Disclaimer: MSLN no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.
Afecto
Ha pasado algún tiempo desde el incidente de la Santa Cuna, las cosas retornaban a la normalidad y la calma. En el Bureo se discutían, como siempre, las políticas internas y los diferentes cambios de mando que solían representar riñas entre contrincantes. Hayate por su lado reposaba tranquilamente en su oficina. La División 6, era más reconocida que antes. Llegó a creer que posterior al incidente JS, su división estaba destinada a desaparecer, le entristeció pero era algo que aceptaba, al fin y al cabo se encontraba satisfecha por haber cumplido su misión.
Todavía recuerda la junta con los altos mandos en la que se discutiría el renombramiento de los asociados a sus fuerzas, para ella era inevitable que se separaría de sus amigas. Cuál fue su sorpresa al descubrir que tenían planes diferentes para la División 6 y que está no desaparecería, sino que se adjudicaría como una unidad de contingencia de asuntos internos, a cambio de ello le otorgaron autonomía e independencia de sus propias investigaciones, misiones, y comando, la única limitante es que todo la información, pasaría en informes detallados a la central, además de que las fuerzas deberían siempre priorizar ordenes de asuntos internos ante cualquier situación, para finalizar la dejaron a cargo siempre a su persona, debido al gran trabajo realizado y que bajo sus órdenes lograron detener una gran amenaza, además de las innumerable contribuciones hechas TSAB e implementar justicia interdimensional. Jamás esperó tan entrañable sorpresa, principalmente porque en sus adentros creía que muchos de esos burócratas la querían fuera del juego y por tanto, de verla a cargo de una división de comando, al percibirla como una amenaza.
Nunca olvidaría la seriedad con la que convocó a todo el personal del Riot, a una reunión donde se discutiría el renombramiento de sus miembros. Un cosquilleo alegre casi la delata al observar la incertidumbre y tristeza de algunos, pronto cambiaría la expresión en esos rostros. En efecto, no pudo evitar, que la primera de sus acciones fuera sonreír, extrañando a casi todos los presentes. Sin tanto suspenso, anunció la tan grata noticia, la muchedumbre contuvo una que otra exclamación para terminar celebrando con júbilo. Sin embargo remarcó, que aunque la División 6 se mantendría, muchos podían optar por un traslado o cambio a otras unidades, ya que el trabajo aumentaría, la infraestructura se remodelaría, porque los cambios que se avecinaban serian un reto grande como División y mostrar que tenían la capacidad de superarse cada día más. Para su gratificación, fueron contados quienes se retiraron de la sección, cadetes y personal administrativo, en su mayoría por asuntos personales.
Respiró profundo, expandiendo sus pulmones y liberando un suspiro de satisfacción, se sentó en la confortable silla de su brillante escritorio, a iniciar el trabajo del nuevo día. Entonces algo vino a su mente, circunstancias esperadas, pero que curiosamente sucedían hasta ahora…
La primera cosa que no escapó de sus ojos fue el ver a sus amigas a pocos asientos de la plataforma en la que estaba, vio a Nanoha y Fate sonreir en su lugar, la cobriza saltó de su asiento en la euforia, no fue la única, pero además de eso, abrazó "inesperadamente" a Fate, quien se sonrojó ante la acción, a la rubia le costó pero correspondió el abrazo, seguramente avergonzada por su mejor amiga, "incorregibles" fue su pensamiento al verlas. Posterior a ella retornar su discurso y sus palabras, la instructora poco se alejó de la rubia, sujetándola fuertemente del brazo y estando lo más cerca que podía. Continuando, muchos terminaron satisfechos al asegurar que no se revocarían los privilegios dados por STAB en ningún momento, y todos podrían conservar seguros, propiedades y viviendas que hasta ahora habían sido de su uso, seguirían siéndolo sin ningún trámite adicional. De alguna manera, la sonrisa de Nanoha se ensanchó más si podía con esas palabras, casi que parecía morderse el labio inferior solo para poder contenerse.
Nadie pasó desapercibido que la intructora Takamachi y la enforcer Harlaown, estaban más unidas y apegadas que nunca. Hayate se dio un espacio para hablar con ellas luego del discurso, las chicas le agradecieron por permitirles poder seguir juntas "las tres" remarcó Nanoha, aunque sus instintos le decía que estaba siendo sincera, había algo que no cuadraba del todo, Fate que jamás habla con dobles intenciones ni de manera inconsciente, también le ofreció su sincero agradecimiento. Alagada, les aclaró que aquello no era cosa suya, así que como un nuevo componente de asuntos internos le pediría a la rubia que le ayudase a averiguar justamente ese curioso asunto. Sin más se despidieron, no sin recordarles que aguardarían unos cuantos días de descanso debido a las remodelaciones internas propias de la división, como la castaña estaría a cargo no podría descansar, pero que ellas podían aprovechar el plus. Como creyó, le ofrecieron ayuda, pero se negó rotundamente, al fin y al cabo, ella también estaba tan feliz, y necesitaba liberar toda esa energía, lo haría en el trabajo, además las necesitaba descansadas, para la gran apertura próxima del Internal Division Riot Force 6, y que ellas dos serian su mano derecha nuevamente, que disfrutaran mientras pudieran, y mientras, podrían aprovechar estar con Vivio al ser madres primerizas, sería algo muy positivo para la niña. Sin poder con ese argumento, las dos aceptaron, a fin de cuentas un descanso era justo lo que necesitaban, después de pensar en su inminente separación, el agotamiento físico y emocional había sido marcado.
Las vio marchar, y al verlas, tan anhelantes, se dio cuenta cuanto les afectaba el pensar separarse. Pero algo más encendió sus alarmas, una extrañeza por algo que no solía discutir mucho con las chicas, quizás, porque constantemente lo esquivaban, pero lo cierto es que esas dos se miraban más unidas que nunca "será que…" por un momento irracional se dijo que no, eso no era posible…sin embargo, como algo risible, golpeándose mentalmente se dijo "como diablos no va ser posible, es demasiado obvio…" claro que lo era, ni siquiera comprendía porque dudaba.
-Nanoha-chan, Fate-chan…me alegro por ustedes…- sonrió solo era cuestión de tiempo, además pensaba darles un pequeño empujoncito, el momento se hallaba frente a sus ojos.
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Dos chicas caminaban animadamente en la afueras de los edificios en busca del parqueo. Desde la afanada reunión se miraban tan afables entre ellas, en particular por la joven cobriza, la felicidad surcaba sus rostros, pareciera que nada podría perturbarlas en absoluto.
-Nanoha si no me sueltas, no podremos subir al auto- tranquilamente Fate se dirigió a su amiga, quien no había dejado de expresar lo alegre que se encontraba, no es que pudiera evitarlo tampoco.
-Pero Fate-chan, estoy tan contenta, no tienes idea, hasta ayer creí que te irías y no te vería en mucho tiempo y…
-…y por eso puedes soltarme con toda calma, no me iré Nanoha, seguiremos juntas como hasta ahora- la enforcer le sonrió, pero alguien a su par era tan terca, que esa sonrisa no sería suficiente.
Nanoha le miró a los ojos, y sin verlo venir sensaciones extrañas se apoderaban de su cuerpo, empezando por el cosquilleo en su estómago, el frenético latir de su corazón, pero por sobre todo, esa acogedora sensación que la llenaba por completo, terminó abrazando a Fate, escondió su rostro en el uniforme negro, enterneciendo más a la rubia en el proceso.
-Está bien, pero debes prometer mimarme mucho está noche, a mí y a Vivio, ella también estará muy contenta.
Subieron al auto, y en los pensamientos de Fate solo estaba Nanoha, desde la reacción que tuvo por la mañana, decidieron estar juntas para terminar el papeleó que ponía fin al Riot Force 6, y tramitar el contrato para la renovada sección 6. Con innumerables palabras de cariño y un sinfín de acciones, Nanoha estuvo a su cuidado en todo el día, eso le hacía tan feliz, todos sus sentidos fueron inundados por su amiga, se sentía especial e importante, extrañamente una añoranza afloró en ella, pero no comprendía el por qué, si podría seguir junto a Nanoha, no tenía nada por qué preocuparse, pero ahí estaba, con un cosquilleo en su estómago que le debilitaba, el latido a prisa pero afligido de su corazón, y cierta sensación que le inundaba, le regocijaba pero parecía que en cualquier momento la haría llorar. La miró de reojo, estando de perfil con esa bella sonrisa, en realidad no quería que Nanoha la soltase, pero no había otra forma de poder conducir su auto, si por ella fuera, permanecería entre esos brazos para toda la vida, no era una mala idea. ¿Qué pensaba? debía sacar esas ideas tan raras de su mente.
-Ne, Nanoha ¿Crees que sería buena idea llevarle una sorpresa a Vivio?- preguntó con emoción, raro en ella pero, la bella sonrisa que le devolvieron, fue el mejor premio que pudo haber recibido.
Ese día llegaron temprano a casa, aún más particular, llegaban juntas, fueron recibidas por una pequeña niña rubia, que chilló de alegría al verlas, se arrojó a los brazos de Nanoha, para comenzar a narrarle su día y decirle cuanto la quería y había extrañado. Fate se despidió del guardián de Hayate que siempre cuidaba de Vivio, despidiéndose con una mano de la pequeña y se marchó. Después de estar un rato en los brazos de Nanoha, enfocó a la rubia mayor, notó que traía un peluche entre sus manos junto a una pequeña caja de regalo.
-¿Para mí?- preguntó la niña ojos bicolores.
El asentimiento por parte de su madre rubia, le hizo saltar nuevamente de alegría e ir a reclamar su regalo sorpresa, se trataba de un peluche rosa pálido, con una chonga blanca sobre su cuello, abrió la caja y un pequeño conjunto de ropa se hallaba en ella, un bello vestido acua marino junto a una pequeñas zapatillas a juego. Se lo probó en el momento, y le quedaba de maravilla, Vivio no quería quitarse su nueva ropa, pero su madre cobriza le aseguró que no debía preocuparse, pronto podría ponérselo, ya que tendrían una salida especial como familia, y Fate iría con ellas. La chiquilla aceptó, feliz, ahora en espera de ese que prometía ser un maravilloso día al lado sus madres.
Fue una noche amena, juntas las tres prepararon la cena, sirvieron la mesa y compartieron risas que entonaban alegre dentro de aquella casa que las reguardaba del frío, pero el cariño que se tenían, era lo que les daba calor. Fate cargó a Vivio al no poder alcanzar la parte alta de la cocina, observó atentamente todo los que sus madres hacían, fue colmada de besos y cariño. Al terminar la cena, a la pequeña rubia le entró el sueño del cansancio de todo un día, la sorpresa y las alegrías. Cepilló sus dientes y se colocó su pijama, su madre Fate le contó un viejo cuento, ese de Perséfone, el dios del inframundo Hades y las estaciones, un hermoso cuento sin duda, pero Vivio le expresó con seguridad "yo nunca las abandonaré mamás", cerró sus ojos, yéndose al idílico mundo de los sueños.
Ya se habían preparado para dormir, solo faltaba Nanoha, quien cepillaba sus dientes, Fate la esperaba al borde de la cama, pensativa, ese día tan alegre, debió ser uno de despedida y tristeza, es más, ese momento no debería existir, de seguro en lugar de esperar por Nanoha, estaría yéndose camino a la unidad de investigación interestelar, regresando a su antiguo puesto lejos de ellas.
-Fate-chan, creí que te encontraría recostada- Nanoha con su cabello suelto y ligeramente mojado, lucia preciosa.
-Solo esperaba por Nanoha…quería decirte algo…- la instructora inesperadamente se puso seria, por lo general esa frase no aguardaba buenas noticias…o eso creía, escucharía atentamente cualquier cosa que le dijera su Fate-chan, lo único que deseaba es que la rubia no estuviera pensando en irse por su propia cuenta a su vieja unidad…no podría, ella no…
-¿Si? Adelante- dijo insegura. Llegó sentándose junto a su amiga.
No comprendía que le sucedía, repentinamente no quería estar lejos de Fate, el tiempo juntas dentro de la sexta división había sido tan esplendido, no quería perder eso, necesitaba, deseaba y quería estar con Fate como nunca antes. Se convirtió en su brisa de cada amanecer, y en la calidez de cada anochecer.
-Gracias…- fue suave y claro, palabas sublimes que atravesaron a su interlocutora- hoy lejos de ser un día triste como pensé, ha sido un día maravilloso. Pude estar contigo, compartimos cada cosa como en los viejos tiempos- la enforcer levantó su mano, acomodo el cabello de Nanoha tras su oreja derecha y acarició esa tersa mejilla ligeramente sonrosada- el solo hecho de estar contigo ya es especial, pero hoy día me demostrase tú infinito cariño, sin palabras me mostraste lo importante que soy para ti, por eso te agradezco, Nanoha. Yo también estoy muy feliz, y aunque me sea difícil demostrarlo quería que lo supieras por propias palabras.
-Lo siento- se disculpó la maga blanca para sorpresa de Fate- creí que te había sofocado, hoy estuve demasiado empalagosa, creí que en cualquier momento me dirías que me fuera, sé que a veces puedo llegar a ser un poco apremiante, por eso me disculpo, pero estoy feliz de que me digas que no es así.
-Mucho de ti, jamás será demasiado Nanoha- la chica se sorprendió y sonrojó de solo escucharla- es más siento que no alcanza el tiempo para estar juntas- Nanoha sostuvo la mano de Fate sobre su mejilla y profundizo el contacto.
-Prometiste mimarme al estar en casa, por eso hoy quiero dormir abrazada a Fate-chan- reclamó en su fuero interno, pero terriblemente avergonzada de decirlo externamente. Fate se enterneció y gustosa cumplió con alegría aquel inocente pedido.
Al estar recostadas, la joven de ojos carmesí se acobijó a sí misma y a la otra chica. Se acercó y despacio envolvió a la otra chica en un abrazo, sus miradas solo se perdieron hasta que Nanoha yació oculta entre el cuello y pecho de la rubia. La instructora aumento el contacto poniendo más fuerza en el abrazo, pero sin llegar a lastimar a Fate, solo quería sentirla lo más cerca que podía.
-No me iré Nanoha…
Era extraño, no comprendía por qué decía eso, pero a Nanoha le reconfortaba, la tranquilizaba, deseaba perderse en esos brazos, esa cercanía, su aroma y calidez eternamente, porque a pesar de desearlo, no le parecía real, lucia más como un deseo remoto, que lejos de cumplirse, se oscurecía ante sus ojos, desaparecía de su tacto, y se desvanecía en el tiempo, chocando con un aparente final que no le permitía continuar ¿Por qué? Justo ahora era inmensamente feliz como jamás podría desear. Lo único de lo que tenía seguridad, es que si Fate permanecía a su lado sería suficiente, incluso si no conocía la respuesta.
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Continuará…
Solo una historia más, empalagosa romantica y divertida :)
Nota: Que la luz de la Estrella y el Rayo ilumine sus corazones.
