Les dejo aquí la nueva actualización de esta historia, ahora si llegamos al laboratorio
Gracias a los que me brindan su apoyo en esta historia, nuevamente me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews
Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 6 de esta historia
Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)
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CAPITULO 10
Había decidido que en aquel lugar no había nada de interés, además el aire caliente y el olor a grasa le estaban causando nauseas, Jill se dio la vuelta para salir de ahí, sorprendida aun de haber visto aquellas enormes turbinas generando electricidad, ahora entendía por qué habían mantenido las instalaciones ocultas.
Algo la ataco desde atrás, rasgando su blusa y haciendo una pequeña herida en su piel. Se dio la vuelta inmediatamente, disparando con la escopeta, las postas se regaron por el piso de rejilla, ahí no había nadie.
Una garra afilada y curva volvió a atacarla, la esquivo por escasos centímetros, la atacaba desde arriba. Corrió por la pasarela, dispuesta a salir de ahí, la puerta de metal estaba a unos metros más adelante. Una sombra negra se interpuso en su camino.
¡Hay más de una de esas cosas!
Jill se frenó a tiempo, justo antes de que aquel ser lanzara un rápido tajo contra ella. Eran seres pequeños y encorvados, de cabezas deformes, sus miembros terminados en filosas garras, estaban hechos para costar de un solo tajo.
El monstruo delante de ella salto al techo, sujetándose fuertemente de la baranda que corría sobre ella. Jill levanto la escopeta, disparando de lleno en el pecho de aquel ser, el cual cayo derrumbado en la rejilla de la pasarela, pataleando en agonía. La otra criatura lanzo un tajo contra ella, Se agacho a tiempo para esquivarlo y se echó a correr, lanzándose en contra de las puertas.
Cayo de golpe en el frio piso de concreto, y cerró las puertas de una patada. Se dejó caer de espaldas en el frio piso tratando de recobrar el aliento, vio a Barry de pie en mitad del pasillo.
— ¿Barry? ¿Dónde estabas? pensé que te habías perdido en los túneles
— Y eso fue lo que me paso, tuve demasiados problemas para salir de ahí en una pieza, intente buscarte a ti y a Zaf… pero eso solo basto para perderme aun mas
Jill observo a Barry y las múltiples rasgaduras de su ropa y los rasguños de su rostro.
— Barry, ¡Enrico tenía razón! Umbrella está metida en esto, encontré unos informes, deberíamos tomarlos y volver a la mansión, esperar a que llegué la policía de Raccoon... podemos sorprender a Umbrella con las manos en la masa
— Parece que he encontrado el laboratorio principal — se apresuró a decir Barry — está repleto de ordenadores, y papeles, si conseguimos sus datos entonces si que sorprenderemos a Umbrella
Barry no sonaba tan entusiasmado por la idea, pero Jill no pudo notarlo. Le entusiasmaba más la idea de poder joder a Umbrella.
— Bien... muéstrame el camino.
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Atravesar los tuneles había sido sencillo con ayuda del mapa, llegaron al primer sótano del laboratorio, Chris intento abrir la puerta, pero la luz sobre esta indicaba que no se abriría hasta que sonara la alarma de emergencia.
— ¡Espera aquí! — murmuro Chris — cuando se abran las puertas tal vez puedas comunicarte con Brad.
— ¡Pero quiero acompañarte... puedo cuidar de mí, lo prometo!
— Esto no se trata de tu desempeño como agente... pero es de Wesker de quien estamos hablando, y está ahí abajo, se ha dedicado a matar a los S.T.A.R.S. ... solo quiero detenerlo antes de que asesine a alguien más... — respondió apretando los puños — ¿solo 20 minutos está bien?
— Muy bien, esperare 20 minutos. — suspiro resignada
Chris se dio vuelta y comenzó a bajar, Wesker los había engañado, actuando como un jefe preocupado, cuando sabía perfectamente porque la gente de Raccoon City moría.
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Barry permaneció serio mientras descendían al laboratorio. Había salido con mucho esfuerzo de aquellos túneles solo para encontrarse de frente con Wesker el cual le ordeno que llevara a Jill con engaños hacia el laboratorio y después podría irse.
Pero es algo que Wesker había hecho desde un comienzo, encuentra los símbolos heráldicos y podrás irte, encuentra los medallones y podrás irte, asesina a tu amiga...
— Barry ¿sucede algo? — la pregunta de Jill lo saco de su trance — has estado raro desde que estábamos en la mansión. ¿Algo está mal?
— Yo... si algo... algo está un poco mal — respondió dudoso, estaba a punto de contarle todo lo que estaba sucediendo, pero recordó a su esposa y a sus hijas — pero... no es tiempo de hablar de ello, terminemos para poder largarnos de una vez
— Si tú lo dices, hablaremos después, cuando... esto acabe
No vas a querer hablar conmigo cuando esto acabe.
Salieron del ascensor, con sus botas resonando en la rejilla metálica del piso, Barry se retrasó un poco fingiendo estar comprobando su arma.
Jill giro por el pasillo y se detuvo en seco al ver el cañón de la Beretta de Wesker apuntarle directamente a la cara.
— Buen trabajo Barry — le indico Wesker
— Barry... tu... — Jill lo miro atónita
— Regresa al primer nivel y espérame junto a la salida — le ordeno Wesker
— ¡Dijiste que solo ibas a encerrarla! — exclamo Barry poniéndose pálido al sentir que la vida de Jill corría peligro
— No pienso hacerle daño, ¡márchate! — le ordenó firmemente
Barry agacho la cabeza y subió al ascensor de nueva cuenta. Se sentía como una basura dejando a Jill sola. El ascensor se abrió cuando llego al S3. Se sorprendió al ver a una agitada Zafiro de pie delante de él apuntándolo con su arma.
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Le dolía la cabeza cuando despertó. El golpe había sido duro, y no estaba consciente de cuanto tiempo había estado ahí tumbada. Se puso de pie, tambaleándose un poco.
Wesker... Umbrella... debo...debo detenerlo antes de que...
Salió de aquella habitación apoyándose en el muro, poco a poco se recuperó del mareo, comenzó a avanzar más rápidamente por el camino guiándose por la presencia de los cadáveres de los infectados.
Llego a un corredor en forma de T, a su derecha había una puerta de metal, y a su izquierda el pasillo daba vuelta. Estaba por dirigirse a la puerta, pero un ruido metálico atrajo su atención, era como un ascensor subiendo. Se dirigió a la izquierda, permaneció de pie, esperando a lo que fuera que saliera de ahí. La adrenalina aumento en su sangre. Comenzaba a acostumbrarse a aquellas sensaciones.
— ¡¿Barry?! — exclamo al verlo salir del ascensor, bajo su pistola, Barry parecía sorprendido de verla
— Zaf ¿Cómo llegaste hasta aquí?
— Creo que del mismo modo que tu — respondió tratando de no sonar brusca — Me perdí en los túneles y después de vagar Salí al patio con la fuente y aquí estamos… — agrego, aquello si había sonado bastante brusco — ¿Barry que sucede? estas muy extraño
— Yo... — Barry se mordió el labio inferior, Zafiro noto como se debatía internamente
— ¿Barry? — insistió — me estas asustando
— Jill…— musito — Jill está en peligro
— ¡¿Jill?! ¿dónde esta ella? — exclamó — ¿Cómo sabes que está en peligro?
— Zaf, fue mi culpa —confeso, el hombretón parecía a punto de romperse — conduje a Jill hacia la trampa de Wesker, yo...
— ¡¿Wesker?! — pronuncio interrumpiendo a Barry — No, No, No, esto no está bien — Balbució pasando al lado de Barry, subiendo al ascensor — Barry ¡tenemos que salvarla! ¿Qué esperas? ¡sube! — lo llamo, Barry la miro con arrepentimiento — ¿Que sucede? ¿La dejaras sola? Barry, Wesker es el traidor que Enrico...
— ...Lo sé — murmuro — Y yo lo ayude
— ¡¿Tu?! — zafiro lo miro sin terminar de creérselo
— Zaf... no lo entenderías... mi familia... mis hijas, mi esposa… ellas… — el tono de voz de Barry casi parecía un sollozo
— Barry... por favor sube — murmuro tratando de no juzgarlo hasta escuchar lo que tenía que decir — Dime que pasa mientras descendemos, Por favor — le suplico — entenderé si no quieres ayudarme cuando lleguemos abajo... pero... Wesker ya asesino al resto del equipo... no quiero — paso saliva tratando de no pensar en aquella posibilidad — no quiero que también mate a Jill...
Barry apretó los puños, finalmente entro al ascensor presionando el botón que los llevaría abajo. Barry le conto a Zafiro todo lo que había sucedido desde que se había topado con Wesker en la cocina. Como lo había ayudado cuando había asegurado que su familia moriría si no lo hacía. Zafiro puso una mano en su hombro, Barry podría parecer un hombre rudo, pero sabía que, para él, sus hijas y su esposa lo eran todo. Y Wesker era un maldito hijo de perra por usar eso en su contra.
El ascensor llego a su destino. Zafiro desenfundo su arma y bajo, delante de ella se extendía el único camino posible de seguir.
— Gracias por confiar en mí, Barry — susurro mirándolo de reojo — puedes volver si quieres...yo iré por Jill
— ¿Y que puede hacer una pequeña como tu? — dijo revisando su Colt — iré contigo...
— Pero …
— No puedo dejar que mate a otro Zaf... cargaré con las consecuencias.
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— No culpes a Barry de esto — dijo Wesker mientras continuaba apuntándola con un arma cuando entraron al Laboratorio
Se trataba de una enorme sala cuadrada, repleta de ordenadores y una especie de contenedores de cristal lo suficientemente grandes para contener a un humano adulto.
— ¿Cómo conseguiste que Barry te ayudara?
— Digamos que el señor Burton tiene problemas en casa, me temo que sus hermosas hijas y su esposa estarían... en peligro si no hacia lo que le decía... o al menos eso piensa el
— Wesker, eres patético
— No te preocupes tanto linda, esto también acabara enseguida para ti, deja tus armas en el piso ahora.
Jill no tuvo más opción que obedecer en ese momento, Wesker se aproximó a un ordenador y comenzó a teclear algo en la pantalla.
— ¿Por qué eliminar a los S.T.A.R.S.?
— Lo creas o no, Umbrella quería eso desde un principio — respondió Wesker apuntándola de nuevo con el arma
— Y así que tú eres un perro de Umbrella que solo obedece ordenes... eres un bastardo.
Wesker reacciono a esto dándole un fuerte golpe en la mejilla, Jill pudo sentir el frio y duro metal de la Beretta al golpearla. Cayo al frio suelo por la fuerza del impacto. Sobo su mejilla mirando con molestia a Wesker.
— ¿Un perro de Umbrella? — pregunto Wesker con sarcasmo — oh no querida, esto no tiene que ver solo con Umbrella, Además están... mis fines personales... no tienes idea de cuánto valen estos preciosos datos... — respondio mirándola de pie, al lado del ordenador — Tanto para Umbrella... o para alguien más que esté interesado en tenerlos…y esté dispuesto a pagar la cifra necesaria — agrego sin dejar de apuntar a Jill con el arma — Cuando salga de aquí seré un hombre muy rico, y ustedes... lamento decirte que no tendrán tanta suerte, me encargare de destruir este lugar con el resto de los S.T.A.R.S. dentro.
— ¿Qué demonios planeas hacer conmigo?
— Supongo que ya es hora de mostrarte y terminar con esto — respondió Wesker girándose al ordenador pulsando una serie de botones.
Jill lo vio en ese momento, más allá de la serie de contenedores cilíndricos se encontraba uno más grande, mucho más grande, con una única criatura aterradora a la vista, media poco más de dos metros, su rostro deformado no tenía labios y mostraba todo el tiempo una macabra sonrisa, su piel era tan blanca que no creía que pudiera estar vivo, su brazo izquierdo terminaba en grandes y afiladas garras en lugar de dedos, no tenía órganos sexuales, los habían extirpado quirúrgicamente. Pero lo que más llamaba la atención era la enorme masa roja que sobresalía de su pecho, aquello era el corazón de la criatura, el cual se expandía y contraía rítmicamente.
— ¿No es magnífico? El arma biológica definitiva... y fue considerada un fracaso
— Es repugnante — susurro Jill poniéndose de pie limpiándose el borde del labio
— ¡No entenderías Valentine! — le reclamo Wesker apuntándole de nuevo — tal vez deba acabar con todo yo mismo, no sabes cómo odio las despedidas.
Jill escucho el disparo a sus espaldas, el arma de Wesker salió volando mientras el retrocedía un par de pasos con la mano sangrante. Jill se giró, viendo a Zafiro de pie ante la puerta del laboratorio con el arma en alto, Barry estaba detrás de ella.
— Espero no les moleste si nos unimos a su pequeña reunión — dijo Zaf sonriendo con sarcasmo
— ¡Barry, Zaf! — exclamo aliviada
— Perdóname — susurro Barry aproximándose a ella con la vista baja
— No es tu culpa — trato de tranquilizarlo — todo es causa de Umbrella y de Wesker — agrego con un gruñido
— Incluso a riesgo de perder a mi familia... no podía dar la espalda a mis amigos de nuevo — se disculpo — Zaf me hizo verlo
— Harás que me apene — sonrió Zafiro — ¡Detente ahí! — exclamo lanzándose sobre Wesker, pero era tarde, había presionado el botón de activación de aquella criatura.
— Ustedes tres se irán al infierno — se rio Wesker poniéndose de pie arrojando a Zafiro a un lado, el Tyrant golpeo el tubo de cristal con los nudillos de su mano derecha, el cual comenzó a estrellarse — Enfrenten su destino
El cristal se fragmento en montones de afilados trozos, aquella criatura salió, girándose directamente a ellos, Barry se situó delante de ambas con la colt en alto. Pero el Tyrant fijo su objetivo, se dirigió a Wesker que había permanecido apartado hasta ese momento.
— ¡¿Qué?! — exclamo con sorpresa — ¡No, espera!
Aquella criatura no entendía palabras, ninguna de las criaturas de Umbrella era capaz de entenderlas, el Tyrant alzo sus garras y atravesó a Wesker como un cuchillo caliente lo haría con la mantequilla.
— ¡NO! — exclamo Zafiro a su lado a punto de lanzarse hacia la criatura, pero no había nada que hacer ya, Jill la detuvo con el brazo.
El Tyrant se fijó en ellos arrojando el cuerpo inerte del capitán hacia a un lado, Barry trato de llamar su atención disparando un par de veces, la criatura trastabillo cayendo de rodillas.
— ¡No hay tiempo, vámonos! — exclamo Jill tomando sus armas — es lento, tenemos que salir de aquí antes de que deje de serlo! — agrego tirando a Zaf del brazo — No hay nada que hacer, Zaf, si nos quedamos nos matara también — le dijo mirándola a los ojos — Hay que salir de aquí ¡Pero ya! — ambas chicas corrieron hacia las puertas del laboratorio
— ¡Como digas! — exclamo Barry corriendo detrás de ellas hacia la puerta del laboratorio.
Subieron al ascensor y pulsaron los mandos con fuerza, Casi chocaron de frente con Chris cuando giraron por el pasillo al salir del ascensor.
— ¡Jill, Barry, Zaf! — exclamo aliviado — ME alegro de encontrarlos aquí, Todo esto siempre fue una trampa y el maldito de Wesker lo sabía — comento — ¿qué sucede?
— Wesker está muerto, pero no tenemos demasiado tiempo para explicaciones ¡tenemos que irnos de aquí! — exclamo Jill
— Esperen, encontré una lista de procedimientos de seguridad, si no activamos el sistema de emergencia no podremos acceder al Helipuerto. El sistema se puede activar desde un ordenador en la sala de generadores — Chris señalo las dobles puertas que estaban al otro lado del pasillo donde estaban
— Yo lo activare, ¡ustedes salgan de aquí! — Exclamo Barry
— Yo iré contigo, ¡y no pienso aceptar un no por respuesta! — protesto Chris
— ¡Pero...! — exclamo Jill
— Vamos chicas, ¡déjenos tener un momento de Gloria a los chicos también! — respondió Chris —¿Nos veremos arriba está bien?
Jill y Zafiro intercambiaron miradas, indecisas, asintieron finalmente y salieron de ahí. Las alarmas comenzaron a sonar cuando habían llegado al segundo nivel, indicando un estado de emergencia. Subieron la escalerilla metálica, vieron la cara de alivio de Rebecca al verlas salir de aquel hueco del piso.
— ¿Dónde está Chris? — pregunto preocupada al verlas llegar solas
— Vienen justo detrás de nosotros — respondió Zafiro
La radio emitió un pitido, Rebecca se apresuró a responder mientras Zafiro permanecía agachada esperando a que Chris y Barry aparecieran.
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— S.T.A.R.S., equipo Alpha, equipo Bravo, quien sea si me escuchan respondan... o hagan una señal... me estoy quedando sin combustible!
— ¡Brad! Hay un helipuerto al lado de la mansión... ve ahí... cambio — respondió Rebecca — Brad, Brad ¿me escuchas? cambio.
Nuevamente aquella fastidiosa estática, solamente había escuchado algo como recibido... ¿o dijo me reciben? Como fuera, esperaba que Brad la haya escuchado un poco. Movía el pie incesantemente, ¿dónde estaba Chris? ¿Habría pasado algo?
"El sistema de autodestrucción ha sido activado, todo el personal debe evacuar la zona inmediatamente; Repito, el sistema de autodestrucción ha sido activado, todo el personal debe evacuar la zona inmediatamente"
— ¡¿El sistema de qué?! — exclamo Zafiro volteando a verlas, la fría voz de mujer seguía repitiendo el mensaje agregando que tenían 5 minutos antes de que todo volara en pedazos
— ¡Con mayor razón debemos largarnos de aquí! — exclamo Jill
— Chicas, ¡¿siguen ahí?! — era la voz de Chris que venía subiendo la escalerilla metálica — Les juro que no fui yo el que activo el sistema de autodestrucción... creo
— Como sea. Solo tenemos 5 minutos para irnos de aquí — dijo Rebecca abriendo la puerta que los llevaría al helipuerto.
— Las damas primero — dijo Chris
Recorrieron a prisa el sinuoso pasillo de sobrio concreto, al final había un ascensor, se apretujaron dentro de él mientras Barry pulsaba los mandos, la fría voz femenina les aviso que les quedaban 4 minutos.
El ascensor se detuvo, esta vez fue Chris quien abrió la puerta de un tirón, la fresca brisa del próximo amanecer los reconforto, así como el sonido de un helicóptero sobrevolando la zona.
— ¡Me escucho! — exclamó Rebecca orgullosa,
El helipuerto era enorme, y estaba rodeado por altos muros, justo al centro había un enorme circulo amarillo, indicándole a Brad donde debía aterrizar.
La metálica voz femenina les indico que les quedaban 3 minutos y medio, escucharon un fuerte golpe a sus espaldas, Jill se giró, viendo trozos de concreto y asfalto salir volando por todos lados.
—
Justo cuando pensábamos que todo iba bien
Zafiro veía lo mismo que Jill en esos momentos, el enorme boquete en una de las esquinas del suelo del helipuerto. Y después la enorme garra saliendo de aquel agujero, seguido de la pálida y enorme figura del Tyrant saliendo de un salto, cayendo agazapado, ya no era tan lento y torpe como momentos antes.
Brad no podra aterrizar
Chris no perdió el tiempo, levanto su arma y comenzó a disparar al pecho de la criatura, Barry ordeno que se dispersaran al tiempo que disparaba en contra del monstruo que avanzaba lentamente contra ellos.
No se detenía, de hecho, parecía que no sentía el dolor de las balas de grueso calibre de la Colt de Barry, y mucho menos de las 9mm de punta hueca que Chris le disparaba. El helicóptero sobrevolaba la zona, incapaz de aterrizar. Aquella criatura levanto sus garras en contra de Barry rozándole un costado y lanzándolo de bruces contra el suelo.
— Barry! — exclamo Chis comenzando a disparar a la espalda del monstruo.
Parecía que a fin se había dado cuenta de los pinchazos de las balas, ya que se giró lentamente hacia Chris con la garra en alto, mientras este vaciaba lo que quedaba del cargador en el rostro del monstruo.
Zafiro comenzó a disparar al mismo tiempo que Jill y Rebecca, gritando para llamar la atención del monstruo, aun parecía torpe, lo alejarían de Chris y él tendría tiempo de ayudar a Barry. La criatura se giró lentamente. Un instante después, se lanzó a toda velocidad en contra de Jill, la cual apenas y pudo saltar a un lado para esquivarlo, las garras de aquel monstruo abrieron profundos surcos en el asfalto del helipuerto.
La criatura fijo su mirada en Jill lanzándose contra ella de nuevo a gran velocidad, Jill disparo con la escopeta tratando de frenarlo, si éxito alguno.
— ¡Jill! — exclamo Zafiro echando a correr en contra del Tyrant, obedeciendo a su impulso de idiotez de querer salvar a Jill. Sus ojos emitieron un destello rojizo mientras mantenía aquella idea en su cabeza.
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Creía que iba a morir, no podría esquivar la garra del Tyrant a tiempo esta vez, estaba preparada para lo que sucediera, y solo esperaba que fuera rápido y no sufrir demasiado. Pero el punzante dolor que esperaba no llego jamás. Algo se interpuso entre ella y el Tyrant, o más bien alguien ¡Zaf! era Zafiro la que había detenido el ataque, sostenía las poderosas garras de aquel monstruo usando solo sus manos.
¡¿Qué demonios está pasando aquí?!
Se puso de pie de un salto incapaz de moverse, no era posible que un ser humano pudiera detener a un monstruo así solo con su fuerza, además Zaf había estado momentos antes del lado contrario a donde ella estaba ¿cómo había llegado ahí tan rápido? Zafiro hizo retroceder al Tyrant un par de pasos, el monstruo sacudió sus manos, frustrado, ataco a Zafiro con una rápida tajada. Apenas y pudo dar crédito a lo que vieron sus ojos. Zafiro esquivo el ataque con un movimiento demasiado rápido para un ser humano.
— Era verdad entonces — escucho decir a Rebecca mientras observaba todo
Jill volteo a verla, confundida por lo que estaba pasando, retrocedió un par de pasos a duras penas.
— ¡Jill usa esto para acabar con él! — exclamo Brad desde el Helicóptero — ¡tú eres nuestra Amazona!
Jill observo la pesada arma golpear contra el suelo, un lanzacohetes, había estado pensado en qué demonios pensaban al llevarlo cuando salieron de Raccoon, ahora estaba completamente agradecida de tenerlo en sus manos. Apunto el arma, pero si disparaba ahora, terminaría por matar a Zafiro también.
— ¡Zaf! ¡apártate de una buena vez! — le grito, pero ella seguía entreteniendo al Tyrant, peleando en igualdad de condiciones
— ¡Zaf! ¡Por favor, recupera la conciencia! ¡Zaf! — la llamo Rebecca insistentemente — ¡Por favor despierta! — le suplico
Zafiro dejo de atacar de pronto, parecía desorientada, en ese momento el Tyrant la golpeo con las garras, arrojándola hasta donde estaba Jill, la sangre dejo un rastro por donde se había arrastrado. Jill observo el cuerpo de Zafiro y las enormes heridas en su costado que sangraban incesantemente, levanto la vista al monstruo y disparo, impactando de lleno en el pecho de aquella horrible criatura, volándola en pedazos.
Brad aterrizo de inmediato, Rebecca ayudo a Barry a subir al helicóptero, las heridas en su pierna eran algo profundas, pero no muy graves. Jill abordo seguida de Chris, el cual traía a Zafiro en sus brazos, las heridas de ella sangraban demasiado.
— ¡Brad vámonos! — le ordeno Jill, el piloto despego enseguida.
Jill se aproximó a los sacos de lona con los insumos médicos. Rebecca se puso manos a la obra enseguida. Inclinándose ante Zafiro y cortando los tirantes de su protector de kevlar con su cuchillo, la cual estaba recostada bocabajo en el frio suelo metálico del helicóptero,
— Chris ¿podrías ponerle esta compresa a Barry y ejercer un poco de presión para controlar la hemorragia?... enseguida lo revisare — le indico dándole un paquete de gasa
— Ustedes no se apuren, aun puedo soportarlo — respondió Barry apretando los dientes
— ¿Qué tal esta? — le pregunto Jill ayudándola con los materiales
— No deja de sangrar — Respondido Rebecca mordiéndose el labio — Son... demasiado profundas — murmuro presionando una gruesa compresa de gasa la cual comenzó a empaparse de inmediato — la carne esta desgarrada y no puedo suturar.
— Tranquilas... — susurro Zafiro a duras penas — Estaré bien...
— ¡¿Estas consciente?! — exclamo Rebecca con sorpresa
— Solo un poco — respondió quejándose — ¿Becca, no tienes algo de morfina? ¡No tienes idea de cómo duele!
— Solo si no pataleas como la última vez que te inyecte — trato de bromear — Jill ¿podrías hacer presión un momento? — pregunto Rebecca — preparare la dosis de morfina
— No me gusta estar drogada — susurro Zafiro — Pero puedo asegurarles que si duele...
— Deja de hablar — le reclamo Jill — parece que el sangrado se controla
— Les dije que estaré bien — protesto – ¡Hey Chicken Heart! ¡No vomites como la vez que me balearon... al menos hasta que lleguemos a Raccoon! — bromeo, se quejó de dolor justo cuando Rebecca le inyecto la morfina — ¡Avisa!
— Lo siento — se disculpó Rebecca, observo la herida, efectivamente estaba dejando de sangrar — limpiare la herida ¿está bien? No me vayas a patear — no terminaba de entender cómo es que Zafiro podía estar consiente en aquel momento
— No prometo nada — respondió Zaf sonriendo de medio lado
Rebecca retiro los trozos rasgados de tela de su playera. Escucharon a explosión y vieron la enorme bola de fuego naranja elevarse en el cielo en donde antes estaba la mansión.
— Se acabó — murmuro Chris apretando los puños con expresión ceñuda
Rebecca agacho la mirada y se concentró en colocarle un vendaje a Zafiro, la cual se incorporó lentamente, permaneciendo sentada en el piso.
Barry estaba en un rincón observando sus manos, como si nunca antes las hubiera visto, Rebecca comenzó a revisar sus heridas sin decir más.
Jill los observo unos momentos, solo ellos habían sobrevivido a esa pesadilla, Enrico, Kevin, Edward, Forest, Richard, Kenneth, Joseph... todos estaban muertos a causa de Umbrella y Wesker, afortunadamente él también estaba muerto.
Se sentó al lado de Chris, sintiendo como el cansancio comenzaba a dominarla, observo a Zafiro preguntándose qué había sucedido antes, como había podido pelear con ese monstruo, como podía estar consiente en esos momentos, a pesar de la pedida de sangre. Esas preguntas podrían esperar en lo que regresaban a la ciudad. Sus ojos comenzaron a cerrarse lentamente. Cayo dormida en el hombro de Chris. Preguntándose qué pasaría en cuanto volvieran a casa.
25 de Julio de 1998
Zafiro insistió demasiado en no ser llevada al hospital, pero Rebecca se mantuvo firme en ello, ¿cómo explicarían aquellas heridas que le habían desgarrado la carne? Rebecca ya tenía formulado un plan para aquello, les dijo a los médicos que habían tenido un incidente con un oso durante la misión.
La revisaron inmediatamente, la herida había dejado de sangrar, lo cual era una fortuna para ella, tardaría semanas en sacar la sangre de su ropa, de eso estaba segura, eso suponiendo que su ropa aun fuera útil después de que la hicieran jirones. Rebecca se encontraba a su lado, ambas esperaban que no quisieran más detalles del incidente con "el oso".
Como había esperado, aquellas heridas no se podían suturar ya que la carne estaba desgarrada, además de ello, le realizarían unas radiografías y estudios de sangre, si todo estaba bien se iría a casa.
El médico salió llevando una muestra de sangre que obtuvo de Zafiro, había sido un esfuerzo para ella no soltar un manotazo para impedirlo, después de las radiografías, ambas se quedaron en aquella estéril habitación, esperando.
— Puede que ocupes una trasfusión, perdiste demasiada sangre
— Y tampoco podía mantenerme de pie, y en pocos minutos me incorpore
— Deben ser los efectos de la morfina — Rebecca solo trataba de encontrar una justificación
— No lo son... yo... — se quedó callada, que iba a decirle para explicarle lo que sucedía, sentía el picor de las heridas sanando.
Había sucedido nuevamente, solo que esta vez tenía un vago recuerdo de ella combatiendo mano a mano con el Tyrant. Los demás la habían visto, y ella no podía darles una explicación cuando se la pidieran. Observo de reojo Rebecca, notando como ella se mordía el labio inferior. Estaba por preguntar qué sucedía, pero el médico entro en ese momento con los resultados.
— Afortunadamente no requerirá de una trasfusión señorita Engel — le dijo mientras colocaba una radiografía en el negatoscopio para analizarla con detalle — Y también parece que no tenemos costillas rotas, ni daño en los pulmones o el hígado ni el estómago, sí que ha corrido con bastante suerte — le dijo con algo de sorpresa — aunque sería preferible que se quedara esta noche a observación
— Quiero ir a casa — dijo en un murmullo, el médico y Rebecca la observaron con algo de sorpresa — Solo me siento muy adolorida, pero… creo que puedo estar en casa; prometo que si me siento mal vendré de inmediato y me ingresare — suplico — me dan miedo los hospitales — balbució apenada
— Ya veo — murmuro el médico — realmente solo nos gustaría ingresarla como prevención, pero, si es su deseo ir a casa señorita Engel, solo llevara medicamentos y analgésicos, su herida necesitará limpiezas diarias y cambios de vendaje continuos hasta que termine de sanar, necesitaremos verla al menos cada tercer día y si hay algún problema posterior, la ingresaremos de inmediato, ¿está bien?
— Entiendo — murmuro Zafiro, ¿ni un hueso roto? ¿nada de falta de sangre? ¿Y que había de toda la que había dejado de recuerdo en el piso del helipuerto antes de que este explotara?
Ambas agradecieron y salieron de ahí, Zafiro se sentía como si acabara de despertar de un sueño, o mas bien de una pesadilla.
— Chris pidió que nos reuniéramos en su departamento, antes de ir siquiera a la estación — dijo Rebecca — insistió mucho en que te trajéramos antes al hospital, prometí reunirme con ellos cuando saliera... pero no esperaba que te dejaran salir tan pronto
— Tampoco yo — mintió — Becca... ¿qué sucede? Estas rara desde que el médico retiro el vendaje de mi espalda
— Las heridas de tu costado son menos profundas que cuando las revise en el helicóptero — confeso — Pero, no podemos hablar de esto aquí, vamos a tu casa para que te cambies de ropa e ir con Chris.
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Chris se paseaba de lado a lado en la pequeña sala pasando incesantemente sus dedos por su cabello, Jill y Barry estaban sentados en el mullido sofá releyendo las cartas y el diario que Rebecca les había entregado antes de llevar a Zafiro al hospital.
— Les digo que no puede ser... ella... — musito con agitación
— ¡Chris todos lo vimos! — exclamo Jill — Estabas ahí también, tenía a ese monstruo enfrente, iba a despedazarme y ella lo detuvo solo con sus manos y lo obligo a retroceder
— Ese monstruo no era cualquier cosa Chris — agrego Barry — Casi nos mata
— ¡Pero Zaf no puede ser como el! — insistió
— ¿Qué haremos a partir de ahora? No podemos hacer como si no pasara nada — murmuro Jill mirándolos a ambos
— Por ahora, solo podemos esperar a que Rebecca regrese — respondió Barry — También debemos pensar en cómo rayos entregaremos el informe
Llamaron a la puerta en ese momento, instintivamente todos guardaron silencio, y Jill dejo el diario que leía sobre la mesita de la sala, Chris atravesó la estancia dando grandes zancadas para abrir, Ahí, detrás de la puerta estaban Rebecca y Zafiro, la cual había cambiado sus ensangrentadas prendas por una sudadera de algodón que le quedaba algo grande. Rebecca también lucia prendas limpias que visiblemente no eran de su talla, posiblemente proporcionados por Zafiro.
— ¿Cómo sigues? — le pregunto a Zafiro — Creíamos que acabarías en cirugía reconstructiva, o al menos con una trasfusión
— El médico me dejo ir a casa — respondió entrando seguida de Rebecca — Dijo que tuve suerte de sobrevivir a un "ataque de oso" solo con estos rasguños — agrego, Chris intercambio miradas con Barry y Jill, tenían razón, no podían fingir que no habían visto nada.
— ¿De qué era de lo que querías hablar Chris? — pregunto Rebecca tratando de cortar la tensión que se comenzaba a formar en el ambiente
— Intentábamos ponernos de acuerdo — respondió este cerrando la puerta principal — Tendremos que entregar un informe de porque solo dos miembros del equipo Bravo están vivas y el resto murieron, al igual que Joseph y Wesker— agrego — Además de por qué Zaf tuvo que ir al hospital
— Y supongo que no podemos poner que una criatura pálida de 2 metros, con garras en lugar de dedos casi me corta en tiras ¿verdad? — murmuro Zafiro — Tienen razón suena loco...
— Aun así, debemos decírselo a la policía... debemos decirles que Umbrella está detrás de todo esto — dijo Chris
— ¡Nadie nos creerá! — protesto Rebecca — no creerán que todo el equipo fue masacrado por zombis y monstruos
— Además, es de Umbrella de quien estamos hablando — Agrego Jill
— Pero si no lo hacemos, no podremos tomar medidas contra ellos... esos monstruos estaban devorando a la gente de esta ciudad — protesto Chris apretando los puños con frustración — como sea, eso es lo que menos nos preocupa ahora... hemos leído los documentos que nos proporcionaste Rebecca
— ¿Documentos? — pregunto Zafiro, confusa
— Intentábamos entender que era lo que había sucedido en el helipuerto con el Tyrant — respondió Chris — ¿Lo recuerdas verdad? — Zafiro solo agacho la mirada, Chris suspiro — No encontramos una explicación lógica, hasta que leímos esto — señalo los documentos en la mesita de centro — Rebecca encontró estos documentos en el centro de formación donde estuvo atrapada antes de la mansión Spencer y lo mejor será que tú también los leas.
Zafiro se aproximó a los documentos que le ofrecía Jill, sus manos temblaron conforme avanzaba en su lectura, estaba sorprendida, del mismo modo que ellos lo habían estado momentos antes. Se trataba de un diario y una carta, el diario pertenecía al Doctor James Marcus, uno de los fundadores de Umbrella, él hablaba mucho del Virus T, el mismo virus que había creado a esos monstruos de la mansión, pero había algo más, había escrito del éxito de haberlo inoculado a una niña de 11 años, la nieta de su mejor amigo Maximus Engel, mencionaba estar a la espera de resultados, sin importar si eran o no favorables.
La carta pertenecía a Maximus Engel, otro de los fundadores de Umbrella, explicando los efectos secundarios que el virus había traído consigo, sin embargo, el sujeto de pruebas no había desarrollado ninguna mutación desfavorable. Si lograba hacer que el sujeto controlara los poderes sobrehumanos que le había dado el virus, podría llevar una vida normal.
Hasta ese momento Chris no había notado la relación que había entre Maximus Engel, y Zafiro, a pesar de que ella había hablado un poco de él en el pasado.
— Se refieren a ti — murmuró Rebecca colocando su mano sobre el hombro de Zafiro — Lo sabes ¿verdad? tu abuelo y Marcus usaron ese virus en ti
— Lo sé — susurro con los ojos humedecidos — Lo supe cuándo entre al laboratorio en la mansión Spencer — Agrego — Encontré los resultados de las investigaciones hechas en mi… además de un video de mi abuelo y varias de sus anotaciones... Usaron un virus diferente en mi cuando tenía 5 años también, al no funcionar como esperaban usaron el Virus T. — sollozo — soy... soy un monstruo como los que mataron a los demás miembros del equipo...
— No, Zaf, tú no eres como ellos — Jill trato de consolarla — Tú me salvaste... me salvaste del Tyrant
— ¡Pero...! — protesto paseando la mirada por todos — ¿Que les garantiza que no tratare de matarlos después? ¿Qué les garantiza que Umbrella no me usara contra ustedes? — gruño, sus ojos adquirieron una tonalidad rojiza-dorada, con una apariencia ligeramente gatuna, esto solo duro unos instantes, Zafiro respiro agitada, cuando se calmó sus ojos volvieron a la normalidad
— Porque si fueras peligrosa nos hubieras matado en este momento — murmuro Jill colocando una mano en su otro hombro — tú no eres un Monstruo de Umbrella... Tu eres Zafiro, nuestra compañera de equipo
— Jill… — gimió con los ojos llenos de lágrimas — Chicos
Esa era la respuesta que Chris había estado buscado, y había sido un tonto al no verla antes, Jill tenía razón, Zafiro no era un monstruo, era su compañera de equipo, era una S.T.A.R.S.
Y eso solo los dejaba con un problema, el reporte de la desastrosa misión.
29 de Julio de 1998
Esa si había sido la semana más rara de su vida, y creía que no solo para ella, mientras estuviera en recuperación habían decidido que se quedaría con Chris, era el que más cerca vivía del hospital, si ocupaban transportarla, él podría hacerlo más rápido.
Pero nadie había tomado en consideración que ambos eran un desastre en la cocina, Chris más que ella, pero no le permitía hacer mayores esfuerzos que solo levantarse para comer, y solo porque ella insistió que se lo permitiera. Por lo menos Zafiro conoció más cosas de la vida de su compañero, como el hecho de que Chris tenía una hermana menor que estaba en la universidad, ahora entendía por qué la trataba de aquella manera tan protectora.
— Casi termino de sanar por lo que veo, así ambos volveremos a nuestra solitaria vida de solteros — bromeo Zafiro
— Hay que admitir que ha sido divertido ... exceptuando por la parte de cocinar — sonrió revolviéndole el cabello
Llamaron a la puerta, Chris se apresuró a abrir.
— Me alegra que aun estén con vida — dijo Jill con sarcasmo — ¿comieron algo? ¿O vivieron nuevamente de conservas?
— En realidad, de hamburguesas del restaurant de Emmy— respondió Chris invitándola a pasar
— ¡Oh por dios! ¡¿Seguían con los videojuegos?! — exclamo al ver la consola conectada frente al televisor
— ¿Y qué otra cosa podemos hacer? Irons no quiere recibirnos hasta que me recupere — protesto Zafiro — por lo que supongo me presentare mañana junto con ustedes en la oficina de la bolsa de grasa
— ¿Segura que estas lista para ir? — pregunto Jill con preocupación
— ¿Alguno de nosotros lo está? — respondió Zafiro — de igual manera tenemos que hacerlo, y yo ya me hice a la idea de enfrentarlo, y cuanto antes, mejor
30 de Julio de 1998
La estación de policía le parecía totalmente extraña, como si la viera a través de un velo, se seguía diciendo a sí misma que el incidente de la mansión no había sido una pesadilla, pero una parte de su cerebro aún se negaba a creer que todo lo que había pasado era verdad.
Y por si las cosas no pudieran ir peor, ahí estaba de pie, en esa fría, y obscura habitación, con "trofeos de taxidermia" y pésimas obras de arte adornando las paredes. Con aquel gordo y pretencioso hombre sentado detrás de su escritorio, escrutándola con la mirada mientras Chris daba los detalles del reporte. Comenzó a pensar que prefería estar frente al Tyrant.
Esperaba que las cosas no pudieran empeorar más, pero siempre podían empeorar. Irons reacciono de manera irracional, mucho más irracional de lo que esperaba realmente. Los culpaba a ellos por las muertes de sus compañeros, y los tachaba de incompetentes por no poder resolver un caso de asesinos locos.
— ¡Ya le hemos dicho que fueron los experimentos de Umbrella! — Chris golpeo el escritorio con el puño, era bastante palpable que se odiaban mutuamente — Fueron esos monstruos
— ¡No quiero escuchar más de sus tonterías Redfield! ¿Umbrella? ¿tienes idea de lo que hablas? La compañía ha hecho demasiado por esta ciudad ¿y ustedes se atreven a insinuar que abramos un caso en su contra? ¿Acaso son imbéciles?
— ¡Umbrella asesino a la mayoría de los S.T.A.R.S.! — vocifero Chris
— ¡Ya he tenido suficiente! — respondió Irons rojo por la ira — márchense de aquí estúpidos incompetentes!... a partir de este momento quedan fuera del caso
Chris salió hecho una furia de la oficina, Rebeca y Barry lo siguieron para tratar de calmarlo y evitar que golpeara alguien, si es que de verdad lo podían evitar. Brad abandono la sala sin decir nada, Jill y Zafiro se dieron vuelta para salir de ahí también.
— Engel — la llamo el Jefe de policía poniéndose de pie, ella se detuvo con una leve mueca de desagrado marcada en sus labios, con Jill aun a su lado
— Ve con Chris — le dijo a Jill en un susurro — no dejes que mate a nadie — Jill asintió mirándola con algo de preocupación, aun así, salió de la oficina del Jefe — ¿Si Jefe Irons? — respondió aun dándole la espalda
— Aun puedo transferirte a otro departamento sabes... — le insinuó — Todavía puedes conservar tu empleo... esos malditos locos están acabados, me encargare de que la prensa los destroce.
— Esos... a los que llamas malditos locos, son mis compañeros de equipo, si ellos se hunden, me hundiré con ellos — gruño dándose la vuelta para encararlo — No sé si tengas alguna clase de trato con Umbrella para encubrirlos de ese modo, pero no salí viva de milagro de las fauces de sus monstruos para abandonar a mis compañeros en este punto.
— No desperdicies tu potencial en ello — susurro Irons acercándose a ella — realmente eres una buena agente, y muy talentosa — agrego rodeándola
— ¿Ahora soy talentosa? — pregunto con sarcasmo, siguiéndolo con la mirada
— Puedo arreglármelas para conseguirte un buen puesto —musito — podrás ascender pronto... si eres una buena chica claro — susurro acariciando los brazos de Zafiro
Lo aparto de un manotazo, mirándolo con una mueca de asco, poco había faltado para que le plantara un buen golpe en la entrepierna, tenía que controlarse, durante esos días había aprendido a distinguir cuando estaba por perder el control del virus en su cuerpo, su corazón latía agitado, su adrenalina subía, justo como estaba pasando en ese momento, y aunque quisiera, no podía darse el lujo de matar a Irons, después de todo, el repugnante hombrecillo seguía siendo el jefe de la policía.
— ¡Vuelve a ponerme una mano encima, y hare que te arrepientas Brian! — gruño asqueada
— ¿Qué puedes hacer, Engel? Te lo dije, los S.T.A.R.S. están hundidos, y tu elegiste hundirte con ellos — le respondió de manera sarcástica — No tienes idea de lo brutal que puede ser la prensa...
— ¡Creo que olvida quien soy yo, jefe! — espeto, detestaba tener que usar el viejo truco de escudarse detrás del apellido de su familia, pero a veces podía ser bastante útil, a veces no tanto
— ¡¿Acaso es una amenaza Engel?! — vocifero el jefe de policía
— Puede ser — respondió con sarcasmo — Seria mejor andarse con cuidado, Jefe Irons — agrego con un gruñido sacando su placa del bolsillo del pantalón arrojándola contra el — Consérvela, no la necesito.
Zafiro salió de ahí, dirigiéndose directamente a la oficina de los S.T.A.R.S. con pasos firmes, Jill estaba de pie, observando su escritorio, seguramente debía de estar recordando. Zafiro paseo su mirada por la pequeña oficina, los recuerdos se agolparon en su mente, cuando bromeaba con los demás miembros, las bromas de Forest, Richard y Joseph.
Se han ido, harás bien en recordarlo
Dirigió su mirada a la oficina de Wesker, cerró los ojos y apretó los puños. Respiro profundo tratando de calmarse.
— ¿Dónde están los demás? — pregunto tratando alejar sus pensamientos
— Brad se largó — respondió Jill limpiando sus ojos — Chris fue por una soda a una expendedora, Barry y Rebecca lo acompañaron, ya sabes… aún no está de buen humor, ¿qué quería Irons?
— Darme un nuevo puesto a cambio de "ser buena chica", tu entiendes a lo que me refiero
— ¡Ese maldito cerdo! — exclamo Jill asqueada — ¿qué fue lo que…?
— Creo que le golpee la cara con mi placa — respondió encogiéndose de hombros — Así que… supongo que oficialmente estoy desempleada… y el resto del equipo suspendido — suspiro mirando el suelo — no sé si… quiero volver a casa… a... Londres quiero decir…— rasco su mejilla — Recogeré mis cosas... no son muchas en realidad — murmuro acercándose al escritorio común, solía pasar mucho tiempo ahí.
— Zaf… — la llamo Jill, mirándola fijamente, se mordió el labio inferior, insegura si preguntar o no
— ¿Qué sucede? — le pregunto con curiosidad
— No sé si… sea conveniente — susurro Jill
— Por qué no había de serlo… pregunta… ¿qué sucede? — insistió — Vamos ¿qué puede ser peor que toda esta mierda que estamos pasando? Adelante, pregunta
— En el Laboratorio… cuando… el Tyrant atravesó a Wesker con sus garras… tu reacción… — balbució, no quería incomodar a Zaf, esta solo la miro con sorpresa y agacho la mirada
— Quieres decir que mi manera de reaccionar fue extraña ¿no es así? — suspiro mirando al techo — A pesar de que… sabía que era un traidor, y aun así…
— ¿Sentías algo por él no es así? — pregunto tomando a Zaf con la guardia baja
— Trataba de convencerme que solo era un capricho mío — respondió sonriendo con amargura — Ya sabes, un capricho hormonal, de alguien que abusa de su libertad solo porque se mudó lejos de la casa de sus padres — suspiro — Pero, aun después de acostarme con él, ese sentimiento no desapareció en absoluto, fue… lo contrario…
— ¡Espera! ¿te acostaste con Wesker? — exclamo poniendo los ojos como platos
— Amm, si — respondió Zaf rascándose la mejilla — veras fue… algo extraño — agrego — pero a final de cuentas él buscaba algo de mí, así que supongo que por eso también el…— tartamudeo un poco — oye, no me mires de ese modo — manoteo completamente apenada
Jill estaba por decir algo más, pero escucharon un alboroto en el pasillo contiguo. Ambas salieron de inmediato a ver qué pasaba, en corredor que las llevaría a la biblioteca se encontraron con Barry el cual sostenía con fuerza a Chris mientras Rebecca revisaba a otro oficial, Brown si mal lo recordaba.
— ¡Chris! ¿qué sucede? — pregunto Jill viendo el labio sangrante del oficial de asuntos infantiles
— ¡Me ha echado café encima! — gruño gris tratando de librarse del agarre de Barry
— ¿Estás loco Redfield? Te dije que fue un accidente — mascullo el oficial apartando a Rebecca mientras se limpiaba el labio
— ¡Chris, basta! — dijo Barry haciendo más fuerza
— Me largo a casa — espeto, Barry lo libero — creo que tomare unas vacaciones — gruño calmándose, paso al lado de ambas, Zafiro pudo notar como les guiñaba un ojo y sonreía de medio lado antes de salir del pasillo en dirección al hall principal
Zafiro, suspiro, al menos no sería la única que perdería el empleo por imprudente. También era tiempo de volver a su departamento, necesitaba un descanso.
