Disclaimer: MSLN no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.
Juntas
Ahí estaba frente al espejo. Se miraba y a la vez no. Pensaba en los últimos días, que extravasaban sus sentidos, por cierta personita que casi no le daba ningún respiro, de no ser por el trabajo, no pudiera tener un poco de paz. Aunque eso era mucho decir, no es que no le gustase, es que le abrumaba.
Ya sabía que Nanoha era una persona de tacto, no le apenaba demostrar su afecto de esa manera, muy contrario a ella que se moría de la vergüenza frente a cualquiera. Después de regresar de su memorable paseo familiar, pasaron un par de días estando solas en casa durante las horas que Vivio estaba en la escuela. En ese tiempo. pensaron juntas en organizar un poco la casa, se deshicieron de cosas que ya no utilizaban, y realizaron una limpieza general en casa. El detalle es que pudieron realizar actividades por separado para avanzar más rápido, pero la dueña de rasing hearth dijo rotundamente que no, que era mejor hacer juntas cada cosa, pues no había prisa por terminar. Y cada cosa era cada cosa, en otras palabras, no hubo instante que estuvieron separadas, ni por una simple pared al estar casa. El único sonido que escuchaba era la cándida y dulce voz de Nanoha, quien parecía que siempre tenia algo que decir, qué contarle, aunque los silencios también fueron reconfortarles, sabiendo que estaba a su par. Hablaron de tantas cosas, de sus bellos recuerdos, de los que se avergonzaban y reían, o que ocasionaban que repentinamente Nanoha le quisiese abrazar sin contenerse, sonriendo feliz. Perdió la cuenta de cuantas veces le abrazó en esos días, en los que hacia a Fate se sonrojaba cada vez. La única ocasión, en que la rubia inició el abrazo, fue al recordar el accidente que sufrió la cobriza y la doblego sobre una cama. Nanoha le agradeció una vez más por haber estado a su lado y correspondió el abrazo, difícilmente había espacio que las separaba, ni siquiera recuerda cuanto duro ese abrazo en particular, el tiempo se detuvo para ellas en más de un sentido. Se reconfortaron en la otra, entre suaves y tenues caricias. De no ser por la llegada de Vivio y Zafira, habrían permanecido así para toda la vida.
Compartían el baño como de costumbre. Ni siquiera entonces Nanoha se cansaba de buscar su cercanía, la miraba fijamente, avergonzandola esta vez, solo con su mirada, o los comentarios respecto al increíble cuerpo de la rubia. Fate le daba la espalda sonrojada hasta las orejas, era imposible para ella regresarle esos comentarios, se moría ella misma de la verguenza, no importa cuanto pensase que Nanoha se miraba bella, así simplemente, como Dios la trajo al mundo. La parte más difícil que la dejaba cerca del desmayo, era cuando la instructora se arrejuntaba mucho a ella tomando su brazo, o rodeándola por la espalda con sus brazos, lograba sentir el pecho de la cobriza y parte de su cuerpo en su espalda, en esos casos era la misma Nanoha quien terminaba el contacto y era la primera en salir de la ducha sin esperarla. Fate no le cuestionaba, pues su mente se queda completamente en blanco.
Nunca en su vida, vivió días tan maravillosos como entonces, todo era perfecto. Se despertaba junto a Nanoha entre abrazos y sonrisas, bajaban juntas a preparar su desayuno y el de Vivio, también el bento de su bella hija. Salieron de compras, se tomaron todo el tiempo del mundo en cada lugar. Al comprar ropa se probaban las prendas, en muchas ocasiones, por petición de Nanoha, dentro de la misma taquilla, pues deseaba ver cómo lucia lo que ella había escogido en Fate, quien sabe, tal vez le sentaba mejor. Más de alguna vez fueron regañadas, y perdonadas por su mismo renombre, lo ignoraban por completo, pero eran reconocidas por casi todo Mid-childa. El deportivo de Fate no era para compras de casa, pero de todas formas accedió a llevarlo cada vez que salia con Nanoha, fue en esas ocasiones que la instructora se dio la oportunidad de disfrutar el estar en ese auto con Fate. Ver a la enforcer disfrutar de conducir su carro, el sentir que el viento le acariciaba su rostro, sus cabellos al compás de la brisa, y sin que Fate lo supiera fue demasiado agradable para la chica nipona.
Las noches también eran mágicas, disfrutando como la familia que eran junto a Vivio, jugando diferentes juegos de mesa, que ni siquiera sabían que tenían. Fate perdía la mayoría de los encuentros, era imposible para ella, no podía contra dos Takamachis que confabulaban en su contra, entristecía visiblemente, pero eso no ablandaba los corazones de sus contrincantes, pero si era una nueva escusa para la takamachi mayor, de acercarse a ella, rodearla con un brazo, y darle rápidos besos de consuelo sobre la coronilla de su cabeza o su mejilla, solo por eso dejó de importarle perder, pero no debía hacer parecer que no le importaba, le gustaba que Nanoha le reconfortara tan abiertamente. Vivio le abrazaba hasta el final del juego "lamento que hayas perdido Fate-mama" le decía, a diferencia de Nanoha que le reconfortaba con cada exclamación o gesto.
¿Qué fue lo que sucedió? El ensueño se terminó, hasta cierto punto, en el momento de regresar al trabajo. El impacto, que fue más evidente para Nanoha al separarse de Fate la primera mañana, no fue desapercibido para nadie. La expresión de la cobriza era indescifrable, y antes de que Fate pudiera decir algo, la cobriza le abrazó, rodeando su cuello, un instante eterno, intenso y profundo, terminó el abrazo dejando anonadada a Fate, despidiendola con un suave beso en la mejilla. Ni siquiera recuerda como terminó entrando a su oficina. Pero la cosa no terminó ahí, no para Fate, que cada vez su corazón se detenía repentinamente para luego comenzar a latir errático. Ahora Nanoha la abrazaba en cada encuentro y despedida, además de tomar su mano, y entrelazar sus dedos, por más corta que fuera su trayectoria. De su auto a la oficina, de su oficina al comedor, del comedor a la salida, desde donde fuera a hasta donde sea, Nanoha la poseía con ese simple tacto. Una parte de ella le decía que la detuviera, que estaban en el trabajo, que no estaba bien, que no la comprendía ¿Por qué se comportaba de esa forma? Pero no lo hizo, porque entonces todo eso acabaría...y ella, Fate no quería que acabara, deseaba la cercanía de Nanoha, aunque lo negara, una misma que ella no podía buscar pero que anhelaba.
La esperaría como siempre, para tener y sentir una vez más su cercanía, tal vez ahora si pueda, corresponder ese abrazo, y atraerla también a su cuerpo, sin importar ni el tiempo ni el lugar, solo su dulce olor, su hermoso cabello, y sus brillantes ojos lavanda.
.
.
.
.
Continuará…
Notas: Que la luz de la Estrella y el Rayo ilumine sus corazones.
