Les dejo aquí la nueva actualización de esta historia, dejemos de lado el Ecliptic Express para adentrarnos en la mansión Spencer.
Gracias a los que me brindan su apoyo en esta historia, nuevamente me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews
Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 6 de esta historia
Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)
—
CAPITULO 6
Zafiro termino de subir las escaleras, las mesas del vagón comedor estaban volcadas y los manteles regados por todos lados, los cristales de las ventanas también estaban desparramados por el suelo como en los otros vagones, había un pequeño incendio en uno de los manteles posiblemente provocado por una lámpara de aceite que se debió haber volcado.
Pero aquello no era lo que verdaderamente importaba en aquellos momentos, No, lo verdaderamente inquietante era el extraño bulto entre marrón obscuro y negro que había al centro del salón. Tenía la forma de un humano, pero ahí terminaba todo el parecido. Parecía como si algo se moviera por todo el cuerpo viscoso, el extraño ser atacaba a Rebecca estirando su brazo de una manera que debía de ser imposible.
Díganme que por favor esto no es más que una pesadilla
Zafiro titubeo un poco, ¿que era aquello? El sonido de un disparo a su lado la sacó de su trance, Billy había comenzado a arremeter contra aquella cosa, Zafiro sacudió la cabeza sujetando su arma con fuerza, no era tiempo de ponerse a dudar ni de quedarse estupefacta, observo fijamente al objetivo y disparo, 3, 4 veces seguidas.
El monstruo comenzó a desmoronarse delante de ellos en pequeños montones babosos del tamaño de un puño. Los cuales se arrastraron directamente a las ventanas cuando tocaron el suelo, dejando rastros de baba por donde iban pasando.
Zafiro permaneció en posición de tiro, sujetando su arma con ambas manos, vigilando los pequeños y negros bultos marcharse, parecían ya no tener interés en ellos.
Es oficial, creo que me volví loca
Observo a Rebecca de reojo, la cual se agacho a un lado de una de las mesas que aún quedaban en pie para recuperar su arma, posiblemente perdida durante el ataque del hombre viscoso.
— ¿Te encuentras bien? — le pregunto parándose a su lado
Rebecca no tuvo tiempo de responder, un canto perturbo el silencio sepulcral que reinaba en el salón comedor, Zafiro observo alternadamente a Rebecca y a Billy, ambos estaban tan consternados como ella y volteaban en todas direcciones buscando el origen de aquel extraño canto. Se aproximó a la ventana empuñando su arma, la voz parecía venir de afuera.
En una colina adyacente, cerca de donde se encontraban, había un hombre aparentemente joven, y de larga cabellera, ahí de pie bajo la lluvia, cantando en latín o algo asi, la hermosa y melodiosa voz de soprano se escuchaba claramente aun sobre el sonido de la fuerte lluvia que había afuera, pero había algo raro en la superficie que pisaba aquel sujeto, parecía que estuviera parado sobre agua o algo así, el suelo formaba ondas a sus pies.
— ¡Son... son esas sanguijuelas! — exclamo Rebecca con asco — ¡Está parado sobre montones de esas cosas babosas!
Zafiro estaba por decir algo, cuando repentinamente el tren se sacudió con fuerza, las mesas comenzaron a vibrar, el traqueteo del tren indicaba que estaba comenzando a moverse. Zafiro miro con desconcierto a Rebecca y a Billy, saco la cabeza por la ventana para asegurarse. Efectivamente, el tren comenzaba a moverse lentamente, ganando velocidad mientras más avanzaba. Lamentablemente saltar de esa altura no era una opción.
— Tenemos un pequeño problema — murmuro — Este armatoste se está moviendo, y si gana suficiente velocidad terminaremos en quién sabe dónde demonios, o en el peor de los casos puede que el tren se descarrile antes, no lo sé.
— Las puertas están cerradas, no podremos salir de aquí antes de que el tren acelere mas, además ¿qué hay de esos monstruos? — pregunto Rebecca
— Encontré un informe de ingenieros en la planta baja —cometo Billy pensativo — decía que muchas de las puertas dejarían de funcionar si se cortaba el suministro de energía en caso de emergencia, para restablecerlo habría que subir al techo del tren y reactivarlo. Iré a ver ¿está bien?
— ¡Iré contigo! — protesto Zafiro — Esas babosas sanguijuelas podrían volver — Rebecca... ¿te encuentras bien?
— Estoy bien... yo... iré con ustedes también — respondió entrecortadamente, así como Zaf se había resignado, ella acababa de entender que si no cooperaban con Billy, quizá ninguno saldría con vida de ahí
Zafiro asintió, Billy señalo una ventanilla de emergencia al fondo del salón, fuera había una escalerilla de aluminio. Subieron uno a uno, la lluvia había aumentado, y todo estaba húmedo y resbaloso.
— Tengan cuidado — grito Billy para hacerse oír sobre la lluvia.
Avanzaron lo más rápido que podían, el generador que ocupaban estaba en el 5to vagón, unas chispas azules les indicaron que estaban cerca. Justo delante del generador, algo había agujerado el techo del vagón. Billy rodeo el hueco y se agacho para revisar los cables, Rebecca y Zaf lo iluminaron con sus linternas
— Parece que se ha trozado — grito Billy moviendo unos cables
— ¿Y puedes arreglarlo? — le pregunto Zafiro
— No estoy seguro, pero supongo que puedo — respondió manipulando los cables
Billy unió los cables con mucho cuidado de no recibir una descarga. Cuando los cables estuvieron listos, una masa viscosa comenzó a formarse entre las uniones, una baba muy similar a aquellas sanguijuelas, aquello los ataco. Billy se echó a un lado por mero instinto, apenas y había logrado esquivar aquella cosa. Rebecca dio un paso atrás perdiendo completamente el equilibrio al pisar el borde del hueco.
— Rebecca! — exclamo Zafiro tratando de sujetarla, pero la joven médica desapareció dentro del agujero del techo.
Además, aquel movimiento tan rápido saco de balance a Zafiro, el agua en el techo hacia que la superficie fuera resbaladiza, cayo de bruces, y, aunque trato de sostenerse, su cuerpo resbalaba peligrosamente al borde del tren
— Billy! — exclamo sosteniéndose a duras penas, pero no había sitio de donde agarrarse, sus dedos resbalaban y sus piernas colgaban peligrosamente hacia el vacío. Billy se tumbó sobre su estómago, tratando de sujetar a Zafiro, pero sus cuerpos completamente empapados por la lluvia, no hacía que aquello fuera un trabajo fácil.
El peso de Zafiro comenzó a arrastrar a Billy con ella. Solo sería cuestión de tiempo para que ambos se fueran hasta abajo. Observo sobre su hombro, el tren aun no ganaba velocidad completamente, si caía ahora se daría un buen golpe, pero suponía que no saldría tan mal parada, un par de raspones, unos moretones. Sabía que si el tren alcanzaba su máxima velocidad saldría con algo más que un simple golpe, si se iba a dejar caer del tren, tenía que hacerlo en ese momento. Pero tendría que caer sola, o de lo contrario, no quedaría nadie para ayudar a Rebecca.
—
Billy no podía sostenerla mucho tiempo, la lluvia los empapaba, y hacia demasiado difícil el sujetarla. A eso había que sumarle que no había ni un solo lugar de donde agarrarse para evitar ser arrastrado por el peso de Zafiro, el hueco del techo estaba lejos de su alcance por solo centímetros.
Si tan solo pudiera subirla un poco
Su cuerpo resbalo más hacia el borde. Si no hacía algo ya, ambos caerían inevitablemente a las vías. Además, aún quedaba la otra chica, Rebecca, estaba atrapada en aquella habitación cerrada en la que había caído. Si caían del tren, se quedaría completamente sola en un tren que iba a la deriva a quien sabe dónde.
— ¡Suéltame! — le grito Zafiro sacándolo de sus pensamientos
— ¡Estás loca! — le reclamo — ¿Cómo esperas que te suelte? ¡Te mataras! — agrego — espera, encontrare la manera de subirte…. Solo…. Solo aguanta un poco ¡maldita sea!
— Billy, sabes que caerás conmigo si no me sueltas ahora
— ¡No puedo soltarte! ¡No voy a soltarte!
— ¡El tren está ganando velocidad! — insistió —Billy, si no me sueltas ahora, no tendía posibilidad de sobrevivir a la caída!
— ¡¿Y qué te hace pensar que tienes posibilidad de sobrevivir si caes ahora?!
— ¡No lo sé! Soy de cabeza dura, tal vez solo acabe con unos golpes, ¡pero viva! — le grito — ¡Deja de ser tan terco y suéltame ahora!
—¡¿Y qué me dices de esos monstruos?! — protesto, ambos resbalaron otros centímetros más, cada segundo que pasaba se le hacía más difícil sostener su mano empapada
El cuerpo de Zafiro colgaba completamente, ella luchaba por mero instinto para encontrar un lugar de apoyo, pero su constante pataleo solo los hacía caer más rápido.
— Billy…! ¡Por favor... cuida a Rebecca! — le lo miro con una expresion de completa resignación — Puede ser testaruda a veces… pero no es mala chica… solo, solo quiere demostrar que esta a la altura de la situacion
— ¡Nadie está a la altura de esta maldita situación! — gruño de frustración — ¡Y ya te lo dije, no te voy a soltar! — agregó, pero apenas y sostenía a Zafiro únicamente de los dedos, estaba claro que no resistiría mucho tiempo, observo directamente los ojos de la chica. Ella le sonreía.
— ¿Lo harás verdad? ¡¿Cuidaras de Rebecca por mí?! — le insistió, Billy cerró los ojos, frustrado con el mismo.
— ¡Lo hare! Cuidare de Rebecca, pero debes prometerme que tu... deberás sobrevivir a la caída... fierecilla — dijo tratando de no sonar preocupado, pero su mirada lo delataba
— Sobreviviré solo para dispararte en el trasero como te había advertido por llamarme así — respondió bromeando, Billy sintió como su cuerpo resbalo otro tramo más. Al tiempo que los dedos de la chica seguían escapando de sus manos
Zafiro colgaba casi completamente del tren, únicamente se sostenía con sus brazos, por lo menos el tramo de la caída se había reducido un poco, pero más de dos metros en un tren en movimiento, aun era algo demasiado peligroso. Por lo menos no caería de dos pisos de altura.
— ¡Sobrevivan! — exclamo Zafiro, justo antes de que sus dedos escaparan completamente del agarre del teniente.
—
El golpe llego segundos después, segundos que le parecieron eternos, y, además, había sido más duro de lo que ella hubiera esperado. Rodo un par de metros bajando una ligera cuesta hacia el bosque, se dio de lleno con un tronco que detuvo su camino. Le dolía la cadera, podía jurar que había caído sobre los cargadores, o peor. Manoteo su cinturón. La radio no estaba y la pistola tampoco estaba en su funda. Busco por donde había rodado momentos antes. La radio estaba a un par de pasos de donde estaba, muy cerca de su arma. Tomo la Beretta y tras comprobar que todo estuviera bien con ella, la coloco nuevamente en su lugar. Lamentablemente la radio no había tenido la misma suerte.
— Esto de seguro me dejara un moratón — murmuro observando las piezas en las que la radio se había partido.
Sobo su cadera y espero unos momentos a que las piernas dejaran de temblarle. Regresaría siguiendo las vías, tendría que estar atenta a los alrededores, y con algo más que suerte podría regresar al helicóptero, y de ahí, tomaría una de las radios de repuesto y trataría de contactar al resto equipo. Era un plan sencillo.
— Con zombis, perros y un cantante soprano amante de las sanguijuelas... claro, es muy fácil, además estoy completamente empapada — susurro por lo bajo, se rio ante su propio sarcasmo y se puso en marcha, el tren no debía de haber avanzado tanto, unos cientos de metros, o tal vez un kilómetro, Al menos eso esperaba. Un helicóptero paso volando a su izquierda, en dirección donde había desaparecido el tren, y parecían tener bastante prisa, debido a la obscuridad y a la velocidad con la que había pasado la aeronave no había podido identificarla, pero, si de algo estaba segura es que no era de la policía.
Zafiro comenzó a trotar por las vías, su cadera protesto al principio, pero poco a poco se fue acostumbrando al ritmo del trote, no solo su cadera, su cuerpo entero estaba resentido por la caída, sin embargo, le sorprendía no haberse roto algún hueso, o que no se hubiera torcido alguna articulación.
Llego a la que parecía ser la colina donde aquel hombre había estado cantando antes de que el tren comenzara a avanzar, eso quería decir que quizá estaba cerca del helicóptero, eso si no se había confundido de colina. Ahora tendría que internarse en el bosque, y con suerte el resto del equipo estaría rondando la zona, o quizá el equipo Alpha ya estaba en camino por ellos y no tardarían mucho en llegar.
Avanzo por entre los árboles, tratando de orientarse, llego al sendero donde estaba el jeep de los marines, solo unos metros más, y llegaría al helicóptero.
Distinguió la silueta metálica del vehículo al ser iluminada con un rayo. Corrió los pocos metros que la separaban del helicóptero estrellado.
— ¡¿Kev!? — lo llamo — ¿Kevin?... ¿Capitán? ¿Chicos?... ¿Hay alguien aquí?
Se acercó con paso lento a la cabina del helicóptero. Parecía haber alguien en el asiento del piloto, sin embargo, no se movía en absoluto.
— ¡Oh dios, por favor que no sea cierto! ¡Kevin! — exclamo acercándose al cuerpo tratando de encontrarle el pulso, pero no sentía nada debajo de sus dedos. Kevin estaba muerto, lleno de arañones y mordiscos
Esos perros, esos endemoniados perros habían estado ahí. Un escalofrío recorrió su espalda, aquellos infernales animales podrían estar cerca aún. Entro rápidamente a la zona de carga del helicóptero, pero tal y como se había estado temiendo, quizá los demás miembros también se habían topado de frente con aquellas criaturas con forma de perro, o con los zombis, debieron considerar conseguir más municiones y armas más fuertes, tal vez habían intentado salvar a Kevin y no lo habían logrado, tomaron las armas y se fueron a buscar algún refugio.
Aun así, reviso las bolsas de lona, rogando por que los demás hubieran dejado algo de utilidad, logro encontrar una de las ametralladoras y un par de cargadores, así como dos cargadores de repuesto para la 9mm. Tomo la radio de Kevin, pensando en que a él ya no le sería útil después de todo.
— Lo siento Kev — murmuro saliendo del helicóptero, tenía que marcharse, ¿pero hacia dónde?
Trato de avanzar sin usar la linterna para lo llamar la atención, a pocos metros del helicóptero encontró el cadáver de uno de esos perros, y más adelante otro más y otro. Iban en dirección al noroeste, posiblemente los miembros del equipo habían partido en aquella dirección. Lo que necesitaba en ese momento era un refugio, ya después trataría de volver a Raccoon, ¿o quizá debería esperar al equipo Alpha permaneciendo cerca del helicóptero? Nada garantizaba que fueran a llegar pronto. O que siquiera hubieran recibido el último mensaje de Enrico
Se mordió los labios mientras pensaba, finalmente tomo su decisión, se colgó la ametralladora al hombro y comenzó a avanzar en dirección noroeste lo más rápido que le permitía su dolorida cadera. Se detuvo en seco al ver una de aquellas figuras perrunas delante de ella.
Disparo sin pensarlo dos veces, el perro cayó muerto después de ser acribillado. Pero, el ruido de los disparos solo atrajo a más de aquellas bestias.
— ¡¿Cuántos de estos engendros andan sueltos por el bosque?! — gruño tratando de reemplazar el cargador del arma. Un perro salto de entre los arbustos atacando con las fauces abiertas, la había tomado completamente por sorpresa.
Apenas y había tenido tiempo de cubrirse interponiendo la ametralladora entre ella y los dientes del animal, la criatura apestaba a podrido, aun con la lluvia podía olerla, y su aliento era nauseabundo.
Voy a morir aquí, no tengo a donde ir... voy a morir...
Si dejaba que el perro la derribara, estaría completamente perdida, el corazón de Zafiro latía frenéticamente por el miedo, la adrenalina se disparó en su cuerpo, su dolorido cuerpo era lo que menos le importaba ahora, aquel golpe de adrenalina había bloqueado el dolor, su mente quedo en blanco por un instante, el sonido del perro machacando el metal se escuchaba tan lejano.
Dejo de ser consciente de los sonidos a su alrededor, su mirada vacía se tornó de un color rojizo emitiendo un leve destello en la oscuridad. Sujeto la ametralladora con fuerza t la hizo a un lado, arrojando al perro al húmedo suelo del bosque. El animal gruño poniéndose de pie de un salto y se lanzó de nuevo al ataque, encontrándose de frente con la culata del arma. El cráneo se partió bajo la fuerza del golpe, y el cuerpo inmóvil del animal cayó al piso emitiendo un sonido sordo.
Un nuevo perro ataco desde las sombras, Zafiro empuño su cuchillo de combate y de un solo tajo abrió la garganta del animal. El animal cayo en el suelo, esforzándose por respirar, Zaf se aproximó a él y aplasto el cráneo de la bestia bajo sus pesadas botas de asalto.
Continuó avanzando por el bosque, los diversos cadáveres que fue encontrando la ayudaron a guiarse, y ella se encargó de agregar otros más a la fila.
Su cuerpo se sintió agotado de manera repentina, sus ojos volvieron a la normalidad al tiempo que una debilidad extrema se apoderaba de ella, no sabía dónde estaba, ni que había pasado, ni como demonios había llegado ahí, lo único que sabía era que delante de ella, a unos cientos de metros se alzaba una imponente y aterradora mansión con el interior ligeramente iluminado. Pero por mas aterradora que fuera la fachada, debía llegar a ese lugar y pedir asilo, descansar un poco, y, de ser posible, pedir un teléfono y llamar para pedir ayuda.
Echo a correr con mucho esfuerzo, el dolor de su cadera había regresado de golpe, además escuchaba detrás de ella los pasos de esos infernales animales tratando de darle alcance, la mansión estaba cerca, tenía que seguir corriendo a pesar del dolor, lo lograría, estaba segura de que podría, de lo contrario sería comida de perro mutante.
Estiro la mano para tomar la manija de la puerta, la cual, para su buena suerte estaba abierta. La inercia la hizo entrar dando trompicones, se giró cerrando la puerta de inmediato. La doble hoja de madera salto ligeramente cuando los perros se lanzaron contra ella, escuchaba los arañones y los cuerpos golpear contra la madera tratando de entrar, pero la puerta parecía aguantar bastante bien, al cabo de unos minutos los perros se rindieron.
Zafiro se tumbó sobre el piso unos instantes cubriendo sus ojos con su brazo, respiraba bastante agitada, si estaba viva en esos momentos era solo de milagro. El nudo en su estómago la estrujaba completamente, tenía náuseas y su cuerpo había comenzado a temblar. Sus ojos dejaron escapar un par de lágrimas, jamás en su vida había tenido tanto miedo.
Permaneció tendida en la alfombra del suelo unos minutos, observo por unos momentos la araña metálica del techo, la cual brindaba prácticamente toda la iluminación de aquel recibidor junto a unos pequeños candiles de débil brillo que estaban esparcidos por el resto del salón.
Se giró para apoyarse sobre su codo y poder apreciar mejor el lugar, el piso de mármol tenía un color amarillento debido a la iluminación, a su derecha había dos puertas dobles de madera pulida y a su izquierda había solo una. Levanto un poco la vista, pudo ver lo que parecía ser un pasillo que atravesaba toda la recepción de lado a lado uniendo el ala oeste con el ala este en la planta alta.
Sin embargo, lo que más llamaba toda la atención era sin dudas la enorme escalera que se extendía delante ella. La alfombra en la que estaba tumbada continuaba desde la entrada principal hasta aquellas escaleras, subiendo hasta el rellano, donde se dividía en dos para subir en dirección a cada ala de la planta alta.
Se puso de pie a duras penas, sus piernas aun temblaban, y protestaban por el hecho de tener que soportar su peso en esos momentos. Se percató de que había perdido la ametralladora, aunque no recordaba en qué momento había sucedido, le restó importancia, de nada servía lamentarse en ese momento, no es como si fuera salir a buscarla de todos modos. Reviso su Beretta tratando de calmarse un poco, tenía el cartucho a la mitad, pero en la carrera había perdido, o vaciado otros dos... ¿en qué momento había pasado? Se llevó la mano a la cabeza, estaba algo mareada, trataba de recordar ¿Qué paso después de que abandono el helicóptero? Recordaba a los perros, uno se había abalanzado contra ella… después… ¿por que no podía recordar absolutamente nada?
Solo pensaba en que iba a morir, después, ya estaba frente a esta mansión
Como fuera, estaba con vida, y momentáneamente segura; al menos hasta que el dueño de la casa descubriera su intromisión. ¿Sera que estaba aislado por causa de esos monstruos? ¿Y si el dueño del lugar no podía pedir ayuda? ¿Qué tal si estaba herido?
O muerto
Suspiro, por poco que le agradara la idea, aquella también era una posibilidad. Coloco su arma en su funda y comenzó a andar lentamente por el recibidor. Sus pasos hacían eco, el cual rebotaba en todas las paredes.
— ¿Hola? — llamo en voz alta — Disculpe mi intromisión, no vine a hacerle daño, soy Luna Zafiro Engel, oficial de S.T.A.R.S. en Raccoon City... tuvimos un accidente y mi equipo se separó... me gustaría saber si pudiera prestarme su teléfono... — aguardo, mas no hubo respuesta — ¿Hola?... ¿hay alguien aquí que pueda oírme? — insistió, el silencio era absoluto.
El cabello de la nuca se le erizo al sentir escalofríos, tal vez el lugar estaba abandonado, la sola idea de aquello hacía de esa mansión un lugar aún más espeluznante.
Tranquilízate Luna, tampoco es la primera vez que estas en una mansión en un bosque… aunque la de mi abuelo no tenía esta pinta tan macabra, además… ¿que tal si hay alguien herido en este lugar? ¿y si el propietario necesita ayuda?
Algo era seguro. estando ahí parada nunca lo iba a averiguar, tomo la radio para tratar de comunicarse con el resto del equipo, si estaban cerca, con suerte, podría contactar con alguien. Apretó el botón de transmisión. Solo estática.
— ¿Equipo Bravo, me reciben? Aquí Engel, cambio — espero, mas no hubo respuesta alguna — ¡Equipo bravo respondan! ¡¿Cambio?!... — estática nuevamente — por favor — suplico — si alguien me escucha... estoy en una mansión al noroeste de donde el helicóptero se estrelló...
Era inútil, tan solo esperaba que hubieran podido recibir el mensaje, aunque no respondieran.
Exploro un poco más el recibidor, pero no encontró nada de interés ni utilidad. Una máquina de escribir vieja justo al lado de las escaleras, con una finísima capa de polvo encima. Observo debajo de la escalera, estaba completamente desierto, sus piernas comenzaron a fallar.
Se recargo en la pared debajo de las escaleras, todo su cuerpo se sentía pesado y adormilado, su visión se tornó borrosa, su cuerpo quemaba desde dentro.
Todo se volvió negro en un instante, Zafiro no tuvo tiempo de pensar o sentir miedo por lo que sucedía, simplemente cayo inconsciente.
—
Wesker había pasado buena parte de la noche vigilando los monitores que mostraban el centro de formación de Umbrella. Había enviado un equipo de limpieza al tren, pero poco después de que abordaran, fueron aniquilados por extraños seres. Mientras tanto el tren seguía avanzando a toda velocidad.
Tal y como lo había esperado, el tren término estrellarse en la estación del centro de formación de Umbrella, y con eso daba por concluido su trabajo de limpiar el tren de los infectados. Al menos eso había pensado hasta que vio a Rebecca y a un extraño hombre con un intrincado tatuaje en el brazo derecho, aparecer en los monitores. ¿Pero qué diablos hacia la pequeña medico ahí? Espero unos momentos, quizá el resto del equipo Bravo estaban con ellos, pero nadie más salió de donde ellos habían venido. Wesker permaneció dudativo unos instantes
— ¿Qué es lo que te extraña tanto? — pregunto Birkin, podía notar la expresión de Wesker aun debajo de sus gafas de sol
— No esperaba que Chambers estuviera sola, me refiero, solo acompañada de ese sujeto.
— Esperabas ver a la nieta de Engel ¿es eso?
— Por lo general, no se separan — suspiró restándole importancia
— La cuestión real es ¿Qué hace un miembro de S.T.A.R.S. en el centro de formación? ¿Tú los enviaste?
— No, posiblemente acabo ahí por accidente, está muy lejos del resto del área donde se supone envié al equipo Bravo, suponiendo que sigan vivos.
Birkin se puso tenso, ¿qué pasaría si esa chica sobrevivía? ¿y si averiguaba todo acerca de los experimentos de Umbrella? Wesker lo miro frunciendo ligeramente el ceño, a veces ese carácter de ratón asustado de William podía llegar a ser molesto. Aunque no era para menos, un tren que estaba a más de tres millas del laboratorio donde había ocurrido el escape del virus, estaba completamente infestado. el "T" se había filtrado en el tren, y su trabajo era destruir las pruebas, nada más, no le pagaban tiempo extra por hacerse preguntas innecesarias.
Le recordó que las posibilidades de salir con vida de las garras de aquellos experimentos eran prácticamente nulas, y se estaba preocupando por nimiedades.
Y eso pensaba realmente hasta que escucho una grabación que no escuchaba desde que él y Birkin habían estudiado en ese lugar... y de eso hacía 21 años
Atención, les habla el doctor Marcus...
Birkin pego un brinco completamente nervioso, apretó el hombro de Wesker, transmitiéndole sus temores. El no inmuto en absoluto, se limitó a subir el volumen del intercomunicador.
Por favor, guarden silencio mientras reflexionamos sobre el lema de nuestra compañía. La obediencia genera disciplina. La disciplina genera unidad. La unidad genera poder. El poder es vida.
Aquel lema, el lema de Umbrella establecido por los fundadores, y al cual, cada uno de ellos había aportado una de las frases que lo componían.
Las pantallas se llenaron de estática inmediatamente, cambiando al mismo tiempo a la misma imagen, la imagen de un hombre joven, vestido con una túnica blanca, de cabello castaño y largo, tenía una sonrisa seca y cruel, miraba fijamente a la pantalla, como si pudiera verlos a ellos detrás de los monitores.
— ¿Quién eres? — pregunto Wesker en un murmullo, era inútil, el intercomunicador estaba desconectado, y el micrófono de su lado desconectado.
— no necesitan saber quién soy yo, caballeros, pero si necesitan saber que fui yo el que esparció el Virus T por el centro de formación — respondió para sorpresa de Wesker — También sobra decir que también infecte el tren
— ¿Por qué? — pregunto Birkin
— Venganza...contra Umbrella — respondió, el joven, comenzó a cantar con una melodiosa voz de soprano, justo delante de él comenzó a formarse un cuerpo que iba ganando apariencia humana poco a poco, tomando la forma de un hombre anciano vestido con traje y corbata, y cabello peinado hacia atrás, su rostro marcado por los años, denotaba un semblante severo, acostumbrado a dar órdenes. Un rostro que hacía 10 años que ninguno de los dos veía.
— ¡¿Doctor... Marcus?!- tartamudeo Birkin
— Hace 10 años el Doctor James Marcus fue asesinado por Umbrella — Albert, William, ustedes dos se encargaron de eso, ¿no es verdad?
No se podía decir que Wesker se quedara atónito a menudo, pero esta era una de aquellas pocas ocasiones, aquel hombre que él mismo había matado hacia 10 años, estaba ahí, delante de ellos.
Las cámaras se apagaron, Birkin pulso los comandos del tablero tratando de encenderlas, sin éxito alguno, Wesker se recostó ligeramente en la silla reclinable frotándose los ojos por debajo de sus gafas. La vigilancia había pasado a segundo plano. Birkin murmuraba cosas sin sentido que iban desde el sujeto que había aparecido en las cámaras, hasta pasar a su actual trabajo con el Virus G, años antes hubiera estado interesado aquella investigación, puede que aún le interesara un poco, pero no estaba de humor en ese preciso momento.
Se levantó de la silla y se apresuró a salir de ahí.
— ¿A dónde vas ahora? — le pregunto William tratando de detenerlo
— A casa, ya no puedo hacer nada más en este lugar
— ¿Y qué hay de la limpieza? ¿No dijiste que contener la infección era prioridad?
— ¿Lo dije? — pregunto con desinterés, William lo miro frunciendo el ceño, aquel comportamiento satírico de su amigo llegaba a molestarle algunas veces — Umbrella enviara otro equipo de limpieza estoy seguro, además tengo otras órdenes que cumplir.
— ¿Y qué pasara si ese nuevo equipo de limpieza comienza a preguntarme de mi trabajo Albert? — tartamudeo nervioso
— William, pocas personas saben en lo que trabajas realmente, miénteles, o sigue fingiendo que trabajas con el Virus T y no con el G.… o mejor aún... activa el maldito sistema de autodestrucción tú mismo, incinera todo al demonio
— ¿Y que hay de ese sujeto...? el que se parecía al doctor
— Solo son trucos baratos de video, ardera con el resto de las instalaciones. — respondió restándole importancia al asunto — Debo prepararme, llevare al equipo Alpha a la mansión Spencer, que Chambers esté ahí, quiere decir que algo le paso al equipo Bravo, usare eso de excusa para llevarlos y reunir los datos de combate que Umbrella quiere.
Wesker abandono la sala de vigilancia, con Birkin correteando detrás de él para tratar de estar a su altura. Ambos subieron al ascensor.
— Está bien, programare la secuencia de autodestrucción — murmuro nervioso, después de un prolongado silencio
— Hazme un pequeño favor, prográmala para mañana, con el amanecer de un nuevo día. — tal vez la presencia de Chambers en el centro de formación, también le serviría para reunir datos de combate, eso considerando que las camas de alguna parte de aquel polvoriento sitio aun sirvieran.
Wesker salió del ascensor y abandono las instalaciones para preparar todo lo necesario para la misión de "rescate".
24 de Julio de 1998
Habían recibido el mensaje de los Bravo solo horas antes, apenas y entendieron algo legible, pero lo poco que entendieron bastaba para saber que tenían que ir por ellos cuanto antes, casi habían pasado 24 horas desde el helicóptero se había estrellado en el bosque Arklay.
Chris estaba frustrado por no haber partido aun, habían perdido todo el día en papeleos y permiso ridículos, Irons se negaba rotundamente a que el Equipo Alpha participara de las investigaciones de los asesinatos caníbales, el maldito no entendía que ellos no iban a investigar, si no a rescatar a sus compañeros perdidos, los Bravo podían estar heridos, o quizá aquellos locos los habían capturado. Y por si las ridículas oposiciones del jefe de policía no fueran suficientes, también tenían que soportar la presencia del obeso narcisista en la oficina de los S.T.A.R.S.
— Espero un informe de su misión de rescate en cuanto regresen — refunfuño — Y Wesker, tal vez debamos considerar nuevos reclutas para los S.T.A.R.S. si los del equipo Bravo no pueden manejar una misión así por su propia cuenta, sin que el equipo Alpha tenga que ir a salvarlos. Tal vez podríamos comenzar con cambiar a ambas novatas.
Chris lo miro conteniendo su molestia, si seguía escuchando sus estupideces más tiempo, terminaría por partirle la cara al jefe de policía.
— Eso solo lo veremos cuando terminemos con esta misión — respondió Wesker restándole importancia a las palabras de Irons — Lo primordial ahora, es rescatar al equipo Bravo, y espero que no tengas más papeleo que retrasen esa misión.
El jefe Irons abandono la oficina gruñendo cosas inentendibles, Barry fue el primero en romper el silencio.
— ¿No creen que debamos cooperar para comprarle unos laxantes a Irons? Tal vez eso sea la causa de su humor, cualquiera se pondría de malas si no pudiera ir al baño.
Joseph y Brad, que hasta esos momentos habían estado revisando documentos para tratar de ignorar a Irons, comenzaron a reír. Chris no participo de las bromas, estaba realmente preocupado por sus compañeros, se llevaba bien con todos los del equipo Bravo, y era muy amigo de Richard y Forest, además estaba preocupado también por Rebecca y Zaf, no importa cuánto entrenaras, nadie te preparaba para una emergencia así. Solo la experiencia.
Brad revisaba las coordenadas que habían recibido de Enrico, con suerte el accidente había sido cerca de ahí.
De no ser por la lluvia de anoche, hubiéramos captado antes el mensaje
De nada servía lamentarse ahora, Chris sabía que estaba un poco paranoico, se le pasaría en cuanto pasaran a la acción. Pero apenas podía creer que hacía solo unas horas se había despedido de sus compañeros.
— Parece que la señorita Valentine no tiene planeado reunirse con nosotros a tiempo — dijo Wesker poniéndose de pie — comencemos con la junta de información, y esperemos que nuestra compañera llegue en ese tiempo.
—
Jill llego corriendo a la oficina, sintiéndose aliviada de escuchar a Wesker, había visto un helicóptero despegar en cuanto había llegado a la estación, llego a pensar que se habían marchado sin ella.
No llegaba tan tarde, o al menos eso era lo que ella creía, se estaban poniendo al día con la información, había recibido una llamada en la mañana de Wesker, informándole que el equipo bravo había tenido un accidente. Cito al equipo Alpha a junta para partir en búsqueda de sus compañeros a las 19 horas, en lo que arreglaba los asuntos de los permisos de despegue y autorización de la misión.
Los miembros del equipo Alpha se encontraban sentados formando un semicírculo, Wesker estaba al frente, justo detrás de él, se encontraba desplegado un mapa de las montañas Arklay.
— ... El equipo Bravo se encargaría de investigar las zonas centrales de los ataques, que es donde han ocurrido más asesinatos, según las coordenadas de Enrico, sobrevolaban el sector 5 cuando perdieron comunicaciones a causa de la lluvia de anoche. — señalo en el mapa — Poco más tarde, me fue informado que lograron interceptar un mensaje del piloto, aunque era prácticamente inentendible, lograron descifrar las palabras accidente, emergencia, rayo, fallo del motor... aterrizaje de emergencia. — repetía con su voz seria mientras leía un informe — sobrevolaremos el sector de las ultimas coordenadas que recibimos, y expandiremos la búsqueda si no encontramos nada en esta zona
— ¿Qué hay de la mansión Spencer? — pregunto Chris — está dentro del sector en el que desaparecieron, si tuvieron un accidente ¿creen que pudieron refugiarse ahí?
— Dependiendo de la situación con la que nos encontremos, decidiremos si buscamos o no en la mansión
Jill entro silenciosamente en la oficina tratando de no llamar la atención
— Jill, que bueno que tomaste el tiempo de reunirte con nosotros — le dijo Wesker con una expresión seria
— Lamento el retraso capitán — murmuro apenada — se me fue el tiempo revisando los reportes de los asesinatos
— ¿Y bien? Tienes algo nuevo que aportar
— No señor, solo suposiciones mías
— ¿Qué suposiciones? — pregunto Wesker levantando una ceja
— Solo he considerado que pueda tratarse de un culto de alguna religión extraña — murmuro apenada, más nadie se rio como ella esperaba — los desmembramientos, el canibalismo, sugiere que podríamos estar tratando con algunos fanáticos de alguna religión extremista
— ¿Fanáticos religiosos? — pregunto Wesker
— Aunque sé que es poco probable que un culto de esa magnitud se mueva tanto y tan rápido
— Pero aún tenemos los ataques animales, como si defendieran su territorio o algo así — agrego Joseph
Wesker permaneció serio unos instantes, apoyo su rostro sobre sus dedos entrecruzados.
— Sé que han leído los informes policiales, los del forense, y de los testigos oculares — susurro — Pero nuestra principal misión es ir a rescatar al equipo Bravo, aunque no tienen que olvidar que vamos al centro de los asesinatos, así que no estaría de más que tuvieran un poco de precaución. — murmuro Wesker — Chris y Barry encárguense de preparar el armamento y las municiones, Jill tu encárgate de los suministros médicos, puede que los miembros del equipo estén heridos, Joseph, asegúrate que los radios funcionan. Vickers ¿has tenido éxito?
— No señor, el localizador se ha apagado completamente, eso solo significa que o hubo un fallo eléctrico total, o el helicóptero se estrelló y se destruyó completamente.
— Bien, ve y prepara todo para el despegue, asegúrate que no haya ningún fallo.
— ¡Si señor! — exclamo Brad levantándose para ir al Helipuerto.
Reunieron las cosas en solo 5 minutos, Brad los esperaba en el helicóptero con el motor del vehículo encendido, comprobó los controles mientras el resto del equipo abordaba. Brad despego y tomo rumbo hacia las coordenadas que habían recibido.
—
Aquellos sueños no de detenían en absoluto, podría jurar que eran memorias de su infancia, pero no estaba completamente segura de ello.
El Ecliptic Express, estaba segura de haber escuchado de ese tren antes, estando con su abuelo. Solía hablarle mucho de Umbrella, después de todo, el esperaba que ella heredara algún día el control de su parte de la empresa.
Durante los últimos 10 años había comenzado a olvidar su rostro, su voz, y sin embargo lo veía tan claramente, acababa de recuperarse de uno de sus ataques de asma, la fiebre apenas había cedido. Le mostro un folleto del tren, estaba segura de que se trataba de el mismo, el Ecliptic Express, el tren de lujo de la corporación que unía el centro de formación de su amigo Marcus con Raccoon City.
"Prometo llevarte de paseo cuando mejores"
¿Era eso lo que le había dicho?
El panorama giro y comenzó a cambiar repentinamente. Médicos discutiendo su estado de salud, diciendo que no sobreviviría mucho tiempo, infusiones intravenosas, monitores de computadora, personas con batas blancas yendo de aquí a allá, su abuelo prometiéndole que mejoraría... todo se volvió obscuro e incoherente.
¿Qué está pasando? ¿Por qué estoy viendo esto? ¿moriré? Por eso es que estoy viendo esto
Su cabeza giraba sin sentido y la fiebre la invadía por completo, por más que quisiera no podía despertar del todo, había logrado abrir los ojos en un par de ocasiones, había visto las frías baldosas donde se encontraba tumbada, pero no se había podido incorporar en absoluto. La inconciencia se apoderaba de ella de inmediato, retomando las memorias justo donde se habían quedado.
—
— Nos acercamos a las coordenadas — anuncio Brad tranquilamente
— Muy bien, abran los ojos equipo, cualquier cosa extraña repórtenla de inmediato — ordeno Wesker — Vickers, Vuela bajo
— ¡A la orden capitán!
Jill asintió ligeramente observando por las ventanas, usaron las linternas de largo alcance para escrutar sobre el bosque, el sol se había ocultado minutos antes del despegue, y el cielo estaba completamente cerrado por densas nubes, la humedad del bosque había provocado que se alzara una ligera niebla que cubría parte de los árboles.
— ¡Mira Chris! — exclamo Jill señalando a un punto — ¡Capitán! justo ahí, a las 8 en punto — agregó apuntando el haz de luz hacia aquella zona, parecía el helicóptero de los Bravo
Wesker permaneció en el compartimento de carga del helicóptero, se acomodó las gafas de sol.
— Sea lo que fuere lo que haya pasado no lo sabremos hasta aterrizar y revisar el helicóptero, no supongamos lo peor por ahora — anuncio con voz tranquila — Burton reparte las 9mm y tres cargadores a cada uno, el resto del arsenal permanecerá aquí, volveremos por el sí lo necesitamos.
Jill se apartó de las ventanas, al igual que los demás, paseo la mirada por el rostro de sus compañeros, Chris, Joseph y Barry tenían una expresión de conmoción, misma que, podría apostar, tenía ella en esos momentos.
Era normal que los integrantes del equipo salieran heridos en las misiones, a veces hasta en los entrenamientos, pero nadie hacia simulaciones con un helicóptero estrellado, no los entrenaron para eso.
— Bien equipo, tenemos a nuestra gente ahí abajo, probablemente en un ambiente demasiado hostil, los quiero a todos atentos y armados, de ser necesario, tienen autorización de disparar a matar, ¿entendieron?
— ¡Si capitán! — respondieron a unísono
— Nos desplegaremos como es habitual en cuanto bajemos, Barry y Chris, ustedes irán a la cabeza, Vickers permanece en el helicóptero, trata de aterrizar lo más cerca que puedas de la zona de impacto. Y mantén el motor en marcha por si surgen problemas
— Entendido — respondió Brad pasando saliva.
Aterrizaron en un pequeño claro, unos 50 metros de la zona del impacto. Chris tomo su posición de inmediato, con Barry cubriéndole las espaldas.
Cuando llego al helicóptero, Chris y Barry revisaban la estructura metálica con algunos arañones, el patín izquierdo estaba ligeramente doblado, lo cual indicaba un aterrizaje de emergencia, la lluvia del día anterior había borrado todo rastro de huellas en el húmedo suelo de tierra. Joseph entro al vehículo, encontraron las bolsas de lona del arsenal de los bravos vacías, pero parte del suministro médico, y algunas municiones aún estaban ahí.
— ¿Dónde están? — murmuro Jill, Joseph se encogió de hombros revisando la cabina del helicóptero, encontrándose de frente con el maltrecho cuerpo de Kevin, cubierto de arañones y algunos mordiscos. Retrocedió un par de pasos cayendo de golpe en el piso metálico del vehículo.
— Creo que nuestros amigos locos los tomaron por sorpresa — murmuro tratando de recuperarse del impacto
— Debieron tomar las armas y huir — dijo Chris con un semblante preocupado
O los tomaron como rehenes y se llevaron el arsenal
Jill sacudió la cabeza, no podía pensar así en esos momentos, eran reclutas entrenados, no pudieron caer tan fácil sin presentar batalla.
— Despliéguense en círculo, separación de tres metros — ordeno Wesker — Aumenten la distancia conforme avancen — agrego registrando el helicóptero con más detalle.
Jill avanzo entre Barry y Chris, el sonido de sus pasos se escuchaba al caminar sobre las hojas de los árboles y las agujas de los pinos. La niebla hacía más difícil el ver algo en el negro de la noche.
Permaneció atenta, solo escuchaba su respiración y el sonido de las botas de sus compañeros al caminar, no había ni el menor ruido de insectos. El bosque estaba en un completo y anormal silencio.
Un disparo a sus espaldas seguido de gritos pidiendo ayuda bastaron para sacarla de su trance. Se apresuró a ver qué sucedía, lo que tenía enfrente basto para dejarla completamente en shock.
El disparo había provenido de la escopeta de Joseph. Cuando llego a donde él estaba observo tres figuras obscuras sobre él. Parecían tener la forma de perros, perros muy grandes y con apariencia húmeda, y trozos de piel cayéndose, dejando a la vista los músculos. Jill comenzó a disparar sin apartar la mirada de la escena que se desarrollaba delante de ella, las balas se clavaban en los cuerpos de las criaturas, pero no parecían inmutarse en absoluto.
Joseph lanzo un grito y pataleo para tratar de librarse de aquellas bestias, la sangre brotaba a borbotones de sus múltiples heridas, y la fuerza con la que luchaba disminuía, estaba muriendo. Uno de los perros ataco directamente la garganta de Joseph, arrancando un buen trozo de carne, dejando a la vista el hueso, la sangre broto en grandes oleadas. El cuerpo de Joseph sufrió espasmos, después se quedó quieto. Estaba muerto.
Las manos de Jill temblaban, había vaciado su cargador en contra de los asesinos de Joseph, pero su cerebro aun no terminaba de procesar la información que recibía, uno de los perros volteo a verla, mostrando sus enormes colmillos, la sangre fresca goteo de sus fauces.
¡Corre!
Las piernas de Jill no reaccionaron tan rápido como su cerebro, tropezó cayendo sentada en el suelo, observando como aquel infernal animal se abalanzaba sobre ella.
¡Se acabó, voy a morir aquí! Esos monstruos me mataran como lo hicieron con Joseph
El disparo sonó a sus espaldas como un eco lejano, una gota de sangre tibia le salpico el rostro, devolviéndola a la realidad de golpe.
— ¡Vámonos! — exclamo Chris tomándola de la cintura para ayudarla a levantarse.
Jill tomo su arma antes de ponerse de pie, y echo a correr junto con Chris.
Al helicóptero, corre al helicóptero
Jill corrió lo más rápido que pudo, los troncos de los arboles pasaban a su lado como simples borrones, observaba sobre su hombro de vez en cuando, Chris iba justo detrás de ella, y tres de aquellas infernales bestias los seguían muy de cerca.
Escucho las palas del helicóptero sobre su cabeza, Brad se marchaba, el cobarde Brad había huido dejándolos a su suerte.
— Brad! ¡¿A dónde demonios crees que vas?! — grito Chris furioso. Uno de esos perros salto hacia él. Chris se giró con el brazo en alto para cubrirse, Jill sabía que, si lo atrapaban, moriría igual que Joseph.
Un disparo sonó justo detrás de ellos, la bala atravesó el cráneo del animal, el cual se desplomo después de soltar un lastimero aullido.
— ¡Chris! ¡Jill! por este camino, ¡Corran! — les ordeno Wesker con el arma en alto cubriéndoles las espaldas
Barry corría delante de ellos, girándose de vez en cuando para disparar y cubrirlos para que pudieran avanzar. Más de esas criaturas se unieron a la persecución, aquellos perros parecían no inmutarse con las heridas de las balas 9mm de punta hueca de sus Samurai Edge.
La oscura silueta de la mansión aprecio entre la niebla. Jill acelero el paso, no tenían otro lugar a donde escapar, Jill sustituyo el cargador de la pistola en plena carrera.
— ¡Corran! ¡A la mansión! — ordeno Wesker
Jill acelero el paso, trastabillando debido al terreno desigual, llego a la puerta antes que los demás, se lanzó con el hombro por delante girando uno de los pomos. Para su sorpresa, la puerta se abrió sin oponer mayor resistencia. La inercia la hizo entrar dando trompicones, y poco falto para que cayera de bruces contra el suelo.
Se recuperó rápidamente y se giró hacia la puerta, empezando a disparar contra los perros para cubrir al resto del equipo. Los tres hombres entraron boqueantes debido a la larga y pesada carrera, Barry empujo la puerta para cerrarla, permaneciendo apoyado contra ella con la cara roja y sudorosa.
Fuera se escuchaba el aullido de los perros, y los húmedos cuerpos chocar frenéticamente contra la puerta. Jill empuño su arma con fuerza, temerosa de que aquellos animales entraran en cualquier momento. Al poco tiempo se rindieron.
—
Wesker inhalo una bocanada de aire y la soltó rápidamente, no esperaba llegar de esa forma a la mansión, y con la huida de Vickers sus planes se habían ido al traste. Había huido con todo el arsenal, y las armas de grueso calibre. Y ahora gracias a eso, Él también estaba en peligro por el simple hecho de estar ahi.
Saco el cargador de su arma, le quedaban 4 balas y un cargador completo de 15 balas, 19 en total.
— ¿Cómo andamos de munición? — Preguntó al resto del equipo.
Cada uno comenzó a contar su propia munición, Jill aún tenía 27 balas y Chris 22, Barry por su parte conservaba 19 balas de su Colt Python.
Wesker se aproximó a la puerta de entrada, revisando los pomos con atención, la madera estaba ligeramente astillada, pero afortunadamente las puertas aun cerraban bien.
— Alguien forzó esta cerradura antes que nosotros — murmuro con seriedad
— ¡Puede que hayan sido los del equipo bravo! — exclamo Jill con ilusión
Un sonido extraño llego hasta sus oídos, como si algo pesado hubiera caído repentinamente contra el suelo. El resto del equipo intercambio miradas entre ellos.
—
Jill pensó inmediatamente en las películas de terror que había visto, casa extraña, ruido extraño, su cuerpo se estremeció y decidió que definitivamente le patearía el trasero a Brad Vickers en cuanto pudieran volver.
— Tenemos que asegurar el lugar, y esperemos la ayuda no tarde en llegar... considerando que nuestro "amigo" Vickers se digne en llamar para pedir ayuda. — dijo Wesker, Jill pudo notar el tono sarcástico de su voz — Chris ve a revisar de donde procede ese ruido, y regresa a informar en cuanto sea posible. Esperaremos aquí por si la policía de Raccoon decide llamar a la puerta.
Chris asintió y se dirigió a la única puerta del ala oeste, las pisadas de sus botas resonaron el piso de mármol.
— Chris... – lo llamo Jill preocupada, él se detuvo y se volvió para mirarla — Ten cuidado — murmuro
Chris le sonrió y se despidió de ella haciendo un saludo militar. Jill se sintió tonta por sentir miedo en ese momento, Chris era un hombre entrenado, igual que ella, e igual que Barry y Wesker...
También igual que Joseph
No había tenido tiempo de lamentar la muerte de Joseph antes, si no se hubiera paralizado de la impresión…
¿Qué hubiera podido hacer? Vacié un cargador completo en esas bestias y parecía no importarles
