¡Holitas!

Aquí vuelvo con el capítulo 4¡espero que os guste! Y también espero que me perdonéis no haber actualizado antes, es que he estado liada con exámenes ¬¬

Bueno, en el capítulo anterior hubo división de opiniones (jejeje lo sabía) hubo a quienes no les gustó nada que metiera a Snape y a Bellatrix, y otros a los que sí les gustó. Lógicamente, es difícil tener a todo el mundo contento, pero la opción que tomé en el ff creo que le podrá gustar a ambos bandos ;-D

Lo de Bellatrix, bueno¿qué sería un ff mío sin algo de Bellatrix/Sirius? XDDD ¡No sería nada! Así que me lo permití como capricho de autora XDDDD ( y Joanne me secunda diciendo que Bellatrix siempre es necesaria e importante en los ff XDD) pero para la alegría de la mayoría, no va a salir mucho más por ahora (hasta que mi mente maquiavélica planee algo nuevo muajajajaja)

También me di cuenta que en el capítulo pasado puse expresiones que muchos de vosotros no entendisteis. Lo siento, trataré de no hacerlo más, más que nada porque es algo que me da mucha rabia, leer un ff y no entender los localismos, normalmente no suelo caer en esas cosas pero es que me dejé llevar por el ff XDDD. Al final os aclaro las cosas que no entendisteis.

Pos nada, no hay mucho más que comentar, sólo que este capítulo es un poquito más serio.

¡Espero que os guste!

CAPÍTULO 4: FAVORES

Los estudiantes acababan de salir de la clase de Historia de la Magia con los Slytherins, y ahora se dirigían hacia sus asignaturas optativas. Remus miró hacia atrás, esperando a que Lily se reuniera con él para ir a Aritmancia, pero Potter y la pelirroja estaban enzarzados el alguna de las típicas discusiones que Remus conocía demasiado bien. Con gesto resignado, pero con una sonrisa divertida en los labios, se decidió a ir solo hacia el aula.

Las clases de Aritmancia le gustaban, no sólo por la asignatura en sí, sino porque en ellas no estaban ni Sirius ni James, eran las clases donde nunca se distraía mirándole, eran un soplo de aire fresco donde podía olvidarse durante una hora de sus preocupaciones.

Y esperaba que pronto esas preocupaciones desaparecieran. Aquel era su último curso en Hogwarts, le apenaba dejar el colegio y no ver a sus amigos a diario, pero sabía que el distanciamiento era la única cura para lo que sentía por Sirius. Tal vez cuando dejara de verle todos los días, podría olvidarse de ese amor imposible que llevaba años oprimiéndole el pecho.

Porque ya casi ni recordaba cuando empezó todo aquello, hacía tanto tiempo… Era demasiado joven para comprender lo que le estaba ocurriendo cuando en alguna conversación con sus amigos acerca de la chica más guapa del colegio, él posaba sus ojos involuntariamente en Sirius, cuando jugando a algún juego Sirius caía sobre él riendo y él se estremecía sin saber por qué. Cuando poco a poco al ir creciendo, las miradas de las chicas se volvían para mirar al joven Black, y él hacía lo mismo sin darse cuenta. Había sido una atracción subliminal que siempre había estado presente. Adoraba su forma de ser, divertido, inteligente, extrovertido, una personalidad magnética y un físico perfecto. Era todo lo que le hubiera gustado ser, todo lo que cualquier persona, hombre o mujer, desearía…

Empezó a darse cuenta del erróneo camino que iban tomando sus sentimientos cuando comenzó a soñar con él, sueños inocentes al principio en los que sentados bajo un árbol, Sirius se tumbaba en su regazo quedándose dormido mientras él enterraba sus dedos en su suave cabello azabache, sueños en los que le sonreía con aquella sonrisa cautivadora que le dejaba sin sentido, tomaba su mano despreocupadamente y le hacía correr tras él sin importarle a donde le llevara. Sueños en los que le veía acercarse, notaba sus dedos posarse en su barbilla, haciendo que elevara la vista para encontrarse sus ojos grises cerrándose y sus labios rozando su boca. Y era entonces cuando el escalofrío que le recorría la espalda le hacía despertar cubierto en sudor y con la respiración agitada, como una pesadilla, y era entonces cuando se daba cuenta de que aquello nunca ocurriría.

- Eh, Remus.- oyó la voz de Peter jadeando, al parecer había ido corriendo hasta alcanzarle por uno de los pasillos.

- Perdona, es que me cansé de esperar.- dijo Remus esperando a su amigo para continuar juntos el camino a la clase de Aritmancia.

- No importa. Es que estaba hablando con James y Sirius. Hemos quedado en intercambiar los regalos de navidad esta noche.- dijo Peter.- ¿Seguro que no os los habéis dado mientras yo no estaba y ahora sólo pensáis hacer el papel?

Remus sonrió, si Peter supiera que James y Sirius habían estado todas las vacaciones diciendo exactamente eso…

- No, no lo hicimos porque estábamos esperando a que volvieras de vacaciones, aunque no vas muy descaminado.- guiñó Remus.

- Me imagino, todos los años es lo mismo.- rió Peter.

- Suerte que estoy yo aquí, la voz de la conciencia, aunque ya sabes, las expediciones de Sirius y James en busca de los regalos escondidos son ya legendarias. Aunque apuesto lo que sea a que nunca han encontrado donde guardo los míos.

- ¿Dónde?

- ¡No voy a decírtelo! Sí, para que ahora vayas corriendo a buscarlos.

- No sé si os gustará lo que os he comprado, tampoco tuve mucho tiempo para ir a buscarlos.- comentó Peter.

- Seguro que sí, no te preocupes.

Entraban en el aula de Aritmancia, y Remus y Peter se sentaron juntos. Mientras el profesor llegaba, Lupin se quedó pensativo. El regalo que tenía para Sirius… sólo de pensar en dárselo le producía un cosquilleo nervioso en el estómago. No sabía si sería adecuado, no sabía si apreciaría lo mucho que significaba para él…

Justo delante del profesor, entraron Lily y Alice que ocuparon juntas un pupitre. Después de dar la lección, les dejaron tiempo para hacer el trabajo y Lily y Alice comentaban divertidas.

- ¿Qué te regaló James para navidades?- preguntó Alice curiosa.- ¿Un anillo de compromiso?

Lily rió, aunque sorprendida y algo escéptica ante un regalo así viniendo de James.

- ¿Tú ves a James comprometiéndose? Eso sería el anuncio del fin del mundo.- bromeó Lily.

- Bueno, sois novios, para eso estáis ¿no?- dijo Alice, mostrándole orgullosa su mano izquierda y algo ruborizada.- Frank me regaló uno.

- Oh Alice ¡eso es genial!- exclamó Lily, no sin un ligero sentimiento de envidia.- Pero es normal, Frank es mayor que nosotras, vosotros lleváis saliendo mucho tiempo, pero James y yo… apenas si llevamos un par de meses, es muy pronto todavía para pensar en eso.

- Venga ya, Lily, si nada más hay que verle, desde que decidiste salir con él está totalmente irreconocible, tiene como un aura de obnubilación a su alrededor, se derrite con que solo lo mires ¡Se muere por ti!

Lily se ruborizó, todo aquello era cierto pero de ahí a que todo Hogwarts se diera cuenta…

- Si llego a saber que salir con él iba a convertirle en un manso corderito habría aceptado mucho antes. Pero es normal que tuviera mis dudas, el James que conocíamos hasta ahora era totalmente insportable.

- Y totalmente atractivo.- guiñó Alice dando un codazo a la pelirroja.

- Oh sí, muy atractivo.- Lily se mordió el labio inferior conteniendo la respiración.- Por Merlín, me tiene loca, sólo deseo estar con él a todas horas, y cuando me besa… Oh dios mío, nunca he sentido nada igual…

Lily dejó caer hacia atrás la silla, imaginando con ojos soñadores, hasta el punto de casi perder el equilibrio y caerse al suelo.

- ¡EVANS!- regañó el profesor por el estrépito de la silla al golpear el suelo al recuperar la posición.

- Tía, tú lo que estás es enamorada hasta la médula.

- Supongo que sí.- suspiró Lily sosteniendo sus mejillas con ambas manos.

- ¿Y qué opina él de cómo te llevas con sus amigos?- preguntó Alice.- ¿No está celoso de que pases tanto tiempo con Remus?

- Qué va. Mira, con Peter me llevo bien, siempre me he llevado bien, es un chico muy agradable. Con Sirius, bueno…- Lily rió antes de seguir.- es muy divertido, me hace mucha gracia aunque es una especie de relación amor/odio, la típica tensión de novia y mejor amigo, pero en plan bien ¿sabes? Y bueno, Remus… por favor, Remus es mi mejor amigo desde que entramos en Hogwarts, él estaba antes que James, además es no sé…

Lily buscó con la mirada a Remus, que se encontraba mirando al techo con expresión dulce pensando en el regalo que tenía para Sirius.

- Es una relación perfecta, nada de tensión sexual ni cosas de esas, es como el amigo gay que toda mujer desearía tener…

- Ja ja ja ja, el amigo gay… ¡qué cosas tienes!- rió Alice.

Pero Lily para ese momento no escuchaba. Se había quedado mirando fijamente al pupitre con los ojos muy abiertos.

¿Cómo coño no se había dado cuenta antes? Todo era tan evidente así de repente. Aún tenía muy reciente la conversación con Sirius en la biblioteca… ¿Por qué Remus nunca había tenido novia? Dios, estaba más claro que el agua y se sentía totalmente estúpida por no haberlo descubierto antes.

Pero no podía dejar de acordarse de las palabras de Sirius y un sentimiento horrible se apoderó de ella. Desesperación. Dudaba mucho que Sirius lo hubiera descubierto, porque hasta el momento ella, que era la gran observadora, no se había percatado del asunto, pero estaba segura de que si Sirius indagaba un poco no tardaría en descubrirlo. Y aquello… sería horrible para el pobre Remus. Conocía a Sirius muy bien, era heterosexual como bien podrían confirmar media población femenina de Hogwarts, y le gustaban las mujeres, mucho, demasiado…

Tenía una firme determinación que tomar al respecto. Evitar que Sirius sospechara que Remus estaba enamorado de él. No podía permitir que hicieran daño a su querido amigo.

Entretanto, James y Sirius tenían Runas Antiguas con los Slytherins. Muchas veces se habían preguntado si el hecho de haberse cogido esa asignatura por tener fama de ser fácil compensaba el martirio de tener que compartirla con los Slytherins, o mejor dicho, con Snape. Pero en ese momento, la presencia de Snape no les desagradaba ya que formaba parte de su plan.

Estaba claro que Snape había leído las notas de Sirius a Bellatrix puesto que el chico rondaba alrededor de los dos Gryffindors más que de costumbre. Normalmente siempre trataba de evitarles.

- Está intrigado, míralo.- murmuró Sirius con una sonrisita divertida al ver que Snape no dejaba de dar vueltas buscando un sitio cerca de donde estaban ellos.

- Sí, parece que el plan va dando resultado. Seguro que de un momento a otro nos pregunta qué le ocurre a Remus.- respondió James.

- No me gusta que se preocupe por Remus. No me fío de él. Creo que sería más normal que le importara un bledo que pudiera morirse.- dijo Sirius desconfiado, mirando con ojos rabiosos a Snape.

- Pero él no odia a Remus ni Remus le odia a él. Supongo que aunque sea muy en el fondo tiene sentimientos humanos.- dijo James.

- Pero igualmente, sigue sin gustarme. ¿Por qué no lo odia? Debería odiarle¡es un Merodeador!

- ¿Por que Remus no intenta joderle la vida como tu y yo?- respondió James, sin querer encontrar ningún tipo de pega a su brillante plan.

- Remus es un blandengue. Con lo divertido que es fastidiar a Snivellus…

- Ya, pero Snivellus sabe el secreto de Remus, no le conviene provocarle, podría irse de la lengua. Y tienes que reconocer que es el único que puede ayudarnos en esto…

Al final Snape acabó por sentarse a un par de bancas de donde estaban Sirius y James.

- Mierda… no nos ha dicho nada.- se quejó James.

- Lógico. No quiere humillarse ante nosotros, ha estado dando vueltas esperando a que le dijéramos algo pero se ha cansado.- dijo Sirius.- Vamos a tener que hacerlo nosotros…

- Agg sí, qué mierda.

- Lo cual me da la genial idea de que seas tú quien se lo diga. A mi me odia totalmente, y bueno, a ti también, pero a ti te debe un favor por salvarle la vida.

- No me lo recuerdes… Debería haber dejado que Remus lo devorara. ¡Eso me pasa por tener que ir detrás de ti como una niñera deshaciendo tus idioteces!

La clase acabó, y Snape se hacía el rezagado, como bien pudieron comprobar los dos Gryffindors. James estaba parado en el pasillo, debatiéndose contra su conciencia que en ese momento se reía de él por tener que hablar con Snape y no saber como. Viendo que Snape ya había tardado demasiado en recoger sus cosas y ya se disponía a marchar resignado, Sirius se decidió a actuar, no habló él en lugar de James, sino que empujó a su amigo hasta que casi tropieza con el Slytherin.

- Potter, mira por donde vas ¿o es que ya necesitas gafas de culo de vaso para poder ver bien?- dijo Snape mirando a James con odio.

James giró la cabeza con cara de querer asesinar a Sirius allí mismo, pero Black se reía disimuladamente por su intervención estelar.

- Sniv… Snape, verás…- empezó James, y Snape se quedó mirándole, esperando con una ceja arqueada.- Sé que sabes que algo le está pasando a Lupin…

- Sí, hace años que tengo la desgracia de saberlo, Potter.- dijo Snape. Tenía que fingir que no estaba impaciente por ver qué le ocurría a Remus.

- Y no me gusta admitirlo, pero eres el único que puede ayudarnos.

- ¿Qué te hace pensar que iba a mover un dedo por vosotros o por el licántropo?

James resopló, no estaba resultando tan fácil como pensaba.

- Porque tú no odias a Remus, no puedo creer que te de igual saber que eres el único que puede ayudarle y no hagas nada.

- Eso de que no odio a Lupin es muy relativo. Dejémoslo en que simplemente lo soporto.- respondió Snape.

Haría lo que fuera por Remus, pero tenía que ponérselo difícil a James, no podía dejar que creyera que sucumbiría a las primeras de cambio.

- Me debes un favor y te pido que nos ayudes.- dijo James sacando el único as que tenía en la manga.

- Yo no te pedí que me salvaras la vida.- dijo Snape. Cómo odiaba recordar aquello.

- Pero lo hice, me importó más tu vida que mi orgullo, así que por una vez, Snape, deberías dejar tu orgullo Slytherin a un lado. Tú puedes ayudarle y no es Remus quien te lo está pidiendo sino nosotros. No creas que nos resulta agradable tener que recurrir a ti.

- ¿Sabe algo Lupin de todo esto?- preguntó Snape con curiosidad.

Todo aquel misterio le hacía pensar que estaban actuando a espaldas de Remus, habría sido mucho más fácil y coherente que Lupin hubiese sido quien pidiera su ayuda, no Potter y Black.

- No, no sabe nada, y por favor, no le digas nada, sería muy doloroso para él.

Snape sintió como su interior se revolvía de emoción. Seguramente si Remus hubiera sabido que Black y Potter estaban detrás de todo, habría rechazado su colaboración. Pero no lo sabía, y eso significaba que podría acercarse a él con normalidad y sin que los amigos de Lupin pudieran hacer nada para fastidiarlo. Pensándolo bien, era una idea perfecta.

- ¿Y qué es eso tan grave que le pasa?

James no pudo evitar mirar a Sirius con ojos de triunfo.

- Últimamente cuando se transforma, está agresivo, muestra un comportamiento violento.

- Te recuerdo que es un hombre lobo no un gatito.- dijo Snape poniendo cara de que aquello era ridículo.

- Ya lo sé.- dijo James molesto.- Pero cuando digo que está agresivo es muy agresivo. Tememos que pueda atacar a…cualquiera.

- ¿Y qué más da? Nadie va a entrar en la Casa de los Gritos.

- ¿Vas a colaborar o a poner pegas?

- ¿Y qué se supone que pinto yo en todo esto? No sé domar hombres lobo.

- Necesitamos que nos digas cómo hacer para que Remus mantenga su conciencia humana mientras está transformado.

- Lo siento, Potter, pero no puedo ayudarte.

- ¡Sí puedes!

- No tengo ni idea de cómo hacer eso. ¿Crees que si eso existiera no se lo habría dado ya Dumbledore a Lupin?

- Pero tú sabes mucho de Pociones y Artes Oscuras, más que cualquiera que conocemos…- dijo James bajando progresivamente la voz, no le gustaba tener que admitir todo eso.- Podrías investigar alguna forma, no importa que sea totalmente eficaz, sólo basta con que mantenga a raya sus… instintos animales.

- ¿Habéis probado a sedarlo? Existe una sustancia potente llamada morfina…

- Eso es una solución extrema. Si consigues algo que pueda mantenerle mínimamente consciente de lo que hace o eliminar parte de su naturaleza animal, será de gran ayuda para Remus. La situación podría llegar a ser muy grave, y él sufriría mucho más de lo que ya lo hace si se enterara de lo que le está ocurriendo cuando se transforma. Si lo haces, Snape, te juramos no volver a molestarte y te estaremos eternamente agradecidos.

Snape se quedó mirándole un instante, torciendo ligeramente la boca haciendo como que meditaba. Y en realidad, todo un abanico de posibilidades se abría en su mente en ese momento. Black y Potter le deberían un favor, nunca más le molestarían, y él podría acercarse a Remus. Si conseguía aplacar su sufrimiento, tal vez consiguiera hacerse un hueco en su corazón. ¿Pero y si no conseguía nada efectivo contra el mal de Remus? No perdía nada de todas formas. La oportunidad de acercarse a él e ir intentando ganarse su confianza poco a poco estaría presente encontrase un remedio o no para Lupin.

- Está bien, lo haré.

- Gracias, Snape.

Snape salió por la puerta del aula, y James y Sirius se quedaron dentro, todos los alumnos ya se habían ido. Nada más desaparecer la figura de Snape, ambos muchachos chocaron sus manos en un gesto de triunfo.

- ¡BIEN!

- Ha funcionado, tío. Por momentos creí que iba a decir que no.- dijo Sirius.

- Yo igual, uff, menos mal que ha dicho que sí, si no no podría cargar con el peso de la conciencia de habernos rebajado a pedir ayuda a Snivellus.

- "Si no lo haces, Snape, te juramos no volver a molestarte y te estaremos eternamente agradecidos"- dijo Sirius repitiendo las palabras de James con tono de mofa.- ¿Tenías que decir ESO?

- Sí, si no decía eso veía que nos mandaba a la mierda. Había que ponerle dramatismo al asunto ¿no?

- Adiós a los días felices.- dijo Sirius haciendo como que lloraba.

- Piénsalo bien, puede que Remus no vuelva a violarte, puede que no tenga que odiarte el resto de su vida porque no le acompañes en las transformaciones… Creo que merece la pena ¿no?

- Sí, ya…- dijo Sirius no muy convencido.- Pero insisto en que debemos buscarle una cita a Moony, quizás esa sea la solución más efectiva y podamos ser nosotros quienes mandemos a la mierda a Snivellus.

A la salida de la clase de Aritmancia, Lily seguía dándole vueltas al asunto de Remus y Sirius. Alice llevaba un rato hablándole, pero ella no la escuchaba, seguía con la mirada fija en Lupin, que ahora recogía sus cosas para ir a la siguiente clase. Entonces, de repente se hizo la luz. Vio como una chica de Ravenclaw se acercaba a él y hablaban cordialmente.

Lily siempre había sospechado que a esa chica le gustaba Remus, y era obvio que a Remus no le desagradaba. Era una Ravenclaw también de 7º curso, solista del coro del profesor Flitwick, simpática y agradable y bastante bonita. Lo cierto era que Lily siempre había pensado que hacían buena pareja, y era obvio que la chica siempre que podía buscaba su compañía. Lily acabó de recoger sus cosas, echando un último vistazo para ver cómo Remus ayudaba a Danielle Moonlight a cargar con los libros, ambos sonriendo, la chica mirando ruborizada al suelo.

- ¡Lily!- gritó Alice.- ¿A dónde vas? Espérame.

Pero Evans había salido como un rayo.

- ¡Lo siento! Tengo algo importante que hacer.- dijo desde la puerta del aula.

Corrió por los pasillos en busca de James y Sirius, intentando encontrarles antes de que comenzara la siguiente clase, Herbología. No le costó mucho dar con ellos, ya que iban riendo a carcajadas. Lily se paró frente a los chicos, con una mano en el costado y jadeando por la carrera.

- Lily ¿qué te pasa?- preguntó James alarmado.

- Nada, nada.- respiró con dificultad apoyándose en la pared.

- Deberías hacer más ejercicio. Ya decía yo que estabas echando un culo que no es normal.- dijo Sirius.

Lily se incorporó mirando a Sirius con cara asesina.

- Eh tío, no le mires el culo a mi novia.- dijo James dándole un codazo.

- Siempre lo ha tenido bonito, hasta ahora que lo tiene un poco gordo.

- ¡Mentira!- Sirius esquivó una colleja de Lily.- No tengo el culo gordo, y bueno, sí, debería hacer más ejercicio, pero tú también, tu deporte favorito es estar tumbado en el sofá. No sé como no estás hecho un tonel.

- Jejeje no Lily, estar tumbado en el sofá no es mi deporte favorito.- dijo Sirius moviendo las cejas de forma insinuante.

James se rió y Lily bufó poniendo los ojos en blanco.

- El sexo quema muchas calorías, te lo digo yo, así conservo este cuerpo perfecto y torneado.- luego se dirigió a James.- Y ese culo gordo de Lily no puede significar nada más que una cosa. Así que ¡hala! Al baño de los prefectos, que hay que quemar más calorías.

Sirius empujó a James contra Lily.

- ¡No vamos a quemar ninguna caloría ahora! Tenemos clase de Herbología.- protestó Lily.

- Pero luego a la hora del recreo…- dijo James.

- Tú te callas.- dijo Lily.

- Bah, clase de Herbología… si total, para ver cebollas, zanahorias, calabacines y nabos… Ostras, no me había dado cuenta de lo erótico que es el mundo de las verduras. Mejor ver los nabos en persona.- dijo Sirius acompañado de la risa de James, pero Lily no parecía encontrarlo gracioso.

- Todo el mundo a clase, ni nabos ni melones ni nada.- dijo Lily empujándoles pasillo adelante.

- ¿Para qué venías corriendo?- recordó James.

- Eso, que me desvíais del tema.- Lily se dirigió a Sirius.- ¿Recuerdas lo que me dijiste el otro día?

- ¿Qué?- preguntó Sirius sin saber a qué se refería.- ¿Que se te transparentaba el sujetador? Era muy bonito, de encajitos…

- No ¬¬

"Dios, pobre Remus¿no había otro hombre más femenino en el que fijarse?" pensó Lily.

- Que querías que te ayudara a buscar una cita para Remus.- dijo Lily pasando de ofenderse por el comentario de Sirius.

- Oh sí ¿vas a ayudarnos?- dijo Sirius ilusionado, cruzando su mirada con la de James, que también parecía contento por la idea.

- Sí, creo que tengo a la candidata perfecta. Creo que a ella le gusta Remus y hablan mucho y eso. Supongo que Remus no se negaría a una cita con ella.- explicó Lily.

- ¿Y quién es la chica?- preguntaron al unísono.- Hemos repasado la lista de todas las chicas de Hogwarts…

- Hay que ver, que tenga que venir una mujer a marcaros el camino… qué triste.- dijo Lily con voz indignada.- Pero bueno, la chica es Danielle Moonlight, 7º de Ravenclaw. ¿Qué os parece?

- ¡Perfecto!- dijo Sirius.

- Tienes razón, joder, hace buena pareja con Moony, además su apellido es muy apropiado.- James soltó una carcajada.

- Sí tío, qué puntazo.- dijo Sirius- ¿Y cómo vamos a hacerlo? Yo sólo he hablado con ella un par de veces.

- Dejádmelo a mí, yo sí la conozco.- dijo Lily.

- Lily, nuestra compañía te está pervirtiendo, antes no eras tan delincuente.- dijo Sirius.

- Sí Sirius, de aquí a Azkaban de cabeza.- dijo Lily sin querer hacerle caso.- Mirad, voy a pedirle los apuntes de Aritmancia, y entonces falsificamos su letra y la de Remus. Yo me encargo de meterle la carta en sus apuntes y vosotros en los de Remus. ¿Vale?

- Sí si si ¡Perfecto!

A la hora del recreo, Lily se reunió con Sirius y James con los apuntes de la víctima. Hicieron un hechizo para falsificar las letras y con la ayuda poética de Lily consiguieron escribir dos cartas más o menos convincentes. Para cuando llegó la noche, ambas cartas estaban entre los apuntes de los implicados. Sólo faltaba esperar…

Era más de media noche y los chicos estaban en el dormitorio. Remus estaba nervioso, sólo faltaba que llegara Sirius para intercambiar los regalos. Él, a diferencia de Sirius y James, no venía de una familia rica, sino bastante humilde. Sus padres, con mucho esfuerzo conseguían darle lo que necesitaba, pero no lujos ni cosas innecesarias, por esto, Remus pasaba los veranos trabajando para ganar algo de dinero y poder comprarse algunas cosas y también ahorrar para el futuro. Sabía que cuando saliera de Hogwarts, su futuro sería duro. Había comprado regalos para James, Peter y Lily, y si hubiera existido un regalo que hiciera feliz a Sirius, no le habría importado gastarse todo su dinero en comprárselo. Pero Sirius tenía todo lo que quería, por eso, decidió regalarle algo de gran valor sentimental. Era una pertenencia familiar que había ido pasando de generación en generación, y él, como hijo único, debería entregársela a su descendencia. Si su padre se enterara que se la había regalado a Sirius…

Era una pluma preciosa, no sabría decir de qué ave era, pero era hermosa, la parte inferior recubierta en oro con grabados, en un lateral ponía R.Lupin y Remus había hecho que grabaran en la parte contraria S.Black. Estaba muy nervioso porque estaba seguro de que Sirius sabría lo que eso significaba para él, podría haberla vendido en un momento en que tuviera apuros económicos, pues dada su antigüedad le darían muchos galeones por ella, pero él había preferido que ahora perteneciera a Sirius. Inconscientemente tomó su mochila del suelo, en cuyo interior guardaba el regalo, encerrado en una caja de caoba y plata.

- ¿Dónde está Sirius? Ya le vale, estamos aquí muertos de sueño esperando a que el señorito se digne a aparecer.- se quejó Remus desde su cama.

- Oh ¿no lo sabes?- James se incorporó en la cama dispuesto a contar el cotilleo del año.- Está con Bellatrix.

Peter, que en ese momento bebía agua, se atragantó esparciendo todo el agua por el suelo.

- ¿Qu… ¿QUÉ?- preguntó Remus.

- Lo que oyes. Increíble ¿verdad?- dijo James.

- Estoy en shock.- dijo Remus tirando la mochila a su lado, malhumorado.

Debería estar acostumbrado ya a esas peripecias de Sirius pero cada día le costaba más fingir que no le importaba. Y ahora para colmo estaba con Bellatrix, su prima a la que tanto decía odiar. ¿Por qué el mundo era tan cruel? Jamás habría pensado que ella tuviera más posibilidades que él.

Al cabo de unos minutos, oyeron las pisadas fuertes por las escaleras, Sirius subía corriendo y abrió la puerta de golpe, cerrándola tras de sí y dejándose caer sobre ella, casi resbalando como si las piernas no le respondieran. Estaba despeinado, muy despeinado, la camisa sacada del pantalón, los primeros botones de la camisa mal abrochados y la corbata aflojada y torcida. Y en su cara una mezcla de estar a punto de darle un ataque de risa o que le hubiera tocado la lotería.

- ¡Ya era hora!- dijo James.- Por si no lo sabes, te estábamos esperando.

- Tíos…- apenas si le salía la voz del cuerpo.- El mejor polvo de mi vida, os lo juro.

- ¡Cuenta!- alentó James.

- Sí tíos, esto merece ser contado… ¡qué puta máquina sexual! Deben ser los genes Black o… yo que sé, dios, BESTIAL.

- Ahhh ¡quiero saberlo!- dijo James, impaciente.

Sirius se desabrochó la camisa, y Remus giró la vista hacia el lado contrario. No… Otra vez no… no podría soportarlo más.

- ¿Ves este chupetón?- dijo mostrándoles el cuello y Peter y James se levantaron curiosos.- ¿Y este y este y este otro?- Sirius le iba señalando chupetones por todo su cuerpo y arañazos varios.- Pues imagináos donde tengo más.

- Tío, qué suerte tienes cabrón.

Dicho esto, Remus no podía soportar escuchar el resto del salvaje encuentro entre Sirius y Bellatrix, tomó su mochila y se dispuso a salir de la habitación.

- Eh Remus ¿no quieres oír el resto? Te advierto que no tiene desperdicio.- dijo Sirius tratando de impedir que Remus saliera de la habitación.

Remus apartó la mano de Sirius, mirándole con severidad.

- Aparta de la puerta por favor.

- ¿Pero a donde vas a estas horas?- dijo Sirius extrañado.

- Acabo de acordarme que tengo algo que hacer para mañana.- dijo Remus.

- ¿Y los regalos?- dijeron Peter y James.

- Ya os los daré mañana, no me esperéis despiertos.- dijo Remus saliendo de la habitación.

Aún tuvo tiempo de oír las palabras entusiasmadas de Sirius a través de la puerta.

- Creía que me iba a mandar a la mierda pero no, en cuanto nos vimos allí nos lanzamos uno contra el otro, dios, he besado a muchas chicas pero ninguna como ella. No podía creer lo que me estaba pasando cuando noté que me desabrochaba el pantalón y bajaba y…

Remus echó a correr por las escaleras, no quería seguir oyéndolo. Llegó a la sala común que estaba desierta y abrió su mochila. Allí estaba el regalo de Sirius. Cogió la caja y la tiró al suelo con rabia. Sirius no se merecía que le regalara aquello, tampoco se merecía que las lágrimas empezaran a brotar de sus ojos. Sentía la presión el pecho, necesitaba llorar por lo estúpido que era. Sin pensarlo vació la mochila sobre la mesa, los libros y pergaminos se desparramaron. Tenía que hacer algo que le borrara aquella escena de la mente, tenía que hacer tiempo hasta que los chicos se durmieran.

Tomó los apuntes de Aritmancia, y un sobre se deslizó suavemente hasta quedar frente a él. En la parte delantera ponía su nombre. Se extrañó. ¿Cómo había ido a parar aquello allí? Con mucha curiosidad lo abrió, era una letra ligeramente familiar pero no era de ninguno de sus amigos, sin duda.

"Hola Remus.

Sé que te parecerá raro que te escriba esto, pero me da mucha vergüenza hacerlo en persona. Quería decirte que hace tiempo que me gustas mucho, y bueno, este es nuestro último año en Hogwarts y no podía dejar escapar la oportunidad de decirte lo que siento por ti, jamás me lo perdonaría. Puede que mientras estés leyendo esto te estés riendo de mí, aunque no creo, eres un chico dulce y simpático y dudo mucho que te rieras de los sentimientos de una pobre chica enamorada.

Sé que existe la posibilidad de que me rechaces, y lo entendería, pero quiero que sepas que esperaré impaciente cualquier respuesta tuya.

Con cariño

Danielle Moonlight"

Mientras leía la carta, las lágrimas de Remus no cesaban sino que iban en aumento. Con una ligera sonrisa dobló la carta y se la guardó. Ahora que lo tenía delante de sus ojos lo veía todo mucho más claro, a veces se había preguntado si Danielle sentiría algo por él, pero obnubilado como estaba por Sirius, jamás le había dedicado demasiado tiempo a ese pensamiento.

Aquella chica tenía lo que había que tener, y lo admiraba. Sabía que algo parecido debería haber hecho hace mucho tiempo, pero saber la respuesta negativa de Sirius le dolía sólo de pensarlo, por eso estaba actuando como un cobarde, una cobardía que no le beneficiaba en absoluto.

También entendía lo mal que Danielle se sentiría si se distanciaba de ella, así que creyó oportuno responderle. Podrían quedar algún día después de clase para aclararlo todo de forma amistosa. No se perdonaría hacer sufrir a alguien por su culpa.

Os juro que al final del capítulo tenía ganas de estrangular a Sirius XDDDDD. Mientras escribía me di cuenta que en la conversación James-Snape, James estaba muy serio jejejeje, pero luego creo que lo arreglé cuando terminaron de hablar, es que se me hacía raro, viendo la trayectoria de Sirius y James en mi ff, que quedara tan serio.

Ah, bueno, la chica nueva que aparece es un remix XDDDD, Paula Moonlight me pidió ser la cita de Remus y yo le dije a mi amiga Danybel que la iba a poner a ella, así que para que todos estén contentos, el resultado es un remix. Por supuesto, la chica recibió una carta de Remus declarándole su amor, y habrá cita jejejeje, ya lo veréis, va a ser un malentendido monumental (pobretica ¬¬)

No pude evitar meter más de Sirius y Lily, es una pareja que me encanta (en todos los sentidos) pero desde que escribí Despedida de solteros le encontré su lado de pareja cómica que me encanta jejeje.

Ahora sí, cualquier cosa que no entendáis me la preguntáis ¿ok?

Calzonazos: alguien que hace todo lo que su mujer/esposa le dice sin protestar, vamos que se deja manejar por ella como ella quiere.

Meter un farol: viene del póker y se dice eso porque cuando alguien que tiene unas cartas muy malas hace creer al resto que tiene unas cartas buenísimas. Vamos que es algo así como hacer creer algo que no es.

Chorbo agenda: chorbo es un tío o tía (¿sería chorba en este caso? Ni idea jejeje) que está buenorro/a, y chorbo agenda es una agenda donde se apuntan los tlf y esas cosas de los ligues por si algún día hay que echar mano de alguno de ellos XDDDD.

Bueno, muchísimas gracias por los reviews a: DrEaM- KaT, Siesna, Coulter, Carly McKinnon, Paula Moonlight, Merodeadora Blacky, Joanne Distte, Danybel, Kairi Akade, Helen Black Potter, Vanina de Lira, Samantha Bellatrix Evans y Rikuayaceres. ¡Estoy muy contenta de recibir tantos mensajitos! SOY FELIZ!

Voy a subir esto inmediatamente y ahora mismo os respondo vuestros reviews firmados.

¡Besitos a todas!