Capítulo 4

Conoce a tu Hijo

Rin, mira a través de la ventana y aunque era un día soleado, para ella era un día sombrío, frío y gris. Habían pasado ya 6 años desde que llegó por primera vez a ese lugar tan ajeno a ella. Poco a poco se fue acostumbrando. Pero su vida no era completa, no era feliz. Y eso se reflejaba en su mirada esmeralda. Cerró los ojos y sonrió cuando tocaron a su puerta.

-Tía! Abre!

Se puso de pie y abrió la puerta, una chiquilla de unos 5 años la abrazó. La chiquilla con el pelo tan rubio que parecía blanco y los ojos dorados la saludó con un beso en la mejilla.

-Hola, preciosa! Cómo estás?

-Mal!

-Y eso por qué?

-Porque vine a dormir contigo anoche y la puerta tenía seguro…

-Me quedé dormida y no lo noté. Me perdonas?

-Hm! Sí! Hoy es el cumpleaños de Aneko.

-Sí lo sé… Dónde dejé su regalo? Lo sabes?

La niña se encogió de hombros.

-Vamos a desayunar.

-Tía Rin…

-Dime, mi amor…

-Te quiero mucho!

-Yo también te quiero, preciosa…

Recorrieron el largo pasillo que separa esa habitación del resto de la casa.

-Tía? Porqué estás tan lejos? Todas éstas están vacías?

-Porque cuando vine a vivir aquí estaba muy triste y quería estar sola.

-Y porqué?

-Porque tenía el corazón roto…

-Yo quiero curar tu corazón tía.

Rin sonrió y la besó en la mejilla.

-Precisamente tú eres quién ha curado mi corazoncito.

Llegaron a la cocina y una joven de unos 16 años de pelo negro, con evidentes rizos en las puntas discutía con su madre, la posibilidad de salir en la noche. Rin se acercó con la chiquilla en brazos.

-Buenos días. Feliz cumpleaños, Aneko!

-Gracias, Rin.

Kagome volteó para verla dejando ver una modesta pancita de unos 4 meses de gestación.

-Bueno días, Rin. Veo que Amaya se encargó de levantarte.

-Sí!

-Rin, tengo que ir a la corte hoy. Me harías el favor de pasar por ellas cuando salgan al medio día? Te prestaré mi auto…

-Me estás sobornando?

-De verdad te necesito.

-Salgo temprano hoy, está bien.

-Eres un amor! Te adoro.

Rin sonrió a la vez que se servía café y le acercaba un vaso de leche a Amaya.

-Daisuke!

-Inuyasha ya lo despertó. Debe estar cambiándolo.

-Se va a enojar conmigo otra vez!

-Y qué esperas si tienen el temperamento de sus padres?

-Mejor voy por él.

Rin se dirigió a la habitación del niño. Aún estaba dormido. Se sentó a un lado de la cama y lo besó en la mejilla a la vez que acariciaba su pelo rubio.

-Hola, mi amor…

El niño abrió sus ojitos y fijó su mirada ambarina en ella. Extendió sus brazos para abrazarla.

-Mama…

-Hola…

Rin lo abrazó y lo dejó sentado sobre la cama mientras se quitaba la blusa y se ponía una camiseta.

-Vamos a bañarte, mi cielo.

Rin lo bañó y lo vistió. Lo tenía sentado en sus piernas mientras lo peinaba. Tratando de aplacar unos rizos rebeldes.

…………..

En la cocina.

-Mamá, dónde está el papá de Daisuke?

-Amaya, Aneko, por favor no mencionen eso frente a Rin.

-Porqué? Se murió?

-No, idiota! Sesshoumaru la dejó!

-Aneko!

-Bueno, mamá, es la verdad. Yo me acuerdo cuando ella vino a vivir con nosotros. El hermano de mi papá le prometió que sería por poco tiempo y nunca volvió. Creo que ni sabe que Rin tiene un hijo…

-Aneko!

Esta vez fue la voz de Inuyasha la que le llamó la atención.

-En primer lugar, el que tengas 16 años no te da el derecho de faltarle el respeto a Rin. Y con respecto a mi hermano, si no sabes o no recuerdas lo que pasó, te callas la boca y no opinas. De acuerdo?

El tono de Inuyasha era autoritario y firme. Se acercó a Kagome y la besó en la mejilla.

-Hola, cariño…

-Y Daisuke?

-Lo dejé dormir un poco más. Es muy temprano para él.

Daisuke entró corriendo y felicitó a Aneko.

-Gracias, enano.

Rin entró y lo cargó para sentarlo en una silla. Le preparó un plato de cereal y leche.

-Por favor, trata de no ensuciarte hoy.

Amaya y Daisuke, de la misma edad, la diferencia eran unos escasos dos meses y tan parecidos entre ellos que muchos los creían mellizos. Aunque Amaya era mayor, Daisuke la protegía y la cuidaba como si él fuera su hermano mayor.

Rin tomó un sorbo del mismo café que se había servido antes y la cara de desagrado que puso era tal que todos rieron.

-No cambias. Igual de despistada.

-Gracias, Inuyasha, me halagan tus cumplidos. Argh! Qué amargo!

-Toma un poco de leche.

Ya en la tarde, Rin fue por las niñas y Daisuke. Después de haber descansado los estaba ayudando con los deberes.

-Rin, necesito información actualizada…

-Usa mi laptop. Está sobre el sillón. Dai, dame tu cuaderno, esa era toda la tarea?

-No…

Rin pasó las páginas de ambos cuadernos. El de Daisuke y el de Amaya.

-Aneko… hazme el favor de ayudarlos… yo no me siento bien…

Rin besó a Daisuke en la cabeza y se alejó. Aneko se puso de pie y leyó el encabezado de las páginas.

-Una foto de tu mamá… tu papá… y tu familia completa… Amaya, Dai, prométanme que se portarán bien.

Aneko adivinó dónde estaría Rin. En el jardín trasero, sentada sobre las raíces del Goshinboku. Se acercó lo suficiente para saber que Rin estaba llorando.

-Rin…

-No me hagas, caso… voy en unos minutos…

Aneko se sentó a su lado.

-Perdón… por lo que dije esta mañana…

-Eso no importa…

-Recuerdo esa noche… lo que pasó aquí…

-Qué recuerdas?

-Que tú llorabas y lo abrazabas y le gritabas que te dejara ir con él… y él se negaba. Te decía que era muy peligroso… Dónde está él? Lo sabes? Porqué te abandonó?

-Tu tío es un científico, físico-nuclear… y la razón por la que me dejó aquí es porque me pueden usar para llegar a él. Cuando lo hizo no lo comprendí, pero cuando Dai nació, todo fue tan claro para mí… y… es que lo extraño tanto!

-Y él lo sabe?

-Qué cosa?

-Que lo extrañas… que Dai existe…

-Claro que sí… pero él no puede dejarlo todo por mí… yo nunca se lo permitiría…

-Y qué tal si lo hace por su hijo?

Rin sonrió como tratando de consolarse a sí misma.

-Es lo mismo. Corremos más peligro si deja todo a mitad por nosotros. Entonces sería un arma de doble filo…

-Si estás conforme con eso. Porqué lloras?

-Cuando Sesshoumaru se fue no sabía que yo estaba embarazada, ni yo lo sabía… cuando se lo dije, ya era muy tarde, no había marcha atrás. Lloro porque esa tarea escolar me recuerda que mi esposo y mi hijo sólo se conocen por fotografías. Nunca se han visto, nunca se han tocado, ninguno ha escuchado al otro decirle que lo quiere… Y pronto, sino hoy o mañana, Dai comenzará a preguntarme por él…

Aneko comprendió al fin la frustración de Rin. Era como si su tío no existiera. No tenían libertad ni para hablarse y sin embargo, su amor seguía tan fuerte como el día de esa despedida. Cuando él la besó con lágrimas en su rostro y le pedía que lo perdonara por lo que hacía.

-No debí decirte esto… se supone que es un secreto… pero creo que ya tienes edad suficiente como para saberlo…

-Tengo una idea.

-Qué cosa?

-Busca una foto tuya y de tío y de Dai, yo me encargo del resto.

-De qué hablas?

-De mi regalo de mi cumpleaños para ti.

-Una cosa… cómo sabes lo que Sesshoumaru y yo hablamos esa noche?

-No sé porqué, pero sólo recuerdo que iba corriendo y cuando te oí llorar me escondí…

Rin sonrió secándose los ojos.

-Sabes algo? Aún no sé de una pareja que se ame más que tú y mi tío.

Rin rió.

-Tu papá y tu mamá…

-No… si ellos se separan morirían de la nostalgia… pero ustedes se mantienen vivos sólo por la esperanza de volverse a ver…

-De eso no cabe duda. No se puede amar dos veces en la vida de la misma manera en que yo lo amo.

Rin buscó las fotos. Se quedó contemplándolas un rato y delineando su rostro con sus dedos.

-Te extraño…

Fue con Aneko. Le entregó las fotos y abrazó a Daisuke, lo besó en la frente.

-Te quiero, mi amor.

Aneko se quedó en silencio al ver las fotos. Daisuke era exactamente igual a Sesshoumaru. Pensó en el dolor que tenía que soportar día a día Rin, al ver a su hijo.

-Aneko…

-Hm? Ah! Sí… lo siento…

-Está bien… Mientras trabajas con las fotos, los llevaré afuera…

Amaya fue a su habitación y Rin fue al jardín con Daisuke. Él la llevó de la mano hasta la sombra del Goshinboku. Ella se sentó y él se acomodó entre sus piernas.

-Mama…

-Dime mi amor…

-Cómo es mi papá?

-Tu papá… tu papá es alto, apuesto… tiene el pelo como el tuyo, largo, se lo ata en una cola como tu tío. Y los ojos dorados, así como los tuyos…

-Eso ya lo sé… pero cómo es él?

-Es cariñoso, amable… gracioso… siempre trataba de hacerme reír… Mi amor, es difícil decirte cómo es tu papá. Por que eres igual a él.

Daisuke se volteó a verla con los ojos entrecerrados. Rin sonrió.

-Él me hacía eso mismo. Exactamente igual… Sabes algo? Soy muy feliz.

-Por qué?

-No tengo a tu papá… pero me dejó el mejor de los regalos antes de irse… Te dejó en mí… y te pareces tanto a él que a veces no lo extraño tanto…

-Entonces yo también soy feliz…

Rin sonrió. A su pequeño no se le escapaba ni una.

-En qué más me parezco a mi papá?

-Eres inteligente como él. Te dije que él también aprendió a leer a los 4 años?

-Y eso es raro?

-No. Especial.

Rin lo besó en la mejilla y lo apretó entre sus brazos.

-Cuándo lo voy a conocer?

-No lo sé mi amor… ojalá y sea mañana… te voy a decir un secreto. Pero nadie puede saberlo. Ni tu tía, ni Amaya, nadie. De acuerdo?

-Sí. Te lo prometo.

-Cada cierto tiempo tu papá me llama por teléfono. La próxima vez que lo haga, te despertaré para que hables con él. Pero no se lo puedes decir a nadie.

Daisuke la vio asombrado. Sus ojos brillaban de felicidad.

-De verdad!

-Shh! Nadie lo puede saber!

Daisuke tomó su rostro con ambas manos y la besó. Más tarde, después de haber cenado. Aneko terminó de trabajar con las fotos y las imprimió. Llamó a Rin y ayudó a Amaya a pegar las suyas. Para las de Daisuke, había varias copias. Al verlas, Rin se llevó las manos a la boca, No lo podía creer. Su ingeniosa sobrina había logrado mezclar las fotos de Sesshoumaru, Daisuke y la de ella en la misma. Y por primera vez pudo apreciar verlos a los dos juntos en un mismo plano. La abrazó con fuerza dándole las gracias y completamente emocionada.

-Gracias, gracias, gracias!

Aneko sólo sonrió. Le mostró las demás fotos. En la que debía de estar toda la familia, estaban todos y en una esquina estaba el rostro de Sesshoumaru.

-Pídeme lo que quieras y es tuyo!

Aneko sonrió.

-Anda! Lo que quieras!

-Ya lo tengo…

-Sí? Qué es?

-Verte realmente feliz desde que vives con nosotros…

Rin, que no paraba de sonreír, la abrazó.

-Estoy orgullosa de tenerte como sobrina…

Daisuke se acercó a ellas.

-Mama, tengo sueño…

Aneko se arrodilló frente a su primito y le obsequió una de las fotos.

-Esto es sólo para ti.

-Mira mama! Es papa! Y está con nosotros!

-Eso lo hizo Aneko, con mucho cariño para ti. Dale las gracias.

Daisuke la besó en la mejilla.

-Te quiero mucho, nee-chan!

Rin se despidió de todos y llevó a Daisuke a su habitación, le puso el pijama y lo iba a acostar. Pero él la abrazó.

-Mama, puedo dormir contigo? Por si papa llama?

Rin sonrió y lo besó en a frente.

-No te prometo que llame, pero está bien.

………………

Inuyasha y Kagome hablaban con Aneko.

-Estoy orgulloso de ti hija…

-Gracias papá… pero esto no fue para que se sintieran orgullosos de mí… fue para tratar de remediar lo que dije esta mañana…

-Ella te oyó?

-Sí… cuando bajamos del auto, me dijo que tío no la había abandonado… y cuando vio la tarea de Dai y Amaya, se puso muy triste. Me dijo muchas cosas que yo no entendía…

-Entonces, sabes la verdad…

-Lo único que sé es que tía ha sufrido mucho. Y cuando vi la foto… yo vi cuando ellos se despidieron… estaba escondida y hoy lo recordé todo… Mamá, él va a volver? Verdad?

-Por el momento te diré que sólo muerto, mi hermano no vuelve a verla. Y eso no va a pasar.

Aneko se despidió de sus padres y se fue a dormir satisfecha.

……………

Daisuke está recostado del pecho de Rin. Ambos miran la foto de Sesshoumaru.

-Mama…

-Dime mi amor…

-Papa tiene fotos mías?

-Claro que sí, mi cielo…

Poco a poco, Daisuke se quedó dormido. Rin lo besó en la mejilla y lo abrazó cerrando los ojos.

-Gracias, Sesshoumaru…

………………

-Esperance, Australia Occidental-

En un laboratorio. Sesshoumaru sabe que está solo. Le toca el turno de la noche. Saca de su billetera una fotografía. Rin cargando a Daisuke a los pocos meses de nacido. Tenía más recientes, pero esa era la que más le gustaba. Sentía cómo se le encogía el corazón. Había desarrollado cierta tendencia al masoquismo. Se quedaba horas muertas viendo las fotos de ellos e imaginando cómo sería volver a ver a su preciosa y conocer a su pequeño. Muchas veces dejaba escapar algunas lágrimas, víctima de la impotencia ante la situación y al pensar en el sufrimiento de su preciosa. Muchas veces le propuso que si ella se quería divorciar, él entendería. Y lo único que recibió fueron amenazas de muertes o peor aún, la última vez le dijo que si lo volvía a mencionar, lo haría de verdad.

Habían pasado 8 días desde la última vez que habló con ella. Sacó su celular y marcó el primer número en memoria.

En Japón. Rin despertó al escuchar su celular sonar, se apresuró a contestar.

-Mi amor! No creí que llamarías tan pronto!

-Cómo estás, preciosa?

-Extrañándote con cada fibra…

-Yo también te extraño...

-Te llegaron las fotos?

-Sí… está precioso…

-Es idéntico a ti…

-Pero las expresiones, son iguales a las tuyas. Tu sonrisa, tu mirada…

-Está conmigo… y quiere conocerte…

-Está despierto?

-No. Pero se quedó a dormir conmigo hoy….

-Despiértalo. Quiero oírlo…

-Está bien…

Rin despertó a Daisuke.

-Mi vida, es tu papá… quiere hablar contigo…

Daisuke despertó y tomó el celular.

-Papa?

La voz de Sesshoumaru se perdió en su garganta. Era la primera vez que le hablaba y lo llamaba papá, sentía las lágrimas arremolinarse en sus ojos, luchando por salir.

-Papa? Mama, no se oye…

-Aquí estoy…

-Papa?

-Sí, hijo, soy tu papá…

-Mama! Es él! Es mi papá!

-Sí, mi amor. Háblale, dile lo que te gusta…

-Qué te gusta, hijo?

-Me gustan los cuentos de mama sobre ti… que nos sentamos en el Goshinboku… la pizza…

Sesshoumaru rió. Luego de un rato.

-Daisuke, quiero que cuides mucho a tu mamá… ustedes son lo que más quiero en este mundo y no quiero que nada malo les pase…

-Papa, cuándo vas a venir?

-No lo sé… pero será pronto…

Rin tomó el teléfono.

-Qué pasó? Qué le dijiste?

-Solo le dije que lo amo… porqué?

-Está llorando… él sabe qué significa…

-Kami! Muero por verlos!

-Ni se te ocurra morir después de estos 6 años!

Sesshoumaru ahogó la risa entre lágrimas.

-Preciosa… aun recuerdas que te amo?

-Claro que sí, mi amor… Sabes? Hoy fue el cumpleaños de Aneko. Ya tiene 16. Y ella me confesó que nos vio la noche que te fuiste… Y a Dai le pusieron de tarea llevar fotos de su familia y Aneko nos hizo unos fotomontajes… te enviaré las copias…

Sesshoumaru supo que Rin estaba llorando.

-Por Kami, cada llamada es igual! Rin no llores!

-No me pidas eso! Aún no comprendo porqué no te dejan salir!

-Por seguridad… te prometo que falta poco…

-Poco qué? Segundos? Minutos, horas, días, semanas, meses, años!

-Mi pequeña kanai…

-Como me hables del divorcio otra vez, te mando los papeles firmados!

-No! Claro que no… Pero es que cada vez que lloras, se me parte el alma… quisiera abrazarte y nunca más dejarte ir…

-Te amo, Sesshoumaru…

-Yo también te amo, Rin, con todo mi corazón… y te prometo que te compensaré todo esto…

-Sólo quiero volverte a ver.

Terminaron la llamada entre lágrimas. Siempre había sido así. Rin abrazó a su pequeño que ya dormía, y se durmió cuando el sueño venció las ganas de seguir llorando. En la lejanía, Sesshoumaru contemplaba una de las fotografías más recientes de Rin y Daisuke.

-"Está más hermosa cada día… y mi hijo…"

Un joven de pelo negro, lo suficientemente largo como para atarlo en una coleta en la base de la nuca. Se sentó en el computador al lado de Sesshoumaru, notó que había estado llorando, pero como hombre al fin, no lo quiso poner en evidencia. El joven no era tan discreto y sí lo delató.

-Le pasa algo, doctor? Parece cómo si estuviera llorando…

-Hm! Sí… ya quiero salir de aquí…

-Tiene a alguien fuera de aquí?

-Sí…

El joven le extendió una fotografía. Una muchacha joven, quizás un par de años más joven que él.

-Es mi novia… nos vamos a casar…

-Es preciosa…

-Sí… cuánto tiempo tiene aquí? Cuando llegué ya estaba.

-6 malditos, largos y tortuosos años…

-Y lo esperan?

-Mi esposa y mi hijo…

Sesshoumaru se decidió a mostrarle la fotografía.

-Su esposa es hermosa… p-pero este niño…

-Tiene 5 años…

-Eso quiere decir…

-Que nunca lo he visto… hoy mi esposa me dio una sorpresa y me lo puso al teléfono…

Sesshoumaru sonrió al volver a ver la foto.

-Me arrepiento del día en que acepté esto… pensaba que sería máximo por un año… y nunca imaginé que ella estaba embarazada…


Gracias a todas mis lindas lectoras por su apoyo y por seguir este poyectito que ya pujando y rompiendo obstáculos en mi mente.

Las quiero mucho,

Besitos

Mizuho