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Repetición

Era extraño que ella adjudicara un significado a las cosas de su vida, es decir, recorriendo el camino de su vida, las cosas siempre parecían ajustar a la perfección, incluso en las peores situaciones, no le veía el caso darle un "por qué", solo era así y sucedía, luchaba por sus sueños, acompañada de la gente que apreciaba, persiguiendo justicia, a su modo claro, haciendo las cosas de la manera más correcta posible, cumpliendo sus responsabilidades. Entonces ¿Por qué ahora? Por qué era diferente, sentía esa sensación más fuerte, al verla, su rostro, sus ojos, esa voz, ese porte tan excelso que era tan propio de ella, de su amiga. No es que le pareciera extraño, si ella fue popular toda la vida, acaparaba la atención no solo por su apariencia, si ella era un amor y una ternura, cuando le conocían, quién no caía embobado al tratarla aunque sea poco. Fate era así, y a pesar de ser la que más llamaba la atención, nunca tuvo pareja hasta el día de hoy.

Ella, Nanoha, tampoco, sin embargo era hasta ahora que se lo cuestionaba, es decir, antes se decía que era porque eran muy jóvenes, era demasiado pronto para un compromiso así, pero ya era adultas, y lo cierto es que ambas nunca tuvieron interés, bien porque su vida era muy ajetreada, y para la enforcer peligrosa, o porque interactuaban muy poco con otras personas, sobre todo en ese plan. Sea como fuere, y sin importar qué, estaban juntas, en la escuela, en el instituto, en la milicia, en el trabajo, actualmente incluso vivían juntas, cuidaban a una niña juntas como tutoras, era increíble que esos hechos se suscitaran justo de esa manera, porque era algo a lo que se acostumbró simplemente, su modo de vivir, y no parecía…definitivamente no parecía ser muy importante.

Claro, el pensar que se separarían le pareció algo que no quería y no podía creer, dentro de sus planes eso no se marcaba, en su laberinto, ella y Fate siempre se encontraban, pero ya no iba a ser de esa forma, Fate se iría a lo que sería su asignación original, la cual nunca desempeñó por obra de Hayate, al crear la sección seis, antes de siquiera pensar que no la volvería a ver en mucho tiempo, terminaron nuevamente estando juntas.

Ahí estaba su dilema, porque ahora, estando dentro del auto de Fate yendo al trabajo, era lo mejor de lo mejor, no quería dejar de sentir eso, lo que sentía al estar con ella. Ver el amanecer juntas, consentir a Vivio como sus madres, compartir lo breve de cada mañana y el anochecer. Generalmente, no solía irse con Fate al trabajo, porque sus horarios diferían, ella entraba más temprano, y la rubia un poco más tarde, pero ahora con el nuevo iniciado rumbo de la sección seis, ella aún no tenía a sus alumnos asignados, así que por un tiempo estarían entrando a la misma hora. Una parte de ella comenzaba a perderle el miedo a esa bestia negra que tanto le fascinaba a Fate, sería difícil convencerla, para hacer que siempre le llevara al trabajo, porque estar en su compañía era lo más agradable de esa travesía, llegar juntas, y que todos les vieran arribar, con Fate ofreciéndose a abrirle la puerta de su lado cual galán de novela. Se sentía tan embobada, que ignoraba su alrededor por completo. Que Fate estuviera con ella y con nadie más, era lo más maravilloso, pero por primera vez se lo cuestionaba, aunque no se debatía por tener una respuesta pronto.

Cada mañana se la pasaba con Vita, en las planeaciones de los entrenamientos, repasando los detalles, mejorado cada paso, dando un enfoque más práctico si se podía, incluyendo áreas de discusión para debatir acerca de ellos, y tener en cuenta la visión de los alumnos, para ajustar cada entrenamiento particular, modificándolo para lograr una meta conjunta. Eso era la parte más fácil, no había prisa para presentar los reportes, por lo que avanzaban lento pero seguro, se desocupaba rápido, y ya no sabía qué más hacer, Vita por su lado se retiraba y la dejaba sola, parecía que ella si tenía mucho que hacer fuera del trabajo. Por su parte, colarse en la oficina de Fate parecía la mejor opción a llevar a cabo, pero no quería interrumpir a su amiga solo porque ella se encontraba aburrida, solo llevaba cuatro días, pensando en que ocupar su tiempo, por su puesto lo mejor que podría hacer era irse a casa, pero no quería hacerlo sin ver una vez más a Fate, esperaría al almuerzo, lo pasaría con ella, y luego se marcharía, si eso, como siempre.

Lo curioso de aquel día era que, yendo hacía la cafetería por una merienda antes del almuerzo, antes de cruzar por cierto lugar, escuchó un leve cuchicheo, uno que la involucraba a ella.

-…entonces ¿será cierto? Ya ves que nunca se les ha visto interés por alguien más…- cotilleos, se dijo, de esos que siempre pululan, sonrió, nunca pudo comprenderlo del todo, a pesar de ello le parecían algo divertido, y de que la mayoría solo fuesen suposiciones sin fundamento.

-Pero Harlaown-san parece alguien muy seria…- dijo otro. Se detuvo al instante, eso sí que le interesaba, parecía que hablaban de nada más y nada menos que su mejor amiga. Ahora en qué la habrán metido. Fate tenía mucha clase de rumores circulando alrededor de su persona ya fuera por su pasado, algo cuestionable según algunos, o su presente, ese que decía que su familia era su palanca dentro de STAB, en cualquier caso, cuestionando su integridad, y eso es algo que ella no podía permitir, siempre salía a su defensa cuando era así.

-Aun así, no puedes negar que ella adoptó a los pequeños de Caro y Erio, eso dice mucho de su persona…- por supuesto que sí, Fate podía ser una ternura si se lo proponía.

-Pero eso es diferente- ¿a qué?- ya ves que ella y Takamachi-san se han conocido desde niñas- ¿y ella qué tenía que ver? Bueno, eran mejores amigas pero…

-Exacto, siempre han sido cercanas, no sería algo sorprendente ahora, ya ves, que es algo que muchos piensan, no solo yo…- se estaba exasperando, no comprendía la conversación.

-Sería toda una lástima, ya que Harlaown-san es bellísima- ah, ya comprendía, solo era un par de idiotas que estaban locos por Fate, y bueno Fate, nunca les prestará atención en la vida-…y Takamachi-san también, ya ves- ¿Qué? No era posible, que sujeto más descarado.

-No lo sé, a como yo lo veo, sería lo más justo, y algo agradable, si Harlaown-san y Takamachi-san terminan como pareja, nunca he visto a personas tan compenetradas como ellas- la mente de la cobriza se quedó en blanco, una parte de ella le dijo que estaba más perdida que un extraterrestre, pero otra parte alertó sus sentidos, e incluso le hizo ruborizar solo de oír aquella frase.

-Eres todo un fetichista tio, espero por tu bien que esa frase lleve buenas intenciones…

-Por supuesto que sí, no soy como tú…

Nanoha se fue inmediatamente, olvidando por completo lo que iba hacer, tomando un el camino contrario al que llevaba, un tanto turbada, agradablemente turbada, puesto que su corazón latía con fuerza y alegría. No reclamó nada, ya que no tenía nada que reclamar, o eso creía.

Encontró un lugar, y se sentó para calmar su apresurada carrera.

Si podía rebobinar en su memoria, podía jurar que no era la primera vez que la emparejaban con su amiga, la primera vez, fue en la secundaria, eran niñas claro, y lo único que pudo pensar era que, eso no era posible, ella y Fate solo eran amigas, para ella Fate era especial sí, pero eso de gustarle era otro nivel, aun así no le dio importancia, no se dio el tiempo de pensarlo y siguió con lo suyo. Las otras veces que lo escuchó, sencillamente terminaba obviándolo y allí terminaba. En el instituto, ese pensamiento que tuvo la primera vez, cambio solo un poco, se dijo "Fate-chan es mi mejor amiga" y claro eso significaba que nada podría pasar entre ellas, lo más importante, era que ella no estaba con nadie, y que Fate no pensaba juntarse con nadie tampoco, estando tan enfrascadas en sus vidas, y estando juntas, no había lugar para nadie más, y Nanoha era feliz de que fuera así.

Pero ahora…ya ha pasado un tiempo desde que escucho esos rumores…

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"¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!"

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Continuará…

Notas: Que la luz de la Estrella y el Rayo ilumine sus corazones.