Dame

Capítulo 3

Sora no conseguía entender que demonios estaba pasando. Habían transcurrido tres días del encontronazo con Nao en las duchas, y desde entonces, no sólo Fujimori no le dirigía la palabra sino que para colmo desaparecía todas las noches.

¿Estaría realmente Nao viéndose con alguien...? La punzada de los celos cada vez se hacía más presente. Cuando se encontraban, no se dirigían la palabra. Pensó que tenía que reaccionar de una vez o si no, jamás sabría si Nao salía con otro o no. Lo tenía decidido, hablaría con él.

-Sora-sempai! Que alegría de verte, ¿qué haces por nuestra aula?

-Perdonad pero, ¿no habéis visto a Fujimori por aquí?

-Creo que está en el aula de música.

-Vaya...gracias.

Rápidamente se dirigió hacia allí. Asomó la cabeza por la puerta discretamente y allí estaba Nao. Se armó de valor y se acercó a saludarle.

-Ohayou, Fujimori!- dijo con un toque rosado en las mejillas.

-ah...ohayou, Hashiba- y, sin tan siquiera elevar la vista, se marchó.

-ah, espera..!- pero el muchacho de pelo rosado había desaparecido de su campo de visión -¿me está esquivando...?

-Evidentemente, sí.

-UAHH!- la voz del rubio detrás de su oreja le sobresaltó –Matsuri! No me des esos sustos!...

-hum...hombre, evidentemente te evita, ¿tienes alguna explicación para ello...Sora-kun?- dijo con una mirada de sospecha.

-Yo...no...bueno...- no podía contarle a Matsuri acerca de la activa vida sexual de sus otras personalidades y mucho menos el "accidente" en las duchas.

-Mira, creo que lo mejor es que le acorrales y le digas de una vez lo que sientes...-le guiñó un ojo.

El rostro sonrojado pero algo triste de Sora le sorprendió.

-¿Pasa algo...?

-Matsuri...Nao se va todas las noches de la habitación. Creo que sale con alguien.

-Vaya...¿estás seguro?

-Si...creo que sí...Uù

-Bueno...de todas formas creo que deberías hablar con él. Además, como jefe de dormitorios, no puedo permitir que ande por las noches escapándose.

-Esta bien. Intentaré hablar con él, gracias, Matsuri.

Se despidieron y Sora decidió esperar al momento oportuno para hablar con él: por la noche, cuando volviera de su ronde nocturna. Esperó todo el día hecho un manojo de nervios a que llegara la noche. Y cuando fue la hora de ir a acostarse, se arropó en las sábanas y se hizo el dormido.

.o.O.o.O.o.O.o.

Eran cerca de las cuatro de la madrugada cuando Sunao regresó a la habitación. Sin encender las luces, y tras asegurarse de que Sora "dormía" comenzó a desvestirse.

-¿De donde vienes, Fujimori?

La sangre se le heló en las venas. Quiso correr hacia la puerta, pero Sora saltó de la cama para impedirle el paso. Encendió la luz y pudo observar a un sonrojado y alterado Nao sin camiseta.

-No es de tu incumbencia...

-Yo creo que si lo es, llevas tres días evitándome, sé que nos han pasado cosas raras últimamente pero...- le agarró de la mano para que lo mirase-¿se puede saber que demonios te pa...?- sus ojos recayeron en algo que había en el cuello de su compañero. Marcas, o lo que quedaba de una marca hecha hace unos días. Marcas de...besos.-Fujimori...¿eso es...?

El pelirosado se cubrió la marca con la mano y volvió a desviar la mirada, sonrojado. Sora sintió algo arder dentro de él. Poco a poco, la cordura le abandonaba, y un nuevo alter-ego llamado celos se hacía con el control de su mente y su cuerpo.

-¿Quién te ha hecho eso..? Dímelo...

-Ya te he dicho que no te incumbe...

-DÍMELO!- le gritó, echándole sobre la cama y agarrándole las manos- ¿¡por qué?¿¡por qué él puede tocarte y yo no...?

-Suéltame...-dijo Sunao entre asustado y enfadado. Aquel no podía ser Sora, seguro que era Yoru.

Pero Sora no le hacía caso. Había comenzado a morder su cuello de forma bastante poco considerada y una de sus manos empezaba a desabrocharle el pantalón.

-No! Suéltame, así no!...-siguió resistiéndose, pero Sora estaba como poseído. Hacía caso omiso de lo que le decía su amigo.

Algo húmedo rozó la piel de Sora, quien, como dándose cuenta de la barbaridad que estaba haciendo, se quedó mirando a Nao, el cual ya no se resistía y que ahora, mirando hacia un lado, lloraba.

-Yo...Fujimori, lo siento, yo no...

-¿qué se supone que soy para vosotros...?

Sora no entendía de que le estaba hablando.

-¿No teníais suficiente con casi violarme la otra noche haciéndome creer que era Sora? ¿Por qué os empeñáis en hacerme creer algo que no va a pasar nunca? Dímelo, Yoru...

-..¿Yoru...?¿de qué estás hablando...? Yo sigo...sigo siendo Sora- dijo con una aureola rosada en las mejillas.

-..tu...¿entonces...por qué...?-balbuceó.

-Yo...no se por qué, pero pensar que alguien te...-se mordió el labio-...solo me preocupaba por ti- mintió mirando de refilón las marcas de su cuello.

-Pero si me las has hecho tu...-dijo mirándole sonrojado y algo incrédulo- es decir...Yoru...la otra noche...

-¿Qué has querido decir con lo de casi te violan...?- preguntó algo asustado dándose cuenta por fin de que había pasado en realidad.

-E-ellos empezaron...bueno, tu sabes...-se sonrojó- y me obligaron a mirar.

-...yo...lo siento-miró hacia el suelo sintiéndose como la peor escoria del mundo-...y lo siento también por lo de hace un momento.

-...¿p-por que hiciste algo así?- se sonrojó más de lo que ya estaba.

-...y tú...¿por que dijiste "así no"?- elevó un poco la mirada-..¿por qué dejaste de resistirte...?

-pensaba que era Yoru, solo dije una tontería...-trató de disimular- siento haber estado escapándome por las noches, pero es que tenía algo de miedo de que volviera a pasar...

-¿...tanto? –comenzó a decir Sora mirando al suelo y con los puños apretados.

-..¿huh..?- Sunao le miró sin entender

-...¿tanto te desagrado...?

Ahora si que no sabía que contestar. ¿Era eso lo que él creía que era? O, mejor dicho, lo que él deseaba que fuera.

-yo no he dicho eso...-intentó explicarle.

-yo...no puedo evitarlo- continuó Sora, ahora mirándole a los ojos y con un evidente sonrojo en el rostro- quizás no está bien pero...a mi me gustas.

El pelirosado no podía creer lo que estaba escuchando.

-Me gustas mucho, Fujimori- se le quedó mirando, su cabello rosa alborotado sobre su pecho desnudo, el pantalón entreabierto, la cara de sorpresa y las mejillas sonrojadas. Le acarició con una mano la mejilla- Kawaii...

Con algo de tristeza caminó hacia la puerta.

-No hace falta que duermas fuera siempre, seré yo quien me vaya y así Yoru no volverá a molestarte.

Pero algo le agarró la mano y le detuvo. Sora se volvió lentamente y observó una cabecita rosa agachada y completamente sonrojada.

-Tu...tu a mi también...me gustas -Sora apenas creía lo que estaba escuchando- Desde hace mucho...por eso...dije "así no"...creía que era Yoru y por eso...

-...¿por eso...?-Sunao se sonrojó más ante la impaciencia de Sora.

-por eso quería que fueras tu él único que me tocara así...-dijo eso último muy bajito. Era incapaz de mirarle a la cara.

Ninguno de los dos sabía que hacer. Estaban muy cortados, querían besarse pero no se atrevían. Ni siquiera se atrevían a respirar, por si se rompía algo de aquel perfecto momento.

Ambos eran inexpertos en el sexo y en el amor, aunque sus alter-ego hubieran tenido de sobra experiencias de ese tipo.

Lentamente y sin mirarse a los ojos se fueron acercando el uno al otro. Con manos temblorosas, Sora rodeó a Nao en un abrazo, estrechándole contra él suavemente. Éste, igual de nervioso, colocó sus manos en la cintura del peliazul. Apoyaron frente con frente, aún sin mirarse a los ojos.

-..¿estás...estás nervioso...?-dijo primero Sora.

-...si, un poco...-respondió-...mucho.

Una pequeña risa tensa por parte de los dos. Sora le dio al interruptor y quedaron a oscuras.

Sus rostros comenzaron a acercarse. Podían sentirse temblar al uno en los brazos del otro. Sus labios se rozaron tratando de besarse con algo de torpeza, pero con dulzura envidiable.

Sus ojos se buscaron, por primera vez, en la oscuridad. Sora se desprendió de su camiseta y se volvieron a abrazar. Era increíble la sensación de calor que les inundaba al rozarse piel con piel.

-¿Nos echamos...?

-Vale...

De la mano se aproximaron a la cama. Se echaron el uno al lado el otro, Nao boca arriba, mientras Sora le besaba y ambos se acariciaban el torso y el contorno con manos ya algo menos inseguras.

Nao se acomodó sobre el pecho de Sora y éste le rodeó con los brazos.

-Mañana hay clases...

-Lo sé..descansemos. Mañana hablaremos con más calma.

-Hasta mañana.

-Hasta mañana..

Y en realidad, ninguno de los dos consiguió conciliar el sueño. Solo disfrutaron del abrazo del otro, cuerpo con cuerpo, hasta que por fin amaneció. Sin moverse, casi sin atreverse a respirar. Ahora todo era distinto.

.O.o.O.o.O.o.

Notas de Musita:

Bueno, pues el siguiente será el último capi en el k por fin tendréis lemon. Siento haberme retrasado TAAAAANTO. Lo tenía escrito pero no disponía de tiempo ni permiso para acceder al ordenador xD.

El próximo capi no tardará años, lo prometo xD.