Los personajes pertenecen a la asombrosa Stephenie Meyer. La historia está basada en el libro "El Maravilloso Mago de Oz" de Lyman Frank Baum, en el libro "Wicked: Memorias de una Bruja Mala" de Gregory Maguire y en el libreto de la puesta en escena "Wicked: La Historia jamás contada de las Brujas de Oz" de Winnie Holzman. Yo solo quise hacer una interpretación diferente de las historias.

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Cruzó las puertas del instituto con la cabeza gacha. Por ningún lado le encontraba lógica a las reacciones de su cuerpo, ¿por qué actuaba así frente a Isabella? Claro, ella ya sabía que él era un tonto, pero… ¿por qué de repente quería que ella viera más que eso?

Hubo un momento en su vida cuando de verdad se preocupaba, a decir verdad, incluso hubo un momento en su vida en el que estuvo a punto de casarse, tener una familia…

Elizabeth…

Simplemente pensar en su nombre le daba escalofríos, ambos habían sido muy jóvenes cuando sus padres los comprometieron. Elizabeth había sido la hermosa hija de un lord en el reino de los padres de Edward, así que, para poder recuperar esas tierras, sus padres habían pactado el matrimonio entre sus hijos para que así ambas familias conservaran las tierras. El futuro de Elizabeth era ser princesa al lado de Edward.

Hasta que el accidente ocurrió.

La familia de Edward se había trasladado de Vinkus a Kiamuko, con el propósito de pasar el verano en paz, divertirse y, por supuesto, dejar que los herederos se conocieran más a fondo antes de la boda.

Algunos decían que habían sido bandidos del bosque, otros decían que cientos habitantes del país de los Winkis no veía con buenos ojos el matrimonio. La verdad era que se habían tratado de un accidente (al menos eso elegía creer Edward). Muchos aldeanos habían afirmado haber visto una pelota gigante volando en el cielo, con alguna especie de cesta colgando, el enorme objeto había estado cayendo en picada durante algunos segundos y, en su accidentado aterrizaje, había golpeado y volteado la carroza en la que se encontraba la futura princesa Elizabeth. Ella, su nodriza, su lacayo y el cochero habían perdido la vida ese día. Ningún miembro de la familia Masen había regresado al castillo de Kiamuko por órdenes del joven príncipe.

Edward a veces se preguntaba si él también habría perdido parte de su vida ese día.

Después de meses luchando contra la soledad, sus padres empezaron a temer que el príncipe Edward cayera en la locura a causa de la tristeza, fue por esa razón que lo alentaron a estudiar. Claro que él había tenido profesores privados, le habían enseñado diferentes idiomas, modales, cosas necesarias para que el príncipe pudiera gobernar algún día. Pero, sin la princesa, todos animaran a Edward a vivir la vida antes de convertirse en rey.

Fue así como durante un par de años, Edward cambiada de escuela cada cierto tiempo, sintiéndose inútil y sin motivación para aprender. No había logrado concentrarse lo suficiente en sus materias ni en sus nuevos profesores y, después de un tiempo, realmente dejó de importar.

Llegó a la puerta de su dormitorio sin mirar a nadie en particular en los pasillos. Se desabrochó los primeros botones de su camisa formal y se dejó caer en la esquina de la cama, tomando su cabeza entre sus manos, dejando que sus codos descansaran en sus rodillas.

Isabella… Isabella… ¿Por qué era tan diferente?

Al principio le pareció gracioso, cómo la extraña chica verde intentaba esquivar a todos a su alrededor. Edward sintió curiosidad ante la evidente característica que compartían. Su piel. Nunca creyó tener algo más en común con ella, su carácter era… explosivo, y cada vez que Edward estaba cerca de ella se veían rodeados de problemas.

Pero era ella. Nunca se preocupaba por aparentar ser alguien que no era, nunca daba por sentado las cosas. Era refrescante. Le era casi necesario.

¿Cuándo había empezado a preocuparse por ella? Pareciera como si de un momento a otro se necesitaran mutuamente. Constantemente e buscaban con la mirada durante clases o en la biblioteca, Edward ansiaba el momento de poder compartir tiempo con ella y escucharla parlotear hasta el cansancio acerca de alguna nueva injusticia que Isabella hubiera aprendido en clase de historia. Le encantaba ver su pasión, su voluntad de hierro y la decisión que siempre acompañaba sus discursos, cuando estaba con ella, algo cálido se extendía dentro del cuerpo de Edward y le hacía desear contarle todo, confesarle todos sus secretos y poder dejar caer todas las barreras a sus pies.

De mala gana se acercó a su escritorio, releyendo la carta que había mandado su madre esa mañana.

Querido Edward:

Espero te encuentres bien y que la habitación que escogimos para ti haya sido de tu agrado. Nos encantó la noticia de que compartas clases con Tanya Denali durante este año, su familia está bien acomodada y, como sabrás, Lord Denali tiene grandes extensiones de tierra bajo su mando.

Es por esto que nos pusimos en contacto con la familia Denali, esperamos terminar pronto con las negociaciones. Verás que este matrimonio será beneficioso para todos.

No olvides usar en suéter que te compré, pronto el clima se enfriará y no me gustaría que te enfermases.

Con amor, Marie Masen.

Edward nunca había renegado de su título, nunca había odiado su linaje. Hasta ese día.

Conteniendo las lágrimas, dejó la carta sobre el escritorio de un golpe, bufando con impotencia. Buscando algo qué hacer, caminó al pequeño balcón y se recargó en el barandal, mirando el extenso valle perteneciente a Shiz.

Ahora Isabella estaba de camino a la Ciudad Esmeralda por pedido del Mago, fuera de estas paredes, fuera de su vista, lejos, muy lejos. Sin el conocimiento que este sería el último año que compartirían juntos, antes de que Edward tuviera que partir de regreso al país de los Winkis a cumplir sus obligaciones, a casarse con Tanya.

¿Me recordarás con dolor? ¿Con resentimiento? ¿Tal vez con nostalgia? Pensó el joven príncipe antes de dejar que las lágrimas se llevaran su dolor.

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No pensaba escribir este capítulo, porque no se incluye en el musical, ni el libro jaja pero me pareció que Edward necesitaba la oportunidad de contar su historia y sus sentimientos… Francamente no pensé que el personaje me llevaría hasta este punto jaja pero así se decidió.

Espero que les haya gustado el capítulo, tendremos actualizaciones más seguidas jaja No olviden dejar un lindo capítulo, tampoco olviden pasarse por nuestro hermoso grupo de Facebook 'Twilight Over The Moon'.

PD. Creo que el próximo capítulo será algo largo, así que tendrán que tenerme paciencia jajaja les prometo que les encantará.

¡Nos leemos pronto!