¡Holitas!
Antes de nada ¡FELIZ NAVIDAD a todos!
Como veis, he tardado muy poquito en subir este nuevo capítulo, y es que me dejáis tantos mensajitos que me dan mucho ánimo para seguir escribiendo, en serio, para que luego digan que los reviews no sirven para nada.
A ver qué os parece este capítulo, no quiero comentar nada hasta el final jejeje, luego os comento las cosillas. Me ha quedado un poquitín largo, espero que no se os haga pesado.
Ah, al principio del ff dije que iba a ser un ff cortito, pues lo retiro ¬¬, estoy viendo que me va a quedar más largo de lo que pensaba, pero espero que no os importe ;-D
CAPÍTULO 5: CON UN PAR DE C…CALCETINES
- Sirius, esto es para ti.- dijo Remus totalmente colorado sin querer mirarle a los ojos.
- Oh Remus, es una caja muy bonita. No tenías que meterte en algo así, seguro que te ha costado mucho dinero.- dijo Sirius rasgando el papel de un tirón y admirando la caja de caoba y plata.
- El regalo está DENTRO de la caja.- dijo Remus con cara de ¬¬
- Oh claro jejeje.- y acto seguido Sirius abrió la caja.
El destello dorado de la pluma se reflejaba en la cara del joven Black, su expresión de total fascinación y en sus ojos un velo de lágrimas que mostraban su emoción.
- Oh oh oh Remus, ¡tiene tu nombre y el mío! Oh Remus…- dijo Sirius abrazándole con fuerza.
La respiración de Remus no respondía, no sabía bien si por el hecho de que Sirius le estuviera abrazando o porque su amigo le estaba apretando demasiado.
- Pensé que te gustaría tenerlo. Es…un regalo muy especial para mí.- se excusó Remus intentando poder respirar.
- Tiene tu nombre y el mío, tu nombre…y el mío, juntos…- repetía Sirius una y otra vez.
Se separó de él mirándole fijamente a los ojos y Remus tembló sin poder evitarlo.
- Juntos, Remus, juntos tu y yo.- dijo Sirius acercándose a él lentamente.
Y aunque le veía acercarse, no podía reaccionar. Tenía a Sirius sólo a unos milímetros de su boca, sabía lo que pasaría pero era incapaz de hacer nada. Estaba sumido en un trance. Y de pronto una débil brisa le acarició los labios.
Y de pronto abrió los ojos y se encontró a Sirius mirándole con la cara pegada a la suya, riendo.
- ¡¡AHH!- exclamó Remus como si de repente hubiera descubierto un bicho horrible en su cama, encogiendo las piernas e intentando salir de la cama, pero Sirius estaba sentado encima y no podía.
Sirius no dejaba de reírse a carcajadas.
- ¿Quieres matarme de un susto o qué?- protestó Remus.
- No, quería que te despertases.- dijo Sirius volviendo la cara atrás, viendo que James y Peter también se reían.
- ¿No sabes que ODIO que me despiertes así, soplándome en la cara?
- Pero a mi me gusta, es muy divertido.
Remus amaba y odiaba esa costumbre de Sirius, le gustaba que fuera él quien le despertase, subido encima de él, con su rostro muy cerca del suyo, pero odiaba que siempre lo hicera en el momento inoportuno. Era inevitable que se asustase al abrir los ojos y encontrárselo allí delante, tal y como lo estaba antes de que interrumpieran su sueño. Cualquier día de estos podía pasar lo peor, que confundiera el sueño con la realidad y el beso llegara a terminar.
- ¿Para qué me has despertado?- preguntó Remus de malhumor al ver que aún era temprano para ir a clase.
- ¡Los regalos, tío! Al final anoche huiste despavorido y estábamos muy cansados para esperar a que volvieras.- dijo Sirius.
- Sí, cansado tú sobre todo.- dijo Remus con tono ácido.
- Oh tío, te perdiste la reconstrucción de los hechos.- dijo Sirius, y James y Peter se rieron al recordar la noche anterior.
- Gracias a Merlín.
James y Peter se levantaron de sus camas con los regalos y se sentaron todos en la de Remus, al instante Sirius regresó al recoger también los suyos.
-Esperamos que te gusten.- dijo James colocando su regalo frente a Remus.
Primero abrió el de James, que era un reloj que siempre se quedaba embobado mirando cuando iban a Hogsmeade. Luego el de Peter, que era una agenda que le venía muy bien ya que Remus era muy ordenado y meticuloso para todo. Y luego el de Sirius. No tenía ni idea de qué le habría comprado, y cuando lo abrió y vio que se trataba de…
- Creo que esto era para Lily…- dijo Remus devolviéndole el regalo y tratando de volver a poner bien el papel que lo envolvía.
- No no no, Remus es para ti, mira, fíjate.- Y Sirius señaló una de las etiquetas.- "Para hombre" ¿Ves? Es para ti.
Remus le quitó el bote de las manos y comprobó lo que decía Sirius.
- ¿Y para qué demonios quiero yo un set de cremas faciales? ¡Eso es para chicas!- Remus se dio cuenta de que estaba reaccionando mal, al fin y al cabo era un regalo…- Oh Sirius, perdona, es que… yo tenía entendido que los hombres no se ponen cremas y eso…
- No pasa nada, tranquilo. Te contaré un secretillo… ¿ves esta piel maravillosa que tengo?- dijo cogiendo la mano de Remus y poniéndola en su mejilla.
Remus quiso evitarlo, pero era demasiado tarde, sus dedos acariciaban la mejilla de Sirius, era tan delicioso…
- Oh sí, Sirius, es…suave y…
No se estaba dando cuenta de que la caricia se estaba alargando demasiado, para una vez que tenía la oportunidad de tocar a Sirius…
- Vale, ya está, que te estás poniendo orgásmico.- bromeó Sirius. Remus apartó la mano rápidamente un poco ruborizado.- Pero no importa, lo entiendo.- rió Sirius.- Bueno, lo que te decía, que es gracias a que una vez se me ocurrió echarme la crema facial de mi madre y desde entonces es todo un vicio. Por eso pensé que te vendría bien algo así, ya sabes, tienes una piel muy bonita.
Esta vez fue Sirius quien llevó la mano a la mejilla acalorada de Remus, acariciándola suavemente.
- Y las transformaciones te la pueden estropear, creo que esto te ayudará a mantenerla bien sin que te salgan arrugas antes de tiempo.- explicó Sirius aún con la mano en la mejilla de Remus.
Y Lupin simplemente asentía embobado a lo que Sirius decía.
- Venga tíos, dejaos ya de mariconadas, tanto toqueteo.- protestó James, mirando sobre todo a Sirius reprobadoramente.
- No son mariconadas, lo que te pasa, Prongs, es que estás celoso porque quieres que te diga que tú también tienes una piel bonita. Pues no, no la tienes, así que te jodes.- dijo Sirius ofendido.
James resopló y aprovechando que Remus se agachaba a coger sus regalos de la mochila, habló a Sirius con los dientes apretados de forma que sólo él se diera cuenta de que le estaba hablando.
- No le provoques…- ordenó James, intentando hacerle recordar que Moony estaba obsesionado con él.
- Vete a la mierda.- dijo Sirius también sin gesticular la boca. De repente al levantarse Remus disimularon.- ¡Oh Remus a ver qué tienes para nosotros!
- Yo creo que lo sé.- dijo James.
- Y yo también.- dijo Peter.
- Pues yo no ¬¬ ¿qué?- dijo Sirius.
Remus sonrió. Estaba claro por qué decían aquello. Remus todos los años les regalaba libros, aparte de porque a él le encantaban los libros, por trabajar en la librería en verano le hacían descuentos.
- ¡Un libro de quidditch! Genial.- exclamó James.
El chico de ojos miel seguía riéndose. Se había propuesto que James leyera al menos un libro al año y no podía exigirle una lectura más compleja que la de un libro de quidditch, pero al menos por algo se empezaba. Luego Peter recibió su libro también, una típica novela de aventuras entretenida. Y después, Sirius le miraba impaciente.
Metió la mano en la mochila y palpó la caja del regalo de Sirius. El papel estaba estropeado y seguramente la caja estaría un poco rota después de haberla tirado al suelo la noche anterior. Los ojos grises de Sirius suplicaban su regalo, pero en su cuello, varios chupetones enormes le hieron recordar el por qué Sirius no merecía aquel regalo. Acordándose que estaba dolido por aquello, Remus guardó su mochila como si dentro no quedaran más regalos.
- ¿Y mi regalo?- dijo Sirius poniendo cara de perrito abandonado.
Remus lo miró dispuesto a no dejarse enternecer, conocía bien las estrategias de Sirius. No le daría la pluma, no se lo merecía. Pero tampoco tenía otra cosa que regalarle. Miró disimuladamente a su alrededor ¿nada?
Nada.
- No me digas que te olvidaste de comprarlo.- dijo Sirius haciendo como que lloraba, pero Remus sabía que en el fondo se sentiría muy mal si le decía que se había olvidado de comprarle algo.
¿Se lo daba? No, no podía dárselo. ¡No se lo merecía! ¿Qué demonios hacía entonces? Y mientras tanto, los chupetones del cuello de Sirius parecían mirarle riéndose de él. Ya no veía a Sirius suplicando, sólo veía sus chupetones, y veía a Bellatrix y veía que él la odiaba y se había acostado con ella. Y los chupetones le volvían a mirar para recordarle que había sido ella quien se los había hecho y no él.
Era surrealista, quizás se estuviera volviendo loco, pero lo cierto era que por momentos se sentía más furioso con Sirius.
- Remus no me quiere, no tiene ningún regalo para mí.- decía Sirius haciéndose la víctima.
- Sí te…quiero.- dijo Remus, costándole horrores pronunciarlo, aunque sabía que en el contexto en el que estaban no podría tomarlo como mal.- Y sí tengo un regalo para ti.
- Oh ¿sí?
- Sí ¬¬- y dicho esto, Remus, con cara de malhumor abrió su cajón de la mesita y sacó un par de calcetines y se los plantó delante a Sirius.
- Oh…- dijo Sirius muy decepcionado mientras James y Peter se revolcaban en el suelo de la risa.- Ni si quiera tiene papel de regalo…
- Ya están estrenados por si no te has dado cuenta, pero están limpios al menos.- dijo Remus.
Remus se levantó de la cama. Se sentía mal por haberle hecho eso a Sirius, pero es que ya estaba harto de sufrir por su culpa. Entendía que Sirius no lo hacía a propósito para fastidiarle porque él no sabía nada de sus sentimientos, pero es que ya no lo soportaba más.
Se vistió sin hacer caso de lo que sus amigos comentaban acerca del regalo estrella del año y se encaminó a la puerta sin esperar a que se vistieran.
- ¡Eh tío! Espéranos ¿no? Que ya bajamos a desayunar también.- dijo James.
- Mmmm, necesito estar a solas un rato, es que… tengo una cita ¿sabéis?- y luego añadió mirando a Sirius.- Es que resulta que yo también tengo vida social.
Y dicho esto, desapareció del dormitorio. Sirius parecía estar a punto de echarse a llorar, James tenía cara de sorpresa absoluta y Peter…
- ¿Remus tiene una cita?- preguntó Peter extrañado de no haberse enterado de nada.
- Eso parece…- dijo James.
Peter se quedó observando a sus amigos, sospechando que algo ocurría detrás de todo aquello. Hasta el momento, no recordaba que Remus hubiera tenido ninguna cita, y le parecía muy extraño que James y Sirius no hubiesen montado algún tipo de fiesta al decir Remus que tenía una cita.
- Vosotros dos estáis detrás de esto…- dijo mirándoles con el ceño fruncido.
- ¿Nosotros? Qué va, tío.- dijo James.- ¿Por qué íbamos a estar detrás?
- ¿Por qué lo mismo me hicisteis a mi el año pasado?- dijo Peter haciéndoles ver que todo era muy evidente.
- Bueno sí, Peter…- comenzó a decir James.
Y Sirius, desde detrás de Remus miraba a Potter con cara amenazante, negando con la cabeza y diciendo con los labios, sin hablar, que como le dijera algo de "eso" le mataba. James miró disimuladamente a Sirius por encima del hombro de Peter, haciendo un gesto de que debía estar tranquilo.
- ¿No es mayorcito ya para buscarse las citas él solo?- se quejó Peter.- Esas cosas no salen bien.
- ¿Ah no?- dijo Sirius saliendo de detrás de Peter para colocarse al lado de James.- Te recuerdo que estuviste saliendo con aquella chica durante 4 meses, muy mal no debió salir.
- Mal no, desastroso…- murmuró Peter como si no quisiera recordar aquello.
- Pero es que ¡Remus no puede acabar el colegio sin haber estado con una chica! Es…es ¡denigrante!- exclamó Sirius.
- Sí, totalmente denigrante. –dijo James pasandole un brazo por los hombros a Sirius, en señal de que apoyaba por completo a su amigo.
Peter, en cambio, les miraba con los ojos muy abiertos, casi horrorizado.
- ¿Qué hay de malo en terminar el colegio siendo virgen?
- Sí claro, lo dices ahora porque nos debes tu virginidad a nosotros, si fueses tú el que estuviese a punto de acabar el colegio siendo virgen no estarías tan escandalizado.- dijo Sirius.
- Lo habría preferido.- murmuró Peter.- Fue…sencillamente horrible.
- No me lo puedo creer, horrible dice…- dijo Sirius mirando a James.- Nunca es horrible, tío.
- Si tan horrible fue ¿por qué hubo una segunda, tercera, cuarta…vez?- dijo James riendo.- ¿También fueron horribles?
- No… pero opino que es mejor hacerlo con alguien a quien quieras.- dijo Peter.
- En eso tiene razón, Padfoot, con Lily es todo mucho mejor…- dijo James ruborizándose.
Pero Sirius le miraba con cara de no querer seguir oyendo aquello.
- No pienso colaborar.- dijo Peter.
- No te estamos pidiendo que colabores, nos bastamos nosotros solitos.- dijo Sirius.
- Bueno, de todas formas no creo que Remus caiga en vuestra trampa, no es ese tipo de persona.- dijo Peter, saliendo de la habitación un poco dolido por todo aquello.
- Me da igual lo que diga, Lily también dijo lo mismo y mira, ahora nos está ayudando.- dijo Sirius cuando se hubieron quedado a solas.
- Ya, y yo te apoyo, pero tienes que reconocer que algo de razón sí que tiene.- dijo James.
- Mira, James, Remus va a perder la virginidad, me da igual si no está enamorado, me da igual si lo hace en estado de coma etílico ¿vale? Porque está en juego mí integridad física.- dijo Sirius exaltado.- Ah, y te recuerdo que Peter no debe saber absolutamente nada de lo que pasó.
- Ya lo sé… por poco si me asesinas con la mirada.- dijo James recordando a Sirius minutos antes.
- Además, estoy enfadado con Remus. ¿Qué coño le pasa?
- Ni idea, tío, aún quedan casi dos semanas para la luna llena, es raro que esté tan susceptible.
- Pero ¿has visto qué mierda de regalo?- dijo Sirius poniéndose los calcetines "nuevos" que Remus le había regalado.- No sé a qué ha venido eso, ¡yo no le he hecho nada para que se ponga así conmigo!
- Sí sí, una mierda de regalo pero tú te los pones.- bromeó James.
- Se enfadaría conmigo si no me los pongo.
- Pero a ver, ¿tú no estás enfadado con Remus?- preguntó James.- ¿Qué más te da si se enfada contigo?
Sirius se quedó callado. ¿Qué importaba si Remus se enfadaba con él? De todas formas, el licántropo ya parecía enfadado con él por alguna razón desconocida. Pero no soportaba verle así con él, nunca habían estado enfadados en serio y aquella situación se le hacía demasiado extraña.
- Si me pongo los calcetines se sentirá más dolido, te lo digo yo, y eso es lo que quiero que esté dolido por lo que me ha hecho. ¿Pero quién se cree que es para tratarme así? Debería ser yo quien no le volviera a dirigir la palabra por lo que pasó.
- Mira, Sirius, mejor que bajemos a desayunar, que te estás poniendo nervioso.- dijo James al ver a su amigo rojo y con una vena palpitándole en la sien.
Momentos antes, Remus salía de la habitación con una extraña sensación, mezcla de culpabilidad y satisfacción por lo que había hecho a Sirius. De alguna forma, se sentía un poco más aliviado aunque en el fondo supiera que Sirius no actuaba así a propósito para fastidiarle.
Aún era temprano, pero en la sala común ya había algunos alumnos y seguramente, no tardarían en empezar a acudir al Gran Comedor. Así que decidió, con un poco de inseguridad, esperar cerca de la entrada de la torre de Ravenclaw.
Tenía muchas dudas. No quería hacer daño a Danielle, sabía que nada podía ocurrir entre ellos, pero por otro lado, le había gustado decir que tenía una cita. Lo más seguro sería que a Sirius no le importara lo más mínimo que se viera con alguna chica, de hecho se lo recordaba demasiado a menudo. Dudaba mucho que Sirius alguna vez descubriera lo que sentía por él, pero si tenía una cita con una chica… tal vez nunca llegara a pensar que estaba enamorado de él. Era una oportunidad perfecta, ya que era muy extraño que a su edad nunca hubiera salido con alguna muchacha. Pero no sería capaz de engañar a Danielle sólo por desviar posibles sospechas acerca de su amor por Sirius.
Esperaba apoyado en la pared. Los primeros alumnos de Ravenclaw salían de su sala común camino al Gran Comedor. No sabía qué hacer o decir, estaba nervioso…
Y entonces, un rato después, Danielle salió acompañada de algunas amigas. Remus habría salido corriendo si no fuera porque la chica le vio inmediatamente. La veía acercarse, sonriente, con las mejillas sonrosadas, y él no podía dejar de pensar que le temblaban las manos y que no sabía en qué iba a acabar todo aquello.
- Hola Remus.- dijo la chica.
- Hola Danielle.- dijo Remus mirando al suelo.
"¿Y ahora qué le digo? Oh mierda, ¿por qué ha tenido que mandarme esa carta? ¿Por qué la gente es valiente y demuestra lo que siente? ¿Por qué no está nerviosa? ¿Tan segura está de que no voy a rechazarla? Dios, no voy a poder perdonarme esto en la vida… "
- Danielle yo…- comenzó a decir Remus.
- Shh.- dijo la castaña silenciándole con un dedo sobre sus labios.- No hace falta que digas nada, no por ahora.
"¿Ah no? Pero… ¿No se suponía que esperaba una respuesta de mi parte?" pensó Remus muy confundido.
- Ah bueno, yo pensaba que estarías esperando una explicación…- dijo Remus.
- No, bueno sí, lo que pasa es que ahora así de repente es todo tan violento ¿verdad?- dijo la chica, bastante cortada y visiblemente nerviosa.
- Mucho, ni siquiera sabía si debía buscarte en clase o… bueno, al final pensé que sería mejor ir a buscarte antes del desayuno para que no pensaras que me había asustado.- dijo Remus con una risita nerviosa.
Los dos chicos caminaban hacia el Gran comedor, sólo mirándose de vez en cuando y sonriendo tontamente.
- Admito que no he podido dormir apenas esta noche.- dijo Danielle.
- Si te sirve de consuelo, yo tampoco he podido dormir mucho.- dijo Remus.
Parecía como si hubieran trasladado el Gran comedor a kilómetros de Hogwarts, Remus no recordaba que nunca se le hubiese hecho el camino tan largo como en ese momento. Pero por fin llegaron a las puertas, donde cada uno debería ir a la mesa de su casa.
- Bueno, Remus, tengo que irme.
- Yo también.- dijo Remus, que no se le ocurría absolutamente nada que decir.
- Quizás te apetecería… no sé… quedar esta tarde después de clases y dar una vuelta, podríamos hablar más tranquilamente.- propuso Danielle viendo que Remus parecía haberse quedado mudo.
- Oh claro, sí, quedamos esta tarde después de clases. ¿Dónde?
- ¿A las siete en el lago?
- Perfecto, allí estaré.
La chica se despidió con la mano y le sonrió antes de unirse con sus amigas en la mesa de Ravenclaw. Remus estaba demasiado aturdido para ver cómo las chicas hacían un corrillo alrededor de su amiga y comentaban riendo y entusiasmadas.
Vio cómo Lily le miraba con una sonrisita pícara desde la mesa de Gryffindor, y bufó al pensar en que la gente estuviera pensando cosas que no eran. Mientras se acercaba a ocupar el asiento junto a la pelirroja, pensaba que debía haberle dicho algo a Danielle, por su cobardía seguramente la muchacha pasaría el día haciéndose ilusiones inútiles.
- ¿Qué Remus?- preguntó Lily muy efusivamente.
Y Remus sabía muy bien a qué se refería sin que le dijera nada más.
- Nada Lily, que acompañe a una chica al Gran comedor no significa absolutamente nada.
- Oh no, pero es que da la casualidad de que todo Hogwarts sabe que a esa chica le gustas.
- ¿En serio?- preguntó Remus muy contrariado.- ¿Todo Hogwarts?
- Bueno, casi todo Hogwarts.- dijo Lily, sabiendo que había exagerado mucho, en realidad no era más que un rumor típico de chicas, pero nada confirmado.
- Uff, es que verás…- Remus bajó la voz a pesar de estar contándoselo al oído a Lily.- Es que Danielle me mandó una carta declarándose y… se supone que debo contestarle. Hemos quedado esta tarde.
- ¡Cita a la vista!- Lily intentaba disimular su entusiasmo, se frotaba satisfactoriamente las manos bajo la mesa para que Remus no lo viera.- Cuando Sirius y James se enteren…
- Ya lo saben, pero no saben con quien he quedado.
- ¿Y qué vas a decirle a Danielle?
- No lo sé.- dijo Remus mirando fijamente el plato.
- ¿Por qué? Es una chica muy bonita y simpática ¿no te gusta?- dijo Lily, esperando a ver qué decía Remus.
- Si es bonita y simpática y todo eso, pero no… no es mi tipo, no creo que funcionara una relación con ella.- dijo Remus.
- Si no lo intentas no sabes si funcionará o no, mírame a mi y a James. ¿Quién iba a decir que lo nuestro iba a funcionar? Ni siquiera yo apostaba un sickle por nuestra relación y ya ves, el uno para el otro.
- Es que es diferente, Lily. De antemano te digo que no funcionaría. Yo no estoy enamorado de ella.
Lily se empezó a sentir culpable por haber participado en todo aquello. Obviamente sabía por qué Remus decía que no iba a funcionar, se sentía culpable porque Remus tuviera que pasar el mal trago de rechazar a Danielle, eso sin contar que la pobre chica quedaría destrozada. Y todo por evitar que Sirius descubriera que Remus estaba enamorado de él… Intentando ahorrarle el sufrimiento a su amigo estaba provocándoselo a él indirectamente y a Danielle.
- No hace falta estar enamorado, Remus, el roce hace el cariño.
- Ojalá eso fuera cierto.- dijo Remus, su mirada se desvió hacia la entrada del Gran Comedor, donde aparecieron Sirius y James. Su expresión se tornó más triste si cabía.
Lily giró la vista, y el sentimiento de culpabilidad le golpeó con más fuerza. Al instante, Sirius y James estaban sentados con ellos, Lily se dio cuenta que Remus y Sirius evitaban mirarse y no sabía a qué se debía esa reacción.
- ¿Qué tal los regalos anoche?- preguntó Lily.
- ¡Muy bien!- dijo James.
- Sí, mira qué reloj más chulo me regaló James.- dijo Remus enseñando a Lily su reloj nuevo.
- Oh oh oh Lily ¿quieres ver el mejor regalo que me han hecho en la vida?- dijo Sirius con tono irónico y se alzó el bajo del pantalón para que se vieran sus calcetines.- Un par de calcetines usados ¿no es maravilloso y enternecedor?
- ¿Quién te ha regalado eso, por Merlín? ¿Tus padres?- preguntó Lily con cara de asco.
- No no, mis padres al menos me los habrían regalado sin estrenar. Pero ellos no me han regalado nada…- Sirius se quedó un instante algo dolido, pero pronto se repuso, estaba más que acostumbrado a que su familia pasase olímpicamente de él.- Fue Remus.
Lily volvió la vista para mirar a Remus, totalmente desconcertada ante un regalo tan horrible por parte del licántropo. Sabía que Remus no tenía mucho dinero pero siempre encontraba un regalo adecuado para cada uno de ellos.
En ese momento, Bellatrix y Snape pasaban por al lado de la mesa de Gryffindor. Remus los vio y se puso a rellenar su vaso de zumo para no mirarles y para no hacer caso a la mirada inquisidora de Lily.
- Bonitos calcetines, Black.- dijo Bellatrix mirando a Sirius con una sonrisita.
Sirius se puso colorado y en seguida soltó el bajo del pantalón.
- ¿Algún problema con mis calcetines?
- No, sólo digo que son bonitos ¿no pueden parecerme bonitos?
- Me parecía raro que lo dijeras sin segundas.
- ¿Desde cuando hablo yo con segundas?
- ¿Desde siempre?
- Te noto un poco tenso…
- Tú me pones tenso.
- ¿En qué sentido?
- Déjalo ya, Bellatrix, ¿vale?
- Oh, vaya, ahora resulta que no quieres admitirlo, anoche no parecías tan arisco.
Ante ese comentario, Lily clavó su mirada en Sirius y Snape hizo lo mismo en Bellatrix, ambos sin creer lo que estaban oyendo.
- ¿Es que ahora te vas a dedicar a provocarme?
- Eso, le estás provocando.- protestó James.
- Nadie te ha pedido tu opinión, Putter.- escupió Bellatrix.
- ¡Oye!- se levantó Lily, indignada.- ¿Qué es eso de Putter?
Y mientras, Remus no podía tragar, pero tampoco quería girarse para ver lo que estaba ocurriendo. Snape, aunque sorprendido por la revelación del año, no podía evitar mirar cómo Remus fingía no estar escuchando y sabía que le dolía escuchar aquella conversación entre Sirius y Bellatrix.
- No me parece adecuado hablar de estos temas en público.- dijo Bellatrix, como si Lily no estuviera ni hubiese dicho nada.
- ¿Y lo harías en privado o tampoco así admitirías que estás provocándome?
- Tal vez.- dijo Bellatrix haciendo como que se iba, pero estaba claro que no se iría hasta escuchar lo que quería.
- Esta noche, mismo sitio, misma hora.
- De acuerdo.
Cuando los Slytherins se alejaron, Remus no aguantaba más, tenía unas ganas terribles de huir de allí, pero sería repetir lo mismo de la noche anterior e iba a quedar demasiado evidente, así que, tragándose su orgullo, se dispuso a intentar pensar en algo que le impidiese oír a Sirius.
- ¡Pero Sirius!- gritó Lily, furiosa.- ¿EN QUÉ COÑO PIENSAS?
- Mejor dicho, deberías preguntar ¿con qué coño piensas, Sirius?- bromeó James, aunque algo molesto por la reciente afición de Sirius a los encuentros con Bellatrix.
- Respóndete tú mismo, Prongs.- dijo Sirius, un poco ofendido por lo que había dicho James.- Tranquila, Lily, esto no significa nada para mí.
- ¿Ah no? Pues según he oído va a ser la segunda noche consecutiva, no sé yo cuantas chicas han tenido ese privilegio…- protestó Lily.
- ¿Y a ti qué te importa lo que yo haga?
Lily tenía ganas de pegarle una bofetada, sobre todo después de ver cómo Remus no levantaba la vista del plato, intentando disimular las ganas de estrangular a Sirius allí mismo.
- Sirius, eres un gilipollas.- dijo Lily levantándose y cogiendo del brazo a Remus para que la siguiera.- Vámonos, Remus.
Caminando a paso rápido, Lily y Remus se alejaron de los Gryffindors. La pelirroja ahora comprendía por qué Remus estaba enfadado con Sirius y por qué le había regalado aquel estúpido regalo.
- ¿Pero qué le pasa a todo el mundo?- preguntó Sirius como si no hubiese hecho nada malo.- ¿No te irás a enfadar tú también, Prongs?
- Debería.- dijo James haciéndose el ofendido y cruzándose de brazos.
Durante las clases de ese día, todo pasó de forma anormalmente calmada, pero no sólo entre los Gryffindors, ya que ninguno le dirigió la palabra a Sirius en todo el día, sino también entre alguno de los Slytherins.
Bellatrix estaba extrañada de que Snape no le hubiera hablado en todo el día, suponía el motivo, pero el no encontrarle en la sala común al acabar el día, confirmaba que Snape estaba rehuyéndole. De esta forma, se dirigió a la biblioteca, dispuesta a echarle un buen sermón a su compañero acerca de que no debía inmiscuirse en lo que ella hiciera con su vida privada.
A esas horas de la tarde, la biblioteca ya estaba desierta, tan sólo un par de alumnos esparcidos por las mesas. Sigilosamente se acercó hacia donde estaba Severus. El muchacho parecía muy concentrado leyendo algo, tanto, que ni siquiera la oyó colocarse detrás de él y se sobresaltó cuando oyó su voz.
- ¿Pero qué estás leyendo?- exclamó Bellatrix, tan solo con leer un par de líneas.
Snape estaba pálido, más de lo habitual y tratando de disimular, cerró el libro, que realmente estaba camuflado dentro de otro libro.
- Nada…
- ¿Cómo que nada?- dijo Bellatrix intentando alcanzar el libro, pero Snape lo había escondido debajo de la mesa.
La chica le miraba con una sonrisita maliciosa.
- Un libro de pociones ¿contenta?- respondió Snape, suponiendo que aquella respuesta le dejaría satisfecha.
- Un libro de pociones…ya…- dijo Bellatrix sin creerlo.- Enseñame la portada.
Snape dudó, pero mostró la cubierta del libro, sacándolo un poco de debajo de la mesa.
- ¿Ves? "Pociones transmutadoras de personalidad"
- ¿A quién pretendes cambiar la personalidad?- preguntó Bellatrix alzando una ceja.
- A nadie, sólo investigo.
- Ah, y según ese libro…- Bellatrix se dispuso a recitar las dos frases que había tenido tiempo de leer.- "Lo más importante es tratar a la persona con normalidad, si no se está seguro de sus sentimientos, lo más sensato es acercarse de forma gradual hasta ver si su reacción es favorable o no."
Y Snape ya no estaba pálido sino de un verde transparente. Con rapidez, Bellatrix alcanzó el libro, arrebatándoselo, el libro de pociones cayó al suelo y la chica se quedó con el libro que realmente estaba escondido dentro.
- ¿Manual de seducción para principiantes?- soltó una carcajada que resonó en toda la biblioteca, agarrándose la tripa por el ataque de risa que le había dado.- Ay que me muero…
- No le veo la gracia.- dijo Snape.
- Yo sí. ¿Pero a quién quieres seducir tú? TU, por Merlín…
- ¿Y a ti que te importa?- dijo Snape, contrariado por aquel incidente.- ¿Por qué no te vas a follar con Black y me dejas en paz?
- Ah vaya, resulta que te molesta que me haya acostado con Sirius.- Bellatrix encontraba más divertido el otro tema de conversación.- ¿A quién te quieres ligar? Venga, dímelo…
- No me importa en absoluto que te acuestes con Black, allá tú y tus escrúpulos. Sólo me sorprendió, aunque es una señal de que todo es posible…- dijo Snape pensando que el que Lupin se fijase en él no era más imposible que el que Bella y Sirius se hubiesen liado.- Es más, me parece una idea estupenda.
- ¿Ah sí?- preguntó Bellatrix extrañada.
Desde que había descubierto la reciente aventura de Sirius con Bellatrix, Snape había estado meditando sobre ese asunto. Durante el desayuno se vio claramente que Remus estaba molesto con Sirius por lo de Bellatrix. Así que… si conseguía que Sirius y Bellatrix siguieran juntos… quizás el rencor de Remus hacia Sirius aumentase, quizás dejara de quererle…
- Hacéis una pareja perfecta.- dijo Snape.
- Oh ¿tú crees?- Bellatrix estaba totalmente sorprendida.- Ni siquiera me había parado a pensarlo. Empezó con la tontería de las cartitas y acabamos liados pero no me había planteado que hubiera nada más allá de la provocación y un par encuentros nocturnos.
- Pues yo creo que deberías replanteártelo. Además, has quedado esta noche con Black otra vez y según las crónicas de Hogwarts, eso es un hecho anormal y aislado. Para mí que se ha enamorado de ti. ¿Te has preguntado qué sientes tú por él?- dijo Snape, riéndose para sí mismo de todo aquello que le estaba metiendo en la cabeza a Bellatrix.
- Oh, pues no sé…Tengo que irme.- dijo Bellatrix, que salió corriendo de la biblioteca ante la horrible idea de que Sirius estuviera enamorado de ella y ella también lo estuviera de él sin saberlo.
Y entonces Snape, que había recuperado su color habitual, continuó su lectura. Manual de seducción para principiantes, capítulo 5.
Mientras tanto, Remus había ido a su habitación, esperando que fuera la hora a la que había quedado con Danielle. Había decidido esperar allí porque no estaban ninguno de sus compañeros y no quería que le agobiaran con eso de la primera cita. Pero parecían haberle leído la mente, porque al cabo de unos minutos, aparecieron los tres en bandada, irrumpiendo en la habitación.
- ¿Y la cita?- preguntó James impaciente.
- Eso ¿qué tal ha ido?- dijo Sirius.
- ¡Aún no he ido!- exclamó Remus contrariado.
- ¿Ah no?- James le miró de arriba abajo.- ¿Y piensas ir así?
- ¿Qué tiene de malo?- preguntó Remus mirándose, el uniforme del colegio no estaba tan mal, al menos estaba planchado y limpio.
- ¡Tienes que ponerte guapo!- dijo Sirius, que en menos de dos segundos había sacado una camisa y un pantalón de su propio baúl.- Con esto estarás irresistible.
Remus le miró de reojo. ¿Por qué de repente Sirius parecía tan entusiasmado por su cita sin importarle lo de los calcetines?
- No quiero estar irresistible.- gruñó Remus, intentando zafarse de James y Sirius que le intentaban poner la ropa de Sirius.
- Lo primero y más importante, sé agradable, no te hagas el intelectual, a las chicas les aburre.- dijo James.
- Sé caballeroso y dale siempre la razón. –dijo Sirius desabrochando la camisa de Remus.
Remus no quería mirar los dedos de Sirius rozando su pecho y desprendiéndole de la camisa. Tenía los ojos cerrados y la cabeza girada hacia otra parte, pero sintiendo cada contacto de aquellos dedos sobre su piel.
- Puedes cogerle la mano.- dijo James.
Remus podía oír a Peter toser detrás de ellos, por lo visto el chico tenía algo que objetar pero los otros no le dejaban.
- Lo normal sería que os enrollárais, no te preocupes, lo harás bien, sólo déjate llevar, es muy fácil, la besas primero en los labios y luego ella abrirá la boca y entonces le metes la lengua despacio, no la vayas a asustar y entonces…- explicaba Sirius.
- Creo que lo mejor es que no se enrollen en la primera cita, Sirius, la chica podría espantarse. Mira Remus, si se tercia, le das un besito en los labios, pero nada de lengua ¿eh?
Remus estaba aturdido. ¿Cómo decirles que no pensaba hacer nada de lo que le estaban diciendo?
- ¡No necesito que me digáis más cosas! Yo ya veré lo que hago o lo que dejo de hacer ¿vale?- se quejó Remus, que viendo que se disponían a quitarle el pantalón, y temiendo lo que podía pasar si Sirius le rozaba de alguna forma, ya fuera para quitarle el cinturón o lo que fuera, decidió quitárselos él mismo.
En dos segundos, James venía con un bote de colonia y Sirius se colocó detrás para peinarle.
"Me siento ridículo." Pensó Remus, pero sabía que no podía hacer nada.
- Bueno, ya está, perfecto.- dijo James retocándole el pelo.
- ¿Qué sabrás tú de peinado? Si no te peinas nunca.- dijo Sirius, deshaciendo lo que James le había hecho en el pelo a Remus.
- Moony…- dijo Peter que no había abierto la boca hasta ese momento.- Sé sincero.
Remus sonrió. Aquel era el único consejo que le iba a servir realmente.
- Ay que nuestro Remus se va a su primera cita.- dijo Sirius cogiéndole de la mejilla como las abuelas.
- Tío, que no se va a la guerra…- dijo James.
- ¡Estaremos esperando!- exclamó Sirius, antes de que Remus se acercara a la puerta.- Pero si te dice que te la tires allí no hagas caso de lo que te hemos dicho y ¡hazlo, por Merlín!
Remus agradeció dejar de oír las voces eufóricas de los chicos, y se dirigió hacia el lago. Y a cada paso que daba, menos seguro tenía lo que iba a decirle a Danielle.
Cuando llegó al lago, vio que la chica estaba allí esperando. Miró nervioso el reloj, y comprobó que no había sido él quien había llegado tarde, Danielle había llegado con antelación.
- Hola.- dijo Remus sentándose al lado de la chica.
- Hola.- dijo Danielle, sonriéndole.
Estuvieron unos instantes sin decirse nada, y luego se enzarzaron en una conversación trivial sobre temas del colegio, cotilleos de alumnos y demás temas intrancesdentales, y la verdad era que se les pasó el tiempo volando. Lo estaban pasando bien, charlando como si fueran amigos de toda la vida, riendo y bromeando. Para sorpresa de Remus, resultó que a Danielle le gustaban el mismo tipo de libros que a él, y hablando sobre eso cayó la noche.
- Oh, pero mira la hora que es.- dijo la chica horrorizada al ver que pronto se acabaría el toque de queda y tendrían que vérselas con los prefectos.
- Dios, Lily me va a matar como llegue tarde a la ronda nocturna.- dijo Remus.
Los dos chicos se levantaron y corrieron hacia las puertas del castillo, se detuvieron antes de cruzar el umbral.
- Me lo he pasado muy bien.- dijo Danielle.
- Yo también.- sonrió Remus, aliviado porque no hubiera surgido ningún tema de índole romántica.
- ¿Te gustaría quedar otro día?- dijo Danielle.
- Claro.- respondió Remus, pero ahora que se acercaba la despedida empezaba a notar un nudo en el estómago.
- Me alegro mucho de que te decidieras a escribirme esa carta, yo no habría sido capaz de decirte nada. Pero supongo que ahora ya no hace falta que te diga que tú también me gustas.- dijo Danielle.
Poniéndose de puntillas le dio un leve beso en la mejilla a Remus y, ruborizada, se alejó sin dejar de mirar atrás con una sonrisa ilusionada.
Remus se quedó paralizado. Aún notaba el beso en su mejilla. Había sido…agradable, pero no era nada comparado con cualquier roce involuntario de Sirius contra su cuerpo. Y entonces descubrió todo lo que había detrás de aquella misteriosa cita.
Danielle había mencionado una carta suya. Pero él no le había llegado a escribir una respuesta puesto que había decidido ir a verla en la mañana. Se alegraba de que él le hubiera escrito la carta ya que ella no se habría atrevido. "No hace falta que te diga que tú también me gustas…" ese también daba por hecho que a él también le gustaba ella.
"¡Han sido ellos, los muy cabrones!" pensó Remus, irritado.
No tenía nada más que recordar el año anterior cuando se empeñaron en buscarle una cita a Peter para que perdiera la virginidad. ¿Cómo había estado tan ciego de no pensar que tarde o temprano le ocurriría a él también?
"Con razón estaban venga a darme consejos…serán hijos de puta…"
Jojojojojo, tengo que reírme. Dios, la mitad de las cosas son improvisación de mi mente malvada. Por ejemplo, me parece muy cómico el ver a Snape leyendo el manual de seducción para ligar con Lupin, jejeje pronto veremos qué tal se le da el ligoteo (es que sólo pensarlo ya me da risa).
No hay mucho más que comentar, salvo lo de Bellatrix, me salió solo, lo siento, pero es que como habréis visto, le puedo encontrar su parte en el argumento, aunque tranquilidad, no se va a quedar con Sirius.
Y bueno ¿qué os ha parecido que Remus se nos haya rebelado? Es que me partía con eso, ya está bien que el pobre sufra siempre por Sirius.
Bueno el resto yo creo que está bien clarito, pero ya sabéis, si tenéis duda me preguntáis que yo os contesto.
Ahora no me da tiempo a responder los reviews antes de subir esto, pero inmediatamente os los respondo.
Muchísimas gracias por los reviews a: Danybel, Joanne Distte, Helen Black Potter, Carly McKinnon, Paula Moonlight, Coulter, Siesna, Rikuayaceres, Zaratustra, Terry Moon, Samantha Bellatrix Evans, Daia Black y Blind target.
Pues nada, espero vuestros comentarios, que me animan muchísimo como podéis ver. ¡Muchos besitos a todos!
