Los personajes pertenecen a la asombrosa Stephenie Meyer. La historia está basada en el libro "El Maravilloso Mago de Oz" de Lyman Frank Baum, en el libro "Wicked: Memorias de una Bruja Mala" de Gregory Maguire y en el libreto de la puesta en escena "Wicked: La Historia jamás contada de las Brujas de Oz" de Winnie Holzman. Yo solo quise hacer una interpretación diferente de las historias.
.
.
.
Isabella se encontraba caminando por los pasillos de la universidad de Shiz, hace algunos minutos se habían convencido de que la señorita Esme podría ser lo suficientemente comprensiva como entender su situación.
Se acercó algo indecisa a la puerta de la oficina de la señorita Esme. Después de unos segundos, tocó suavemente.
— Pase. — se escuchó del otro lado de la puerta, dentro de la habitación. Con leve temblor, Isabella giró la perilla y entró a la oficina. — ¿Isabella? Que sorpresa tenerte aquí. — dijo Esme con una sonrisa. Se retiró los lentes y dejó los documentos que estaba leyendo sobre una gran pila a su derecha. Se puso en pie y caminó para encontrarse con la joven. — ¿Todo está bien? No me digas que la señorita Denali sigue causando problemas.
La expresión preocupada de Esme hizo sonreír a Isabella.
— No es nada de eso, señorita. Esperaba poder hablar con usted de un tema un poco más… privado. — de forma cómoda, señaló el escritorio para que cada una tomara asiento.
Después de algunas respiraciones, Isabella procedió a contarle a la señorita Esme cómo su madre, a los pocos días de dar a luz, se había percatado de la dificultad que tenía Isabella con el agua. Tal parecía que la curiosa pigmentación no era lo único extraño en ella, pues desde el momento en el que nació, Isabella había sido incapaz de tolerar el contacto con el agua.
También le explicó la extraña situación que había encontrado su familia para que pudiera asearse de manera frecuente: leche. Era la única cosa que Charlie nunca le había negado a Isabella, un poco de leche para bañarse. El cuerpo de Isabella no parecía expedir ningún tipo de olor bajo ningún concepto, sin embargo, cuando la chica verde lloraba, era común que delicadas líneas rojizas quedaran plasmadas en sus mejillas por algunos días.
Impactada y aún en shock por la noticia de la hija mayor del gobernador, la señorita Esme había accedido a intentar conseguir la suficiente leche como para llenar su tina de baño, al menos un par de veces a la semana.
Conforme con el resultado de su petición, Isabella procedió a preguntarle a su profesora acerca de algunos procedimientos que habían visto en el seminario de hechicería el día anterior. Y así, ambas se sumergieron en una amena charla de magia.
.
.
.
Respirando más relajada, Isabella tomó dirección a la habitación de su hermana, esperaba poder darle una visita y charlar un poco. Durante estas primeras semanas de clases casi no habían podido verse muy seguido.
Sin embargo, no contaba con que en los pasillos, todos hablaran de ese chico Edward Masen. Al parecer había llegado a alborotar a todos los estudiantes, empeñándose en organizar la 'fiesta del año' cerca del mirador de Oztrellas. Isabella no entendía cómo nadie veía lo presuntuoso y arrogante que era aquel príncipe.
Se apuró a entrar a la recámara de Alice, quien levantó la mirada de su libro. Isabella se desplomó en la cama con un resoplido.
— ¡Es absurdo! Aparece un tonto niño rico y todos terminan embobados porque les lleva a un centro social de moda… — se dio la vuelta para quedar de cara al colchón, escuchando la musical risa de su hermana.
— Hasta yo voy… — Isabella se levantó como un resorte, mirando a Alice con los ojos desorbitados. — ¡Yo también voy! ¿No es genial? Al principio Jasper no se atrevía a pedírmelo, por su timidez. Pero cuando Vanya…
— ¿Vanya? — Isabella se sentó en la orilla de la cama sujetándose el rostro con las manos, sin creer lo que estaba escuchando. Negó con la cabeza.
— ¡No! Por favor, Isabella, no te pongas en ese plan, no te atrevas a hablar mal de ella. — Alice se acercó a su hermana. — Estoy a punto de tener la primera noche feliz de mi vida, ¡y es gracias a Vanya! Al fin sabré lo que es una cita, y Vanya me ayudó. — miró a sus manos, pensando intensamente. — Yo… No sabría qué hacer para agradecerle lo que ha hecho. Isabella… por favor, no sabes lo que esto significa.
Isabella tomó el rostro de su hermana, sonriéndole dulcemente. Nunca le podía negar nada.
— Lo se…
.
.
.
Con extrema precaución, Vanya caminaba por su habitación, buscando alguna señal de que Isabella estuviera allí. Al no encontrar ninguna señal, regresó corriendo a la puerta y le hizo señas a sus amigas para que entraran. Estas rieron por la 'travesura' y cerraron la puerta de un golpe.
El trío estaba listo para empezar a arreglarse, esa noche sería la fiesta en el mirador de Oztrellas y querían vestirse para impresionar.
Pasadas algunas horas, Vanya por fin se decidió por un vestido rosa con muchos holanes, sostenido por unas finísimas tiras que reposaban sobre sus hombros. Se da la vuelta para que sus amigas puedan ayudarla con el cierre de atrás.
— ¡Arréglenme, arréglenme, arréglenme! — chilla emocionada dando pequeños saltos. — Para Edward… — termina con un suspiro ilusionado. Cuando todo estuvo en su lugar, caminó a su closet y tomó un par de tacones (también rosas) y se apresuró a ponérselos.
Sin mucho que hacer, pues ya estaban listas, Irina y Kate se pusieron a curiosear por la recámara.
— ¡Santo Oz! ¿Qué es esto? — exclama Kate horrorizada. Estaba mirando debajo del escritorio de Vanya, cuando se le cruzó una caja extraña y el abrirla se encontró con un sombrero negro, de ala muy ancha y puntiagudo.
— ¡Dame eso! — dice Vanya avergonzada, arrebatándole el horrible sombrero. — Mi abuela me compra los regalos más horrorososos… Lo regalaría, pero no tengo a nadie que odie tanto…
El trio de amigas se miró entre sí, estallando en risas de repente.
— ¿Nadie? — tanteó Irina con una sonrisa malvada.
— Hay no podría… — Irina y Kate volvieron a estallar en risas mirando a Vanya. — ¿O sí?
Un ruido en la puerta las alertó, Irina y Kate se tensaron al mirar que Isabella caminaba y se detenía al verlas. Por un momento pareció que estaba por decir algo, pero al final solo les dirigió un asentimiento de cabeza y se sentó en su escritorio.
Kate e Irina se despidieron rápidamente de Vanya y salieron por la puerta.
Isabella fue la primera en hablar.
— Escucha, Vanya… mi hermana y yo estábamos hablando de ti hace un rato, y estaba pensando…
— ¡Yo también estaba hablando de ti! — la interrumpió la rubia, estallando una sonrisa en su rostro. — Pensé que te gustaría usar esto para el baile de esta noche… — Vanya le enseñó el sombrero que había causado burlas entre sus amigas. Isabella lo toma con confusión, sin saber qué decir. — Wow… el negro… — dijo de forma graciosa. — ¡El negro es lo de hoy, chica! Como que se parecen, veo una vibra muy genial aquí. — sonrió ampliamente. — Que esto quede aquí entre nos… ¡Ese sombrero y tu fueron hechos para estar juntos!
No muy segura de lo que acababa de pasar, Isabella sostuvo más de cerca el sombrero.
Me acaban de… ¿invitar al baile?
.
.
.
Definitivamente era la fiesta del año.
Todas las personas que eran alguien habían asistido, el lugar contaba con una gran pista con muchas mesas alrededor, y a unos metros la atracción principal se abría paso. El gran mirador.
Cuando la fiesta estaba comenzando, llegaron Jasper y Alice. Ambos sonrieron al llegar a la pista, pues las enérgicas luces daban el ambiente adecuado para pasarla bien, así como el mirador ofrecía un toque más romántico para las parejas que quisieran tener algo de privacidad.
— Disculpa, Alice… — empezó a decir Jasper volteándose a mirar a la chica. — He estado pensando acerca de… pues acerca de que te invité hoy…
— Tranquilo, Jasper. Sé por qué lo hiciste… — la joven le dedicó una sonrisa triste, mirándose las manos. — Es… por mi invalides, sentiste pena por mi… Eso fue, ¿no?
El chico rubio la miró, sin saber muy bien qué decirle. La incertidumbre le invadió el cuerpo, no quería herir los sentimientos de la hermosa Alice.
— No… — es en ese momento que su mirada se encuentra con la de Vanya, que al entrar los había localizado. — Fue porque… — Vanya, al ver la indecisión en el rostro de Jasper, señaló hacia Alice. — porque… — Jasper por fin miró a Alice, quien no había notado el intercambio. — ¡Eres la chica más hermosa que conozco!
— ¡Jasper! Tu eres lo máximo… hoy es el primer día de nuestras vidas… — dijo Alice con una brillante sonrisa. Las penas de Jasper desaparecieron al ver la expresión de la chica.
— Vamos a… bailar. — exclamó Jasper sin pensarlo mucho.
— ¿Qué? — dijo Alice sorprendida, pensando que había escuchado mal. Jasper solo rió y empujó a Alice más dentro de la pista.
.
.
.
Poco después de la llegada de Vanya, apareció Edward. Toda la actividad del mirador pareció detenerse, tomándose su tiempo para mirar al apuesto y joven príncipe.
Fueron unas divertidas primeras horas, la fiesta estaba en su mejor momento, todos los estudiantes hablaban de la hermosa pareja que Vanya y Edward hacía, y notando que en ningún momento de la noche se habían separado.
Fue entonces que algo extraño sucedió.
— Señorita Denali… — grande fue la sorpresa de Vanya cuando vio entrar a la señorita Esme.
— Señorita Esme, ¿usted aquí? — Vanya dejó de bailar y se separó de Edward, quien veía con el ceño fruncido a la profesora.
— Tengo algo para usted. — explicó Esme. Acercándose más a la rubia, le extendió lo que parecía una varita.
— ¡Una varita de entrenamiento! — gritó Vanya emocionada. ¿finalmente la habían aceptado en el seminario de hechicería? ¡Esto no podía ser posible! — ¿Cómo puedo mostrarle mi gratitud?
— No tiene que mostrarme nada… — dijo Esme con algo de desagrado. — agradézcaselo a su compañera de cuarto…
— ¿Quién, Isabella? — ¿y esa cosa qué tenía que ver?
— Así es, la señorita Isabella me pidió que la incluyera en mi seminario de hechicería… dijo que lo hiciera esta noche o ella se salía del curso.
— Pero… ¿Por qué haría algo así? — Nada tenía sentido.
— Quien sabe. — dijo Esme con tono cansado, soltando un suspiro. — En mi opinión usted no es apta para esto, espero me demuestre lo contrario… pero lo dudo. — rodó los ojos, como si tampoco entendiera nada, y tan rápido como llegó, se fue.
— ¿Qué sucede? — pregunta Edward al acercarse a Vanya y ver su cara de confusión.
— Tengo lo que quería… — comentó la rubia, aún confundida.
— ¿Y cuál es el problema? — Edward siempre tenía problemas para entender a las mujeres.
— Nada. — dijo la rubia, decidiéndose por dejarlo pasar, ya tendría tiempo de hablar con Isabella después.
— Perfecto. Bailemos. — Para Edward, era mejor si no tenía que escuchar los mil problemas que aquejaban la vida de Vanya.
Pocos minutos habían pasado, los alumnos parecían volver a divertirse como si esa noche fuera la última de sus vidas. Aunque incluso la música pareció detenerse en el momento que llegó Isabella al mirados.
A este punto, todos se habían acostumbrado a su característico color verde, pero de manera más bien moderada pues Isabella procuraba cubrir la mayor parte de su piel como le fuera posible. Pero no esa noche. Isabella llevaba un vestido negro de tirantes gruesos, si bien era bastante más debajo de las rodillas, la coloración seguía siendo impactante. Ninguno de sus compañeros le había visto los brazos antes, ni que decir de las piernas.
De lo único que no tuvieron reparo en reírse, fue del ridículo sombrero puntiagudo que Isabella traía puesto.
La chica verde notó de inmediato de lo que se reían todos y, fulminando conla mirada a Vanya, se quitó de un manotazo el sombrero. Su larga y caoba trenza se movió violentamente ante el desplante.
¿Por qué debería importarme? ¿Quieren que sea su bufón? ¡Pues aquí me tienen! Pensó amargamente Isabella, volviéndose a colocar el sombrero de la misma forma violenta. Había venido a la fiesta después de todo, ¿no? Pues más le valía divertirse.
— Esto habla muy bien de ella, no le importa lo que piensen los demás. — comentó Edward con algo de admiración. Para él, era bastante obvio que Isabella se encontraba muy incómoda. Daba la apariencia de querer salir corriendo en cualquier momento. Sus cejas se arquearon al ver que Isabella caminaba al centro de la pista y empezaba a bailar… completamente sola. Esas son agallas.
— Claro que le importa… — farfulló Vanya sin saber qué hacer. — solo que se hace la que no… — miró a Isabella bailando horriblemente. — Me siento terrible…
— ¿Por qué? Nada de esto es tu culpa… — preguntó Edward confundido. ¿Por qué Vanya se sentiría mal por Isabella? Después de todo, la chica verde se lo había buscado solita.
Vanya, sintiéndose terriblemente mal por haber hecho que Isabella se pusiera ese horrible sombrero, caminó hacia ella. Esta la miró con fuego en los ojos, deteniendo sus movimientos cuando la rubia estuvo a su lado.
— ¿Bailamos? — preguntó Vanya titubeante. Las personas que estaban más cerca de ellos se rieron ante la ocurrencia. La chica verde, entonces, señaló con la mano la pista, indicándole a Vanya que, si quería bailar con ella, debía empezar primero.
Para aligerar un poco las cosas, Vanya intentó imitar los feos movimientos que hacía Isabella. Esta se confundió ante lo ridícula que se veía la chica y apretó los labios, intentando no reírse de ella. Vanya, al notar su cambio lanzó una musical risa al aire y tomó de los brazos a Isabella, enseñándole cómo debía moverse.
Sorpresivamente, se encontraban pasando un buen rato cuando se les unió Edward, también sonriente.
Esta sería su oportunidad de por fin tocar la verde piel de Isabella. Sin perder ni un momento más, Edward tomó a Isabella del brazo. Ambos saltaron ante la corriente eléctrica que pasó a través del contacto. ¿Será una reacción debido al color verde? Se preguntó Edward. Intentándolo de nuevo, y con una sonrisa más suave, volvió a colocar su sobre el brazo de Isabella.
Definitivamente, le gustaba su textura.
.
.
.
¡No puedo creer que ya terminé este capítulo! Jajaja se me fue tan rápido, es que amo esta historia jajaja ¡Por cierto! Vi por ahí un comentario preguntando un par de cosas… bueno… aquí voy…
La pareja principal si es canon (Edward y Bella), sin embargo, las parejas secundarias son bastante cambiantes, la historia tiene algunas cosas ahí que le da la vuelta a todo jajaja amm… pues actualizo cada que termino un capítulo jaja la verdad no tengo día, pues esta historia la estoy armando yo, solo basada en otro libros… pero, bueno, estoy de vacaciones y me encantaría actualizar todos los días n.n
Hice algunos calculo, y probablemente la historia tendrá alrededor de 20 capítulos n.n bastante bien a mi parecer (si es que no se me mete la locura ja).
Entonces, no olviden dejar un lindo comentario, ni olviden pasarse por mi hermoso grupo de Facebook 'Twilight Over The Moon'.
¡Nos leemos pronto!
