Disclaimer¿Es necesario que diga que no soy J.K. Rowling? Menos mal!

Dedicado a Mayris! Gracias por apoyarme! Te quiero mi niña!

Capítulo 2: "Fieras", de Rodolphus Banger

Dumbledore, todavía sonriendo, se acercó a su ridículo pajarraco rojo y comenzó a acariciarlo.

Es increíble, ve que no queremos estar allí y aún así se pone a acariciar a un pájaro y a darle su comida.

Como odio a este tipo.

¿Cómo se atreve alguien así a ser nuestro director? Es patético.

Y aún encima colecciona calcetines¿alguien en su sano juicio coleccionaría calcetines?

Yo creo que el único que lo alcanza, es padre Weasley, tan ridículo y estúpido como el hijo. Tienen razón esas personas que dicen que de tal palo tal astilla.

-Profesor….

La sangre sucia se dirigió a "Papa Noel", que salió de su nube y caminó hasta su escritorio y con la lentitud de un camello se sentó.

Comenzó a alternar la mirada entre nosotros, se paraba unos segundos en nosotros, que me entró ganas de decirle y todo:

-Si, que si, que somos personas.

Sonrió y bajó la mirada a un papel que tenía debajo.

-Cuéntenme¿a que han venido?

-¡Lo que faltaba! –pensé yo indignado- A tomar un café, no te fastidia. Pero este¿se entera de algo, alguna vez?

Granger tragó saliva y comenzó a explicar lo que había pasado, entrecortadamente, Dumebledore le sonreía.

-Y eso es todo profesor Dumebledore-finalizó la morena rascándose la garganta a causa de los nervios.

Se levantó de nuevo y comenzó a pensar la tortura o castigo que tendría que ponernos.

Como no, los castigos que ponía siempre este eran tan patéticos, como el propio viejo.

-Tendré que ponerles un castigo-dijo al final, tras pensar y recorrer los 50 kilómetros del despacho.

Yo sonreí.

-Que listo, si no me lo llega a decir, ni lo sé. ¿Qué haría yo sin usted?-susurré sarcásticamente mirando para el asqueroso pajarraco que tenía este de mascota.

El director no me oyó, al contrario que la sabelotodo, que aparte de tener una cabeza digna de un búho, también tenía el oído demasiado desarrollado.

Que pena que las orejas de Weasley no se le hubieran pegado, porque con esa cabeza, ese oído y las orejas de Weasley. Dumbo por la vida.

Granger me puso mala cara, pero la rectificó casi al instante ya que no pudo aguantar la sonrisa.

-Solo una cosa más, para saber yo. ¿Quién de los dos comenzó la pelea¿Usted señor Malfoy o la señorita Granger?

Ambos señalamos al otro.

Dumbledore como no, sonrió. Es que se pasa todo el día sonriendo, yo creo que tiene que tener un hierro o algo por el estilo.

Yo contraataqué, después de todo no quería que me castigara.

-Pero tú que dices ¿eh? Si fuiste tu la que te abalanzaste sobre mi, y no digas que no, porque casi me metes la varita en el ojo.

Granger abrió mucho los ojos.

-¡Que dices! Que yo solo defendí a Ron y a Harry ¿vale? Aquí el único idiota de la escena eras tú.

Ambos nos habíamos olvidado de Dumbledore que nos observaba atentamente desde su escritorio.

-¿Cómo? Mira pija, a mi no me vengas con esas porque yo sé lo que vi.

Que solo te faltó tirarte encima de mí y empezarme a morder.

-¡Serás imbécil!-yo alcé una ceja. Me sorprendía cada vez más-No mientas, solo eres un niñato, un niño de papá. Que no sabe defenderse solo, sin sus gorilas.

Dumbledore impuso silencio.

-Bien ya veo como están las cosas. Creo que lo mejor será que el castigo, será pasar 48 horas juntos, salvo para ir a clases.

-¿Qué!

-Profesor….-exclamó la morena apoyando sus manos en la mesa del escritorio de este.

-Lo siento, los castigos son así, algunos son duros y otros no. Decidan ustedes mismo de que tipo es. A partir de ahora comienzan las 48 horas, a la hora de la cena, vendrán aquí y yo les indicaré donde deben dormir.

Yo detuve a Dumbledore con la mano.

-¿Y dónde comemos? Me niego a ir a comer a la mesa de Gryffindor y espero que ella-la miré directamente- Ni se atreva a ir hasta la mesa de Slytherin.

Él me sonrió directamente.

-Creo, señor Malfoy, que eso depende de ustedes.

Salí rápidamente de aquel antro de mala muerte, con un raro sabor de boca. ¡Tenía que pasar 48 horas con la sangre sucia¿Cómo el idiota del barbudo me puede hacer esto¿Cómo¡A mi!

Le di una patada a todo lo que se puso en mi camino, en el trayecto hacia la clase de Snape.

-Eh, Malfoy-declaró una voz detrás mía.

No me giré. ¿Para qué¿Para encontrarme con una sucia engendra horrorosa? No gracias…

-Malfoy…Sé me agota la paciencia-seguía gritando ella. ¿Y cree que a mi no? La nena cree que es el centro del universo Potter-Weasley…Hipócrita-. ¡Maldito hurón¿¡Quieres darte la vuelta de una vez!

Me giré lentamente, acentuando mi sonrisa en cada movimiento.

-Esa lengua Granger¿Qué¿Qué quieres?-me crucé de brazos, mostrando quien es el que manda y quien el sirviente.

-¡Cállate repugnante dragón¡Eres insoportable! Mira…Estas 48 horas van a ser las peores de mi vida, lo sé, pero mientras tu estés calladito y yo también, todo irá bien…Y ahora mono-neuronal ya es hora de comer, así que me largo.

Odiaba tener que hacer aquello, pero la agarré por el brazo impidiendo que avanzara.

-Veo que además de tonta, eres sorda¿no has oído a Dumbledore? No…Veo que no. Mejor para mi, haz lo que quieras Granger-salí hacia las cocinas mientras la castaña se quedaba mirándome con cara de interrogación.

Llegué a las cocinas, donde los elfos me atendieron. Me respetan…Saben quien es el amo.

Mientras tomaba mi cerveza de mantequilla, vi como la puerta se abría. Supuse que sería Pansy, la muy pesada. Desde la última vez que la besé está realmente, insoportable.

Un hombre debe de aprender de sus errores.

Cerré los ojos esperando el típico abrazo, que siempre hace cuando me ve….

Mi sorpresa fue, como una silenciosa figura se interno en la sala y se sentó a mi lado.

Giré la cabeza y vi a Granger con cara resentida.

-Una de copos de avena-pidió ella sin mirarme todavía. Notaba que la miraba y tan solo dirigió su mirada menos de un segundo.

Sonreí satisfecho a la evidencia.

-Veo que no has podido resistirte en seguirme. Sé que soy irresistible para ti, Granger.

Oí como una risa totalmente sarcástica, salía de su boca.

-No me digas, hurón. ¿Tan mal se me ha dado ocultarlo?-preguntó, mientras se tapaba la mano con la boca.

-Vamos Granger. Admite lo evidente.

-Déjate de tonterías Drag-Queen-se levantó rápidamente¿la ponía nerviosa? Sonreí para mis adentros-. Yo ya ha terminado, esta tarde no tengo clases, yo voy a la biblioteca.

Muy a mi pesar, me levanté y la seguí. No sabía como nos controlaría Dumbledore, pero no me gustaba la idea de que alguien me viera con ella.

Caminamos rápidamente hasta la biblioteca. Su falda bailaba al compás de sus caderas y no podía contener mi instinto de "depredador" Llevaba una fiera dentro y no podía controlar nada de lo que hacía. La fiera rugía. Y yo, desgraciadamente, no podía retirar la mirada.

Como buen ratón de biblioteca, Granger se sentó en una mesa apartada.

Que Dumbledore hubiera dicho que teníamos que estar juntos, no significaba que tuviéramos que estar juntos…en la misma mesa.

Así que me puse en la mesa opuesta a la de ella, y cogí el primer libro que tocó mi mano.

Resultó ser un ejemplar de animales salvajes. "Fieras" se titulaba, y el espécimen que lo había escrito era, Rodolphus Banger.

Comencé a leer con atención, aunque de vez en cuando alternaba mi mirada con la de Granger que casualmente me miraba cuando yo la miraba. Que curioso…¿verdad?

Los lobos son fieras de la noche, que actúan observando, primero, como actúa su presa y sus puntos débiles

Me empezaba a gustar ese libro. Yo soy la fiera, no cabe duda, y ahora…¿Quién es mi presa?

¿Potty? No, no, mejor Rey Weasley.

Levanté la mirada y vi como la sangre sucia cogía una pila de libros más alta, que su propio cuerpo.

Mejor Granger…Continué leyendo.

Se alimentan de carne fresca. Van en manada, y su astucia se compara con la de los zorros. Por eso, localizar los puntos débiles de la víctima no resulta un trabajo, demasiado, dificultoso

¿Cuáles son los puntos débiles de "esa"? Desde luego, Potter y Weasley, pero sobre todo Weasley. Cualquiera que tenga ojos en la cara, se hubiera dado cuenta.

La chica estaba totalmente "colada" por él…Y el muy idiota, no tenía ni idea. Aparte de no ver la quaffle, no ve más lejos de sus narices, por lo que veo.

Estos animales muestran respeto, a otros animales, como leones, etc. Animales de gran tamaño. El lobo, cuando está en el período de buscar pareja, logra ver cierto atractivo en otras de su especie, o incluso, en otras que no son de su especie

Noté un brazo que me abrazaba por detrás. Pansy me susurraba cosas al oído que ni siquiera me molesté en oír.

-¡Draquin! No te he visto en la comida-se me aferró más al brazo, mientras yo ni la atendía-. ¡Estaba muy preocupada!

Ese libro era estupendo…Reflejaba todo sobre mí. En Pansy, había visto cierto atractivo. Ella era sangre limpia. Era…de mi especie.

Pero en cambio Granger, no era de mi especie. Si yo era un lobo…Ella era una leona.

Primero porque el pelo ese, es de león seguro. Y otra, me llama la atención. Tiene una buena retaguardia, muy buena diría yo.

¡Pero Granger no podía atraerme!

¡Ni de lejos, ni con los ojos vendados¡Nunca!

Me daba igual cuanto tiempo, estuviera allí…Debía convencerme que la estúpida aquella no me atraía en lo mínimo.

Las cinco de la tarde…Progresaré…

Las seis de la tarde…Pansy se va, gracias a dios…

Las siete de la tarde…Nada, no puedo convencerme…

Las ocho de la tarde…Granger se levantó y pasó la mano, por delante de mi cara. Volví de un trance, que ni siquiera era un trance. Solo una auto-convicción de un pensamiento "oscuro y maligno"

-Ya sé que estás acostumbrado a que la gente te espere…Pero¡te quieres apurar Malfoy!-me gritó desde el final del corredor.

Asentí con la cabeza, mientras llegábamos al despacho de Dumbledore. Subimos por la escalinata y antes de que Granger llamara oímos un familiar y patético : Adelante

Entramos silenciosamente y por el camino logré, por fin, hacerle la zancadilla a la sangre sucia.

Como deseaba hacerla enfadar…

-¡Pero tú!-gritó ella desde el suelo. Alcé las cejas y comencé a silbar, dando a entender, de que no tenía nada que ver.

-Ya veo…-oímos decir a Dumbledore, el cual lo habíamos ignorado desde el primer momento-. Por favor sentaros…

Obedecimos al instante, Granger chocó conmigo intentando que cayera al suelo, sabe que soy yo más fuerte que ella, y aún así lo intenta…Me da pena, pero solo un poco.

-Veo que no habéis progresado en nada. Lo siento mucho, pero tendré que ponerles 48 horas más de lo debido. Esto no está dando los resultados que yo creía, otro error de anciano-finalizó con una sonrisa en los labios.

-¿Qué!-grité antes de que Granger pudiera decir nada-. ¡Como sepa mi padre lo que me está haciendo¡Compartir aire con esta!

Dumbledore, me miró con severidad, pero ¡me daba igual¡Su severidad y él que se fueran a la mierda!

-Bueno-continuó mientras hacía un ademán con la mano, dirigido hacia mi-. Tu padre ya está informado, y está de acuerdo, cree que mejorará tu personalidad.

Sentí un aire frío, que me helaba todas las partes del cuerpo…¡No podía creer aquello¡Mi propio padre!

Bajé la cabeza en señal de derrota…

Granger seguía sin decir algo, y por una vez en su vida, el ratón de biblioteca, podía haber hablado…No hubiera estado de más, en aquella ocasión.

-Ahora les diré donde pasaran la noche, hoy y los próximos días-le entregó a Granger un mapa¿Qué pasa¿Qué no se fía de mi?-. Aquí tenéis el lugar. Espero que no os resulte dificultoso dar con el. Ya podéis iros.

Me levanté rápidamente y salí de aquel despacho, que apestaba a "Basura muggle" Algo realmente asqueroso, para lo que estoy acostumbrado.

La sangre sucia, estaba enfrascada en el mapa que le había dado Dumby.

-Tu-la llamé-. ¡Tierra llamando a Granger!

-¡Qué?-gritó ella al final haciendo que retrocediera un paso.

-¿Dónde está?-pregunté con las manos abiertas, indicándole con la mirada que era algo obvio.

Ella volvió a inspeccionar el mapa minuciosamente.

-En la Torre Oeste. Al parece hay una habitación.

-Vaya, vamos a la torre de la "Bella Durmiente" -respondió sarcástico, mientras comenzábamos a caminar-. Que detalle. Espero que esté un príncipe encantado ahí arriba…

Granger ocultó la sonrisa, pero sabía que la hacía reír, sin mirarla. ¿Quién se resiste a mis encantos?

Caminamos en silencio, durante un período de, aproximadamente, diez minutos escasos.

No fue muy duro encontrar la puerta. Tenía un farol encima, y los bordes estaban adornados con unas llamativas "flores".

-Como te decía Granger, la torre de la "Bella Durmiente"-dije mientras observaba su cara de horror.

-Entremos…-contestó, rozando el pomo de la puerta, temerosa.

La puerta se abrió, haciendo el típico ruido, de "No se ha abierto en años"

No estaba tan mal como había pensado, no era mi casa, pero al menos no había siete enanitos cargados de flores en el interior.

Un cuarto de baño a lo lejos, una mesilla de noche, un pequeño farol encima de una estantería y la cama.

Espera…¿La cama¿Solo una?

-¿Solo una?-exclamamos al mismo tiempo.

Desde luego, no iba a ser una buena noche…


¡Hey!

¡Thanks¡Por los rr¡Me han gustado muchísimo!

¡Los responderé en un auto-rr!

¡Os quiero!

(Pronto pondré el próximo capítulo, titulado: Inconvenientes de tener una sola cama)

Eli