Cerezos en flor ( AU)

Para Aguz

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Kasumi: Misty

Satoshi: Ash

Hiroshi: Richie

Takeshi: Brock

Nanako: Casey

Hanako: Sra Ketchum

Sakura: Daisy

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(El fic puede parecer raro por momentos o.oU esta ambientado en la epoca medieval… y con exactitud no sé porque puse los nombres originales, pero creo que la razón era porque me hice un embrollo con los malditosa sufijos japoneses –eso del 'chan', 'sama' y demas estaba volviendome loca :P si alguien tiene suficiente paciencia para explicarmelo se lo agradeceria con creces n.n)

Capitulo 01

- Pero padre…-

- Ni una sola palabra mas. Satoshi. Esto es definitivo-

-Pero…-

Las replicas no tuvieran efecto en el hombre mayor. Su aspecto duro no pareció ablandarse ante los ruegos del joven. Con igual aire de desinteres dejó la delicada porcelana de te sobre la mesa y se levantó.

El joven alzó la cabeza tras la reverencia: los puños crispados a los costados de su cuerpo, una expresión desafiante en su rostro de adolescente y adulto. Su cabello brillaba como ebano bajo los primeros rayos del sol primaveral, recorriendo sus ojos color almendra hasta la linea tensa de sus labios.

Con aire sombrio y resuelto embainó su espada y se levantó.

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- Señor…- la hermosa doncella se inclinó en forma sumisa.

- Kasumi, levantate hija-

Esta se incorporó alzando el borde de su vestido, todavía sin abandonar el respeto hacia su anciano padre -¿Queria verme mi señor?-

- Si, querida.Ven aquí –esperó que la joven se aproximara a él –Ya he arreglado tu matrimonio. Lord Sekai ha quedado muy conforme con tomarte por esposa para su unico hijo. Lograras un buen acuerdo nupcial, hija mia-

Ella volvió a hacer una reverencia –Si, señor- juntó las manos como agradecimiento aun a pesar de la expresión vacia que reflejaba su semblante de porcelana –Gracias señor…- inclinó nuevamente la cabeza y su trensa –hecha del mas increíble naranja-rojizo que pudiera existir en un color de cabello- cayó graciosamente al costado de su garganta.

El anciano sonrió satisfecho –Puedes retirarte-

Kasumi no se dejó repetir la orden. Alzó el ruedo de su falda bordada y se alejó lentamente con la vista clavada en sus zapatos. Apenas se encontró fuera del salón principal, echó a correr hacia los jardines dejandose caer contra uno de los muros de piedra. Mirando el cielo azul-celeste que se aguó en sus ojos, dejó escapar un triste gemido semejante a un lamento.

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Era de noche y en la inmensa fortaleza reinaba el mas absoluto silencio. Lejanas parecian las horas en que la mas joven de sus ocupantes recibia la noticia de su matrimonio arreglado, ahora el castillo esperaba en vilo el momento en que se celebrara el compromiso formal entre ambas familias, y los novios, desde luego pudieran verse por primera vez.

Kasumi ubicó el velo oscuro en su cabeza de modo que ocultara su cabello rojo. Este fácilmente parecia una antorcha en las sombras y develaria a cualquiera su presencia. Apretó el paso por el frio corredor viendo por sobre su hombro que nadie la siguiera. Llegó hasta la habitación que buscaba y abrió suavemente la puerta.

- Nanako? –llamó vacilante adentrandose en la pequeña celda – Donde estas?-

Se detuvo en el centro de la misma suspirando angustiada. Sus ojos verde mar parecian violetas bajo el oscuro velo.

- Nanak…?- la palabra murió en su garganta cuando algo la sujetó del cuello. Un brazo fuerte y masculino.

- Eres sirviente de la Familia Yawa?- rugió una gruesa voz junto a su oido.

Ella solo atinó a mover la cabeza en señal positiva, demasiado asustada para negarse –S-si…-

El hombre la soltó y la tomó del brazo girandola con violencia. Ahora lo tenia frente a frente. Pero tenia tanto miedo de lo que podria llegar a hacerle que no se atrevió a levantar la cabeza para verlo.

Este la estudió con el ceño fruncido. Era pequeña en estatura, a simple vista le llegaria hasta el pecho o quizas unos cuantos centímetros mas arriba. Al ver su ropaje oscuro se preguntó si en esa familia estarian de duelo. Su humor sarcastico fantaseó con la posibilidad de que su flamante prometida fuera la desafortunada victima. Pero esa seria demasiada suerte, y él carecia de esta…

- Dile a tu ama- comenzó con el mismo tono amenazador –Que rompa el compromiso con la Familia Sekai…-

Ella no contestó. Tragó saliva dificultosamente ignorando el terror que sentia. Al oir la palabra 'ama' entendió que el hombre creia estar hablando con una sirvienta. Algo le decia que no seria buena idea corregirlo de su error.

- Me has oido?- preguntó peligrosamente. Kasumi enmudeció de terror.

Con impaciencia rodeó su barbilla con una mano y la alzó hacia él –Me has oido…?-

Sin embargo no estaba preparado para lo que encontró…

Su mano sostenia el rostro de una niña. Cutis palido y perfecto como porcelana, aun a la luz agonizante de una vela que luchaba por no consumirse. Pero eran esos ojos enormes los que hicieron que la soltera y retrocediera como si se encontrara frente a una divinidad. Nunca habia visto ojos asi donde un color predominara sutilmente sobre el otro. Verde y azul unidos en una armonia perfecta.

- Lo oi, señor…- la muchacha contestó estrujando asustada, las manos sobre el pecho. Sin duda la mirada insistente de auqel guapo desconocido la alarmaba.

- Uh…- él dio un paso hacia un ella y la pobre retrocedió tres. Sus ojos enormes y humedos bullian llenos de aprensión –No voy a hacerte daño…-

Kasumi se mantuvo en su lugar con una valentia que estaba lejos de sentir. Inclinó débilmente lentamente la cabeza.

- No era mi intención asustarte…- explicó sin poder quitarle los ojos de encima –Sucede que…- un delgado hilo de fuego se deslizó entre los pliegues del velo cubriendo su ojo izquierdo. Él se detuvo alarmado- Te he hecho daño?. Habré golpeado tu cabeza tal vez?. ¡Estas sangrando…!-

Kasumi alzó la mirada algo divertida. Con delicadeza sopló el mechón de cabello rojo y de un practico movimiento se quitó el velo. Ondas y rizos llameantes cubrieron sus hombros y espaldas como fuego liquido.

- ¡Jesús!- él no pudo retener la exclamación de asombro. Por un momento pensó que una herida le cruzaba la frente, pero nunca imaginó aquello. Sin duda el color llamativo en lugar de hacerla ver ridicula o indecente, le daba un aspecto etereo y hasta mistico.

- Es real?-

- Mi cabello?- preguntó con suavidad viendolo por primera vez a los ojos –Supongo que si. He tenido este color desde que naci…-

El joven no contestó parecia demasiado absorto en contemplarla.

- El señor Sekai lo ha mandado a cancelar la boda?- preguntó ella con voz suave.

Él meditó unos segundos. Su carácter impulsivo lo habia llevado a los pies de ese castillo decidido a romper ese compromiso sin necesidad de develar su verdadera identidad y solo valiendose valiendose de la improvisación.

De golpe se preguntó como reaccionaria su familia si en vez de casarce con una mujer rica y refinada, lo hiciera con una sirvienta cuyos cabellos parecian llamear como el sol naciente.

- Mi señor…- se aclaró ruidosamente la garganta –Mi amo solo solicita el derecho de elegir él mismo a quien será su esposa-

- Pero…- Kasumi intervino – Es una tradición… Su amo ni siquiera conoce a… a su prometida…-

- Creeme que ahora no le interesa conocerla-

Kasumi escondió la mirada tristemente.

- Su ama me l… se lo agradecerá con el tiempo- agregó rapidamente cuando casi se descubrió frente a ella.

- Si señor…-

Él sonrió -Bueno… ya he cumplido con el pedido de mi amo –miró a la chica unos instantes –Perdón por haberte asustado…-

- No importa…-

Satoshi asintió y se encaminó hacia la ventana (para salir del mismo modo en el que habia entrado) cuando se giró a verla por ultima vez. Ella mantenia su cabeza inclinada en señal de reverencia. Todo su cabello rojo- anaranjado caia a un lado de su cuello en el mas delicioso desorden. Volvió sobre sus pasos.

- Una cosa mas…- murmuró acercandose a ella.

La joven alzó la vista –Si, señor?-

Satoshi no pareció pensar lo que estaba haciendo, acortó los pasos que los separaban y al segundo siguiente la habia tomado entre sus brazos y sus labios expertos se unian a los de esa niña virginal, que tembló ligeramente ante esa sensación desconocida.

Fue el beso robado mas inocente que hubo en su vida. Sin embargo y en el momento en que sus bocas entraron en contacto supo que habia hallado algo nuevo. Algo que nunca habia sentido antes.

Algo que iba mas allá de lo que él conocia, y entonces supo que esa hermosa niña de los cabellos de fuego debia ser suya de algun modo.

Iba a decir algo, ofrecerle una disculpa por eso, cuando la aludida en cuestión le cruzó la cara con una bofetada que dejó su cabeza volteada hacia un lado.

Él la miró sorprendido sobandose la mejilla. Ella habia retrocedido nuevamente y cubria sus labios con una mano como borrando el beso que acababa de darle.

- Atrevido!- exclamó furiosa. Su pecho subiendo y bajando de agitación.

Satoshi no estaba enojado, Al contrario. Encontraba fascinante esa fuerza de carácter y el modo tormentoso en que le brillaban los ojos. Sonrió y luego se inclinó a recoger un pequeño objeto que yacia a sus pies. Una delicada peineta que debió de habersele caido cuando él metió las manos dentro de su cabello para besarla.

La sostuvo entre sus dedos unos segundos y luego la llevó a sus labios, para acto seguido ocultarla en algun lugar bajo su capa.

Le hizo una pequeña reverencia desde el recodo de la ventana y entonces saltó hábilmente hacia el vacio.

Kasumi vio su capa negra flameando en el aire como una bandera para luego perderse entre las sombras…

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Continuará…

Nota:

(Aguz feliz cumple! Aquí mi humilde regalito n.n!)

Por cierto es un universo alterno… por si no se dieron cuenta 

Nos vemos!

Sumi Chan