Es jueves de última actualización

Así es, llegamos al capítulo final de esta historia, agradezco a todos los que me han brindado su apoyo, y me dieron ánimos para seguir cuando sentía que ya no podía.

Espero esta historia haya sido de su agrado, y me gustaría conocer sus opiniones acerca de ella.

Los dejo entonces con el capítulo 18 y ultimo de esta historia

Muchísimas gracias a todos, besitos

Descargo de Responsabilidad: Los personajes de Resident Evil que aquí aparecen pertenecen a Capcom, solo la idea original de la historia y personajes originales que aquí aparecen son de mi autoría (y algunos prestados para trabajar aquí)

CAPITULO 18

Ambas estaban de pie, justo delante del pequeño puente de madera que unía a la parte trasera del Memorial Park con la planta alta de las instalaciones de Umbrella. Se tomaron un respiro para armarse de valor al ver las huellas húmedas que atravesaban el puente, era más que obvio que Nikolai ya estaba ahí. Zafiro miro a Jill asintiendo ligeramente, comenzaron a cruzar. Enfrentarse a una persona era más difícil que enfrentar a los monstruos de Umbrella, si querían salir con vida, más les valía que se mantuvieran alerta, con todos los sentidos listos para actuar.

Zafiro se quedó de pie unos momentos, el cabello de la nuca se le erizo, Jill la miro de reojo quitando el seguro de la beretta, definitivamente algo estaba mal. El sonido provino de sus espaldas, ambas se giraron de golpe encontrándose con Némesis a unos metros de distancia de ellas, la piel chamuscada y ennegrecida había comenzado a caerse en pedazos dejando a la vista los trozos de musculo, tenía el torso desnudo, por lo que podían ver con mayor claridad los tentáculos que salían de su espalda y se agitaban frenéticamente en el aire.

— ¡Staaaaaars! — rugió avanzando hacia ellas.

Zafiro vio el costado derecho del monstruo, ahí donde Jill había acertado con el lanzagranadas, la carne estaba hecha jirones, a diferencia de la suya que había sanado completamente.

— Dudo que eso haya mermado su fuerza — murmuro retrocediendo un par de pasos — es más, dudo que el maldito siquiera lo sienta.

— Tenemos que hacer algo, correr no es una opción, nos alcanzara antes de entrar a la planta depuradora

— Y cuál es el plan — murmuro

— Eso pienso — le reclamo Jill — dispara — dijo al fin

— ¡Las balas no le harán nada! — se quejó Zaf levantando el arma de todos modos

— No, pero lo distraerán — sonrió disparando contra de la cara del monstruo

Los blancos dientes de la criatura saltaron por los aires, rugió de frustración, Jill supuso que al menos algo debería de sentir, se lanzó contra el usando todo el peso de su cuerpo para arrojarlo sobre la baranda del puente. El monstruo trastabillo un poco mientras la baranda se partía bajo su peso, Zafiro la vio saltar y clavarle las botas en el abdomen, obligándolo a caer.

— ¡Estás loca! — le reclamo ayudándola a levantarse, había caído de lleno contra las planchas de madera del puente, buena parte del golpe la había absorbido su hombro herido — ¡pudo matarte!

— Lo sé — respondió sujetando su hombro — sigamos antes de que se le ocurra regresar — murmuro

— ¿Es mi imaginación… o parecía haberse hecho más grande?

— Eso solo quiere decir que está mutando — respondió Jill — y con mayor razón debemos irnos — agrego avanzando por el puente

Zafiro paso saliva, la verdad eso no era una idea bastante agradable, la puerta de entrada estaba abierta para su buena suerte, ambas entraron con las armas en alto, estaban en un corto pasillo con suelo de rejilla que giraba a la izquierda, ambas se tomaron un par de minutos para recobrar el aliento, ahora que la adrenalina había pasado, Jill había comenzado a temblar.

Zafiro sonrió con burla, camino un poco, dirigiéndose a la puerta más próxima, la cual tenía un letrero que anunciaba que se trataba de la sala de comunicaciones. Lamentablemente para ellas, necesitarían de una tarjeta de identificación para abrirla.

— Tenemos dos opciones — murmuro Zafiro — o nos largamos y buscamos otro plan para salir de Raccoon

— ¿O?

— O nos quedamos, buscamos la tarjeta y pedimos ayuda — agrego — claro si es que Némesis o Nikolai no nos matan antes

— Ambas opciones son un asco — se quejó Jill — pero la segunda parece ser menos mala … al menos se nos secaría la ropa después de esa llovizna. — suspiro — envidio a Carlos que esta calientito en la capilla mientras duerme.

Zafiro sonrió de medio lado, también ella comenzaba a extrañar los incomodos bancos de madera de la capilla, y la rugosa cortina.

Se movieron con cautela, pasando por todas las estancias en las que pudieron entrar, les sorprendía no haber encontrado casi cuerpos en ese lugar, a excepción de un hombre en una oficina de descanso, la mancha de sangre en la pared estaba comenzando a secarse, hasta hacia poco, aquel hombre estaba con vida, y era más que obvio quien lo había asesinado.

— Y si no nos andamos sin cuidado, nosotras también le haremos compañía — susurro Zafiro — pero… ¿dónde están los demás cuerpos?

— Quizá abajo — respondió Jill avanzando delante de ella, se aproximó a una puerta de seguridad, para su buena fortuna estaba abierta

— ¿No deberíamos de buscar aquí también? — pregunto Zafiro aproximándose a una consola de mandos, quizá encontrara algo para abrir todas las cerraduras en caso de emergencia

— Revisa entonces — dijo Jill entrando al amplio pasillo con la beretta en alto. Más adelante el corredor se estrechaba y giraba a su derecha. Decidió explorar un poco más antes de volver con Zafiro.

— ¡Quieta zorra! — le ordeno Nikolai a su espalda clavando su arma a la altura de los riñones de la chica — bueno suelta tu arma antes si no te importa — agregó con sarcasmo, Jill obedeció sin rechistar — date la vuelta lentamente, y mantén las manos donde pueda verlas

Jill hizo lo que él quería retrocediendo hasta el fondo de aquel corredor de espaldas, estaba más asustada de lo que quería demostrar cuando vio la desquiciada sonrisa y la manera de poner los ojos en blanco de Nikolai. Aún tenía el lanzagranadas colgado en su espalda, pero si intentaba tomarlo, el ruso vaciaría un cargador completo en ella, y todavía le daría tiempo de recargar.

— Creí que solo querías irte de aquí — murmuro tratando de sonar tranquila, tenía que ganar tiempo

— Quiero irme ahora, al fin tengo la información de todos los "jackals", a todos ellos los mate yo, y Umbrella solo tendrá que negociar conmigo, y yo seré inmensamente rico, ahora que estas aquí, mi éxito está más que asegurado

— ¿Yo? Pensé que ibas tras Zaf

— Y lo hago señorita Valentine, pero tu tomaste la vacuna, Carlos la robo porque ustedes se lo pidieron — la macabra sonrisa la estaba asustando más — Tu querida amiga hará lo que le ordeno si tu vida está en peligro, con ello puedo asegurarme de que ese pequeño monstruo coopere conmigo, y venga por su voluntad… definitivamente señorita Valentine, tu imprimes dinero… y a mí me gusta el dinero

Jill se distrajo debido al rumor de un trueno sobre su cabeza, era raro poder escucharlo a pesar del techo aislado, tenía que pensar rápidamente, no sabía que responder en esos momentos.

— ¿Por qué debería de decirte nada? Me vas a matar de igual manera

— Lo hare, pero será después de conocernos un… poco mejor — sonrió de medio lado apuntando el rifle a su rodilla izquierda antes de relamerse los labios — considero que aún tenemos bastante tiempo…

— Y espero no te moleste que interrumpa su reunión — dijo Zafiro a su espalda, sus ojos resplandecían de un color dorado rojizo

— Comenzaba a preguntarme donde te habías metido pequeño monstruo — respondió Nikolai confiado, Zafiro sabía que si hacia un movimiento en falso, el ruso desquiciado le dispararía a Jill. Tenía que distraerlo a cualquier costo

— Jill no sabe nada de una vacuna, Nikolai — respondió, noto que había captado su atención — ¿cuánto te ofrece Umbrella por esa muestra? — pregunto — ¿te ofrece más o menos de lo que te ofrece por mí? Tengo curiosidad… ¿cuánto te pagara Umbrella por entregarme con vida a ellos?

— Lo suficiente — respondió sin descuidar ningún momento a Jill

— En ese caso déjala a ella … y trata de venir por mi… si es que aún me quieres con vida — murmuro Zafiro descolgándose el MP5 del hombro y extendiendo los brazos a ambos lados

Nikolai sonrió con placer y disparo repetidamente contra ella, al menos había logrado que se alejara de Jill, la locura brillaba en sus ojos, ese hombre no se había desquiciado en la ciudad, él ya estaba loco desde antes.

Esquivo las balas haciendo uso de la increíble velocidad que le brindaba el virus. Observo fijamente a los ojos a aquel hombre, estaba cansada de él, no le había agradado desde que lo había visto en el tranvía, había intentado matarla en el hospital, trato de mentirles en el parque, y ahora simplemente había decidido que matarlas era lo mejor, o al menos a Jill.

Recordó la sensación de haber asesinado con sus manos a un hombre días atrás, al principio sintió nauseas, pero se sorprendió por el hecho de descubrir que deseaba hacerlo de nuevo, deseaba asesinar a Nikolai con sus manos. Se acercó a él sin perderlo de vista. Sus ojos se tornaron completamente rojos.

— ¿Zaf? ¡Zaf no! ¡Reacciona...! — la llamo Jill repetidamente — ¡Luna Zafiro Engel ¿puedes escucharme?!

Zaf se aproximó a Nikolai en un parpadeo, sujetando el cañón de su rifle de combate con una sola mano, observo fijamente a los ojos al hombre.

— Por qué no les das mis saludos a los altos mandos — susurro, su voz sonaba fría y metalica

— ¿Piensas que te dejare vencerme pequeña zorra? — gruño dándole un cabezazo en la frente, Zafiro trastabillo un poco

— ¡Zaf cuidado! — exclamo Jill

El trueno se hizo más fuerte al tiempo que pedazos de cemento y polvo llovían sobre ellos, Zaf salto a un lado instintivamente, al tiempo que Nikolai hacia lo mismo, varios tentáculos salieron del techo atrapando a Zafiro, uno de ellos comenzó a hacer presión en su cuello.

— ¡Zaf! — la llamo Jill al verla atrapada — ¡Zaf no!

— Ve…vete — gimió sujetando el tentáculo tratando de aliviar la presión en su cuello, iba a morir, estaba segura de que morirá en ese momento.

Cerro los ojos unos instantes, su vida paso delante de sus ojos, su vida en Londres, su vida escolar, los paseos con Victoria, su llegada a Raccoon, aquella noche con Wesker antes de la desastrosa misión en la Mansión. La promesa de sacar a Jill de la ciudad.

Aquel pensamiento fue fugaz, no podía morir ahí, volvería a casa con Jill como se lo había prometido a Chris, y comenzaría a rastrear el paradero del ex capitán de los STARS antes de que este hiciera algún movimiento.

Sus ojos emitieron un brillo rojizo al tiempo que una ola de energía emanaba de su cuerpo, sintió que la presión de su cuello disminuyó un poco, bajo la mano a su 9mm, con un rápido movimiento la saco de su funda y disparo repetidas ocasiones al tentáculo que la asfixiaba, y a los que lo rodeaban, observo el rostro deformado del monstruo, y escucho el rugido de frustración cuando logró escapar. Zafiro cayó al piso tosiendo frenéticamente, tratando de recuperar algo de aire.

— ¡Oh Zaf! — exclamo Jill colocándose a su lado — pensé… pensé que te mataría… yo…

— ¡No hay tiempo! — jadeo — ¿Dónde diablos esta Nikolai?

— Huyo aprovechando la confusión — respondió Jill — no pude recuperar mi arma a tiempo, lo siento

— ¡Preocupémonos por el después! — exclamo Zaf echando a correr en dirección contraria a la puerta de seguridad por la que habían llegado, no se atrevía a pasar debajo de los tentáculos que la buscaban incesantemente, a ella y a Jill.

Ambas corrieron al fondo del pasillo, llegando a una segunda puerta de seguridad enorme, mientras Jill luchaba por sujetar el lanzagranadas. Abrieron la puerta de golpe, entrando a un abismo obscuro. El olor las golpeo repentinamente como una bofetada, una amarga bofetada

— Creo que… encontramos a los cuerpos — murmuro Zafiro con una mueca de asco, terminaría por vomitar lo que había cenado — ¿qué hacemos ahora? este lugar es un vertedero, y no parece haber salida

— ¡No lo sé! — exclamo Jill comenzando a palpar los cadáveres de los trabajadores de Umbrella, revisando en sus pegajosas batas de laboratorio.

No había nada útil, lápices, bolígrafos, dulces, cajetillas húmedas de cigarrillos, una tarjeta de apertura, y probablemente la misma que habían buscado momentos antes.

— Esto es el colmo de la ironía — murmuro Zafiro escucharon los golpes en la puerta, el monstruo tenía tanta fuerza, que no tardaría en mandar a volar aquel trozo magullado de metal.

— Tenemos que correr — murmuro Jill

— ¿A dónde? Estamos atrapadas — le recordó Zafiro

— Solo me queda un proyectil de metralla, nos colocaremos junto a la puerta, en cuanto entre disparare…con suerte podremos escapar de aquí

— ¿Entonces…cual es el plan?

— ¡Correr cuando lo diga! — exclamo Jill guardando la tarjeta en su bota — esperar que la granada que queda lo retrase lo suficiente

Se colocó justo al lado de la puerta, calculando donde quedaría esta en cuanto se abriera, el plan no funcionaría si quedaban aplastadas.

La puerta se abrió de golpe, estampándose a pocos centímetros de donde ellas estaban, el Némesis entro con los tentáculos retorciéndose sobre su cabeza, estaba cambiando, aumentaba de tamaño cada vez más, Jill empuño el lanzagranadas y disparo en contra de la zona inferior de la espalda. El monstruo trastabillo y aulló la única palabra que sabía decir.

Salieron corriendo del vertedero, Zafiro tomo una de las granadas de fragmentación que llevaba en el cinturón, se había quedado un par de las que habían encontrado en la torre del reloj. Quito la anilla y la lanzo contra la cabeza del monstruo.

— ¡Corre! — exclamo

Sabían que aquello no lo iba a detener, pero necesitaban ganar algo de tiempo, al menos para comunicarse con alguien y pedir ayuda para Carlos, si ellas morían al menos querían asegurarse de que el estaría a salvo.

Llegaron a la sala de comunicaciones, Zafiro cubrió a Jill mientras esta usaba la tarjeta para abrir la cerradura magnética. Atravesaron el estrecho corredor corriendo, el cuarto de comunicaciones estaba despejado, algunas ventanas estaban rotas, pero parecía que la lluvia no había entrado al lugar, al menos los aparatos podían usarse.

— ¿Sabes cómo usar uno de estos? — preguntó Zafiro

— sabia como transmitir desde el que teníamos en la comisaria... Parece similar ... ¿Qué hay de ti? Joseph te estaba enseñando ¿no es así?

— Pero solo se hacer lo básico — respondió — recibir y transmitir nada más...

— Bien, no necesitamos nada más que eso — respondió Jill pulsando los botones

El sonido de un helicóptero acercándose invadió sus oídos, ambas de miraron extrañadas hasta que lo vieron ascender desde la planta baja, el helicóptero comenzó a disparar contra ellas. Ambas se ocultaron debajo del aparato de radio, el cual comenzó a emitir un pitido, seguido de la voz de Nikolai, parecía que al fin se había decidido a matarlas de una vez por todas. Zafiro gruño, de verdad estaba cansada de ese hombre. Jill intento negociar con él para ganar tiempo, pero no estaba funcionando.

— Supongo que estás cansado de nosotras — dijo Zafiro pulsando el botón de comunicación — creí que si nos capturabas te pagarían mucho dinero

— No vale los problemas que me han causado... Ustedes par de zorras merecen morir en agonía

— ¿los problemas que te hemos causado? ¿Y qué hay de los que tú nos diste a nosotros? — le reclamo

— Ustedes solo han estado en mi camino desde el comienzo... Arruinaron mis planes de ver agonizar a Mikhail hasta la muerte ... Sedujeron a Carlos para que hiciera lo que ustedes le dijeran...

— Estas comenzando a hartarme — gruño Zafiro

— Entonces quizá debería de acabar contigo de una buena vez — respondió Nikolai disparando contra ella

Zafiro uso su velocidad para esquivar las balas, una de ellas le rozo la mejilla, levanto la mirada, sus ojos brillaban de un intenso color rojo, estaba furiosa. Tomo la última granada de su cinturón y quito la espoleta con facilidad

— Vete al infierno maldito ruso psicópata — murmuro lanzando la granada contra el.

Un destello blanco las dejo cegadas por un momento, seguido de la explosión de la granada al hacer contacto con el helicóptero, el cual comenzó a girar sobre su propio eje, descendió a una velocidad estrepitosa y termino por estrellarse en el suelo, haciéndose añicos completamente, era imposible que alguien hubiera sobrevivido a eso.

— Zaf… ¿estás bien? — pregunto Jill mirando los restos llameantes del helicóptero por la ventana de la sala de comunicaciones

— Jamás me había sentido mejor — sonrió, Jill le dio un zape — ¿qué te pasa?

— ¡Acabas de explotar lo que pudo ser nuestro medio de escape de este maldito lugar!

— La verdad no me arrepiento — respondió sobándose la cabeza — Además, no es como si Nikolai lo fuera a ceder por su voluntad

Jill estaba por reñirla de nuevo, pero escucharon ruido proveniente de la planta baja de donde se encontraban, alguien subía por las escalerillas de aluminio que se encontraban en medio del cuarto de comunicaciones. Jill apunto con la 9mm al igual que Zafiro, pero ambas bajaron las armas al ver que Carlos asomaba la cabeza por el hueco del piso.

— Menos mal que las encuentro — sonrió terminando de subir, rompí una ventana para llegar a este lugar, vi el helicóptero estrellarse hace unos momentos, y me temí que ese monstruo las hubiera dañado…

— Esta vez fui yo la que voló el helicóptero — respondió Zafiro — era eso o que Nikolai nos matara a las dos

— ¿Nikolai? ¿Entonces… está muerto?

— Desde hace un momento — respondió Zaf encogiéndose de hombros

Jill estaba por reclamarle de nuevo, pero además quería preguntarle a Carlos qué demonios hacia ahí, se suponía que le habían dejado dicho que descasara un poco. La radio emitió un pitido, el cual sobresalto a Zafiro.

"Atención. El contagio en la ciudad ha sido declarado como incontenible. Las maniobras políticas para retrasar los planes federales han fracasado. Todo aquel ciudadano que aun pueda razonar, deberá abandonar la ciudad de forma inmediata. Los misiles serán lanzados al amanecer. Esto no es un simulacro. Este mensaje se envía por todos los canales disponibles y se repetirá dentro de cinco minutos"

Los tres intercambiaron miradas de incredulidad, ¿pensaban bombardear la ciudad?

— ¿Qué decías de no arrepentirte de volar el helicóptero? — murmuro Jill con sarcasmo

— Tal vez en estos momentos si me arrepiento un poquito — respondió rascando su mejilla

— Como sea, ¡casi no tenemos tiempo! — exclamo Carlos — ustedes busquen otro medio de escape, tal vez otro helicóptero, o algún vehículo que se mueva rápido… yo tratare de ponerme en contacto para ver si puedo retrasar el lanzamiento de los misiles, sea cual sea el resultado nos veremos abajo… esas escaleras llevan a un patio que esta después de atravesar un almacén con un enorme generador de energía y algunas piezas de maquinaria, podemos vernos ahí

— Bien — asintió Jill intercambiando miradas con él y con Zafiro, ambas chicas bajaron las escalerillas y se dirigieron a una puerta que las llevo a una sección del patio repleta de basura.

Llegaron al almacén que les había dicho Carlos, pudieron notar las piezas de maquinaria, pero lo que más resaltaba era el enorme aparato cilíndrico que estaba justo al centro de la habitación, aquello ni de broma era un generador de energía como había dicho Carlos, aquello se trataba de una especie de cañón laser de alta potencia.

— ¡No tenemos tiempo de admirar ese objeto… van a freír Raccoon! — exclamo Zafiro tirando del brazo de Jill

Un sonido atrajo su atención, era el sonido de algo grande y viscoso arrastrándose, Zafiro levanto la mirada al ver algunas gotas de una especie de líquido viscoso caer desde la parte alta del almacén.

— ¿es en serio? — chasqueo retrocediendo un par de pasos — ¡Tu de nuevo!

Némesis había mutado tanto, que su forma original era casi irreconocible, los tentáculos aún se agitaban sobre lo que suponía era su cabeza, pero no tenía ninguna forma reconocible, y su cuerpo con aquella textura de una enorme cicatriz desprendía pequeñas burbujas que, al tronar, disparaban chorros de líquido.

Aquella grotesca criatura ya no tenía interés en perseguirlas, había perdido toda su inteligencia volviéndose algo puramente bestial, solo guiada por sus instintos, los cuales era recuperarse y alimentarse. Aquel monstruo se dirigió hacia el cuerpo de lo que parecía ser una especie de Tyrant de piel grisácea, Zafiro supuso que sería uno de los tyrants que Umbrella había soltado al norte de la ciudad para evitar el paso de los federales, y los cadáveres de los soldados esparcidos por el lugar, confirmaba un poco aquella teoría.

Escuchaba el sonido de aquel ser alimentándose de la carne del Tyrant, los tentáculos se retorcían sin control, y aquellas burbujas aparecían continuamente en la superficie de su cuerpo.

Estaban en problemas, ambas solo llevaban las 9mm con ellas, Jill había soltado el lanzagranadas al salir huyendo del depósito de cadáveres, de nada servía llevarlo con ella si no quedaban más proyectiles. Y Zafiro había olvidado levantar su MP5 del suelo después de zafarse de los tentáculos de Némesis.

Zafiro levanto la mirada, observando el cañón laser, sonrió con malicia y satisfacción, mirando a Jill a la cara.

— ¿También lo estás pensando verdad? — pregunto Zafiro, un aullido ensordecedor invadió el espacio, aturdiéndolas

— Creo que si… veré si puedo echarlo a andar… pero trata de entretenerlo unos momentos — murmuro Jill tendiéndole su samurái Edge

— Avísame cuando me tenga que agachar — dijo Zafiro tomando el arma con la mano izquierda, mientras que en la derecha sostenía firmemente la suya.

Jill se dirigió al panel de control del cañón laser, mientras Zafiro observaba a la criatura, la cual lentamente se giraba para seguir con su persecución, Zafiro levanto ambas armas y disparo, los primeros proyectiles dieron de lleno en la babosa carne del monstruo, un líquido negro broto de ellas. Zafiro continúo disparando, acertó en un par de aquellas burbujas, el monstruo se retorció, Zafiro se centró en dispararle a las burbujas, hasta que escucho el sonido de una turbina que ganaba velocidad poco a poco. El aire comenzó a calentarse, Jill le grito a Zafiro que se apartara.

— Stars — susurro Zafiro con sarcasmo antes de que el potente rayo saliera disparado hacia aquel bulto grotesco de carne. Aquello había asesinado a Brad, las había perseguido por toda la ciudad, había infectado a Jill, herido a Carlos, destruido su primer medio de escape. Y solo porque Umbrella así lo había programado

La carne del monstruo, que hasta momentos antes había sido resistente, comenzó a achicharrarse y desprenderse, el rayo derritió capas enteras de tejido y hueso. La criatura se había convertido en una bola de carne humeante e inerte en medio del almacén. La máquina se sobrecalentó y se apagó en automático, la computadora emitió un aviso de sobrecarga, y el tiempo estimado de enfriamiento. Como fuera, no importaba, no lo usarían de nueva cuenta. Se dirigieron a la salida, el sonido de la criatura arrastrándose hacia ellas las puso en alerta.

— ¡Es que acaso no se muere! — exclamo Zafiro — larguémonos… y dejémoslo aquí

Jill tomo un revolver de uno de los cuerpos de los militares, levanto el arma mirando a aquella bola de carne chamuscada con seriedad.

— ¿Quieres STARS? — pregunto secamente — Yo te daré STARS — agrego disparando un par de veces contra aquella masa amorfa, la sangre comenzó a brotar a borbotones, y la criatura dejo de moverse al fin

Jill y Zaf salieron de ahí, llegaron al patio que Carlos les había indicado, pero no se veía ningún vehículo a la vista, y el cielo estaba comenzando a clarear. La puerta detrás de ellas se abrió, Carlos se aproximó a ellas, lucia agitado.

— Se terminó Carlos… no escaparemos a tiempo

— Pero ¿qué dices? Si vienen específicamente por ustedes

— ¿Qué estás diciendo? ¿Quién vendría a buscarnos específicamente a ambas?

— No lo sé, pero estará aquí pronto — respondió Carlos

Un helicóptero apareció en el cielo, Carlos le hizo señas para indicarle donde aterrizar, las chicas se miraron extrañadas, pero no había tiempo de hacer preguntas. Subieron al helicóptero, no podían ver bien al piloto, usaba gorra y unas gafas obscuras, en ningún momento volteo a verlas, Zafiro había esperado que se tratara de Nath, pero no era así.

— Gracias… no tiene idea del gran favor que nos ha hecho

— No podía dejarlas ahí — respondió el piloto sin voltear a verlas, los ojos de Jill se abrieron como platos al reconocer su voz — ¿O es que querías ser un Sándwich Asado de Jill?

— ¡¿Eres tú?!

— ¡¿Barry?! — exclamo Zaf — ¡por dios! Pensé que estabas en Francia con Chris

— Ya habrá tiempo de contarles cuando bajemos a tierra, lejos de este infierno

Zafiro sonrió y se asomó por la ventana, fue entonces que lo vio, aquellas estelas blancas que se dirigían a la ciudad.

— Están llegando — murmuro Jill

— Así es — respondió Barry manteniendo la vista al frente

Los misiles explotaron, levantando una gran bola de fuego, la onda expansiva comenzó a avanzar, llevándose con ella todo lo que tenía a su paso, Zafiro cerro los ojos, imaginando como todo lo que conocía y había considerado su hogar se volvía cenizas bajo la ola de fuego. Apretó los puños, las lágrimas rodaron por sus mejillas, estaba acabado, todo había terminado, al menos por esos momentos.

Umbrella pagaría, y lo haría con intereses, ellos habían destruido su apacible vida, ella destruiría su apacible negocio. El helicóptero se sacudió cuando la onda sonora los alcanzo, Barry maniobro con habilidad y logro estabilizar la aeronave.

— Salgamos de aquí — murmuro dirigiéndose al este

Epilogo

El helicóptero aterrizo justo al centro de la marca de color amarillo brillante, Carlos entreabrió los ojos cegado por la luz de la mañana, estaba sentado en medio de ambas chicas, ni siquiera se había percatado cuando se había quedado dormido. Jill y Zaf estaban recargadas en sus hombros, Zaf incluso sostenía su mano con firmeza. La destrucción de la ciudad las había afectado demasiado, no solo porque Umbrella se había salido con la suya, sino porque era su hogar el que habían borrado del mapa.

El piloto, Barry lo habían llamado ellas, parecía muy amigo de ambas chicas. Abrieron la compuerta del helicóptero desde fuera, Nath, el guardaespaldas de Zaf estaba ahí para recibirlos. Zafiro abrió los ojos lentamente, topándose con la mirada de Carlos el cual le sonreía cálidamente.

— Buenos días — susurro

— ¿dónde estamos? — pregunto Zafiro tallándose los ojos

— en algún lugar al sureste de las montañas Arklay — respondió Nath — bienvenidas

Zafiro bajo del helicóptero y se abrazó del cuello de Nath, sus ojos se llenaron de lágrimas.

— ¡Creí que iba a morir! — sollozo

— tranquila... — la consoló acariciando su cabello — Todo termino por ahora Zaf. Lo hiciste muy bien.

— Nath… la ciudad... Todo Raccoon ... — gimoteo

— Umbrella no podrá ocultar esto...

— Supongo que este es el "niñero" que habías mencionado — murmuro Jill bajando del helicóptero, se froto los brazos, la brisa de la mañana era bastante fresca, pero su suéter blanco que traía colgado a la cadera estaba completamente arruinado para usarlo

— Es un gusto verla con vida Señorita Valentine — respondió Nath — Soy el teniente Nathaniel McCabe, guardaespaldas privado de la familia Engel, y por ahora de Luna "imprudente" Zafiro Engel

Zafiro le dio un tirón a la barba del irlandés, inflando una mejilla.

— Gracias por la bienvenida, Teniente — respondió Jill, sabía que Zaf había entrado en la ciudad solo con la finalidad de buscarla — Usted y sus hombres se arriesgaron tanto solo por mí, y por el capricho de esta niña imprudente

— ¡Oye! — le reclamo Zafiro, inmediatamente después estornudo

— Deberíamos entrar — dijo Nath tranquilamente colocando una chaqueta encima de Zaf— tu chaqueta militar se arruino por lo que veo — respondió tranquilamente — tal vez la señorita Valentine desee usar esta — agregó tendiéndole una chaqueta de cuero de color café con un ángel bordado en la espalda

— ¡¿La chaqueta preferida de Chris?! — exclamo Jill tomándola, sintiendo el fresco cuero en sus dedos

— ¿De dónde sacaste eso? — pregunto Zafiro

— La encontré en la estación cuando buscábamos a la mujer del vestido Rojo… supuse que sería útil llevármela al menos para no pasar frio en la noche.

— Gracias — susurro Jill cubriéndose los hombros desnudos con la chaqueta, cerró los ojos suspirando, sintiendo el fresco tacto del cuero en su piel. Aún tenía un ligero aroma al perfume de Chris, a pesar de todo el tiempo que se quedó en la estación

— ¡Hey chico… toma esto! — exclamo Nath quitándose su chaqueta y arrojándosela, Carlos la atrapo en pleno vuelo, pero el esfuerzo lastimo sus costillas — Bien vamos adentro … señor Burton, buen trabajo

— Les dije que no regresaría sin ellas — respondió Barry riendo, quitándose la gorra y las gafas — bien chicas necesitan un buen descanso — agrego revolviendo el cabello de ambas

— También un buen baño — respondió Saine uniéndose al grupo acompañado de una chica que era visiblemente idéntica a el — los tres necesitan un baño — agrego

— No deberías de ser tan grosero Saine — lo riño la chica tirando de su oreja — Bienvenidos, me alegro de que hayan podido escapar con vida y justo a tiempo — sonrió, Zafiro la miro extrañada, la chica hablaba con un marcado acento francés — Lo siento… debí presentarme antes… mi nombre es Asaine du Pont, soy la hermana menor de Saine, y conocida de Monsieur Burton y Monsieur Redfield

— Mucho gusto — respondió Zafiro sin asimilar la información recibida, ¿Saine tenía una hermana? ¿Por qué los apellidos no coincidían entonces? — Por cierto… ¿dónde estamos?

— En un pequeño hotel de Milwaukee, nos encargamos de hacer una pequeña base de "operaciones" aquí — respondió Nath bebiendo de una petaca que llevaba con el

— Monsieur McCabe… le dije que si seguía bebiendo así enfermaría — dijo Asaine con un ligero tono de preocupación — no entiendo como madeimoselle Engel les permite ser así… en especial a usted y mi hermano

— En realidad, no me importa si cumplen su trabajo — respondió Zafiro — a todo esto… ¿Cómo demonios hicieron para no molestar a los demás inquilinos del hotel?

— Solo rentamos todo el edificio completo con servicio de restaurant y bar

Zafiro suspiro, la verdad no le importaba que hubieran rentado el lugar entero, en esos momentos no le importaba si se trataba de un hotel o un simple cuarto en un motel de carretera, ella lo que quería era darse un baño, comer algo que no fueran frutas enlatadas, quería echarle el diente a un buen trozo de carne. Y después, dormir por al menos tres días.

Saine los guio a unas habitaciones que estaban desocupadas, Zafiro se sorprendió de lo amplias que eran.

— Mandare a que te traigan algo de ropa nueva — dijo con tranquilidad — hare lo mismo con la señorita Valentine y el señor Oliveira, además de conseguirles un buen medico… y analgésicos fuertes, Nath me comento de la posibilidad de que el chico tuviera las costillas rotas.

— ¿Cuándo llegaste? ¿Y desde cuando tienes una hermana? — pregunto Zafiro cerrando la puerta de la habitación para que nadie entrara

— Llegue aquí cuando conseguí la información sobre el Daylight — respondió — esperaba que pudieran conseguir la muestra y poder analizarla … pero me temo que se tuvo que usar — suspiro con resignación — como sea, de verdad me alegro de que hayan salido con vida … y respecto a lo otro… tengo una hermana desde hace 20 años que es la edad de Asa, conoció a Barry y a Chris cuando este último le ayudo a destrabar la cortina de su pequeña cafetería cerca de las oficinas centrales de Umbrella… no tienes idea de la cantidad de información que me ha filtrado — agrego — como sea deberías de tomar un baño y bajar a comer algo después

Zafiro se quedó sola en la habitación, observo la cama, estaba demasiado tentada a tumbarse y dormir, suspiro desvistiéndose y arrojando su ropa desgarrada y manchada de sangre a un rincón, sintió alivio al deshacerse del cinturón de combate con el peso de ambas 9mm y el PDA.

Entro bajo los chorros de agua, sintió como la sangre y el polvo comenzaron a resbalar por su piel, se lavó el cabello un par de veces y paso el jabón por su cuerpo, aquella ducha, aunque rápida, había sido la más placentera que había tenido en toda su vida.

Se vistió con la ropa que habían dejado para ella en la cama, y se reunió con los demás en el restaurant del hotel, Nath se puso de pie con una cámara instantánea que había estado ocultando debajo de la mesa. Querían una foto para el recuerdo. Se juntaron alrededor de la cámara, Zafiro, Jill y Carlos estaban al centro apretujados por Nath, Saine, Barry y Asaine. Después, Carlos, Jill y ella misma comieron hasta saciarse, se sorprendieron la cantidad de alimento que ellos solos habían ingerido. Uno de los encargados subió de pronto el volumen de la TV que tenían.

Zafiro supuso que todos los noticieros hablarían del incidente, el gobierno no podría ocultar eso, Umbrella no saldría bien librada de ello. Más de 100,000 personas habían muerto en la ciudad, claro que fueron muy cuidadosos en no revelar qué clase de epidemia se había desatado en Raccoon.

Zafiro sintió un nudo en el estómago, sus ojos emitieron un destello rojizo por unos instantes, pronto los STARS supervivientes estarían juntos, y pronto comenzarían a moverse en contra del gigante farmacéutico.

Zafiro observo la foto unos momentos, se sorprendió de lo agotada y desgastada que se veía en esos momentos, Nath les indico que descansaran todo lo que fuera necesario, ya habría tiempo de hablar más tarde. Zafiro asintió sin discutir, Nath le revolvió el cabello antes de que entrara en su habitación

— Bien hecho… Reaper — murmuro, Zafiro sonrió de medio lado cerrando la puerta detrás de si

Se tumbó en la cama de la habitación, quedándose profundamente dormida, no tenía por qué estar alerta a cualquier ruido, no tenía por qué tener su arma a la mano todo el tiempo, cuando despertara, lo haría en un lugar seguro, y no habría infectados pestilentes rondando el área. Por primera vez en días, tendría un sueño tranquilo, por fin apreciaba aquellos pequeños detalles de la vida. Había aprendido de mala manera que no existía luz sin obscuridad, y ella había quedado en medio de la lucha de ambas, pero en esos momentos no le importaba nada, solo descansar y reponerse de aquel mal sueño que habían vivido las últimas 56 horas.