"Mi último aliento"
Universo alterno
¡Hola!
No estaba muerta, andaba de… je, je, je olvidenlo.
Primero que nada una enorme DISCULPA por no aparecerme por aquí durante meses. Lo siento, lo siento, lo siento, una disculpa, no quise hacerlo, no me maten, aún soy joven… bueno entienden la idea. Es sólo que hubo MUCHAS cosas que no me dejaban continuar, pero aquí estoy de regreso y como supongo que ya se olvido la historia (en realidad tampoco yo recordaba todo ) he vuelto a poner otra vez los capítulos desde el principio, algunos mejorados. Espero que sean comprensivos. Será un S&S con algo de otras de las parejas favoritas, se aceptan sugerencias. Actualizaré lo más rápido que pueda, así que por favor no desesperen, estaré esperando su opinión. Saludos a todos, ya los extrañaba (me estoy poniendo sentimental), pero no les quito más tiempo.
Capítulo 1- Cambios
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Las montañas se elevaban en aquel bello paisaje, formado por esplendidas colinas verdes y árboles que adornaban el paisaje, contrastando con un hermoso azul del cielo.
En lugar sería objeto de gran fama y admiración por otros pueblos, no por la belleza de sus praderas, riqueza de vegetación o el ambiente de jovialidad que se vivía. Se admiraba por el imperio que albergaba. En un tiempo en el que se creía en la magia, en la superstición.
Un joven imperio, pero con grandes esperanzas para su futuro. Los campesinos, aldeanos y demás gozaban de ciertos privilegios que en ningún otro lugar podían conseguir, incluso los más pobres poseían tierras y jamás nadie moriría de hambre o sufriría alguna injusticia. O por lo menos, si lo hizo jamás se supo. Era como un lugar ideal donde vivir su nombre era Haruko, que en japonés significa: primavera.
El imperio estaba conformado por varios pueblos que se extendían a lo largo del territorio. En el centro estaba el pueblo más grande y en su centro el palacio, que albergaba al Emperador. El palacio era de piedra en su totalidad cubierta con fino mármol, lucía toda su belleza. Decorado con magnificas obras traídas de todas partes del mundo, la mayoría eran regalos de reinos lejanos, otros eran traídos por los comerciantes. En los mercados y parques la gente convivía, no había grandes problemas, todo estaba en paz.
Se decía que ese imperio casi perfecto, era cuidado por algo muy especial, una magia los protegía a todos los habitantes y por supuesto el emperador. Magia que provenía de un objeto muy especial que yacía en uno de los salones principales del palacio. Su poder era enorme, era capaz de construir mil cosas, pero también tenía el poder de destruirlo.
Ese imperio también era conocido por su gobernante. Los rumores en todo el imperio lo describían como un hombre fuerte, decidido, astuto, inteligente, gentil y bondadoso. Los que lo conocían no negaban que los rumores eran ciertos, era un buen hombre, respetado y admirado por todos.
El emperador era un hombre de unos 25 años de edad, bien entrenado como guerrero, pero también educado en todas las artes. Su cuerpo era delgado, alto, piel blanca, cabello negro azulado y ojos del mismo color.
Cuando debía hacerlo se comportaba como todo un gobernante, pero cuando no era necesario le gustaba divertirse y en otras ocasiones era todo un verdadero misterio. Su nombre era Li, Clow Li.
Sólo él tenía acceso a la habitación donde se resguardaba aquel mágico objeto. No era que él lo deseará, pero aquel objeto parecía tener vida propia y no dejaba entrar a nadie más.
.- Señor - habló un hombre al emperador.
.- ¿Que pasa Yue? - preguntó mientras ambos caminaban por uno de los corredores del palacio.
Yue era el primer ministro del imperio, algo raro, pero así era. Casi igual que alto que el emperador sólo que a comparación de él, Yue era más serio, era muy entregado a su trabajo. Ojos y cabello casi plateados, una de las personas a las que Clow tenía total confianza y que siempre velaban por el imperio y por su emperador.
.- Los miembros del parlamento quiere hablar con usted.
.- ¿Pasa algo? - se detuvo y miró al ministro. Este hizo lo mismo.
Eran buenos amigos a pesar de las posiciones. Li decía que no quería esclavos, quería gente con quien convivir. Los miembros del parlamento tenían cierto poder de decisión, pero la última palabras la tenía el emperador y en caso de que el no pudiese, era Yue.
.- Parece que insisten en la idea de una compañera para usted... - en su tono de voz y por sus gestos, Clow noto que a Yue no le agradaba la idea, nunca lo hizo. Por eso había evitado decir esposa o emperatriz.
.- Entonces veremos que pasa - dijo sonriendo Clow.
Los miembros del parlamento tenían ya mucho tiempo hablando sobre el tema, apreciaban a su emperador, pero decían que era necesaria la herencia, necesitaban un heredero al trono. Para la edad que Clow tenía les parecía muy malo que no tuviera esposa e hijos, sobre todo por la época en la que se acostumbraban casar a edades muy tempranas.
Entraron al salón de reuniones, de nuevo Clow escucho las quejas de los miembros que insistían lo mismo, un heredero. En momentos Clow sólo reía como si le pareciera divertido todo aquello.
.- ¡Majestad! - con respeto se levantó una voz - no lo tome a la ligera, es importante lo que queremos. En los últimos meses se han escuchado rumores sobre un reino que quiere guerra, si hay una guerra y si algo le pasa a usted - dijo con voz baja - que nadie lo desea - luego subió la voz - quién se quedará a cargo del imperio - hablaba con solemnidad una mujer. De las más respetadas en el imperio, con facilidad doblaba la edad de Clow, pero sus años sólo habían dejado más sabiduría en ella.
Clow sólo rió un poco más disimuladamente, mientras Yue permanecía serio, sin dar opinión de nada.
- Esta bien señores, creo que realmente les preocupa la situación, espero que todo sean rumores solamente - Sabía que no eran sólo rumores, él mismo había mandado a investigar al comandante del imperio, cuando sintió una energía desconocida en el lado Sur del imperio.
.- Pero como realmente es importante para ustedes - vio a todos asentir ligeramente - escogeré a una compañera.
Las sonrisas en los labios no se hicieron esperar.
.- Pero ¿quién? - finalmente habló Yue.
Esa pregunta tomo por sorpresa a todos, sabían que era necesario, pero ¿quién? Había muchas naciones que con gusto ofrecerían a una princesa para ese imperio.
Con su eterna sonrisa Clow sonrió - la magia la elegirá.
Todos lo vieron con duda.
.- ¿Qué quiere decir Majestad?
.- Recuerden que somos protegidos por la magia, la misma que me eligió, elegirá a mi compañera.
.- No entiendo - pregunto la mujer de mirada rojiza.
En aquel entonces no importaba mucho el amor o por lo menos no tanto en el amor de los reyes, se casaban por conveniencia de las naciones. Pero ese era un lugar muy especial, así que la mujer que llevara el titulo de emperatriz debía ser demasiado especial y no sólo una princesa.
.- La misma magia que me eligió a mí, elegirá a mi esposa, durante todos estos años nos ha guiado en un camino de paz y prosperidad, no se equivocará al escogerla.
Yue lo vio, Clow tenía la mirada seria y decidida, eso significaba que era lo que realmente pensaba hacer. Pero también una duda entro en su mente, tal vez no era la mejor solución, tenía dudas respecto a eso.
Todos los miembros del parlamento estuvieron de acuerdo, creían en la magia, esa magia les dio un buen gobernante y les daría la herencia que necesitaban. Todos salieron del salón de reuniones contentos por la decisión, sólo se quedaron el emperador y Yue.
.- ¿Pasa algo Yue? - Clow ahora sólo sonreía, por lo pronto no le causaba ninguna emoción saber que se escogería a su futura esposa.
.- Señor, sabe que no es una buena decisión. Ambos sabemos a que tipo de persona se escogerá.
.- Cierto - confirmo aún con una sonrisa.
.- ¿Por qué quiere continuar? - preguntó muy serio y esperando una respuesta que lo convenciera.
.- Yue, necesitamos un heredero, no seré eterno - dijo esto como si supiera algo que Yue no - además necesito a alguien a mi lado.
.- ¿Porqué no simplemente la escogió usted?
.- Porque no hay a quién escoger, no sé lo que es el amor, no hay nadie en mi vida, sólo amo a mi pueblo y sé que la magia sabrá quien es la más indicada para continuar con una nación prospera - Su voz se hizo más seria mientras se colocaba en una de las ventanas del salón. Desde donde veía perfectamente una gran parte del imperio.
.- Como desee - fue lo último que dijo Yue. Pero sabía que la manera de escoger a la futura emperatriz podría no ser la mejor forma.
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.- Es hermoso - decía una chica admirando lo que a partir de ahora sería su nuevo hogar.
Camino por el lugar y dejo sus maletas en la puerta, explorando un poco. Era una habitación mediana color azul cielo que tenía una pequeña sala, más adelante una puerta y al abrirla se dio cuenta que era su alcoba, era un especie de departamento. Se sentó en la cama sintiéndola muy suave, había también una cómoda, un escritorio mediano, y más allá un tocador con un enorme espejo de cuerpo completo, y al fondo el cuarto de baño. Y lo que más le gusto fue que su habitación tenía un pequeño balcón.
.- ¿Le gusta? - escucho decir a una voz femenina desde fuera.
.- Me encanta - dijo emocionada mientras salía.
.- Entonces...
.- Me quedo - dijo feliz.
.- Me alegro - le sonrió. Era una chica de unos 18 años de edad, de cabello y ojos oscuros, parecía muy gentil.
.- Le agradezco mucho...
.- Akemi Laki - completó la chica.
.- Mucho gusto - le ofreció la mano - soy Sakura Kinomoto.
.- Es un placer tenerla aquí. Ahora la dejo para que se instale.
.- Gracias.
.- Es perfecto - dijo Sakura. Tomo su equipaje y lo llevo a su cuarto.
Por un momento se miró al espejo. No parecía una chica de su edad, ahora parecía ser mucho menor, a sus casi 16 años, parecía apenas alcanzar los 14 o 15. De cuerpo esbelto, mirada alegre, cabello largo, castaño y con algunas ondulaciones al final, piel blanca y ojos grandes con un verde, poco común.
Esta sería su nueva vida. Había ido a vivir a China, a terminar sus estudios de preparatoria, además de otras cosas. Se hospedaría en una casa de estudiantes que iban al mismo colegio, uno de los más reconocidos en el mundo, pero eso era lo atractivo y a la vez lo que menos importaba. Su familia estuvo de acuerdo en dejarla ir, aunque a su hermano no le hizo gracia, pero sabía que debía hacerlo.
Arreglo sus cosas y decidió bajar.
.- ¿Lista?
.- Claro - contestó feliz.
.- Bien. Por allá esta la cocina - la condujo hasta ella - normalmente tenemos una hora para comer, pero en caso de que tengamos alguna otra cosa que hacer, puedes prepararte tu misma la comida. En muchas ocasiones todos comemos fuera ya que hay mucha tarea que hacer, así que no te sorprendas si no encuentras a nadie.
.- Por ahora todos estarán aquí, porque es principio de semestre y no hay demasiado trabajo, así que te presentaré con todos.
.- ¿Cuántos son?
.- Somos 5, incluyéndome, no te preocupes pronto los conocerás.
.- Gracias.
.- ¡Hay alguien en casa! - se escucho decir una voz masculina desde el recibidor.
.- En la cocina - contesto Akemi.
.- ¡Hola! - saludo al ver a Sakura.
.- ¡Hola! - contestó el saludo mientras lo veía.
Era un chico de unos 20 años de edad, de su estatura, delgado, ojos claros y cabello castaño, que traía algo despeinado.
.- Mi nombre es Hisaki Isao
.- Soy Sakura Kinomoto.
.- La nueva, supongo.
Sakura sólo asintió sonriendo.
.- Bienvenida, te aseguro que este lugar te encantará.
.- No lo dudo.
Estuvieron hablando un rato en el que Sakura supo que Hisaki estaba ya en la universidad muy cerca de ahí, estudiando Ingeniería.
Cuando aún hablaban se escucho a alguien entrando.
.- ¡Hola! - saludaba una chica, seguida de otra.
Los demás contestaron el saludo y continuaron con las presentaciones.
.- Soy Chiaki Emikio - una chica baja de estatura, delgada, cabello negro y muy largo, ojos negros y lentes. Bastante sonriente.
.- Yo me llamo Ikue Junko - una chica alta, cabello rubio y despampanante figura a decir de los chicos que la conocían, de mirada alegre y parecía muy simpática.
.- Ya sólo falta que conozcas al último habitante - dijo sonriente Akemi.
.- Bien chicos – interrumpió la voz de Akemi - por ahora debemos dejar descansar a nuestra nueva inquilina.
.- Claro, nos ofrecemos para mostrarle el lugar - grito animada Ikue abrazando a Hisaki.
.- ¿Ofrecemos? - preguntó muy bajito Hisaki a Ikue.
.- ¿No quieres ser descortés? - dijo entre dientes, mientras sonreía.
.- Claro que no pero...
.- No hay más que decir - casi grita Ikue.
.- En media hora nos vamos, así que con su permiso - camino a las escaleras - me voy a arreglar - dijo acomodándose el cabello.
A todos les salió una gota en la cabeza.
.- Ikue no cambia - dijo Akemi.
Sakura también subió a arreglarse o arreglar sus cosas.
Estuvo colocando todas las cosas en su lugar, algunos libros en el escritorio, su ropa, zapatos y fotografías. Al ver una de ellas suspiro y la puso junto a su cama. En ella sonreía una hermosa mujer de cabello gris que tenía en sus brazos a un bebé y al lado un pequeño niño con el ceño fruncido.
Luego sacó otro donde había un chico de mirada seria que la abrazaba, mientras ella sonreía. Le había costado mucho trabajo que él se dejará fotografiar, odiaba las fotos por buenas razones, pero lo había logrado y estaba orgullosa de haberlo hecho, de nuevo lo miró y dijo en susurro.
.- Te extrañaré.
Luego siguió sacando cosas de sus maletas, había también muchas cosas más, que probablemente no usaría mucho, pero cuando vio la computadora portátil sus ojos se iluminaron. La conecto y la prendió.
.- Veamos - comenzó a teclear algo en ella.
.- Sakura - escucho decir del otro lado de la puerta.
.- ¿Sí?
.- Estas lista.
.- Eh?... a Sí, en un momento bajo - por un momento había olvidado lo del recorrido.
Busco algún vestuario y en menos de dos minutos estaba lista. Esa rapidez la había adquirido después de años de levantarse tarde y salir corriendo al colegio. Así que se puso algo cómodo y salió.
Ikue, Hisaki y Sakura salieron del lugar. Era una casa mediana y la habían escogido por su cercanía a la preparatoria y a la universidad, Ikue iba de lo más feliz mostrándole todo el lugar, un parque, una cafetería, y una discoteca, que era donde los chicos se iban a divertir. Más adelante estaba la preparatoria, y la universidad.
.- La conocerás mejor con el tiempo - explicaba Hisaki.
Como era domingo no había casi nadie por los alrededores.
.- Ahora, vamos a tomar un helado - sugirió Ikue.
A Sakura le pareció muy agradable, aunque no negaba que extrañaba su antigua escuela y sus compañeros. Pero estaba decidida a enfrentarse a algo nuevo. Se decía que la preparatoria a la que asistiría era una de las mejores en todo Oriente y que cualquiera que egresará de ese lugar tendría un lugar asegurado en la universidad que quisiera, en parte eso también le llamo la atención.
El día paso sin más contratiempos, llegaron a la casa algo tarde, justo cuando se servía la cena.
.- Por fin llegaron - dijo Chiaki, arreglando los platos.
.- Ayudaré - Sakura se apresuro a ayudarla.
.- Gracias.
Mientras Hisaki e Ikue apenas se habían dado cuenta que habían regresado, pues estaban discutiendo.
.- ¿Son siempre así? - preguntó algo insegura Sakura, una vez que ella y Chiaki estaban en la cocina.
.- Sí - dijo sonriente Chiaki, se gustan mucho y la única manera que encuentran para demostrárselo es pelear.
A Sakura le salió una gotita, mientras ambas podían escuchar la discusión que ambos chicos tenían en el comedor. Y así se la habían pasado toda la tarde.
Justo a tiempo llegó Akemi, para la cena. Durante ese tiempo Hisaki e Ikue seguían discutiendo y molestándose, y Chiaki y Akemi preguntaban cosas a Sakura. A las que ella se limitaba a responder un sí o un no, sin dar detalles.
.- Es hora de dormir - dijo Akemi, una vez que todos habían terminado de lavar los platos. Ella parecía ser la mayor, y la que llevaba toda la responsabilidad de aquellos chicos, según le había dicho a Sakura en un año terminaría su carrera e iría de regreso a su país: Inglaterra.
.- Mañana empiezan las clases - dijo con disgusto Ikue.
.- A partir de mañana no nos veremos tanto - recordó Hisaki.
.- ¿Por qué? - Sakura no entendía.
.- Tú e Ikue irán a la misma preparatoria por la mañana, pero Hisaki, Chiaki, y yo estudiamos por la tarde y en ocasiones sólo llegamos a dormir.
.- No lo sabía - dijo Sakura.
.- No te preocupes amiguita - dijo Ikue a Sakura - yo te enseñaré todo lo que debes saber, y por ahora es mejor dormir, mañana te llevaré para que hagas todos los trámites en la preparatoria - su sonrisa se pronunció más - y tendré pretexto de no llegar a mis primeras clases - diciendo esto prácticamente empujaba a Sakura por las escaleras.
.- Buenas noches - alcanzó a decir Sakura a los chicos antes de ser empujada en dirección a su habitación.
.- Buenas noches - contestaron todos.
.- Se ve que es una buena chica - dijo Hisaki.
.- Sí, eso parece - afirmó Chiaki.
.- Bien señorita Kinomoto.
.- Por favor llámame Sakura.
.- Bien, Sakura mañana nos levantaremos a las 6:30 AM, media hora para arreglarse y desayunar y salimos a la preparatoria, debemos estar en la oficina del director máximo a las 7:30. ¿Qué te parece?
.- Supongo que bien.
.- Entonces descansa, mañana tendrás un día muy ocupado - dijo mientras se dirigía a su habitación que estaba al lado de la suya.
.- Gracias.
.- No es nada - le sonrió mientras metía su cuerpo a su habitación.
.- Buenas noches.
.- Que pases una excelente noche - dijo Ikue metiendo finalmente la cabeza.
Sakura sonrió. Luego paseo su mirada por el pasillo, había 6 puertas en total. Al final del pasillo estaban las de Chiaki y Akemi de frente, más cerca las de Hisaki e Ikue, se podía dar cuenta porque tenían en la puerta una tarjetita con su nombre, pero la puerta que quedaba frente a la suya no tenía nada, pero sabía que estaba ocupada. Aunque nadie le había dicho por quien, tal vez pronto lo conocería.
Entro a su recamara, tenía que preparar todo para el siguiente día, ya que sería muy pesado.
Pero antes, se sentó en su escritorio y prendió su computadora portátil, lo primero que hizo fue mandar un mail. Con sólo unas cuantas palabras, acerca de que había llegado a su destino y que todo era muy agradable. Después de oprimir algunas claves la pantalla se hizo negra.
Ella sólo escribió KERO y de inmediato apareció un programa.
.- ¡Hola Sakurita! - dijo fuerte.
.- ¡Shhh! - le dijo Sakura y bajo el volumen.
.- ¿Qué pasa? - Ahora en la pantalla, en el escritorio flotaba un pequeño muñeco amarillo con una cola graciosa.
.- Ya llegue a China y este será mi nuevo hogar - explicó.
.- ¡Qué bien! - dijo alegre.
KERO era un programa de computadora, algo así como un amigo electrónico. Era como un amigo, un diario, un ayudante y un consejero, además también era encargado de hacer despertar a Sakura por las mañanas, aunque varías veces se llevaba almohadazos. Fue regalo de un amigo suyo, el muñeco electrónico parecía tener vida propia, tenía su propia personalidad, gustos y pensamientos, además de comer y dormir (electrónicamente), había sido programado para hacer muchas cosas. Según decía el mismo muñequito tenía inteligencia propia, aunque Sakura en ocasiones lo dudaba. Le encantaba jugar con Sakura o si ella no podía, lo hacía por Internet. Eso era lo que ella les decía a los demás, la verdad sólo pocas personas la conocían. Decir que era un guardián mágico era poco convincente.
.- Por favor Kero, quiero que mañana me despiertes a las 6:30, mañana es mi primer día y no quiero llegar tarde.
.- Eso si que es raro - se burlo el muñeco.
.- ¡Kero!
.- Lo siento, pero haré todo lo posible, aunque siempre termine mal - se quejo el animalito electrónico.
.- Ahora me voy a dormir.
.- Yo también.
Sakura entró al baño y se puso su pijama.
.- No se te olvide despertarme.
.- Lo haré Sakura, ahora duerme.
La chica se acostó, y sin poder evitarlo comenzó a extrañar a su familia, a sus amigos y su persona especial. Estaba feliz por un lado y por otro estaba melancólica, pero se repetía una y otra vez que todo estaría bien. Cansada por el viaje de casi 10 horas, se durmió, mientras una suspiro escapo de sus labios.
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Bien es todo por ahora, pero recordando a mi estimada amiga Perla, de quien aún no tengo noticias, pero me encantaban las frases que me enviaba, les dejo con una.
"Para que el hombre sea fuerte debe comer regularmente, y para ser sabio debe leer siempre" -Jeremy Collier
Hasta pronto.
yuen chan
