Les dejo aquí la nueva actualización de esta historia, en el breve periodo que transcurrió de los eventos de resident evil 2 al resident evil 3, Zaf tuvo que enfrentar cara a cara al actual dueño de la empresa, buscando deslindar a su familia del gigante farmacéutico, para así poder darle el golpe de gracia junto con sus compañeros supervivientes de STARS

Además de una pequeña introducción a los días previos al desastre del 28 de septiembre en Raccoon City

Gracias a los que me brindan su apoyo en esta historia, nuevamente me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews

Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 12 de esta historia

Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)

CAPITULO 12

26 de agosto de 1998

Estaba de vuelta en casa, y aun así la sentía tan ajena a ella, quería regresar a su modesta vida de Raccoon City, y para ello, tenía que acabar con esto pronto. Nath llamo a la puerta de su habitación, y después entro, dándole el informe de su "misión". Spencer la recibiría en un lujoso hotel en Paris para una cena de negocios, muy cerca de las oficinas centrales de Umbrella.

Ozwell E. Spencer había accedido a recibirla en persona, eso era lo más sorprendente de todo. Nath la acompañaría como su asistente, y trataría de guiarla lo más posible, se hospedarían en un lugar cercano, y si lograban salir con vida, regresarían de inmediato a Londres, tendría un asesor de imagen para ayudarla a prepararse para la cena de negocios.

— Y por favor... no hagas idioteces, mantente firme, no dejes que Spencer note tu nerviosismo, es viejo pero no estúpido

— ¿Qué hay de... mis habilidades?

— Si debes usarlas para escapar, hazlo — le dijo Nath de manera tranquila —Zaf, debes entender esto, si tienes que matar a alguien, hazlo; si me tienes que dejar atrás, hazlo... y por cierto, mis hombres no permitirán que Redfield se acerque ¿entendido? Habla con él y dile que es una situación delicada... una tontería, de tu parte o la suya, arruinaría todo el plan... le fueron enviadas tus exigencias a Spencer, y esperamos que acepte de buena gana, o esta noche será la última que yo pueda beber un buen whisky con una linda mujer haciéndome compañía

— Ve y disfruta de tu día entonces — suspiro Zafiro. Le quedaban menos de 24 horas para estar moderadamente lista para enfrentar a Spencer.

Chris escucho un piano haciendo eco en la enorme casa de los Engel, era tan grande como la mansión Spencer, pero estaba más limpia, y por supuesto, sin zombis de Umbrella. Zafiro le había dicho que se tomara la libertad de ir a donde quisiera, y que descansara, al parecer ella iría a Francia también, a negociar con Spencer en persona.

Sentía nervios por ella, entraría a la garganta del lobo, y había una enorme probabilidad de que no saliera viva de ahí. Y, aun así, iría. Si Spencer aceptaba comprar la parte de la empresa que pertenecía a los Engel, tendría el poder prácticamente absoluto de Umbrella. Pero si Chris logaba su cometido de hacer caer a la empresa, eso ya no afectaría a la familia de Zaf, eso es lo que ella buscaba.

Chris se quedó de pie en la base de la escalera, pensativo, el sujeto de la barba, Nath había dicho que se llamaba, bajo tranquilamente, posiblemente venia de hablar con Zaf.

— Joven Redfield — lo saludo — si busca Zafiro, está en su habitación, tercera puerta del ala oeste.

— En realidad esperaba hablar con usted — respondió Chris pasando saliva

— Venga conmigo — le indico Nath terminando de bajar las escaleras.

Lo condujo a una modesta biblioteca, la luz entraba por un ventanal que daba al jardín, los libros estaban perfectamente acomodados en sus estanterías, y había un par de sofás de piel para disfrutar de la lectura.

— No nos molestaran aquí — dijo Nath — ¿de que desea hablarme Redfield?

— Quiero acompañarlos en su misión — dijo firmemente — a Zaf, a usted y a sus hombres... tal vez no pueda estar al lado de Zaf cuando este frente a frente con Spencer, pero quiero apoyarla, yo... estoy dispuesto a obedecer las órdenes que me sean dadas.

— ¿Creí que querría comenzar las investigaciones por su cuenta cuanto antes? — pregunto Nath alzando una ceja

— Zafiro me está haciendo un gran favor... y quiero devolvérselo como minimo.

— Bien — respondió Nath después de un momento de silencio — veré que puedo hacer con ello, mientras tanto deberías de obedecer la sugerencia de Zafiro y descansar un poco, puede que sea la última oportunidad que tengas de conocer Londres.

Nath salió de la biblioteca dejándolo solo completamente, se sentía entusiasmado ante la posibilidad de hacer algo por fin, salió de ahí, sus pasos resonaron en la amplia y vacía recepción. Se detuvo a observar los cuadros que adornaban la estancia, en su mayoría retratos familiares, o de animales en amplios campos.

— ¿Chris? — lo llamo Zafiro bajando las escaleras — Creí que estarías descansando

— He dormido más que suficiente — respondió — que hay de ti? Como vas con... tus estudios

— Me dará una jaqueca — protesto — ¿que hacías?

— Solo veía los retratos... ¿esta eres tú? — pregunto señalando un retrato donde estaba una niña de aproximadamente 6 años leyendo apoyada en un hombre mayor con expresión gentil

— Mi abuelo y yo — murmuro, pudo notar algo de nostalgia en su voz

— Siempre pensé que los fundadores de Umbrella tendrían una expresión ceñuda y severa — murmuro Chris — él se ve distinto a lo que imaginaba

— No era tan distinto como crees cuando de negocios se trataba... pero con su familia era... diferente

— ¿Le tenías mucho cariño?

— Ahora mismo no lo sé — murmuro — no sé si... debería estar molesta, si debería de odiarlo... no sé qué pretendía con lo que me hizo — agrego mirando su mano, sus ojos se tornaron rojizos unos momentos — ¿el de verdad solo busco curarme sin importar las consecuencias? ¿de verdad no quería convertirme en esto? No sé qué pensar — suspiro, sus ojos regresaron a la normalidad — pero tampoco es que tenga tiempo que perder pensando en esas cosas.

Chris pensaba en que podía responder, cuando un mayordomo se próximo a ellos, indiciándose a Zafiro que tenía visitas. Zafiro asintió.

— Vamos — le dijo a Chris

Chris la siguió hasta una sala de descanso, con mullidos sofás decorados y una mesa de té de cristal, la estancia estaba iluminada con dos enormes ventanales como el de la biblioteca, en uno de los muros había una amplia chimenea con un enorme cuadro sobre esta, un retrato de toda la familia Engel pintado al óleo.

— ¡Luna! — exclamo una voz femenina, la chica corrió a abrazar a Zafiro

Era más o menos de la altura de Zaf, piel blanca y cabello negro con un par de mechones violetas que caían sobre su frente, vestía un elegante traje con una camisa blanca y una corbata negra.

— ¡¿Vicky?! — exclamo Zaf abrazándola — ¿que haces aquí? te hacía en el trabajo...

— Es mi día libre, y me alegro de ello... ¿por qué no me dijiste que vendrías de regreso?!

— Lo siento — respondió Zaf apenada — fue algo repentino

— ¿Y quien es tu acompañante? — pregunto notando la presencia de Chris — ¿No me digas que es tu novio? ¿Conseguiste un novio en Raccoon City?

— ¡Chris no es mi novio! — manoteo completamente sonrojada

Chris rasco su mejilla, ligeramente apenado, sin saber que responder realmente, paso saliva viendo los ojos violetas que lo observaban atentamente.

— Ahh, mucho gusto... mi nombre es Chris Redfield — se presento — puede llamarme solamente Chris

— No hace falta tanto formalismo — respondió la chica — mi nombre es Victoria Alexander, es un gusto conocerte al fin Chris — dijo tendiéndole la mano — Luna me había hablado de ti en una ocasión que charlamos por teléfono, dijo que eras un buen tirador

— El mejor de mi escuadra — respondió orgulloso — Zaf también nos contó de ti, fuiste tú la que le enseño a disparar ¿no es así?

— Así es, debiste verla cuando recién empezaba... se dio un golpe con la... — dejo de hablar repentinamente, Zafiro cubría su boca, mirándola amenazadoramente.

Chris sonrió al verlas, parecían llevarse muy bien, si Zafiro no hubiera dejado Londres, ahora sería parte del equipo del Scotland Yard, y esa chica seria su superior. No hubiera estado en la mansión, no hubiera conocido la verdad acerca de su infección, su vida sería normal.

— Chris... Chris! — lo llamo Zafiro sacándolo de sus pensamientos — creo que no nos escuchaste, Victoria quiere ver que tan buen tirador eres... ¿qué dices? ¿Quieres practicar un rato?

— Eso me gustaría — respondió, no había podido practicar decentemente desde que los habían suspendido.

— Entonces vamos — dijo Victoria — puedo conseguir una sala de tiro para practicar

Salieron de la sala de estar, una mujer de larga cabellera dorada los intercepto en medio de la recepción, escucho a Victoria murmurar un Ups, y soltar una risita, Chris observo a la mujer con curiosidad, era alta y delgada, con un tono de piel bastante claro, pero lo que más llamaba la atención eran sus ojos, esos ojos azules tan claros como los de Zaf. ¿Podría ser acaso la hermana de Zaf? No lo creía, si mal no recordaba ella había dicho que era hija única, permaneció pensativo unos momentos, en su mente se formó la imagen del cuadro de la chimenea, el que tenía a toda la familia Engel, era la mujer que sostenía a Zafiro en su regazo ¿acaso era... su madre?

— Creo que llevan demasiada prisa ¿no crees jovencita? — le pregunto con una voz dulce y cálida, no parecía realmente un regaño — ¿tu padre sabe que dejaste tu habitación y los estudios?

— Mamá, estoy por enloquecer — gimoteo Zafiro — necesito despejarme unos momentos — por favor — suplico

— Dos horas — respondió tranquila — después me hare cargo personalmente de supervisar tus estudios... es importante cariño..

— Lo se... te quiero — Zaf beso la mejilla de su madre, y salió de la mansión acompañada por Victoria y por Chris

Victoria los condujo a la galería de tiro donde solía practicar con ella en el pasado, necesitaba distraerse un poco, asimilar lo que había estado estudiando, pensar en todos los posibles escenarios, incluso si tenía que robar un arma y salir huyendo de aquel lugar. 23 horas, era todo el tiempo que le quedaba, si después de eso seguía con vida, debería de sentirse afortunada.

— Muéstrame que tanto has mejorado — le dijo Victoria sacándola de su trance — ¿de nuevo distraída? ¡No cambias nada!

— Lo siento — respondió tomando el arma que le ofrecía Victoria

Disparo con tranquilidad a las dianas, repasando mentalmente sus lecciones, sus estrategias, y si era necesario, sus trampas. No se percató cuando se terminó la munición, observo el arma en sus manos, momentáneamente regreso a los pasillos de aquella fría y maldita mansión. Sacudió la cabeza y salió de su cubículo, Chris y Victoria la esperaban ya.

— ¡Eso ha sido sorprendente! — Exclamo Victoria con sorpresa — ¿Con que diablos entrenan a los S.T.A.R.S.? — agrego, Zafiro se percató que había superado el puntaje de Victoria, y casi igualado el de Chris

— Aun no puedo superar a Chris — dijo con fingida angustia — por más que lo intente siempre me quedo un paso abajo

— No seré fácil de superar mi lady — respondió Chris con orgullo

Aprovecho para relajarse durante esas dos horas que tenía como límite para volver a casa, fueron a beber una soda, comieron un helado, pasearon frente al parlamento. Tomaron el té en una cafetería frente a la torre del parlamento, Chris las dejo un momento solas, excusándose para ir al baño.

— Chris es un chico muy lindo ¿de verdad que no es tu novio?! — Insistió Victoria siguiéndolo con la mirada

— No es mi novio — protestó sonrojada

— Pero... ¿acaso no te gusta? — insistió Victoria, Zafiro la miro con sorpresa, aquella charla tan normal, no se había percatado que, desde el incidente de la mansión no había tenido una charla así de normal con nadie.

— No, no me gusta...

— Si no te gusta, ni siendo tan guapo como es, eso quiere decir que... ¿hay alguien más?

— Lo hubo — murmuro tratando de no sonar deprimida — pero eso no importa ahora — dijo comiendo una galleta

— ¿Me lo puedo quedar?! — pregunto Victoria, causando que Zaf se atragantara con la galleta

— ¿Acaso estás loca? — le reclamo tratando de no alzar la voz — Vamos Vicky, ¿no me digas que enserio te gusto Chris? — pregunto observando fijamente los ojos violetas de su amiga — Ríndete, esta apartado

— ¿De verdad? — pregunto con desilusión

— Chris es un poco... lento para estas cosas, pero de verdad se nota un poco que esta apartado por alguien.

— Debería pedir mi trasferencia — suspiro Victoria

— Vamos teniente ¿de verdad te transferirías? — pregunto

— Para nada, estoy bien aquí con mi puesto — respondió — aunque mis agentes no se parezcan en nada al oficial Redfield

— Deja de babear por él, Victoria Alexander — insistió Zaf, ambas se rieron.

Zafiro entendió entonces que aquella era la razón por la que debía enfrentar a Spencer, y hundir a Umbrella, era esa normalidad la que quería proteger, que las únicas preocupaciones de los que ella amaba fueran que iban a usar ese día, o de quien se iban enamorar en el futuro. No que tuvieran presente todo el tiempo que podrían morir en cualquier instante, por alguna criatura o en alguna trampa.

Regresaron a casa, Victoria se despidió de ellos, Zafiro estaba por subir a su habitación de nuevo, pero su madre la detuvo, argumentando que ella se haría cargo de las lecciones a partir de ese momento. Zafiro paso saliva, aquello era peor que lidiar con su padre.

Su madre, Coraline Engel no era solo una cara bonita, era la mano derecha de su padre en la empresa que este había fundado para deslindarse de Umbrella, era muy buena negociando, sobre todo porque sus brillantes ojos azules hacían bajar la guardia al enemigo.

Su madre entro en la sala de música, y se sentó frente al piano, Zafiro tomo asiento a su lado, su madre comenzó a tocar la sonata claro de luna como lo hacía cuando ella enfermaba de pequeña.

— Considero que has aprendido lo que debes hacer mañana — murmuro — pero también tienes que aprender cómo vas a emplear esos conocimientos Zafiro, tus acciones mañana decidirán si vives o no, Ozwell es un hueso duro de roer, un hueso viejo y duro de roer

— Jamás en mi vida lo he visto en persona, no sé cómo es, y eso me asusta

— Pero si lo vas visto — respondió su madre sin dejar de tocar — En una fiesta en la mansión Ashford, en la isla de Rockfort ¿lo recuerdas? Cuando conociste a los gemelos Ashford

— Son... recuerdos demasiado borrosos — respondió llevándose las manos a las sienes — a veces no se que ha sido real o que ha sido un sueño

Recordaba vagamente esa fiesta, Alexia se había graduado de la universidad a los 10 años, ella había visto a los gemelos, le daban miedo, se la paso todo el tiempo pegada a su abuelo. Spencer se aproximó a ellos, no recordaba de que hablaron, ni siquiera recordaba cómo era él anciano. Su madre había interrumpido la charla de ambos hombres para llevar Zafiro con su padre, ella se soltó de su abuelo, y se marchó con su madre.

— Spencer era un hombre intimidante — murmuro Coraline — pero no debes demostrar que le temes, o entonces el habrá ganado.

— ¿Tenias miedo?

— Lo tenía — respondió — pero mi pequeña tenía más miedo en esos momentos, y tenía que salvarla

Zafiro suspiro, ahora ella tenía que salvarlos a ellos, a pesar de tener miedo no titubearía. Observo los dedos de su madre presionando las techas de marfil del piano, sus ojos emitieron un destello rojizo mientras observaba, su madre dejo de tocar cediéndole el lugar, Zafiro toco con naturalidad, como si hubiera practicado durante años.

— Esta también es tu mejor arma cariño — le dijo a Zafiro al oído — intimídalo más de lo que él te intimida a ti

Asintió dejando de tocar poco a poco, sus ojos volvieron a la normalidad. Se sentía más tranquila en esos momentos, su madre se puso de pie.

— Ahora sigamos con lo más importante, tus modales en la mesa

— ¿Mis qué? — pregunto abriendo los ojos como platos

— Es una cena formal — respondió sonriendo — tus modales tienen que ser impecables

Estuvo todo el resto de la tarde practicando como sentarse, como beber de una copa, como comer, su madre sabia ser como estricta con ella, la espalda le dolía. Nath se reunió con ellas después de la hora de la cena.

— He contactado con el asesor de imagen señora — respondió

— Gracias Nath — le sonrió cálidamente — ¿y qué hay del auto que usaran?

— Encontré donde rentarlo

— ¿Rentaremos un auto? — pregunto Zafiro

— Y un vestido para ti, y un traje para el señor McCabe — respondió su madre, Zafiro tenía miedo cuando veía ese brillo en los ojos de su madre, no había nada que adorara más que verla usar un vestido.

— Pero ¿por qué rentarlo? — pregunto curiosa

— Porque no lo volverás a usar — respondió — además cariño, es un método de protegerte, el que lleves cosas rentadas nos permitiría saber si les paso algo.

27 de agosto de 1998

Partieron a Paris al amanecer, además de Nath y Chris, los acompañaban otros 10 hombres, todos soldados entrenados. Se hospedo en un hotel a unos 10 minutos de su lugar de reunión. Nunca antes había estado en Paris, y esta podría ser la única, y la última vez que podría estarlo. Su habitación tenia vista hacia la torre Eiffel mas no pudo contemplarla como hubiera querido, sus ojos se dirigieron a un edificio de cristal, calculaba que a unos 15 minutos distancia de ahí. El logo rojo y blanco de Umbrella brillaba bajo el sol de la mañana.

Nath llamo a su habitación, ella le indico que pasara, el irlandés entro seguido de un hombre alto y delgado, bastante delgado y muy bien vestido con un pantalón ajustado y una camisa brillante de un purpura extravagante. Su manera de moverse se asemejaba a un modelo de pasarela. Se dirigió a ella con un tono de voz melodioso.

— Entonces es ella con quien deberé de trabajar hoy? — pregunto rodeando a Zafiro como un buitre — No, no, no, hay mucho con que trabajar, y tan poco tiempo

— ¡Pero quedan 6 horas! — protesto

— Shh, shh, shh — la silencio colocando un dedo en los labios de ella — yo soy el que decide cuánto tardaremos en transformarte en toda una señorita, ahora ton un baño en este momento

— La dejo en sus manos señor Fabrice...

— Oui, oui, déjenlo en mis manos...

— No me dejes con el- suplico Zafiro en un murmullo, Nath sonrió con burla, y salió de la habitación.

— Monsieur McCabe.. mi asistente lo estará esperando dentro de dos horas, sea puntual

Nath salió del hotel y se dirigió con sus hombres a su pequeño cuartel improvisado, vigilarían el trayecto hacia el punto de reunión, tratarían de brindar la mayor seguridad posible por tierra, los francotiradores estaban asignados a puntos estratégicos.

— Bien niño, me han dicho que eres un excelente tirador — le dijo a Chris — y espero que sea verdad. Estarás ubicado el sector A, la zona más cercana al hotel, cualquier actividad sospechosa repórtala de inmediato. — le dijo firmemente entregándole un intercomunicador.

— Estaré atento señor — respondió Chris

Nath repaso detalladamente el plan, el auto saldría del hotel a las 17:40, llegarían al punto de reunión con tiempo de sobra, no sabían cuánto extenderían las negociaciones, pero debían estar atentos a cualquier conducta extraña que pudiera indicar que algo estaba mal. Tenían autorización de tirar a matar.

Zafiro tosió frenéticamente por el perfume que entraba en su nariz, maquillaje, un peinado alto, un vestido largo de hombros descubiertos de color azul cobalto para resaltar sus ojos, y zapatos altos a juego completaban todo su atuendo, se miró en el espejo, con sorpresa ¿se trataba realmente de ella?

— ¡Voilá! — exclamo — ¡luces como toda una princesa!

— Ni siquiera me reconozco

— Oh, no, no, no sería un buen trabajo si pudiera reconocerse mademoiselle Engel — respondió — Madame Coraline me ha pedido explícitamente que la hiciera lucir como toda una dama, capaz de dejar a todos los que la observen con la boca abierta.

— Y he de decir que lo logro — murmuro sin poder dejar de verse

— Zaf! — la llamo Nath entrando a la habitación — Ya es hora

Zafiro volteo a verlo, hizo un gran esfuerzo por contener la carcajada, su cabello perfectamente peinado hacia atrás, y su barba bien peinada y ligeramente recortada lo hacían lucir muy distinto al tipo ebrio y desaliñado que realmente era.

— Miren quien luce elegante, ¿quién diría que eres un irlandés ebrio?

— Si, si, ¿ya te viste en el espejo? No eres quien para decirme eso en este momento — respondió Nath con sarcasmo — es hora de irnos

— Muchas gracias Monsieur Fabrice — dijo Zafiro haciendo una reverencia, abandonó la habitación seguida de Nath

Subió al auto rentado y partió rumbo al hotel de Umbrella, su estómago daba vueltas, comenzaba a sentir nauseas de los nervios, 10 minutos es lo que le tomaría llegar ahí, se puso a repasar mentalmente lo que debería decir, lo que debería hacer, sus propuestas, sus amenazas, sus trampas.

— Respira, ya casi hemos llegado — murmuro Nath

— ¡Por dios ocupo mi arma! — protesto

— No creo que te dejen pasar con ella... así que considera que tú eres tu arma ahora...

Un empleado del hotel le abrió la puerta del auto y le tendió la mano para ayudarla a bajar, Zafiro pudo ver que en la solapa de su traje llevaba una insignia metálica de Umbrella. El empleado los guio hasta el salón comedor, el cual estaba vacío en esos momentos. Supuso que habían ordenado que el lugar estuviera puesto solo para Spencer y para Ella.

— No esperaba el salón comedor de un hotel completamente para nosotros — murmuro en voz baja

— Yo tampoco lo esperaba — respondió Nath

Zafiro observo el lugar con detenimiento, era un elegante salón, de paredes blancas y pisos beige recién pulidos, la estancia estaba iluminada con elegantes arañas doradas que bañaban la estancia con una luz dorada. Se percató que en el lugar no había ventanas.

El empleado le anuncio que el señor Spencer estaría con ella en unos minutos, Zafiro permaneció de pie, esperando a su anfitrión. Se trataba de un anciano demasiado acabado por la edad vestido con un simple traje de color gris obscuro. Iba en una silla de ruedas llevado por una mujer rubia, que rondaría los 30 años, vestida con un traje blanco completamente, aquella mujer lucia verdaderamente amenazadora con esa expresión seria y calculadora, y esos fríos ojos azules.

— Bienvenida Luna Zafiro Engel — la saludo Spencer con fingida amabilidad — Vaya que has crecido hasta volverte toda una mujer

— Es un gusto verlo de nuevo señor Spencer — saludo Zafiro con cordialidad

— Apenas creo que pasaron 10 años desde el accidente — murmuro — pero sentémonos, debe ser incomodo estar de pie para usted, Alex, llévame al extremo de la mesa, justo frente a la señorita Engel.

Zafiro tomo asiento, Nath se posiciono detrás de ella, al igual que la mujer rubia lo hizo con Spencer después le entrego una carpeta de piel.

— Bien, sabemos que esto no es una reunión de placer, si no de negocios — dijo el anciano revisando los documentos — me fueron entregadas tus intenciones por escrito, pero preferiría escucharlas de tu parte — dijo seriamente mandando a traer una botella de vino, cerro la carpeta y se la regreso a la mujer rubia.

— Supongo que lo mejor sería evitarnos los rodeos – respondió Zafiro, el tablero estaba puesto y la partida estaba por comenzar, el que se desplazara mejor ganaría ese encuentro. — Estoy dispuesta a reclamar la parte de la compañía que me pertenece desde que mi abuelo falleció — respondió con seriedad — ya no soy menor de edad, y legalmente el 25% de Umbrella le pertenece a los Engel. Debo agradecerle por cuidar de ese porcentaje cuando mi padre se negó a hacerlo. Pero esos eran los deseos de mi abuelo, a fin de cuentas.

— Fue solo un favor que le hice a mi buen amigo Maximus — respondió Spencer sirviendo dos copas de vino, le entrego una a Zafiro trato de mantener la compostura.

— Aunque, me temo que deberé comunicarle que no está en mis planes futuros dedicarme a la empresa — dijo tomando la copa en sus manos —Y es por ello que me gustaría venderle dichas acciones a usted.

— ¿A mí? — pregunto el anciano curioso, Zafiro pudo observar el destello de avaricia en sus nublados ojos

— Se ha dedicado enteramente a la empresa desde su fundación, quien mejor si no usted — Zafiro hizo una pequeña pausa — Alfred Ashford no muestra mucho interés más que en sus propios proyectos, en cambio usted se ha dedicado a hacer crecer esta compañía. El precio que pongo está estipulado en los documentos que le enviaron.

— Esperaba que fuera un error, el precio es un valor exagerado, es fácilmente tres veces más de lo que en realidad valen — dijo Spencer bebiendo un trago de vino

— Lo entiendo, pero si consideramos la cantidad de ganancias que ese 25% ha producido durante estos 10 años, de los cuales no he dispuesto realmente, considero que es un valor muy bajo — respondió Zafiro bebiendo un sorbo de vino, había esperado a que Spencer bebiera por miedo a ser envenenada o drogada. — Si no está interesado, entonces deberé anunciar públicamente la venta de las acciones a los competidores, apuesto a que más de alguno estara interesado. — dijo sosteniendo la mirada del anciano como su madre le había enseñado, mantenerse derecha, mirar a los ojos a su anfitrión, sostener la mirada para ponerlo nervioso, mantener la cara en alto, sonreír amablemente cuando dudaran de que estuviera hablando enserio y dejar en claro que no se trataba de ninguna broma.

— Señorita Engel, dudo que alguien las compre a este precio

— Se sorprendería de la cantidad de personas que estarían más que dispuestos a pagar ese precio, señor Spencer — suspiro — Pero, en caso de que usted tenga razón, y no pueda vender dichas acciones, deberé tomar posesión yo como co-directora de la empresa, me tendrán que ser entregadas las ganancias correspondientes de estos 10 años junto con los intereses generados — enumero con tranquilidad — además de que me veré obligada a participar en todas las juntas ejecutivas, como se espera que haga, mi voto tendrá repercusión en las decisiones de la empresa — Zafiro lo miro a los ojos de manera retadora — no creo que me quiera interfiriendo en sus... investigaciones, ¿o si señor Spencer? — pregunto levantando ligeramente una ceja, Spencer no pudo simular su sorpresa — Supongo que a estas alturas sabrá lo sucedido en las montañas Arklay ¿no es así? — pregunto, era hora de comenzar a atacar — los ejecutivos de Umbrella aquí en Francia se hicieron cargo de las investigaciones por el "incendio" de su mansión, fue una lástima que se perdiera todo — mintió con naturalidad — era una elegante residencia, no tan ... abandonada como lo quiso hacer creer — sonrió de medio lado, notaba el nerviosismo del anciano — Considérelo una vez más Señor Spencer, si me da lo que pido por las acciones usted será prácticamente el dueño total de la empresa como mayor accionista, y lo que haga con ella será solo su decisión. Es más económico, que entregarme todo lo que me corresponde por estos años que no pude estar al frente de la empresa por mi corta edad, si el dinero no es suficiente, podrían pagarme con las propiedades de Umbrella... pero con la mansión Spencer y el Centro de formación reducido a cenizas, creo que las propiedades también se están agotando — dijo con fingida preocupación — Además que pasara si en un libro contable aparece una mansión, o un laboratorio que no debería de existir.

— Muchas de esas propiedades sean construido con mi fortuna personal Engel, deberías tener cuidado con sus palabras...

— Está bien entonces — se encogió de hombros — si ese realmente es el caso mi señor, no creo que haya problema en que los contadores de mi padre se hagan cargo, mediante una auditoria, de revisar los libros contables de la empresa de los últimos 10 años. — Zafiro mantuvo su postura firme, podía notar el nerviosismo y la ira del anciano, si continuaba viva a partir de ese momento, podría considerar que ganaron.

— Debería de tener mucho cuidado con sus palabras señorita Engel — la amenazo el anciano tratando de simular su enojo. — Debo recordarle que usted está en mi territorio

— ¿Acaso es una amenaza señor Spencer? — pregunto Zafiro tranquila — Le recomendaría que lo recapacite, si algo llegase a sucederme a mí, o a mi asistente usted seria el principal sospechoso — agrego tranquilamente acariciando el collar que llevaba —Sabe una cosa, la joyería es tan útil cuando se puede guardar un micrófono en esta, ¿no lo cree así? Además, deberé decirle que tanto este hermoso vestido y el auto que me trajo aquí fueron rentados, sería una lástima si algo me pasara, y los ojos se fueran contra usted ¿no cree? — lo miro fijamente, podía notar los músculos tensos del anciano, y el sudor que perlaba su frente, Zafiro sonrió al tiempo que sus ojos cambiaban a un tono rojizo dorado.

Spencer observo aquel cambio con sorpresa, justamente la expresión que ella esperaba ver, y era tan satisfactorio como había imaginado que seria.

— Muy bien — gruño el anciano tras una larga pausa — te daré lo que quieres, pero a cambio, harás el informe de la venta de tu parte de la empresa de manera pública, y no volverás a interferir en absolutamente nada de la empresa

— Umbrella será suya señor Spencer, no tengo por qué interferir. — respondió al tiempo que sus ojos volvían a la normalidad

— Alex, convoca a los medios más importantes a una conferencia de prensa, los quiero aquí en una hora, cuanto antes terminemos esto mejor, y prepara la transferencia de fondos — dijo el anciano terminado el contenido de su copa de vino

— A su salud- murmuro Zafiro levantando su copa haciendo un brindis — Que este muchos años al frente de Umbrella.

Las negociaciones finalizaron bien, al menos no había corrido nada de sangre, aunque casi podría asegurar que le iba a dar un infarto al pobre viejo. Ambos firmaron los documentos que constaban que ella estaba renunciado a sus derechos sobre Umbrella a cambio de la cantidad acordada.

Volvió a su cuarto de hotel después de todo aquel alboroto, deshizo su peinado y arrojo las joyas con el micrófono a un lado. Sentía nauseas a causa del miedo que había tenido en aquellos momentos. Alguien llamo a la puerta de la habitación, Nath saco un ama de un cajón de la habitación, se colocó detrás de la puerta.

— ¿Zaf? — la llamo Chris, Nath abrió la puerta dejándolo pasar — ¿qué sucede? ¿estás bien?, después de la conferencia de orensa, regresaron de manera muy apresurada al hotel

— Solo estoy algo tensa — respondió sentándose en la cama para quitarse los zapatos — Pero, soy libre Chris — murmuro con los ojos llorosos

— ¿Que sucede? — pegunto Chris sentándose a su lado — oye, oye, vas a arruinar tu maquillaje perfecto — bromeo

— Ahora ya tienes libertad para actuar — murmuro — al igual que yo... — suspiro — ¡por dios Chris! ¡tenia tanto miedo! — sollozo finalmente — ese hombre fue el que ordeno que crearan a esos monstruos, los monstruos que asesinaron a los S.T.A.R.S., el hombre que además asesino a mi abuelo.

— Pronto pagara por todo, tranquila — susurro Chris estrechándola contra el — lo prometo, no me detendré hasta que Umbrella caiga — susurro decidido

Zafiro se tranquilizo poco a poco, estaba verdaderamente agotada, no sería seguro para ella salir a distraerse, Notre Dame, La torre Eiffel, los Campos Elíseos y el palacio de Versalles tendrían que esperar para otra ocasión. Nath le entrego el arma. Él se encargaría de mantenerla segura mientras descansaba, pero no estaba de mas que también estuviera armada.

— Volveremos a Londres mañana ¿no es asi?

— Me gustaría, pero antes tienes otra pequeña misión que hacer, después decidirás si regresas con papi, o a Raccoon City — le dijo de pie ante la puerta — Por ahora descansa, lo necesitas — murmuro

— Gracias por acompañarme hoy Nath — susurro — Si hubiera estado sola me hubiera muerto de miedo

— Bien necesito una buena botella de vino — dijo Nath alborotándose el cabello — Redfield, tu vigilaras la zona, informa si ves algo extraño

— Entendido — respondió Chris

— Al menos has que me traigan de cenar si no puedo salir de aquí — protesto Zafiro

— Bien, les mandare no se... unos caracoles o a ver qué encuentro — respondió Nath agitando la mano y abandonando la habitación.

— ¡Y cerveza! — le grito asomando la cabeza al pasillo

Se cambió de ropa en el cuarto de baño mientras Chris revisaba las ventanas y los edificios adyacentes, no había nada sospechoso afuera. Nath les envió la cena con uno de sus hombres, una pizza y algunas cervezas.

— Esperaba tener una cena francesa al menos — suspiro Zafiro con resignación — ¿que harás a partir de ahora? No pensaras entrar como loco a las oficinas de Umbrella ¿o sí?

— Pienso observar un tiempo, buscando cualquier actividad sospechosa, lo que nos dé la oportunidad de exponerlos

— Solo no hagas tonterías Chris- dijo ofreciéndole una lata de cerveza

— ¿Y qué hay de ti? ¿Que es esa misión de la que te hablo Nath?

— No tengo la menor idea — respondió bebiendo un buen trago de cerveza — pero lo que sea, debe ser importante, después de ello regresare a Raccoon City, a ayudar a Jill a vigilar a Umbrella — agrego — me alegro de que Rebecca haya decidido ir a investigar fuera de la ciudad. Aunque creo que... le molesta que la proteja de ese modo.

— Es inevitable querer protegerla por su edad — respondió Chris dándole un largo trago a su cerveza — pero la verdad es que ha madurado mucho desde la mansión

— Casi muere... dos veces — murmuro — Pero por ahora… brindemos... por la futura caída de Umbrella

de agosto de 1998

— Buena suerte Chris — murmuró chocando los puños con el

Abordo el avión junto con Nath, y partieron de Francia hacia un destino todavía desconocido para ella. Se recargo en su asiento mirando por la ventanilla, Nath se aproximó a ella y le arrojo un paquete de osos de goma.

— Los ganaste — murmuro sentándose al lado de ella

— ¿A donde vamos en estos momentos?

— Walsrode — respondió tranquilamente

— ¿Alemania? ¿Que vamos a hacer a Alemania?

— Lo veras cuando lleguemos

Lo miro con algo de curiosidad, abrió el paquete de ositos y comenzó a comer preguntándose qué era lo que Nath ocultaba, y que había en Alemania que era tan importante para que ella tuviera que atenderlo.

Llegaron al poblado en un auto rentado, Zafiro observaba por la ventanilla del coche el hermoso y fresco paraje campestre, recordaba haber estado de pequeña ahí, descansando por su enfermedad, alejada de la ciudad y del estrés del mundo exterior.

— ¿Y que hacemos aquí?

— Solo vinimos a visitar una casa de tu abuelo — respondió Nath deteniendo el coche justo delante de una elegante residencia a las afueras del poblado de Walsrode, rodeada de grandes árboles y bellos jardines perfectamente cuidados.

— ¿Quien vive aquí? — pregunto curiosa

— Realmente nadie, solo es una residencia de los Engel que mantiene un cuidador, pero no ha sido habitada por tu familia en años — respondió Nath — tu abuelo se negaba a venderla ya que fue un regalo de él para tu abuela, o algo así, olvide la historia.

Entraron a la residencia, había una delgada capa de polvo en el piso, y los muebles estaban cubiertos por sábanas blancas para protegerlos, Zafiro se paseó por el lugar, pasando su mano por las cosas empolvadas.

— Hace falta una buena limpieza — murmuro — ¿no me digas que mi misión es limpiar?

— No, eso podemos encargárselo a alguien más— murmuro Nath caminando a una puerta a su derecha, la cual resultó ser un estudio

Zafiro observo con extrañeza el lugar, estaba ligeramente más limpio que el resto del lugar, y la estantería de libros delante de ella estaba completamente limpia, además había un rastro en el piso, como si hubieran arrastrado la estantería hacia un lado. Nath movió los libros hacia adelante, parecía estar buscando alguno en especial, cuando finalmente dio con él, se escuchó un clic metálico y la estantería se desplazó a un lado. Revelando unas escaleras que bajaban por un obscuro corredor de concreto.

— Jamás me librare de estas cosas ¿verdad?

— Después de ti — la invito Nath

Zafiro comenzó a bajar, aun dudosa de a donde se dirigían y que encontraría abajo, la estantería regreso a su lugar conforme bajaban, Zafiro temió tener que bajar a tientas en completa obscuridad, pero las escaleras eran tenuemente iluminadas por una luz azulina que provenía de más delante, como si hubiera algún monitor encendido.

Las escaleras terminaban justo delante de una habitación, de la cual provenía aquel brillo azulino, Zafiro entro algo temblorosa, aquel lugar parecía el laboratorio del Tyrant.

Afortunadamente para ella, el lugar estaba solamente ocupado por una pantalla en una de las paredes, rodeada de otras pantallas más pequeñas y algunos ordenadores.

— ¿Que es este lugar? — pregunto viendo las pantallas, las cuales mostraban el escudo de su familia dando vueltas incesantemente.

— ¡Oh! ¡ya llegaron! — exclamo la voz de un chico el cual acababa de entrar a la habitación, Zafiro no lo había escuchado llegar — los esperaba más tarde, hubiera ordenado la limpieza, y algo para la comida — dijo pasando al lado de Nath y de ella. Zafiro pudo notar que era un chico bastante joven, mas o menos de la edad de Chris, de largo cabello negro, vestía ropas de civil normales, aunque llevaba un arma en su cinturón.

— ¿Que tienes?

— Nada nuevo, la U.M.F.-13 es prácticamente impenetrable, al menos para mí, necesitó crearme una puerta trasera y eso me llevara tiempo, mucho tiempo

— No tenemos prisa por ahora — respondió Nath

— ¡Oigan! — exclamo Zafiro — la verdad no entiendo que pasa aquí

— ¡¿No le dijiste nada?! — protesto el chico

— No, quería que fuera sorpresa

— ¿Sorpresa de que? Si no le ibas a presentar a su prometido, ¡idiota! — protesto el chico sentándose delante de los monitores tecleando algo a gran velocidad. La pantalla se puso en blanco por unos momentos, después apareció el escudo familiar en tonos negros y grises.

Zafiro observo extrañada la pantalla más grande, la cual exigía una contraseña, pero el chico no la había ingresado.

— ¿Que sucede? — pregunto confundida

— Has llevado esa contraseña contigo todo el tiempo — respondió el chico — creías que toda la investigación de tu abuelo había sido robada por Spencer? — pregunto — Piénsalo de nuevo, el señor Engel no era tan descuidado como crees... cuando comenzó a sospechar que sería asesinado programó esta computadora, y busco a quien pudiera mantener los datos seguros, que mejor que un ex miembro del DGSE — Zafiro levanto una ceja algo confusa — Inteligencia Francesa — respondió tranquilo — Ahora mi lady ¿nos haría el honor? — le indico haciéndose a un lado

Zafiro dudo un momento, suspiro y comenzó a teclear la contraseña mientras murmuraba aquella frase que su abuelo tanto repetía.

— "Bienvenido señor Engel" — saludo la metálica voz de mujer

— Siento que esto ya lo he vivido antes — suspiro Zafiro, trataba de no recordar lo sucedido en la sala de ordenadores del laboratorio de la mansion

— Te sorprendería la inteligencia de la Regina Alba — respondió el chico — me he encargado de mantenerla en condiciones, pero lo ideal es que la computadora te reconozca a ti como su administradora principal, y no a tu abuelo, y menos ahora que Umbrella tiene la clave

— No entiendo que está pasando — se sobo las sienes — ¿y quién eres tú para empezar?

— Lo siento, creo que debimos empezar por ahí — respondió el chico — soy Saine Pointe du Lac, estuve al servicio de su abuelo después de que me expulsaron del DGSE, cuando este falleció seguí las ordenes de su padre de mantener a salvo los datos de la Regina Alba, en caso de que Umbrella llegase a sospechar que había otra computadora además de la del laboratorio de su abuelo, fui yo quien creó los fuertes códigos de encriptación que Umbrella no pudo burlar durante 10 años con solo un viejo ordenador de escritorio — dijo, parecía muy orgulloso de si mismo

— Bien, ya entiendo eso ¿pero qué demonios es la Regina Alba?

— Básicamente es la súper computadora de la familia Engel, contiene datos de la familia, desde sus orígenes, para monitorear la pureza del linaje familiar. Además de ello guarda muchas de las investigaciones de su abuelo, la más importante, la suya mi lady.

— No tiene mucho sentido ahora que Umbrella también la tiene almacenada en la UMF- 13

— Tiene una buena parte de ella — respondió el chico haciendo énfasis en sus palabras — los datos fueron transmitidos a la Red Queen que se aloja en la UMF- 13, pero la Red Queen es incapaz de calcular el verdadero alcance del poder del virus que hay en usted mi lady.

— ¿El verdadero alcance de mi poder?

— Primero que nada debería de cambiar el administrador de la Regina Alba

— Bien, ¿Qué debo hacer? — pregunto curiosa

— Solamente ordénele que cambie al administrador.

Zafiro observo la pantalla, era la primera vez que hablaría con una computadora. Le ordeno cambiar los derechos de administrador.

— "Los derechos de administrador solo pueden ser cambiados en caso de fallecimiento del señor Engel, solamente pueden ser tomados por Andrew Engel, o por Luna Zafiro Engel." — en la pantalla apareció una leyenda que rezaba "confirmación de identidad"

— ¿Y bien?

— Analizara tus huellas digitales y tus retinas, solamente tienes que colocar tus dedos ahí — le indico Saine

Zafiro obedeció colocando los dedos en donde le había indicado, una luz verde escaneo sus dedos, y justo delante de ella apareció un nuevo haz de luz que recorrió su ojo derecho

— "Identidad confirmada, Luna Zafiro Engel, edad actual 22 años 10 meses y 9 días; ¿desea colocarse como administrador principal?

— Bien — respondió presionando la tecla de aceptar

— "Favor de ingresar la nueva contraseña"

Panem et Circenses — susurro tecleando la nueva contraseña

— "Cambios guardados, administrador Luna Zafiro Engel, ¿que desea hacer Lady Engel?"

— Ingresa a los datos del proyecto T/000-Z

— "Accesando..."

La pantalla le mostro los archivos que había visto en los laboratorios de la mansión Spencer, pero además había muchos más, estadísticas, videos, anotaciones, además de un esquema de cuerpo completo, con todas sus constantes fisiológicas, su frecuencia cardiaca, su frecuencia respiratoria, su actividad cerebral.

— ¿Que es esa cosa?

— Esa "cosa" indica que estas viva — respondió Nath — ¿ahora entiendes la importancia de la Regina Alba? Saine y la Dra. Collins la programaron para monitorear tu estado de salud, después de la primera recaída por tu enfermedad, tu abuelo no quiso arriesgarse del todo, además, la computadora mide el estado de activación actual del virus... ¿porque no lo pruebas? — le indico, Zafiro observo la pantalla al tiempo que sus ojos cambiaban de color.

— "Proyecto T/000-Z se encuentra activo en un 12% de su capacidad total, sus constantes se encuentran dentro del rango permitido, y su actividad cerebral no muestra alteraciones alarmantes, el individuo se encuentra bajo control"

— Les dije que esta chica era más brillante que la Red Queen de Umbrella — murmuro Saine con orgullo

— Y aun así no has podido hackear a la Red Queen

— No es tan sencillo — murmuro — además está en otro laboratorio que no sabía que existía, los códigos de seguridad son más fuertes... y hacerlo de manera remota, a la distancia que me encuentro — saline sacudió la cabeza — me sería más fácil hackear el sistema de un casino de las Vegas o de un banco, la Red Queen es más brillante de lo que esperaba, la inteligencia artificial de esa computadora puede competir directamente con la Regina Alba... y si trato de usarla, dejaría expuestos los datos del señor Engel, no quiero correr ese riesgo aun.

— ¿Esto... era lo que querías que viera? — pregunto Zaf interrumpiendo su conversación

— Quería que supieras de su existencia, no tienes idea de lo útil que será esta computadora para entender más tus poderes, las estadísticas de los primeros experimentos están aquí — le señalo Nath — Además de las pruebas posteriores para controlarte y los informes de la Dra. Collins para crear el suero que inactiva temporalmente tu virus, o lo debilita. Este es el verdadero legado de tu abuelo para ti, y quería que tuvieras toda la información posible para que pudieras ser la cabeza de la Familia Engel cuando tu padre no este.

— Lo cual terminara también si ella muere, después de todo no puede tener hijos — murmuro Saine estirándose en su silla reclinable

— ¿Qué es lo que has dicho? — pregunto Zafiro mirándolo con sorpresa

— ¿Acaso no te lo habían dicho? — pregunto el chico con sorpresa — Creí que tus padres se harían cargo de hacerlo — respondió tranquilo, buscando en los archivos de la computadora, abriendo un informe — La Doctora Collins tenia curiosidad acerca de ti después de la infección — murmuro repasando el documento — Tu abuelo se esforzó en proteger el legado de la familia Engel, pero debido a la infección que hay en tu cuerpo, es prácticamente imposible que puedas concebir

— Y a ti se te está yendo de más la lengua Saine — lo amenazó Nath

— ¡No, deja que siga! — le ordeno ella leyendo el documento

— En palabras sencillas, el virus esta adherido a tu genoma, cumpliendo una función de parche para el defecto genético que causo tu enfermedad de niña, mientras el virus este activo, no volverás a enfermar, al menos no a ese grado de casi morir — dijo el chico reclinándose en su silla — sin embargo, el virus solo se puede acoplar con genes superiores, de lo contrario causa mutaciones y muchas veces la muerte, y eso lo sabemos por los informes de James Marcus — agrego — El hecho de que ese virus ahora sea parte de ti, quiere decir que si concibes un niño de genética inferior, automáticamente el virus lo atacara y terminara por destruirlo. Si quieres un hijo, deberás escoger muy bien con quien concebirlo, tiene que tratarse de un hombre de genética superior, y no hay garantía de que llegue a término — murmuro — Al menos eso teorizaba la Dra. Collins, pero aun eras muy joven para comprobar esa teoría.

— ¿Algo más que deba saber que arruine mis planes a futuro? — pregunto apretando los dientes, aquello había sido una completa sorpresa, se sintió vacía, como si la burbuja de sus planes futuros, se hubiera desvanecido delante de ella de un momento a otro, llevo la mano a su pecho, dolía, aunque las lágrimas no brotaban, dolía demasiado — quiero irme a casa — murmuro

Dio media vuelta para salir de ahí, dejando a Nath discutiendo con Saine.

Nath fulmino al chico con la mirada, sería un genio, pero no sabía cuándo tener la boca cerrada. Saine lo miro con demasiada calma.

— No era tiempo de que lo supiera — lo reprendió

— No, su padre se padre se ha empeñado en ocultarle las cosas demasiado tiempo — se defendió — ¿iban a esperar que se comprometiera con alguien para decirle que si su pareja no era parte de ese 1% de la población de genética superior ella jamás podría tener un hijo?

— Maximus Engel quería que la protegiéramos

— Mentirle no es protegerla McCabe — puntualizo — Es mejor que lo sepa ahora, además, le será difícil conseguir una pareja siendo lo que es... — murmuro — Nath, tu y yo le debemos demasiado al Señor Engel, pero al menos yo estoy cansado de mentirle y ocultarle los hechos. Ya pasaron 10 años, ya no es una niña.

Zafiro escucho los pasos de Nath acercándose a ella, se encontraba sentada en un columpio lleno de musgo que había en el jardín. Había dejado de llorar momentos antes. Su vida había dado un giro bastante drástico.

— ¿Estas más calmada? — pregunto quedándose de pie a su lado

— Un poco, supongo — murmuro — Nath no termino de entender ¿por qué hacen todo esto? ¿Quiénes son?

— ¿Qué cosa? ¿Nosotros? Solo un grupo de mercenarios que fueron contratados por su abuelo — respondió

— Eres demasiado dedicado para ser un mercenario — le reclamo

— Fui expulsado de la MI6, la sexta sección del servicio militar de inteligencia. — respondió algo tenso — tal vez... algún día te cuente que sucedió — murmuro — ¿qué piensas hacer ahora?

— Solo quiero descansar un poco, han sido unos días demasiado estresantes

24 de septiembre de 1998

Jill se había comunicado con Chris hacía unos pocos días, parecía haber averiguado algo que serviría para hundir a Umbrella, Barry se dirigía a Francia, y ella partiría a finales de mes para reunirse con él, una vez que terminara de reunir la evidencia en contra de Umbrella en Raccoon City, finalmente habían obtenido algo, Zafiro también había estado en comunicación, regresaría a Raccoon en los días próximos, antes de que ella se marchara.

Habían pasado dos meses desde el incidente de la mansión, sus heridas habían sanado completamente desde hacía semanas, pero no podía olvidar la pesadilla, cada que cerraba los ojos veía a esos zombis comiendo carne humana, los perros que devoraron a Joseph, y el Tyrant... aquel enorme monstruo de piel blanca y garras en la mano izquierda. Escuchaba los gritos de agonía de sus compañeros.

Se cubrió los ojos con las manos, sacando los recuerdos de su cabeza, encendió el televisor para escuchar algo mientras se preparaba algo para cenar, la voz de los comentaristas deportivos inundaron la vacía sala de su casa. No era muy amante del Americano, pero era lo mejor que había a esas horas.

Se sirvió un tazón de cereales y se sentó a comer mientras escuchaba el partido. Escuchaba los gritos del público mientras comía con calma, pero algo comenzó a llamar su atención, aquellos gritos de la gente en la televisión no sonaban como gritos de euforia, más bien parecían gritos de autentico terror.

Quiso pensar que se trataba de un aficionado loco, o algún jugador gravemente lesionado, pero una parte de ella sabía que no era así, las caras enfocaron a las personas que huían aterradas, fue entonces que lo vio, aquella pálida piel y los nublados ojos, esos movimientos torpes, y las manos y cara manchadas de sangre. ¡Un infectado!

Un infectado en medio de un estadio lleno de gente. Jill se cubrió la boca para evitar gritar de la impresión, sus piernas temblaron, aquella pesadilla se había vuelto realidad. Jamás podría estar en paz, esas pesadillas y Umbrella la perseguirían hasta el día de su muerte.

En incidente en el estadio Warren provoco la movilización inmediata de 50 gentes de la RPD y el SPF, el resultado un agente y 5 civiles asesinados antes de poder detener al infectado. Jill se dejó caer en su silla ¿de dónde había salido? No tenía la menor idea, pero lo que si sabía era, que de donde quiera que viniera... habría más. Y aquello solo estaba comenzando.