Es jueves de actualización
Y nos acercamos más a la recta final de este fic, empezando por lo que sería la segunda parte del RE3, empezando desde que Carlos va a buscar la vacuna para Jill, hasta que atraviesan el parque, en busca de una vía de escape.
Nuevamente agradezco a los que me brindan su apoyo en esta historia, me ayudaría mucho que pudieran darme su opinión acerca de esta historia, me gustaría mucho leer sus reviews
Sin más por el momento, los dejo con el capítulo 17 de esta historia.
Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)
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CAPITULO 17
01 de octubre de 1998
Era de madrugada y Zafiro permanecía en su habitual puesto de guardia, había eliminado a buena parte de los infectados que se habían aproximado a la torre. Por lo demás no había ni señales de Némesis, pudiera considerarse como algo bueno, sobre todo si tomaba en cuenta que Jill llevaba casi 48 horas inconsciente. Pero si el monstruo no aparecía, eso solo quería decir que debía estar recuperándose y ganando fuerza en algún lugar de la ciudad.
Suspiro terminando el contenido de la lata de fruta que tenía a su lado, tenían que hacer algo pronto, posiblemente para el día siguiente habrían terminado con todas las latas de fruta, y en un par de días más se habrían quedado sin agua, eso sin mencionar los insumos médicos que había encontrado.
Nath había abandonado la ciudad horas antes por orden suya, debía admitir que se sentía sola al no tener con quien discutir mientras hacía guardia, parecía que solo ella, Jill y Carlos eran las únicas personas vivas en la ciudad. Levanto la mirada al cielo nublado. Si las cosas seguían así, pronto solo quedarían Carlos y ella, sintió un nudo en el estómago, quería ayudar a Jill, pero que podía hacer si no esperar, esperar a que despertara, o se volviera un zombi por la infección.
Su radio emitió un pitido repentinamente, aquello la tomó por sorpresa y casi cae del techo del tranvía debido al sobresalto. Levanto el radio mirándolo con extrañeza.
— "hey Reaper!" — exclamo la voz de Nath
— ¿Que no te dije que dejaras la ciudad? — le reclamo, pero la verdad estaba feliz de escucharlo
— "y lo hice, me he asegurado de que los supervivientes que rescatamos estén bien, pero eso no es lo que quiero decirte"
— ¿Acaso estas fuera de la ciudad? Creí que las ondas de largo alcance no funcionaban aquí
— "el laboratorio subterráneo de Raccoon exploto, la interferencia es menos ahora" — respondió Nath, si bien era cierto que aun escuchaba algo de estática, el mensaje era más claro que días anteriores — "escúchame bien y con mucha atención — le indico — Saine logro captar información secreta de Umbrella proveniente de los informes de la operación Mad Jackal... Hay una vacuna para el virus"
— ¡¿Una vacuna?! — exclamo Zafiro poniéndose de pie de un salto, eso podría salvar a Jill — ¿Donde?
— "Parece ser que la llaman Daylight, y existe solo una muestra completamente terminada en el hospital Spencer Memorial de Raccoon City, parece ser que Umbrella usara a un miembro de la operación Mad Jackal para sacar la muestra de la ciudad... ¿Reaper...?"
— Con ello puedo salvar a Jill — murmuro con lágrimas en los ojos — si consigo esa vacuna ...
— "lo sé, escúchame Zaf!, al noroeste de donde están se encuentra la depuradora de agua abandonada que Umbrella usa como tapadera para algunas pruebas de sus experimentos, en ella se supone que hay un helicóptero que pueden usar como medio de escape"
— ¿Pero y si ya no está ahí?
— "de igual manera estoy preparando los permisos de despegue para sobrevolar la ciudad, pero me estado retrasando... si algo sucede comunícate de inmediato, ¿entendiste?"
— Si — respondió con la mano temblándole de emoción
— "¡Entonces no pierdas tiempo, es la última oportunidad de salvar a Jill, ¡Date prisa! Cambio y fuera."
La radio permaneció en silencio, Zafiro aun no podía terminar de creerlo, una vacuna, los cabrones de Umbrella tenían una cura para el virus y aun así dejaron que la ciudad entera muriera. Apretó los puños, no podía lamentarse por la gente muerta aun, tenía que hacer algo por los que aún estaban con vida.
Bajo de un salto del techo del tranvía para dirigirse a la entrada de la capilla, la herida de su cintura y su pierna habían sanado casi completamente. Recorrió el camino a la capilla, prácticamente corriendo, preguntándose cómo sería la reacción de Carlos con aquella información.
— ¡Carlos! — exclamo abriendo la puerta, el chico se sobresaltó y casi soltó la lata de fruta que devoraba en ese momento — ¡tengo excelentes noticias!
— ¿Un helicóptero?
— ¡Además de un posible helicóptero! — exclamo — ¡hay una vacuna para el virus, la única muestra terminada esta en el hospital Spencer Memorial de Raccoon! ¡A unas manzanas de aquí!
Carlos estuvo a punto de decir algo, pero ambos notaron que Jill se removía debajo de las cortinas que le servían como mantas.
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Jill podía escuchar el sonido de la lluvia a través de sus sueños, luchaba por despertar, sentía como sus venas se ensanchaban y ardían, todo su cuerpo ardía, la inconsciencia se aferraba a ella con demasiada fuerza, su subconsciente se debatió contra ella, finalmente, abrió los ojos haciendo uso de toda la fuerza que tenía en esos momentos.
— Jill — la llamo Carlos situándose a su lado — voy a darte un poco de agua ¿vale? Ayúdame un poco súper poli — susurro acercándole la botella a los labios
Bebió un par de tragos, sintió como el fresco líquido aliviaba el ardor de su garganta seca, le dolía todo el cuerpo, y la inconsciencia amenazaba con absorberla de nuevo.
— ¿Donde...? — murmuró tratando de no cerrar los ojos
— Estamos en la capilla de la torre — respondió Carlos — obscureció hace unas horas, creo que pasa de media noche, eso nos dejaría con que estamos a primero de octubre — susurro — llueve a ratos desde ayer ... y encontramos una reserva de latas de fruta y botellas de agua — agrego, realmente no sabía que decir, pero no deseaba que Jill se durmiera de nuevo.
— Hemos estado limpiando tu herida constantemente, no parece que vayas a tener mayor problema con ella — dijo Zafiro sentándose a su lado —Jill, creo que encontré una vía de escape... nos iremos de aquí, ahora que despertaste podremos...
— Estoy infectada — murmuro negando con la cabeza
— Eso no puede ser, un camarada mío fue mordido por esas cosas y se convirtió en zombi en un par de horas... tu llevas dos días ...
— Escuchen, no tengo fuerzas para discutir — susurro — no sé si es una nueva variante por provenir del Némesis, o si tengo inmunidad por haber estado en la mansión, pero solo sé que estoy infectada, lo siento... mi cuerpo arde y me duele todo.
Zafiro llevo una mano a su frente, retirándola de inmediato.
— Está ardiendo en fiebre — susurro — hace una hora estaba bien — agrego con preocupación
—Tranquilas, no se preocupen — murmuro Carlos apretando los puños — Encontraremos algo para ayudarte súper poli, mientras, descansa un poco ¿está bien?
— Si cuando regresen estoy... mas enferma... bueno, saben qué hacer
Vio la aflicción en los rostros de ambos, pero sabía que, si uno de ellos estuviera en la misma situación, pedirían lo mismo, la única realmente inmune al virus T en esos momentos era Zaf. Deseaba, de todo corazón, que de verdad hubieran encontrado una vía de escape, de ese modo Zaf y Carlos podrían abandonar la ciudad, aun si ella moría en el intento.
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Carlos salió de la capilla seguido por Zafiro, si era verdad que existía una vacuna para Jill, entonces debían encontrarla cuanto antes.
Zafiro saco el PDA de la riñonera, habían estado estudiando los mapas que tenía buscando una vía de escape efectiva. Carlos se puso a su lado tratando de ubicar el hospital. Para su buena fortuna realmente estaba a solo un par de manzanas de ahí.
— Zaf, tenemos que hacer esto rápido... pienso que me movería mejor yendo yo solo
— ¡No pienses en dejarme de lado! — protesto — ¡te recuerdo que tienes las costillas rotas!
— ¡Lo sé! — respondió apretando los puños — ¡Pero tú eres la única que puede proteger a Jill! — suspiro — la verdad es…que no me siento muy tranquilo dejando a Jill sola — murmuro — si tu estas con ella... al menos sabré que está segura
— Carlos, tenemos que encontrar esa vacuna y más insumos — insistió Zaf — uno solo no podrá hacerlo rápidamente... y no sé cuánto más aguantara el cuerpo de Jill a este paso — la desesperación era bastante clara en los ojos de la chica — Por Favor…
— ¡No quiero que te hieran a ti también! — murmuro entre dientes
— Creo que has comprobado, de sobra, que mis heridas sanan rápido — respondió Zafiro — además si una de es cosas me muerde... no creo que me pase nada ... el virus ya corre por mi sangre, a fin de cuentas.
Carlos se mordió el labio, de verdad no quería hacerla correr un riesgo innecesario, pero tampoco era justo dejarla atrás solo por ser sobreprotector, además, Zaf le había demostrado que era capaz de enfrentar cualquier cosa, o casi cualquier cosa. Suspiro empuñando su rifle de asalto, finalmente asintió.
— Démonos prisa entonces
Zafiro sonrió y avanzo justo detrás de él, Carlos rezo en silencio para que, a su regreso, Jill aun fuera ella misma.
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Zafiro se encargó de buscar insumos médicos en el hospital, mientras Carlos buscaba la muestra de la vacuna. Habían llegado a la cuarta planta con el mínimo de problemas, pero tenían que encontrar esa vacuna y volver, no tenían tiempo que perder. Carlos había entrado a una especie de oficina de médicos en la cuarta planta mientras ella revisaba los camarotes que estaban en un ramal del pasillo, había encontrado un par de cadáveres, uno de los cuales tenía la garganta cortada. Le precio extraño, pero no le dio demasiada importancia en ese momento. Además del cuerpo degollado la habitación estaba vacía, solamente había encontrado una cámara de refrigeración vacía en la pared, y algo de material de curación en uno de los muebles.
No había nada mas de interés en aquella habitación, decidió reunirse con Carlos cuando escucho una fuerte explosión justo en la direccion en la que el había entrado. Después algunos disparos provenientes del exterior. Zafiro asomo la cabeza por la ventana, Se trataba de Nikolai, el cual estaba en la azotea de un edificio adyacente, justo un piso por debajo de donde ellos se encontraban. Nikolai disparaba hacia la ventana que daba a la habitación donde se suponía debería de estar Carlos. Zafiro lo vio de reojo asomándose por la ventana. Desenfundo su 9mm y disparo contra Nikolai, fallando el disparo por muy poco.
— Mierda — chasqueo con frustración
Nikolai se dio cuenta de lo desventajosa que era su posición, y decidió huir del lugar. Zafiro se apresuró para reunirse con Carlos, la habitación estaba hecha un desastre, papeles regados aquí y allá por el suelo, y el cuerpo ensangrentado de un hombre justo detrás de unos anaqueles.
— ¿Estas bien? — pregunto al ver a Carlos sentado debajo de la ventana, sujetandose las costillas
— Si, ese tío de ahí — señalo el cadáver recuperando el aliento — me salvo el trasero, se llamaba Tyrel Patrick. Habia llegado a charlar con el algunas veces en el centro de entrenamiento, era un tipo agradable cuando llegabas a conocerlo — jadeo — pero no hay tiempo de charlas, Debemos encontrar a Nikolai antes de que se aleje mas... el muy bastardo tiene la vacuna con el, la consiguió después de acabar con el Dr. Bard.
— Como si no tuviéramos ya demasiados problemas — suspiro Zafiro ayudando a Carlos a ponerse de pie — andando entonces, si queremos darle alcance pronto, hay que irnos ya — agrego subiendo al marco de la ventana para saltar al tejado donde Nikolai se encontraba momentos antes.
Carlos asintió aun sujetándose las costillas, Zafiro se preguntó si soportaría saltar al tejado adyacente, pero no tenían demasiadas opciones en ese momento.
— ¿Iré por delante está bien? — dijo tratando de no sonar preocupada, pero darle caza a un psicópata como Nikolai sí que la ponía de nervios.
— ¡Hey Zaf! ¡espera! — exclamo Carlos, Zafiro suspiro frustrada, no tenían tiempo de otra discusión como la de la torre del reloj, ni de qué tan peligroso seria aquella locura ... o alguna otra tontería como esa
— Carlos, Tenemos que darle alcance a ese loco, o se ira con la vacuna — le recordó
— Creo que no lo hará — Carlos sonrió de oreja a oreja — parece que el muy imbécil dejo caer la vacuna durante la explosión — agrego levantando un tubo metálico del piso, parecía como los usados para guardar puros
— ¿Estas seguro de que es eso? — pregunto Zafiro tratando de contener sus esperanzas
— Completamente seguro, me lo mostro cuando trataba de distraerlo diciendo que esto era el antídoto que pudo salvar a Jill — respondio — tuve que decirle que ella había muerto por la infección para que no la buscara si es que yo no salía vivo de aquí, también le dije que desapareciste después de que tuve que acabar con Jill, que te había visto rondar esta área y vine a buscarte... el jamás se creería que tú también moriste por la infección.
— Creo que Nikolai sabe lo que soy en realidad, jamás se creería que yo pudiera morir tan fácil — suspiro revisando el tubo metálico, realmente se trataba de un aplicador para la vacuna, el Daylight lo había llamado Nath, aquel liquido purpura era la única esperanza que tenían para salvar a Jill — Regresemos entonces — murmuro regresándole el tubo metálico, Carlos lo guardo en los bolsillos de su chaleco.
Carlos asintió
— Gracias "T" — murmuro viendo el cadáver de reojo, salió de aquella oficina seguido por Zaf.
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Jill se había quedado dormida de nuevo, los sueños que hasta horas antes había estado teniendo fueron sustituidos solamente con sombras, su cuerpo ardía completamente por la fiebre, se removió de un lado a otro tratando de aliviar el picor que la invadía, la infección avanzaba por su cuerpo lentamente mientras sentía como todos sus vasos sanguíneos se ensanchaban. Parecía como si corriera fuego por sus venas en lugar de sangre.
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Ambos habían llegado a la segunda planta cuando las luces se apagaron mientras revisaban un puñado de medicamentos de la compañía que Zafiro había encontrado en una de las oficinas de uno de los médicos. Esperaban encontrar algún analgésico que pudiera serle útil, pero parecía que aquello tendría que esperar gracias al repentino apagón.
— Esto dice Nikolai en todos lados — gruño — y lo mejor será largarnos de una vez — agrego tomando un puñado de aquellos medicamentos y guardándoselos en las bolsas del chaleco, avanzo rápidamente por los pasillos — no creo que Nikolai quiera hacernos tropezar y hacer que nos lastimemos un dedo del pie
Solo conocía dos vías de salida de ese lugar, la ventana por la que Nikolai había saltado, y la puerta principal, tal vez hubiera más, pero no tenían tiempo de buscarlas, y sabia por experiencia, que los hospitales eran auténticos laberintos.
Escucharon como una puerta se abría en algún punto por debajo de donde ellos estaban, después el sonido de pasos húmedos seguidos de un escalofriante grito.
— No de nuevo — se quejó Zafiro
Carlos percibió aquella extraña sombra recortada por el brillo de las luces de emergencia, se trataba de una figura humanoide, encorvada y de grandes brazos con garras que rozaban el piso, la piel viscosa brillaba con el color rojizo de las luces que iluminaban la parte baja de los pasillos. Aquel ser parecía ser una rana enorme, aunque con afiladas garras.
— ¡A un lado! — exclamo Zafiro empujándolo, aquella criatura había extendido sus brazos y saltado contra ellos.
Zafiro comenzó a disparar en contra de aquel ser con aspecto de anfibio, Carlos disparo un par de ocasiones con el .357 de Jill, las balas se incrustaron en la viscosa piel del animal, el cual cayó al piso retorciéndose.
— ¡Corre! — exclamo Zafiro antes de que se escuchara un nuevo grito de otra de aquellas criaturas, seguido de otros dos. — esas cosas nunca andan solas.
Salieron al vestíbulo principal, Carlos busco algo para atrancar la puerta de las escaleras con algo, fue entonces que vio aquella lucecilla blanca parpadeante, perteneciente a un temporizador.
— ¿Eso es lo que creo que es? — pregunto Zafiro viendo la lucecilla blanca pegada a una caja adherida a la columna — maldito seas Nikolai — Gruño — Carlos olvídate de esa puerta, ¡vámonos de aquí!
Carlos asintió y salió corriendo por la puerta principal seguido de Zafiro, dejo de ser consciente de las cosas a su alrededor, solamente tenía la mirada fija en las puertas de cristal de la entrada, corrió más aprisa, el dolor de sus costillas había quedado de lado completamente, sintió el asfalto bajo sus botas cuando salió del hospital, la lluvia caía sobre ellos mientras corrían a toda prisa calle abajo, rumbo a la torre del reloj.
A una manzana de distancia de donde se encontraban, el hospital voló por los aires, la onda expansiva arrojo a Carlos y a Zafiro al asfalto mojado, el sonido de la explosión los había dejado aturdidos y algo desorientados.
Carlos se quejó un poco, sentía el cuerpo pesado, cuando abro los ojos encontró el cuerpo inerte de Zafiro justo encima de él. Zafiro se removió un poco sobándose los oídos.
— Lo siento — murmuro sentándose en el piso a su lado
— No te preocupes — le sonrió aguantando el dolor de las costillas — ¿estás bien? ¿Estás herida? — pregunto sujetándose el costado
— No, ¿Qué tal tú? — pregunto poniéndose de pie
— Solo me golpee las costillas — respondió tranquilo, Zafiro le tendió la mano para ayudarlo a ponerse de pie — No es nada grave, pero ese maldito de Nikolai casi lo logra esta vez. — suspiro viendo los restos del hospital arder en llamas, aquella estructura no era más que escombros.
Zafiro observo el derruido hospital, se sacudió las prendas y se puso en marcha, Carlos la siguió cojeando, sujetando el bolsillo donde había guardado la vacuna.
Jill... resiste ...
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Jill despertó horas después sintiéndose ella misma, estaba completamente adolorida, magullada, llena de raspones y con aquella herida en el hombro, pero estaba viva, la fiebre y el picor del cuerpo se habían ido completamente. No entendía que pasaba, juraba que estaba infectada, y que moriría siendo un zombi, pero estaba ahí, sentada en el borde del altar. Se miró las manos unos momentos tratando de entender lo que había sucedido.
Entonces vio el aplicador metálico en el piso, justo al lado del altar, rebusco en la capilla encontrando a Carlos dormido en una de las bancas de madera más próximas al altar, el pobre lucía agotado, y se sujetaba un costado. No sabía lo que había hecho, pero había encontrado una cura para ella. sintió algo de culpa, en algún lugar de Raccoon City había estado el antídoto para el virus T, sintió rabia al pensar que tal vez hubiera litros de aquella vacuna en algún lugar y, aun así, Umbrella había dejado morir a los ciudadanos de Raccoon. suspiro, no podía lamentarse en esos momentos, no todavía, ella estaba viva, y tenía que seguir adelante para salir de la ciudad junto con Carlos y Zafiro.
Y hablando de ella... ¿dónde demonios se habrá metido?
La capilla estaba desierta, a excepción de ella y Carlos, no se veía a Zafiro por ningún lado. Se preguntaba si se había marchado al ver que no podría sacarla con vida de la ciudad, o si había huido para no verla transformarse en un zombi.
Se reprimió a sí misma, Zafiro no era así, sin importar lo que sucediera, ella se quedaría hasta el final, además dudaba que fuera abandonar a Carlos a su suerte. Pero, ¿y si los de Umbrella habían logrado capturarla? Sintió un nudo en estómago.
No, ella no dejaría que se la llevaran, así como así, les hubiera dado batalla, no olvides su increíble poder Jill
Tal vez ella tuviera un increíble poder que le otorgaba el virus en su cuerpo, pero ¿y si Zafiro se hubiera entregado voluntariamente para protegerlos a ella y a Carlos? ¿o que se hubiera ofrecido a si misma a cambio de la vacuna? Se mordió el labio, rezando para que aquellos pensamientos solo fueran paranoia suya.
Escucho pasos aproximándose a la capilla, instintivamente tomo su Samurai Edge y apunto hacia la puerta de madera, observo como el pomo giraba lentamente, paso saliva, dispuesta a disparar si era necesario.
Bajo el arma al ver que se trataba de Zafiro, sus ropas estaban ligeramente empapadas por la ligera lluvia que caía en el exterior.
— ¿Jill? — susurro con los ojos llorosos corriendo para abrazarse a ella
— ¿Dónde te habías metido? — pregunto aliviada — por un momento pensé que los de Umbrella te habían atrapado
— El Daylight funciono… estas viva — sollozo limpiando sus ojos, per las lágrimas no paraban de brotar
— Estoy viva gracias a ustedes Zaf — le sonrió limpiando una lagrima de la mejilla de la chica.
Tenía tantas preguntas que hacerle, pero ya habría tiempo para ello, por ahora tenían que buscar otra vía de escape, y rezar por que Némesis siguiera mal herido y no pudiera perseguirlas.
Su estómago rugió de hambre, no había prestado atención a este detalle por la impresión de seguir con vida, además de ello su garganta estaba completamente seca. Zafiro sonrió de medio lado, se aproximó a un bulto improvisado con lo que parecía ser una cortina y saco algunas latas de fruta en conserva.
— Recupera fuerza — susurro tratando de no despertar a Carlos
Jill asintió tomando las latas, había escuchado vagamente que habían encontrado algunos suministros, eso había sido un golpe de suerte en esos dos días que duro inconsciente, pero tenían que hacer algo, las latas no durarían más de un día para los 3, el agua también era escasa, y nada garantizaba que si intentaban saquear un minisúper encontrarían algo para comer. Estaba claro que no vendrían más helicópteros por ellos, y, además de los alimentos, no contaban tampoco con suficiente munición para quedarse indefinidamente en la ciudad.
— Zaf, Tenemos que seguir — susurro — Debemos buscar una vía de escape... ¿tienes algún mapa en ese PDA que cargas?
— Si — respondió sorbiendo el almíbar de una lata — he estado revisando las vías que podríamos usar — agrego pasándole el PDA
Jill reviso el mapa con detalle unos momentos mientras terminaba de comer, lo ideal era dirigirse hacia el noroeste, a la planta depuradora abandonada de Umbrella, por experiencia sabían que la empresa jamás abandonaba por completo sus instalaciones, tal vez hubiera un radio para pedir ayuda, o algún vehículo de escape, alguna camioneta todo terreno, o tal vez algunas cuatrimotos, lo que fuera, y si no.… podrían seguir caminando por el bosque hasta dar con la autopista.
Jill le explico el plan a Zafiro mientras bebía algo de agua, ella simplemente asintió.
— Esperemos a que Carlos despierte entonces para marcharnos — susurro
— Quisiera revisar la zona antes — murmuro Jill — asegurarme de que esta despejada y es segura
— ¿Acaso quieres dejarlo atrás?
— Zaf, el ya se ha arriesgado demasiado, y necesita descansar más tiempo — suspiro Jill — la planta depuradora de agua de Umbrella no está lejos de aquí, si acortamos camino por el parque llegaremos más rápido, podemos ir, echar un vistazo, y volver por Carlos en una hora, dos a lo mucho. ¿Qué dices?
Noto la mirada de Zafiro, a ella tampoco le apetecía dejarlo, pero solo serían unos momentos. Noto la vieja máquina de escribir en un extremo de la capilla, justo al lado de la puerta. arranco la etiqueta de un lata y uso la máquina para escribirle un mensaje a Carlos en caso de que despertara antes de que ellas regresaran.
"02:50 01 de octubre 1998
Carlos, fuimos a revisar la planta depuradora de agua propiedad de Umbrella que esta al noroeste de aquí en línea recta, a unos 15 minutos andando aproximadamente, esperamos encontrar algún vehículo en el que podamos escapar o algo que nos sea útil. Volveremos lo antes posible. Espéranos, aunque sea un par de horas.
Si no hemos regresado al amanecer, asume que algo nos ha pasado y huye de la ciudad solo
Tenemos muchas cosas que agradecerte, quédate aquí y descansa un poco, lo necesitas, no tardaremos
Jill y Zafiro."
Jill dejo la nota donde el pudiera verla al despertar, junto con el revólver, por si necesitaba algo más de potencia de tiro. Tomo el lanzagranadas, solo le quedaba un proyectil, si Némesis seguía vivo aquel no bastaría para matarlo, pero esperaba a menos herirlo lo suficiente para poder huir de la ciudad. Aparto los mechones de cabello que cubrían la frente de Carlos, sonrió ligeramente.
— Que duermas bien — susurro
Observo a Zafiro, la cual simplemente asintió, ambas salieron de la capilla, y atravesaron lo que quedaba de la torre, para marchar en dirección al parque.
—
No se sentía realmente cómoda dejando atrás a Carlos, pero Jill tenía razón, ocupaban asegurar una vía de escape, o pedir ayuda de algún modo. Nath había mencionado que había un helicóptero en la planta depuradora de agua, y rogaba al cielo que así fuera, aunque no tenía ni la más remota idea de cómo pilotear un helicóptero, y dudaba que Jill supiera como hacerlo.
La lluvia se había convertido en una simple llovizna, Zafiro tembló un poco de frio por sus ropas empapadas de su viaje al hospital y de sus horas haciendo guardia, quizá aquello acabaría en un resfriado.
— ¿Dónde estabas? — pregunto Jill de repente — cuando desperté y no te vi en la capilla, pensé que quizá los de Umbrella te habían llevado con ellos
— No me hubiera marchado con ellos sin darles batalla y deshacerme de unos cuantos en el camino — respondió sonriendo de medio lado
— Por un momento lo pensé... mis ideas locas me dieron bastantes vueltas en la cabeza
— Estaba haciendo guardia — respondió — lo he hecho desde que te quedaste inconsciente para mantener a los infectados lejos de la capilla y evitar que nos rodearan
— ¿Qué hay de tu herida? Estaba segura de que la metralla de la granada te alcanzaría también cuando dispare contra el monstruo
— Y vaya que lo hizo — respondió tranquila mostrándole el lado desgarrado de su blusa — algo está pasando en mi Jill... el virus se propaga en mí cuerpo, mis heridas sanan más rápidamente ... me asusta… — susurro — tengo miedo de que algún día pierda el control y me vuelva un monstruo como Némesis
— Zaf, eso no pasara — murmuró Jill revolviendo su cabello — Eres más fuerte de lo que crees... y podrás mantener esa infección a raya, ya lo veras.
Zafiro asintió tallándose los ojos, no tenía tiempo de sentimentalismos en esos momentos, ya lloraría y patalearía de frustración cuando regresara a casa con Jill. bajaron por unas escaleras que las llevarían a una cisterna con un camino iluminado con farolas que la atravesaban de lado a lado. Aquel lugar había sido agradable para dar un paseo de día en el verano, pero de noche, y en la situación que estaba sumida Raccoon, se veía aterrador.
Noto los gestos de Jill en esos momentos, parecía como si tratara de escuchar algo, Zafiro se concentró, escuchando el sonido de las hojas meciéndose con el viento, las gotas de lluvia caer en el estaque y el puente de madera, lo escucho, parecía como si algo o alguien se moviera entre los arboles con bastante sigilo, entrecerró los ojos cuando estos cambiaron a un color rojizo, pudo escuchar con mayor claridad, no era uno de los monstruos de Umbrella, estaba vivo, y era humano.
Observo de reojo a Jill la cual asintió ligeramente, siguieron su camino con las armas fuertemente empuñadas.
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Nikolai había desquitado la frustración de perder la vacuna asesinando al penúltimo de los "jackals" que quedaban, el cual se ocultaba en el cementerio, solamente quedaba uno más y terminaría su trabajo, Umbrella tendría que negociar con él a cambio de toda la información recabada y que solo el poseería.
El último de los "jackals" se encontraba escondido en la planta depuradora de agua, solamente tenía que acabar con él, tomar sus datos y escapar en el helicóptero que estaba oculto en las instalaciones. Todo marchaba bien, a pesar de los contratiempos, o eso pensó hasta el momento en que vio a Jill Valentine y a Zafiro Engel deambulando por el parque, avanzando en la misma dirección a la que él se dirigía.
Nikolai considero en que no debería de sorprenderse de verlas, pero la realidad era muy distinta, de verdad había creído que Jill estaba muerta, el dolor en la expresión de Carlos al decir que él había tenido que acabar con ella le había parecido bastante sincero. Se hubiera podido dar cuenta de que Carlos mentía, si tan solo le hubiera dicho que Zafiro había muerto por la infección, pero el chico había pensado muy bien en su historia.
No importa, Carlos está muerto, yo provoque esa muerte al estallar el hospital, aunque Engel logró escapar, o puede que haya sobrevivido a causa del virus en su cuerpo.
Podría terminar las cosas rápidamente, levanto el rifle apuntándole a Jill, un solo tiro y terminaría todo, tendría que ser rápido y disparar contra Engel mientras esta permanecía en shock. Sonrió de medio lado, apuntando. Bajo el arma, la verdad tenia demasiadas preguntas que hacerles, ¿dónde había estado Jill mientras su amante brasileño correteaba por el hospital? ¿Cómo diablos habían estado esquivando por tanto tiempo a la mascota de Umbrella? ¿Y a donde creían que se dirigían exactamente?
Decidió seguirlas de lejos hasta que se le presentara una oportunidad sencilla de abordarlas, tenía que ser muy cuidadoso, no conocía las verdaderas habilidades de Engel, un descuido y acabaría muerto, o hecho prisionero por ambas mujeres, tenía que pensar más rápido que ellas, podría usar a Jill como escudo, había notado lo unidas que eran ambas chicas, posiblemente por ser supervivientes del equipo de STARS. Dudaba que Zafiro lo atacara si usaba a Jill como rehén, podía obligarla a tirar sus armas y tomar alguna posición en la que no fuera peligrosa.
Nikolai se ocultó entre las sombras, dejaría que se adelantaran y las pillaría con la guardia baja en mitad del puente, justo en terreno abierto. Sonrió satisfecho con el plan, avanzo lentamente tratando de no hacer ruido, pero ya no las vio, y a menos que hubieran echado a correr les daría alcance en poco tiempo...
— No te muevas — la voz de Jill era tranquila y firme, apuntaba el cañón de su 9mm contra su cabeza — suelta el rifle antes, si no te importa — agrego
Nikolai obedeció guiado por la impresión, ¿cómo se había dado cuenta de que las seguía? ¿En qué momento lo había rodeado y sin hacer nada de ruido? ¿Y Dónde estaba Engel en esos momentos?
La respuesta a esto último no demoro en llegar, Zafiro se acercó de frente a pasos lentos, empuñando su MP5 con firmeza, pudo notar el brillo rojizo de sus ojos observándolo con atención, sus pies apenas hacían ruido al caminar por la hojarasca del parque.
¿Cuánto saben realmente sobre mí?
— Por favor no me disparen, Jill, soy yo, Nikolai — dijo con voz temblorosa, tratando de doblegar el sentido común de Jill, Zafiro lo había visto en el hospital, pero si convencía a Jill de que no se trataba de él, la chica no podría hacer nada.
— Sé quién eres, y sé que trabajas para Umbrella — respondió Jill
— Oh, ¿pero tú no eres un simple soldado verdad? — dijo Zafiro sonriendo de medio lado
— Y bien Nikolai, ¿qué es lo que puedes decirnos de la operación "Mad Jackal"?
Ambas sabían algo de la operación, si mentía pradería algo de credibilidad, sobre todo con Jill, si jugaba bien sus cartas puede que incluso llegase a convencer a Zafiro de que él también era una víctima más de la compañía.
— Umbrella me envió a mí y a otros soldados a recabar información, pero no sabíamos que la situación iba a estar así de jodida — murmuro tratando de sonar convincente — jamás habría aceptado este trabajo de haberlo sabido, solo quiero salir de aquí con vida… lo demás no me importa
El cañón de la pistola seguía donde estaba, apuntando directamente a su sien, Zafiro lo vigilaba con atención, el brillo rojizo en sus ojos se hizo más notorio. Ambas eran bastante precavidas, puede que incluso Zafiro quisiera matarlo en ese momento.
— ¿Que sabes de la planta depuradora de agua que está cerca de aquí? — insistió Jill
— Nada… simplemente que es propiedad de Umbrella
— ¿Que sabes de la vacuna contra el virus T? — pregunto Zafiro
Nikolai sintió como se le encogía el estómago de coraje, pero trato de mantener las apariencias.
— Eso es imposible, no existe ninguna vacuna contra el virus T
— En ese caso yo estaría muerta — respondió Jill — seamos sinceros, demuestra que quieres ayudarnos y puede que lleguemos a un trato Nikolai. ¿qué sabes de la vacuna del virus T?
Sintió como la rabia bullía dentro de él, se sentía impulsado a actuar, torturarlas, deshacerse de ellas, pero no podía hacerlo, tenía que convencerlas de que solo era un empleado más de Umbrella, tenía que tener mucho cuidado con lo que decía o le pegarían un tiro, abrió la boca sin saber realmente que excusa poner… y fue entonces que la tierra justo bajo sus pies tembló. Se escuchaba un rugido de las profundidades mientras el suelo se sacudía. Jill aparto la pistola de su cabeza al perder el equilibrio, Zafiro por su parte había bajado la guardia también.
A pesar de lo desorientador y complicado que era mantenerse de pie, Nikolai dudaba que se tratara de un terremoto, el agua del estanque apenas y se movía, el temblor estaba localizado justo debajo de ellos, no había duda que se trataba de otra de las múltiples criaturas que rondaban la ciudad. Fingió un ataque de pánico y huyo gritando que se trataba de otro de aquellos mutantes y que huyeran. De ese modo se lo pensarían dos veces antes de dispararle a alguien que trataba de ayudarlas.
Recupero su rifle en la carrera y se alejó lo más que pudo, esperaba que ambas chicas se hubieran creído su actuación, o notaria un tiro en cualquier momento. Aun escuchaba el retumbar de la tierra, pero en donde se encontraba el piso había dejado de temblar. Estaba harto de aquella situación, se pondría a cubierto y les dispararía, podría matar a Jill sin problemas, pero antes le pegaría un par de disparos bien colocados a Zafiro para evitar que huyera o intentara atacarlo. Se ocultó detrás de un viejo roble y volteo en dirección donde estaban ambas chicas, apunto con el rifle mientras ellas se alejaban tambaleantes en dirección contraria de donde él estaba.
Van a morir de una buena vez, par de zorras
Una inmensa pared blanca emergió de la tierra impidiéndole la visión, levanto la mirada, aquello era un animal, una especie de gusano mutante con un cuerpo cilíndrico tan ancho como alto era un hombre, el carnoso cuerpo se elevó 5 metros en el aire antes de doblar la parte superior del cuerpo y mostrar una boca llena de afilados dientes. La criatura se movió, alejándose de donde él estaba.
Hacia Jill y Zafiro.
Estaba hecho, el gusano se encargaría de deshacerse de ellas, Dio media vuelta y se marchó de ahí en dirección a la planta depuradora, riendo entre dientes mientras maldecía a ambas chicas y a Carlos, deseando que ardieran en lo más profundo del infierno
—
No puede ser
— ¡¿Ji…Jill?! — exclamo Zafiro tambaleándose
Jill continúo corriendo por el borde del agua tratando de poner tierra entre el gusano carnívoro y ellas. Alcanzo a percibir de reojo como la inmensa criatura se dejaba caer en su direccion, apenas y tuvieron tiempo de saltar para alejarse de ella, el aroma a podredumbre que emanaba de la boca del gusano invadió su olfato.
Trato de alejarse más rápido, el gusano se ocultó nuevamente bajo tierra, haciendo que mantener el equilibrio fuera complicado nuevamente. Una granada no sería suficiente contra aquel mutante, tenía que pensar en algo más para acabar con el antes de que las matara.
— Zaf dirígete al estanque! — le grito — la piscina está formada por bloques de concreto, con suerte el monstruo se estrellará en ellos!
Zafiro asintió poniéndose de pie con dificultad, estaban cerca, Zafiro alcanzo la esquina del estanque, y se giró para esperarla, las bancas y los arboles delante de ella salieron despedidos por los aires, al tiempo que el gusano ciego emergía nuevamente de la tierra arrojando una bocanada de tierra húmeda, mostro su boca llena de dientes antes de abalanzarse contra ella. Disparo un par de veces con su 9mm en dirección al vientre de aquel ser, el cual desapareció bajo tierra. Era demasiado veloz, se situaría delante de ella nuevamente, estaba segura, no podría llegar a ninguna de las esquinas del estanque a tiempo, y vadearlo le llevaría demasiado tiempo, si ella no podía ir más rápido, tenía que retrasarlo. Observo a sus alrededores, que podía usar para obligarlo a ir más lento, arboles, bancas, farolas…
Había muchas farolas arrancadas del piso a punto de caer al estanque, si lograba atraer al monstruo hasta los pequeños charcos que se estaban formando debido a las grietas de la cisterna, y derribaba una de esas farolas, podría acabar con aquella criatura. Pero para ello tendría que hacer de carnada ella misma.
— ¡¿Jill que estás haciendo?! — exclamo Zafiro al verla dirigirse hacia uno de los charcos
La criatura se alzó delante de ella, solamente había una farola entre ella y el monstruo, y estaba a punto de tocar el agua, disponía de pocos segundos antes de que el mutante se lanzara contra ella. Comenzó a disparar contra la farola, los primeros tres tiros no dieron en el blanco, el cuarto emitió un sonido metálico al golpear contra la base casi arrancada de la farola, Zafiro disparo también, había entendido su plan. Los segundos pasaban lentamente. La séptima bala cumplió su cometido justo cuando el gusano se inclinaba para lanzarse contra ella.
La carne gelatinosa de la bestia aullante comenzó a chamuscarse al tiempo que Jill se alejaba, el animal se retorcía en agonía, comenzó a brotar un humo pestilente y nauseabundo del cuerpo del mutante.
Jill se alejó trastabillando, sujetando su hombro herido, trataba de contener las arcadas que tenía, provocadas por el pestilente aroma de la carne quemada del gusano mutante.
— ¿Estás bien? — pregunto Zafiro llegando a su lado
— Lo estoy — susurro cubriéndose la boca — voy a vomitar por ese aroma — gimió
— Alejémonos de aquí — respondió Zafiro ayudándola a ponerse de pie — Nikolai huyo a la planta depuradora de agua … estoy segura de que busca el helicóptero que está oculto
— ¿Hay un helicóptero ahí?
— No estoy segura de que aun este ahí, pero Nath asegura que es una muy grande posibilidad, si es así — suspiro — tenemos que seguirlo, y evitar que se lo lleve primero… puede que sea la última oportunidad que tenemos de salir de aquí, pero no quiero hacerme ilusiones
— Tranquila — sonrió Jill — saldremos de aquí… así sea a pie ¿entendido? — agrego — debemos tener cuidado, o Nikolai podría dispararnos por la espalda cuando menos lo esperemos. No es tan buen mentiroso como el cree
— ¿Entonces lo seguiremos?
— El plan no ha cambiado, pero tenemos que ser cuidadosas… Zaf, no me gustaría pedirte esto, pero puede que necesitemos de tus habilidades para sobrevivir a ese loco
— Déjamelo a mí entonces — sonrió
Jill asintió y continuo su camino en dirección a la planta depuradora de agua.
—
Carlos releyó varias veces la nota, observo el reloj, las chicas tenías más o menos media hora de haberse marchado, si se daba prisa les daría alcance, era peligroso que estuvieran solas. Sabía que Zafiro haría lo que fuera por mantener con vida a Jill, pero eso no lograba tranquilizarlo en absoluto. Ambas estaban solas allá afuera, y Nikolai estaba suelto, eso era lo que le preocupaba.
Quería entender por qué lo habían dejado atrás, posiblemente querían que descansara un poco más, se puso de pie y guardo el revolver atorándolo en su cinturón, sujeto con fuerza el rifle, estaba decidido a darles alcance a ambas chicas. Zaf había mencionado lo de un helicóptero al noroeste de ahí, posiblemente se tratará de aquella planta de Umbrella.
Se puso en marcha, tal vez las chicas pudieran hacer muchas cosas, pero estaba seguro de que no podrían pilotear un helicóptero.
