Capítulo 17
Las Huellas de mi Pasado
Inuyasha y Kagome no estaban en la casa, pero se cansaron de llamar a Aneko al celular y a la casa y nadie contestaba. Cuando Inuyasha y Kagome llegaron en la noche, los escuchó hablar.
-Llamaré a la policía…
-No… su auto está en el garaje. Yo llevaré los niños a dormir, tú ve con ella.
Lo próximo que escuchó fueron golpes en la puerta.
-Aneko… Aneko, soy Kagome…
Kagome abrió la puerta.
-Aneko, pasó algo?
-Yo no te dije que entraras…
Kagome suspiró.
-Aneko, ya hemos pasado por esto… tu papá estaba muy…
-Estás segura de que él sea mi papá?
-Aneko!
-Sí, te queda muy bien hacerte la sorprendida… Le hiciste un teatrito igual a mi papá? Él sabe que no es mi papá!
-ANEKO!
Kagome no podía responderle, sólo la veía con lágrimas en los ojos. Inuyasha le pidió dejarlos solos. Era hora de una charla padre a hija. Kagome se marchó. Aneko se lanzó a los brazos de su padre.
-Dime la verdad!
-Qué verdad quieres saber?
Inuyasha la abrazaba y acariciaba su cabeza.
-Por qué tengo los ojos azules, papá? Por qué soy tan diferente de Tohru o de Amaya? Por qué me parezco a Kouga Uji?
Ese nombre hizo que Inuyasha se estremeciera de pies a cabeza.
-Creo…
La voz le falseó.
-Creo que no sabes la verdad de lo que pasó entre tu mamá y yo…
-Ella se acostó con un tipo…
-No… no es así… nosotros comenzamos a los 13 años. Éramos vecinos. Íbamos al colegio tomados de la mano. Lo más cercano a un beso era compartir el mismo refresco… Conforme fuimos creciendo, la relación fue profundizando acorde a nuestra edad… Te digo esto porque ya tienes edad suficiente para saberlo.
Inuyasha acarició su rostro.
-Nosotros… yo solía engañarla mucho… por eso, rompíamos y volvíamos cada mes. Hasta que finalmente, Kagome se cansó de mí y me mandó a volar… Dejamos de vernos durante todo un año… ella salió con otros, yo salí con otras… y me di cuenta de que estar lejos de ella era un error… afortunadamente, cuando le pedí perdón, ella me perdonó.
Inuyasha se apartó un poco.
-Cuando tu mamá supo que estaba embarazada, tuvo que huir de su casa. Primero porque la sacarían de Japón. Y segundo, sabía que si se quedaba, nunca conocería a su hijo…
-Papá…
-Yo la metí en mi habitación… el engaño sólo duró unos días, pero era todo lo que necesitaba. Mi padre me apoyó.
-Te apoyó el que embarazaras a tu novia?
-No, por Kami, si casi me mata… Me apoyó porque lo enfrenté. Yo estaba dispuesto a dejarlo todo por ella. Finalmente hice algo muy bajo…
-Qué cosa?
-Le dije que lo que pasara sería su culpa.
-Cómo así?
-Él tenía el poder de darme la oportunidad de terminar mis estudios, y con eso conseguiría trabajo y mantendría a mi familia. Pero también tenía el poder de quitármelo todo. Y así yo tendría que dejar de estudiar y ponerme a trabajar para darles un techo.
-Y mi abuelito…
-Hizo lo primero, bajo la bandera de que lo hacía por su nieto y porque quería mucho a Kagome.
-Pero entonces… porqué yo…
-El hermano de Kagome tiene los ojos azules.
Inuyasha acarició su rostro.
-Tienes la misma belleza que Kagome a tu edad. No te imaginas todo lo que te pareces a ella. No te has dado cuenta que ninguno de ustedes se parecen? Tú te pareces a tu mamá. Amaya se parece a mí. Y Tohru… Tohru es una mezcla de ambos y por lo que veo, será más travieso que tú… pero mi amor… lo supe al momento en que te vi… supe que eras mi bebé…
-Papá…
Inuyasha asintió sonriendo.
-No sé si has escuchado que necesitabas sangre cuando naciste… y sólo yo pude dártela… eres la única que tiene mi mismo tipo de sangre… y eso es raro, mi amor… porque debiste tener el de tu mamá… ahora… princesa… No sé dónde lo viste, ni lo que te dijo ese degenerado de Kouga. Pero lo que tú le dijiste a tu mamá, la hirió mucho… tanto que no se pudo mover. Y es que ella se culpa de todo. Ella se culpa de que las cosas hayan sido de esa manera… Y aunque yo la perdoné, ella no se perdona el que casi te pierde…
-Cómo?
-Kouga la golpeó. Estuvo 3 meses en cama antes de que los médicos le dieran permiso para sentarse. Ellos le decían que debía interrumpirlo… que su vida estaba en peligro… pero ella no lo permitió. Prefirió morir a quitarte la vida…
Aneko salió de la habitación corriendo y fue hasta su madre. La abrazó con fuerza mientras le pedía perdón.
-Soy tan torpe!
-No, mi amor… eres igual de impulsiva que tu padre…
Kagome se secó sus propias lágrimas mientras abrazaba a su hija.
-No llores, cariño… sólo fue un mal entendido porque no te explicamos las cosas a su tiempo.
-Pero te hice daño!
-No, mi amor… el daño te lo hice yo a ti…
Aneko negó con la cabeza. Kagome continuó abrazándola.
-Tranquila, mi amor… tranquila…
…………………………………………
-PA! PA! PA!
Sesshoumaru besó a Rin en la mejilla y se levantó. Fue a la habitación de Ryu, quien al verlo, comenzó a reír mostrando sus únicos 4 dientes. Sesshoumaru lo cargó y luego de cambiarle el pañal lo llevó a la habitación. Rin sonrió al verlos entrar y extendió sus brazos hacia su pequeño que sólo contaba con 8 meses. Lo llenó de besos mientras el pequeño se acomodaba entre ellos. Tocó todo el rostro de Rin y comenzó a jugar con ella. Pero le daba.
-Ryu, así no… Ryu… Ryu Inuyasha…
Rin sostuvo sus manos.
-A mami no se le pega.
El pequeño hacía gorgoritos. Finalmente rodeó a Rin por el cuello con sus bracitos. Rin lo llenó de besos. Sesshoumaru sonreía acostado viéndolos jugar. Su camisa estaba abierta.
-Quién es el bebé más bello del mundo?
El pequeño puso su atención en el pecho marcado de su padre. Se quedó viéndolo fijo un largo rato. Sesshoumaru acarició su pelo.
-Ryu?
El pequeño acercó su dedo índice a una de las marcas. La presionó un poco y vio a Sesshoumaru como comprendiendo que le debía doler. Sesshoumaru sonrió y volvió a acariciar su cabeza.
-Algún día sabrás toda la historia, hijo…
Rin se quedó acostada, Ryu se acomodó en su pecho. Ella lo abrazó.
-Te gusta estar con mami, mi amor?
Rin vio a Sesshoumaru con los ojos cerrados.
-Vamos shhh, ya papi se durmió.
-Ba-da prrrrrrrrr… PA-PA-PA-PA-PA!
Rin sonrió, Ryu gritaba cada vez más. Sesshoumaru abrió los ojos.
-Ryu…
El pequeño vio a su padre.
-Pa-pa…
Rin y Sesshoumaru cruzaron miradas. Sesshoumaru se acercó al pequeño, quien puso un dedo sobre su nariz.
-Pa-pa…
Sesshoumaru sonrió y lo llenó de besos. Rin sonrió mientras los veía reír. Era su primera palabra. Después de un rato de juegos, el pequeño se fue con Rin y le abrió el pijama. Rin sonrió.
-O es un genio, o es un pervertido…
-Es un Kazami…
-Exquisita mezcla de las dos cosas.
Ambos rieron. Luego de que Rin lo amamantara, Ryu se quedó dormido entre ellos. Rin lo vio dormir.
-Dulces sueños, mi amor…
Rin lo besó en la cabeza y cruzó miradas con Sesshoumaru, sonrió.
-La casa se siente vacía sin los niños.
-En dos semanas volverán y los querrás de vuelta en el campamento…
Rin rió.
-No lo creo. Los extraño demasiado.
Sesshoumaru se acercó a Rin y la besó apasionadamente.
……………………………………
Inuyasha estaba sentado a la sombra del goshinboku. Kagome llegó hasta él y se sentó a su lado.
-Mi amor…
La mirada de Kagome reflejaba tristeza. Inuyasha la abrazó.
-Qué pasa, mi amor?
Kagome movió la cabeza negativamente.
-No has dormido en toda la noche.
-…-
-Kagome, dime qué pasa?
Kagome se refugió en el pecho de su marido, aferrándose al mismo con fuerza. Inuyasha acarició su espalda.
-Tranquila, cariño… Aneko te ama no importa lo que pase…
-Yo sé que no es así…
-Kagome, un hijo nunca odia a su madre… mi amor…
-Pero por qué? Inuyasha, no sé lo que hice… no lo sé… Sin embargo, Aneko me culpa de muchas cosas…
-Nos culpa…
-No, Inu. A tí no te mira como me mira a mí... a tí no te reclama nada...
-Por Kami, Kagome...
Inuyasha sentía una presión en el pecho cuando Kagome se ponía así.
-Hasta cuándo voy a pagar ese error? Inuyasha, hasta cuándo?
-No estás pagando ningún error. No estás pagando nada… Eres una vencedora, mi amor… le has ganado a la muerte 3 veces. Si todavía pagaras ese error, no estarías aquí.
Kagome lo trató de besar, pero él no la dejó.
-Perdóname, pero estaba fumando.
-Inuyasha!
-Lo siento, mi amor… necesitaba… no sé porqué lo hice…
-20 años sin ponerle la mano a un cigarrillo. Debe haber una razón.
-No lo sé… supongo que quise recordar cómo era.
-Recuerdas cuando Aneko nació?
-Te prometí que nunca más lo volvería a hacer.
-Vas a volver a fumar?
-No. Sólo fue esta vez. Te lo prometo.
Se quedaron abrazados un largo rato.
-En tres semanas es nuestro aniversario…
-No puedo creerlo, 22 años casada contigo…
Inuyasha rió mientras la abrazaba con más fuerza.
-Cómo los calificarías?
-Los mejores años de mi vida.
Inuyasha la besó en la mejilla.
-Hace cuántos de esos 22 años, no hacemos el amor de día?
-Inuyasha!
-Estamos solos hasta la noche, cuando Aneko llega…
-No.
-Porqué no?
-No!
Kagome se puso de pie riendo y salió huyéndole a su marido. Inuyasha la alcanzó de inmediato y la cargó para llevarla al interior de la casa. Ambos reían como locos. Inuyasha la dejó sobre la cama y la iba a besar, pero Kagome puso su dedo índice sobre sus labios, él lo besó.
-No con esa peste a nicotina.
Inuyasha rió y corrió a lavarse. Kagome, por su parte, le preparó una pequeña sorpresa. Cuando Inuyasha la vio, sonrió.
-Me temo que vas a ser una abuelita muy sexy.
Kagome rió. Inuyasha la aprisionó contra el colchón. Kagome rió nuevamente.
-Ya no tienes 20 años, Inuyasha…
-Me haces sentir de 15 otra vez…
Se besaron apasionadamente mientras notaban por primera vez la diferencia de sus caricias de cómo fueron una vez de manos inexpertas y temblorosas.
Inuyasha besaba su pecho y lo acariciaba, perdiéndose en su piel.
-Kami, Inuyasha!
Inuyasha sonrió y la besó apasionadamente. Se apartó un poco dejando en evidencia su erección. Recorrió el cuerpo de Kagome con sus ojos.
-No has cambiado nada…
-Inu…
……………………………………………
Kagome descansaba sobre el pecho de su esposo. Se habían dado cuenta de que ya no tenían 20 años al tratar de repetir esas noches de sexo salvaje y apasionado. Kagome rió.
-De qué te ríes?
-Kami, mi amor… tal vez no hagamos el amor como camellos, pero al menos sí como conejos.
Inuyasha rió a carcajadas. Acarició las mejillas de su esposa, aún sonrojadas.
-Qué te pareció? Crees que me debo retirar?
-Reti qué? Estás loco? Fue maravilloso a la quinta potencia!
-Qué te parece si lo elevamos a la sexta?
Kagome rió mientras Inuyasha la volvía a colocar contra el colchón.
-Por Kami, Inuyasha, yo sé que no tienes fin, pero te extralimitas…
-Yo? Tú eres quien me hace así.
-Inuyashaaaa!
………………………………………………
Cuando Aneko llegó a media tarde, se encontró con sus padres acomodados frente al televisor compartiendo un postre y besándose apasionadamente. Se le cayó una bolsa y el ruido, los distrajo.
-Aneko!
-Hola…
Aneko recogió su bolsa y sudó frío al escuchar dos piezas chocar.
-Ay! No!
-Qué pasó?
Aneko soltó todo lo demás y abrió la bolsa para sacar un cráneo partido.
-Con lo difícil que es y… rayos!
-Qué es eso? Es de verdad?
-Sí… y ahora se rompió. No te imaginas lo que tuve que andar para encontrar uno.
-Se rompió? Aneko, un hueso de verdad no se rompe de tan poca cosa.
-Si tiene 50 años, sí se rompe.
-Deja verlo…
Aneko le llevó el cráneo a Inuyasha.
-Se rompió en la sutura, usa un pegamento fuerte… vaya, está en buenas condiciones para el tiempo que tiene… mira qué bien se ve el vómer…
-Papá, de cuándo acá tu sabes de huesos?
-Te digo si me dices qué haces aquí?
-El profesor tiene una emergencia, así que no hay clases hoy…
Inuyasha sonrió.
-Yo comencé a estudiar medicina.
-Qué! Y porqué no lo hiciste?
-Porque tu mamá iba a dejar de estudiar para cuidarte. Entonces yo le dije que no, y lo hice yo.
-Pero podías volver…
-No podía. Tenía que trabajar. Pero ahora, tú serás la mejor doctora que se pueda ser.
Aneko sonrió.
-Tengo hambre? Ya comieron o se la pasaron comiéndose?
-Aneko!
Inuyasha abrazó a Kagome.
-Hay comida en el horno, ahora desaparece.
Inuyasha le dijo esto mientras devoraba el cuello de su esposa. Kagome rió y le pidió que se controlara.
-Ya es un adulto. Que se las arregle sola.
Aneko se fue a su habitación deseando algún día contar con el amor de alguien tan maravilloso como su papá. Kagome acarició el rostro de Inuyasha.
-La hiciste sonrojarse.
-Te amo, preciosa…
-Y yo a ti… pero voy a hablar con Aneko.
-Sin lágrimas.
-Sin lágrimas.
-Dame un beso…
Kagome lo besó con dulzura y se dirigió a la habitación de Aneko.
-Aneko… puedo pasar?
-Sí…
Kagome entró en la habitación, Aneko tenía varias vestimentas sobre la cama.
-Vas a salir?
-La verdad? Necesito ropa nueva.
-Tienes algo pendiente?
-No… éstos pantalones no son míos…
-Son míos…
Kagome tomó los pantalones.
-Me debí equivocar al guardarlos.
-Mamá, porqué usas ropas… que no van contigo?
-Me quedan mal? Pero si a Inuyasha le encantan…
-No es que te queden mal, mamá… de hecho… tienes mejor cuerpo que yo…
Aneko se fijó en su pecho. Kagome sonrió y le levantó la cabeza.
-Mi amor… cuando yo tenía tu edad era exactamente como tú. El pecho me creció cuando estuve embarazada…
-Pero es que ahora es todo lo que les interesa…
-Aneko, ya has aprendido por tu propia cuenta que lo único en lo que piensan es en llevarte a la cama. Una vez que lo hacen, te tratan como basura.
-Pero mi papá no es así…
-Un secreto? Tuve a tu papá rogando por más de 6 meses. Y no era por hacerlo sufrir… era para yo asegurarme que no era esa euforia de un nuevo romance… que era amor verdadero.
-Mamá, yo sé que Kyotaru fue un perfecto idiota… y de casualidad papá no lo mató… pero tengo miedo de que conozca a Katsumi…
-Y… qué tal es este Katsumi?
-Es como papá me dijo que algún día conocería a alguien. Es atento, cariñoso, prefiere tomarme de la mano y caminar por el parque, abrazarme en el cine y besarme en la cabeza a… bueno…
Kagome sonrió.
-Está como quiere y cuando quiere…
Las dos rieron a carcajadas. Kagome acarició sus mejillas.
-Qué tal si nos vamos de compras? Y así podrás lucírtela esta noche?
-Mamá!
Kagome le guiñó un ojo.
-Vamos…
Kagome trató de convencer a Inuyasha a base de besos para que le prestara el auto convertible.
-No, de ninguna manera.
-Vamos, mi amor… sólo iremos al centro comercial…
-Precisamente, para qué quieres llevar un convertible?
-Inuyasha…
Su voz, sedosa y sensual hizo efecto inmediato sobre Inuyasha, quien se trató de resistir a las ideas que Kagome le daba con lo que compraría.
-T-todo?
-Todito, todito…
Kagome apretó el lóbulo de su oreja con sus labios.
-Pero sólo si me prestas el auto…
-Es tuyo…
Kagome rió y tomó las llaves.
-Gracias, mi amor…
Ya en el garaje, Kagome le mostró un pendrive a Aneko.
-Y qué harás con eso?
-Disfrutar de las obsesiones de tu padre…
-Y eso es…
-A él no le gustan los CD's dice que siempre se dañan. Por eso, cuando mandó a hacer este auto, pidió un lector USB para memorias portátiles.
-Un qué!
-Es algo nuevo y carísimo, digamos que es el juguete preferido de tu papá.
Kagome presionó un botón en el tablero y una tapa se abrió y se deslizó hacia adentro, mostrando un modernísimo equipo de audio. Kagome conectó la memoria en el lugar que se indicaba y presionó el botón de reproducir. Pocos segundos después, la música comenzó a escucharse. Kagome comenzó a cantar junto con la música mientras sacaba el auto del garaje.
-♪I'm coming out. I want the world to know. Got to let it show. I'm coming out. I want the world to know. I got to let it show♪
Aneko reía, realmente no conocía esa faceta tan jovial de sus padres. Kagome le sonrió mientras entraba a la avenida principal.
-Mamá, qué le dijiste a papá para que te prestara el auto?
Kagome sonrió y removiendo sus gafas de sol, le guiñó un ojo.
-No será lo que estoy pensando…
-Le ofrecí comprar una lencería que él está loco porque me ponga…
-Mamá!
-Qué? Ay! Por Kami, ya puedes hablar de sexo!
-Pero no con mi mamá…
-Y si no soy yo, quién te enseña lo esencial?
-Ay! Mamá! Es vergonzoso!
-Espera, a ver si entiendo… tu puedes hablar de sexo con tus amigas… que las conoces de… hacen 5 años? Pero no con tu madre? A poco tengo recordarte de dónde saliste?
-No, no es necesario… pero ustedes de verdad hacen esas cosas? O sea, son cosas que hacen mis amigas…
-Mi amor… Hacer el amor no se trata sólo de una posición. De ser así, estaríamos hartos uno del otro. No crees que después de de 22 años de casados yo me sentiría como un agujero en el colchón? Yo lo digo orgullosa. Inuyasha y yo tenemos una buena vida, tanto conyugal, como marital y sexual…
-Mamá, por favor!
-Aneko, no te luce hacerte la santa.
Aneko se sonrojó.
-Mamá… porqué papá arma tanto escándalo cuando tengo novio? No me pasará lo mismo que a ti…
-Inuyasha le tiene miedo… no a que salgas embarazada… sino a la respuesta de tu novio…
-Mamá…
-Aneko, es algo que pasa todos los días. De 5 embarazos extramaritales, 4 niegan ser los padres. Inuyasha simplemente trata de protegerte de eso. Aneko, no tienes idea de lo que es estar embarazada, quizás de un hombre que no quieres volver a ver en toda tu vida. Llegas a pensar que tal vez no vas a querer a tu hijo.
-Mamá… tú no me querías?
-Es cierto que no sabía de quién eras… pero nunca dejé de amarte… antes de tener un padre, tienes una madre… Además, tu papá estaba tan convencido, que yo terminé por creerle.
-Pero están seguros?
-Sí… Inuyasha tenía tanto miedo de que Kouga viniera a reclamarte, que te hizo una prueba de ADN.
Caminaron por varias tiendas del centro comercial. Kagome elegía algunas cosas que le servían a Aneko.
-Pero mamá…
-Acaso quieres que me vista como una vieja? Sólo tengo 38, mi amor… me falta mucho por vivir, y pretendo sacarle el jugo!
Luego de coleccionar varios paquetes, pasaron frente a la tienda de lencería. Kagome entró sin dudarlo, Aneko lo pensó y la siguió.
-Qué buscas?
-Es algo que vio en un catálogo… es un negligé…
-Un negligé?
Kagome sonrió.
-Los dejé de comprar porque él siempre me los rompe.
-Mamá!
-Qué! No has escuchado del término "arrancarle la ropa?"
-No tienes remedio.
Kagome eligió varias piezas de lencería. Algunas demasiado atrevidas al punto de vista de Aneko.
-En serio te pones esas cosas?
-Mi amor, ésta es mi lencería de diario. Aneko, es en serio, deja de hacerte la que no sabes de nada.
-Está bien… es que me resulta extraño… o sea, creí que después de que te operaron tú y papá ya no…
-Y eso porqué es?
-Pues ya no tienes útero…
-Y? El útero sólo interviene si hay embarazos…
-Sí, eso lo sé…
-Entonces?
-Nada, tienes razón. Son jóvenes…
Kagome le sonrió. Volvieron a la casa riendo y con varios paquetes en las manos. Inuyasha estaba en la cocina y al verlo, Kagome soltó todo y lo abrazó y lo besó apasionadamente para luego devolverle las llaves del auto.
-Gracias, mi amor, fue genial…
Inuyasha sonrió. Mientras aún estaba atontado, Aneko aprovechó para pedirle permiso para salir esa noche. Sin pensarlo dos veces Inuyasha dijo que sí y le dio dinero.
……………………………………
N/A: Qué les pareció? Ah! Qué fácil es chantajear a los hombres con sexo…
Sessh: Habla por ti misma… qué es esto? Cómo te gastas 200 dólares en un spa? Dame la tarjeta de crédito.
-Pero mi amor…
-Dame la tarjeta.
-Pero Sessh…
Mizuho le susurra algo al oído, Sesshoumaru sólo alza las cejas mientras escucha atento, mientras habla Mizuho lo acaricia en la nuca haciendo circulitos con sus dedos, al terminar lo besa en la mejilla.
-Aquí está tu tarjeta.
Sesshoumaru la contempla y vuelve a dársela a Mizuho.
-La próxima vez voy contigo….
Espero sus reviews, besos y abrazos
Mizuho
