Disclaimer: MSLN no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.

Stand By

Se despertó, y se extrañó al no sentir el calor de cada mañana envolviéndola, miró a su alrededor solo para encontrarla no muy lejos, ahí ensimismada viendo quién sabe qué cosa. Ella era tan hermosa, que al solo verla parada frente a la ventana era una vista majestuosa, aunque vistiera aún con el pijama rosa que solía usar, con su cabello suelto, al compás de suave brisa…de alguna forma, le pareció notar cierta tristeza en esa mirada. A pesar de ello, su corazón saltó en su pecho, solo de observarla, sus ojos lavanda que no la enfocaban, su nariz pequeña y respingada, sus labios…brillantes, suaves y delicados…los latidos en su pecho aumentaron, y un extraño calor se apoderó de ella.

-Ohayo, Fate-chan- escuchó esa voz que la sacó al instante del trance en que se encontraba, más que nada, por lo extrañamente suave de aquel tono, no parecía para nada el usual, era un tono suave sí, pero falto de dulzura, más bien parecía pesado - …iré a preaparar el desayuno, puedes tomar el baño antes que yo- sentenció rápidamente y abandonó el lugar.

Fate se quedó sola en la habitación, en ese amplio lugar, que era exclusivo de Nanoha y ella, sin embargo, ese día se sentía diferente, algo había cambiado en la sonrisa de Nanoha, lo pudo notar al instante, sin mencionar, que obvio olímpicamente el abrazo de cada mañana al que le acostumbró en los días anteriores.

Intento actuar sin ninguna singularidad, en su ya vieja y anterior rutina, esa, en la que Nanoha no tomaba la ducha con ella, no hubo bromas, por tanto, no se avergonzó por ellas. Más eso no le produjo alivio, Fate, sin darse cuenta, resentía la falta de su compañera incluso en tales banalidades.

Nanoha por otro lado se sentía sumamente extraña, porque antes de imaginar si quiera el rechazo de Fate, solo le importaba estar a su lado, el poder tenerla cerca era suficiente, pero ahora lo prohibición a la libertad de sus sentimientos le causaban un profundo dolor, era como estar en una prisión, una en la que era apresada por la misma Fate, decirle que no la quería, era como si le negase poder darle libremente su amor, estar tan cerca como deseaba, y no poder hacerlo…quería gritar y llorar…no era como que la rubia la hubiese rechazado directamente, pero era casi igual, no podía darse el lujo de reclamar, de preguntar ¿Por qué? Y por tanto, tampoco de demostrar, lo terrible que sentía ahora la cercanía de Fate, le lastimaba…y su Fate….Fate no tenía la culpa de eso.

Así que hizo lo mejor que pudo, para actuar lo más normal que podía, al bajar Fate, al atender a la pequeña Vivio, al hacer su rutina, esa tan sencilla, y que le parecía la más maravillosa del mundo al poder compartir con su familia. Lo malo era que, Nanoha no era tan buena para ocultar lo que sentía, no si afectaba tanto su cordura y a su corazón. Eran finos detalles, como el que no se sentara junto a Fate, y el que evitara sobre cualquier circunstancia, contacto entre ellas, incluso el visual. Fate no era tan tonta, y cabe destacar que Vivio menos, la estrategia de Nanoha no marchaba tan bien como pensaba.

-Subiré por mi mochila- dijo Vivio al terminar de lavar sus dientes.

-No tardes, Safira-san ya está esperando afuera.

Nanoha como siempre aconsejando a su hija a tener buenos modales, ya que no es para nada cortes hacer esperar a alguien. Fate completamente inmutable solo miraba a la cobriza, estando aún en pijama, sin tener al parecer la mínima intención de prepararse para el trabajo ¿Acaso Nanoha planeaba hacerle esperar, para poder ir ambas al trabajo? ¿O es que no planeaba ir con ella?

-Nanoha, pronto deberemos irnos también- resaltó lo obvio en aquel lapsus en que el esperaban a su hija bajar.

-¡Unn! ¡Que te vaya bien Fate-chan!- ¿Uh? ¿Qué estaba ocurriendo?- Me tomé la molestia de traer tu portafolios, yo no tendrás que ir por él- le sonrió, con esa sonrisa, que para nada gustaba a Fate, porque no le hacía sentir mariposas, ni que volaba en el aire.

-Nanoha, ¿Acaso no piensas ir al trabajo conmigo? ¿No iras a la oficina hoy? ¿Te sientes mal? Porque no me dijiste nada, yo…- la instructora detuvo el parloteo de Fate, que sin duda buscaba una explicación a su conducta.

-Lo siento Fate-chan- le dijo mirándole a los ojos- ayer en la noche hablé con Vita-chan, y ella me dijo que no era necesario ir a trabajar hoy, de todas formas, casi no hacemos mucho aunque vayamos, mientras no haya reclutas, nuestro trabajo es muy limitado, y bueno, decidí tomarme el día, ya que parecía buena idea-… ¿Qué era eso? Nanoha no había mencionado absolutamente nada de eso el día anterior, no recuerda verla hablar con Vita, aunque pudo ser en otro momento, algo como eso Nanoha, se lo contaría sin duda.

-O-oye…- las cosas parecían encajar, que no debía preocuparse, la explicación era buena, pero Fate no se lo tragaba del todo…

-Iré por Vivio parece tardar un poco, a lo mejor no encuentra algo…- Nanoha Takamachi la esquivaba, y lo hacía tan bien, que lastimaba, y no podía culparle o reclamarle. En ese corto tiempo, que era su rutina de cada mañana, Fate se dio cuenta que era capaz de destruirle, esa mujer tenía un innegable poder sobre su persona, que si se llegaba a dar cuenta sería fatal para Fate…una interesante condena.

No supo en que momento, incluso si fue por fracción de segundos, que tuvo esa reacción, solo de verla pasar sobre su costado, alejándose, estaba segura, que al regresar Nanoha esperaba no verla en ese lugar, por eso, ella tomó las riendas de ese escenario, en el que Nanoha ostentaba el protagonismo, desde ya mucho. Con su mano izquierda sujeto la muñeca de Nanoha, deteniendo su caminar en el acto, soltó su maletín que terminó en algún lugar, entonces hizo dar a la cobriza un giro de ciento ochenta grados, para tenerla nuevamente de frente, la sorpresa era clara en ella, pero Fate sostenía un semblante decidido…en un parpadeo acercó sus cuerpos y…le abrazó con añoranza, rodeó su cintura, pegándola y doblegándola sobre ella. Nanoha estaba estupefacta, inmóvil sin poder creer que Fate…-al fin-…le abrazara, sin razón aparente…es decir, Nanoha lo hacía sin tener motivo, pero Fate no era así. El rostro de la instructora descansaba sobre el costado derecho de Fate, mientras esta se apoyaba sobre ese mismo lado de su compañera, sin más reserva. La cobriza, se negaba a corresponder el abrazo, a pesar de sentir que Fate la apretujaba, con ansiedad, la intensidad con que le percibía era abrumadora, sus manos sobre los brazos de Fate se negaban a cerrar el abrazo. Hasta que…Fate respiró sobre su cuello casi inevitablemente, el cosquilleo que le generó en su cuerpo esa casi involuntaria acción, hizo que de ella se apoderara el deseo, y no pudo evitar más que sus brazos se cerraran sobre el cuello de Fate, acercarse lo más que podía a ella, respirando ese agradable aroma que su compañera desprendía. Le abrazo con fuerza y con ganas, sin contenerse…ocultó su rostro entre los cabellos rubios…marcando un momento eterno.

Vivio, que observó todo desde las escaleras, se impresionó, ocasionándole un sonrojo al ver a sus madres en ese mote tan cariñoso, supo, que no podía incluirse en el abrazo, no era un abrazo familiar, era uno solo entre su Nanoha-mama y Fate-mama, así que, sonriendo luego de la tensión de aquella mañana, sigilosamente bajó las escaleras y salió de la casa, sin que sus madres se percataran de su presencia, lo mejor era dejarlas a solas.

.

.

.

.

Continuará…

Nota: Que la luz de la Estrella y el Rayo ilumine sus corazones.