Hola! Aquí Saori-nee con una historia... muy diferente a las que he escrito anteriormente jaja sobretodo por el género quizás no muy bienvenido con el que decidí experimentar.
Independientemente de si les gusta este género o no, espero puedan disfrutarla y sean amables en caso de dejar review, que ya saben que cada historia por muy genérica o experimental que haga, la hago con todo el cariño del mundo a estas hermosas parejas. Advertencia de lemmon y "algo más" a continuación c;
Sin más que decir de momento ¡Comenzamos! :D
La Solución a "Aquel" Gran Problema
Casa de Risa y Miya
Es una noche normal de fin de semana, y tras un largo día de deberes y quehaceres domésticos, finalmente Miya y yo estamos ya en pijama y listas para ir a dormir.
Desde que mamá se mudó a casa de su novia y Miya se vino a vivir conmigo, Miya siempre ha tenido su habitación para trabajar y tener su tiempo a solas, pero claro que cuando se trata de ir a dormir, ella siempre elige dormir aquí conmigo en mi habitación y no podría ser más feliz con eso.
Ahora mientras estoy en el baño y termino de lavar mis dientes, Miya me espera en la cama, leyendo un libro sobre detectives y misterios.
Sin embargo cuando termino, siento un ligero dolor en el estómago que me obliga a cerrar la puerta y bajar mis panties para ir al baño. Pero incluso cuando termino, aún siento este dolor en el estómago.
Normalmente cuando me siento mal, basta con hacer una llamada a mi mamá para saber que pastilla debo tomar, pero como Miya esta más cerca y actualmente esta trabajando para la farmacéutica de su familia, decido preguntarle a ella.
– Miya.
– ¿Sí, Risa? – al verme, me nota un poco mal – ¿Risa? ¿Qué tienes?
– Bueno, siento un poco de dolor en el estómago, me siento algo mareada y ahorita en el baño pues…
– ¡¿Será que estás embarazada?! – emocionada.
– ¡No, claro que no! ¿A qué viene esa pregunta? ¡¿Estás diciendo que estoy gorda?!
– Para nada. Solo estoy diciendo que si así fuera, no me molestaría.
– Cielos – avergonzada.
– Entonces descríbeme bien ¿Qué es lo que sientes?
– Te estaba diciendo que siento como movimiento, como si tuviera mucho líquido en el estómago.
– Ya veo, debe ser una simple gastritis por el curry de esta tarde. Te dije que te habías excedido con las especias.
– Muoh ¿Puedes dejar de criticarme y darme algo de una vez?
– Ya, tranquila. Déjame ver que tengo a la mano.
Miya busca dentro de su bolsa y de ella saca un frasco.
– Listo, toma una pastilla de esto y dentro de unos minutos te sentirás mejor.
– Gracias.
Tomo la pastilla que me da y la paso con un vaso con agua.
Unos minutos después, vuelvo a pasar al baño y cuando regreso con Miya.
– ¿Cómo te sientes?
– Mucho mejor, muchísimas gracias Miya.
– Lo que sea para mi querida novia.
Me acuesto bajo las sábanas con ella y nos acomodamos en posición de cucharita de tal manera que Miya me abraza por detrás.
– ¿Te sentirás mejor si te abrazo de esta manera, Risa?
– Por supuesto, así estoy muy bien.
– Me alegra. Y ¿te sentirás aún mejor si hago esto?
Dice Miya metiendo su mano por debajo de mi camisón y llevándola hacia mi pecho desnudo, acariciándola con su mano.
– Cielos Miya, no podemos hacerlo ahora.
– ¿Por qué no?
– Ya hay que dormir y aún no me siento del todo bien.
– Vamos Risa, estoy segura que te haré sentir mucho mejor si me lo permites. No tienes que hacer nada, aunque sea solo déjame masturbar esta vagina tuya que tanto me gusta ¿Sí?
– Muoh, esta bien Miya, pero solo un ratito.
– ¡Que bien!
Nos besamos y empezamos una pequeña ronda de amor antes de dormir, tocándonos e insertando nuestros dedos en lo profundo de nosotras.
Cuando terminamos, ahora si nos acomodamos de cucharita y besamos para ir a dormir ya relajadas.
– Descansa Miya, buenas noches.
– Hasta mañana, Risa.
Nos quedamos dormidas en pocos segundos, sin imaginar lo que en esos momentos estaba ocurriendo en mi interior.
Habitación de Risa y Miya – Mañana
A la mañana siguiente, soy la primera en despertar y observo a Miya durmiendo plácidamente a mi lado.
Sonrío al verla descansar y me levanto con cuidado para no despertarla e ir al baño.
Me miro al espejo, lavo mi cara y me preparo para pasar al baño bajando mis panties y sentándome en el inodoro. Pero en el momento que lo hago, noto algo extraño. Algo Muy extraño.
– ¿Uh? ¿Pero que rayos? – volteo hacia abajo y... – ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHH!
Mi grito despierta a Miya, quien se pregunta que está pasando.
– ¿Uh? ¿Qué?
– ¡MIYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!
– ¡¿RISA?!
De inmediato se levanta de la cama con la lámpara del buró en mano. Pero cuando entra al baño.
– ¡Risa! ¿Qué pasa? ¿Risa?
Me encuentra de pie llorando, con el camisón puesto, las panties abajo y mi entrepierna expuesta ante ella pero con una clara diferencia en ella.
En el lugar donde debía estar mi vagina, había un miembro masculino de gran tamaño.
En el momento que lo ve, suelta la lampara del shock y no tiene idea de que decir.
– Ah… Risa, eso…
– Miya…
Caigo de rodillas y me pongo a llorar.
– ¡Risa!
Miya se apresura a ir a mi lado y me abraza.
– Risa ¿Cómo…?
– No tengo idea de qué fue lo pasó. Cuando me desperté solo fui al baño, me senté y cuando estaba por hacerlo ¡Estaba esta cosa en mí!
Lloró aún más fuerte, incapaz de controlar mis lágrimas y me abraza.
– Tenías razón ¡Jamás debí ponerle tantas especias al curry!
– No seas idiota Risa, las especias no provocan que… – Miya se acuerda de algo – la pastilla.
Se levanta apresurada y regresa a la habitación.
– ¿Miya?
Me apresuro a levantar mis panties para ocultar esa cosa y salgo devuelta con ella.
– Miya ¿Qué es lo que estás…?
La encuentro en la cama, revisando su bolsa y toma el frasco que me dio anoche.
– Ya veo, fiu, que alivio.
– ¿Cómo que qué alivio? ¿De qué hablas?
– Discúlpame por haberme tardado en captarlo. Aún es temprano en la mañana, y sabes que mi cerebro no funciona bien cuando me levanto de golpe – lo dice muy tranquila, con una sonrisa – Tranquila Risa, no va a pasar nada. El efecto del pene solo es temporal y se te pasará en unas horas.
– ¡¿Cómo que en unas horas?! ¿Cómo puedes saber de eso? A menos que…
Observo el frasco que tiene Miya, es de la farmacéutica de su familia y a su lado, otro frasco muy parecido con la marca de las pastillas para el dolor de estómago.
– Miya… ¡BAKAAAAAAAAAA!
– ¡Risa! ¡Kyaaaaaaa!
Me lanzó con ella a la cama y tomo una de las almohadas para golpearla con todas mis fuerzas.
– ¡¿Qué fue lo que me hiciste?! ¡¿Cómo puedes ser tan estúpida para confundir los frascos?! ¡¿No se suponía que eras una genio, Idiota?!
– Risa, tranquila ¡Ya basta!
Finalmente, Miya consigue quitarme de encima, aunque aún estoy hecha una furia.
– Tranquila, entiendo que estés enojada, pero por favor escúchame, esto no es nada tan grave.
– ¡¿No es nada tan grave?! – provoca que me enoje más.
– No, no lo es, y si me lo permites, te explicaré por qué.
En este momento, siento tanta furia e ira contra ella que pienso en salir de la casa y dejarla. Pero aún la amo, así que decido dejar que se explique.
– Verás, desde hace varios meses, la farmacéutica de mi familia ha estado experimentando con un nuevo producto femenino y…
– ¡¿Me diste un producto experimental?! ¿Acaso voy a morir? – entrando en pánico, a punto de desmayarme.
– ¡Tranquila, no te pasará nada! Se trata de un simple producto básico para generar un miembro masculino en quien lo toma por tiempo limitado.
Aún sigo bastante molesta con ella, pero al ver la confianza con la que habla, decido dejarla continuar.
– Si bien es cierto que durante meses no hubo ningún avance, desde que entré a trabajar con ellos, me puse a revisar sus fórmulas y al final, descubrí la manera de generar un pene en la vagina únicamente por un tiempo limitado de 24 horas.
– ¡¿24 horas?! ¡¿Cómo puedes estar tan segura?! ¡¿Y si es para siempre y me muero?!
– No lo es, escúchame, por favor.
Miya hace lo posible para que me calme y la escuche.
– La pastilla ya pasó por todas las pruebas posibles e incluso ya fue avalada por el ministerio de salud del país. Por eso traía aquel frasco, pensaba darte la noticia esta noche después de cenar y ver si querías… que la tomara para hacerte sentir bien esta noche.
– ¡¿EEEEEEEEEEHHHH?!
Entonces el plan original de Miya era que le creciera esta cosa… ¿a ella?
– Pero, si tú pensabas tomarla ¿Por qué me la diste?
– Yo… supongo que estaba muy cansada anoche y no leí bien los frascos, pero te aseguro que es completamente segura y en menos de 14 horas, volverás a estar como antes.
– ¡Olvídate de esas 14 horas! No puedo andar así todo el día, tengo que salir a hacer las compras y preparar la comida y… ¡No puedo andar por ahí con esta cosa colgando en mí! Si alguna de las chicas llegara a verme…
– Tranquila, no pasará. Por el momento, quedémonos aquí en casa y pensemos en pasar el día juntas ¿Sí?
Intenta abrazarme, pero.
– ¡No quiero pasar el día con esta cosa! No quiero tenerla, quiero que desaparezca ¡Ahora!
Me siento en la cama dándole la espalda e insegura de que hacer.
Mientras tanto, Miya piensa en la manera de arreglar esto, y cuando se le ocurre una idea, me habla.
– De hecho… si estás dispuesta, hay una manera para hacer que el pene desaparezca antes.
– ¿En serio? – dándome pequeñas esperanzas.
Miya asiente con la cabeza.
– Verás, el pene fue diseñado para proporcionar el mayor placer sexual que un miembro masculino da a las parejas que no cuentan con uno, y que no desean involucrar a un hombre en su vida sexual privada.
– Hmm.
– Es cierto que ya existen varios dildos fabulosos que hacen muy bien su trabajo, pero para las chicas que desean llevar las cosas aún más al siguiente nivel con su pareja, pues…
– ¿Qué estás diciendo, Miya?
– Lo que estoy diciendo es que la pastilla fue creada para llevar al orgasmo a la persona que lo usa y su amante, y si ese objetivo se logra…
– ¿Puedes ser más clara con lo que dices?
– Si mis cálculos son correctos, para que desaparezca debes de tener un orgasmo.
– ¡¿EEEEEEEEEEEEHHHHHHHH?!
Miya sonríe cuando lo dice, feliz de mi reacción.
– La buena noticia para ti, es que si me lo permites, estoy más que dispuesta a echarte una mano.
Al decir esto, dirige su mano a mi entrepierna, donde usualmente debería de estar mi vagina, pero…
– ¡No, no, no, no, no, de ninguna manera!
Me levanto alejándome de la cama, nerviosa y asustada.
– ¿Por qué no? ¿No dijiste que te querías deshacer de esa cosa cuanto antes?
– Lo sé, pero… no de esa manera. Tiene que haber otra forma.
– No la hay, es eso o esperar las 14 horas que faltan para que desaparezca solo.
Vuelve a sonreír, sabe que no hay manera que me escape de esto.
– Así que si me lo permites…
Miya vuelve a intentar tocarme, pero antes de que pueda.
– No – la detengo.
– ¿Eh?
– Ya hiciste suficiente dándome ese frasco y provocándome esta… cosa. Así que ahora, te quedarás ahí sentada mientras yo averiguo como arreglar… esto.
Aunque pienso que va a protestar, Miya simplemente lo acepta y sonríe.
– Muy bien.
– ¿Uh?
– Si lo quieres resolver tú sola, adelante. Pero si llegas a necesitar ayuda, estaré aquí misma con mi mano mágica.
Miya pasa a acostarse en la cama y toma su libro de detectives.
Mientras tanto, yo me quedo parada, buscando como empezar para obtener el orgasmo que Miya me había dicho.
– Veamos… ¿Cómo se hace esto? ¿Quizás…?
Levanto mis panties para ver el pene allí dentro, todo frágil y sin vida.
Intento usar mis dedos para meterlos, pero no funciona de nada.
– Vamos ¿Dónde esta el clítoris en esta cosa?
No tengo idea de que hacer, jamás he visto como funciona uno de estos ni siquiera en pantalla, ni tampoco es la clase de cosas que nos enseñarían en la escuela, lo único que sé es que…
"Se supone que esta cosa se tiene que levantar ¿no? Pero ¿Cómo lo hago?"
Vuelvo a intentar usar mis dedos para meterlos por algún lado, pero al ver que no lo estoy logrando, Miya suelta una risita y remueve sus panties de ella, deslizándolas por sus piernas.
No me doy cuenta hasta que me las lanza, llamando mi atención.
– ¡¿Miya?! ¿Qué estás haciendo?
– Veo que estás teniendo algunos problemas para empezar, así que decidí ayudarte.
– Tarada, ya te dije que no necesito…
Pero Miya abre sus piernas sobre la cama, exponiendo su flor ante mis ojos y tras lamer sus dedos, inserta dos de ellos en ella.
– Ahh… Risa… Aahhh…
– Miya… Mmh…
Aunque intento comenzar a masturbarme, la verdad es que jamás lo he hecho con una de estas cosas y no tengo idea de como hacerlo. Pero al ver a Miya masturbándose sobre mi cama, donde he dormido tantos años desde que era niña…
– ¿Qué esta…? ¡Kyaaaa! Miya.
El pene comienza a crecer dentro de mis panties, poniéndose duro y erecto.
"¡No puede ser, está funcionando!"
Decido meter mis manos para tocarlo, pero en el momento que lo hago.
– ¡Auch! Esta muy caliente.
A pesar de lo caliente que esta, el simple hecho de tocarlo hace que me excite aún más y entonces, comienzo a acariciarlo.
– Risa… Aahhh…
Observo a Miya masturbándose sobre mi cama y siento unas ganas intensas de hacerlo yo también. Pero...
– Ahora que esta erecto ¿Qué se supone que debo hacer? – Me está doliendo tenerlo ahí encerrado dentro de mis panties.
Estoy pensando en si debería bajarlas para liberarlo, cuando Miya se me adelanta y a gran velocidad, se pone de rodillas frente a mí y me toma de las caderas para bajar mis panties hasta el suelo, liberándolo.
– ¡Kyaaaa! Miya.
Al hacerlo, el pene esta tan erecto y grande que golpea el rostro de Miya, aterrizando entre su ojo y su nariz.
– ¡WOW!
– Miya.
– Así que este es el pene de Risa, esta tan grande y erecto – lo toma en su mano – y tan caliente.
– Aaaahhhh… Miya.
Lo rodea con su mano, apretándolo y comienza a moverlo arriba abajo lentamente.
– Eres tan linda Risa ¿Cómo es posible que no sepas de estas cosas a tu edad?
– ¿Cómo quieres que las sepa? Jamás he tenido la necesidad ni… ahora que lo pienso ¿Cómo es que tú las sabes?
– Olvidas que soy una chica genio, puedo deducir cosas tan fáciles como esta.
– Ya veo – aliviada.
Miya aumenta un poco la velocidad de su mano, subiendo y bajando la cubierta de mi pene una y otra vez mientras lo hace.
– Además, he visto un par de películas donde las chicas hacen esto a su pareja.
– Cielos – tan pervertida como siempre.
Sonríe, viéndome desde abajo.
Deja de masturbarme y ahora, usa ambas manos para acariciarme el pene y los testículos allá abajo.
– Aaahhhh… Miya.
– Jamás pensé que vería uno de estos tan de cerca, es mucho más grande y cálido de lo que pensaba. Hace que me vuelva loca, esta textura – acariciándolo con sus manos – ese olor – acercando su nariz para olfatearlo – y ese… sabor.
– ¡Aaaaaaaaaaaaahhhh! ¡Miya!
Tras decir eso, Miya deja sus manos y procede a meter la punta del pene en su boca.
Al sentir el tacto de su lengua contra la punta, siento que una onda de electricidad recorre mi cuerpo, haciéndome casi perder el equilibrio.
– Mmm, tan sabroso y tan cálido. Esta un poco salado – dice sin sacarlo de su boca, metiendo cada vez más de él en su boca y moviéndola hacia adentro y afuera como si sus labios fueran una vagina.
– Miya ¿Qué estás haciendo? Déjalo ya, esta muy sucio.
– De ninguna manera, al contrario, esta muy limpio… y delicioso.
Lo saca de su boca para lamerlo de arriba-abajo como si fuera una niña con su paleta, y mientras lo hace, usa sus dedos para acariciar mis testículos.
Se separa para observarlo un momento y ve el liquido que esta saliendo de la punta.
– Tan sabroso ¿Me pregunto cuanto de ello podrá caber en mi boca? – sonríe al verlo y – buen provecho.
– ¡Aaaaaaaahhhh! ¡Miya!
Lo mete en su boca, esta vez mucho más profundo que la primera vez, hasta el punto en que casi puedo sentir su garganta.
– Miya ¿Qué es esto? Se siente muy bien.
– Esto se le llama un trabajo oral, o un blowjob como lo quieras llamar – contesta sin sacarlo de su boca, por lo que no se le entiende muy bien cuando lo dice.
– ¿Cómo lo sabes?
– Lo investigué en una página de internet.
– ¡¿EEEEEHHH?!
Lo saca para mirarme a los ojos y contestar más claramente.
– Te dije que había investigado para mi supuesta noche contigo ¿no?
– Sí, pero entonces ¿esperaba que hiciera esto contigo?
– Por supuesto ¿me habrías dicho que no?
– Mmmhh…
No quería decirlo, pero seguro que después de tanta insistencia de su parte, habría accedido a hacérselo como ella lo hace ahora.
Dicho esto, procede a volver a meter el pene en su boca, llevándolo a lo más profundo de su garganta hasta tenerlo enteramente dentro de ella.
– Dime Risa ¿Lo estoy haciendo bien? – todavía sin sacar el pene de su boca.
– Miya, lo estás haciendo muy bien, solo… ¿Podrías levantar un poco más los dientes? para que no me rocen.
– Ah sí, disculpa Risa, en ese caso abriré un poco más mi boca y…
– ¡Miya! ¡Aaaaaaaaahhh!
– ¡Risa! – Gulp.
En algún momento tomo la iniciativa, tomando a Miya de la nuca y moviéndola para que ingiera más de mi pene en su boca.
Disfruto del roce de su lengua contra mi pene dentro de su boca y entonces, lo siento vibrar indicándome que el final esta cerca.
– Mmmm, Risa…
– Miya, Miya… aquí viene ¡Aquí viene! Aaah… ¡Aaaaaaaaaaaaaahhhh!
Finalmente llego al orgasmo y termino eyaculando dentro de su boca, y aunque intenta apartarla, la sostengo con mayor fuerza para que no lo haga.
Cuando termino de venirme, finalmente libero a Miya, quien parece que se esta ahogando.
– Miya ¿Estás bien?
Se toma un momento para saborearlo y finalmente bebe lo que esta en su boca.
– Listo, ya lo pasé todo.
– Miya – sonrojada, avergonzada – lamento haberte sostenido con fuerza.
– Descuida, no hay ningún problema. Solo me tomo algo desprevenida, pero me alegra. Significa que te hice sentir muy bien ¿no?
– Sí, bastante bien – aún bajo los efectos del orgasmo – Ahora veamos sí… ¡AAAAAAAAAAHHHHHH!
Al voltear abajo, descubro que el pene aún sigue ahí, y una cosa blanca se está escurriendo de él.
– Qué… ¡¿Qué es esto?! ¡¿Por qué sigue esta cosa aquí y qué es esta cosa blanca?! ¿Acaso no funcionó?
– Risa.
– ¡Este es el fin! Ahora jamás podré volver a salir, jamás podré ver a mis amigas ni ir al gimnasio o a la piscina, ni a la playa, ni a…
– Tranquila Risa, eso blanco que ves ahí es semen ¿Lo recuerdas? Lo vimos en la clase de biología.
– ¿Semen?
– O bueno, al menos un sustituto natural que creamos basado en fluidos vaginales ya que nosotras no podemos generarlo, pero la idea es la misma.
– Uh – ya más tranquila.
– Ahora respecto a por qué aún no desaparece, necesito hacer unos cálculos.
Miya toma su tableta amarilla y una pluma.
– Recuérdame ¿Cuánto fue que te tomaste anoche?
– Solo fue una pastilla, y luego…
Miya deja de escucharme y se pone a hacer unos cálculos. Unos segundos después.
– Ya veo, descuida Risa, ya sé porque todavía no ha desaparecido.
– ¿En serio?
– Lo que pasa, es que el orgasmo no fue lo suficientemente fuerte.
– ¡¿EEEEEHHHH?!
– Un solo orgasmo sería suficiente si se tratara de un orgasmo femenino, pero al ser el orgasmo masculino mucho menor que el femenino, se requerirían de al menos cinco orgasmos para equivaler a uno femenino y desaparezca.
– ¡¿Cinco orgasmos?!
– Afortunadamente, dado que ya pasaron más de 12 horas desde que te tomaste la pastilla y gracias el orgasmo reciente que tuviste, los efectos de la pastilla ya han comenzando a disminuir, por lo que con 2 orgasmos más, deberían ser suficientes para que desaparezca.
– Dos orgasmos más…
Hacer esto dos veces más no era exactamente lo que tenía en mente, pero ahora que sé como solucionarlo…
– Entonces ¿Qué dices Risa? ¿Lista para la segunda ronda?
Antes de que pueda responderle, se quita la camisa de su pijama, pasándola por su cabeza y queda completamente desnuda, mirándome con una sonrisa.
– Seguro, Miya.
Habitación de Risa – Inmediatamente Después
Unos minutos después, nos encontramos acostadas sobre mi cama. Ambas desnudas y besándonos, mientras Miya acaricia mis tetas con sus manos y me masturba con el muslo de su pierna derecha.
– ¿Cómo te sientes, Risa? ¿Te gusta como te hago sentir con mi pierna?
– Miya… si haces eso me voy a… voy a…
– Risa, estás tan hermosa cuando te sonrojas. Haces que me vuelva loca y quiera…
– ¡Aaaaaaahhh!
Miya aumenta la velocidad de su pierna, masturbando con más fuerza mi pene.
Con tanta estimulación de su parte, el pene no tarda en ponerse erecto de nuevo y al verlo allá abajo, Miya sonríe.
– Veo que nuestro amiguito allá abajo esta contento de volver a verme. Dime ¿tú también estás feliz de tenerme, Risa?
– Miya…
– Pero descuida, que no pienso dejarte así para siempre. Estoy segura que te sentirás mucho mejor si hago… esto.
– ¡Aaaaah! Miya.
Miya deja de besarme y mueve sus labios hacia mis tetas, chupando del pezón al tiempo que toma el pene en sus manos y comienza a masturbarlo.
– Aaaaaahh, Miya.
– Tu pene esta muy caliente, Risa. Y tus tetas tan deliciosas como siempre – succionando de ellas sin dejar de masturbar.
Miya rodea el pene con su mano, moviéndolo arriba abajo y con sus dedos, hace cosquillas a los testículos al tiempo que los acaricia.
La excitación que siento ahorita es tanta, que no puedo parar de gemir y moverme.
– ¡Aaaaaaaahhhh! ¡Miya! Se siente muy bien ¡Aaaaaahhh!
– Me encanta el sonido de tus gemidos cuando te excitas, quiero escuchar más de ellos, y para ello, tengo planeado algo especial.
Deja de besar mis tetas y procede a besar más partes de mi cuerpo, bajando poco a poco hasta mi entrepierna.
Se enfoca en besar mis caderas, la cintura, mi ombligo y finalmente los muslos antes de parar y quedarse viendo el pene palpitando frente a sus ojos.
– Ya esta escupiendo semen, debe estar desesperado porque lo pruebe.
– ¿Vas a volver a meterlo en tu boca, Miya? – lo niega con su cabeza.
– No esta vez. Me gustaría intentar algo nuevo.
Dicho esto, procede a acostarse boca abajo sobre la cama, poniendo el pene en su cara y entonces, se eleva un poco para acomodarlo entre sus tetas, agarrándolas con ambas manos y procurando que no se salga.
– Te haré sentir bien con mis tetas, Risa. Por favor, disfruta de mi paizuri.
– ¿Paizuri? ¡Aaaaaaahhhhh!
Aún sin soltar sus tetas, Miya comienza a moverlas arriba abajo, intentando que el pene no se salga de ellas.
El problema esta en que como las tetas de Miya no son muy grandes, el pene a cada rato se sale de ellas y le cuesta trabajo mantener el movimiento en ellas.
– Vamos, ya quédate quieto, maldito…
Me río un poco al pensar que si estuviera en su lugar, yo no tendría ese problema gracias al tamaño mayor de mis tetas, pero prefiero no decírselo, ya que eso probablemente la molestaría y eso es lo último que deseo en este momento.
– Un poco más… ¡Perfecto!
Finalmente consigue ponerlo en una posición vertical en la cual ya no se sale, apretando sus tetas con fuerza y comienza a moverlas.
Arriba abajo, el pene ya no se sale y empiezo a sentirme muy bien.
– Miya… Aaaaahhh…
El paizuri que me da Miya me hace sentir muy bien, pero quiero sentir más de ella, así que le sugiero.
– Miya ¿Crees que podrías meter el pene en tu boca mientras lo haces?
– ¿Eh? ¿Sí sabes que ahorita estoy haciendo mi mejor esfuerzo mientras hago esto, verdad?
– Lo sé, pero… si pudieras aunque sea besar la punta ¿por mí?
– Cielos, esta bien Risa. Bon appetit.
Sin sacar el pene de sus tetas, de alguna manera Miya consigue besar la punta del pene mientras lo masturba, y al sentir el calor de sus labios, su lengua y su saliva allá abajo, ya no puedo aguantar más.
– ¡Miya, ya no puedo más! ¡Aquí viene! ¡Aaaaaaaaaaahhhh!
Eyaculo en su cara y mis líquidos terminan llenando su rostro, cabello y tetas.
Al ver el rostro de Miya lleno de aquel líquido blanco tanto en su cabello como en sus tetas, no tardo en volverme a excitar y veo que mi pene esta nuevamente erecto y listo para la siguiente ronda.
– Felicidades por haber eyaculado por segunda vez, Risa – dice mientras limpia su rostro y cabello con una toalla.
Al ver mi pene nuevamente erecto allá abajo, sonríe y dice.
– Veo que nuestro amiguito esta listo para la siguiente ronda ¿Te parece si empezamos?
Al terminar se levanta, poniéndose de pie sobre la cama y colocándose en cuclillas como si estuviera a punto de orinar. Acomoda su vagina sobre mi pene.
Puedo sentir sus labios exteriores rozando la punta y justo cuando lo va a meter.
– ¡¿Eeeeeehhhhh?! Espera Miya, en verdad vas a meter eso… ¿dentro de ti?
– Por supuesto, después de todo, ese es el propósito del producto que hemos estado diseñando los últimos meses. Sería irresponsable lanzarlo al mercado sin haberlo probado yo misma primero – lo dice de una manera pervertida.
– Bueno, pero igual…
– Esta bien Risa, quiero hacerlo. Déjame hacer esto por ti, por nosotras ¿Sí?
– Miya… Esta bien.
– Muy bien, en ese caso aquí voy.
Aunque lo dice, Miya todavía tarda en meterlo, preguntándose todavía si esta bien que lo haga.
– ¿Esta todo bien, Miya?
– Sí, todo tranquilo, es solo que… al escucharte decir que estaba bien, me ha hecho pensar… jamás he tenido algo de este tamaño… dentro de mí. Me pregunto si siquiera cabrá ahí dentro.
– Miya.
Se ve preocupada, intento decirle que no es necesario que lo haga, pero antes de que pueda hacerlo, Miya finalmente se arma de valor y se sienta, metiendo al menos un poco de la punta dentro de ella.
– ¡Aaaaaaaaahhhh!
La punta esta dentro, pero aún falta que todo el resto entre dentro de ella, por lo que decido echarle una mano tomándola de la cintura, levanto mis caderas y…
– ¡AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH! ¡RISAAAAAAA!
Esta completamente dentro.
Después de gritar, al principio le cuesta mucho a Miya volver a hablar, pero una vez se acostumbra a tenerlo dentro, finalmente sonríe.
– Esta… completamente adentro ¿no es cierto?
– Aja…
También estoy sin palabras, se siente mucho más cálido y apretado de lo que esperaba adentro de ella, pero al mismo tiempo, me siento muy feliz.
– Finalmente estamos conectadas, Risa.
– Miya…
Sonríe y me toma de ambas manos.
– Hagámonos sentir bien juntas, Risa. Juntas, hagámoslo.
– Miya… ¡Miya!
– ¡Risa! ¡Aaaaaaaahhhhh!
Sin soltarnos de las manos, Miya comienza a mover sus caderas, saltando sobre la cama y metiendo y sacando el pene de ella, una y otra vez en la posición de chica vaquera.
Siento su trasero impactar contra mis muslos cada vez que salta y sus tetas rebotar con cada salto que da.
– Risa.
– Miya ¡Aaaaaaahhh!
Miya suelta mis manos y en su lugar, las usa para apretar mis tetas y retorcerlas con cada salto que da.
– Las tetas de mi amada Risa, tan delicadas y redondas, todas para mí.
– Miya, nada más no vayas a… ¡Aaaaaaahhh!
Hace justo lo que no quería y pellizca los pezones al tiempo que las aprieta mientras continúa saltando.
Entra tan profundo, que puedo sentir su cuello uterino con cada salto que da.
Si eyaculara dentro de ella, me pregunto si podría…
– Risa, se siente fabuloso, quiero seguir así para siempre, quiero seguir así contigo toda la vida. Risa… ¡Aaaaaaahhh! ¡Risa!
Escucharla decir esas palabras, hace que me vuelva loca y finalmente, la atraigo conmigo, tomándola de la espalda y acostándola conmigo en la cama, debajo de ella.
– ¡Aaaaaah! ¡Risa! ¡Aaaaaaaahhh!
Ahora que estamos en esta posición, aprovecho para tomar la iniciativa y la continúo penetrando, moviendo mis caderas para llegar a lo más profundo de ella.
– ¡Risa, sí, sigue así, más profundo!
– Miya, se siente muy bien, se siente fabuloso estar adentro de ti. Estás tan cálida y mojada allá adentro, que entra muy fácil.
– No lo menciones, por favor no lo digas, Risa. Risa.
– ¡Hmmmmm!
Tomándome desprevenida, Miya besa mis labios y así, nos unimos entrelazando nuestras lenguas y bebiendo nuestra saliva, al tiempo que nuestras caderas se continúan moviendo allá abajo, penetrándola con cada salto que da y sintiendo el calor de su vagina.
– Te amo Risa, amo cada parte de ti, te amo con todo mi corazón, quiero que estemos juntas por siempre.
– Miya, también te amo, te amo para toda la vida, no quiero hacer esto con ninguna otra que no seas tú.
– Risa, lo mismo digo, eres la única para mí – nos besamos nuevamente – Quiero que me demuestras cuanto me amas. Quiero que me hagas tuya.
– Miya… ¡Miya!
– ¡Aaaaaaaaahhhhh! ¡Risa!
Volteo a Miya, levantándome y acostándola boca arriba sobre la cama, abriéndole las piernas y me preparo para volver a entrar en ella, esa vez en la posición de misionera.
– Risa.
– Por favor, recibe todo mi amor, Miya.
– ¡Risa! ¡Aaaaaaaaaahhh!
Le levanto ambas piernas, acomodando sus pies sobre mis hombros y la empiezo a penetrar una y otra vez, moviendo mis cadenas.
La vista que me da Miya con sus gemidos mientras la penetro es una única en la vida. Hace que me excite mucho más de lo que podría creer y me hace querer abrazarla y besarla, transmitiéndole todo el amor y cariño que tengo por ella.
Finalmente ya no aguanto más las ganas, y me acuesto con ella para besarla, sin dejar de mover mis caderas.
Al acostarme sobre ella, Miya me rodea con sus brazos y piernas, atrayendo mi cuerpo lo más que es posible hacia ella y llenándome de besos y caricias mientras la penetro.
Nos sentimos bien juntas, besándonos, abrazándonos y sudando, llenándonos de todo el amor que sentimos por la otra y al final, la excitación es demasiada y ya no puedo controlarlo más.
– Miya, ya no voy a durar mucho más.
– Esta bien Risa, quiero recibirlo todo de ti.
– Ya no más, hasta aquí ¡Aquí viene!
Me preparo para sacar el pene de Miya y eyacular sobre su panza, pero antes de que pueda hacerlo.
– ¡RISAAAAAAAAA!
– ¡AAAAAAAAAAAHHHHHH!
Miya cruza las piernas sobre mi espalda, atrayéndola adentro e impidiendo que lo saque justo en el momento en que eyaculo.
Todo el líquido sale de mí y entra en el vientre de Miya, llenándola de ello y al final, ambas nos besamos, cayendo rendidas sobre la cama.
Cuando termino de venirme, saco mi pene de ella y todo el líquido blanco que sobro empieza a desbordarse de su vagina, cayendo sobre la cama.
Ambas descansamos, recuperando la respiración después de todo lo que hemos hecho, y cuando siento que por fin puedo hablar.
– Impediste que lo sacara.
– Así es.
– ¿Debería preocuparme de dejarte embarazada?
– De ninguna manera, como ya te dije, este es solo un líquido natural sustituto del semen basado en fluidos vaginales. Pronto saldrá de mí como si se trataran de simples jugos.
– Ya veo.
Ambas descansamos sobre la cama y cuando por fin hemos recuperado fuerzas, volteamos a vernos y me acomodo en los brazos de Miya, quien me abraza sonriendo y me besa en la cabeza.
– Me alegra mucho haber podido hacer esto contigo, Risa.
– Cielos, solamente lo hicimos porque no pudiste leer bien los frascos y entonces me apareció… ¡Miya, mira!
Al voltear abajo, ambas vemos que el pene ha desaparecido y en su lugar, vuelve a estar mi vagina como siempre ha estado.
– ¡Mi vagina! ¡He recuperado mi vagina!
– No podría ser más feliz con eso, Risa.
Estoy tan contenta, que en este momento no me importan los comentarios pervertidos de Miya ni lo descarado que pueda sonar lo que digo. Estoy tan contenta que me lanzo a sus brazos y la beso. Llenando su boca con mi lengua y entonces nos empezamos a acariciar.
– Cielos Risa, parece que ahora tu vagina esta muy contenta de verme.
Miya baja su mano y siente mi vagina con sus dedos.
– No tanto como la tuya, Miya.
Hago lo misma con ella, acariciando con la punta de mis dedos sus labios interiores y Miya gime del placer.
Nos miramos a los ojos, todavía con el deseo y placer en nuestras almas y le pregunto.
– ¿Quieres hacerlo otra vez, Miya?
– Seguro, Risa.
Nos besamos, comenzamos a tocarnos allá abajo acariciando nuestras vaginas con nuestras piernas, pero al final estamos demasiado cansadas para hacerlo y en su lugar, nos quedamos dormidas abrazadas, con nuestras piernas entrelazadas y nuestras vaginas rozando contra el muslo de la otra.
Ya tendríamos oportunidad para seguir haciéndolo al despertar, pero ahora quiero hacer aquello que amo incluso más que hacerlo con la persona a la que más amo en este mundo.
Dormir al lado de mi mejor amiga, la mejor compañera y mi futura esposa. Miya.
Bonus Short Story – Casa de Risa y Miya.
Han pasado unas semanas desde aquel incidente de la pastilla y desde entonces, mi vagina ha continuado funcionando sin ninguna anomalía o miembros masculinos no deseados.
Nuestra vida amorosa ha regresado a la normalidad y ahora después de un largo día de escuela, Miya regresa del laboratorio y la recibo con un gran beso en los labios.
– Bienvenida a casa, Miya.
Termino de preparar la cena y juntas ponemos la mesa para comenzar a cenar y platicar sobre nuestro día.
– ¿Cómo te fue con la reunión del día de hoy?
– Muy bien, el producto ya fue oficialmente aceptado e incluso ya firmamos un contrato de distribución con los hospitales de la familia Matsubara.
– ¡¿En serio?! ¡Que buenas noticias!
– ¡Lo sé! El anuncio se hará oficial la próxima semana con esperanzas de empezar a distribuirla a todas las farmacias del país el próximo mes.
– Impresionante, seguro que Yuuna-sama y su familia estuvieron muy felices con los resultados.
– Así es, se espera que este acuerdo traiga muchas ganancias para ambas partes e incluso ya tenemos una larga lista de espera entre nuestras amigas.
– ¿De verdad?
– Así es. El día de hoy, Sara-san no dejó de seguirme por toda la escuela, pidiéndome que por favor sea de las primeras en recibir una caja e incluso intentó pagarme por adelantado.
– Cielos – avergonzada por mi amiga, Sara.
– En todo caso, le dije que no sería necesario y tan pronto empezara la distribución el próximo mes, le daría una caja.
– Seguro que Kaede-senpai aún no esta al tanto de ello.
No puedo evitar sentirme un tanto mal por ella, que se llevará una gran sorpresa ese día cuando Sara llegue.
– Probablemente no, pero seguro que al final cede para hacer feliz a Sara-san.
En eso tiene razón, después de todo, yo también había cedido de esa manera con Miya, y a decir verdad… no la había pasado tan mal.
– En todo caso me alegro mucho por el éxito de la pastilla, Miya. Me alegro mucho por ti.
– Gracias, Risa. Aunque en realidad… todo esto te lo debo a ti.
– ¿A mí? ¿Por qué? No he hecho nada en tu laboratorio y hasta que confundiste las pastillas, no estaba siquiera enterada de su existencia.
– Lo sé, pero… en realidad, mentí un poco cuando dije que la pastilla ya estaba en desarrollo cuando entre a trabajar con mi familia.
– ¿Eh?
– A decir verdad, fue en el momento que entré cuando sugerí por primera vez la idea de la pastilla a mis padres y a la junta directiva de la farmacéutica. Obviamente jamás les dije mis razones (aunque seguro debieron sospecharlas ya que soy lesbiana) pero… la razón de que me esforzara tanto en desarrollar esta pastilla, es porque la quería probar, contigo. Quería hacerte sentir bien, pero luego confundí los frascos y…
El resto es historia.
Sonrío al escuchar la conmovedora historia de Miya, y me acerco a ella, tomándola de la mano.
– Muchas gracias por esforzarte tanto por mí, Miya. Lo disfruté mucho esa noche.
– ¿En serio?
– Sí, aunque ¿sabes algo? No es necesario que tengamos una de esas cosas para hacernos sentirnos bien. Antes incluso de esa confusión, yo ya me sentía muy bien con el simple hecho de estar contigo. Tocándonos, besándonos y haciendo muchas cosas más en la cama y otras partes.
Sonríe al verme sonrojar por decir esas cosas.
– Pero, a final de cuentas, lo que quiero decir es que no necesitamos tener eso para hacernos sentir bien y ser felices. Tú, así como eres, eres todo lo que necesito.
– Risa…
Miya se sonroja y sonríe.
– También debo decir que te prefiero con esa vagina que tanto amo.
– Cielos, y ahí vas a hacerlo todo pervertido de nuevo.
Me levanto indignada y Miya solo ríe.
Nos sentamos a terminar la cena y en susurro le digo.
– Aunque también, si de vez en cuando de manera ocasional, quisieras volver a usar… esa cosa, yo… no me opondría a la idea.
Miya se sorprende al escuchar eso, y con una sonrisa, saca otro frasco como de los de esa noche de su bolsillo.
– ¡Miya! ¡¿Eso es…?
No es necesario que responda para saber que es. Su sonrisa lo dice todo.
Me sonrojo al pensar que Miya debió haber sacado eso a escondidas del laboratorio, pero también en lo mucho que debe desear hacerlo para haberlo hurtado de esa manera.
– ¿Qué dices Risa? ¿Quieres repetir esa noche?
– Mmmhhh…
Me pongo más roja, recordando todo lo que hicimos esa noche y finalmente tomo el frasco de ella y le digo.
– Bien ¡Pero más te vale que los efectos de esta cosa no sean permanentes!
– Para nada. Descuida Risa, jamás cambiaría tu vagina por nada en este mundo.
– Muoh – sonrojada por su plática pervertida.
– Pero si aún no te sientes muy segura con ello ¿te importaría si esta vez yo soy quien la beba?
– ¡De ninguna manera! No dejaré que metas… esa cosa en mi interior.
– Vamos Risa, por favor, en verdad quiero sentir como siente dentro de ti. Puedo hacerlo ¿Sí? – ojitos conmovedores.
– ¡Wuah! Esta bien ¡Pero tendrás que ser muy gentil cuando lo metas! ¿De acuerdo?
– ¡Muy bien! Vayamos, Risa.
Miya me toma feliz de la mano, y ambas subimos corriendo las escaleras, listas para una nueva ronda de amor.
Esta noche, seguro no pegaríamos ojo.
¡Hasta aquí esta interesante historia!
Quizás alguno se preguntará "¿Qué hace éste género en este fandom?" y "¿Por qué Saori que es una gran fanática de las parejas puras y yuri se animó a escribirla?"
En resumen fue porque se me ocurrió la idea de Miya creando este suero para Risa y la idea se me hizo tan pero TAN buena y graciosa, que en verdad quise redactarla y compartirla por este bonito fandom.
Es la primera vez que lo hago y no tengo idea si lo volveré a hacer algún día, así que espero les haya gustado y sobre todo, haya logrado compartir el amor que se tienen estas hermosa parejas como lo son Risa y Miya.
Y hasta la próxima historia, nos seguiremos leyendo c:
