Disclaimer: MSLN no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.

Detonation

Con su estado de conciencia un poco nublado, y su capacidad de percepción estancada en aquel momento, solo distingió que regresaron a casa, tal vez ya no hablaron mucho al regreso, ni se tomaron de las manos, al menos Nanoha no le sujetó del brazo como en esa misma mañana, sin mencionar que sus miradas dejaron de encontrarse, enfocadas en direcciones opuestas, sin mirar algo en específico, solo era que ya no podían mirarse la una a la otra. Fate porque no quería mostrar su dolor, y la otra meditabunda y nerviosa, pensando ¿Qué debía hacer ahora? ¿Debía decir la verdad? A pesar del aparente rechazo implícito de la rubia, uno que contrastaba con su actitud actual ¿Acaso se equivocaba, y Fate realmente...?

-¿Fate-chan?- susurró suave.

-Oyasumi- fue todo lo que obtuvo por respuesta, antes de que la luz fuera apagada en la habitación.

Fate yacía en la cama, en un extremo de esta, de espaldas a la cobriza. Los ojos lavanda, reflejaban confusión.

-¿Estás molesta?- preguntó tímida e insegura.

-No tendría por qué, solo estoy agotada- respondió simple, eso no aliviaba la preocupación de Nanoha.

-Qué descanses Fate-chan- a pesar de lo dicho, Fate le daba la espalda, no le miraba, no la abrazaba. Nanoha resistió cualquier impulso en ese momento, era confuso, no estaba segura de qué hacer o decir. Así que a pesar de la incertidumbre en su interior se durmió, esperando que mañana fuera mejor.

Nanoha se despertó al día siguiente, encontrándose con la sorpresa de estar sola en la inmensa cama, es más, al bajar se dio cuenta que Fate no se encontraba ya en casa, probablemente ya hubiese partido al trabajo…sin haberle dicho nada, sin esperarla, sin despedirse. Su ánimo decayó al instante, pero se aseguraría de hablar con ella en el trabajo, ver qué le molestaba a Fate para pronto ser distante, cuando hacía solo ayer que le insistió fervientemente quedarse a su lado, ¿No se debía a su confesión? ¿O sí?

Fate se encontraba en su oficina, reflexionando su actitud infantil, diciéndose que no debía actuar de la manera que lo hacía, sin embargo, no podía evitarlo, pensar que Nanoha amaba a alguien más era…era algo que no podía procesar, su mente yacía fuera de cualquier raciocinio, no alcanzaba a cavalidar una buena respuesta, un buen argumento por el cual pudiese aceptar que el corazón de Nanoha ya no le pertenecía. Tonta, mil veces tonta, la tuvo para sí, y no hizo nada, si al menos hubiera hecho algo antes, si lo hubiera intentado, conquistar a Nanoha cuando pudo, no tendría que pensar, en que la pesadilla de perderla por alguien más se estaba convirtiendo en realidad.

Las horas pasaron increíblemente rápido, llenando papeles, aunque su mente no se liberaba. Se alegraba de que al menos la instructora no la hubiese ido a buscar, para reclamarle por su actitud de la mañana, a pesar de ello, el reloj mismo parecía una bomba de tiempo que debía llegar a su cuenta final. Creía estar preparada, una vaga excusa, pero válida ¿Y luego qué? No podría huir para siempre…no, no debía ser inmadura, debía mostrarse feliz para Nanoha, por su Nanoha, aunque jamás llegó a ser de ella…aunque la viera partir con alguien más, no debía ser egoísta, no, debía ser la buena amiga que siempre había sido…sí, eso justo lo que debía hacer.

Cuando el reloj marcaba la hora del almuerzo, tocaron la puerta. Jadeó ligeramente y su corazón se aceleró, tragó sonoramente, y los nervios se apoderaron de su ser. Solo podía ser una persona la que tocaba su puerta, debía actuar lo más normal que pudiese, pese a que sus manos sudorosas no le ayudaban, se acomodó el uniforme y respondió.

-Adelante- su voz salió más gruesa y rasposa de lo normal, no podía creer que ni siquiera lograse controlar sus cuerdas vocales. Su garganta ardía sin haberse dado cuenta.

La manilla de la puerta se giró en cámara lenta, y la puerta fue abierta.

-¿Fate-chan?- la nombrada mantuvo la mirada en sus pantallas desplegadas mientras fingía leer ciertos documentos de algunas misiones pasadas. Nanoha dio un paso adelante, entrando de lleno a la oficina- ¿Por qué tienes las luces apagadas? - la cobriza sacó a relucir lo obvio, y lo primero que notó. Claro, las pantallas desplegables no es que necesitaran ser leídas con luz en la habitación, pero hacían más confortable el proceso que simplemente recibir el impacto de ellas en plena oscuridad, y es que la oficina de Fate, particularmente era cerrada.

-Nanoha…- dijo sin mirarla-…ahora lo arreglo…- en un chasquido de dedos hizo que las luces se encendieran-…creo que no me di cuenta al estar tan enfrascada en el trabajo…- se excusó. Nanoha cerró la puerta tras de sí, antes de continuar con la conversación, intuía que Fate sabía por qué ella estaba ahí, era obvio, y por tanto sería rechazada por lo que sospechaba, "otra vez" se maldijo Nanoha en su fuero interno, pero debía mantener la calma.

-…mmm, Fate-chan, es hora de la comida ¿No irás? - habló directo, ya que a Fate no se le miraba, pero ni la intención, como si la ignorara olímpicamente, no dijo "Ah, Nanoha vienes a buscarme para ir a almorzar, ahora voy" o "Vamos juntas al comedor, Naoha" como era usual, entonces…

-Tengo algo importante que hacer ahora…creo que iré más tarde, puedes adelantarte- y ahí estaba, sin mirarla, sin mostrarle ningún mote cariñoso, sin darle explicaciones…evitándola. Fate era peor que ella cuando algo le molestaba, y era raro que algo molestara a Fate.

- ¿Esa es la razón de lo de ésta mañana también? ¿Tienes algo urgente que no me comentaste? ¿A pesar de haber estado ayer todo el día juntas…? - la voz baja y monótona de Nanoha era la primera alerta, eso podía terminar mal, pues también era raro que ellas peleasen de algo muy serio, por lo general eran cuestiones sin mucha importancia, pero justo ahora…

-Sí, es por…una investigación que hago para Hayate, se supone que no debo hablar de ello, porque quiere que sea lo más discreta posible…- dijo sin doblegarse ante la carga que se acumulaba en Nanoha.

-Soo… ¿Y esa es también la razón del por qué no me miras? - la enforcer sentía la mirada de Nanoha sobre ella, sentía que una de las dos se rompería si correspondía a esa mirada. Se levantó de su silla, rodeó el escritorio, y al fin, confrontó a Nanoha, sus miradas se encontraron. Azul lavanda cristalino, inquietos, contra rojo lava, tristes…desesperados. Esa mirada, abandonada, Nanoha la conocía perfectamente, pero no comprendía, se supone que debía estar molesta con Fate, tenía derecho a reclamarle, pero esa mirada la desarmaba.

-No tengo apetito…no me siento muy bien, iré cuando me sienta mejor…- dijo en un intento vano de escapar, pero escogió mal sus palabras.

-Si no te sientes bien, entonces déjame ayudarte…- fue un impulso, actuó en automático, olvidando que había algo mal entre ellas, el solo saber que Fate estaba mal y que se lo dijera, quiso ayudarle, apoyarla, proteger a Fate era algo nato de Nanoha. Deshizo la distancia que las separaba, tomando a Fate por el brazo.

Así como Nanoha, por impulso, Fate retrocedió, y alejó su brazo de las manos de Nanoha.

El silencio reinó en la habitación.

Ambas se encontraban es shock, estupefactas, Nanoha porque no creía lo que acaba de suceder, y Fate porque no sabía por qué se alejó. Aquel momento se convirtió en un punto sin retorno.

El primer jadeo resonó, la instructora intentaba contenerse con todas sus fuerzas, pero las ganas de llorar se acumulaban.

-No…no mientas Fate-chan, si estás molesta conmigo, quiero que me lo digas ¿Qué hice mal? ¡No quiero que estemos así! ¡No me evites! - eso que molestaba a Fate…

-Tú no hiciste nada malo Nanoha, no estoy molesta…- Nanoha se rió ante la obvia mentira. La voz de Fate salía tan seca.

-Eres tan mala mintiendo Fate-chan- los ojos de Nanoha se encontraban cada vez más brillosos-…no sé qué ocurre…-su voz quebrándose con cada palabra-…pero sé que tú no eres así, sé…que eres tan maravillosa e increíble, tan amable, considerada, fuerte, inteligente, cariñosa…- sus lágrimas terminaron siendo derramadas-…nunca rechazarías ayudar a alguien…ni lastimarías a otros a propósito…y yo te admiro tanto…te quiero tanto, pero…solo quisiera…

En algún punto Nanoha agachó la cabeza, y a medida que la voz de la cobriza, cruzaba la membrana timpánica de la rubia, delineando cada matiz, cada jadeó o suspiro, viéndola derramar amargas lágrimas, su cuerpo reaccionó, incrementando sus latidos, agudizando su mirada, y haciendo reaccionar su cuerpo nuevamente en un impulsó en automático. Tomándola por ambos brazos, haciéndola retroceder, Nanoha quedó de espaldas a la puerta, el susto repentino le hizo levantar el rostro para encontrarse con la enforcer, quien, acercando su rostro en ese preciso instante, juntó sus labios con los de Nanoha, en un fraguante y robado beso.

.

.

.

.

Continuará

Nota: Espero no tardarme hoy, creo que quiero terminar ésta historia.