Capítulo 12: " En la soledad de la habitación"
- ¿Qué... qué pasó... con ellos? - Su voz era muy débil pero su mente había logrado recordar los últimos momentos antes de caer desvanecido. La joven, aún choqueada por la forma en que lo había encontrado, más la extraña "sanación" de su rodilla, sentía que había algo que estaba sucediendo con ella y que no estaba muy segura de querer averiguar de qué se trataba.- ¿Kagome?- Volvió a llamarla él preocupado, a pesar de su propio estado.
- Shhh... - Lo silenció la chica aún con su mano sobre su pecho, él se la había retenido posando su propia mano en la de ella, era extraño, pero le gustaba sentir el tacto demasiado cálido sobre su piel, desde el primer momento en que ella lo había hecho, había pasado de las tinieblas, al paraíso.-... no hables... - Murmuró Kagome observándolo con devoción. Se inclinó y lo besó con suavidad en los labios.
- No me... siento... tan mal... - Musitó él delineando una sonrisa. Y era cierto, a pesar de la palidez mortal que lo embargaba y de que su camiseta estaba completamente empapada de sangre, sentía que de pronto la vida se había quedado en su cuerpo, que recuperaba el aliento, el poder respirar. Percibía eso sí el dolor agudo en el pecho, pero era un dolor soportable.
- Pero... aún tienes la bala en tu cuerpo... - Murmuró nuevamente Kagome, esta vez retirando su mano y él no tuvo muchas fuerzas para retenerla. A la luz de la luna ella sólo podía ver un agujero tan pequeño, imposible de ver más y los restos de sangre seca a su alrededor.-... Traje algunas cosas médicas... limpiaré y desinfectaré la herida... - Ella levantó la vista hacia Inuyasha y él retuvo su muñeca, mirándola muy serio.
- Kagome... debemos... alejarnos de aquí... primero...
Ella arrugó el ceño. Era cierto. Kagura y Hakudoushi podrían volver y aunque era algo difícil que los volvieran a encontrar en el mismo lugar, aún así cabía la posibilidad... y encontrarse nuevamente con ellos en las condiciones en que estaban sería funesto.
- Pero... pero... no puedes moverte.- Protestó la muchacha abriendo más los ojos cuando el joven se incorporó apenas. Lo vio ahogar un quejido, soportando el dolor de su herida. Ella lo retuvo, pero fue en vano.
- Si me ayudas... a levantarme... - Exhaló un suspiro de agobio, pero esta vez se puso de rodillas y se afirmó en los hombros de la muchacha.
- No, Inuyasha... estas muy herido, no puedes... podrías desangrarte más aún- Protestó angustiada. De pronto, en la siletud de la noche, se dejó escuchar un leve rumor. Kagome se puso de inmediato alerta, su corazón latió aprisa. Inuyasha parecía aún no escuchar nada. El ruido se hizo más cerca cada vez y ella tembló al reconocer de qué se trataba. Era el motor de un automóvil. Inuyasha se dio cuenta al fin, a pesar de su condición el joven se tensó un poco más y sus ojos fieros intentaron dilucidar de donde provenía el ruido. Kagome miró la espada de Inuyasha a sus pies y entonces muy rápido se inclinó y la tomó. Se llevó una sorpresa al notar lo pesada que era. - No pueden ser ellos... - Musitó la joven observando con angustia su entorno, con Inuyasha a su lado, rodeando su brazo en el cuello de ella se mantenía en pie de la misma forma que la muchacha. La chica levantó en alto la espada esperando... no permitiría que esta vez se saliesen con la suya... De pronto las luces altas de un vehículo les llegó de lleno en sus rostros. Él posó una mano en la frente intentando mirar de quien se trataba.
- ¿Estan bien?
Kagome arrugó el ceño al momento de escuchar la voz y al instante las luces se apagaron. Entonces a la luz de la luna vio al desconocido que la había ayudado llevándola en su automóvil. El hombre caminó dubitativo primero hasta ellos. Ella enanchó la sonrisa aliviada e Inuyasha arrugó el ceño, contrariado.
- Oh! Por Kami! es usted!
- Pensé que necesitaría ayuda... y creo que no me equivoqué... - Murmuró luego cuando estuvo lo suficientemente cerca y vio la mancha de sangre en el pecho de Inuyasha.
- Inuyasha él es... la persona que me ayudó a llegar aquí... - Kagome miró a Inuyasha con alivio y él hombre, aún pálido por la pérdida de sangre, lo miró con escepticismo, sin decir una sola palabra-... Él es Inuyasha y... ¿cuál es su nombre?
- Toutoussai, señorita... - Respondió con una pequeña sonrisa.-... Pero vengan... debemos salir de aquí... él necesita un médico... y un lugar donde pasar la noche... conozco de uno...
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No era precisamente un médico, pero Kagome agradeció su atención de igual forma. Al menos la bala había sido extraída, con dificultad viniendo de una persona que sólo se dedicaba a aliviar enfermedades menores con hierbas medicinales y cataplasmas de algún otra especie.
Aliviada en parte por tener un lugar donde descansar y refugiarse hasta que su acompañante estuviese en mejores condiciones, Kagome tomaba un baño tranquilamente quitando los restos de hojas y ramitas enredadas en su maraña de cabellos largos y negros, recibiendo el agua tibia sobre el cuerpo provocando una sensación de bienestar inigualable. Ya llevaba bastante tiempo de la misma forma, dejando que el chorro de agua cayera sobre ella sin hacer absolutamente nada más. Bueno, excepto pensar. Habían sido afortunados al ser guiados por aquel amable hombre llamado Toutoussai hasta un pequeño apart - hotel ubicado en una villa cercana ya a la ciudad de Osaka. Es cierto, ella temía aún que los malhechores pudieran encontrarlos, pero confiaba en pasar desapercibidos sólo por una noche, luego, dependiendo de la salud de Inuyasha, tendrían que moverse de allí y llegar lo antes posible al castillo donde debían encontrarse con el monje... estaban ya tan cerca de la ciudad...
Finalmente cerró la perilla de la llave y las voces de un programa de tv se escuchaban desde donde estaba. Vistió su pijama rosa y se envolvió la cabeza con la toalla, cuando salió de la habitación sonrió al ver a Inuyasha tendido aún en la amplia cama. Con los pantalones de una pijama solamente y el torso descubierto, la herida estaba completamente cubierta con grandes vendajes que cruzaban su pecho y parte del hombro. Kagome suspiró nuevamente al recordar las palabras del anciano médico: "Tiene suerte, la bala rozó su pulmón".
- Creí que te habías ido por el desagüe... - Murmuró él apretando un botón del control remoto y mirando directamente la pantalla de la tv. La chica sonrió y se acercó lentamente hasta sentarse al borde de la cama.
- Necesitaba un buen baño- Respondió posando nuevamente sus ojos en la herida ya cubierta. ¿Cómo podía esta tan bien a unas horas de estar en las puertas de la muerte? tendría algo que ver... ¿ella? movió la cabeza intentando sacar aquel absurdo pensamiento de su mente, él ladeó el rostro y la miró, sonriendo seductoramente observó la pijama con una leve sonrisa.
- Aunque parezca de niña... te ves... muy... atractiva... - Su voz fue seductora pero más aún la forma de su mirar, otra vez aquellos ojos se volvían oscuros como las llamas de una hoguera.
Ella sonrió torpemente y enrojeció.
- Gracias- Respondió turbada poniéndose de pie y mirándolo luego preocupada. - ¿Te duele mucho?
- No, ya no.- Mintió.
- ¿Tienes hambre?
- Pues... no, no tengo- Sonrió más al darse cuenta lo nerviosa que ella estaba y no era extraño. Debido a la situación de peligro en que estaban y también para estar bajo "su observación", Kagome esta vez había pedido solo una habitación para ellos dos. Así que ahí estaban... ya entrada la noche, solos y sin nadie que los molestara... ella volteó y caminó hasta el pequeño sofá que estaba bajo el arco de la ventana. Levantó una ceja cuando la observó colocar una manta en el ¿Se iba a dormir allí?- Oye... ¿qué haces?- Preguntó al fin. Kagome fue hasta donde él y sacó una almohada de su lado.
- Prepararme para dormir, qué crees.
Inuyasha frunció el ceño.
- ¿En el sofá?
La muchacha volteó y lo miró exhalando un suspiro de cansancio.
- Obvio. Tú estas en la cama y eres el enfermo.- Respondió con seriedad. Volteó nuevamente para acomodar la cabecera y preguntándose qué tan mal sería dormir ahí.
- Ah!- Gruñó el chico haciendo una mueca, atrayendo de inmediato la atención de ella. Kagome caminó rápidamente hasta él, preocupada. Cuando se inclinó para ver la herida él aprovechó la cercanía para tomarla fuertemente de una muñeca. La chica lo observó casi asustada, sus mejillas se habían enrojecido más aún y hasta tembló. Es que verlo con tan poca ropa tampoco era algo como para dejarlo pasar así sin más.
- ¿Qué haces?- Preguntó casi ofuscada al sentir la fuerza de sus dedos en sus muñecas, sin embargo lo miró con ojos ansiosos, demasiado perturbada por la cercanía y por la situación.
- No permitiré que duermas allí- Gruñó pero sonriendo ampliamente. Kagome intentó soltarse pero le fue imposible ¿que no estaba "muy" enfermo?
- Pero no te dejaré dormir solo aquí- Protestó ella. En cuando dijo eso él sonrió aún más y la acercó susurrando.
- Tampoco permitiré que me dejes solo...
Sonreía descaradamente y sin un atisbo de querer ceder. La miró a los ojos y luego de segundos que parecían eternos, la soltó. Kagome lo miró con seriedad.
- ¿Y qué propones?- Era un pregunta absurda porque sabía lo que estaba pensando.
- Aquí... - Sonrió él como un niño pequeño dando palmaditas a su lado, en el colchón, mirando fijamente a la chica. Kagome se cruzó de brazos y levantó una ceja interrogativa.-... es una cama muy amplia... - Agregó él disfrutando de ver su rostro, aunque ella pretendía demostrar que estaba disgustada, podía notar lo perturbada e incluso lo nerviosa que estaba y eso le agradaba enormemente.-... así te cerciorarás que este bien... ¿no crees?
Ella no respondió por un momento, volteó y caminó lentamente alrededor de la habitación llevándose las manos a la toalla hasta que finalmente la quitó, dejando al descubierto sus negros y húmedos cabellos. El aroma a hierba del shampoo inundó la habitación de pronto. Él observaba ansioso cada uno de sus movimientos, ahora estaba muy serio ¿lo rechazaría? bueno, sería esperable, al fin y al cabo... no se conocían mucho... aunque...
- Creo que no estaría mal... - Dijo de pronto ella mirándolo y aparentando normalidad, cuando en verdad sentía que apenas podía respirar-... después de todo... es una cama bastante amplia...
No pudo él ocultar la inmensa alegría que le provocó la respuesta de ella, enanchó tanto la sonrisa que creyó parecería modelo de catálogo de dentífrico dental. La muchacha se acomodó nerviosamente el cabello y volvió a tomar la cabecera que había dejado en el sofá. Cuando volteó con ella, vio a Inuyasha que se acomodaba como podía en la cama, demasiado ansioso, entonces ella lo miró levantando una ceja y él con su mano volvió a tantear a su lado.
- Bien... aquí te espero.
Ella suspiró una, dos veces y luego de acercó. Con sumo cuidado abrió las colchas de la cama y se cubrió con ella, tan cerca de la orilla estaba que él parecía estar a kilómetros de distancia. Miró la televisión y para su desagrado estaba en un canal de deportes.
- ¿Estas viendo eso?- Preguntó intentando romper el embarazoso silencio que se había producido. Inuyasha la cambió de inmediato.
- ¿Quieres ver una película primero?- Preguntó. Ella lo miró por el rabillo del ojo mientras se mordía el labio fuertemente.
- Lo que sea... no importa... - Murmuró luego y se volteó cubriéndose hasta las orejas. Inuyasha levantó más las cejas y luego hizo una mueca.
- Oye... ¿qué haces?
- Dormir... estoy muy cansada... - Respondió fingiendo un leve bostezo, pero en verdad sentía que ya no tenía muchas fuerzas. Intentó cerrar los ojos pero le era bastante incómodo. Sentía la mirada dorada de él clavada en su espalda. Ah! sabía que la observaba, ya comenzaba a dolerle el cuello nuevamente y de pronto, un escalofrío recorrió la espina de su espalda. Sin poder evitarlo creyó por un segundo que volvía a aquella siniestra noche en que había sido amenazada. Entonces se incorporó de súbito moviendo la cabeza como si intentara sacarse aquellos recuerdos de la mente. Ladeó el rostro y se turbó al ver que tenía razón, él la observaba fijamente con sus ojos de fuego. - ¿Pasa algo?
- Te ibas a dormir sin siquiera darme un beso de las buenas noches... - Le reprochó. Kagome abrió más los ojos y hubiera querido reírse ahí mismo a carcajadas de su actitud tan infantil. Sin embargo el joven hizo una mueca de decepción y volvió a mirar la tv, cambiando nuevamente de canal.
- Ah... ¿quieres un beso?- Preguntó la muchacha al fin, acercándose esta vez un poco más a él, que pareció no mostrarle atención de inmediato-... bueno... si con eso dejas de comportarte como un niño mimado...
Inuyasha ladeó el rostro y la miró muy serio, esta vez dejando el control remoto sobre la cama. Ella se acercó más a él y posando una mano sobre su mejilla varonil lo besó suavemente en sus labios. Cuando iba a separarse notó ya la presión en la espalda, aunque un brazo de Inuyasha estaba casi inmovilizado debido a la herida en el pecho (lo que le causaba en la extremidad un gran dolor al moverla), con su otro brazo libre se había permitido la libertad de aprovecharse de la situación como podía. Kagome se afirmó en su pecho, tuvo escalofríos al sentir bajo la yema de sus dedos la piel demasiado caliente del hombre. A duras penas se separó de él y lo miró haciéndose la ofendida.
- ¿Qué no estabas tan enfermo?
- No sé por qué me siento tan bien... tal vez fueron tus primeros auxilios- Sonrió aún saboreándose sus labios y sintiendo el gusto a golosinas que lo hacía sentir inmensamente feliz.
- Estas loco... pero me alegra que te sientas mejor... es mejor salir pronto de aquí- Dijo ella más para sí misma que para él. No podía dejar de estar algo nerviosa, volvió a acomodarse el cabello y sintió aun la herida provocada por la culata del arma de Hakudoushi en el cuero cabelludo.
- ¿Llamaste a Yokohama?- Preguntó el joven esta vez muy serio. Kagome asintió rápidamente.
- La anciana Kaede dijo que habían policías custodiando el jardín... además invitó a unos amigos para no estar tan solos...
- Entonces estan bien.- Dijo Inuyasha sintiéndose aliviado. La chica volvió a recostarse aunque esta vez estaba ya más cerca de él, dispuesta a dormirse de una vez. Inuyasha arrugó el ceño.
- ¿Eso era todo?- Preguntó. Kagome volvió a abrir los ojos y lo miró sin entender.
- ¿Qué dices?
- ¿Te vas a dormir?
- Ya te dije que tengo sueño... y estoy cansada... - Enrojeció al darse cuenta de sus intenciones y volvió a cerrar los ojos. Demonios! si él era así cuando estaba enfermo entonces ¿qué podía esperar cuando estuviera sano? bueno, si estuviera sano seguro que no estaría ella ahora durmiendo en la misma cama que en la de él. ¿O sí? Hizo una mueca al verse enfrentada a ese cuestionamiento. Carraspeó y se relajó... mejor no pensar en eso...
- Yo no estoy cansado... - Murmuró muy bajo Inuyasha apagando la televisión y también la luz de su lámpara, la única ya encendida. Se recostó suspirando de cansancio y también de placer, verla dormir ahora era un agrado. La miró a la luz de las sombras, ella era perfecta y él estaba muy consciente de ello. Pero un pensamiento se posó en su mente ¿Cómo se había sanado de su rodilla?... y más aún ¿qué había pasado en el transcurso en que él había estado inconsciente?... tenía un mal presentimiento de todo esto... y no estaba muy seguro de querer saberlo porque... ¿y que tal si ella... si ella en verdad... era sacerdotisa? Dejó de respirar arrugando el ceño. No, eso no podía ser. Simplemente no podía ser. Además tenía entendido que una persona nacía con dones especiales. Sonrió con aquel pensamiento que lo tranquilizaba en parte. Ella se acomodó más en la cama suspirando pesadamente. Ya estaba dormida. Entonces Inuyasha se acercó con lentitud y pasó su brazo tras el cuello de ella, dejando que la cabeza de la muchacha descansara sobre su pecho. Sí, aquella exquisita calidez volvía a inundarlo haciéndolo sentir completamente aliviado. Sonrió y arregló el desordenado flequillo de su frente, susurrando muy bajito: - La próxima vez no te me escapas...
Continuará...
N/A: Jeje, con este cap. me he reído mucho, digo, hay que descansar también ¿no? me gusta este fic n.n
A mi querida amiga Keren para subirle el ánimo...
Bueno, quiero contarles que me ha obsesionado una idea para un nuevo fic... aunque no lo escribiré mientras termine este (sino me da ataque cerebral) pero ya tengo todo armado en mi cabecita inquieta.. si quieren saber "algo" más pueden visitar mi space, que ahí dejé algunos comentarios (no se hagan ilusiones, no hablé mucho para no arruinar la sorpresa)
Gracias por los reviews!
Nos vemos and enjoy the life!
Lady Sakura.
