Este cap va dedicado en especial a mi hermanita Esme, sólo por aguantarme, manita!

…………………………………………

Capítulo 11

El Pasado en el Presente

Sesshoumaru llegó a la casa un poco tarde, encontró a Rin sentada en la mesa del comedor, llorando amargamente.

-Rin, qué pasó?

-Kami, Sesshoumaru no puedo más! No quiero que me hables de ellos otra vez!

-De qué hablas, mi amor?

Rin le mostró una carta donde los padres de Rin le decían que ellos no tenían ninguna hija y que por favor no mandara más cartas a ellos. Y en un paquete más grande, todas y cada una de las cartas que Rin les había mandado. Todas sin abrir. Sesshoumaru arrugó el papel y abrazó a su esposa.

-Olvida eso, mi amor…

Sesshoumaru las echó todas al zafacón.

-No… tienen fotos…

-Las sacaremos después. Ven, necesitas descansar…

La besó en la mejilla y la cargó hasta la habitación.

-Por qué? Sesshoumaru?

-Shh… tranquila…

Sesshoumaru la mantenía contra su pecho, mientras trataba de calmarla. Aquello era un golpe bajo, Rin tenía años tratando de reconciliarse con su familia. La besaba en la sien y acariciaba su espalda.

-Olvídalo, mi amor… nos tienes a nosotros…

Sesshoumaru se sentía culpable, él era quien la alentaba y la llenaba de esperanzas. Finalmente, Rin se calmó, y poco a poco se fue quedando dormida entre sus brazos.

-Perdóname, preciosa…

La besó en la mejilla y veló su sueño. Rin despertó cerca de medianoche, reconoció el calor de los brazos de su esposo, al levantar la mirada, notó que estaba despierto.

-Hola, mi amor… perdona que te despertara…

-No, no me despertaste. Te sientes mejor?

-Sí…

-Me alegra…

Sesshoumaru sonrió y acarició sus mejillas.

-Descansa, preciosa…

-Perdóname, mi amor…

-Por qué?

-No pudiste cenar…

-No tengo hambre.

Rin sonrió y lo besó en el pecho.

…………………………

Cuando Rin fue a la cocina a preparar el desayuno, vio a Daisuke con la carta en las manos.

-Dai, qué haces, mi amor?

-Tienes, papás…

-Dai…

-Qué dice aquí? Mama, no entiendo…

Rin se arrodilló frente a él.

-Es mejor que no lo entiendas, mi amor. Dame ese papel…

-No… mama, aquí dice que tengo abuelos…

-Dai, onegai, dame ese papel…

-No, mama, dime la verdad… ya soy grande, dime…

-Dai, no puedo…

-Por qué no? Porqué dicen que estás muerta, mama? Mama, yo te puedo ver y te puedo tocar… por qué?

-Dai, estoy muerta para ellos. Ya no soy su hija, ni tu eres su nieto.

-Por qué, mama?

-Dai, no quiero hablar de eso… mi amor, dame esa carta.

-No, mama, dime la verdad. Siempre me dices que te diga la verdad. Dímela…

Rin acarició sus mejillas.

-Ésta es la verdad, mi amor. No tengo más familia que ustedes. Así que por favor, cuídate mucho, mi amor, sí?

Daisuke asintió y abrazó a su madre.

-Te amo, mami…

-Yo también te amo, mi amor…

Rin lo besó en la mejilla.

-Qué quieres de desayuno, mi amor?

Daisuke se la comía a besos cuando Sesshoumaru bajó las escaleras, reían a carcajadas en un juego infantil de cosquillas. Sesshoumaru sonrió.

-Papa…

-Hola, hijo…

Mientras Rin preparaba el desayuno, Sesshoumaru bañó y vistió a Sakura. Estaba jugando con ella y Daisuke. Cuando el desayuno estuvo listo, Rin los besó y les dijo que fueran a la mesa. Se acomodó con Sakura en sus piernas.

-Hoy, vas a tener tu primera comida sólida.

-Puedo dársela?

-Claro que sí, mi amor?

Sesshoumaru sonrió y tomó una cucharada de la papilla que Rin había preparado.

-Vamos a ver…

Sesshoumaru le acercó un poco y luego de que lo probara, Sakura abrió la boca lo más que pudo. Rin y Sesshoumaru rieron.

-Le gustó!

Rin la besó en la cabeza y continuó dejando a Sesshoumaru darle la papilla. Sesshoumaru tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras le daba la papilla.

-Mi amor, se te va a enfriar tú desayuno…

-Tienes razón.

Sesshoumaru le dio una última cucharada.

-Mama, yo quiero darle comida a Sakura…

Daisuke también le dio un poco y Rin terminó de darle el resto.

-Mama, quién me dio mi primera comida?

-Cómo que quién? Claro que fue tu mamá…

-Kagome.

-Por qué tía?

-Porque no te gustaba comer conmigo, ni siquiera te gustaba mi comida.

-Pero sí me gusta tu comida.

-Ahora, pero cuando eras un bebé, sólo querías leche y cuando te daba la papilla, me tirabas el plato al piso, o me la tirabas arriba. Pero un día, Kagome trató de dártela, y te la comiste toda…

Rin terminó de limpiar a Sakura. Subió con Sesshoumaru a la habitación y dejando a Sakura sobre la cama, le arregló la corbata.

-Gracias, preciosa. Estuvo delicioso…

Sesshoumaru le levantó el rostro sosteniéndolo por su barbilla y la besó con ternura. Rin sonrió, él acarició sus mejillas y sus labios, la volvió a besar. Se terminó de vestir y cargó a la pequeña.

-Te vas a arrugar la ropa.

-No importa.

Ya en la puerta del garaje, Se despidieron con un apasionado beso. Sesshoumaru besó a Sakura.

-Te quiero, preciosa…

-Y yo a ti, mi amor… cuídate…

Sesshoumaru sonrió y la besó en la mejilla. Se marchó con Daisuke. Rin los vio salir de la casa y cerró el portón.

-Sólo quedamos tú y yo… qué tal si le preparamos una sorpresa a tu papi?

En el auto, Sesshoumaru notó que Daisuke iba mucho más callado de lo que no acostumbraba ser.

-Dai, pasa algo?

-Por qué yo no quería a mi mama?

-Quién dijo que no la querías?

-Porque le tiraba la comida al piso… y en la ropa…

Sesshoumaru sonrió.

-Eras un bebé, todos los bebés hacen eso.

-Sakura no lo hizo…

En una luz en rojo, Sesshumaru le pasó una mano por la cabeza.

-Cada bebé es diferente y cada uno hace las cosas a su manera… ya verás cuando le den una comida que no le gusta.

-Pero por qué no le va a gustar, ni a mí? Si la comida que hace mama es la mejor…

Sesshoumaru sonrió.

-Eso no te lo voy a negar. Pero ya verás.

Al llegar al colegio, Daisuke abrazó a Sesshoumaru y se fue a su clase. Sesshoumaru iba a volver a su auto cuando lo llamaron.

-Señor Kazami…

-Sí?

-Usted es el esposo de Rin-sensee?

Sesshoumaru sonrió. Eran dos jóvenes de segundo año.

-Sí.

-P-podría entregarle esto? E-es un video que hicimos todos en la clase…

-Sí…

-Etto… ella volverá?

-No lo sé… creo que sí…

-Sí?

-Quieren hablar con ella?

Las muchachas bajaron la cabeza. Sesshoumaru les dio una tarjeta con un teléfono escrito en la parte de atrás.

-Pueden llamarla cuando quieran. Yo le daré el video al medio día.

-Arigatou gozaimasu!

-Doishitashimashita…

Sesshoumaru se despidió de las muchachas y se fue a su oficina. Sabía que los estudiantes que se habían graduado la querían mucho y hasta le hicieron una mención de honor. Habían algunos que ya eran profesionales o terminando sus carreras y se mantenían en contacto con ella para pedirle consejos. Cada vez que pensaba en eso, se le ampliaba el pecho y se enorgullecía de Rin. Cuando llegó a la casa, al medio día, Daisuke la saludó con un beso y se fue a su habitación. Sesshoumaru sonrió y lo vio subir las escaleras con Rin en sus brazos, la besó apasionadamente.

-Hm! Qué rico! Me extrañaste?

-Ni te imaginas. Qué has hecho?

-Sakura y yo, lavamos la ropa, hicimos la comida, salimos de compras, hicimos ejercicios…

-Todo eso?

-El día no me rindió mucho, la comida me tomó mucho tiempo.

Sesshoumaru sonrió. Acarició sus mejillas y la besó.

-Estoy orgulloso de ti, mi amor…

-De mí?

Rin se sonrojó. Sesshoumaru soltó la carcajada y le acarició las mejillas.

-Sí, mi amor, de ti. Sabes? Tienes unos alumnos que te quieren mucho… Te mandaron esto.

Sesshoumaru le entregó el cassette.

-Para mí?

Después de la comida, se sentaron a ver el video. Rin se acomodó entre sus piernas y Sesshoumaru la abrazaba desde atrás. Casi todos sus estudiantes le enviaban saludos y a Daisuke, le decían que la extrañaban y que la querían de vuelta. Rin sonreía y se apretaba más en el abrazo de Sesshoumaru. Al terminar el video, Rin sonrió entre lágrimas.

-Quieres volver a trabajar?

-Sí…

-Entonces hazlo.

-Pero aún no… Sakura es muy pequeña…

………………………………………

Sesshoumaru jugaba con Daisuke, corrían por todo el jardín riendo. Rin salió con unas bebidas en las manos.

-Qué tal si dejan el juego unos minutos?

Sesshoumaru la cargó y la besó apasionadamente. Daisuke se acercó a la puerta. Un hombre alto, de pelo negro y tez trigueña le habló en un idioma que no entendió.

-Mama!

Rin no pudo creer lo que veía y corrió hacia su hijo. Le habló en turco al hombre.

-Baba, ne… iþ sýký çalýþma burada? (Padre, qué estás haciendo aquí?)

-Sen yardýmcý fiil unutmak senin kaynak dil, küçük düþürmek! (Has olvidado tu lengua madre, desgracia!)

-Dai, ve con tu papá…

El pequeño corrió hasta su padre que calmaba el llanto de Sakura.

-Qué pasa?

-No sé… parece que mami lo conoce. Habla muy raro…

Sesshoumaru dejó a Sakura en el coche y le pidió a Daisuke que la vigilara. Fue con Rin y supo que había llegado tarde, Rin ya estaba llorando. Le habló en turco al padre de Rin.

-No fue suficiente con devolver las cartas sin siquiera leerlas? También tiene que venir a Japón para torturarla?

-Esto es entre mi hija y yo!

-Ahora es su hija? Dónde estuvo durante los últimos 8 años?

-A qué viniste?

El viejo bajó la cabeza.

-Tu madre… quiere verte…

-Dónde está ella?

-Aquí en Japón…

Rin bajó la guardia un poco.

-Baba, qué le pasa a mi madre?

-Está enferma… quiere verte… y me pidió que si tienes hijos, quiere conocerlos…

Rin tomó sus cosas y se puso de acuerdo con Sesshoumaru para que fuera con los niños cuando ella lo llamara y se fue con su padre. Llegaron a una casa modesta, aquello le encogió el corazón a Rin. Su familia era adinerada y aquella casa no estaba a su altura, ni siquiera satisfacía sus comodidades. Antes de entrar, el padre de Rin la detuvo.

-Rin, perdóname… cometí un grave error al hacer todo lo que te hice…

-Baba…

-Sé que no es fácil que lo hagas…

-Baba, porqué? Porqué después de 8 años? Es porque mi mamá se enfermó?

-Han pasado muchas cosas… no supimos nada de ti desde que te fuiste…

Rin frunció el ceño.

-Yo les he mandado cartas cada mes durante 8 años, fotos de mis hijos, les he contado de mi vida. Y tú me devolviste una y cada una de ellas con una respuesta. Ustedes no tienen una hija, y que no les enviara más cartas. Hacen dos semanas de esto!

-Rin, nunca he recibido una sola carta tuya. Nunca. De no ser por el apellido de tu esposo, no te encontramos…

-Maldita sea! Tengo las cartas en mi casa!

-Han pasado demasiadas cosas… no le menciones nada de esto a tu madre… por favor… luego te explico lo que pudo pasar…

Rin entró en la habitación de su madre.

-Mamá…

-RIN!

Rin la abrazó con fuerza, mientras las lágrimas brotaban. Su madre no era ni la sombra de lo que una vez fue. Una mujer joven y hermosa, se veía mucho más vieja y demacrada, en los huesos y con la piel plegada.

-Mamá!

-Por Allah, hija estás hermosa!

-Mamá…

Rin sonrió entre lágrimas.

-Eres feliz, se nota que eres feliz…

-Sí, mamá, soy feliz…

Rin la continuó abrazando. Luego de varios minutos, se calmaron un poco. Rin acarició su rostro.

-Mamá…

-No nos odias?

-No! No! Kami mamá, te he extrañado tanto!

Rin continuaba abrazándola.

-Porqué no nos escribiste? Rin, sabías que estaba en contra de tu padre…

-Sí, mamá, pero… pensé que no querían saber nada de mí…

La madre de Rin sonrió y limpió las lágrimas del rostro de su hija.

-Dime de tu vida, princesa…

Rin sonrió.

-Me decías así cuando era niña! Y mi esposo le dice así a mi hija…

-A tu… tienes una niña…

-De 6 meses… y un varoncito de 7 años…

Rin sonrió, su madre se llevó las manos a la boca.

-Rin!

-Tenemos que hablar de tantas cosas! Papá me pidió perdón… pero mamá… qué te pasó?

-No te preocupes por éstos viejos huesos… me alegro tanto que seas tan feliz…

-Sí, mamá… Sesshoumaru es el esposo perfecto… es un padre maravilloso… entregado a sus hijos… nada de lo que creían de él… tal y como yo les dije.

Rin y su madre estuvieron hablando por un largo rato. Finalmente sonó el celular de Rin, era Sesshoumaru, le explicó la dirección y le pidió que llevara a los niños. Poco después, Sesshoumaru la llamó y le dijo que estaba afuera. Rin salió con su madre en una silla de ruedas.

-Mama…

-Dai, mi amor… ellos son mis papás… tus abuelitos…

-No! Son malos!

-No mi amor… pasaron muchas cosas… pero no son malos…

-Pero no te quieren!

-Si me quieren… Dai, son cosas muy complicadas que ni los adultos entendemos… mira, ella es mi mamá…

La mujer esperaba con los ojos inundados en lágrimas. Daisuke vio a Rin.

-Pero… mama…

-Ella quiere conocerte… eres su nieto…

-Tengo una abuelita?

-Y un abuelito…

Daisuke se acercó a ellos, Rin lo siguió.

-Mamá, él es Daisuke, mi hijo…

-Kami, pero si es idéntico a tu esposo!

-Sí… Dai… ella es mi mamá…

El pequeño la examinó unos instantes.

-Porqué no quieres a mi mamá ni a mi papá? Ellos son buenos!

-Yo amo a tu mamá, precioso… pero los adultos muchas veces somos tontos y hacemos las cosas mal creyendo que están bien… y yo te pido perdón…

Daisuke vio a su mamá que le asintió y entonces abrazó a su abuela.

-Yo siempre le pedí a Kami una abuelita…

Rin se acercó con Sakura en sus brazos.

-Mamá, ella es Sakura…

-Por Allah! Pero si es idéntica a ti!

-Quién es Ara, mama?

-Allah, es Kami, pero en Turco.

-Ah!

Daisuke corrió hasta Sesshoumaru y le dijo lo que acababa de aprender. Sesshoumaru le habló en turco.

-Qué?

-Que yo conocí a tu mamá en Turquía…

El pequeño se sorprendió y sonrió. El padre de Rin se acercó a Sesshoumaru, y le habló en turco.

-Sesshoumaru… yo… yo me equivoqué… has hecho a mi hija inmensamente feliz…

-Yo amo a su hija, y nunca lo dejaré de hacer…

-Papa…

-Dai, él es tu abuelo, el papá de Rin.

Aquello pareció alterar a Daisuke.

-Tú le mandaste la carta a mi mamá! Tú la hiciste llorar!

-Qué dice?

-Yo no sé Turco! Habla en japonés!

-Daisuke!

Sesshoumaru lo apartó.

-Qué rayos te pasa?

-Él escribió una carta que hizo que mi mamá llorara! Le dijo cosas muy feas! Yo no lo quiero!

El pequeño tenía lágrimas en sus ojos. Rin se acercó a ellos y Daisuke la abrazó con fuerza.

-Dai, mi amor…

-Rin…

-No te acerques a mi mamá!

Rin le explicó lo que pasaba a su padre.

-Yo no he escrito ninguna carta. Yo nunca recibí una carta tuya!

-Baba, tengo las cartas en mi casa…

-Rin, por lo que más quieras, tienes que creerme. Yo no sabía nada de ti hasta ayer…

Rin logró calmar a Daisuke. Entonces decidió aclarar todo de una vez y fue por las cartas. Al leerla, al padre de Rin se le aflojaron las piernas.

-Naziri!

-Mi hermano?

El viejo negó con la cabeza.

-Nazir, dile la verdad…

El viejo asintió.

-Tenemos 5 años viviendo aquí… buscándote…

-5 años! Pero…

-Naziri quedó a cargo de las finanzas cuando me retiré para cuidar de tu madre… y él nos echó a la calle. Nos quitó hasta el último centavo…

-Papá…

………………………………

Rin no podía creer el grado de crueldad de su hermano, hasta el punto de llenarle la cabeza a sus padres diciéndoles que Sesshoumaru era un mafioso y traficante de armas nucleares. Y que por eso ellos se oponían a su vida con Sesshoumaru.

Había caído la noche y su pequeña exigía su comida a gritos desesperados. Rin logró calmarla cargándola.

-Baba… si necesitas algo…

-Estoy trabajando…

-Aún así… lo que sea que necesites…

Nazir acarició el rostro de su hija.

-Tienes un corazón demasiado noble, hija…

Rin aprisionó su mano contra su rostro.

-Yo te perdono, baba… perdónate tú…

Nazir la besó en la frente.

-Allah te ha bendecido con una familia maravillosa.

-Así es…

-Que siga bendiciendo tu camino e iluminando tu vida…

-Te quiero, baba…

Nazir la abrazó y besó a Sakura en la frente.

-Podré volver a verlos?

-Ya sabes dónde vivo… mañana vendré a ver a mamá…

Rin se despidió de sus padres y en el camino a la casa, sólo abrazó a Sakura.

Luego de alimentarla y acostarla a dormir, llevó a Daisuke a la cama.

-Mama…

-Te quiero mucho, mi amor… gracias por defenderme…

-Te quiero, mama…

Lo besó en la frente y apagó la luz al salir de la habitación. Camino a la suya, se encontró con Sesshoumaru y entrelazó sus dedos. Entraron en la propia.

-Estás bien?

-Debo ir a Turquía…

-Para qué?

-No me interesa ese dinero. Pero tampoco es de Naziri... es de mis padres…

-Iré contigo.

-No.

-No te permitiré ir sola.

Rin lo abrazó y lo besó con ternura.

-Tú tuviste tu guerra… déjame luchar la mía…

-Rin, es peligroso…

-No comprendes, Sesshoumaru. No puedo verlos así. Están casi en la miseria. Mi papá va a cumplir 80 años y está trabajando…

Entonces los ojos de Rin se bañaron en lágrimas.

-Preciosa. Tengo el dinero suficiente para darles una vida llena de comodidades.

-Pero tú…

-Yo no tengo nada en contra de ellos, Rin. Simplemente querían lo mejor para su hija y créeme que con lo que les dijo Naziri de mí, era suficiente para disparar primero y preguntar después… pero la pregunta es porqué lo hizo?

-El dinero… si hay más de un hijo, la fortuna se divide en mitades iguales, tú administrarías mi parte y Naziri la de él y mis padres…

-Esas no son las leyes Turcas…

-No, son las leyes de mi familia…

-Rin, déjame hacerme cargo de ellos. Onegai…

Rin lo vio a los ojos y notó el manto de preocupación que se adueñaba de la mirada ambarina.

-Mi mamá…

-Yo me encargaré de todo. Hasta de las servilletas, les buscaremos un apartamento aceptable y más cercano a la casa. Los mejores médicos la atenderán…

-Mi amor!

Rin lo besó con ternura y se dejó abrazar por su esposo.

-Gracias, mi amor…

Sesshoumaru se quitó la camisa mientras se acomodaba sobre Rin llenándola de besos y caricias. Se detuvo al escuchar un suspiro y vio a la puerta abierta donde estaba parado Daisuke.

-Dai…

-No…

-Daisuke, no es nada…

-No!

Daisuke salió corriendo cuando Sesshoumaru se levantó. Rin se puso la camisa otra vez y salió por Daisuke.

-Dai, mi amor… sólo estábamos besándonos…

Lo encontró en su habitación.

-Dai…

-Quién es él?

-Cómo que quién es él? Dai, es tu papá…

-No… es un mostruo!

-No! Dai!

-Es feo! Y da miedo!

Sesshoumaru lo escuchó y no se atrevió a entrar en la habitación. Se vio al espejo, con el pecho lleno de grotescas marcas y cicatrices. Algunas eran como manchas y otras parecían resaltar. Su hijo tenía razón. Era un monstruo.

Rin continuaba con Daisuke.

-Daisuke, mi amor. Tu papá ha sufrido mucho y esto…

-Tengo miedo, mami…

-Daisuke, por qué? Es tu papá, jugaste con él esta mañana. Dai… Daisuke… eres lo suficientemente grande como para comprender…

-Yo sólo quiero un papá normal!

-Un papá normal nunca te va a querer como te quiere él!

Rin lo abrazó nuevamente.

-Mi amor… sabes lo que hay en las guerras?

-Muchas balas y bombas…

-Y en las selvas?

-Leones y tigres y serpientes…

-Y en los desiertos?

-Nada…

-Y tu papá soportó todo eso, sobrevivió a todo eso por una única razón… conocer a su hijo… abrazarte y decirte que te quiere… sólo por ti… sólo por ti… porque te ama… y esas marcas son de cada vez que estuvo a punto de morir... pero no lo hizo porque tenía que volver a ti. Tenía que conocerte…

Daisuke se calmó con las palabras de Rin.

-Él quiere más a Sakura…

-Eso es mentira! Daisuke, tu papá y yo los amamos a los dos por igual! Igual! Pero él nunca había cargado a su hijo de bebé, nunca le dio su primera botella… todas las cosas que yo disfruté contigo, de verte crecer, aprender, sonreír por primera vez… él nunca hizo nada de eso… mi amor, déjalo disfrutarlo con Sakura. Además él te presta atención, juega contigo, te lleva a donde quieres ir…

-Yo quiero que todo sea como antes, mami…

-Esto es lo normal, Daisuke. Una familia con hermanos y un papá que se desvive por ti... Dai, mi amor… no lastimes a tu papá…

Rin se levantó.

-Estás siendo irracional. Una cicatriz no te dice quién es una persona, no te dice nada.

Rin salió y fue por Sesshoumaru.

-Sessh…

-Soy un monstruo…

-No, mi amor…

-Soy…

-No! Sesshoumaru, no me importan, así que no pienses. No me importan para nada…

-Mi amor…

-Sí, así es… no me importan…

Rin le abrió la camisa y lo acarició.

-No me importan…

-Papi…

Rin y Sesshoumaru se separaron. Sesshoumaru se cerró la camisa.

-Papi… puedo verte?

Sesshoumaru vio a Rin decirle que sí y se abrió la camisa. Daisuke se acercó cauteloso y le preguntó si le dolían. Sesshoumaru tomó su mano y lo guió a tocarlo.

-Me duele más que me dijeras que soy un monstruo…

-Qué te pasó ahí?

-Estaba cazando y una pantera me atacó…

-Wow! Y ahí?

-Me picó una medusa…

-Wow! Y no te duele de verdad?

-No.

-Eres fuerte! Y esos, son muchos?

-Esas son marcas de balas…

-Papi… la historia de la selva y la aldea…

-Es de verdad, Dai. Todo eso pasó de verdad…

Daisuke lo abrazó.

-Mi papá es mejor que superman!

Sesshoumaru rió devolviéndole el abrazo.

-Te quiero papi…

-Te quiero hijo…

-Papi, cuéntame cómo te atacó la pantera?

Sesshoumaru lo cargó.

-Sessh…

-Será rápido…

Sesshoumaru la besó con ternura y salió de la habitación. Llevó a Daisuke a la suya y lo acomodó en su cama.

-El jefe de la tribu Chinketxua me había regalado una espada. Pero tenía que entrenar para aprender a usarla y era muy pesada… entonces, me fui al corazón de la selva a vivir mientras aprendía. Un día, estaba sacando peces del agua y sin notarlo, me corté en la espalda con una piedra. Entonces la pantera sintió el olor de la sangre y fue hasta mí. Se subió al árbol que estaba detrás de mí. Y antes de notarlo estaba sobre mí y buscaba morder mi cuello. Yo mantenía su cabeza alejada con una mano y con la otra buscaba mi cuchillo, pero antes de eso ZASS! La pantera me aruñó con sus garras! Yo grité, pero estaba solo. Nadie me iba a ayudar. Así que tomé el cuchillo y…

-Mataste a la pantera?

-No, la herí en una pata y ella se fue huyendo.

-Por qué no la mataste? Ella te quería matar a ti.

-Porque ella quería comer. Pero yo no haría nada útil con ella después. Verás, hijo. Yo respeto mucho la vida. Y un animal, si no te será útil muerto, no lo mates. Ella sólo buscaba sobrevivir. Y no atacan humanos. Pero yo estaba en su territorio de caza y olía a sangre…

-Papi, nunca has matado a nadie?

-Eso no es algo de lo que me sentiría orgulloso, Dai. La vida es sagrada.

Sesshoumaru lo besó en la frente.

-Dulces sueños, hijo.

-Te quiero mucho, papi.

-Yo también te quiero, Dai.

Sesshoumaru entró en su habitación donde Rin estaba sentada en su cama.

-Mi amor…

Sin decir una palabra Sesshoumaru le puso seguro a la puerta y se deslizó sobre ella cual pantera tras su presa. La besó apasionadamente y abrió la camisa de Rin arrancándole varios botones.

-Sessh!

-Te voy a hacer el amor hasta que grites basta… si es que puedes gritar…

Sesshoumaru le sacó los pantalones del pijama y acarició todo su cuerpo. Rin sentía que la piel le ardía bajo las caricias de su marido. Ya no podía hablar, su boca abierta en un grito sordo que sólo él escuchaba y bebía cual cáliz de vida. Entre besos y caricias, separó sus piernas en una caricia suave pero firme. La acarició descubriendo su deseo y sonrió. Se desnudó en un dos por tres y volvió a acariciarla.

-Sesshoumaru…

Su voz era casi una súplica para que la hiciera suya. Muchas veces le costaba creer que fuera la misma que una vez hizo mujer entre sus brazos. Rozó sus sexos haciéndola gritar extasiada de placer.

-Sessh… hazme tuya… ya!

Sesshoumaru se sentó en la cama y la haló por la mano para que se sentara.

-Sessh…

-Has escuchado algo del beso eterno?

-Beso eterno? No…

-Ven…

Sesshoumaru la hizo sentarse frente a el rodeando su cintura.

-Cuando entre en ti, aprieta mi cintura con tus piernas.

-Está bien.

Una vez que Sesshoumaru la penetró, flexionó sus piernas haciéndola bajar mucho más mientras profundizaba en ella.

-SESSH!

Sesshoumaru la besó mientras la sostenía por el trasero y la hacía moverse sin romper el beso, entrando y saliendo de ella, bebiéndose sus gemidos, sus suspiros y su voz. La sentía estremecerse y apretarlo en su interior. Aún sin romper el beso, la sentía morder sus labios, jugaba dentro de su boca, con su lengua saboreando los rincones más recónditos de la misma. Entonces disminuyó sus movimientos y rompió el beso, se fijó en sus ojos esmeraldas que brillaban cuales estrellas en la oscuridad de la noche. Besó su cuello mientras ella se aferró a su cabellera, fue bajando hasta la curva de sus pechos y rozó sus pezones con su lengua, los sintió endurecerse dentro de su boca. Había algo en ellos que lo atraían desesperadamente, su sabor era increíble y no podía alejarlo de su paladar.

-Ah! Kami, Sesshoumaru!

Sesshoumaru sonrió y la acostó contra el colchón. Apoyado en sus palmas y sin salir de ella, cambió sus piernas de posición. Y sonrió. La penetró con todo su peso, toda su fuerza, haciéndola ir al cielo y volver con un grito ahogado.

-Mi amor!

Sesshoumaru sonrió y la besó apasionadamente. Sus cuerpos sudorosos rozaban con más facilidad, entonces Sesshoumaru aumentó sus movimientos y fuerza. Entrando en ella con todo, desviviéndose por hacerla estallar en placer, sintiendo como lo apretaba con sus piernas.

-Ooh! Rin!

Sentía su interior caliente, tanto, que parecía quemarlo. Finalmente se entregaron al placer mientras parecían flotar en una nube de excitación, pasión y deseo, sus miradas en blanco y sus mentes por igual. Sesshoumaru colapsó sobre su pecho y la abrazó mientras trataba de recuperar su propia respiración. Rin lo abrazaba, aspirando todo el aire que le fuera posible.

-Te amo, preciosa…

-Te amo, Sessh…

Rin descansaba sobre su pecho y lo besaba en el mismo. Él la abrazaba y acariciaba su espalda mientras jugaba con un mechón de su pelo entre sus dedos. Después de un buen rato. Rin le dio un último beso y se apartó de él.

-Qué pasa?

-Necesito beber agua…

Sesshoumaru sonrió y la haló para besarla. Rin sonrió y tomó su yukata. Bajó a la cocina y antes de tomar el vaso, Sesshoumaru la abrazó desde atrás y la besó en el cuello.

-Mi amor…

-Tengo hambre…

-Puedo hacerte un sándwich…

-No… yo lo hago…

-En realidad tengo un poco de hambre.

Sesshoumaru sonrió y la besó en la mejilla. Rin se movió hasta la nevera y Sesshoumaru no la soltó la mantenía abrazada mientras ella se movía por toda la cocina para prepararle el sándwich.

-Mi amor, quieres roastbeef?

-No, eso es muy pesado para esta hora. Sólo quiero algo ligero, mi amor…

Rin le preparó un sándwich sencillo, de los que le preparaba a Daisuke e incluso, distraída, le cortó los bordes al pan. Sesshoumaru rió.

-Qué haces, preciosa?

-Ah! Lo siento. A Dai no le gustan los bordes algunas veces…

Sesshoumaru sonrió y la besó en la mejilla, tomó el pan y le dio un mordisco.

-Con razón Dai nunca me da. Está delicioso.

Rin rió. Sesshoumaru se comió su emparedado y volvieron a la cama.

Qué tal? Espero que les haya gustado. Seguiré trabajando en los demás para ver que tan pronto puedo publicar

Byebye

Besitos

Mizuho