Impotencia (situado en algún momento de OotP)
Está tranquila; es cierto, está llorando, sí: los mechones rojo sangre se empapan de sus lágrimas, y ella no puede más que seguir sollozando, pero siente que ello no muestra debilidad, sino más bien desahogo.
Por un momento, su mente le dice que ella es una patética pelirroja pecosa que jamás logrará nada, y esto la hace sollozar aún más fuerte. Sabe que puede que eso sea cierto, no logrará nada, no al menos de lo que más desea.
ÉL. Sólo Harry puede hacerla suspirar, pensar en algo mejor y más grande. Sabe que si él la animase, no tendría límites. Se sentiría perfecta. Guapa, lista... Feliz.
Pero¿cómo va a salvarla un chico que primero debe salvarse a sí mismo?
Alguien sin esperanza, que se esconde en la oscuridad de ese terrible cuartucho de Grimmauld Place, no puede salvarla a ella. Ni al mundo.
Ginny sabe que, hoy por hoy, están perdiendo. Lo sabe.
Está rodeada de un humo tóxico y negro, que huele a muerte y llanto, que flota por el viciado aire de esa casa maldita, ahogando su garganta, hasta asegurarse que toda ilusión es vana. Inútil, impotente.
Así se siente Ginny, y sabe que, aunque sea la pequeña de los Weasley, no lo es realmente, ella ha madurado.
Ha crecido.
Aunque desearía seguir siendo inocente, no tener una vida de ese modo. Todo cambió tras la tinta que utilizó para manchar el diario de Ryddle. Porque esa tinta, también alteró y profanó su vida.
Y por eso cuando ve a Harry, desolado, con la cara demasiado pálida, y las manos demasiado frías, se siente incapaz, y desearía ser Ron o Hermione, para tranquilizarlo.
Y que le escuche.
El chico la mira, sonríe (o no) y se sienta sumido en sus pensamientos y en sus demonios interiores; y Ginny, pierde la esperanza, porque él ya la ha perdido hace tiempo. Aunque quizá no lo llegue a saber nunca.
Y por ello, cuando esos ojos verdes parecen brillar, y despertar al fin de ese mutismo horrible, Ginny sonríe abiertamente. Felicidad.
Sí, sabe que es porque Harry acaba de ver llegar a Hermione.
Sí, sabe que ella NO es Hermione.
Tampoco desea serlo, realmente. Ginny es mucho más guapa, simpática y popular.
Mucho más perfecta para el mundo.
Pero no para el pequeño cosmos que ella ha inventado en su pequeña y admirable cabecita, donde Harry es suyo y ambos son lindos y felices.
Y es entonces, que ve a esa chica feúcha y listilla, observa lo que hace, logra que sus dos chicos (porque son suyos, porque Ron es su hermano, y Harry a quien está destinada), la miren fijamente, sin perderse ningún detalle de lo que ella haga o diga, y realmente, es entonces cuando, efectivamente, sí, Ginevra Weasley desea ser Hermione Granger.
(fin)
