Los personajes pertenecen a la asombrosa Stephenie Meyer. La historia está basada en el libro "El Maravilloso Mago de Oz" de Lyman Frank Baum, en el libro "Wicked: Memorias de una Bruja Mala" de Gregory Maguire y en el libreto de la puesta en escena "Wicked: La Historia jamás contada de las Brujas de Oz" de Winnie Holzman. Yo solo quise hacer una interpretación diferente de las historias.

.

.

.

La bruja voló por todo el territorio en lo que pareció ser tiempo record. Se acerraba a su escoba como si su vida dependiera de ello (aunque probablemente así era).

Las escenas recién ocurridas no dejaban de reproducirse una y otra vez en su mente.

Edward. Debía hacer algo para ayudar a Edward.

Aterrizó penosamente en la entrada de la cueva en donde habían pasado sus últimos y hermosos momentos juntos, rodó por el suelo sin piedad alguna, causándose heridas en varias partes de su cuerpo.

Se apresuró a entrar y a tomar de su desgastado bolso el grimery. Debía de haber algún hechizo de protección que pudiera usar para salvar a Edward de los guardias del Mago.

Sin pensarlo un instante más, comenzó a pasar página tras página, leyendo a una velocidad impresionante incluso para ella. Una palabra llamó su atención y, sin dedicarle nada más, comenzó a recitar.

— Eleka nahmen nahmen… Ah tum ah tum eleka nahmen… — las palabras se sentían extrañas en su interior. Sintió una peculiar presión en lo más bajo de su vientre. — Eleka nahmen nahmen… Ah tum ah tum eleka nahmen… — Aunque podía comprender lo que las extrañas palabras querían decirle… algo parecía no encajar dentro de ella.

Las lágrimas picaron sus ojos con desesperación. La sensación de ahogo la abrumó por un momento y comenzó a convocar cualquier poder que estuviera a su alcance, cualquier fuerza de la naturaleza, cualquier ser capaz de servirle de algo.

— Que no corten su piel, ni lo puedan sangrar… que no le encuentren hueso que quebrar… — comenzó su extraño cántico. La atmosfera comenzó a tornarse más turbia, pesada, tanto que le costó respirar. — Que no sienta dolor ni lo puedan herir. — ahora estaba jadeando. Necesitaba salir. — Si lo hacen… No ha de morir… No ha de morir. — se aferró al grimorio con ojos llorosos, ya no podía encontrar fuerza dentro de sí misma para detener las lágrimas que tantas décadas habían sido rechazadas.

Eleka nahmen nahmen… Ah tum ah tum eleka nahmen… Eleka nahmen nahmen… Ah tum ah tum eleka eleka ah…

No sintió ningún cambio luego de eso. Rugió con furia hacia el techo de la cueva, pareció que la tierra dio una sacudida debajo de ella en respuesta.

— Ya no hay más conjuros. No sé qué ritual debo usar. — sollozó para sí misma. Sus rodillas tocaron el suelo, y la joven bruja se desplomó con dolor. — Ni siquiera sé lo que estoy diciendo… — miró hacia la boca de la cueva, hacia el cielo abierto, suplicante. — Edward, responde… — pidió a las estrellas, extendió sus manos hacia el vacío frente a ella, deseando que Edward pudiera escucharla. — ¿Sangras o ya estás muerto? ¡Otro maldito desastre!

El silencio cubrió de pronto todo a su alrededor. El viento se detuvo, los árboles dejaron de mecerse, incluso los animales del bosque parecieron guardar silencio.

— No existe el bien sin castigo… — susurró quedamente cuando las dolorosas lágrimas por fin rodaron libremente por su rostro. Deformando cada centímetro de piel a su paso. — No hay acción benéfica sin un reclamo… No importa cuánto lo intente… No existe el bien sin un castigo… — repitió como un mantra. Más lágrimas bajaron, siseó de dolor. — Todo este tiempo… lo único que quería… yo solo quería…

Soltó otro penoso sollozo. A este paso su rostro debía ser un auténtico desastre. Intentó tomar un trago de aire, pero le parecía una misión totalmente imposible.

— Alice… Doctor Cullen… — susurró para sí misma, alzó la vista y juró que podía ver sus rostros en el cielo, mirándola. Por un momento creyó que le regresaban la mirada con ira y resentimiento, pero… allí. Ellos estaban esperando. Estaban esperando por ella. — Edward… Edward…

Se hizo un ovillo en el suelo, consumida totalmente por el dolor. Podía sentir la magia retorciéndose dentro de ella, pero no tenía idea de lo que debía hacer a continuación.

A lo lejos, se escuchó una sacudida de alas… de muchas alas en particular.

Ante el ruido, la bruja alzó la vista y, con asombro, observó a los cientos de monos voladores que ella había ayudado a escapar del Palacio Esmeralda. Isabella se incorporó con dificultad.

Uno por uno, las criaturas se asentaron frente a ella, esperando, mirándole con atención.

— Siempre ha habido… esta pregunta dentro de mí. — les habló a aquellas criaturas, ella no tenía duda de que eran capaz de comprenderla. — ¿Siempre busqué hacer el bien? ¿Solo quería ser notada? ¿Acaso yo busqué todo esto? Esta… maldición…

Las criaturas la miraron detenidamente, como si estuvieran listas para recibir órdenes.

Su magia volvió a moverse en su interior e Isabella lo supo. El camino que debía seguir.

— Si es malo hacer el bien… — volvió a hablar, esta vez con voz más firme. — Entonces, puedo ver perfectamente cuál es la realidad. — se puso en pie, aun con dificultad, y caminó para tomar su escoba de nuevo. — Si es malo hacer el bien…

Sin esperar reacción alguna de las criaturas a su alrededor, Isabella montó su escoba y se voló directo a la ciudad Esmeralda.

Si es malo hacer el bien… entonces, veo bien la realidad…

Antes de que cualquier guardia pudiera notar la presencia de la bruja junto con su ejército de monos alados, Isabella conjuró un rayo y logró tirar una de las altísimas torres del Palacio Esmeralda.

Sonrió con satisfacción cuando logró ver a los guardias y sirvientes del Mago correr y gritar despavoridos. Justo como ella lo había hecho anteriormente.

Toda la gente de los alrededores salió de sus casas para ver cuál era el escándalo. Los gritos y expresiones de asombro no se hicieron esperar cuando divisaron a la chica sobre su escoba.

— Pueblo de Oz. — llamó Isabella con voz contundente. Alzó las manos y los truenos resonaron por todo el país, la tierra misma pareció responder ante el llamado de la bruja. — Todo este tiempo hemos sido gobernados por un ser despreciable, que se ha dedicado a condenar toda buena obra.

No hay bien sin castigo. No hagas bien, porque el bien te cobra.

Su pecho se oprimió cuando el Mago por fin salió por el balcón del enorme palacio. Tanya estaba a su lado.

— Pues es suficiente. ¡Mírense entre ustedes! ¡Miren atentamente a su Bruja Buena! — gritó Isabella. Ella sabía perfectamente lo que estaban viendo todos los habitantes de la Ciudad Esmeralda. Isabella, verde en apariencia como toda la vida, con el rostro deformado, lleno de surcos a causa de las lágrimas que ya no parecían querer detenerse. — Hoy se sabrá quién es quién. Seré el monstruo en el que quisieron convertirme ¡Soy malvada y ya! — la tierra volvió a sacudirse para todas las personas que se asentaban sobre ella. Isabella alzó sus brazos, mostrando los tintes verdes que su magia era capaz de conjurar. Señaló al Mago en desafío. — ¡Y soy la que vengará al Príncipe Edward Masen!

Los monos voladores aparecieron entonces, saltando y destrozando todo lo que había a su alcance.

Debajo de todo, el Mago solo podía ver el terrible caos que estaba ocasionando Isabella en la ciudad. A partir de ese momento, ella sería su prioridad número uno, ella era demasiado peligrosa.

— ¡Hoy juro, pueblo de Oz! — rugió la bruja, sobrevolando el castillo, la plaza. Desafiando a cada par de ojos que se atrevía a regresarle la mirada. — ¡Hasta mi último aliento, no habrá ningún bien que yo desee hacer! ¡Nunca hubo bien, ni lo habrá jamás!

Y esa, fue la última noche en la que el pueblo de Oz tuvo algo parecido a la paz. Pues, en cada rincón, en cada momento de oscuridad, sabían, dentro de ellos, que nunca estarían a salvo de la Bruja Malvada.

Una bruja capaz de sacudir la tierra, capaz de conjurar truenos y relámpagos.

El pueblo de Oz nunca volvería a estar en paz.

.

.

.

¡Bueno! Este cap es bastante corto, salió de un solo jalón jajajaja no había tenido tiempo de concentrarme en esta historia, me alegro que por fin pueda actualizarla.

¡No se les olvide dejar un lindo comentario! Solo nos quedan unos tres capítulos para terminar. Y, pasen pos nuestro grupo de Facebook 'Twilight Over The Moon'.

¡Nos leemos pronto!