisión de Kenta
En la mesa de una cafetería una estudiante peinada con una cola de caballo negra trata de resolver la tarea de matemáticas en lo que su acompañante de ojo parchado en uniforme de policía da un sorbo a su café, con la taza cubriendo la parte inferior de su rostro. Después de un rato la chica deja el lápiz en la mesa para probar un poco de la copa de helado frente a ella.
"Dudo que haya sido buena idea decirle todo a Yamaki. Por la forma en que reaccionó parece que no lo tomó muy bien"
"Será mejor que le eches un vistazo a esto" comenta Kakashi al pasarle una carpeta a la chica, quien la abre para leer su contenido y abrir sus ojos como platos después de ver su contenido.
"¿En serio hizo eso?"
"Según el archivo hubieron disparos antes de que pasara, por lo que es probable que haya usado su chakra inconscientemente para defenderse"
Midori cierra la carpeta y toma de nuevo la cuchara para disfrutar del helado sin dejar de mostrar seriedad en su rostro. "Sé cómo debe sentirse ahora. Un shinobi en potencia criado en un mundo como éste debe sentirse como un fenómeno."
"Es por eso que mañana harás lo posible por convencerlo de que sea un ninja de Konoha."
"¿Por qué no lo haces tú?"
"Porque tu vas en la misma clase que él"
"Ya qué"
El hombre de cabello gris revisa su reloj para luego levantarse de la mesa y tomar la carpeta. "Tengo que irme, hace media hora que terminó mi descanso"
"Sólo no me uses de excusa"
"Nos vemos" responde el oficial para salir de la cafetería en lo que la chica trata de terminarse su postre mientras se queda divagando.
'Asi que Yamaki es en realidad del clan Maneki, eso explicaría el por qué me recordó a Ryuki…aunque se supone que los Maneki usan espadas para ejecutar técnicas del rayo. ¿Cómo es que él…?'
"Aquí está su cuenta"
Una mesera interrumpe los pensamientos de la kunoichi para dejar una hoja de papel en la mesa, lo cual provoca que la estudiante se ponga roja de rabia.
"¡Maldito cara tapada, se fue sin pagar su parte de la cuenta!"
"Para hacer este tipo de problemas tienen que aplicar la ley de coseno en caso de que…"
Sin hacerle caso al maestro de matemáticas, Kenta deja su lápiz en el pupitre para voltear a ver a Midori, quien se concentra en tomar notas. Con una cara melancólica el chico apoya su cabeza en la mesa mientras recuerda ese fatídico día
Hace cuatro años…
Un Kenta de nueve años trata de contener las lágrimas en lo que a su alrededor resuenan los tiros de unas pistolas con los cuales unos sujetos de chaqueta de cuero acaban con las vidas de unos jóvenes con un pañuelo rojo atado en el brazo derecho, como el que portaba el niño paralizado de miedo al momento en que el cadáver de uno de sus compañeros cae a sus pies con un orificio en la frente por el cual brotaba sangre.
"Kyo…"
"Kenta…" el futuro occiso trata de reunir fuerzas para hablar con el pequeño antes de ir al más allá. "…huye ahora. Tú no mereces morir hoy"
Una vez que el chico cierra sus ojos por última vez, Kenta se arrodilla al lado de su amigo y jefe en lo que sus lágrimas se confunden con la lluvia que había comenzado a caer. Al percatarse de una sombra el niño levanta la mirada para verse rodeado por los sujetos de las chaquetas de cuero.
"Sólo queda un mocoso. Esto será pan comido"
"Pero si es sólo un niño" interrumpe uno de los chicos. "¿No cree que es demasiado?"
"Si lo dejamos con vida es probable que haga resurgir a los Dragones rojos. No quiero arriesgarme a que por ese pequeño error los Demonios del Sur sean exterminados algún día."
El pequeño mira con una mezcla de odio y temor al tipo frente a él, pero al verlo patear al cadáver a sus pies, sentía que toda la furia en su interior iba a ser liberada en lo que las nubes comenzaban a ser iluminadas por los relámpagos.
"¡No voy a perdonar lo que le hicieron a Kyo-sama!"
De repente se oye un gran estruendo seguido por un resplandor rojo que ciega la vista del pequeño. Una vez que la luz se ha disipado Kenta se deja caer por un cansancio repentino para luego observar aterrorizado los cadáveres quemados sobre un círculo de hollín donde el niño se encontraba justo en el centro.
"¿Acaso yo…?" alcanza a decir el pequeño antes de caer desmayado tanto por el cansancio como el trauma que había sufrido.
De regreso al presente…
"¡Yamaki!"
"¿Eh?" Kenta sale de sus pensamientos al oír al maestro, cuyas venas resaltando de su frente calva indican la cantidad de furia que está a punto de liberar.
"¡Afuera ahora!"
En el pasillo y cargando dos cubetas de agua, Kenta da un suspiro de resignación cuando de repente siente que alguien le toca el hombro.
"¿Puedo hablar contigo?"
"¡Aaaaaaah!" del susto el chico lanza las cubetas derramando su contenido sobre él en lo que se percata de la presencia de Midori. "¿No se supone que deberías estar en clases?"
"Nadie ha notado que no estoy. Además, tengo que hablar contigo sobre lo de anoche"
"No quiero hablar contigo" contesta el estudiante sentándose en el piso con la cabeza pegada a sus rodillas para cubrir su cara. "Mi vida estaba bien hasta que llegaste. ¿Acaso no sabes lo que se siente haber matado?"
"Una vez estuve a punto de matar a alguien después de que asesinó a mi mejor amigo, aunque por suerte o desgracia sólo pude lastimar su hombro. En cierta forma no sé cómo se siente matar a alguien" al decir eso un par de lágrimas recorren el rostro de la chica hasta desprenderse de la piel y caer al suelo. "Yo que tú no me preocuparía por lo que se siente matar, me preocuparía si llegara a disfrutar de esa sensación."
En eso suena la campana de la escuela y Midori le entrega un pergamino a Kenta, quien lo ve detenidamente. "¿Qué es esto?"
"Contiene los conceptos básicos que debe saber un ninja, en caso de que quieras ser uno, pero te recomiendo que leas antes el pergamino que debes estar guardando en tu casa. Cuando te decidas me avisas"
Al decir eso la chica hace un ademán para luego desaparecer en una nube de humo antes de que la puerta del salón se abra dejando salir a los alumnos al receso. Rápidamente Kenta guarda el pergamino y se mezcla entre la multitud mientras trata de decidir. 'No quiero convertirme en un posible asesino, pero necesito obtener algunas respuestas. ¿Qué es lo que debo hacer?'
Ya era tarde y los alumnos se retiran a sus casas felices por haber terminado otro día de clases, pero mientras acompañaba a su amigo por la calle, Nobutaka sabia que él no parecía tan alegre. "Oye, mañana es el torneo. ¿No quieres ir a practicar un rato en el Supernova?"
"Hoy no estoy de ánimo, ve tú si quieres"
"Pero Kenta, hace un par de días ese torneo era lo único de lo que hablabas."
"Es que han pasado muchas cosas" Explica el chico cuando repentinamente un puño cubierto en un guante negro a excepción de los nudillos se acerca a su cabeza y Kenta se limita a mover su cabeza a un lado y sujetar el puño con la otra en lo que . "Lo siento Shiruba-senpai, pero no participaré esta vez"
"¿El gran Yamaki Kenta no va a participar? Me partes el corazón" responde una voz detrás de ellos perteneciente a un chico de aparentemente veinte años de cabello blanco cubierto por una pañoleta negra que combina perfectamente con su gabardina oscura bajo la cual se asoma una camisa azul y un pantalón negro. Con una tristeza fingida en sus ojos plateados el recién llegado baja su puño en lo que con su otro brazo sostiene una bolsa de papel. "Aunque es algo raro tratándose de ti, nunca te has perdido un torneo ni siquiera por algún castigo"
"Si supieras lo que me ha pasado..."
"¿Por qué no van al Supernova a tomar algo? Va por la casa"
"Gracias Shiruba-senpai"dicen los estudiantes al unísono, aunque Shiruba se había percatado de la falta de entusiasmo del joven de cabello café, pero luego ignora ese detalle y dirige a sus invitados a un local con vitrinas oscuras sobre las cuales se veía la palabra Supernova en un anuncio de neón. Al colocarse frente al local unas puertas automáticas se abren para dejar pasar al trío al interior de lo que parece ser una arcadia con una gran variedad de videojuegos, desde carreras de motos hasta juegos de baile pasando por el hockey de mesa y simuladores de esquí acuático. El chico de cabello blanco pasa respondiendo el saludo de algunos de los clientes y se detienen en una especie de barra de jugos con detalles en neón donde los estudiantes se sientan en lo que Shiruba se coloca al otro lado de la barra y coloca su bolsa a un lado para luego tomar dos vasos de metal. "¿Lo de siempre verdad?"
Al ver que los dos chicos afirman el joven de ropa oscura coloca unas frutas en los dos vasos y los coloca cada uno en una licuadora con el sonido del motor perdiéndose entre los de las maquinas de videojuegos. Una vez que se haya apagado el motor el chico sirve el contenido de los vasos metálicos en unos de vidrio y le pasa un vaso de líquido rosado a Nobutaka en lo que el de Kenta presentaba una coloración naranja.
"¿Ahora me podrías contar qué es lo que te ocurre?"
"Es que ayer me enteré de que en realidad soy..." por un momento Kenta parece dudar, pero luego se resigna y toma una pajilla para comenzar a tomar su bebida. "...adoptado"
"¿En serio? nunca me lo hubiera imaginado. Debe ser traumante para ti"
"Así es."
"Pero supongo que tus padres estarían orgullosos de ti cuando se reúnan, y de seguro llegarán a un acuerdo con tu mamá"
"Dudo que estén orgullosos de un asesino como yo"
Shiruba acerca su cara a la de Kenta y éste lo mira confundido hasta que el peliblanco coloca su puño cerca de la frente y lo golpea con un movimiento rápido de su dedo índice. "¿Cuántas veces te he dicho que te olvides de eso?"
"De acuerdo, ya entendí" contesta el estudiante con sus manos en la frente "Eso duele"
"Por el momento distrae tu mente en otras cosas. Lo que me recuerda que tienes que hacer lo posible para mantenerte como el campeón de Masacre Ninja"
"Lo intentaré"
"Ánimo, no me gusta ver a mi mejor cliente así"
"Gracias por escucharme Shiruba-senpai" agradece el chico de cabello castaño al dirigirse al área de videojuegos junto a su amigo, en lo que el joven de negro pone los vasos en el lavabo y deja ver una leve sonrisa en sus labios.
"Al parecer ya está conciente de sus habilidades. El momento se acerca."
En la mesa del comedor de un pequeño departamento se ve a Kenta comer rápidamente un plato de arroz en lo que su madre, una señora de cabello castaño con ojos verdes sobre su tez clara usando un traje sastre, termina de sacar su ración de chopsuey de un empaque.
"Me alegra ver que estas de mejor ánimo hoy Kenta"
"Gracias por la comida" dice el chico al juntar sus manos en señal de oración para luego recoger sus trastes y colocarlos en la cocina. Al pasar por el refrigerador su mirada se posa sobre una foto donde está él de ocho junto a su madre y un joven de doce de cabello negro alborotado y ojos verdes. El chico toma la foto y se limita a mirarla con algo de melancolía. 'Me pregunto si mamá sabe que adoptó un monstruo'
"Saldré de la junta por ahí de las once, así que no te desveles y no olvides servirle la cena a Takeru cuando regrese de su entrenamiento de kendo" dice la señora tomando un saco del perchero en la entrada y pasando a la cocina para darle un beso a su hijo, el cual lo recibe embarazosamente. "Cuídate mi niño"
"Mamá, pero si tengo trece"
"Pero para mi siempre vas a ser un niño, cariño"
Una vez que la señora sale del departamento el chico se dirige a su cuarto y se acerca al escritorio para sacar el pergamino que había recibido la noche anterior y aunque al principio parecía tener algo de duda, se decide a abrirlo, pero no contaba con que...
"¡Maldición, no quiere abrirse!" grita Kenta al tratar de retirar el sello con la palabra Maneki del pergamino. Desesperado, el chico toma unas tijeras y trata de cortar el sello, pero éste no parece separarse en dos como cualquier otro trozo de papel.
"¿Qué tipo de papel es éste?"
De repente el chico suelta el pergamino y las tijeras al cortarse el dedo con éstas por la desesperación. Una gota de sangre cae sobre el sello y, para sorpresa de Kenta, los caracteres japoneses comienzan a brillar para que luego el pedazo de papel se desprenda del pergamino. Con algo de curiosidad el chico levanta el rollo y lo abre para leer su contenido:
"Querido hijo:
Si llegas a leer esto es probable que tu madre y yo ya estemos muertos a manos del demonio Kyuubi, pero esperamos que te encuentres bien dondequiera que estés. Lamentamos haberte enviado tan lejos de tu hogar, pero era la única forma de asegurarnos de que te encontraras a salvo en estos momentos de crisis. Esperamos que puedas regresar pronto a Konoha para convertirte en un gran shinobi que nos enorgullezca, y por eso he escrito en este pergamino algunas técnicas básicas de nuestro clan que podrían ser de utilidad para ti. Ya que algunas de las técnicas son secretas para las personas fuera de la familia, sólo tú podrás abrir este pergamino en futuras ocasiones concentrando algo de chakra en él(lo cual aquí se explica cómo hacerlo)
En caso de que hayas decidido no ser un ninja, deseamos que lleves una vida agradable y siempre des lo mejor de ti.
Con amorTus padres
Maneki Sakashi y Kaoru"
"Padres..."
El papel comienza a mojarse por las lágrimas que recorren las mejillas de Kenta antes de caer en lo que desde la ventana se ve una figura de cabeza observando al chico para después hacer un ademán y desaparecer.
La multitud se estaba reuniendo alrededor de una pantalla de plasma gigante en la cual se puede ver a dos personas, una de traje rojo y otra de ropa negra, lanzándose golpes y shurinken entre sí conforme un par de chicos manejan los controles de una consola.
"Vamos Kenta, acaba con él" Lo apoya su amigo mientras con un buen movimiento de dedos hace que el ninja negro salte y corte a su enemigo con una espada para que después el juego lo acredite como vencedor.
"Si sigues así no tardarás en pasar a las finales"
Kenta, vestido con una camisa amarilla con tres rayas rojas en el centro, pantalón negro y tenis rojos sólo se queda observando la imagen del peleador rojo bañada en sangre digital y no tarda en bajar la cabeza. "Si...así es"
"Arriba ese ánimo, iré a pedirle una malteada especial a Siruba-senpai, ¿no quieres una?"
"De acuerdo"
En lo que Nobutaka se dirige a la barra de jugos, el chico de cabello castaño recorre el amplio local. Aunque la mayoría de las personas fueron a ver el torneo Kenta logra ver algunos jugando en las otras máquinas, entre ellos a un niño de siete años jugando en un simulador de carreras, cuando una mano perteneciente a un chico de dieciséis años con una cicatriz en el rostro lo jala de su camisa para sacarlo del simulador.
"Ya es nuestro turno, vete de aquí"
"Pero aun estoy en medio de la carrera..."
"¡Te dije que te fueras!" grita el chico corpulento al momento de empujar al niño al suelo, por lo que Kenta se acerca y lo ayuda a levantarse.
"¿Cómo te atreves a molestar a alguien más pequeño que tú?"
"No es asunto tu..." al reconocer a Kenta, el chico sonríe mientras hace tronar sus nudillos. "Pero si eres tú. Ahora sí podremos terminar nuestro asunto pendiente, al menos de que venga tu "noviecita" a defenderte"
"Lo siento, pero no podemos pelear aquí"
"¿Quién lo dice?"
Con esas palabras el fortachón dirige su puño hacia el estudiante de secundaria, quien da un salto hacia atrás para ponerse fuera del rango del ataque. Furioso, el chico de preparatoria intenta dar otro golpe, el cual es bloqueado.
"Déjame golpearte si no quieres sufrir más"
Poco a poco la gente del lugar se va reuniendo para ver la pelea, que básicamente consistía en el más pequeño esquivando los golpes del mayor. En eso el estudiante rubio de lentes se acerca a la multitud con un par de vasos de malteada en las manos.
"¿Qué es lo que pasa aquí?"
"Lo que quiera que sea ya debe parar" contesta el dueño del local algo molesto mientras nota que Kenta se agacha para esquivar otro golpe mientras trata de dar un puñetazo al estómago de su atacante sin percatarse de las chispas que rodean su brazo. En cámara lenta el chico de preparatoria se retuerce de dolor por el gancho al hígado para luego salir volando hacia una maquina de peleas destrozándola y causando que se incendie. No pasa mucho tiempo para que el fuego se extienda gracias al cortocircuito originado por la consola y la gente no tarda en salir apresuradamente mientras Shiruba toma al joven inconsciente para cargarlo en su espalda a pesar de la diferencia de pesos.
"Todos salgan de aquí con calma, hay una salida de emergencia en la parte trasera."
Viendo su predicamento, Kenta se prepara para salir cuando nota en el suelo al niño que su oponente anterior había noqueado al tirarlo al suelo y no tarda en colocarlo en su espalda para sacarlo cuando parte del decorado de neón cae bloqueando su única salida.
"Diablos..."
Rápidamente el humo comienza a cubrir el lugar y el chico tose varias veces antes de cubrirse la cara con su mano. 'Debe haber otra forma de salir...'
El humo comienza a cubrir el lugar dificultando la visión del chico al igual que su respiración, por lo que comienza a arrastrarse por el suelo tratando de dirigirse con el niño a un lugar más seguro, que en esa situación era detrás de la barra de jugos. Después de gatear por unos minutos y evadir alguna cosa en llamas que cayera cerca, Kenta logra llegar a su destino y coloca al pequeño en el suelo antes de tomar un trapo de cocina que aun no se había quemado y colocarlo en su cara para evitar seguir respirando el monóxido de carbono.
"Debe haber una forma de salir de aquí" murmura el chico al observar que la respiración del niño se va haciendo más rápida tratando de mandar más oxigeno a sus pulmones. "Si no me hubiera peleado con ese chico, no estaría en este problema"
En un esfuerzo para liberar la tensión el estudiante golpea la pared, cuando se percata del aura azul en su puño y de la pequeña grieta en el muro. Mirando su mano por segunda vez Kenta trata de razonar el origen de esa aura disipándose cuando recuerda haber leído de eso la noche anterior.
'Chakra, una mezcla de la energía corporal y espiritual de un shinobi usada para realizar técnicas o, en algunos casos, fortalecer el cuerpo haciéndolo más rápido, más ágil, mas resistente o mas... poderoso. Eso es, si no puedo hallar una salida, tendré que hacerla'
El chico no tarda en darle un puñetazo a la pared, pero al hacer contacto el dolor hace que suelte un fuerte grito. "Rayos, es más difícil de lo que pensé. Pero sé que puedo"
Con cada golpe en el muro algo de sangre sale de sus nudillos, pero sin preocuparse del dolor Kenta se muestra determinado en tratar de abrirse paso lejos del fuego que continua avivándose en lo que el niño inconsciente respira con dificultad.
'Debo seguir para sacarlo de aquí. No puedo dejar que alguien mas muera por mi culpa. Mamá...Papá...los chicos de la pandilla...Ryu-san...'
Poco a poco el puño del chico se rodea de un aura azul que repentinamente se vuelve amarilla tan pronto como unas chispas cubren su cuerpo. Al dar un último golpe la pared toma un resplandor amarillento antes de explotar y Kenta no tarda en cubrir con su cuerpo al niño para que no resulte dañado.
"¿En serio hice esto?" comenta algo nervioso el joven al ver el agujero en la pared donde fácilmente pasarían dos refrigeradores, pero luego se dedica a salir del local en llamas hacia un callejón, que el fuego ya había logrado llegar ahí.
"Definitivamente no es mi di..."
El joven no termina de quejarse cuando su visión se nubla y su cuerpo cae pesadamente al suelo víctima del agotamiento. Con la poca fuerza que le queda trata de arrastrarse cuando una sombra lo cubre y alza la mirada para ver la silueta de un animal cuadrúpedo de orejas puntiagudas con un aire de magnificencia acercándose a él, pero antes de lograr reconocer su especie decide rendirse en los brazos de Morfeo sin siquiera notar el resplandor rojo en sus nudillos.
"¿Dónde estoy? ¿Acaso estoy muerto?"
"No te vas a deshacer de mí tan fácilmente Kenta"contesta el chico de ropa oscura a Kenta, quien se levanta de golpe de la cama de un cuarto de hospital, usando el atuendo típico de un paciente en recuperación. "Fue una suerte que los bomberos te encontraron en ese callejón. Aunque me sorprende que el fuego haya hecho un agujero así en esa pared"
"Cierto" comenta el chico hospitalizado mientras observa sus manos que, para su asombro, no tenían marcas de haber golpeado unos ladrillos en ese día, y es entonces que recuerda al ser que vio en el callejón. '¿Acaso me habrá curado?'
"Sea lo que sea que haya pasado me alegro que estés bien"
"Lamento lo que le pasó al Supernova, Shiruba"
"No te preocupes, de cualquier manera ya pensaba en remodelarlo. Te prometo que cuando vuelva a abrir el Supernova habrá una malteada cítrica especial esperando al héroe de este día. Ahora debo irme, tu novia debe estar ansiosa por verte."
Una vez que el chico sale de la habitación, Kenta se queda asimilando lo que acaba de escuchar. '¿Un héroe yo? Es difícil pensar que un asesino como yo haya pasado a ser héroe...momento, ¡¿dijo que iba a verme mi novia!'
"Veo que ya te has recuperado del agotamiento de chakra, Yamaki." dice una voz femenina perteneciente a una chica de cabello negro peinado en una cola de caballo y ojos verdes vistiendo una blusa verde claro y una falda larga de color azul. "Si hubieras perdido más ya estarías muerto, así que eres afortunado"
"Hakate...¿Dijiste que eras mi novia?"
La joven kunoichi voltea su cabeza a un lado para que el chico no la vea sonrojarse de vergüenza. "Era la única forma de poder entrar a tu cuarto sin levantar sospechas, pero cambiando de tema, supongo que si usaste tu chakra de esa forma habrás comprendido que no todo en la vida de un shinobi es acabar con la de los demás, como se cuenta."
"Por favor...enséñame"
Midori queda confundida por el murmullo del chico en recuperación con la cabeza agachada de tal forma que su cabello cubre sus ojos. "Enséñame...a controlar este poder. Prefiero ayudar en lugar de lastimar a los demás"
"Mañana..."
Ahora era el turno de Kenta para quedarse confundido por las palabras de la kunoichi antes de que saliera de la habitación. "Mañana inicia tu entrenamiento. A las ocho en el parque"
Sin que ninguno de los dos se dé cuenta, desde la azotea al otro lado de la calle una figura de orejas puntiagudas observa sonriente la ventana de la habitación del chico y se da la vuelta para desaparecer en la oscuridad de la noche agitando sus seis colas.
Continuará...
Ahora que ya estoy de vacaciones estoy tratando de avanzar con mis fics, además de que trato de sacar a flote varias ideas para historias nuevas, pero a estas alturas ya seria demasiado nnU. Como siempre les doy gracias a aquellos que han sido pacientes para leer esto y ya saben, dejen reviews para cualquier agradecimiento, queja o petición.
