Les dejo aquí la nueva actualización de esta historia, adentrémonos en la Mansión Spencer y empecemos con el juego de traiciones y mentiras

Gracias a los que me brindan su apoyo en esta historia, nuevamente me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews

Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 6 de esta historia

Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)

CAPITULO 8

— ¡Y una menos! — exclamo Jill Triunfal chocando los puños con Zafiro, habían encontrado la placa con las estrellas en la sala de las pinturas, justo detrás del último cuadro que cayó de su lugar después de haber accionado todos los interruptores en orden. — Deberíamos volver justo por donde llegamos, y probar suerte con las demás puertas que podamos abrir.

Zafiro asintió y se pusieron en marcha, probando suerte con la puerta que habían pasado por alto justo al final del corredor de las pinturas campestres. Se trataba de una habitación perfectamente cuadrada con el techo muy alto, las paredes eran de mármol blanco con detalles dorados. Esta habitación las condujo a otra habitación más amplia con un techo más bajo.

Estaban completamente solas en aquella estancia, Jill inspecciono la habitación con detalle, una mesa de café ovalada al cetro de la estancia, y una alfombra oriental justo debajo de esta, y una escopeta apoyada en un par de ganchos en la pared, ligeramente iluminada por unas lámparas que emitían una luz muy tenue.

— ¡Por favor que este cargada! — suplico Jill tomándola entre sus manos, los ganchos que la sostenían se desplazaron hacia arriba, y escucharon como si algo metálico se moviera en las paredes.

Zafiro levanto su arma y apunto en todas direcciones, la estancia estaba exactamente igual que antes, ningún cuadro se cayó, ningún ave salió graznando de los rincones.

— No me da confianza permanecer más tiempo aquí, deberíamos marcharnos — susurro Zafiro incomoda

— Pienso lo mismo — respondió Jill después de inspeccionar al arma, se trataba de una Remington M870, el modelo que utilizaban los S.T.A.R.S., estaba en excelente estado, y completamente cargada. Aquello era un golpe de suerte — no parece haber nada más aquí, regresemos.

Salieron cerrando la puerta detrás de sí.

— Con suerte Barry ya habrá revisado el resto de las habitaciones de la otra ala, podremos revisar la planta superior, buscar a los demás miembros del equipo Bravo y al resto del Alpha y largarnos de aquí.

— Suena bastante fácil para ser verdad — murmuro Zafiro tomando el pomo de la puerta para salir de ahí... mas no se movió

— ¿Qué pasa? — Pregunto Jill confusa al ver que Zafiro no abría la puerta

— El cerrojo esta puesto — respondió atónita

— No puede ser, acabamos de entrar por aquí — señaló Jill tirando del pomo, obteniendo el mismo resultado, observo el espacio entre la muerta y el marco, efectivamente, el cerrojo estaba puesto, y uno muy grueso.

— Jill, esto no me ... — Zafiro dejo de hablar cuando una fina lluvia de polvo comenzó a caerle encima, al tiempo que el sonido de un mecanismo al ser accionado comenzó a inundar el cuarto, levanto la mirada, ¿por qué caía polvo — Jill... no creo que esto sea bueno — señalo el techo su dedo

El techo elevado estaba comenzando a bajar, el polvo provenía del mármol de las paredes siendo triturado.

— ¡Mierda! — exclamo Jill regresando a la otra puerta, estaba tan cerrada como la primera.

— ¡¿Ahora qué?!

— ¡Quédate atrás! — exclamo apuntando la escopeta contra la cerradura de la puerta de salida, disparo, la fuerza del impacto astillo la madera dejando a la vista lo que Jill temía, la barra de metal cubría la puerta hasta la mitad, jamás la movería a disparos. – podría debilitarla y derribarla después

— ¡Jill! — exclamo Zafiro — ¡No podemos morir de este modo! — Exclamo embistiendo la puerta, pero esta estaba tan firmemente cerrada que resistió el impacto — Tenemos que...

— Jill ¿eres tú?! — la voz de Barry se escuchaba al otro lado de la puerta — ¿Jill? ¿Zaf?

— ¡¿Barry?! — Exclamo Jill con alivio — ¡Barry, no hay tiempo, derriba la puerta por favor! ¡ahora!

— Muy bien ¡Quédense atrás!

La puerta se estremeció un par de veces, pero a madera resistió, Jill suplico en silencio, el techo estaba a metro y medio sobre sus cabezas. El sonido del tercer impacto fue seguido por el de la madera astillándose y saltando en pedazos. Barry les tendió la mano jalándolas literalmente para sacarlas de ahí.

Los tres cayeron al piso mientras a sus espaldas la puerta era aplastada por la pesada placa de concreto. El techo llego al suelo levantando una nube de polvo.

— ¿Qué hacían metidas ahí? ¡Casi terminan hechas sándwich! — exclamo Barry viendo la placa de roca sólida que ahora ocupaba todo el espacio de la habitación

— ¡Barry! — exclamo Zafiro con los ojos llorosos — ¡gracias, gracias, gracias!

— ¿Están bien? — pregunto mirándolas con preocupación

Jill asintió, mirando la escopeta en sus manos, casi morían a causa de su descuido, ahora de verdad se preguntaba ¿cómo diablos iban a salir de esa casa?

Justo como Chris esperaba, la recepción de la mansión estaba completamente sola. Momentos antes había escuchado un sonido extraño, como el de una puerta muy pesada cerrándose, permaneció a la escucha, pero el sonido no se repitió.

Observo a Rebecca aun intranquilo, debía buscar un lugar seguro para ella hasta que pudiera conseguirle un arma.

— Esto solo nos deja con el plan B — murmuro

— ¿Y cuál es el plan B?

— ¿Y como voy a saber? — suspiro con frustración — Regresemos a ver que hay en el corredor que dejamos atrás — dijo finalmente, ambos regresaron al salón comedor, inundado enteramente por el tic tac del reloj.

Las botas de Chris pisaron algo, como un trozo de escayola pintada, lo removió con la punta de la bota, cerca había tres trozos similares.

— ¿Esto estaba ahorita que pasamos? — le pregunto a Rebecca

— No lo sé, ¿sera importante?

— Realmente ya no sé si lo es o no, cualquier cosa podría ser una pista — dijo rodeando la mesa, ahí, justo del otro lado del reloj, estaba una pila de restos de escayola que antes pudieron ser una estatua. Ahora no era más que basura. — No parece haber nada de interés — murmuro removiendo los escombros — sigamos.

Regresaron al corredor donde aún estaba el cuerpo del infectado tendido de espaldas, con la mitad de la cabeza embarrada en el suelo. Chris se dirigió al otro lado, hacia una puerta de madera con intrincados adornos tallados, en la cerradura estaba la imagen grabada de una espada, Chris le dio la llave a Rebecca para que abriera, mientras el vigilaba el corredor.

La puerta daba a un pequeño bar de copas con un piano de cola cubierto por una delgada capa de polvo, por lo demás estaba completamente vacío.

— Rebecca, escucha, tengo que seguir registrando el resto de la casa... pero... — tartamudeo un poco, no quería hacer sentir mal a la pequeña castaña

— Entiendo — respondió ella tranquila — no tengo un arma, y si te metes en problemas, solo seré una carga

— Yo, no quería hacerte sentir mal

— Está bien, lo entiendo — sonrió — pero si patea el trasero un problema matemático no me vengas llorando ¿está bien?

— Está bien — respondió Chris sonriendo — cierra la puerta con llave, llamare a ella cuando regrese ¿está bien?

— Ten cuidado Chris

— ¿Y el símbolo de las estrellas ya estaba aquí? — pregunto Barry observando la placa de metal que tenía enfrente

— No, la encontramos en otro cuarto con trampa — respondió Jill — pienso que tal vez deberíamos buscar juntos el resto de los emblemas

— Pudiera ser... pero... aún tenemos mucho terreno que cubrir, y por el momento solo somos nosotros tres, avanzaríamos más rápido separados, al menos hasta encontrar a Chris y Wesker, o a algún otro miembro del equipo Bravo.

— ¿Crees que… Chris y Wesker aun estén con vida? — pregunto Zafiro

— Estoy seguro de que lo estan... encontré varios cuerpos en la otra ala de la mansión, todos con un tiro limpio en la cabeza, estoy seguro que fue alguno de ellos, de igual manera deberemos extender nuestra búsqueda a la planta alta de la mansión también.

— Barry... ¿estás bien? — pregunto Jill — Pareces algo cansado

— Estoy bien, es solo que estoy preocupado por Chris, fue mi compañero en los marines y es muy buen amigo ¿sabes? — respondió — regresare al otro lado de la casa y comenzare a buscar en la planta alta, ustedes podrían revisar la planta alta de este lado. Mientras usemos el sentido común estaremos bien... sabemos que esto está lleno de trampas.

Barry se marchó antes de que ambas pudieran decir algo al respecto, Jill miro a Zafiro, cuestionándola con la mirada.

— ¿También lo notaste no? — pregunto Jill

— Barry está actuando raro... un poco retraído... no creo que sea solo preocupación por Chris lo que lo tiene así

— Tal vez encontró a Chris o a Wesker muertos y no quiere decirnos

— O algún otro del equipo Bravo — murmuro Zafiro — O tal vez el mismo teme que no saldremos vivos de aquí

— Como sea, ¿qué debemos hacer ahora?

— Encontrar los demás símbolos — respondió Zafiro entregándole el arrugado mapa que llevaba en el bolsillo — creo haber memorizado la planta baja de la mansión, tal vez te sirva, regresaré y registrare las habitaciones que nos faltaron cuando llegamos aquí, tal vez en la galería de los tapices azules encuentre algo más de utilidad en la puerta bloqueada por el escritorio

— Aun has tenido esos mareos repentinos ¿Crees que sea seguro que vayas sola?

— No, pero no tenemos alternativa... — respondió con resignación — Me marcho entonces… y Jill... que no te hagan sándwich por un arma, está bien

— Ten cuidado, comenzare a registrar la planta alta, según esto parece haber unas escaleras aquí — señalo una habitación contigua — seamos prudentes esta vez.

Zafiro asintió y choco puños con ella antes de marcharse de ahí. Jill permaneció unos segundos más ahí, de pie, aspirando el limpio aire de la noche, antes de volver al frio y asqueroso ambiente del interior. Tenía que volver, encontrar los símbolos y asegurar una vía de escape. O morir en el intento.

Zafiro regreso y comenzó a rebuscar en todas las puertas de habían dejado cerradas a su paso, aparto el escritorio que antes les había bloqueado el camino. Pero para su decepción, tan solo se trataba de una especie de bodega, donde había algunos cuadros amontonados, y estanterías con materiales de arte, nada verdaderamente ultil.

Regreso a la recepción, podría comenzar a rebuscar en la planta alta de la casa, según Barry había registrado la planta baja de la otra ala, y no había encontrado nada.

Recordó su comportamiento extraño y lo que había dicho Jill acerca de que posiblemente había encontrado a Chris o a Wesker muerto. O algún otro de los Bravo. Avanzo hacia la otra ala de la casa, quería comprobarlo, quería comprobar que nadie más hubiera muerto.

El tic tac del reloj la puso en alerta. No había más amenaza que él puso e incesante sonido. Sus botas patearon un trozo de escayola del piso. Se agacho para tomarlo entre sus dedos, no era nada realmente útil. Dudaba que fuera a matar un zombi con una pedrada en la cabeza.

Se rio por lo bajo ante lo tonto de su idea, un sonido muy distinto al sonido del reloj llego hacia ella, se escuchaba más adelante, era una especie de ¿piano?

Avanzo con sigilo al fondo del pasillo y abrió la puerta, el cuerpo de uno de esos infectados estaba derribado de espaldas en el piso, afortunadamente muerto. El sonido del piano sonaba más al fondo de ese corredor. Justo detrás de una puerta de madera con intrincados patrones talados en ella.

Tomo el pomo de la puerta intentando abrirla, pero estaba cerrada con llave. El piano se detuvo de golpe. Retrocedió un paso y levanto el arma.

— ¡¿Chris?! — pregunto una voz desde adentro — Chris ¿Eres tú?

— ¿Rebecca? —Exclamo Zafiro, las lágrimas asomaron por sus ojos, bajo el arma y acerco su oído a la puerta, quería asegurarse de no estar alucinando — ¿Becca de verdad eres tú?

— ¿Zafiro? — la chica se escuchaba igual de sorprendida

— ¡Sí, soy yo! — respondió, la puerta se abrió desde adentro, Rebecca parecía muy feliz de verla. — ¡oh por dios Rebecca! — exclamo abrazándola — ¡Estás viva!

— Zaf…pensé... temía... cuando Billy me dijo que caíste del tren... pensé que esos monstruos... — los ojos de la pequeña castaña comenzaron a cristalizarse por las lágrimas que amenazaban con salir

— Estoy bien, llegue aquí de causalidad huyendo de ellos — Pero ¿qué hay de ti? ¿Cómo saliste del tren? ¿Qué fue de Billy?

— El tren nos llevó a un complejo de Umbrella — respondió Rebecca — si supieras la cantidad de cosas que había ahí, además de esos perros y los infectados. Zaf, esto es algo más serio de lo que creemos. Apenas escapamos de vivos de ahí, Encontré al capitán Enrico de casualidad y me dijo que los demás habían corrido hacia aquí. Pero yo, no pude acompañarlo de inmediato

— ¿Dices que los demás vinieron aquí? ¿El resto del equipo Bravo está aquí? ¡Debemos ir y buscarlos!

— Lo siento Zaf... yo... prometí esperar a Chris aquí — murmuro Rebecca apenada

— ¿Chris? ¿Lo has visto? ¿Está con vida? — pregunto Zafiro con alivio tomando las manos de Rebecca

— Si, no tiene mucho que se marchó — murmuro — me dijo que se había separado de los demás

— Tal vez ya se haya encontrado con Barry o con Jill — murmuro pensativa — pero... ¿por qué te quedaste atrás?

— Yo... perdí mi arma cuando huía de esos perros de camino aquí — respondió Rebecca apenada- me descuide y olvide que ya no protegían mis espaldas... pero me alegro de ello, tal vez esos perros lo hubieran matado, o los demás lo hubieran arrestado...

— ¿Entonces Billy sigue vivo? — pregunto Zafiro curiosa — ¿creí que ibas a arrestarlo?

— Yo... — manoteo Rebecca completamente sonrojada — Yo, decidí no hacerlo, sé que suena extraño, pero... de verdad él no era culpable, el no asesino a esas personas

— Sospechaba algo así — respondió Zafiro encogiéndose de hombros

— ¿Lo sabías? Entonces por qué...

— No en un principio, ¿pero... crees que un asesino desalmado hubiera tratado de salvarme cuando iba a caer del tren? Billy casi cae llevado por mi peso, y aun así se arriesgó a tratar de salvarme.

— Lo deje que se marchara — murmuro Rebecca

— ¿Que garantía tenemos de que no lo buscaran para volverlo a arrestar en cuanto sepan que escapo?

— Porque le diré a todos que está muerto — murmuro Rebecca sacando las placas de identificación de su chaleco de kevlar — Eso debería ser suficiente para que lo dejen tranquilo y no lo busquen

— Espero que lo sea — respondió Zafiro mirando las placas de identificación, Rebecca había cambiado tanto en tan solo 24 horas — ¿eras tú la que practicaba con el piano?

— No soy buena en eso, lecciones de pequeña, quería ver si recordaba algo

— "Sonata claro de luna" de Beethoven — murmuro Zafiro tomando la partitura que estaba en el piano — a mi abuelo le gustaba tocar esta sonata ocasionalmente.

— Aun no consigo algo decente, además este piano esta extraño — se quejó Rebecca, Zafiro pasó los dedos por las teclas, mirándolas con extrañeza — ¿lo ves? Están demasiado duras, aun así, creo que lo estaba logrando — agrego sentándose en el taburete de nuevo.

Rebecca comenzó a tocar lentamente, Zafiro cerró los ojos disfrutando la melodía, un recuerdo vino a su memoria, escuchaba esa tonada a través de sus delirios febriles a causa de su asma. Su abuelo tocaba para ella cuando enfermaba.

— ¿Zaf? — la llamo Rebecca sacándola de su trance — Mira eso — señalo un hueco en la pared que antes no estaba ahí.

Zafiro desenfundo el arma y se acercó al hueco recargándose en la pared, estaba completamente vacío, salvo por un busto tallado de Beethoven con un blasón dorado en la base. Entro con sigilo, la luz que iluminaba la pequeña estancia entraba a través de una pared de cristal que daba a una especie de invernadero. Por lo demás no había nada de interés, pero que ocultaban en ese lugar, lo único verdaderamente llamativo era la placa dorada ¿qué tal si tenía algo más?

Tomo la placa dorada con facilidad, la pared detrás de ella comenzó a cerrarse, el pánico la invadió y volvió a colocar el blasón en su lugar, para su buena fortuna la pared se abrió de nuevo.

— ¡No tocare eso! — exclamo Zafiro saliendo de ahí — ya intentaron aplastarme hoy por tomar algo que no debía — agrego, Rebecca entro a la habitación secreta, revisando el escudo

— Vi uno de estos en el comedor... pero creo que era de madera... ¿crees que pasara algo si los cambiamos?

— No lo sé, a menos que quieras intentarlo

— Pero, ¿y si Chris regresa? ¿O si aparecen esas cosas?

— El pasillo estaba despejado cuando llegue... si quieres yo podría…

— Iré yo — respondió Rebecca decidida — no he hecho nada más que incomodar a Chris desde que me encontró... al menos quiero hacer algo útil

— ¿Segura que no quieres que te acompañe?

— Espera aquí por si Chris regresa, no tardare.

Encontró el cadáver de Forest en una pequeña terraza de la planta alta, se había quedado pasmado al verlo en un principio, su cuerpo inerte estaba lleno de múltiples heridas, como si alguien lo hubiera apuñalado con un cuchillo sin punta.

Cerró ligeramente los ojos mientras trataba de tomar la Beretta de los dedos muertos de Forest, rebusco en el cinturón de su compañero sacando tres cargadores completos de 9mm. El graznido de un cuervo hizo que se levantara de golpe. El animal estaba posado sobre el pasamanos de la terraza con algo rojo colgando del pico.

En animal graznó de nuevo dejando caer el trozo de carne en la baranda metálica, a este se le unieron más graznidos. Chris salió corriendo de ahí en cuanto escucho los aleteos a sus espaldas. Cerró a puerta detrás de si escuchando los graznidos frustrados de aquellas monstruosas aves. Se reprimió a sí mismo por haber sido tan descuidado, debió suponer algo así al ver las heridas y los múltiples arañones en el cuerpo de Forest, había sido devorado por esos pájaros del demonio.

Joseph devorado por perros, Forest por cuervos... ¿qué sigue?

Tenían que salir de esa casa cuanto antes, cualquier cosa que estuviera ahí podría tratar de matarlos cuanto antes. Observo la Beretta que aun sostenía en su mano, al menos Rebecca podría defenderse ahora.

Se preparó para regresar al cuarto del bar donde había dejado a Rebecca.

— Chris! — la voz de la chica lo había sacado de sus pensamientos, Rebecca estaba de pie en las escaleras de la recepción, además no estaba sola, Zafiro estaba con ella.

— ¡Rebecca! ¿Sucedió algo? ¿Qué haces aquí?

— Me puse a tocar el piano cuando te fuiste, y se abrió un cuarto secreto con un emblema en su interior, cambie ese emblema por del de la cocina, y el reloj se movió... detrás de él estaba esta llave, creí que podría alcanzarte antes de que te alejaras demasiado, sé que me dijiste que me quedara ahí, pero... lo siento

— No te preocupes por ello — respondió Chris reuniéndose con ellas — veo que alguien más te encontró ... me alegra verte con vida Zaf

— Y a mí me alegra verte bien- respondió — Jill me comento que desapareciste

— ¡¿Jill? ¡¿está bien, ella, Barry, el capitán?!

— Wesker está desaparecido, Barry explora aquella parte de la mansión, y Jill esta otra — señalo ambas áreas respectivamente — di con Rebecca cuando escuché el piano.

— Wesker desapareció — Chris apretó el puño con frustración — al menos me alegro que Jill y Barry estén bien — agrego — Rebecca, toma, esto te será útil — le dijo entregándole el arma

— ¿De quién era? — pregunto tomándola, se trataba de una M9 samurái edge, solo los S.T.A.R.S. tenían esa arma, Chris se quedó serio un momento — Chris sé que soy una novata en el equipo, pero estamos en una situación delicada, ocultar información podría ponernos en peligro de muerte

— Era de Forest — respondió al fin — Kenneth también está muerto.

Rebecca cerró los ojos con angustia solo un instante.

— ¿Qué hacemos ahora? — pregunto

— Seguiremos probando con las demás puertas — murmuro Chris — vamos

Jill sostenía en su mano el emblema del sol, había comenzado a registrar la planta alta de la casa, afortunadamente para ella muchas de las puertas estaban abiertas, había llegado a una puerta de hoja doble con grabados circulares, al entrar descubrió una amplia estancia con 8 armaduras, 4 a cada lado. Dos coladeras en piso y un botón, y al fondo de la estancia una vitrina con el emblema dentro. Estaba segura que sería otra de aquellas trampas mortales de la casa.

Había tratado de imaginar los cientos de maneras en que aquella trampa podría matarla, pero no quiso correr el riesgo.

Todo problema tiene más de una respuesta

Se quedó meditando un momento, paso de largo vigilando las armaduras para que no trataran de matarla, sujeto su arma y golpeo con fuerza el cristal de la vitrina con la empuñadura, haciéndolo pedazos. Metió la mano con cuidado y extrajo el emblema.

Si me salto las reglas de esta casa, puede que logre sobrevivir a más de una trampa.

Encontraría el resto de los emblemas y aseguraría la salida de esa casa de locos, ¿qué habría más adelante? No lo sabía, pero no podía ser peor que aquel lugar. ¿O sí?

Wesker tenía en su poder el emblema del viento, después de hablar con Barry en la cocina había pasado junto a la estatua de escayola de la segunda planta, recordó que tenía un compartimento secreto, y para ahorrar tiempo de búsqueda, simplemente arrojo la estatua a la planta baja.

Había conseguido una joya de color azul, uno de los ojos del Tigre, cuando la coloco en su lugar, este se giró y revelo el pesado emblema de cobre.

Decidió permanecer oculto en lo que Barry se hacía cargo de encontrar los otros tres emblemas, había usado la llave del yelmo para ocultarse en un pequeño estudio justo al lado de la puerta del patio, desde ahí podía escuchar el ir y venir de los demás miembros de S.T.A.R.S., también podía captar algunas de sus conversaciones. Todo estaba marchando a la perfección, incluso se había topado a Ellen Smith mientras registraba la biblioteca.

Se trata de la doctora Ellen Smith, si no te importa.

Había pasado a revisar el cuarto secreto de la mansión que tenía vista al helipuerto solo para comprobar el estado de este, y si podía servir como vía de escape. Fue entonces cuando salió tambaleante de entre las estanterías de la biblioteca. Había intentado salir con ella desde que se había trasferido a Raccoon City, atraído por su cabellera rubia platinada y sus piernas largas, siempre le habían agradado las rubias, y alguna que otra castaña, sobre todo si eran listas. Pero la maldita no solo lo había rechazado en más de una ocasión, tampoco se había esforzado en ser amable. E incluso le recordaba constantemente que ella era su superior, y se dirigiera a ella como tal.

Haberle estallado el cráneo con un par de disparos lo había hecho sentir satisfecho. No se consideraba un hombre frívolo, pero haberle disparado a esa maldita zorra había sido tan gratificante.

Wesker se desperezo y se levantó para mirar las estanterías de los libros, Virología, ADN, Genética, posiblemente si terminaría por echarse una siesta después de todo. Poso su mirada en un libro con cubiertas de cuero rojo, al fin algo no tan aburrido de leer en el título, aun cuando fuera algo tan ridículo como "águila del este, lobo del oeste".

¿Acaso no es eso lo que está escrito en la fuente?

Abrió el libro apresuradamente, el cual solo se trataba de una cubierta falsa, para un libro hueco, en cuyo interior se encontraba un medallón de oro con un águila grabada en relieve. Aquella era una de las dos llaves para entrar al laboratorio. Otro de los intrincados jueguitos de Spencer.

Se trataba de una fuente antigua, a la cual solo se podía acceder a través de una red de intrincados túneles ocultos en el jardín, la entrada al laboratorio solo se revelaba si el medallón del águila y el del lobo estaban en su sitio, y si el medallón del águila estaba ahí, el del lobo podría estar en cualquier parte. Arrojo el libro contra la lámpara situada sobre el escritorio al ser incapaz de controlar su rabia, sumió toda la habitación en obscuridad, sus planes de entrar primero al laboratorio se habían ido al garete. Permaneció de pie con los puños apretados, tratando de no gritar de rabia.

— No puede ser, ¡Richard! — exclamo Rebecca inclinándose al lado del frio e inerte cuerpo, coloco sus dedos en el cuello buscando el pulso.

Chris y Zafiro intercambiaron miradas, sabían que Rebecca no podría encontrar nada, el hombro destrozado de Richard había dejado de sangrar hacia mucho, y el cuerpo estaba demasiado pálido, Richard llevaba mucho tiempo muerto.

Rebecca cerró los ojos de su compañero, tratando de no afligirse, Chris observo el corto corredor donde habían entrado, una gran mancha de sangre en la pared y una huella ensangrentada proveniente de la bota de Richard era lo único que había entre el cuerpo y la puerta de madera a unos tres metros de distancia. Sea lo que fuera lo que lo había matado, estaba del otro lado de esa puerta, posiblemente esperando más víctimas.

— Échenle un vistazo a esto — murmuró Rebecca — ¿ven este color purpura alrededor de las heridas? — señalo las dos perforaciones separadas por unos 15 cm aproximadamente — creo que Richard murió envenenado, no creo que... se desangrara por estas heridas, son muy pequeñas como para causarle la muerte a alguien

— ¿Envenenado? ¿Por quién? — pregunto Zafiro

— No lo sé... parece una mordedura de serpiente

— ¿Serpiente? — pregunto Chris — ¿qué serpiente tiene ese tamaño?

— No lo sé, solo es una suposición considerando las heridas, pero delo que si estoy segura es de que murió envenenado por la misma criatura que hizo estas heridas

— Y puede que esté detrás de esta puerta, como sea debemos tener cuidado — murmuro

Zafiro se recargo en la pared cubriéndose los ojos, había palidecido ligeramente, y pequeñas gotitas de sudor perlaban su frente

— ¿Qué sucede? — le pregunto Rebecca acercándose ella ¿acaso la impresión de ver el cadáver de Richard había sido demasiado para ella?

— Yo lo siento... no me sentí muy bien — murmuro, la verdad era que no se sentía muy bien desde aquel encuentro con el perro en el pasillo de los muestrarios. — Creo que me golpee la cabeza antes de llegar aquí, Jill y Barry me encontraron inconsciente

— Deberías esperar aquí y descansar unos momentos — ordeno Chris

— ¡Pero...! — protesto

— Zaf, no sabemos que hay detrás de esa puerta, no podemos arriesgarte a que te quedes inconsciente si nos topamos con esa criatura — respondió en un tono menos severo colocando una mano en su hombro, estate atenta, puede que necesitemos ayuda

— Por lo menos déjenme ir en la retaguardia

— ... muy bien, pero... si te digo espera, esperaras entendido

— Entendido.

Chris abrió la puerta y entro seguida de Rebecca y Zafiro, delante de ellos había tres escalones de madera y al final de esta otra puerta más y grandes manchas de sangre en la pared.

A mitad de camino había una ramificación del corredor con otra puerta.

— Rebecca, registra la ramificación, yo registrare esta puerta de aquí, Zaf, quédate aquí, por si alguno de los dos necesita ayuda ¿está bien?

— Entendido — respondió asintiendo, Rebecca asintió y se marchó por el otro corredor.

Chris se aproximó a la puerta tirando del pomo, estaba cerrada, y la cerradura tenía un escudo grabado. Chris saco la llave que momentos antes le había entregado Rebecca. Comprobó su Beretta antes de entrar, suspiro y abrió la puerta ingresando en la estancia.

Se trataba de un amplio ático, con postes de apoyo de madera, en el fondo de la estancia había un muro de media altura de unos 3 metros de largo y 1.5 metros de altura, a Chris le recordó al establo de un caballo, aquella era la única zona oculta de su vista.

Se aproximó al muro de media altura, sus botas hacían eco en la madera, asomo la cabeza para ver que ocultaba aquella pequeña división, afortunadamente no había ninguna serpiente, pero si un enorme agujero en la unión de las dos paredes de al menos 60cm de diámetro. Percibió algo por el rabillo del ojo, parecía un trozo de metal del tamaño de un puño, con lo que parecía una luna grabada. Chris entro en el área rodeada y tomo el trozo de cobre en sus manos. Una bonita pieza de artesanía ¿pero que hacia ahí?

Un sonido siseante salió del hueco en la pared, como si algo muy grande se arrastrara, Chris retrocedió pegándose a la pared apuntando hacia el agujero. Un cilindro negro salió disparado, chocando a pocos centímetros de su pie.

¡¿Eso … es una serpiente?!

El animal saco el resto de su cuerpo mientras levantaba la cabeza a la altura del pecho de Chris, abrió la boca mostrando sus colmillos goteantes.

Ataco a Chris de nuevo, el cual apenas y tuvo tiempo de echarse un lado, disparo abriendo dos huecos sangrantes en el cuerpo del animal.

A los ojos, ¡dispárale a los ojos!

El animal se abalanzo sobre el de nuevo, disparo causándole más obscuras heridas en el cuerpo. Chris continúo disparando mientras la serpiente cabeceaba, el pesado cuerpo cayó encima de él en un descuido, Chris lucho por liberar los brazos.

— ¡Chris! — lo llamó Zafiro entrando a la habitación, la serpiente fijo su atención en la nueva presa

Chris libero sus brazos y disparo, se sorprendió de que el cuerpo del animal comenzara a retorcerse sacudiendo la cabeza frenéticamente, finalmente termino por desplomarse en el piso, con la sangre escurriendo de la órbita ocular donde había acertado el proyectil de 9mm. Había tenido mucha suerte.

— ¡¿Están bien?! — pregunto Rebecca llegando enseguida — ¡Oh…eso es... una serpiente! … una serpiente bastante grande

— Y por lo que veo, la asesina de Richard. — murmuro Chris limpiándose el rostro con su mano — se dio cuenta que aun sostenía el emblema de cobre, si casi moría a causa de una serpiente mutante, esa cosa debía ser importante. Ya lo averiguaría en el camino.

Barry subió las escaleras de la recepción con gesto preocupado, había registrado todas las habitaciones de la otra ala de la mansión que había podido abrir, pero no había conseguido encontrar ninguno de los símbolos heráldicos. La imagen de su esposa y sus hijas siendo asechadas por personas desconocidas no le permitía estar tranquilo en absoluto, tampoco podía pensar muy claramente. Esperaba que Jill o Wesker hubieran tenido mejor suerte que él.

Conforme pasaba el tiempo, el odio que sentía hacia el maldito del capitán aumentaba, el maldito debía de estar oculto mientras él, Jill y Zaf hacían todo el trabajo. Regresaría a la otra ala de la mansión, se reuniría con ellas y continuarían la búsqueda de aquel lado.

Estaba tan centrado en sus pensamientos que no se percató de la presencia de Chris hasta que casi choca de frente con él.

— ¡Barry! — exclamo Chris alegre

— ¡Por dios Chris! ¡¿Dónde demonios estabas metido?! — exclamo, noto que era acompañado por Rebecca y Zafiro — Jill y yo hemos estado buscándote desde que desapareciste

— ¿Dónde está Jill?

— Nos separamos para buscarte a ti y a Wesker, el desapareció poco después que tú — Le explico — me alegro tanto de verte, ¡de verlos! — corrigió — ¿pero que haces tú con ellos? creí que acompañabas a Jill — le pregunto a Zafiro

— Me separé de ella para cubrir más terreno y encontrar los emblemas... me encontré a Rebecca de casualidad y a Chris

— ¿Emblemas? ¿Qué emblemas? — pregunto Chris confuso

— Jill y yo encontramos una especie de puerta trasera, pero ocupamos unas llaves para abrirla, son una especie de emblemas de cobre con distintas figuras grabadas en ello.

— ¡¿Como este?! — pregunto Chris sonriendo al tiempo que sacaba el emblema de la luna de bolsillo de su chaleco — lo guardé poco después de conseguirlo, debí mostrárselos antes

— ¡Si es esto! — exclamo Barry alegre — ¿de dónde lo has sacado?

— Tuvo que pelear con una serpiente por el — respondió Rebecca — una serpiente realmente gigante, tal vez resultado de las mutaciones causadas por el accidente con el virus.

— Esa serpiente mato a Richard, y vi el cuerpo de Kenneth en la otra ala, Forest también está muerto. — murmuro Chris con seriedad

— ¿Un accidente? — pregunto Barry alzando una ceja

— Hemos encontrado información, puede que haya instalaciones científicas en este lugar

— Tenemos que salir de aquí — gruño Barry observando el emblema que tantos problemas le estaba dando a él, que estaba poniendo en peligro a su familia. Tan solo quería colocarlo en su lugar, con suerte Jill habría encontrado los dos restantes. Y después su familia seria libre — tenemos que reagruparnos, yo iré a buscar a Jill y colocar esto en su lugar — digo Barry decidido, tenía que separarse de ellos cuanto antes, Wesker no aparecería si él estaba acompañado.

Barry se puso nervioso por la repentina seriedad de Chris, pero finalmente accedió a esperar a que encontrara a Jill. Si Barry no regresaba, ellos continuarían la búsqueda.

Barry se despidió de ellos y entro por la puerta por la que acababa de salir Chris momentos antes.

Barry aun actúa raro, a pesar de que acaba de descubrir que Chris está con vida

— ¡Iré con él! — exclamo Zafiro momentos después — es peligroso ir solo, además, encontré un mapa de la planta baja que memorice antes de entregárselo a Jill, si hay que recorrer aquella planta al menos no nos perderemos — mintió a medias, si había memorizado el mapa

— Pero... dijo que lo esperáramos, el volverá — murmuro Rebecca

— Hay algo que quiero averiguar — susurro en voz muy queda, observo a Chris y a Rebecca

— Ve con él, date prisa antes de que no puedas alcanzarlo — respondió Chris

— Pero... — insistió Rebecca

— Zaf tiene razón, será más seguro si Zaf compaña Barry mientras buscan a Jill, además nos reuniremos pronto

Zafiro asintió y se marchó por la misma puerta por la que Barry había desaparecido. Atravesó el obscuro pasillo en forma de U casi corriendo, salto por encima del apestoso cadáver del infectado que estaba derribado con el cráneo reventado de un pisotón.

Escucho una puerta abrirse y cerrarse, Por dios, ¿qué tan rápido podría caminar Barry? Salió a un corredor que daba a unas escaleras de madera que bajaban a la primera planta.

— ¡¿Barry?! — lo llamo juraba haber escuchado el sonido de alguien bajar las escaleras — ¿Barry eres tú? — insistió, se quedó de pie en el rellano de la escalera, su visión se tornó borrosa de manera repentina y comenzó a sentirse realmente mareada.

Se apoyó en la pared cubriendo sus ojos. Qué demonios le estaba pasando, desde que se había quedado inconsciente cuando llego a la mansión. Aquel mareo no se había pasado por completo desde que había recuperado la conciencia. Y ahora se estaba volviendo mucho peor.

Cayo de rodillas con su cuerpo tembloroso, el sudor comenzó a bajar por su frente, y sus ojos cambiaron nuevamente a un tono rojizo y de inmediato volvieron a la normalidad. Se puso de pie con mucho esfuerzo, estaba sudando como si le hubiera dado 4 vueltas al campo de entrenamiento bajo el sol del mediodía. Bajo apoyándose en la pared, debajo de las escaleras había una puerta, pero las huellas en el polvo del piso indicaban que quien hubiera pasado por ahí había pasado por el corto corredor y se había marchado por la puerta que tenía justo enfrente.

Salió a corredor que la llevaría a la puerta de acero del patio, toco el frio metal de la puerta que la llevaría al pasillo del patio, ¿Acaso eran murmullos lo que estaba escuchando? El sonido de una pesada puerta de metal abriéndose llego hasta sus oídos, Zafiro entro al sendero de concreto, el fresco aire del exterior le dio de lleno en la cara, era reconfortante. Atravesó el sendero hasta la placa de metal, la puerta estaba abierta de par en par, y, atravesando un almacén de herramientas había otra puerta abierta que finalmente daba al exterior.

Los 4 emblemas estaban en su lugar, pero Barry no estaba en ningún lado. ¿Había regresado? Era imposible, se hubiera topado con él, ¿pero eso quería decir que se había marchado sin ellos?

Tal vez solo quería reconocer el terreno, asegurarse que afuera estamos más seguros que adentro.

— ¡¿Zafiro?!

Volteo al escuchar la voz de Jill a sus espaldas, no la había escuchado llegar.

— ¿Has sido tú quien la ha abierto?

— No — respondió mirando los rayos de luna iluminando una pared de ladrillo al otro lado del almacén — creí que habrías sido tú, seguía a Barry hasta aquí

— ¿Crees que haya sido Barry?

— No lo sé, si así fue ¿por qué no volvió a buscarnos? — murmuro

— Pudo ser Wesker — respondió Jill — O tal vez quieran asegurar la zona, como sea deberíamos ir también, si nadie ha salido ya, debemos asegurarnos que si es una vía de escape y no una trampa mortal.

— Pero... Chris... — murmuro mirando al camino que la llevaría de regreso a la mansión Zafiro, agacho la mirada, él estaba bien, y Rebecca estaba segura con el — Bien, revisemos el área.

El fresco aroma de los pinos las reconforto, había una puerta de rejas oxidada delante de ellas, justo detrás de una pequeña jardinera de plantas medio marchitas. A su izquierda había un sendero iluminado por la luna, terminaba abruptamente a unos metros más delante. Pudiera haber unas escaleras más adelante.

— ¿A dónde vamos? La puerta o.… el sendero — pregunto Zafiro

Delante de la puerta había dos de esos perros tirados sobre charcos de su propia sangre, y del lado del sendero se escuchaba como si una fuerte corriente de agua salpicara por todos lados.

— El sendero gana — respondió Jill avanzando, Zafiro miro sobre su hombro hacia el interior de la casa, sacudió la cabeza, era prioritario asegurar la zona.

El sendero terminaba abruptamente, no había escaleras algunas que las llevaran a ningún lado, a 6 metros por debajo de ellos se extendía un enorme patio empedrado. Jill se asomó un poco, podía ver una pequeña catarata justo delante de ella.

— ¿Qué es eso? — pregunto Jill señalando la cascada — creo que estoy viendo cosas

Zafiro también lo vio, era una silueta entrando debajo de la catarata, solo eso le faltaba a la casa, un pasadizo secreto.

Una pequeña plataforma de ascensor estaba justo debajo de ellas, pero no había modo de hacerlo volver, no desde donde estaban. Tendrían que buscar otra manera de bajar.

— A menos que... — murmuró Jill

— ¿Qué cosa? — pregunto Zafiro mirando a Jill con extrañeza, mirando el estrecho hueco del ascensor — No, ¡Jill estás loca!

— Solo tendríamos que usar la espalda de apoyo y descender lentamente — respondió descolgándose la escopeta de la espada

— ¿Y después qué?

— Seguir esa figura, el chapoteo del agua ya no se oye, eso quiere decir que si hay un pasaje secreto detrás de esa cascada... — Jill se quedó en silencio unos momentos

— ¿Qué? ¿qué ocurre? — pregunto desconcertada

— ¿Qué hay si esa figura es de uno de los S.T.A.R.S.? ¿Cómo sabe del pasaje secreto?

— No hay manera de saberlo desde aquí — respondió Zafiro — bajare primero está bien

Esperaron 15 minutos a que Barry o Zafiro regresaran, finalmente decidieron ponerse en marcha por su cuenta, tal vez habían tenido algún contratiempo, o el exterior había resultado ser más peligroso que la misma mansión, como fuera tenían que ir ellos a comprobarlo.

El diagrama estaba completo, el emblema estaba puesto en su lugar, pero ¿dónde estaban Barry y Zafiro? La mente lógica de Chris trato de encontrar alguna explicación, y ninguna era bastante esperanzadora.

— Como sea, tenemos que seguir y ver que hay más allá — le dijo a Rebecca

— Sigamos entonces — respondió Rebecca con entusiasmo — La verdad me gustaría salir de aquí de una buena vez

— A mí también — respondió sonriendo — Vamos entonces

Atravesaron el adoquinado patio rodeando el cuerpo de los perros, la sangre aun parecía algo fresca, calculaban que no tendrían mucho tiempo muertos. Siguieron por la puerta oxidada de metal llegando al borde de un enorme depósito de agua cortado directamente en la piedra, el depósito estaba vacío, y el agua que habían escuchado que caía de alguna parte, provenía del lado izquierdo, donde se escapaba por medio de una compuerta abierta.

Un estrecho sendero atravesaba de lado a lado aquel deposito, Chris pudo notar unas escalerillas metálicas en ambos extremos, además aquel sendero parecía haber estado sumergido hasta hace poco, las rocas lucían húmedas completamente, y cubierta de pequeñas algas.

Siguieron su camino a través del depósito vacío, al otro lado el camino se dirigía a la izquierda, un extraño sonido llego a los oídos de Chris, como gotas de lluvia cayendo, pero no debería de escuchar el sonido de la lluvia por sobre el del agua corriente, observo la sombra negra y cilíndrica que justo acababa de caer sobre él. A su espalda Rebecca grito encogiéndose.

— ¡Corre! — le grito tomándola de la mano esquivando a las serpientes que caían sobre ellos, al final del sendero había una plataforma metálica de ascensor, Chris presiono los mandos y comenzaron a descender lentamente, dejando atrás el camino plagado de serpientes que literalmente llovían de los árboles. — te han mordido?

— No, ¿y a ti? — respondió Rebecca jadeante

— Parece que estoy bien — respondió Chris mirando hacia arriba, bajaron de la plataforma incluso antes de que esta tocara el piso.

El sonido de la radio en el cinturón de Rebecca los tomo por sorpresa, esta lo tomo enseguida, por fin alguien trataba de comunicarse con ellos

— ...quipo Alpha... reciben... Brad Vickers...

— ¡Brad, Brad! — contesto Rebecca — Aquí Chambers, ¡Brad responde!

No hubo respuesta, solo el ya familiar y molesto sonido de la estática.

— Tal vez salió del radio de alcance — murmuro Chris

Rebecca volvió a colgarse la radio en el cinturón, al menos sentía un poco de esperanzas ahora que sabían que el Piloto del equipo Alpha aún estaba cerca. Podrían salir de ahí, suponiendo que el cobarde regresara.

— ¡Veamos entonces que tenemos detrás de la puerta número uno! — dijo Chris, pero a menos que quisieran volver con las serpientes, no se veía que tuvieran otra opción mas que la oxidada reja que estaba al otro lado del patio.

No había manera de cruzar ese enorme foso que se extendía ante ellas, no se veía modo e poder bajar por un lado y subir por el otro, y era demasiado grande para pasar de un salto.

— Solo queda la puerta al lado de la escalerilla — dijo Jill titiritando de frio

La humedad de las paredes y el hecho de estar completamente empapadas no las ayudaba en nada.

— Me va a dar neumonía — se quejó Zafiro estornudando, como si no fuera suficiente el sentirse afiebrada desde que había despertado, ahora tenía las ropas empapadas y pegadas al cuerpo.

— Pones la misma cara que un gato mojado — se burló Jill tratando de contener el frio — vamos, dudo que quien haya entrado en este lugar haya pasado por ahí.

— A menos que haya sido un fantasma — Zaf se rio ligeramente ante su tonta respuesta, Jill solo la miro frunciendo el ceño, aquello ya sería el colmo de la situación

Cruzaron la puerta que habían ignorado antes, se llevaron la sorpresa de ver a alguien apuntándolas con un arma.

— ¿Barry?! — exclamo Jill observando el cañón del revolver

— Jill, Zafiro ¿cómo llegaron aquí?

— Del mismo modo que tú por lo que parece — respondió Jill tratando de no sonar brusca — como sabias...

— Shhh... escuchen — murmuro, Jill aguzo el oído

— ¿Son... voces? — pregunto Zafiro

— Escuchen, lamento no haberlas esperado, revisaba el patio y di con esto de casualidad, resbalé por la humedad y caí dentro dándome un santo golpe. — se excusó nervioso — Pero me alegro de verlas aquí, deberíamos echar un vistazo.

Zafiro cuestiono a Jill fugazmente con la mirada, ambas asintieron, había algo en Barry que le hacía pensar que realmente no estaba muy feliz de verlas. Y menos ahí.

Barry encabezo la marcha hacia la puerta que estaba a su derecha, dejando a la vista otro corredor obscuro de roca, a pocos pasos a su derecha había otra puerta de metal, y más allá solo un obscuro y helado corredor tallado en la firme roca.

Barry hizo un gesto señalando la puerta, Jill asintió, el túnel al que ingresaron era exactamente igual a los demás, solo que este giraba a la izquierda.

— ¡¿Hola... quien anda ahí?! — pregunto una voz amplificada por el eco del túnel, una voz grave y familiar.

— ¿Capitán? — susurro Zafiro — ¿Capitán Enrico?

— ¿Eres tu Enrico? — pregunto Jill

— Jill, Zafiro ... ¿son ustedes?

Zafiro recorrió emocionada los pocos metros que quedaban del túnel, el cual acababa en una galería sumida en las sombras, Jill la seguía de cerca con Barry detrás de ellas

— ¡Quietas ahí! — dijo con voz firme levantando la Beretta contra ellas — ¿hay alguien más con ustedes?

— Solo Barry — respondió Jill vigilando el arma que la apuntaba

— ¿Capitán, que está pasando? ¿a qué viene todo esto? — pregunto Zafiro confundida de ver las reacciones de Enrico

— Lo siento, tenía que asegurarme — respondió con voz débil dejando caer pesadamente la mano a su lado. —Chicas, Barry, todo, todo esto no ha sido más que una trampa desde el inicio

— ¿Qué?... ¿qué cosa? — insistió Zafiro inclinándose a su lado para escucharlo mejor...

— Cuando nos atacaron los perros en el bosque, todos emprendieron la huida hacía este lugar... me separe del equipo para buscarlas a Rebecca y a ti con la esperanza de que estuvieran vivas... — Jadeo — di por casualidad con Rebecca, le pedí que viniera conmigo para reunirse con el resto de los chicos, pero se negó diciendo que aún tenía algo que hacer... lamentablemente no pude dar contigo... pensé que estarías muerta

— Llegue aquí de casualidad — respondió Zafiro — Tratando de escapar de los perros.

— Me perdí por el bosque... y salte la valla del patio, di con los túneles por casualidad y encontré el papel

— ¿Papel? ¿Qué papel? — insistió Jill

— Umbrella... Umbrella lo sabía todo... los S.T.A.R.S. fuimos traicionados... nos han llevado a una trampa... hay un traidor en los S.T.A.R.S. ... — susurro

Las dos detonaciones del arma retumbaron en las paredes del túnel, el cuerpo de Enrico casi salto cuando los dos agujeros de bala aparecieron en su pecho, su cuerpo inerte cayo de lado en el frio suelo de roca. La mente de Zafiro se quedó en blanco cuando pequeñas gotas de sangre salpicaron su rostro, un traidor en los S.T.A.R.S.

¡¿Acaso se refería a Barry?!

Aquello era imposible, Barry estaba justo a su lado cuando habían disparado contra Enrico y ni siquiera se había movido en absoluto, menciono un papel que había encontrado y que todo aquello era una trampa. Barry se lanzó en persecución por el túnel, la mente de Zafiro tardó en reaccionar.

— ¡Barry, espera! — lo llamo siguiéndolo — ¡Es peligroso!

La puerta de metal se había cerrado, no podría igualar las grandes zancadas de Barry, ni siquiera corriendo con todas sus fuerzas.

Habían llegado a una sencilla casa de guardia después de recorrer un sinuoso camino adoquinado, a diferencia del esplendor de la mansión, el lugar estaba simplemente decorado con madera sin adornar.

Rebecca revisaba un baúl lleno de papeles mientras Chris revisaba la estancia, era la primera habitación que registraban, y solo contaba con un simple camastro, un escritorio, una estantería y el baúl de los papeles.

El cajón del escritorio estaba cerrado con llave, Chris paso la mano por la base del cajón, rozando un pedacito de cinta adhesiva con los dedos. Despego la cita encontrando una pequeña llave.

— ¡Lotería! — exclamo abriendo el cajón, al fondo de toda la basura acumulada, encontró un manojo de llaves numeradas y una etiqueta con el número 345. — ¿has encontrado algo? — le pregunto a Rebecca

— No mucho, pero encontré un informe de algo llamado Planta 42, dice que sus raíces están en sótano y que gracias al virus se desarrolló muy rápido y tiene una clase de inteligencia primitiva, parece que asesino a varios descuidados y les succiono toda la sangre.

— Si algo faltaba en esta locura, eso era una planta carnívora — suspiro Chris con frustración, aquello parecía una película barata y bastante mala

— ¡Mira esto! — le dijo mostrándole la foto de un hombre con bata de pie ante una puerta, la misma puerta por la que acababan de entrar momentos antes — aquí dice "Punto 42" — agrego leyendo la anotación al pie de la foto

¡La maldita planta carnívora estaba ahí!

Wesker había permanecido oculto en las sombras mientras escuchaba los pesados pasos de Barry resonando en los túneles, Enrico había sido un muy buen amigo de Barry, y él sabía que el hombretón querría matarlo por silenciarlo. Pero Enrico había encontrado un papel muy importante que el accidentalmente había tirado al suelo cuando bajaron a los túneles.

Bufo frustrado, cuando por fin parecía que las cosas mejoraban, habían empeorado súbitamente, había recordado la habitación secreta de los túneles, donde posiblemente estaría oculto el medallón del lobo, pero Enrico se había aparecido y había encontrado el papel, y después Jill y Luna lo habían encontrado a él antes de que pudiera solucionar el problema.

Barry apareció blandiendo su colt a ciegas, Wesker espero en silencio, y se acercó por la espalda clavando el cañón de su arma a la altura de los riñones de Barry.

— Sé que quiere matarme señor Burton, pero debería pensarlo mejor, si yo muero, tu familia lo hará también

— ¡Asesinaste a Enrico! — gruño

— Tenía que hacerlo, de casualidad encontró algo que no debía... — suspiro con fingida resignación — si no lo hubiera silenciado, también me hubiera visto en la necesidad de asesinar a Jill y a Luna

— Vas a matarlas de igual manera ¿no es así?

— No realmente, tan solo quiero llegar a los laboratorios antes que nadie y destruir las pruebas, después nos marcharemos de aquí. Tu familia ser libre y no volverás a saber nada de mí en tu vida.

Barry permaneció tenso, Wesker sabía que el sujeto quería creerle, deseaba desesperadamente creerle. Inclino la cabeza de manera sumisa.

— ¿Dónde están los laboratorios? — murmuro Barry, Wesker sonrió complacido bajando el arma

— Pasando una red de entramados y complicados túneles — respondió retrocediendo un par de pasos sin bajar el arma — Barry, no te dijo que sometas a Jill y a Luna, pero sí que las mantengas contigo, hay muchas puertas que se cierran por fuera, si alguna se te sale de control, simplemente encárgate de encerrarlas un rato. Nadie más tiene por qué resultar herido... eso depende de ti.

Wesker se marchó dejando a Barry solo, casualmente había "olvidado" decirle que cuando el pusiera en marcha el mecanismo de los túneles para cubrir el hueco de la entrada, dejaría libres a los MA-121, también conocidos como Hunters, sería un espectáculo ver como la agilidad de los S.T.A.R.S. se enfrentaba a los agiles cazadores de Umbrella.

Sera un espectáculo que lamentablemente tendré que perderme.

Tenía que llegar a los laboratorios cuanto antes y evitar un enfrentamiento directo con los 121, además de la paga por ese trabajo, que era bastante buena, otro premio lo esperaba en aquel laboratorio subterráneo. El sería el primero en descubrir todos los secretos de Maximus Engel.

Haz lo que quieras con la chica, pero consigue la contraseña

Eso le habían ordenado meses atrás cuando Luna había llegado a Raccoon, y eso había hecho.

Zafiro había tardado en regresar, al igual que Barry, Jill se puso de pie, un traidor entre los S.T.A.R.S. eso era lo que Enrico había dicho, y aquello le había costado la vida. Ahora estaba completamente segura de que Umbrella había comprado a uno de los S.T.A.R.S., la verdadera pregunta aquí era, ¿a quién? ¿Quién era el traidor? Chris sospechaba que algo estaba mal desde que habían llegado, Barry estaba su lado cuando mataron a Enrico, Kenneth estaba muerto, así como Kevin y Edward, Zafiro ... si bien su transferencia desde Inglaterra había sido repentina y extraña, era imposible, ella también estaba ahí cuando mataron al capitán del equipo Bravo, y Rebecca, por dios apenas y era una niña.

Eso solo deja a Richard, Forest y Wesker

Y todos ellos también le parecían poco probables. Como fuera, tenía que marcharse de ahí, no cambiaría nada observando el cadáver de Enrico Marini derribado en el suelo.

Salió de aquella galería, no podía a Barry y Zafiro por haberse perdido, aquellos túneles eran exactamente iguales unos con otros. Escucho un sonido, como roca chocando contra roca, se le encogió el estómago al recordar aquel pesado techo bajando lentamente hacia ella.

Permaneció a la escucha, pero ninguna pared se cerró, y ningún techo bajo para su buena fortuna. Estiro la mano para abrir la siguiente puerta, pero se detuvo, escuchaba algo, eran pasos que se dirigían había ella, podría ser Barry, o alguien de su complexión, esos pasos sonaban pesados y pausados. Demasiado pausados para ser de una persona.

La adrenalina aumento en su sangre, algo dentro de ella le decía que corriera, ¡y que corriera ya!

Entro al siguiente túnel sin importarle el ruido que hacía, que importaba ya, no quería estar ahí cuando lo que fuera que hacia ese ruido la alcanzara, se alejó de la escalerilla que la llevaría de regreso al patio, avanzo a paso lento, podría haber mas peligros por delante o incluso podía perderse también.

La puerta a sus espaldas se abrió, Jill se giró con su arma en alto y se quedó en shock por lo que tenía delante de sus ojos. Era una figura corpulenta con la complexión de un hombre musculoso, pero ahí acababan las similitudes con un ser humano, era completamente verde, estaba desnuda y carecía de sexo, su piel se asemejaba a la de los anfibios, y estaba tan inclinando que sus brazos ridículamente largos y terminados en unas afiladas garras rozaban el piso de roca. Lanzo un grito que le helo toda la sangre de terror.

Jill disparo tres veces, la criatura retrocedió con la sangre goteando por los agujeros de las balas, grito nuevamente saltando sobre ella.

Apenas y tuvo tiempo de hacerse a un lado para alejarse del camino de aquel monstruo, disparo de nuevo repetidas veces, los trozos de carne saltaban de aquella criatura que finalmente se desplomo en el suelo, manoteando. Jill descargo completamente el cartucho en aquel ser, hasta que finalmente dejo de moverse.

Se descolgó la escopeta de la espalda, respiraba agitada, ¿qué demonios estaban investigando ahí?

— ¿Barry? ¿Jill? — la voz de Zafiro hizo eco en las húmedas paredes de roca

Se había perdido, de eso estaba segura, había llegado a un generador que parecía no funcionar desde hacía mucho, pero no había nadie ahí, al menos hasta que escucho los pasos detrás de ella, era alguien pesado, de eso estaba segura, alguien o algo.

Levanto el arma, pero no estaba preparada para lo que vio, aquella criatura humanoide y musculosa, de piel verdosa, y afiladas garras en manos y pies.

¡¿Qué diablos es esa cosa?!

La criatura grito saltando hacia ella con las garras extendidas, Zafiro apenas y pudo echarse a un lado para esquivarlo, las fuertes garras hicieron rayones en el suelo.

No quiero saber que harán con la carne.

Abrió fuego en contra de la criatura, acertando los disparos en la garganta del ser, la criatura retrocedió un par de pasos, lanzando un grito al aire aturdiendo levemente a Zaf, se lanzó de nuevo al ataque.

¡Porque demonios no se muere!

La criatura corrió hacia ella, Zafiro dio un par de pasos atrás, trastabillando y cayendo de lleno en el piso raspándose los codos. Tenía a aquel animal casi encima de ella con las garras al aire.

Sus ojos cambiaron de color nuevamente, el resplandor rojizo se hizo notar en la obscuridad del lugar. Rodo por el suelo al tiempo que el monstruo descargaba sus garras en la roca, donde momentos antes había estado ella.

Se puso de pie de un salto, la criatura se acercó nuevamente, Zafiro le planto una fuerte patada en el pecho, lanzándolo hacia atrás con la fuerza suficiente para estrellarlo en el muro a un par de metros. Inmediatamente se puso a su lado, la bestia rugió de frustración lanzando un manotazo contra ella, logro detener el golpe con relativa facilidad usando solo su mano, comenzó a ejercer presión escuchando como los huesos de aquel monstruo se fragmentaban lentamente. Levanto el arma colocando el cañón justo en medio de los ojos de aquel ser. El eco de los tres disparos resonó en el obscuro túnel.

Sus ojos regresaron a la normalidad, al tiempo que respiraba agitada, contemplo en cadáver frente a ella y su brazo destrozado, se puso de pie, sabía que algo raro pasaba con ella, pero no le había dado importancia hasta ese momento. Las rodillas le temblaban. Percibió el ruido de algo arrastrando los pies, acompañado de cadenas, provenía del pozo que tenía delante, se asomó con el arma en alto, no podía ver mucho de lo que pasaba abajo, parpadeo un par de veces tratando de acostumbrar su vista aunque fuera un poco.

Era poco lo que podía ver, pero era la suficiente para distinguir a aquel extraño ser que estaba abajo, no era como el monstruo que acababa de matar, era distinto, un ser demasiado encorvado y con una joroba muy marcada, sus delgadas y huesudas manos estaban atadas a un grillete de madera, y sus pies arrastraban cadenas. Además, estaban esos tentáculos que se sacudían como enormes látigos saliendo de su cabeza. No podía ver el rostro de aquel ser, pero sí que estaba completamente cubierto con distintos trozos de lo que parecían rostros humanos. Sus ropas estaban completamente hechas jirones.

La criatura emitió un largo y lastimero lamento como si llamara a alguien, mas no pudo entenderla. Parecía observarla, notaba sus ojos debajo de su recubrimiento de rostros humanos. Los ojos de Zafiro emitieron un resplandor rojizo por un instante, la criatura solo se dio la vuelta y se alejó lentamente por donde había venido.

Aquel encuentro extraño había sido suficiente, salió de ahí tratando de encontrar el camino de regreso, finalmente dio con la escalerilla que daba al patio, eso quería decir que más delante debía estar el enorme hueco que les impedía el paso, solo que ya no estaba... examino el piso, había una pequeña separación como si hubiera una placa frente a otra.

Cambio el cartucho de la 9mm y se puso en marcha, el que esa placa estuviera ahí, tapando un hueco que antes estaba, quería decir que aquel era el camino.