Les dejo aquí la nueva actualización de esta historia, adentrémonos en la Mansión Spencer y empecemos con el juego de traiciones y mentiras

Gracias a los que me brindan su apoyo en esta historia, nuevamente me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews

Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 6 de esta historia

Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)


CAPITULO 7

Chris atravesó abrió la puerta con la vista al frente. Era un salón comedor bastante elegante, y amplio. La alargada mesa de madera que dominaba toda la estancia tendría una capacidad para al menos 20 personas, el constante Tic tac de un reloj de péndulo inundaba toda la estancia. Por lo demás estaba solo. Lo que haya sido que causo ese ruido ya no estaba ahí.

La mesa estaba cubierta por una delgada capa de polvo. Avanzo por la estancia iluminada tanto por una araña metálica que colgaba del techo, como por un par de candiles con velas desgastadas sobre la mesa, y una chimenea antigua en la que ardía un agradable fuego alimentado con gas.

Al fondo de la estancia había otra puerta de una sola hoja. Chris se aproximó lentamente, tratando de escuchar si había alguien del otro lado. El sonido del reloj inundaba toda la estancia. Respiro profundamente y abrió la puerta.

Delante de él apareció un largo corredor iluminado por lámparas de estilo antiguo colocadas en la pared. A su izquierda, a unos 10 metros el pasillo se ensanchaba y giraba abruptamente, a su derecha el pasillo continuaba de largo hasta una puerta de hoja doble. Y dos puertas más entre él y el final del corredor.

Pero lo que más llamaba su atención era el olor que había en el aire, un aroma que parecía una mezcla de leche agria y bilis, el aroma de la carne requemada con el sol de verano. Un aroma a podredumbre.

El sonido de algo arrastrándose lo saco de sus pensamientos, provenía de la primera puerta de la derecha, aquel sonido era como si se tratara de un puño rozando la pared. Aquella puerta no estaba cerrada completamente.

Chris empujó ligeramente la puerta y entro a un nuevo corredor con un tapiz verde moteado, el sitio se encontraba ligeramente en penumbras. Y entre las sombras, se encontraba la silueta de un hombre, el cual se comenzó a girar hacia a él arrastrando los pies.

El aroma que Chris había percibido antes le llego a oleadas, provenía de aquel sujeto que se movia tambaleante hacia él, la ropa de aquel sujeto estaba hecha jirones y su cabeza solo mostraba unos mechones irregulares de pelo. Chris apostaba que aquel hombre estaba enfermo, o moribundo. Aunque huele como a muerto

— ¡Quieto ahí! — ordeno

Aquello tenía la palidez de un cadáver, y pliegues negros de piel colgaban de sus mejillas, los negros ojos lo miraron hambriento mientras estiraba sus huesudas manos hacia él. Disparo contra aquella criatura sin detenerse a pensarlo mucho. Tres agujeros aparecieron en el pecho de aquel cuerpo, el cual se desplomo boca abajo en el suelo.

Chris retrocedió a trompicones para alejarse de aquel apestoso sujeto, golpeo la puerta con el hombro, cerrándola detrás de sí. Aun observaba atónito el cadáver mal oliente que tenía delante, había visto demasiadas películas de terror para saber que aquello se trataba de un zombi. Pero eso era solo fantasía, no, lo que ese tipo tenia debería de tratarse de una enfermedad rara que se manifestaba con los mismos síntomas, sí, eso tenía que ser. Tenía que regresar e informarles de eso a los demás, el interior de la casa podía no ser más seguro que el exterior, a fin de cuentas.

Giro el pomo de la puerta tratado de salir, pero para su mala suerte, la hoja de madera no se movió en absoluto. Se había encerrado por accidente al golpear la puerta momentos antes. Dio otro inútil tirón al pomo de la puerta mas no se movió en absoluto. El repentino sonido de algo moviéndose detrás de él lo obligo a girar la mirada. Aquella criatura se arrastraba hacia el al tiempo que babeaba, Chris disparo un par de veces más, abriendo dos agujeros en la cabeza de aquel sujeto, la sangre y el tejido en descomposición comenzó a brotar inmediatamente por ellos.

No se esperó a ver si se levantaba o no, paso sigilosamente al lado de la criatura, y continuó avanzando por el corredor, intento probar suerte con una puerta que estaba a su izquierda, pero estaba cerrada con llave, había un entrante a su derecha con una puerta, pero decidió ignorarlo, el solo quería regresar a la recepción y advertir a los demás. Estaba seguro de que habían escuchado los disparos, pero también no podía dejar de lado que hubiera más de esas cosas, más zombis.

Jill estaba inquieta, aquella sensación de que Chris no volvería le estrujaba el estómago, escucharon 3 disparos, seguidos de otros dos. ¿acaso se había metido en problemas?

— Jill, deberías ir a investigar... — ordeno Wesker

— Yo también iré — dijo Barry decidido — Chris y yo somos amigos desde la fuerza aérea

— Bien, vayan los dos, yo vigilare que esta zona este despejada.

Jill asintió y se apresuró a atravesar las puertas entrando al salón comedor con el arma en alto. Barry se adelantó rodeando la enorme mesa.

— ¡Jill! — la llamo — ven a ver esto, ella se apresuró a llegar con el

— ¿Qué? ¿Qué es? — pregunto, el cuerpo de Barry ocultaba lo que fuera que había encontrado al lado de la chimenea

— Es... sangre, y aún está fresca — respondió girándose hacia Jill — sería mejor que continuaras revisando, yo me quedaré a inspeccionar esto un poco mas

Jill asintió y se próximo a la puerta a su derecha, un largo corredor se extendía a ambos lados, escucho como si algo hubiera caído a su izquierda, algo pesado como un cuerpo.

— ¿Chris? — lo llamo recorriendo el corto tramo del pasillo

El hedor la golpeo directamente provocando que sus ojos lagrimearan un poco, definitivamente aquel sujeto no era Chris, volteo lentamente sobre su hombro clavando su mirada en ella, su piel era tan pálida como la de un muerto y sus ropas estaban hechas un desastre, los labios de aquel sujeto estaban manchados de sangre fresca, posiblemente proveniente del cuerpo que estaba tirado en el piso delante de él.

Pero el hedor, aquel asqueroso aroma a carne podrida venia de él, un aroma realmente nauseabundo. Aquel sujeto se levantó lentamente, comenzando a acercarse entre tambaleos hacia ella, manteniendo sus brazos extendidos, como si quisiera sujetarla cuanto antes.

— ¡Atrás! — ordeno levantando el arma, mas aquella criatura no se detuvo

Disparo un par de veces al tiempo que retrocedía hacia la puerta que regresaba al salón comedor.

— Jill ¡¿Qué pasa?! — pregunto Barry poniéndose de pie de un salto, había escuchado los disparos

— ¡Es… es un monstruo! — exclamo Jill sin despegar la mirada del sujeto que se aproximaba a ella

— ¡A un lado! — exclamo Barry

Jill se apartó de la línea de tiro, Barry alzo su colt y disparo contra la cabeza de aquel ser. El cuerpo se desplomo hacia atrás, la sangre brotaba de la herida, esparciéndose por el suelo.

— ¿Qué demonios es eso? — pregunto Barry incrédulo

— No lo sé, pero precia estar devorando un cuerpo, o eso creo, tenía las ropas y los labios manchados de sangre, y creí haber visto un cuerpo tumbado ante él, no pude verlo bien- respondió aun Jill un agitada

Barry avanzo hacia el pasillo en el que habían encontrado al monstruo, había un cuerpo derribado sobre la madera del piso justo donde el corredor giraba. El cuerpo portaba un uniforme de S.T.A.R.S. de color verde, por un momento Barry temió que se tratara de Chris, pero cuerpo estaba decapitado, busco la cabeza cercenada, esta se encontraba a unos palmos del cuerpo. Los rasgos estaban ocultos debajo de una máscara de sangre, pero aun bastaba para identificarlo.

¡Oh por Dios es Kenneth!

Kenneth Sullivan, el químico del equipo Bravo, su cuerpo estaba cubierto de mordiscos y le faltaban trozos de carne. Jill paso saliva y registró el cinturón de Kenneth, encontró dos cargadores completos para la 9mm, miro a Barry con algo de culpa, pero estaban en una situación desesperada, necesitaban munición con urgencia.

— Debemos informar a Wesker de esto — murmuro Barry, tratando de despejar un poco la tensión — Puede que hayamos dado con la guarida de los asesinos caníbales de Raccoon por mera casualidad — suspiro — necesitamos un plan de acción

Wesker permaneció de pie en la recepción de la mansión mientras repasaba la situación en la que se encontraba, necesitaba un plan nuevo, ya que su idea original se había ido completamente a la mierda.

Dejar que el resto del equipo correteara por la casa mientras el observaba desde las sombras, bajar al laboratorio y activar el sistema de autodestrucción después de tomarlas muestras, consideraba que tendría tiempo suficiente para salir de ahí mientras los S.T.A.R.S. morían bajo las garras y fauces de las bestias de Umbrella.

Era lo más parecido que tendría a un plan, también debía considerar los contratiempos que tendría si se topaba con aquellas criaturas el mismo. Un quejido proveniente de debajo de la escalera capto su atención. ¿Era posible que los infectados hubieran podido llegar hasta ese lugar?

Levanto su arma y se acercó sigilosamente, preparándose para disparar en cuanto el infectado estuviera en su rango de visión. Se sorprendió de encontrar a Luna en lugar de un zombi, se encontraba tumbada sobre las frías baldosas de mármol, gimoteando entre sueños ocasionalmente.

Se aproximó a ella para comprobar si estaba viva o no, si llegase a dar señales de estar infectada le pegaría un tiro en la sien directamente y terminaría todo para ella en ese momento. Coloco sus dedos en el cuello de Luna, buscando el pulso, aún estaba con vida, respiraba, lenta y pausadamente, a simple vista no había heridas muy graves, salvo algunos raspones en la piel de los brazos. Sus mejillas estaban ligeramente enrojecidas y se removía contantemente, como si estuviera teniendo una pesadilla.

Debió quedarse inconsciente después de entrar aquí

Como fuera el casi, él no pensaba sacarla de su "agradable sueño", lo que menos ocupaba en esos momentos era tenerla pegada a él como un molesto lastre, tal vez podría usarla como cebo para los infectados, pero siempre cabía la posibilidad de que tuviera algo de suerte y sobreviviera más tiempo del que era conveniente para sus planes, además, no podía llevarla con él al laboratorio, de lo contrario tendría que matarla el mismo.

Sería una verdadera lástima, ¿no lo crees Luna?

La dejaría donde estaba, si era lo suficientemente afortunada, Jill y Barry la encontrarían en cuanto regresaran de su "investigación", o de lo contrario, Luna tendría que valerse por sí misma, tal como fuese el caso a Wesker no le importaba en absoluto.

Se puso en marcha, ya había perdido demasiado tiempo, además, primero tendría que comprobar la situación antes de marchar a ciegas al laboratorio.

— ¡Wesker!

La potente voz de Barry hizo eco en toda la recepción, no habían estado fuera más de 5 minutos, y a su regreso, se llevaron la desagradable sorpresa de que Wesker también había desaparecido. Jill observo el lugar con detenimiento, buscando algún signo de lucha, una bala, sangre, algo que les indicara que diablos había pasado ahí.

— ¿Crees que esas cosas lo hayan encontrado? — pregunto angustiada

— No lo creo, hubiéramos escuchado disparos — respondió Barry peinando su barba rojiza — Aunque, tampoco creo que la policía de Raccoon haya venido y se lo haya llevado.

Jill se dejó caer en las escaleras sobándose las sienes, no entendía que pasaba en ese lugar, y si lo habían emboscado los sujetos caníbales ¿De verdad hubieran podido someter a Wesker con tanta facilidad? Barry siguió inspeccionando el recibidor con detenimiento.

— ¡Jill, será mejor que vengas! — la llamo de pronto, sacándola de sus pensamientos, Jill pudo distinguir el timbre de preocupación en la voz de Barry, ¿acaso había encontrado a Wesker? Estaba herido o peor aún... muerto.

— ¿Qué sucede? — pregunto, Barry se encontraba debajo de los arcos de la enorme escalera principal. Se aproximó a él, con la mano sobre su arma — ¿Encontraste a Wesker? — agrego, el musculoso cuerpo de Barry no le permitía ver ante que estaba inclinado

— No se trata de Wesker…Es Zaf... — respondió — estaba tumbada aquí, quizá desde que llegamos

— ¿Está herida? — pregunto Jill preocupada, no tenían insumos médicos, Brad se los había llevado cuando huyo.

— A simple vista no se ve que esté herida de gravedad, pero hay muy poca luz, salgamos de aquí.

Barry cargo a Zafiro con tanta facilidad que Jill podría jurar que la chica no pesaba más que un niño pequeño. La recostaron sobre la alfombra, Jill busco el pulso, asegurándose que aún estaba con vida.

— Solamente esta inconsciente — murmuro revisándola a detalle — de verdad que no parece estar herida de gravedad, solo algunos raspones y moratones — agrego — el lodo de sus ropas y sus botas está seco, tiene mucho tiempo en ese lugar, puede que haya llegado aquí desde anoche, o en la mañana. Al menos nos percatamos de que estaba aquí.

— Seguramente llego buscando refugio de esos perros — gruño Barry

— Pero no hay ningún moratón en su hombro — murmuro Jill revisando ambos hombros — Quien fuera quien forzó la cerradura, no fue ella, tuvo la suerte de encontrar abierto como nosotros

— Oye, Zaf... ¡Luna Zafiro despierta! — la llamo Barry dándole ligeras palmaditas en la cara. — ¡ENGEL!

La chica parecía comenzar a reaccionar, abrió lentamente los ojos, vio una enorme silueta negra que la sostenía. Grito aterrada, retorciéndose para soltarse de quien fuera que la sostenía, se arrastró un par de palmos para poner distancia.

— ¡Zaf ¿Estás bien?! — pregunto Jill algo confusa al ver la reacción de la chica

— ¿Jill, Barry? — sollozo con los ojos llorosos — ¿de verdad son… son ustedes?! — pregunto abrazándose de ellos

— También estamos aliviados de verte — susurro Barry dándole palmaditas en la espalda — Nos alegra encontrarte con vida – murmuro Barry

— ¿Qué hay de los demás? ¿Han encontrado al resto del equipo bravo?

Jill movió la cabeza negativamente

— Han pasado casi 24 horas perdidos Zaf — murmuro Jill mordiéndose el labio inferior — Además de ti, solo encontramos a Kevin y a Kenneth, ambos muertos a causa de esos monstruos

— Kenneth también esta… — susurro agachando la mirada — Sabía lo de Kevin... — agrego — Y además Edward, 3 miembros del equipo Bravo muertos, y además llevo casi 24 horas en este lugar

— Así que también Ed — balbució Jill — ¿Qué diablos les paso? ¿qué hacías escondida debajo de las escaleras? — pregunto — ¿qué sucedió con el resto del equipo? ¿porque se separaron?

— Kevin se vio obligado a hacer un aterrizaje de emergencia cuando los motores fallaron después de que nos alcanzara un rayo — respondió Zafiro — investigábamos la zona, Edward nos encontró a mí y a Rebecca y murió poco después de advertirnos los peligros del bosque, después me separe de Rebecca por accidente — agrego presionándose las sienes — Esos perros, los recuerdo... me persiguieron por el bosque, me topé con este lugar y entre... quería revisar... pero no recuerdo nada más, todo se volvió negro de repente, hasta que desperté y ustedes estaban aquí, ¿dónde están los demás Alphas?

Jill y Barry intercambiaron miradas con una expresión seria, Jill sabía que de nada servía ocultar la realidad de la situación en esos momentos.

— Brad huyo en cuanto vio a esos perros — murmuró Jill apretando el puño con rabia — Joseph está muerto, esas... bestias lo atacaron por sorpresa y lo destrozaron hasta matarlo... poco después de que llegamos aquí Chris desapareció, y después el Capitán Wesker — agrego, observo la cara de aflicción de Zafiro — No podemos mentir Zaf, las cosas no pintan nada bien para nadie, casi no tenemos municiones y debemos ahorrar lo más que podamos, este sitio no es seguro

— Bien, arriba esos ánimos chicas — dijo Barry palmeando los hombros de ambas — aun no estamos muertos, y Chris no se rendirá tan fácil, puede que en este momento este tratando de encontrarnos, de igual manera Wesker no se rendiría a la primera oportunidad, además, Zaf y Kenneth lograron llegar hasta aquí ¿o no?, puede que el resto de los bravos lo hayan conseguido también

Barry trataba de sonar confiado, pero la preocupación enmarcaba su rostro, Zafiro agacho a mirada, asintiendo.

— Barry tiene razón, murmuro

— ¿Esperaremos aquí a que alguien aparezca? ¿o daremos una vuelta para buscarlos? — pregunto Jill, aunque sabía la respuesta, no por eso se alegró de escucharla de los labios de Barry.

— Debemos ir a buscarlos, sé que haría falta más que un par de sujetos tiesos y pálidos para darle problemas a esos dos... pero no les caería mal que los ayudáramos un poco

Se metió la mano en uno de los bolsillos del chaleco y saco un pequeño pañuelo, se lo entrego a Jill.

— Te devuelvo lo que me prestaste para que practicara este último mes — le dijo, Jill sintió las formas metálicas en su mano incluso antes de abrir el pañuelo — te serán más útiles a ti que a mí, eso es seguro — sonrió — escuchen, tenemos mucho terreno que cubrir, debemos separarnos ... aunque... si lo prefieren, podemos ir juntos si es que no se sienten listas

— No — murmuro Jill — tienes razón — suspiro — me encargare de revisar el ala Este de la mansión

— Muy bien, en ese caso yo iré a revisar esas puertas que vimos antes en el pasillo del ala oeste, y tratare de "convencerlas" para que se abran — respondió Barry — Zafiro, lo mejor ser que acompañes a Jill, no sabemos que se pueden encontrar, y me preocupa que lleves tanto tiempo inconsciente... bien pudiste golpearte la cabeza y que estés sola puede ser peligroso... si te sientes mal no dudes en decirlo de inmediato ¿está bien?

— Está bien — murmuro Zafiro poniéndose de pie, se tambaleo un poco, pero recupero el equilibrio enseguida.

— Bien, si encontramos algo de interés regresemos aquí, este sitio será nuestra base. Tengan mucho cuidado — murmuro Barry desapareciendo por la puerta que llevaba al comedor

Ambas se quedaron solas, de pie en aquella recepción, no se escuchaba ruido alguno.

— Pongámonos en marcha también — murmuro Jill avanzando hacia una puerta de doble hoja pintada de azul.

Zafiro entro detrás de Jill a la estancia de tapices azules y varios cuadros de paisajes colgados en la pared, la estancia era iluminada solamente con los reflectores que estaban colocados para las pinturas, además de ello se podía observar la silueta de una estatua de una figura femenina sosteniendo una urna sobre un hombro. Tardaron unos momentos en acostumbrarse a la tenue luz de las lámparas.

Delante de ellas había dos puertas, la de la izquierda estaba completamente abierta, solamente bloqueada con un escritorio, Jill se dirigió a la que estaba cerrada, tiro del pomo de la puerta, mas no se movió.

— ¿Regresamos y probamos con la otra? — pregunto Zafiro, notando como Jill analizaba la cerradura con detenimiento

— Creo que... puedo con ella — murmuro enfundando el arma, saco el pañuelo que Barry le había entregado antes y desenvolvió su ganzúa —tardare un momento, cúbreme

Zafiro asintió y observo el lugar con detenimiento en lo que Jill trabajaba con la puerta, abrió los cajones del pequeño escritorio que bloqueaba la otra puerta. ¿Que esperaba encontrar? ¿Algún arma de grueso calibre? Era ridículo, aunque, lo que encontró, fue algo igual de útil.

— ¡Ya está! — Exclamo Jill triunfal al escuchar un click seco en la cerradura de la puerta

— Jill ¡mira esto! — exclamo Zafiro

— ¿Qué encontraste? — pregunto curiosa guardando la ganzúa

Era un pedazo arrugado de papel, con diversos cuadros y rectángulos dibujados en él, pequeñas marcas unían unos cuadros con otros. Y había diversas anotaciones en algunos puntos, "llaves de caballero; Ojos de tigre Azul y Rojo; Cuatro heráldicas (puerta de la nueva vida); este/ Águila, Oeste/ Lobo"

— Esas anotaciones sí que dejan las cosas claras — murmuro Zafiro con sarcasmo — Pero... esto... — señalo el cuadro central, el más grande de todos — y esto... — señalo un cuadro más pequeño a la derecha — Si es lo que creo que es, y de verdad espero que lo sea, y no me equivoco esa puerta que abriste, deberá llevarnos a un pasillo con forma de L ... si es así, lo que tenemos aquí puede ser lo que nos ayude a sobrevivir.

Chris había acabado con otra de aquellas criaturas, el corredor donde había entrado tenía el piso completamente de madera obscura, fue ahí donde aquella criatura se le había abalanzado en cuanto entro, e intento morderlo justo antes de que él le disparara a quema ropa para quitárselo de encima.

El olor de aquellos seres era insoportable, trato de controlar las ganas de vomitar mientras cambiaba el cartucho de la Beretta, solo le quedaban 15 balas, y no sabía cuánto más tardaría en volver a reunirse con el resto del equipo.

Siguió avanzando lentamente, la sala se abría a la izquierda, Chris percibió la silueta tambaleante con las andrajosas ropas, de pie en mitad del corredor. El sonido de las botas del joven pointman provoco que la criatura se girara lenta y torpemente hacia él. Chris respiro profundamente, un quejido sonó a su espalda erizándole el cabello de la nuca, la oleada de aquel hedor invadió sus sentidos. La criatura anterior aún estaba viva, no se había detenido el tiempo suficiente para asegurarse de haberlo matado. Y eso estaba por costarle la vida.

Se apresuró a girar por el corredor, delante de él se extendían unas escaleras que subían a la segunda planta, y posiblemente su única vía de escape. Cubrió la distancia en un par de zancadas, solo para descubrir lo que lo esperaba arriba. El sonido de algo moviéndose debajo de la escalera lo puso en alerta, no podía matarlos a todos, estaba atrapado.

Una puerta, ve a la puerta

Oculta por las sombras, había una puerta ahí, frente a él, posiblemente su única salvación, y si estaba cerrada seria su muerte segura. Avanzo lo más rápido que pudo, los fríos y viscosos dedos de uno de los zombis le rozaron el hombro causándole escalofríos, tiro del pomo de la puerta abriéndola con facilidad, entro cerrando la puerta detrás de sí casi al instante, estaba a salvo... o eso creía.

Rebecca había salido viva de milagro justo antes de aquel laboratorio explotara al amanecer. Había tenido la oportunidad de salir de ahí con Enrico antes, pero decidió quedarse para salvar a Billy.

Y Enrico me dijo que el resto del equipo había encontrado una mansión a un par de kilómetros de donde estaba, pero cuando llegue descubrí que este lugar estaba igual de plagado que el anterior... y para colmo perdí mi arma en la frenética carrera por escapar de esos perros.

Suspiro dándose de topes contra la pared, había logrado esconderse en esa habitación, pero no tenía modo de asegurarla por dentro, además de ello podía escuchar el sonido de aquellos cuerpos infectados moviéndose afuera. Busco desesperadamente algo para defenderse, pero a menos que pensara en matar a los zombis de aburrimiento, los papeles que había en un baúl en la estancia no servirían de mucho.

Además, dudo que sepan leer

Había escuchado disparos momentos antes, pero no se habían vuelto a repetir. La esperanza de que se tratara de otro miembro del equipo Bravo o Alpha se había desvanecido por completo.

Lo único que había podido encontrar para defenderse era una lata de repelente de insectos medio vacío, consideraba si de verdad aquellos seres no podrían morir de risa. Escucho la voz de Billy burlándose de ella dentro de su cabeza.

La puerta comenzó a abrirse, Rebecca sentía como su corazón latía frenético, ¿Acaso eran tan inteligentes como para abrir las puertas? ¿O habían aprendido después de todo ese tiempo? Respiro profundamente aferrándose a la lata de repelente, no lo pensó demasiado y acciono la lata cuando una figura boqueante entro en la habitación.

— ¡Ahh! ¡Mis ojos! — se quejó manoteando, la puerta se cerró detrás del recién llegado

— ¡Chris! — exclamo Rebecca, sorprendida de ver al miembro más atractivo del equipo Alpha

¡Oh, estúpida, estúpida! Acabas de dejar fuera de combate a uno de tus superiores

Juraba haber escuchado la risa de Billy ante su incompetencia. Rebusco en su botiquín mientras se aproximaba a un manoteante Chris, el cual no paraba de toser.

— Chris, espera... ¡deja de manotear! — exclamo esquivando los golpes con dificultad — Soy yo, Rebecca, ven siéntate aquí y no abras los ojos — agrego guiándolo al borde de la cama de la habitación — esto te molestara un poco, pero solo es agua — murmuro limpiando la cara de Chris, se alegraba que él no pudiera ver su cara enrojecida por la vergüenza

— ¿Rebecca? ¿Qué era eso que me echaste? — pregunto Chris parpadeando cuando Rebecca termino de limpiarle la cara

— Repelente de insectos — murmuro apenada

— ¿Cómo terminaste aquí, encerrada en esta habitación? — le pregunto parpadeando repetidamente, tratando de recobrar la visión

— Yo… perdí mi arma cuando escapaba de los perros — respondió sonrojándose — y.… después me perdí, y acabé aquí — Rebecca se cubrió el rostro, la risa de Billy seguía resonando en su cabeza

— Si te sirve de consuelo también me he perdido en este lugar — respondió Chris poniéndose de pie — los demás miembros del equipo Alpha deben estar en alguna parte de la casa, aunque supongo que se han encontrado ya con esas cosas, dudo que no se hayan dado cuenta de que desaparecí y que todavía me estén esperando en la recepción

— ¿Qué podemos hacer?

— Debemos salir de aquí — murmuro Chris pensativo — pero tú no tienes un arma, y, lamentablemente, casi no tengo munición.

Rebecca abrió los ojos con alegría y rebusco en su cinturón de combate, sacando dos cargadores completos. Se los ofreció con una sonrisa infantil en el rostro, al menos estaba feliz de saber que había sido útil en algo.

— Y, también encontré esto en el escritorio — agrego entregándole una llave con una espada grabada

Chris le echo un ojo a los papeles que estaban en baúl, frunció el ceño al no entender absolutamente nada.

— ¿Has leído alguno estos? — le pregunto

— No he tenido mucho tiempo, estuve vigilando la puerta de que esas cosas no la fueran a abrir – confeso Rebecca

— Pase por una puerta con el grabado de una espada hace unos momentos, iré a revisarla y ver si esta llave la abre, con suerte nos llevara al vestíbulo de nuevo — murmuro Chris — Es peligroso ir sin un arma en este lugar, ahora gracias a ti tengo munición para encargarme de los sujetos ahí afuera

— Entiendo, no te preocupes, esperare aquí — murmuro Rebecca

— Podrías echarles un vistazo a estos — señalo los papeles — quizá encuentres algo de utilidad que nos ayude a entender que pasa aquí, al menos tu si puedes entender lo que está escrito en ellos ¿no es así?

Rebecca asintió en silencio, ella sabía lo que pasaba, era ese Virus T que también había contaminado el tren y el centro de formación, y había hecho cosas muchos peores que zombis y perros. Pero aún no terminaba de entenderlo del todo, por ello no podía explicarle a alguien más con total certeza de cómo funcionaba aquel virus, quizá Chris tenía razón, podría encontrar algo más detallado en esos papeles.

— Me encargare de la información, y esperare a que regreses

— Regresare en cuanto pueda — murmuro Chris — Cuando salga, traba la puerta con el baúl, yo llamare en cuanto regrese — Chris salió de la habitación, dispuesto a limpiar el pasillo de enemigos.

Jill observo los muestrarios que había en el pasillo al que acababan de ingresar, había 3 estanterías con huesos humanos blanqueados, conto las diversas piezas, fácilmente podría haber tres esqueletos completos, además de cuentas, plumas y algunas tiras de cuero.

Zafiro avanzo mientras observaba el mapa que tenía en sus manos, según esto había una posible vía de escape al fondo de la casa, podrían buscar a Chris y a Wesker una vez que aseguraran la vía de escape, una vez en el exterior quizá la radio funcionaria y podrían llamar a la gallina de Brad para que regresara y los sacara de ahí.

Zafiro suspiro observando la radio que llevaba colgada al cinto, por alguna razón había mucha interferencia solo emitía estática al igual que en el tren, no recibía mensaje alguno, y parecía que tampoco podían enviar ningún mensaje, ya que la radio de Jill no había reaccionado en ningún momento cuando ella pulso el botón de comunicación, esperaba que saliendo al menos al patio pudiera captar algo más, o terminaría por estrellar ese aparato del mal contra la pared.

— ¡Puaj, qué asco! — exclamo Jill repentinamente, Zafiro levanto la mirada para ver qué había sucedido, la observo limpiándose la mano en sus pantalones con una mueca de total desagrado.

— ¿Qué sucede? — pregunto desconcentrada

— Esas tiras de cuero... — las señalo — se sienten extrañas... rígidas y.… algo grasosas — murmuro teniendo un escalofrío

Zafiro observo las tiras de cuero que estaban en la estantería que tenía justo frente a ella, aunque el pasillo estaba tenuemente iluminado, Zaf tomo su linterna para iluminar aquellos objetos con mayor detenimiento. Jill tenía razón, aquellas tiras de cuero parecían extrañas y no se veían como cuero de algún animal ... aparentaban ser… ¿de piel humana?

Zafiro paso saliva tratando de controlar las náuseas que le provocaba aquella simple idea, sacudió la cabeza, tratando de centrase de nuevo, en ese momento escucho cristales rompiéndose a sus espaldas, pensó que Jill tal vez había soltado un cráneo esta vez.

Se giró para ver que sucedí, una de las enormes ventanas que daban al exterior estaba hecha añicos en el piso, con los cristales estaban regados por toda la alfombra, ¿pero ¿dónde estaba Jill?

La ubico metida entre dos de aquellas estanterías luchando con una sombra negra que intentaba morderla al tiempo que ella disparaba, 4, 5 veces seguidas.

¡Esos malditos perros otra vez!

Zafiro no tuvo tiempo de levantar su arma para ayudar a Jill, la ventana justo frente a ella salto hecha pedazos dejando entrar a otra de esas perrunas criaturas, la cual se abalanzo sobre ella con sus enormes fauces abiertas de par en par. Zafiro lo golpeo con la linterna que sostenía aun, haciéndola pedazos, ganando el tiempo suficiente para alejarse un par de pasos del perro para poder desenfundar y apuntar con el arma.

Disparo una vez, dándole al animal en el hombro, la apestosa y obscura sangre broto de inmediato acompañada de trozos de hueso y piel y carne, pero el perro parecía no notarlo, igual que en el tren, se abalanzó sobre ella nuevamente tratando de atraparla entre sus filosos dientes. Zaf intento retroceder, pero tropezó con un pliegue levantado de la alfombra, cayendo de sentón sobre el suelo, afortunadamente para ella, el perro le pasó por encima.

Zafiro sintió como la adrenalina aumentaba en su sangre nuevamente, su corazón latía frenético, le zumbaban los oídos. Sus ojos se tornaron ligeramente rojizos al tiempo que levantaba el arma y disparaba dos veces más, acertando justo en el cuello del perro, seccionándole la tráquea.

El perro se desplomo pataleando y jadeando tratando de jalar aire, pero el animal se estaba ahogando con su propia sangre. Sus garras hicieron surcos en la alfombra. Zafiro se aproximó a la gimoteante bestia, colocando su bota sobre el cuello del animal, observándolo sin expresión alguna. Lo apunto con el arma y disparó una sola vez, atravesando el cráneo por encima del ojo izquierdo.

Un gemido lastimero, y después nada, el cuerpo del perro dejo de moverse, las patas se quedaron rígidas completamente.

Zafiro cayó de rodillas sintiendo un ligero mareo, al tiempo que sus ojos volvían a la normalidad. Jill se aproximó a ella respirando agitada. Jill noto como Zaf se sobaba las sienes.

— Zaf ¿Estás bien? — le pregunto tocando su hombro

— Si… solo... fue un mareo — respondió Zafiro mirando al perro inerte frente a ella — ¿qué hay de ti? ¿Estás herida? — Jill solo negó con la cabeza

— Solo un golpe, pero también acabe con el — respondió — Parece que las ventanas no nos brindaran seguridad alguna, avancemos de prisa, no quiero que más de esas cosas salten en este momento.

Entraron al siguiente pasillo, menos tétrico que el anterior, por lo menos no había huesos humanos exhibidos en ninguna parte, tenía cuadros de paisajes campestres colgados de las paredes. Sus pasos resonaron en el piso al tiempo que avanzaban con lentitud, llegaron al final del pasillo, había dos puestas situadas una frente a la otra, la que necesitaban era la puerta doble que quedaba a su derecha.

Abrieron la puerta levantando las armas, peinando la zona, frente a ellas había una figura tambaleante con sus ropas hechas jirones y su pálida piel saltaban a la vista.

¿Aquí también? ¡No puede ser posible!

Jill disparo directo a la cabeza del sujeto, Zafiro noto que Jill no se sorprendió en absoluto de ver aquella criatura, posiblemente los Alpha ya se habían topado con ellos también, además estos sujetos eran ligeramente diferentes a los del tren, estaban más descompuestos, como si llevaran días, o semanas en ese estado. Y obviamente su olor era lo más desagradable. El sonido de pies arrastrándose llego hasta ellas, Jill chasqueo la lengua sin bajar el arma. En cuanto la figura aprecio delante de ellas, le disparo un par de veces, los agujeros de bala aparecieron justo arriba de la ceja, el cuerpo se desplomo en el suelo emitiendo un lastimero gemido.

— ¿Cuántas más de esas cosas hay regadas en esta casa? — murmuro Jill molesta

— Por tu reacción, quiero suponer que no es la primera vez que las ves — le dijo Zaf, avanzando un par de pasos

— No, Barry y yo nos topamos una de estas criaturas en el ala oeste de la mansión, mientras buscábamos a Chris — respondió con seriedad — Y por lo que pude ver, tu también los habías visto ya ¿no es así?

— Rebecca y yo nos topamos a algunos en un tren en medio del bosque, poco después Edward nos advirtió que el bosque estaba lleno de monstruos y zombis, uso sus últimas fuerzas solo para advertirnos eso — apretó la empuñadura de su arma — poco después me separe de Rebecca… solo… solo espero que este bien…

— Nuestra salida está a final de esta estancia — murmuro Jill — Zaf, te mentiría si te dijera que yo no tengo miedo de que los demás Bravo, Chris o Wesker pudieran estar heridos, pero no podemos dejarnos consumir por esos pensamientos, debemos pensar que quizá estén bien, y tenemos que asegurar una salida para cuando los encontremos — agrego colocando su mano sobre el hombro de Zaf — Salgamos de este lugar — sonrió avanzando a grandes pasos, Zafiro se limpió los ojos con el brazo y salió detrás de ella.

Abrieron la puerta de metal, el húmedo y fresco aire después de una tormenta de julio y el sonido de las cigarras las llenaron de alivio. Avanzaron por un sendero de losetas verdes, rodeado de altas paredes de cemento, en el techo del pasillo se abrían unos huecos por donde entraba el aire cargado del aroma del bosque.

Comparado con el asqueroso aroma y frio ambiente de la casa, se sentían en el paraíso. Según el mapa más adelante había una habitación, la cual posiblemente se trataria de un almacén, y más adelante el exterior.

Zafiro recorrió el sendero casi corriendo pasando por un lado de Jill, pero termino por topárse de frente con una puerta metálica de aspecto sólido y pesado. Tendió la mano tratando de mover la puerta, sin embargo, esta ni si quiera se sacudió un poco.

— ¿Qué sucede? — pregunto Jill dándole alcance, Zafiro la miro de reojo con frustración.

— Creo que no tenemos tanta suerte como esperábamos — murmuro señalando la puerta

— Tal vez pueda...

— También lo pensé, pero la cerradura está sellada completamente, por lo que dudo que las ganzúas entren siquiera — agrego

— ¿Qué es esto? — pregunto Jill observando una placa de metal en la pared, en la que había 4 huecos del tamaño de un puño, los 4 espacios estaban unidas por una delgada línea. Zaf no se había percatado de aquella placa, la emoción de poder salir al fin la había embargado tanto que no se había detenido a revisar los alrededores. — Parece que hay algo escrito — agrego limpiando la placa con la mano — "Cuando el sol... se ponga en el oeste y la luna se eleve por el este, las estrellas comenzarán a brillar en el cielo... y el viento soplará hacia el suelo. entonces la puerta de la nueva vida se abrirá" — leyó — ¡Creo que se lo que es! — Exclamo triunfal — Es una puerta de combinación, y sin los 4 símbolos... estamos atrapados

— ¿Entonces debemos volver a la casa y encontrarlos? — pregunto Zaf pateando la puerta, sabia la respuesta, pero no por eso le agradaba la idea. Un aullido proveniente del exterior llamo su atención, se le unieron varios más, había docenas de ellos allá afuera — Creo que salir tampoco es seguro — murmuro sudando frio — Afuera están esos perros y quien sabe que más... y la casa está llena de esos zombis que mataron a Kenneth... parece que realmente estamos atrapados en este lugar

Chris acabo fácilmente con aquellos tres zombis, sonrió, orgulloso de sí mismo, sabía que era buen tirador, tenía premios que lo demostraban, su marca personal era la más alta del equipo, pero nunca estaba de más demostrar que tan bueno podía llegar a ser si tenía tiempo de apuntar. Desenfundar y disparar no era su espacialidad, era la de Barry, e incluso Zafiro tenia mejor habilidad que él en esa situación.

Abrió la puerta con el grabado de la espada, se trataba de una habitación solamente, un librero, una cama y un simple escritorio con una libreta encima de él. Chris tomo la libreta, en realidad se trataba de un diario. Pasó las hojas llegando a las últimas anotaciones, el dueño parecía tratarse de un cuidador de ese lugar. Hablaba de unos experimentos y un accidente en un laboratorio, experimentos que habían escapado.

Chris guardo el diario en una bolsa de su chaleco. Aún no tenía las cosas completamente claras, pero estaba seguro que ahora tenía una pista muy importante para resolver aquel enigma.

Wesker había permanecido oculto detrás de la balaustrada de la primera planta de la mansión, fuera de la vista de los curiosos, pensaba pacientemente en su siguiente plan de acción. Conocía los laboratorios mejor que nadie, pero apenas había estado un par de ocasiones en la mansión. El lugar entero era una trampa, un lugar construido por un arquitecto por encargo de un anciano loco, obsesionado con las conspiraciones y los espías, muy de moda a finales de la década de los años 60. Apenas hacia un par de días que había recibido sus órdenes, y pensaba llevar al equipo Bravo y Alpha a los terrenos de la mansión y a la propia casa para comenzar con la limpieza y la obtención de datos. Tenía todas las llaves maestras y los códigos necesarios, esto le abriría la mayoría de las puertas. Pero la puerta del patio no se abriría así de sencillo, era una cerradura de rompecabezas, y sin todas las piezas sería imposible moverla. Aquella puerta era su acceso más rápido a los laboratorios, eso o dar un rodeo por el bosque.

Y eso es algo que no pienso hacer. Esos perros se me echarían encima antes de que avance dos metros. Además, si los 121 han logrado escapar...

Sabía perfectamente de que eran capaces los Ma-121, los había visto con sus propios ojos hacia eso de un año o dos, un guardia novato había cometido el error de cercarse demasiado a las jaulas que los contenían, el pobre había muerto antes de que siquiera pudiera abrir la boca para pedir ayuda.

Había perdido comunicación con los ejecutivos de la mansión hacia 6 semanas, la última llamad que recibió fue de un directivo que le menciono que había ocultado las 4 heráldicas en un desesperado intento de aislar la mansión de los infectados y evitar que entraran. Pero a esas alturas ya todos estaban infectados y sufrían de un delirio de manía paranoica, uno de los efectos secundarios del virus. Sabia, por la llamada que había recibido que las heráldicas estaban ocultas solo donde Spencer podría encontrarlas, Wesker sabía que el anciano estaba loco por los mecanismos secretos, lamentablemente no tenía demasiada información de la mansión. Jamás pensó que la necesitaría realmente. Sabia de algunos de los escondrijos de la mansión, pero no tenía tiempo de ir a todos lados por su cuenta.

Sonrió para sus adentros, ¿y quién dijo que tenía que hacerlo todo él solo? Había dejado completamente de lado a los S.T.A.R.S. para idear un nuevo plan, estaba seguro de que no podía confiar en que Chris lo ayudaría en ese trabajo por su cuenta, era demasiado temerario, y no conocía lo suficiente a Jill como para utilizarla para ese fin, tampoco confiaba en que Zafiro pudiera ayudarlo traicionando a sus compañeros, si bien la había seducido un par de veces, la chica consideraba a los miembros del equipo como su familia, no los vendería por una noche de sexo. Pero Barry Burton, el buen Barry era una persona en la que todos los miembros confiaban. Podría tener a todos los S.T.A.R.S. correteando por la casa si Barry se los pedía, mientras tanto el activaría el sistema de autodestrucción, tomaría las muestras y saldría de aquel lugar, misión cumplida. Solo había que convencer al señor Burton de cooperar, y sabía perfectamente cómo lograr aquello.

Se puso en marcha, sintiéndose ansioso por comenzar con aquella pequeña aventura.

Habían regresado a la casa, intentarían revisar las habitaciones que se habían dejado en su camino de regreso a la recepción de la mansión. La primera puerta que intentaron abrir estaba cerrada, había un casco grabado en la cerradura, ni siquiera Jill pudo abrirla.

La siguiente puerta que intentaron, se abrió con facilidad, era una sala en forma de U según indicaba el mapa, el graznido de un cuervo las puso en alerta. Aquella estancia tenía al menos una docena de cuervos posados en la barra de las luces.

¿Que es lo que hacen aquí?

Jill decidió ignorar la estancia, no había nada de interés realmente, solo era una galería de arte, aunque, no entendía por qué alguien se había molestado en hacer una galería para aquellos cuadros, no es que fueran malos realmente, pero tampoco eran excepcionales. Un bebe, un niño pequeño, un hombre de mediana edad... además debajo de cada cuadro había un interruptor, supuso que serían para las luces, o al menos eso había pensado hasta que vio un panel con una serie de interruptores que indicaban "luces", colocado a la izquierda de la puerta de la puerta.

Jill se acercó al cuadro en el muro del lado derecho de la puerta. Se titulaba "de la Cuna a la Tumba". No había ningún interruptor debajo, por lo que Jill pasó al siguiente. Zafiro permaneció observando este primer cuadro con atención, buscando alguna pista.

— Esto me parece sospechoso — murmuro Zafiro — ¿no lo crees así Jill? — Jill acciono el interruptor del cuadro que estaba frente a ella. Ambas alcanzaron a escuchar un chasquido eléctrico, y los cuervos levantaron el vuelo, dirigiéndose directamente hacia ellas.

Zafiro abrió la puerta dispuesta a salir de ahí cuanto antes, con Jill detrás de ella. Ambas cayeron de bruces por la inercia del escape, Zaf cerró la puerta de una patada para evitar que aquellos horrendos cuervos salieran de aquella galería de arte. Ambas respiraron agitadas. ¿Qué demonios había pasado?

— La barra de apoyo — murmuro Zafiro sentada aun en el piso — este maldito lugar acabara por matarnos por su cuenta si los zombis no lo hacen antes — se quejó.

— Si me lo preguntas, me parecía una trampa bastante elaborada — murmuro Jill poniéndose de pie — Y eso suele decir que hay algo importante ahí

— Entonces entremos y rellenemos de plomo a esos cuervos — respondió Zaf levantándose de un salto

— No, eso sería muy obvio, además no podemos darnos el lujo de malgastar munición, y el resto de esos cuervos se nos echarían encima antes de que siquiera matemos a la mitad —murmuro Jill llevándose la mano a la barbilla — tiene que haber otra manera

— ¿Y qué hay de los interruptores? El chasquido se escuchó después de que accionaste uno de ellos, y sabemos que las luces no son, además de toda la sala solo el primero no tiene interruptor, pero si el único que tiene un título más elaborado que solo "un recién nacido" o "un infante" ... — Zafiro dejo de hablar de pronto — No puede ser… la respuesta estaba… — susurro tallando sus ojos

— En el primer cuadro... "de la Cuna a la Tumba" ... también lo pensaste ¿no es así?

— Creo que si — respondió Zafiro

— Esperemos a que se vuelvan a posar en su percha, entrare y probare suerte, tú permanece en la puerta y si alguna de esas cosas vuela, dispara.

— Rebecca, soy yo, abre la puerta!

Chris escucho como algo pesado se movía detrás de la puerta, Rebecca abrió un poco y Chris se apresuró a entrar. Saco el diario del bolsillo de su chaleco.

— Encontré esto, ¡parece que hacían una especie de investigación con algún tipo de agente!

— ¡Una investigación virológica! — respondió Rebecca — tenías razón, estos documentos fueron algo útiles, aunque tengan 10 años de antigüedad

— Aquí dice algo acerca de un accidente en uno de los laboratorios que hay aquí, ¿crees que el virus siga siendo peligroso? El que escribió esto se convirtió en una de esas cosas en 9 días

— ¿Cuándo presento los primeros síntomas? — pregunto Rebecca curiosa leyendo el diario

— Parece que 24 horas, parecía quejarse de picores ... ¿crees que podamos estar infectados?

— No lo creo... si el virus siguiera activo en aire, a estas alturas todo Raccoon podría estar infectado — respondió Rebecca — debe de ser de los virus que no resiste mucho en el ambiente

— Tenemos que encontrar a los demás, si llegan al laboratorio sin saber que hay ahí — Chris sacudió la cabeza tratando de no pensar mucho las consecuencias — No quiero ni pensarlo, tenemos que irnos de aquí... sé que es peligroso, pero necesito que me acompañes, puede que ocupe dispararle a la cerradura de una puerta para volver a la recepción, pero necesito que alguien vigile mis espaldas de mientras y se asegure que esas cosas no se acercan

— Puedes contar conmigo para eso — respondió Rebecca decidida

Chris regreso a la puerta que había cerrado accidentalmente cuando se encontró con el primer zombi, tiro con fuerza del pomo, pero esta se encontraba más que trabada.

— Échate para atrás — le dijo a Rebecca, disparar a una cerradura no era tan fácil como lo hacían ver las películas, la bala podría rebotarle y herirlo, o herir a Rebecca.

Chris disparo en contra de la cerradura, astillando la madera de la puerta, Rebecca le dio aviso de que otro de los infectados se aproximaba. Salió del corredor jalando a Rebecca detrás de él, cerró la puerta detrás de sí.

Observo el amplio corredor y las puertas que no había inspeccionado, además del cuerpo tendido de espaldas con la mitad del cráneo esparcido por el suelo, al menos estaba seguro de que otro de los S.T.A.R.S. había pasado por ahí, posiblemente en su búsqueda. Podrían estar en cualquiera de las dos puertas que tenía enfrente.

O podrían haberse marchado, no puedes llevar a un compañero desarmado a un área no explorada, sería poner a Rebecca en riesgo.

— Volvamos a la recepción — murmuro al fin marchando al salón comedor, con Rebecca avanzando detrás de él.

Barry pasó por encima del cuerpo del zombi que acababa de aniquilar, había comenzado a buscar comenzando por la puerta del fondo solo por mero instinto. La puerta demostró estar firmemente cerrada, y los moratones de su hombro lo demostraban, había continuado por un obscuro pasillo hasta unas estrechas escaleras que lo habían llevado a la cocina, era obvio que Chris no estaba por ahí.

La capa de polvo media al menos un dedo de espesor, y no se veían huellas de que alguien además de él hubiera pasado por aquel sitio.

Estaba por marcharse de ahí cuando escucho un sonido metálico al fondo de la cocina, se trataba del ascensor que había visto también en la planta de arriba, había creído que no funcionaba, ya que no había obtenido respuesta cuando pulso el botón antes. Permaneció atento con el arma en alto, dudaba que alguna de esas cosas fuera lo suficientemente inteligente para abrir la oxidada puerta de metal del aparato, y mucho menos para presionar los botones. Pero podría tratarse de algún miembro del equipo Bravo, o alguien que vivía ahí y que le pudiera decir qué demonios estaba pasando, pero de igual manera tenía que estar alerta.

Barry bajo el revólver al ver salir a Wesker del ascensor, una oleada de alivio le recorrió todo el cuerpo.

— Barry ¡justo a quien estaba buscando! — exclamo sonriendo ampliamente

— Wesker! ¿Dónde te habías metido? Creímos que habías sido atacado por una de esas cosas, porque te marchaste

— Bueno, tenía unas cosillas que atender, ya sabes, asuntos urgentes del cuerpo

— Estas de broma ¿Cierto? — gruño Barry, ¿asuntos del cuerpo? Aquello no era para nada gracioso

— En fin, vayamos al grano — Wesker se encogió de hombros restándole importancia a la reacción de Barry — Barry, necesito que me ayudes con una cosa muy importante — dijo acomodando sus gafas de sol — ¿Alguna vez has escuchado hablar de White Umbrella? ¿No? — pregunto viendo las reacciones de Barry — No importa, solo debes saber que se trata de una rama de la empresa Umbrella, que se dedica principalmente a la investigación biológica... Y recientemente ha ocurrido un accidente en uno de sus centros de investigación, que precisamente se trata de esta misma mansión, mis amigos de White Umbrella me llamaron para ayudarlos a limpiar el desastre y destruir las pruebas, como sabrás, no pueden dejar que esta información se filtre a los medios ni a la policía ¿Entiendes las consecuencias que esto traería verdad? — le pregunto — Aunque para llegar a los laboratorios necesito de unas llaves, bueno en realidad se trata de 4 placas, más o menos del tamaño de una taza con los grabados del sol, la luna, las estrellas y el viento, y necesito que me ayudes a buscarlas.

— ¡¿Estás loco?! — gruño Barry con la cara roja por la furia — ¿Estás diciendo que todo este embrollo y las muertes de Raccoon ha sido a causa de un accidente de investigaciones clandestinas de Umbrella?! ¿Y aun así esperas que te ayude a destruir las pruebas? ¡No me jodas!

— Básicamente, Si, es lo que te estoy diciendo — respondió Wesker con calma, sabía que el viejo Barry reaccionaria así

— Eres un hijo de... — gruño apuntándole con su colt

— Escucha Barry, realmente no es que tengas muchas opciones — respondió sin inmutarse, aun con el cañón del revolver apuntándole directamente al rostro — En este momento mis "amigos" están frente a tu casa, vigilando a tu esposa y a tus hijas — Barry se quedó helado, Wesker pudo notar como la cara del gran hombre palidecía, empuñando el arma con fuerza —Puedes dispararme si quieres, Pero si no me comunico con ellos pronto, tienen órdenes de proceder con la operación de igual manera, siempre podrás disculparte frente a las lapidas de tu familia por no haberlas salvado cuando podias.

Wesker noto como el cuerpo de Barry estaba tenso por la rabia e impotencia que sentía en esos momentos, sabía que, para él, su familia lo era todo en la vida. Barry agacho la cabeza. derrotado, dejando caer los brazos a ambos lados de su cuerpo.

¡Bingo!

Wesker saco un puñado de llaves unidas por un aro. Separo una y se la entregó a Barry.

— Esta llave debería de abrir a mayoría de las puertas de la otra ala de la mansión, al menos las más importantes.

— ¿Qué hay de Chris, Jill y Zaf? — Pregunto con impotencia

— Puedes decirles que te ayuden en tu búsqueda si quieres, que encontraste una vía de escape, pero ocupan esas placas... estarán encantados de ayudar al buen amigo Barry ¿no lo crees?, aunque, deberías de pensar muy bien cuanta información les brindas, no quisiera encontrarme en una situación delicada... como con un tiro por la espalda, tu entiendes. — suspiro Wesker — encuentra esos grabados, entrégamelos y tu mujer y tus hijas serán libres

— ¿Dónde estarás?

— Estaré cerca, te lo aseguro — Wesker sonrió de medio lado

— No.… no te olvidaras de informar ¿verdad? ¿Les dirás que te estoy ayudando? — el tono de súplica lleno de satisfacción a Wesker

—Tú solo has lo que te digo, y te aseguro que tu familia estará a salvo. — respondió Wesker — Recuerde señor Burton, tenga cuidado de cuanta información revela a sus compañeros — subió de nuevo al ascensor, dejando a Barry a solas.