Capítulo 8
Feliz Cumpleaños Rin
Rin despertó con Daisuke sentado sobre su vientre.
-Hola, mi amor…
-Omedeto!
-Gracias, mi amor…
Rin lo abrazó y sonrió mientras Daisuke le daba muchos besos.
-Te quiero, mami…
-Yo también te quiero mucho, mi amor…
Después de bañarse, Rin fue a la cocina con Daisuke de la mano. Allí estaban Inuyasha y Kagome dándose los buenos días. Rin trató de salir sin que Daisuke hiciera ruido, pero no funcionó. Al escucharlo se separaron tan rápido que Inuyasha se golpeó con un anaquel.
-Amor!
-Inuyasha!
-Estoy bien… etto… mejor voy a levantar a Amaya… Feliz cumpleaños, Rin…
-Gracias…
Inuyasha la abrazó y salió de la cocina. Kagome y Rin cruzaron miradas y sonrieron. Kagome la abrazó con fuerza.
-Felicidades, manita…
Rin sonrió.
-Gracias.
-Qué harás esta noche?
-Nada…
-Qué bien porque quiero hacerte una cena espectacular…
-No te molestes…
-Claro que sí! Aún no olvido el regalo que me hiciste y el resultado que duerme allá arriba.
Rin rió.
-En serio. Haré tus favoritos…
-Hm! En ese caso, está bien…
Rin le sirvió a Daisuke una taza de cereal con leche y un vaso de jugo. Se preparó unas tostadas.
-Rin, eso es poca comida…
-Estoy bien. De verdad.
Daisuke dejó de comer.
-Qué pasa, mi amor?
-Si tú no comes, yo tampoco.
Rin sonrió y tomó una pera.
-Termina tu desayuno.
Amaya bajó las escaleras corriendo y abrazó a su tía.
-Feliz cumpleaños, tía!
-Gracias, mi amor!
Aneko bajó las escaleras con Tohru en brazos.
-Mamá…
Kagome lo cargó y lo llenó de besos.
-Cómo durmió mi príncipe?
Aneko abrazó a Rin.
-Feliz cumpleaños, tía.
-Gracias, mi amor…
Rin le sonrió. Finalmente se fueron al colegio. La clase a la que Daisuke solía asistir, tenía algo preparado para Rin. Y mientras los muchachos le cantaban y le presentaban un pastel. Rin vio a Daisuke que le sonrió y supo que fue su idea.
Mientras comían pastel, Daisuke se acercó a Rin con un paquete en las manos.
-Feliz cumpleaños, mamá…
-Gracias, mi amor…
Rin abrió el paquete y en el interior había un portarretratos hecho con palitos de helado. Tenía una foto de ellos dos abrazados.
-Gracias, mi amor… es perfecto…
Rin lo besó en la frente.
…………………………
-Finalmente lo logré… pronto te tendré sólo para mi…
…………………………
Rin y Daisuke llegaron a la casa haciendo delicias de todo lo que disfrutaron ese día. Todos estaban en la casa. Incluyendo a Sango, que la saludó con un fuerte abrazo.
-Me daré un baño, ya vengo…
Rin nunca sospechó lo que pasaba en la sala. Bajó luciendo un fresco vestido de algodón con cerezas estampadas. Había un hombre alto, bastante misterioso, vestía una gabardina negra, lucía una tupida barba y un sombrero.
-PRECIOSA!
Rin se quedó paralizada al escuchar su voz. Pero Inuyasha no le permitió avanzar más.
-Le digo que abandone mi casa ahora!
-Inuyasha… no…
-Rin… lo conoces?
Entre lágrimas, Rin asintió.
-Es Sesshoumaru…
-Tragaste jabón o qué! Estás loca!
-Nadie me dice preciosa… sólo él…
El hombre se quitó el sombrero dejando a la vista su pelo platinado y sus ojos dorados. Se quitó la gabardina y aparte de sus ropas rasgadas, la melena que le llegaba hasta la cintura.
-No puede ser…
-Sesshoumaru!
Rin corrió a él y lo abrazó con fuerza. Sesshoumaru la abrazó y le llenó la cabeza de besos.
-Nunca más te dejaré sola… nunca más, mi amor…
-Kami, te creímos muerto… qué pasó!
-Antes de todo eso… quisiera conocer a mi hijo…
Sango se les acercó.
-Mi-Miroku…
Sesshoumaru sonrió.
-Está esperando afuera. Le prometí que lo llevaría a su casa…
Sango salió corriendo, pero no había nadie.
-Miroku!
-Sango…
Sango giró a ver, pero sólo había sombras.
-Antes de que me veas… hay algo que debes saber…
-Qué cosa?
-No soy el Miroku que recordabas…
-Miroku, no me importa… yo sólo quiero…
Miroku salió a la luz. Tenía un ojo vendado y una notoria cicatriz que atravesaba su rostro a lo largo.
-Soy un monstruo!
-No!
Sango corrió hasta él y lo abrazó.
-Sango…
-Te amo, Miroku…
Miroku le respondió el abrazo.
-Mi Sango! Mi amor!
Sango y Miroku se retiraron. Miroku tenía heridas sin atender. Sesshoumaru se dio un baño y se puso una ropa que le prestó Inuyasha. Rin volvió a abrazarlo.
-Kami, preciosa… nunca más… te lo prometo…
-Te extrañé tanto, Sessh! No te imaginas! Dónde has estado!
-Te diré todo… pero cálmate…
-Mama!
Rin se separó de Sesshoumaru sonriendo.
-Mi amor… tengo una sorpresa para ti…
-Qué?
-Tu papá…
A Daisuke se le iluminó el rostro y sonriendo empezó a gritar.
-FUNCIONÓ! FUNCIONÓ!
-Qué cosa, mi amor?
-Le dije a Kami-sama, que nunca más le pediría nada, si traía a mi papá!
Sesshoumaru se arrodilló frente a él.
-Daisuke, ah?
Daisuke vio a su mamá y ella le asintió. El pequeño lo abrazó.
-Perdóname, hijo… perdóname…
-Vas a hacer a mi mama feliz?
-Sí…
-Entonces sí…
Sesshoumaru rió mientras lo abrazaba con fuerza.
-Has cuidado bien de tu mamá, verdad?
-Sí!
Rin sonrió y se acercó a ellos. Los ojos de Sesshoumaru brillaron.
-Hubieron momentos en los que no creí volver a verte… o conocerte…
Sesshoumaru besó a Daisuke en la cabeza y lo abrazó con fuerza.
-Te amo, hijo…
-Yo también te quiero mucho, papá…
Sesshoumaru dejó salir el aire en un sonoro suspiro. Rin no quería interferir, Sesshoumaru se puso de pie y acarició su rostro empapado por las lágrimas.
-No llores, preciosa… no sabes todo lo que me duele que llores…
-Mi amor…
Sesshoumaru la besó en los labios y aquel contacto fue todo con lo que soñó desde el día que la dejó en la casa de su hermano. Ambos dejaron escapar un sonoro suspiro mientras sus labios entreabiertos se volvían a encontrar. Sesshoumaru bajó sus manos de su rostro a su cuello y espalda. Se separaron sonriendo al escuchar a Daisuke reír.
Luego de que comieran, Sesshoumaru se dispuso a contarles lo que había pasado. Daisuke estaba sentado en sus piernas y Rin a su lado con sus dedos entrelazados con los de él.
-Te llegó un paquete, verdad?
-Sí…
-Eso lo hicimos cuando recibimos la amenaza. Como una hora antes del ataque logramos escapar. Nos persiguieron y muchos murieron a manos del mismo Naraku. Nosotros seguimos al desierto…
-Flashback-
Sesshoumaru, Miroku y un buen grupo corrían mientras podían. Un hombre los perseguía en un caballo, el hombre estaba armado. Sesshoumaru había logrado arrebatarle un arma a uno de los guardias de Naraku, Se detuvo y casi sintió la mira sobre él.
-"Kami, perdóname por lo que haré!"
Sesshoumaru disparó y mató al caballo, Naraku cayó al suelo y rodó varios metros.
-Muévanse! No se queden ahí!
Sesshoumaru alcanzó al grupo de científicos y continuaron huyendo. Lograron adentrarse a la selva.
-Estamos entre linces, panteras y esos sanguinarios… vamos a morir…
-Muyako, si quieres, mueres. Yo no me daré ese lujo. Yo tengo que volver a Japón!
Escuharon los gritos de los soldados y continuaron huyendo, después escucharon gritos de dolor y disparos.
Fueron alcanzados por Naraku y el grupo fue diezmado a manos del mismo. Los dieron por muertos y se fueron.
………………………
Sesshoumaru despertó en lo que podía identificar como una choza.
-Mhan dai klhan…
-Doko e imasu ka? (Dónde estoy?)
- Mhan dai klhan…
Sesshoumaru reconoció el lenguaje de los nativos de la selva.
-Me llamo Sesshoumaru…
-Sesshoumaru, soy el jefe de la tribu…
-Es un gran honor para mí estar ante su presencia… lamento que sea en éstas condiciones… me puede decir qué pasó?
-Lleva 4 lunas llenas dormido…
-4 lunas llenas… 4 meses… y los demás?
-Murieron… sólo quedó usted y Miroku…
Sesshoumaru cerró los ojos.
-Qué me pasó?
-Tenía 5… balas…
-5 balas? Kami-sama me quiere vivo…
-Fin del Flashback-
-Mientras recuperaba mis fuerzas entrené con ellos. Defensa, ataque y aprendí a cazar. Me consideraban uno más…
Flashback
Varios meses después. Sesshoumaru y Miroku estaban recuperados. Formaban parte de la tribu y colaboraban en las tareas a cambio de una choza y comida. Una noche ceremonial, en la víspera de una boda, el jefe se acercó a Sesshoumaru.
-Quisiera hablar contigo…
Entraron en la choza del jefe y tal y como se le indicó, Sesshoumaru tomó asiento.
-Porqué se quieren ir? No les gusta esta aquí?
-Tenemos familia… y nos esperan…
-Tienen familia que los cree muertos…
-Tengo esposa y un hijo… si ella rehizo su vida, no la culpo… pero quiero conocer a mi hijo… nunca lo he visto…
Luego de un buen rato el jefe se dio cuenta que Sesshoumaru no cambiaría de opinión. Le ofreció una espada.
-Gracias… pero no…
-No es para que la uses para matar… la usarás únicamente para defender aquello que tiene más valor que tu vida…
Sesshoumaru recibió la espada, que era realmente pesada.
-Porqué pesa tanto?
-La espada no pesa. Tu espíritu es débil… Si entrenas con ella todos los días, lograrás dominarla como a una pluma…
A partir de ese día, Sesshoumaru entrenó día y noche hasta que sus manos sangraron y sus callos sanaron. Escaló árboles y montes, entrenó bajo el agua, junto a las cataratas. Se convirtió en lo que ellos catalogaban como el súper soldado.
…………………
Sesshoumaru y Miroku despertaron a media noche al escuchar los gritos de las mujeres y disparos. Naraku, montado sobre un caballo estaba acabando con los aldeanos.
-ESTOY AQUÍ MALDITO! VEN POR MÍ!
Naraku vio a Sesshoumaru y su espada brillar con la luz de la luna.
-No es posible! Yo te maté!
-Debiste rematarme, mal nacido!
Naraku le disparó sin contemplaciones y la única reacción de Sesshoumaru fue interponer su espada. No podía creer que la bala realmente fuera rebotada.
-No te preocupes… yo cuidaré de tu mujer por ti!
Naraku reía en un tono sádico y sarcástico. Sesshoumaru hizo que la luz se reflejara directo a los ojos del caballo haciendo que se alterara y tirara a Naraku al suelo. Naraku se hizo de una lanza y comenzó a reír seguro de su victoria.
Con un solo mandoble de su espada, Sesshoumaru disminuyó el largo de la dichosa lanza y borró la estúpida sonrisa del rostro de Naraku.
Mientras se acercaba vio a una aldeana que sostenía a su pequeño en brazos mientras se desangraba a causa de una bala. En ellos vio a Rin y Daisuke en esa situación y supo que él era quien debía terminar con Naraku.
-Ya dijiste tus plegarias?
-Adelante! Mátame! Mata y nos veremos en el infierno!
-Si es el precio a pagar… iré con gusto! (Kami, tú serás quién juzgue mis actos!)
Sesshoumaru iba a hundir su espada en su garganta, pero un disparo directo a la cabeza le quitó esa tarea.
Luego de los funerales y los ritos. Sesshoumaru y Miroku emprendieron su camino. Pero el destino les jugó sucio y tuvieron que desviarse. Viéndose forzados a atravesar el desierto.
-Fin del Flashback-
-El desierto? Y no hace mucho calor ahí, Papi?
-Sí. Tampoco hay agua ni comida.
-Y cómo se hicieron?
-Teníamos unos nabos y batatas. Las cocinábamos hasta que se nos acabaron. Entonces comíamos cactus.
-Y no te picaban?
-Le quitábamos las espinas primero. En el día recogíamos comida y nos refugiábamos. Y caminábamos de noche. Así, el sol no nos hacía tanto daño. Finalmente llegamos a un río. Y lo seguimos corriente arriba. Así llegamos a un pequeño pueblo y logramos conseguir quien nos trajera a Japón…
-Mami… verdad que papi es un súper héroe?
-Sí, mi amor…
Tohru despertó llorando.
-Ah! No conoces a Tohru…
Kagome fue por el pequeño. Sesshoumaru sonrió al verlo.
-Es hermoso… muchas felicidades…
-Gracias…
-Mama, ya se acabó la historia?
-Sí, mi amor.
Inuyasha tomó a Amaya de la mano.
-Será mejor que vayas a dormir. Tienes clases mañana…
-No quiero…
-Vamos, Dai también…
-Pero yo quiero dormir contigo…
Rin sonrió.
-Inuyasha…
Sesshoumaru le dedicó una mirada a su hermano "Gracias por cuidarla".
-No fue nada…
Inuyasha cargó a Amaya y la llevó a su habitación.
-Hasta mañana…
Kagome se despidió y subió. Aneko se acercó a Sesshoumaru.
-Más te vale que mi tía no vuelva a llorar!
Sesshoumaru sonrió.
-Kami, cómo has crecido! Cuando me fui hasta te faltaban dientes!
Aneko se despidió y se fue dejándolos solos.
-Preciosa…
Sesshoumaru tomó las manos de Rin y las besó. Con Daisuke entre ellos, no había mucho que Sesshoumaru podía hacer.
-Vamos a dormir, Daisuke…
-Contigo?
-No, mi amor. Vas a dormir en tu habitación…
-Pero yo quiero dormir con papá!
Sesshoumaru lo abrazó.
-Te prometo que cuando volvamos a nuestra casa, compraré una cama gigante y podrás dormir con nosotros cuando quieras. Pero ahora, la cama no es tan grande como para los 3. Ven, te llevaré a tu cama y me quedaré contigo hasta que te duermas…
Sesshoumaru lo llevó y mientras Daisuke se dormía, le repetía cuánto lo quería. Cundo finalmente se durmió, lo besó en la frente.
-Dulces sueños, hijo…
Se quedó viendo a Daisuke y luego a Rin. Sonrieron y salieron abrazados de la habitación. Al entrar en la de Rin, Sesshoumaru se quedó un largo rato abrazándola y recordando el olor de su piel.
-Lo siento tanto, Rin. Nunca debí aceptar ese trabajo y hacerte sufrir tanto…
-Sessh, lo que me importa es que estás aquí… que te puedo abrazar…
-Te amo tanto, preciosa!
Sesshoumaru la besó apasionadamente. Mientras pegaba sus cuerpos recordando que encajaban a la perfección. Sonrió al notar que Rin estaba más alta.
-Quítate los tacones, me gustas chiquita.
-Lo recordaste…
Rin se deshizo de las sandalias y quedó a la altura de su pecho. Sesshoumaru bajó la cabeza.
-Perfecta…
La besó nuevamente.
-Podría pasarme todo el día besándote… no sabes cuántas noches soñé con tus besos…
Rin sonrió mientras se apoyaba de su pecho.
-Te digo un secreto?
-Qué cosa?
-Deja de ser tan lindo y hazme el amor…
Sesshoumaru rió a carcajadas mientras la cargaba y la dejaba sobre la cama.
-Te amo, preciosa…
Entre largos y apasionados besos, Sesshoumaru la fue desvistiendo hasta dejarla en ropa interior. Rin se incorporó y lo desvistió con prisa. Sesshoumaru rió y más aún cuando se dio cuenta de que el pantalón de Inuyasha era ridículamente corto. Rin sonrió.
-Así me gusta… grande y fuerte…
Sesshoumaru rió. Cuando Rin se fijó en su cuerpo lleno de cicatrices sintió horror. Retrocedió llevándose las manos a la boca y ahogando un suspiro.
-Sesshomaru!
-Rin… creo que debí decírtelo…
-Kami! Mi amor! Cuánto has sufrido!
-Nada se compara con perderte…
Rin se acercó un poco.
-Te… te duelen?
Sesshoumaru negó con la cabeza.
-Puedo?
Rin extendía su mano como si temiera tocarlas. Sesshoumaru tomó su mano y la puso de lleno en su pecho. Rin pasó sus dedos sobre la piel irregular y se acercó para besar la más grande de todas.
-Cómo te hiciste ésta?
-Cazando… me atacó una pantera…
-Y ésta?
-Ésa era una bala…
Rin besó cuanta marca vio.
-Detente, Rin… sé bien que soy un monstruo…
-No, mi amor… eres un héroe… un sobreviviente…
Rin lo besó nuevamente. Y acarició su musculosa complexión. Sesshoumaru tenía una musculatura 3, tal vez 4 veces más desarrollada de lo que Rin recordaba.
-Mi amor… estas como quieres…
Sesshoumaru se echó una risa ronca y sensual que revolvió a Rin por completo. Se lanzó sobre él y lo llenó de besos.
Aunque el deseo y la pasión desbordaba por cada poro de su piel, se tomaron su tiempo entre besos y caricias. Conociéndose nuevamente, recorriendo sus cuerpos por completo. Sesshoumaru acariciaba su vientre y besaba su pecho aún con el sostén puesto. Bajaba los tirantes besando su piel. Rin se deshizo de la pieza y Sesshoumaru la contempló. Más grande de lo que recordaba y sus pezones un poco más oscuros. Los acarició con sus dedos y luego acercó sus labios. Sus pezones se endurecieron al contacto con los labios de su esposo. Rin enredó sus dedos en la cabellera platinada mientras dejaba su cuerpo a merced de las caricias de su marido.
-Sessh! Oh! Amor!
Sesshoumaru sonrió y deslizándose hasta estar sobre ella, la besó apasionadamente.
-Hermosa, como siempre…
-Ha pasado mucho tiempo…
-Estamos en las mismas…
Viéndola a los ojos, deslizó sus manos hasta su entrepierna y acarició su intimidad. Rin se mordió el labio inferior para evitar gritar. Sesshoumaru disfrutó de ver su rostro lleno de placer y explotando por el mismo. Llevó sus dedos frente a sus ojos. Rin se sonrojó al ver la humedad que los recubría. Evidencia de todo lo que lo deseaba. Con una sonrisa y una mirada arrogantes, Sesshoumaru saboreó sus dedos.
-Simplemente deliciosa…
La besó apasionadamente y fue bajando por su cuello, pecho, vientre y hasta su intimidad. El sentir sus labios nuevamente dándole placer, y la suave caricia que experimentaba por primera vez a causa de la barba de Sesshoumaru, era un aliciente y un afrodisíaco poderoso. Recurrió a taparse la boca con la almohada para no gritar a los 4 vientos y a todo pulmón que su marido le hacía el amor. Aquello no fue suficiente y decidió retribuirle en parte todo el placer que le proporcionaba.
-EJJOMAU!
Fue lo que se entendió con su boca llena mientras Sesshoumaru obtenía el fruto de su trabajo. No quería dejar de saborearla, pero su cuerpo le recordó que quería ser uno con ella. Se acomodó sobre ella y rozó sus sexos mientras la besaba apasionadamente.
-Estás lista?
-MmHm…
-No olvides que te amo, mi amor…
Sesshoumaru entró en ella y se aferró a ella mientras sentía cómo era devorado por la piel ardiente de su mujer. Así, abrazados, con su rostro en su cuello y sus brazos rodeándolo y aferrándose a su espalda se comenzó a mover. Cada movimiento era un pedazo de cielo, un halo de vida, un deseo escondido, un anhelo guardado.
El ser capaces de alcanzar el clímax a la vez como 7 años atrás, la última noche en que se amaron, les recordaba la fuerza de su amor. Capaz de vencer una guerra.
-Oh! Rin!
Rin se movía enérgicamente sobre su marido mientras él se aferraba a sus caderas. Sus movimientos se intensificaron y Sesshoumaru leyó en su mirada que no soportaría mucho más. La sostuvo y desde su sumisa posición, comenzó a moverse hasta que finalmente su mujer se tragó el grito del placer mientras él sentía su cuerpo entumecerse y su mente ponerse en blanco.
Acostada sobre su pecho, sudada, temblando y feliz, Rin recibió una lluvia de besos por parte de su marido, renuente a abandonar su interior. Finalmente lo hizo, sin dejar de abrazarla y la cubrió con las sábanas.
-Te amo, Rin…
-Te amo, Sesshoumaru…
Se besaron mientras Rin se acomodaba entre sus brazos y a su altura. Sus ojos se encontraron y sonrieron. Sesshoumaru acarició su mejilla apartando el pelo azabache que caía sobre su rostro.
-Rin…
-Hm?
-Te estás durmiendo?
-Casi…
-Descansa, preciosa…
-Será la primera vez en mucho tiempo…
-Te amo.
-Yo también te amo…
Entre sus brazos y sobre su pecho, Rin se quedó dormida, con una sonrisa en sus labios y sus brazos rodeando su cuello. Sesshoumaru los sacó de debajo de su cabeza, y vio sus manos, las besó y notó que en su mano izquierda tenía las 3 argollas. Sacó la suya, que por ser más grande, la ponía de primero y así no se salía y se la puso.
También fue la primera vez en mucho tiempo que Sesshoumaru durmió tranquilo. En una cama mullida y caliente, disfrutando del calor corporal de su mujer.
………………………
Rin apagó el despertador con los ojos cerrados y los abrió el sentir que su cama se movía. Se encontró con el rostro de su marido sonriéndole.
-Kami! Creí que era un sueño!
Lo abrazó con fuerza.
-Cómo dormiste?
-De las mil maravillas. Y tú?
-Como un bebé… como sólo duermo entre tus brazos…
Rin sonrió y volvió a recostarse de su pecho.
-Preciosa…
-Sí?
-Me harías un favor?
-Lo que quieras, mi amor…
………………………………
Sesshoumaru se pasó la toalla por el rostro eliminando el exceso de crema de afeitar y se vio al espejo. Lucía una barba recortada en forma de candado. Al verse de perfil derecho, se pasó la mano sobre la cicatriz que escondía la antigua barba.
-Te ves irresistible…
Sesshoumaru sonrió y se dio la vuelta para que Rin apreciara mejor su trabajo. Ella acarició su piel suave y la cicatriz, y lo besó con ternura.
-Ahora siéntate… te voy a arreglar el pelo…
-No lo quiero corto…
-No te lo cortaré… sólo las puntas. Para que se vea limpio. Está muy descuidado.
Luego de un rato, Sesshoumaru se volteó a ver por qué Rin no hacía nada.
-Qué pasa?
-No quiero cortarlo yo… pero si vas a un profesional, te quitará hasta el cuello. Está todo quemado… y maltratado…
-Está bien… córtalo.
-Seguro?
-Ya crecerá…
Sesshoumaru no se movió. Sin embargo sintió escalofríos al sentir la tijera rozar su cuello. Cuando Rin terminó, se volvió a ver al espejo. Se vio desde todos los ángulos posibles.
-Sé que está muy corto… perdón…
Sesshoumaru levantó su rostro y la besó con ternura.
-Está perfecto, gracias…
Rin sonrió. Se dispuso a recoger la basura cuando notó la ausencia de un anillo.
-Kami!
-Qué pasó?
-Me falta un anillo! Tu alianza! La que me dejaste!
-Shh! Cálmate. Son las 6 de la mañana… no la perdiste…
Sesshoumaru le mostró su mano con la argolla.
-La tomé anoche…
Rin sonrió.
-No me asustes así…
Sesshoumaru la besó con ternura y acarició su rostro.
-Te amo, preciosa…
Rin sonrió y soltando el nudo de su yukata, se acercó a la tina.
-Me acompañas?
-Qué tal si lo guardas para después?
-Después de qué?
Sesshoumaru la cargó sin siquiera soltar aire. Rin rodeó su cuello con sus brazos y sonrió.
-Sabes qué?
-Qué?
-Descubrí que me gustas más como estás ahora. Todo fortachón y musculoso.
-Sí?
La llevó a la cama y se colocó entre sus piernas. Rin lo sintió rozarla erecto.
-Sessh…
El simple recordar la forma en la que habían hecho el amor la noche anterior fue suficiente para que Rin se sonrojara y se estremeciera con una sonrisa un tanto pícara.
-Te amo, preciosa…
Rin se entregó a sus besos mientras, sin mucho rodeo, Sesshoumaru la penetraba descubriendo lo deseosa que estaba por él.
-Ah! Sesshoumaru!
Sesshoumaru selló sus labios con largos y apasionados besos mientras le hacía el amor como queriendo fundirse con ella y asegurarse de nunca más alejarse de ella.
……………………
Sesshoumaru la llenaba de besitos mientras ella descansaba con el rostro completamente rojo, sobre su pecho.
-No tienes que dar clases?
-Me reportaré enferma…
Sesshoumaru sonrió.
-Vamos a comprar ropa?
-Vas a salir con ésos pantalones?
-Le pediré unos cortos…
Rin sonrió.
………………………
Salieron de la habitación tomados de la mano y fueron a la cocina. Inuyasha y Kagome estaban en su acostumbrado saludo. Al verlo, Inuyasha dejó caer la taza de café que tenía en las manos.
-Qué te hiciste!
Sesshoumaru estalló en risas. Inuyasha nunca lo había visto con el pelo corto.
-Ya crecerá. Buenos días, Kagome…
-Hola… Rin…
-Hola!
Sesshoumaru sintió un escalofrío al sentirla tan feliz.
-Ya terminé aquí, si la quieres usar.
-Gracias…
Ayudada por Inuyasha, Kagome llevó 4 platos a la mesa. Rin besó a Sesshoumaru en la mejilla.
-Qué quieres desayunar?
-Ya que me comí el postre primero…
Rin rió mientras se cercioraba que sus cuñados no hubieran escuchado.
-Sólo hazme algo rico…
-Algo rico? Qué tal si vas a levantar y le das un baño a Daisuke? Para cuando termines estará listo.
Sesshoumaru sonrió y la besó en la mejilla. Fue a la habitación de Daisuke. El pequeño dormía hecho un bollito con las sábanas. Al verlo, Sesshoumaru rió calladamente y se arrodilló.
-Daisuke… Dai…
Daisuke despertó lentamente, pero al ver a Sesshoumaru se asustó.
-Daisuke, soy yo…
-Qué te pasó?
-Estaba muy feo, así que tu mami me afeitó y cortó el pelo. Me veo feo?
Daisuke sonrió.
-Me lo puedo dejar largo como tú?
-Tienes que preguntarle a tu mamá…
Después de bañarlo y vestirlo como todo un papá experto. Fueron a la cocina. Rin sonrió y los besó.
-Mis dos amores… Ya está listo…
-Mama… me quiero quedar con mi papá…
Rin sonrió y lo besó en la frente.
-Está bien… pero sólo por hoy…
-Sí!
Daisuke tomó su desayuno y salió de la cocina gritando que se pasaría el día con su papá. Sesshoumaru y Rin rieron.
-Se asustó cuando me vio… y me pidió permiso para dejarse crecer el pelo.
-No crees que está muy chico?
-No te sé decir… es la primera vez que me lo corto tanto… y a decirte verdad, estoy bastante incómodo…
-Cómo lograste vivir en el desierto así?
-En el día me lo ataba, pero de noche me brindaba calor… Rin… no quiero hablar de eso… sólo quiero…
Sesshoumaru la besó con ternura.
-Se enfriará el desayuno…
Sesshoumaru vio su plato y sonrió.
-Gracias, mi amor…
-Espero que te gusten…
-De seguro que sí…
Salieron y se unieron con los demás a la mesa, cuando Aneko lo vio, dejó caer su tostada. Sesshoumaru rió.
-Ves amor? Es de familia eso de dejar caer algo con las sorpresas…
-Qué dejaste caer tú, tio?
-Hm… Cuando Rin me dijo que estaba embarazada, me caí yo…
Amaya y Daisuke se rieron. Sesshoumaru sonrió y cruzó miradas con Rin. Luego del desayuno, Inuyasha y Sesshoumaru se pusieron de acuerdo para hablar con los abogados y "revivirlo". Inuyasha y Kagome se marcharon a sus respectivos trabajos. Rin llevó a las niñas al colegio. Y la nana, se quedó con Tohru.
-A dónde vamos, mami?
-A comprarle ropa a tu papi, porque la suya se perdió.
Se pasaron una buena parte de la mañana buscando lo esencial.
-Tengo que comprar un traje…
-Es cierto…
Sesshoumaru llamó a Daisuke tras el biombo. Varios minutos después los dos salieron vestidos iguales. Rin casi gritó. No se podían negar, tenían hasta el mismo porte. Al llegar a la casa, Daisuke resultó tan cansado que se quedó dormido al lado de su papá, que descansaba en el regazo de Rin.
-Rin… no podemos vivir aquí para siempre…
-Lo sé… pero el más afectado sería Daisuke… no tiene primas, tiene hermanas…
-Debe haber una solución...
Rin lo besó suavemente.
-Será difícil para él no importa como lo veas… pero se acostumbrará…
-No quiero que sufra más de lo que ya pasó… y tú tampoco…
-Fue algo inevitable… y en parte mi culpa…
-No fue tu culpa, Rin. Y si quieres pensar que me pudiste detener, piensa que si no hubiera ido, toda una aldea hubiera sido asesinada. Y una selva devastada por las avaricias de un solo hombre…
Rin sonrió.
-Casi olvido que eres un héroe…
…………………………………………………
No creerían que en verdad lo mataría o sí?... si? Qué poca fe tienen en mi! UU
Bueno, ya que… vamos a lo que sigue…
Gracias a Ceci, Lou, Eli, Mary, Esme, HawkAngel XD (no te pierdes ni uno), Clau, Saya, Miry, Hanadark (bese la mano a su mamá), Kaki35, FENIXGIRL (adoro tus reviews!), KAGINU8704… si me faltó alguien, acepto tomatazos!
Besos a todas
Mizuho
PD: Le falta muuucho para acabarse!
