Disclaimer: MSLN no me pertenece, ni sus personajes obviamente, sino que son propiedad de sus propios autores.

Suavidad

El leve dolor por el golpe en su espalda, quedó en el olvido, al sentir aquella sensación de ser besada por Fate. Al voltear ella su rostro era lo que menos esperaba. Le tomó breves segundos recapacitar lo que sucedía en ese momento. Según que, abatida por el triple rechazó de Fate, comenzó a llorar, su corazón dolía, porque la rubia se comportaba de ese modo tan idiota, y si todo se desbordaba, la situación se le saldría de las manos, y terminaría demasiado mal.

Suspiró en el forcejeó de sus labios, y en el torpe movimiento que hizo Fate, aunque desde su perspectiva fue sublime. A lo mejor fueron menos de diez segundos, pero en ese breve tiempo, su corazón latía como si fuera a romperse. Sus ojos estaban cerrados cuando Fate se separó lentamente de ella. Quería gritar, llorar, saltar de la felicidad, su emoción era tal que solo fue interrumpida, al sentir las manos temblorosas de Fate que la sujetaban cada vez con menos fuerza.

Abrió sus ojos para encontrarse a con esos otros ojos rojos, asustados. La cara de Fate expresaba terror. Casi se ríe de no ser porque comprendió lo que seguramente cruzaba por la cabeza de la enforcer. Fate abrió su boca en un intento de hablar, vocalizar, pero solo tartamudeaba, no podía creer que lo había arruinado con la instructora, no cuando ya sabía que la cobriza estaba enamorada de alguien más. Ahora fue su turno para que los ojos se le llenaran de lágrimas. Quizás era su destino echar a perder todo, pensó.

-Na-Nanoha, lo-lo sien…- tal como pensó, por la naturaleza de Fate, se retractaría, disculpándose por besarla. Pero Nanoha no la dejaría retractarse, está era su oportunidad, ambas llegaron al límite, ella por ese bendito rumor, y seguramente Fate por su confesión del día anterior. Si es que Fate no la amaba, al menos la quería, tanto como para querer uno de sus besos. Y antes de que Fate terminará la dichosa oración, la sujetó por las solapas de su chaqueta y la atrajó así misma, e inclinándose hacía arriba, ahora fue ella quien le robó un beso a Fate.

Takamachi se presionó gustosa, era apenas su segundo beso, pero su cuerpo parecía haberse convertido en un incendio en pleno verano. Movió despacio sus labios, y tal como quería fue correspondida. Soltó un leve chillido cuando Fate la rodeó con sus brazos, mientras sus labios se movían al compás. Se separaron más por la inexperiencia que porque quisieran, y porque querían respuestas, sin embargo, no dejaron de abrazarse, Nanoha rodeó con sus brazos los hombros de Fate.

Sin poder contener más las palabras atoradas en su garganta, éstas fueron liberadas.

-Yo… ¡Tú eres la persona de quien estoy enamorada! ¡Te amo Fate-chan!

Ya no podía decir que no podía besar, así que ¿por qué no seguir practicando con la única persona con quien deseaba hacer eso? Rodeando por completo la cintura de Nanoha, la apretujó a su cuerpo y nuevamente capturó sus labios, mientras Nanoha la rodeó por el cuello. El encuentro ahora ya no fue tan tímido ni tan lento, se buscaban con ahincó, tocando ahí donde la locura aumentaba. Se separaban, solo para iniciar nuevamente. Sus labios danzaron largamente, a ratos rápido y a ratos pausado. Hasta que Fate perdiendo de a poco el sentido, quizó aventurarse, separando los labios de Nanoha, buscando más de su calor. Nanoha se separó de la impresión…ella, también lo deseaba, pero su cara se puso muy roja sin poderlo evitar, igual de que la de Fate.

-Na-Nanoha, pe-per-dón…me deje llevar yo…- Su pareja detuvo su parloteo colocando un dedo sobre sus labios.

-Shhh, Fate-chan…- le silenció-…si me sueltas, siento que caeré…-dijo casi susurrando-… ¿Crees que puedas llevarme hasta el sofá?...

La enforcer la tomó con delicadeza, y la guio hasta el sofá. Nanoha se recostó, y Fate se agachó a su altura. La instructora buscó la mano izquierda de Fate y la llevó hasta su mejía derecha, sonrió por el contacto tan cálido, de su rostro no había desaparecido aquel sonrojo. Su ser completo respiraba calma, su corazón estaba lleno, ahora sus sentidos eran envueltos por la presencia de quien a punto estuvo, de llevarla a la locura.

-…T-tú también me gustas Nanoa…- dijo con los nervios de punta. Nanoha sonrió suave-…No…-soltó con seriedad-… ¡Yo también te amo Nanoha!- dijo segura. La sonrisa de Nanoha se ensanchó.

-Gracias, Fate-chan- Nanoha sentía que en cualquier momento lloraría otra vez, de la pura felicidad. Lo bueno era que su pareja quería disiparle la tensión.

-¿Tienes hambre Nanoha? Puedo traerte algo si quieres…- Fate no quería verla llorar otra vez.

La nipona casi estuvo a punto de preguntar "¿enserio?", pero al final no dijo nada de eso…ella quería retomar donde lo habían dejado, pero vergonzoso decirlo directamente.

-… ¿Y tú?... - decía lento y despacio, con voz sensual para seducir a Fate, que en cuanto escuchó a la cobriza su corazón dio un nuevo brinco-… ¿Qué quieres Fate-chan?...yo…estoy aquí…- esa mirada intensa fue un gran toque final.

-Quiero…- sus ojos se conectaron con tal intensidad-…yo…- Fate se incorporó y buscó espacio en el sofá, acomodándose para quedar sobre Nanoha. Con el pulgar de la mano que aún mantenía en su mejía, acarició esos labios que la tentaban y la llamaban, un vició desconocido hasta ahora para ella-…quiero besarte…Nanoha…- eso definitivamente fue más sencillo de lo que la instructora creyó.

-…yo tambien…quiero…- Nanoha subió su propia mano para perfilar el rostro de Fate, deteniéndose es los labios-…bésame Fate-chan…- el deseo en su voz era palpable.

Fate descendió su rostro para el encuentro, deteniéndose solo unos instantes antes del contacto. Y sucedió, cerrando sus ojos al unísono, sus labios se presionaron suavemente, moviéndose unos sobre ostros, en búsqueda de más contacto. Cuando la respiración se volvía irregular, abrían sus bocas corto y despacio, y Fate aprovechaba para acariciar ya sea el labio inferior o superior de Nanoha.

-…Fate…- Nanoha decía su nombre, y soltaba uno que otro suspiro, mezclado con leves jadeos, arrugando las solapas de Fate que sujetaba.

No supo cuando Fate traspasó esa barrera, al encuentro de sus bocas, sintió su aliento, y la lengua de su amante acariciar cada ricón, rozándose con la suya propia. Al carajo si le costaba respirar, si es que tenía a su Fate-chan dejándola literalmente sin aliento, llevándola fuera de la cordura, poniendo sus hormonas a mil, mientras el calor se acumulaba lento en su cuerpo. Jadeó al separarse por la falta de aire. Pero Fate no se detuvo, le beso sobre la comisura de los labios, la mejilla inmediata, y comenzó a bajar por su cuello, dejando un camino de besos, algunos cortos otros largos. No sabía que era sensible en esa parte hasta ese instante. Recorrió cada parte hasta llegar a la zona de su clavícula ocultada en gran parte por su traje de instructora.

-…Fate-chan…- le llamó al tiempo que la atraía de nuevo para que le entregará otro beso. Un beso abrazador.

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Continuará