No soy dueño ni de Magic the Gathering ni de Saint Seiya.
'palabras'
"pensamientos"
Capítulo I.
El mensajero.
Era un día tranquilo en el Santuario, desde hace un par de años se había aceptado que las mujeres formaran parte de los santos dorados; los cuales ya habían aceptado a una aprendiz para llegar a ser una Santa Dorada.
Mu se encontraba meditando en las afueras de la casa de Aries, la calma era demasiada, como la que precede a la tormenta.
"Hace ya un tiempo que Aioria y los otros se marcharon en esa búsqueda, no comprendo por que están tardando tanto, por lo menos las casa de Leo, Capricornio, Acuario y Escorpio no están…" sus pensamientos fueron interrumpidos cuando un sujeto comienza a subir las escaleras del Santuario.
'¿Quién anda ahí?' preguntó con su habitual calma
'Necesito hablar con la diosa Atenea o con el Patriarca Shion' respondió el extraño 'Mi nombre es Davon' se quita la capucha y su capa y deja a relucir su armadura, que era de un color negro oscuro, con extrañas líneas y grabados tallados; lo más curioso y aterrador era su casco, le cubría todo el cráneo y cara y aparentaba tener la forma del rostro de un hombre siendo devorado por un ser extraño.'Es algo de extrema urgencia' concluyó.
'No puedo dejar que pases, a menos que me expliques qué es esta urgencia que mencionas'.
'Tengo estrictas órdenes de no decirlo, y eso haré… pero puedo mostrártelo, aunque te advierto que será de tu agrado' terminando de decir esta frase comenzó a murmurar algo en un idioma desconocido.
'¿Qué haces?' preguntó Mu sin alterarse en lo más minimo.
'Threads of Vision!' gritó Davon e inmediatamente ambos comenzaron a vislumbrar lo que estaba por acontecer en la tierra.
'Eso no puede ser real…' murmuró un horrorizado Mu 'en serio eso va a pasar…'
'Me temo que podría pasar, pero vengo a avisaros para que se puedan tomar medidas al respecto… por favor, déjame pasar' suplicó.
'Está bien… te permitiré pasar, pero no intentas nada' concluyó el caballero.
'No se preocupe' dijo mientras apresuraba el paso y se disponía a atravesar la casa de Aries.
'Será mejor que alguien lo observe' dijo en voz baja.
'Si, mi maestro' respondió una voz femenina que provenía detrás de él.
Mientras tanto, Davon ya había atravesado la casa de Aries cuando es atacado por alguien.
'¡Revélate!' ordenó 'Invasor..'
'Creo que ambos somos invasores, pues no venimos de este lugar' respondió el ser que se mostraba, parecía humano, pero la armadura que estaba injertada lo quitaba toda duda de que no era humano. 'Morirás…' diciendo esto, aquel ser se autodestruye dejando un hedor insoportable y asfixiante que envuelve al sujeto de la armadura negra y lo deja en el suelo retorciéndose del dolor y luego cayó inconsciente.
Fin Capítulo I
