Capítulo 19
Luchando por lo Mío
Lo que esa madrugada pareció una idea romántica. Al salir el sol, Aneko vio la otra cara de la moneda.
-Kami! Katsumi!
-Hola, mi amor…
-Katsumi, nos quedamos dormidos!
-Sí… fue maravilloso…
Aneko respiró varias veces tomando grandes cantidades de aire. Se relajó ante los besos de Katsumi.
-Más tarde iremos… y aclararemos lo demás…
-Tienes razón…
Katsumi la llenó de besos y se levantó.
-Te puedo prestar ropa…
-Gracias.
Katsumi se metió al baño unos minutos, durante los cuales, Aneko se sintió morir. Cuando Katsumi salió, dejó caer el cepillo de dientes que llevaba y las toallas.
-A-A-aneko…
Aneko se había quitado el vestido y se cubría con la camisa de Katsumi.
-Aneko, por Kami, si es una prueba, termínala ya.
-Una prueba? Oh! Kami!
Aneko se apresuró a cubrirse con la colcha. Entonces Katsumi se dio cuenta de lo que había hecho.
-Aneko, no!
-Qué es lo que me pasa?
Katsumi se arrodilló a su lado sobre la cama.
-No te pasa nada, mi amor…
-Pero tú creíste que…
-Es que… es algo que haremos cuando estés lista. No cuando creas que me tienes como perro pasando hambre…
Aneko rió aún escondida bajo la colcha.
-Nunca estaré más lista que ahora… es sólo que… me lo imaginé de otra manera…
Katsumi rió y la besó con ternura.
-Lo has hecho antes?
-Un intento en el que me descubrieron cuenta?
Katsumi rió.
-Estás segura de que no quieres esperar?
-Katsumi!
-Está bien… sólo quiero que estés segura…
-Lo estoy…
Katsumi la besó con ternura, pero el beso se fue profundizando a la vez que él se acomodaba sobre ella. Luego de largos besos, él se alejó un poco, retirando la colcha que cubría la monumental figura de su novia.
-Oh! Kami, qué frío!
-No te preocupes, pequeña… yo te caliento…
Aneko rió. Katsumi contempló todo su cuerpo y sólo una parte cubierta. Aneko se quedó viendo su rostro.
-Mi amor…
-Jamás creí que fueras tan hermosa… tan perfecta…
Katsumi la besó y sintió su cuerpo estremecerse al contacto con sus manos. Aneko sentía que la quemaba donde fuera que la tocaba, sus manos tibias la derretían como mantequilla. Katsumi desvió sus besos desde sus labios hasta su cuello y pecho. Se detuvo tras besar el suave pezón rosado que coronaba aquellos senos que cabían a la perfección en sus manos.
-Tu piel es deliciosa… sabe a vainilla…
Aneko rió mientras temblaba, mitad por los nervios, mitad por el frío. Katsumi sonrió y apartando un mechón de pelo de su rostro, la besó con dulzura.
-Dime si algo te incomoda, mi amor… si no te gusta…
-Estoy bien…
-Olvida todo lo demás… sólo somos tú y yo…
-Katsumi…
Katusmi leyó la pregunta en sus ojos.
-La única mujer que importa en mi vida eres tú…
Aneko sonrió mientras Katsumi se comenzó a remover la camisa.
-No… déjame hacerlo… he soñado tantas veces con esto…
Katsumi sonrió y la dejó desabotonarle la camisa. Sus manos temblorosas se movían torpemente de botón a botón. Katsumi la detuvo, tomando ambas manos entre las suyas y las besó con ternura.
-Con calma… relájate…
-Pero es que…
-Pero es que nada…
-Es que tú con apenas un beso me haces… y yo no…
-Pequeña… tal vez no tiemble por fuera… pero tiemblo… relájate… haz lo que se te venga a la mente, por más loco que lo pienses…
Aneko terminó de remover los botones y se fijó en la escultural figura de su novio.
-Con que aquí estaba el David de Miguel Ángel…
Katsumi rió a carcajadas. Se dejó acariciar todo el pecho y abdomen, pero la detuvo cuando se quiso desviar al pantalón.
-Aún no…
Se centró en calmarla con sus besos y caricias. Se desvivió por darle placer en cada uno de sus senos, mientras jugaba con sus pezones en su boca.
-Ah…
Así mismo continuaba acariciándola mientras sentía todo su cuerpo estremecerse.
-Katsu… Katsumi!
Katsumi se apartó de sus senos y le sonrió.
-Eres deliciosa, mi amor…
Deslizó su mano sobre su vientre y la acarició sobre la ropa interior.
-Ka…
-Relájate…
Katsumi sólo se imaginaba lo deliciosamente tortuoso que sería si ella se tensaba con él dentro de ella. Se deshizo del interior y dibujó un camino de besos hasta la unión entre sus piernas. La contempló.
-No me veas! Es vergonzoso!
Como única respuesta, Katsumi cerró los ojos y se aventuró a besarla y disfrutar de sus gemidos.
Aneko jamás pensó que sentiría tanto placer como el que experimentaba en ese momento, su cuerpo se retorcía sin control.
-AH! KATSUMI!
Él se apartó y volvió a besarla hasta llegar a su boca. Aneko no supo cuándo se desvistió por completo, pero lo sentía erecto, rozarla y excitarla aún más. Al verlo, abrió los ojos al máximo.
-"Kami! Me voy a romper algo!"
Katsumi la besó apasionadamente.
-Estás lista?
-Sí…
-Estás segura?
-Hazme tuya…
-Ya eres mía…
Katsumi comenzó haciendo sólo un poco de presión, la suficiente para que Aneko se acostumbrara. Le decía palabras dulces al oído hasta que finalmente la sintió aferrarse a él mientras en su garganta moría un quejido. Se fijó en sus ojos azules, cristalinos por las lágrimas.
-Te amo, Aneko…
-Te amo, Katsumi…
Se besaron apasionadamente a la vez que Katsumi comenzaba a moverse lentamente, buscando que Aneko se acostumbrara a él. Disfrutaba de escucharla gemir y verla irradiar placer. Continuó aumentando tanto la fuerza como la rapidez, sintiendo que no se podía controlar. La quería solo para él. La sentía apretarlo en su interior y clavar sus uñas en su espalda mientras decía su nombre en un leve suspiro. Finalmente no se logró contener, decepcionado de sí mismo. Se había excitado tanto, que no logró satisfacerla. Trató de luchar contra ello, perdiendo todo control sobre su cuerpo.
-ANEKO!
Aquella última penetración, con todo el peso de su cuerpo y luego sentir su esencia correr dentro de ella, elevó a Aneko a la cima del clímax y todo su cuerpo se contrajo.
-AHH!
Katsumi sentía que lo partiría si lo apretaba más. Se quedó descansando sobre su pecho, mientras la llenaba de besos y caricias.
Una vez que sus respiraciones fueron normales, Katsumi se separó, pero manteniéndola aún en un estrecho abrazo.
-Mi amor…
-No sé… Kami… tantas cosas…
Katsumi rió.
-Me vas a volver loco…
-Katsumi…
-Estuviste magnífica, mi amor… realmente espectacular…
-Qué significa eso?
-Que fue lo mejor de mi vida y sólo fue la primera vez… la que se supone que debe apestar…
Aneko sonrió.
-Soy feliz…
Se acomodó en el pecho de su novio mientras él le llenaba la cabeza de dulces besitos. Luego de un delicioso baño juntos, se prepararon para las desavenencias que enfrentarían ese día.
………………………………………
Sesshoumaru leía unos papeles con detenimiento cuando Rin entró en la oficina con Ryu en brazos.
-Papa!
Sesshoumaru levantó la vista y sonrió. Se había ido tan temprano ese día, que Ryu aún estaba dormido.
-Hola!
Se puso de pie y lo cargó para llenarlo de besos. Luego lo sentó en su sillón y abrazó a su sonriente esposa.
-Hola, preciosa…
-Hola, mi amor… tienes mucho trabajo?
-Sólo leo los informes del mes… pasa algo?
-No… es sólo que hace mucho que no comemos juntos… con eso de las clases de los niños hasta las 3, y tus juntas… sólo somos Ryu y yo…
-Perdóname, mi amor…
-Puedes salir a comer?
-Me encantaría…
-No me digas que no!
Sesshoumaru la besó con ternura y sonrió.
-Vamos…
Salieron de la oficina, Sesshoumaru cargaba a Ryu en brazos. Pasaron frente a la secretaria de Sesshoumaru.
-Kazami-sama…
-Mi amor, no creo que conozcas a mi nueva secretaria… Yuura…
-Hola, mucho gusto… Rin Kazami…
La secretaria le sonrió.
-Es un placer conocerla, Kazami-sama…
Rin le sonrió.
-Y él es mi hijo más pequeño, Ryu… saluda a Yuura…
-Hoda… o zoy Dyu Inubasha…
La secretaria río.
-Mucho gusto, Ryu…
A los pocos minutos, Rin y Sesshoumaru estaban camino al ascensor. Ya dentro de uno, Ryu se veía en el espejo del fondo y trataba de tocarse.
-Papa! Papa! O te vaya!
Sesshoumaru lo cambió de posición. Al ver su rostro, Ryu lo abrazó.
-Qué pasó, Ryu?
El pequeño se pasó la mano por el pelo y tomó un mechón del pelo de su padre. Comenzó a hablar en su propio idioma. Sesshoumaru sonrió y pretendió prestarle atención. Ya en el restaurante, Rin sonrió al ver al pequeño sentado en el regazo de su padre. Ahora jugaba con el nudo de su corbata. Continuaba hablando su dialecto, y luego comenzó a darle en la cara a Sesshoumaru.
-Ryu, no… Ryu… RYU!
El pequeño se detuvo asustado y lo vio con sus grandes ojos grises mientras hacía un puchero.
-Papa no me guede!
Ryu tiró sus bracitos hacia su madre, buscando un refugio lejos de su padre.
-Claro que te quiero, pero no me des en la cara. Eso molesta…
-Gomen…
Ryu lo besó en la mejilla. Sesshoumaru sonrió y lo abrazó.
-Vamos a comer…
Al terminar la comida, volvieron a la oficina de Sesshoumaru, iban tomados de la mano y riendo con las ocurrencias de Ryu, al pasar por la oficina de Inuyasha escucharon sus gritos y cruzaron miradas.
-Qué crees que sea?
-Lo creas o no, Inuyasha pelea más con los empleados que yo.
Aneko salió a su encuentro.
-Tío, ayúdame! Le va a dar un infarto!
-Qué pasó?
-Katsumi le habló de casarnos y se puso como loco…
-Veré qué hago… Rin, me esperas en mi oficina?
-Ya casi tengo que ir por los niños al colegio. Nos veremos en la casa.
-Está bien.
-Adiós, mi amor…
Se despidieron con un leve roce de sus labios, Rin se marchó con Ryu tomado de la mano. Sesshoumaru y Aneko entraron en la oficina.
-…SON UNOS NIÑOS!
-Con todo respeto, Inuyasha-sama, pero ni Aneko ni yo somos niños…
-Cómo van a vivir? Dónde?
-Inuyasha…
-Has visto una cosa igual! Se quieren casar!
-Y cuál es el problema?
-Keh! La apoyas porque no es tu hija!
-Como si lo fuera. A poco prefieres que lo hagan a escondidas y ella quede embarazada? Que se casen, digo yo!
-Pero es una niña!
-Tu hija es una mujer! Es mayor de edad! Inuyasha, comprende que no te están pidiendo permiso, si no que te están anunciando sus planes.
-No me ayudas! Dónde van a vivir? De qué van a vivir si los dos estudian?
-Yo compré un apartamento donde viviremos…
-Y con qué lo mantendrás?
-Tengo un ingreso fijo de unos intereses que me genera una cuenta bancaria… podemos vivir de eso, es más que suficiente.
-Estás loco!
-Inuyasha-sama, esa cuenta me genera 750,000 yenes al mes, son más que suficientes para los gastos de los dos.
-Pero…
-A mi me parece que lo tienen todo cubierto…
-No es suficiente!
-Inuyasha, 75 mil dólares al mes, es más que suficiente para dos personas.
-Pero…
Inuyasha cerró los ojos exasperado.
-Es tan joven…
-Papá… si tu te enamoraste de mamá a los 13 años, porque no puedo enamorarme yo a los 21?
-Pero Aneko…
-Yo amo a su hija, Inuyasha-sama… y lo único que queremos es que lo acepte… porque quiera o no, Aneko será mi esposa…
-Vamos, papá… acéptalo… Además, quiero que me lleves al altar…
Inuyasha sintió que se le aflojaban las piernas.
-Aneko…
De repente, toda su furia se encandeció.
-Dónde rayos pasaste la noche?
-Papá!
-Dónde estabas! Tú no fuiste a la casa anoche!
-Me quedé dormida…
-Dónde?
-En el apartamento nuevo…
Inuyasha casi le vuela la cabeza a Katsumi, de no ser por Sesshoumaru.
-Papá!
-Qué le hiciste a mi hija, mal nacido! Qué le hiciste a mi bebé!
-Papá! No hicimos nada malo!
-Suéltame, Sesshoumaru!
-Tranquilízate… pareces perro rabioso.
-Pero es que este desgraciado…
-Papá, yamete, onegai! Ya! Está bien, tú ganas!
Aneko, con lágrimas en los ojos, se quitó el anillo de compromiso y se lo entregó a un Katsumi boquiabierto.
-No puedo, mi amor… no puedo con él… perdóname…
-No! Aneko…
-Yo no soy tan fuerte como mi mamá… no puedo…
Aneko salió de la oficina con las lágrimas empapando su rostro. Katsumi contempló el anillo en sus manos, lo encerró en un puño y fijó su mirada en Inuyasha.
-Muchas gracias por arruinarme la vida…
Katsumi reunió la poca fuerza que le quedaba y caminó fuera de la oficina. Inuyasha se quedó parado frente a Sesshoumaru, buscaba una manera de justificarse. Sesshoumaru negó con la cabeza.
-Si querías evitar que la hirieran, fallaste. Quien la hirió fuiste tú.
-Pero…
-Pero nada, Inuyasha. Katsumi hizo todo lo posible por agradarte, por cumplir tus exigencias… no lo hizo porque solo quiere acostarse con ella. Tú lo sabes. No es así… Hizo todo porque la ama. Hasta un idiota, comprendería.
Sesshoumaru fue a su oficina y le dijo a su secretaria que no volvería. Se fue directo a la casa de Inuyasha, donde encontró a Kagome sin entender una palabra de lo que Aneko decía.
-Sesshoumaru…
-Me dejas hablar con ella unos minutos?
-Está bien, mamá…
Kagome salió de la habitación, Sesshoumaru se sentó al lado de Aneko y ella se refugió en sus brazos.
-Qué hago, tío?
-Lo amas?
-Sí!
-Entonces porqué te rendiste?
-Yo no soy tan fuerte como mami o tía… yo no puedo simplemente dejar a mi familia!
-No creas que tu mamá dejará que Inuyasha gane así como así…
-Pero le traeré problemas! Y si se divorcian por mi culpa?
Sesshoumaru la abrazó con fuerza.
-Eso no va a pasar…
-Pero porqué tú si me entiendes y él no?
-Tienes que comprender, que para nosotros es difícil hacernos a la idea de que nuestra niña se va casar y formar familia. Tú no eres una bebé, pero nosotros te vemos así. A veces te veo, y te veo como cuando tenías 10 años, cuando conociste a Rin… veo a Sakura y aún creo que es una pequeña bebé. Pero Sakura ya tiene 5 años, ya no quiere que la vea sin ropa, ya no quiere que la bañe. Y todo es porque soy diferente a ella.
-Pero…
-Inuyasha simplemente te ama más de lo que está dispuesto a admitir. Y por eso te sobreprotege, sin pensar que él mismo puede ser quien te cause daño…
-Pero es que no le hace caso a nadie! Ni a ti…
-Claro que no, es como él dice, te apoyo porque no eres mi hija… quizás, Kagome y él nunca han tocado ese tema. Pero Rin me dio una buena charla de hasta dónde llegaba mi poder sobre mis hijos…
-Tío…
-Lo que pasa es que en Turquía, aunque la hija sea mayor de edad, es ilegal si se casa sin el permiso de sus padres. Y Rin sufrió mucho por eso… pero en tú caso… Ay! Princesa, es que mi hermano es un bruto!
Aneko rió aún entre los brazos de su tío.
-Ves? Así eres mucho más hermosa… vamos, llama a ese novio que amas tanto y dile que no te rindes aún…
Sin embargo, Aneko trató por todos los medios de contactarlo, pero no lo logró. Estaba tan desconsolada que se quedó dormida víctima del cansancio por llorar pensando que Katsumi ya no quería saber nada de ella. Para cuando Inuyasha llegó a la casa, Kagome ya estaba enterada y lo saludó con tremenda cachetada.
-Oye!
-El que seas su padre no te da el derecho para desgraciarle la vida!
-Te estás volviendo loca!
-Cómo rayos se te ocurre hacerle eso? Dime con qué cara se te ocurre! Es que ya olvidaste todo lo que me pasó! Olvidaste la tortura por la que pasé!
-Kagome…
-No me importa lo que pienses, no me importa cómo te sientas. Vas a ir con tu hija y te vas a disculpar con ella. Vas a localizar a Katsumi y te vas a disculpar con él y más te vale que esos dos se casen…
-No voy a hacerlo!
-Entonces no volverás a dormir conmigo! Porque eso te hace un hipócrita y no te lo voy a soportar!
-No voy a…
-NO ME IMPORTA! ES QUE NO ME IMPORTA LO QUE HAGAS!
Inuyasha salió al jardín. Pasaron varios minutos cuando Kagome fue con él y lo abrazó.
-Kagome…
-Mi amor… es que no viste el dolor en sus ojos? No la viste llorar? Ellos se aman, Inuyasha…
-No se aman… ella renunció…
-Crees que es fácil llevarle la contraria a tu familia? Inuyasha, toda mi familia murió el día que me casé contigo. Crees que es fácil enterrar a tu padre, madre, y hermano al momento de poner tu firma en un papel.
Inuyasha la abrazó y la besó en la sien.
-Yo no he dicho que es él o nosotros…
-Pero porqué se lo niegas? Inuyasha, Aneko estaba tan ilusionada con que la llevaras al altar… hasta se imaginó como te pondrías con un nieto…
-Ese bastardo se acostó…
-Inuyasha, yo también fui la niña de alguien… y tú también fuiste el bastardo que me llevó a la cama…
-Pero es que…
-Además, mi amor. Ellos no hicieron nada. Se pasaron la noche hablando y pensando cómo sería su futuro. Más bien, armándose de valor para hablar contigo hoy.
Inuyasha sintió el beso que Kagome le daba en el pecho.
-Mi amor, imagínate que yo me hubiera rendido…
La abrazó con fuerza.
-Inuyasha, no quiero perder a mi hija… y no lo haré…
……………………………………………
Inuyasha volvió a la casa con Katsumi, quien luego de que Kagome le dijera, subió las escaleras a zancadas. Kagome sonrió y abrazó a su esposo y lo llenó de besos.
-Eres genial, mi amor. Cómo lo encontraste?
-Es un poco lógico de dónde estaría después de que lo botaran…
Aneko sentía unas suaves caricias en su mejilla.
-Mamá, déjame sola! Me quiero morir!
-No te puedes morir, pequeña… no me puedes dejar sólo…
-Mi amor!
Aneko lo abrazó con fuerza mientras las lágrimas se escapaban antes de ella pensar en detenerlas.
-Perdóname, mi amor… fui tan tonta, tan débil! Kami, mi amor! No quiero dejarte, no quiero separarme de ti nunca más!
-Tranquila, pequeña, sólo fueron 4 horas…
-Las peores de mi vida. No quiero pelear contigo…
Katsumi sonrió mientras acariciaba la cabeza de Aneko.
-Mi amor… Aneko, cásate conmigo…
-No me lo tienes que pedir dos veces…
Katsumi le colocó el anillo y besó su mano, sonriendo, se acercó a sus labios y la besó con ternura.
-Te amo, pequeña…
-Te amo, mi amor…
Aneko lo besó apasionadamente y luego contempló su anillo recostada del pecho de su prometido.
-No me lo volveré a quitar jamás…
-Tienes que quitártelo cuando te pongas guantes…
-Entonces lo usaré en una cadena.
Katsumi sonrió.
-Tienes que hablar con tu papá.
-No quiero, ahora mismo recojo mis cosas y me voy…
-No, pequeña… él fue quién me encontró y me trajo a ti…
Bajaron las escaleras tomados de la mano, Inuyasha y Kagome estaban en el jardín, mientras los niños jugaban no muy lejos de ellos.
-Papá…
Inuyasha se dio vuelta y acarició el rostro de su hija. La besó en la frente.
-Quiero que me perdones, princesa… me comporté como exactamente juré que nunca lo haría… yo sólo quería protegerte…
-Te quiero, papá…
-Y yo a ti, mi amor…
Aneko lo abrazó con fuerza y lo besó en la mejilla.
-Papi, quiero que estés conmigo el día de mi boda.
-No me la perdería por nada del mundo.
Aneko sonrió. Inuyasha tomó su rostro entre sus manos.
-Mi bebé se va a casar…
Aneko rió. Inuyasha vio a Katsumi.
-Sólo espero que seas capaz de hacerla feliz…
-Puedo apostar mi cuello a que lo haré.
Kagome sonrió y abrazó a Inuyasha desde atrás.
-Qué tal si los dejas irse a celebrar?
-Kagome…
-Tú y yo también tenemos algo pendiente…
Inuyasha sonrió recordando la promesa de su esposa para con esa noche. Una vez que los pequeños estuvieron dormidos, cargó a Kagome y la llevó a la cama mientras reían. Una vez sobre el colchón, se quedaron viéndose a los ojos y riendo.
-Aún me duele la cachetada que me diste…
-Te la merecías por cabezón. Cómo se te ocurre hacerla sufrir así?
-Perdóname, mi amorcito lindo…
Kagome lo besó con dulzura.
-Te amo, cabezón…
Inuyasha rió mientras se acomodaba a su lado.
……………………………………………
Aneko no dejaba de besarlo y abrazarlo. Ni siquiera había comido.
-Pequeña, no tienes hambre?
-No, no quiero nada que no seas tú…
Katsumi sonrió y se dejó besar.
-Yo también te amo… pero mi amor, vamos a comer algo…
-Qué quieres comer?
-Algo que hayas hecho tú…
-Hm… déjame ver que puedo hacerte…
Aneko preparó una carne a la plancha e hizo una ensalada, con la cual, Katsumi quedó encantado. Luego de fregar los platos, se la comió a besos mientras elogiaba su comida.
-Cocinas comida para dioses…
-No es para tanto…
-Claro que sí, mi diosa… tu comida es deliciosa, simplemente deliciosa…
Aneko rió y se dio vuelta, para recibir más besos en sus labios. Se escapó de sus brazos y luego de pellizcarle el trasero, huyó hacia la habitación. Cuando Katsumi entró, la encontró sentada sobre la cama.
-Pequeña…
-No puedo creer que justo aquí, esta mañana me hayas hecho mujer… tú mujer…
-Es una realidad, mi amor… Pero… esas sábanas hay que cambiarlas… salimos tan rápido que no las cambié en la mañana…
-Está bien…
Aneko se levantó y haló las sábanas. Se quedó viendo la mancha en las sábanas.
-Kami!
Corrió al baño y volvió como un minuto después.
-Qué pasó? Estás bien?
-Sí… es que… creí que me había llegado… mira como dañé las sábanas…
-Tranquila, mi amor. No es nada…
-Es vergonzoso…
-Pequeña… esto es la marca de nuestro amor…
Katsumi la abrazó y la besó con ternura.
-Nunca creí que me enamoraría de alguien como te amo a ti…
-Katsumi…
-Me alegra y no sabes cuánto, el ser tu primero… y único…
-Mi amor…
Aneko se perdió en la mirada de Katsumi, quién sólo sonrió y volvió a besarla, esta vez penetrando en su boca con su lengua.
-Te amo, pequeña…
………………………………………………
Rin sonrió al despertar sintiendo unas frías y pequeñas manos sobre su rostro.
-Mama!
Abrazó a Ryu aún sin abrir los ojos.
-Mama…
-Hola, mi amor…
Rin abrió los ojos, Daisuke y Sakura también estaban sobre la cama. Sesshoumaru se acercó y la besó con ternura para luego terminar de hacerse el nudo de la corbata.
-Kami! El desayuno! Sessh! Porqué no me despertaste! Mira esto! Los niños están en pijamas!
-Mama, hoy no hay clases…
-Reunión de profesores…
Sesshoumaru rió.
-Te lo han dicho como mil veces.
-Lo olvidé…
Rin se sentó en la cama y observó a sus tres retoños.
-No tienen hambre, verdad que no?
Los tres negaron con la cabeza.
-Qué bueno, porque mami tiene mucho sueño.
-Porqué, mami?
-Porque tu papi no me dejó dormir anoche.
-Porqué?
Sesshoumaru rió.
-Será mejor que le contestes, preciosa…
-Como serás… porque… porque es un necio y se pasó la noche portándose mal.
-Y no lo castigaste?
-Sí.
Sesshoumaru se sentó a su lado y la besó con ternura.
-Te amo, preciosa… vendré a buscarlos al medio día para ir a comer.
-Cuídate, mi amor…
-Siempre…
-Papa!
Sakura brincó a los brazos de su padre, quien la abrazó y la llenó de besos.
-Te quiero, princesita.
-Te quiero, papa…
Sakura lo besó en la mejilla. Sesshoumaru besó a Ryu en la frente y realizó un extraño saludo de manos con Daisuke.
-Qué es eso?
-Es sólo para hombres, mami…
-Ah? Y entonces yo?
Sesshoumaru y Daisuke la besaron uno en cada mejilla.
-Para ti son los besos.
Rin sonrió y se quedó con los niños en la cama luego de que Sesshoumaru se fuera.
-Qué tal si dormimos un poco y después nos vamos a preparar el desayuno?
-Sí!
Ryu se quedó acomodado sobre su pecho, Sakura pegada a su costado y Daisuke bajó de la cama.
-Dai, a dónde vas?
-Yo no cabo…
-Se dice quepo.
-Bueno, no quepo…
-Claro que sí, mi amor…
Rin se rodó y quedó en el centro de la cama, le señaló a Daisuke dónde se podía acomodar. Lo besó en la cabeza.
-Siempre hay lugar para mis bebés.
…………………………………………
N/A: Que tal? Espero que les haya gustado. Espero sus reviews.
Besos
Mizuho
