Capitulo 3
Apariencias.
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Las tres chicas, Sakura, Tomoyo e Ikue caminaban rumbo a la escuela, hablando sobre cosas sin importancia. Para Sakura una experiencia nueva, debía adaptarse y para las otras chicas un día más de clases.
Al llegar a la escuela se separaron Ikue se fue por otro lado a su salón y Sakura y Tomoyo al suyo.
.- Verás que te adaptarás muy pronto - animaba Tomoyo mientras caminaban. Sabía que los cambios no eran fáciles, pero apoyaría a Sakura, le parecía una chica muy agradable a pesar de tener muy poco tiempo de conocerla, confiaba en sus presentimientos y los que tenía sobre ella eran muy buenos.
Llegaron a un salón, en donde algunos alumnos dentro conversaban. Pero como era costumbre Sakura debía esperar al maestro, que no tardo mucho, para ser presentada.
.- Buenos días - saludo el maestro de figura alta, cara seria, ojos profundos y edad avanzada - hoy tenemos una nueva compañera. Adelante - indicó a Sakura.
Al entrar ella, las conversaciones cesaron y todas las miradas se centraron en ella. Poniéndola algo nerviosa.
.- Buenos días - dijo inclinándose y con voz tímida.
.- Buenos días - contestaron todos.
.- Ella es Sakura Kinomoto, viene desde Japón.
Algunos cuchicheos se escucharon, todas las miradas se centraban en ella haciéndola sentir nerviosa, Tomoyo sólo le sonreía.
.- Espero que la hagan sentir como en casa. Tome asiento señorita Kinomoto - termino el maestro.
.- ¡Aquí! - dijo Tomoyo levantando la mano, justo delante de ella.
Todas las miradas seguían en ella y no podía evitar sentirse intimidada, mientras el maestro comenzaba a escribir algo en el pizarrón.
.- ¡Hola! - dijo un chico de lejos. De cabello castaño y ojos color miel, muy sonriente.
Sakura sólo le devolvió el saludo con una sonrisa.
.- Soy Enae Kusho…
.- Dejaremos las presentaciones para después, si no le importa señor Kusho - dijo serio el maestro.
Con eso todos los cuchicheos cesaron y prestaron atención al profesor. Parecía una persona muy estricta, desde el principio dejo mucha tarea a pesar de las quejas de los alumnos.
Sakura sólo miraba su cuaderno nuevo ya lleno de tareas para las siguientes semanas.
.- Hasta la próxima clase, no olviden la tarea - se despidió el maestro.
.- Y yo le dije a Kero que jugaríamos hoy - pensaba Sakura repasando sus notas, y ese era la primera de tres clases que tenía en el día.
.- No te preocupes el maestro no es tan malo - escucho la voz de Tomoyo.
Sakura sólo suspiro y la volteó a ver sonriéndole.
Y antes de que se diera cuenta ya estaban siendo rodeadas de chicos y chicas curiosos que empezaron a hacer todo tipo de preguntas, sobre el origen de Sakura, edad, sus gustos entre muchas más. Apenas Sakura empezaba a responder y ya le preguntaban más cosas.
Sólo un grupo de chicas no se le acercaron, pero estuvieron muy atentas a las respuestas de Sakura y entre ellas se lanzaban miradas.
.- Vaya, parece que la nueva es muy popular - dijo una de ellas.
.- Es sólo por ahora - contestó otra.
Había otra con una mirada y expresión mucho más indiferente, que no dijo nada.
Sakura dio gracias a que ya comenzaba la siguiente clase y la una nueva maestra entro. Pero había notado las miradas de aquellas chicas.
.- Buenos días.
Todos contestaron.
.- Esta profesora me encanta - le dijo Tomoyo bajito a Sakura.
Así la última clase comenzó.
Todos tomaron sus cosas y salieron.
.- ¿Qué no hay otra clase? ¿Por qué todos se van? - preguntó Sakura.
.- La maestra de Literatura imparte sus clases en otro salón.
Todos se dirigían allá. Mientras lo hacían Sakura pudo observar la belleza del Colegio en donde estaba, cuidado hasta el último detalle.
.- Es aquí - y todos entraron.
Mientras todos se acomodaban en sus lugares, Sakura observaba las mesas para dos personas.
Y antes de que pudiera preguntar algo llego la profesora.
.- Buenos días, como todos saben mi nombre es Kaho Mitzuki, seré su profesora de Literatura, en esta clase leeremos algunos clásicos, y como el curso pasado los leerán un libro en parejas, yo los seleccionaré y en cada clase se harán algunos ejercicios, así que les recomiendo que consigan los libros lo antes posible.
Alguien toco la puerta.
.- ¿Podemos pasar? - dijo un chico algo agitado, pareciera que venía corriendo.
.- Señor Yamasaki, espero que sea la última vez - dijo la profesora.
.- Lo siento - dijo avergonzado.
.- Señor Li, me sorprende de usted.
.- Lo siento - dijo una voz más seria y masculina, llamando la atención de todas las chicas presentes y por supuesto de Sakura. Un chico muy serio, mirada tranquila, cabellos marrones y ojos ámbar siguió al otro chico y se sentó con él.
.- Como decía… - continuó la profesora explicando.
Los ojos verdes de Sakura no se despegaron de los chicos en un buen rato, le parecían muy extraños aquellos jóvenes, había algo en ellos que le parecía raro, pero no podía saber qué era. Esto no paso desapercibido para Tomoyo.
La clase termino y todos se comenzaron a retirar, mientras Sakura guardaba sus cosas, pensaba en que le llamaba tanto la atención de los chicos.
.- ¿Quieres conocerlos? - escucho decir a Tomoyo.
.- ¿Qué?
.- Te los puedo presentar - dijo de lo más natural Tomoyo.
.- ¿A quiénes? - preguntó ella con cara de no entender de lo que hablaba.
Tomoyo sólo sonrió - a los chicos que te llamaron la atención.
.- Eh… no es eso… es es sólo que se parecen a algunas personas que conozco - se apresuro a decir Sakura, ¿había sido tan obvia?
.- Debo ser más disimulada - se regañaba Sakura en su interior.
.- Vamos, te aseguro que no muerden - dijo con una sonrisa Tomoyo.
.- Pero... - protestaba Sakura mientras era jalada por Tomoyo.
.- ¡Hola chicos, a la señorita Kaho no le gusta que lleguen tarde.
.- Buenos días señorita Daidouji - contesto cortésmente Yamasaki.
.- Hola - dijo Li, con expresión seria.
.- Les quiero presentar a una persona muy especial - dijo Tomoyo.
Yamazaki examinaba a la chica de ojos verdes, de manera muy discreta.
.- Ella es Sakura Kinomoto, y vendrá a esta escuela de ahora en adelante.
.- Ellos son: Takashi Yamasaki, un gran amigo y el es Shaoran Li...
.- ¿Li? - pensaba Sakura - estoy segura que he escuchado ese apellido antes.
.- ...mi novio - termino Tomoyo. Ella se acercó a Li, se dieron un corto beso.
.- Mucho gusto - dijo Yamasaki - esta escuela le gustará.
.- Gracias - contestó Sakura.
.- Hola – por fin Li le saludo a Sakura sin ánimo alguno, viéndola fríamente.
.- Mucho gusto - dijo Sakura cambiando la sonrisa a una mirada seria, y al notar como la veía casi hizo un gesto de fastidio.
.- Debe ser un tonto - pensaba.
Mientras Li tenía una mano sobre el hombro de Tomoyo, ella sonreía, pero él parecía examinar a Sakura, lo que la molesto aún más.
.- ¿Y de dónde viene? - preguntó Yamasaki notando lo tenso de las miradas de Li y Sakura.
.- De Japón - dijo de lo más natural y sonriendo al Yamazaki, no se parecía nada al chico Li.
Comenzaron a caminar de regreso. Tomoyo hablaba con Shaoran, mientras Sakura lo hacía con Yamazaki pasos adelante de la pareja. Yamazaki parecía un chico alegre y sonriente, le contaba a Sakura una historia fantástica de como había llegado a esa escuela, que fue creída ingenuamente por Kinomoto.
.- Te veré en la noche - se despidió Li de Tomoyo.
.- Hasta pronto - todos se despidieron, no sin antes unas miradas de desconfianza por parte de Sakura y Shaoran.
Y una vez que los chicos se fueron - Cualquier cosa que Yamasaki te haya dicho es mentira - se apresuro a aclarar Tomoyo, luego sonrió - su especialidad son las mentiras.
Sakura sonrió con una gota en la cabeza. Le parecía sorprendente que Yamazaki haya dado la vuelta al mundo buscando al instituto.
.- Y por Shaoran no te preocupes - al escuchar esto Sakura no pudo evitar sorprenderse, mientras Tomoyo continuaba.
.- Siempre es muy desconfiado, dice que sólo es cauteloso, pero se comporta así con todas las personas que acaba de conocer - la miró y le sonrió - verás que con el tiempo terminarán siendo buenos amigos.
.- No lo creo – pensó Sakura, pero a Tomoyo sólo le asintió. Había algo muy raro en él, y no era sólo la desconfianza que no aparentaba con ella, había algo más. Algo que no tardaría en descubrir.
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.- Me parece que la Kinomoto no te agrado.
.- Es una chica más, me es indiferente - dijo sin darle importancia.
Ambos se cambiaban de ropa, estaba en el equipo de Hockie sobre hielo y lo practicaban después de clases. Su equipo era uno de los mejores, desde que ambos chicos ingresaron, en la preparatoria tenían fama de chicos apuestos y rudos, pero a ellos les gustaba hacer deportes rudos, y así poder estar en forma, cosa que habían logrado, además de la admiración de muchas chicas. Además también practicaban basquet boll y futboll.
.- A mi me parece muy agradable, creyó mi historia de la vuelta al mundo.
A Li, sólo le salió una gota.
.- Y pensar que me la trague - pensaba - Vamos, empezaremos con la práctica.
Yamazaki sonrió, Li era muy especial.
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Las chicas estaban en el gimnasio.
.- Entonces ¿practicabas gimnasia?
.- Sip.
Ambas vestidas con el uniforme de deportes, sentadas en un lugar cercano a los aparatos.
.- ¿Que aparato te gusta más?
.- Creo que la barras asimétricas y ¿a ti?
.- Creo que el salto.
.- Bien chicas - llamó la atención la entrenadora - tenemos una chica nueva.
De nuevo comenzarían las presentaciones, Sakura suspiro, esperaba adaptarse pronto.
El turno de Sakura en el salto de caballo comenzó.
.- Algo fácil - pensó, de todos modos la profesora sólo quería conocer el nivel de la chica.
Tomo una bocanada de aire, hizo una ligera presentación y corrió al aparato. Todos los presentes sólo vieron como de manera elegante, pero con gran fuerza Sakura dio un giro en el aire y cayo prácticamente plantada, un salto casi perfecto. Todos los que la veían estaban casi sin palabras, incluyendo a la entrenadora.
Sakura se sintió bien, tenía algún tiempo de no entrenar, tal vez por eso había un pequeño fallo. Después noto las miradas en ella, ningún sonido se produjo en esos instantes.
.- Se supone que no debo llamar la atención - pensó, se sonrojo ligeramente. ¿Cuándo dejarían de verla? Camino con lentitud hacia Tomoyo intentando no ver a nadie.
De pronto muchos aplausos se dejaron escuchar, con algunos silbidos. Casi todos aplaudían la ejecución. Sólo que el mismo grupo de chicas del día anterior la miraron, pero después una de ellas, frunció el ceño. Mientras las expresiones de admiración llegaban a ella.
Al llegar frente a Tomoyo sólo se encontró con una sonrisa.
.- Lo haces muy bien.
.- Sorprendente - la entrenadora se acercaba - creo que eres una excelente candidata para pertenecer a la selección de gimnasia.
Sakura sin saber que decir, sólo sonrió. Mientras la entrenadora interpreto el gesto como un "SI" y ya imaginaba todo tipo de escenas en la que ella y el equipo de la escuela ganaban el torneo intercolegial de gimnasia.
Sakura se sentó al lado de Tomoyo, mientras aún era observada por muchos.
.- Creo que tendrás muchos admiradores.
Sakura no contestó con palabras sólo con una sonrisa y una gota en su cabeza, sintió una mirada sobre ella, era muy aguda, tanto que logro sentirla y con curiosidad busco a la persona dueña de aquella. Entre algunas chicas que la veían, distiguió a una que de forma penetrante la observaba.
.- ¿Sakura?
.- eh?
.- Nos vamos.
.- Claro.
El grupo de chicas aún la observaban.
.- Debemos tener cuidado con ella – comentó una.
.- No te preocupes no será problema contestó otra y salieron del gimnasio.
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En Haruko
.- Ya están instaladas majestad - indicó un sirviente al emperador.
.- Bien, gracias, puedes retirarte.
A pesar de sus múltiples ocupaciones el emperador Clow, tenía en la mente la llegada de las hijas del que fue uno de sus mejores amigos, se dijo que haría todo para que ellas estuvieran lo mejor posible. Pero aquel día no había podido ir a saludarlas, tenía varias reuniones muy importantes.
.- Es hermoso - decía Esmeralda, ya ubicada en una de las habitaciones del palacio.
.- Ajá - dijo sin mucho entusiasmo Zafiro mientras se concentraba en recordar las indicaciones del que las ubico en el palacio, tantas vueltas y puertas, que pensó por un momento que se perdería si caminaba sola por el palacio. Una gota le salió al pensar eso, ella perdida en ese enorme lugar. Seguramente Lenips se burlaría de ella el resto de sus días.
Mientras su hermana disfrutaba de la vista, aunque estaba acostada podía apreciar, se veían por los ventanales preciosas montañas a lo lejos, la habitación era muy amplia, color azul muy pálido, con algunos muebles exquisitos y una amplia y lujosa cama, con delicadas cortinas a los lados y muchas almohadas muy suaves, las telas parecían ser sólo sedas de colores claros. No es que nunca hubieran disfrutado de algo así, sólo que su forma de vida era menos ostentosa que la de un emperador.
Y esa era una de las dos habitaciones dispuestas para ellas, la de Zafiro era casi idéntica pero de color rosa pálido, justamente el color que menos le gustaba.
Zafiro terminó de ubicar las ropas en el ropero de la habitación de Esmeralda cuando alguien toco la puerta.
.- Adelante.
.- Señora, el doctor ha llegado - dijo una doncella.
.- Hágalo pasar por favor - dijo Zafiro y ella obedeció.
El doctor entro y comenzó a revisar a la joven Esmeralda para determinar su mal.
El emperador termino otra reunión, estaba algo cansado pero contento. Las cosas con los diferentes reinos estaban muy bien. Sólo de vez en cuando se preocupaba por los rumores de que un reino quería guerra, pero sabía que su comandante le confirmaría si eran ciertos. Por ahora deseaban saludar a las recién llegadas, después de todo no le vendría mal compañía femenina a parte de Yue y su rostro serio.
.- Me gustaría cenar con mis invitadas - le dijo a un sirviente.
.- Como diga señor - dijo el sirviente y se fue.
.- Señor ¿no cree... - de nuevo Yue no estaba muy de acuerdo.
.- Vamos Yue, sólo necesito compañía - dijo sonriendo.
Yue calló, no dijo más y fue a tratar otros asuntos.
.- Vaya primer ministro - se decía Clow. Ni su madre lo había cuidado tanto.
Llego la hora de la cena.
.- La Condesa de Aruka - anuncio el sirviente. Sorprendiéndola más a ella que al emperador, no estaba acostumbrada a que la llamaran Condesa.
La fina figura de Zafiro se hizo presente. Vestida muy elegantemente con vestido de la época, estrecho por la cintura y amplio por los pies de color azul cielo, con un peinado muy elaborado, en la parte de atrás que dejaban caer algunos rizos en su espalda. Se veía muy hermosa. Sin ningún accesorio ostentoso, sólo su belleza natural.
.- Buenas noches, majestad - dijo ella, vio al emperador y luego su vista se desvió hacia el comedor, era muy grande con preciosos candelabros plateados y un florero con distintas flores, también habían estatuas y otras pinturas y bajo sus pies lucía una hermosa roja con detalles en dorado, tal pareciera que nunca había sido pisado.
Era un lugar reservado para el emperador y personas, muy, muy especiales.
.- Se ve hermosa - dijo con admiración y una sonrisa en sus labios.
Ella se acercó lentamente.
.- Gracias - dijo inclinándose.
Mientras recordaba lo que su hermana había dicho.
.- ¡Zafiro! no irás vestida así a ver el emperador. Si no te cambias y te peinas me veré forzada a levantarme y hacerlo yo misma - decía Esmeralda aún en la cama y sin esperar respuesta - ahora ve y cambiare, sino iré yo misma - Zafiro iba vestida con un simple vestido azul, sin mayor arreglo. Más parecía una doncella del palacio que una invitada.
Se arrepintió de haber pasado a ver a su hermana antes de ir con el emperador, así que sólo para complacerla lo hizo, Esmeralda aún estaba débil y no podía salir de su habitación, según dijo el doctor, pero conservaba su vitalidad, decía que lo más importante era pensar que todo estaría bien.
.- No le agrada la comida - preguntó Clow a su invitada.
.- Eh? - dijo apenas percatándose de que ya estaba sentada con el emperador, luego vio su plato y estaba lleno de una sopa - no es eso, es sólo que no tengo mucho apetito - dijo justificando su distracción por su hermana.
El doctor había dicho que su condición no era grave pero si delicada, no pudo decir que era exactamente lo que tenía pero lo averiguarían.
.- Ella estará bien - escucho la voz ronca, pero a la vez tan reconfortante de Clow. Parecía que leyera la mente.
.- Gracias - dijo, después del leve desconcierto y le sonrió.
Clow la miró detenidamente, se veía más hermosa cuando sonreía.
La cena fue menos aburrida. Comió un poco, he intercambiaron algunas palabras, sobre todo de Clow, decía algunas cosas que la hacía reír sin darse cuenta. Recordando a su difunto padre.
.- Majestad, lo siento pero llego una carta del reino del Este y dice que es urgente - interrumpió uno de los miembros del parlamento después de saludar.
.- Lo lamento, debo retirarme - se disculpó Clow.
.- Buenas noches - dijo Zafiro al verlos salir.
.- Que pase una excelente noche - le contesto Clow, no le agrado la idea de irse, se la estaba pasando muy bien, pero lo hizo.
Se quedo sola, aún con gran parte de los alimentos frente a ella, no espero mucho y salió del lugar. Pensando en su hermana y en el extraño amigo de su ausente padre se encamino a su recamara.
Pasillos, pasillos y más pasillos.
Cuando se dio cuenta, ya estaba perdida.
.- Oh, no - pensaba - sólo a mi me pasan estas cosas.
Caminaba y caminaba y no se encontraba a nadie.
.- Será que todos ya se fueron a dormir - seguía caminando - ¿Dónde estoy?
Siguió por los pasillos, guiándose sólo por su intuición. Luego de unos minutos de perdida, no sabía si gritar o correr como loca. Entonces recordó lo que Lenips le había dicho.
.- ¿Fantasmas, ojalá uno pudiera orientarme - pensaba.
Siguió caminando cuando sintió algo extraño, volteo extrañada pero no había nadie, siguió caminando, pero seguía con la misma sensación, eso comenzó a darle miedo. No le tenía miedo a los muertos, le temía a los vivos, ellos sí podían hacerle daño. Sentía pisadas tras ella, aceleró el paso mientras le pareció ver un pasillo conocido y se dirigió a él. En el pasillo vio una puerta muy extraña, por un segundo se olvido de la sensación y miró con interés la puerta. No estaba hecha de madera como las demás sino parecía ser metálica, plateada para ser exactos, con grabados que parecían ser letras que no pudo entender, levantó la mano y sintió que había lago dentro y que la llamaba.
.- ¿Qué hace? - escucho una voz fría y seria.
.- ¡¿Fantasmas! - cruzó por su mente.
Se alejó de la puerta y volteo al lado donde escucho la voz.
Frente a ella estaba un hombre muy alto de mirada y cabello plateado, de cuerpo delgado que vestía como uno de los del parlamento. A pesar de ver que no era un fantasma, su tono y su fría mirada la hicieron sentir algo parecido al temor.
.- Lo lamento, estoy perdida - dijo con voz baja.
Yue la miró y examinó su mirada, parecía que no mentía.
.- ¿Quién es usted?
.- Zafiro de Aruka, señor - hizo una ligera reverencia.
.- Así que es usted - pensó Yue.
.- La llevaré a su habitación.
.- Gracias - dijo ella algo cohibida mientras lo seguía en silencio.
.- Esta chica, pudo acercarse a la habitación - pensaba Yue - cuando las otras fueron rechazadas de inmediato.
Yue iba pensando si era buena idea o no decirle eso al emperador lo que había sucedido.
.- Aquí es - dijo Yue mostrándole la puerta.
.- Gracias.
.- Sólo cuide de no volver a hacerlo.
.- Esta bien - dijo ella entrando y pensando que a lo que se refería era a no volverse a perder.
Pero Yue se refería a acercarse a la habitación.
Zafiro escuchó como los pasos del sujeto que la llevo se alejaban, así que salió de su habitación y toco en la de su hermana.
.- ¡Hola! pensé que estarías dormida - le dijo a su hermana.
.- Nop. Quiero que me cuentes con lujo de detalles, ¿qué paso? - dijo sonriendo, aún condenada a la cama.
Zafiro sólo suspiro.
.- ¿Ya cenaste?
Esmeralda asintió.
.- Asami me la trajo.
.- ¿Asami?
.- La doncella, es muy amable.
.- Anda hermana cuéntame - le miró con ojos suplicantes.
.- Si con eso te duermes...
.- Lo haré - dijo Esmeralda levantando una mano, como si hiciera una promesa.
En ocasiones se comportaba como una niña pequeña. Y Zafiro era la encargada de cuidar a esa pequeña.
.- Bien te contaré - dijo sentándose a su lado.
Le contó algunas cosas de las que conversaron, entre ellas los recuerdos que le emperador tenía de su padre.
.- ¿En serio? - Esmeralda preguntaba algo sorprendida.
.- Así es nuestro padre y él se conocieron antes de ser emperador.
.- Vaya.
- Y... - un brillo travieso brillo en sus ojos - ¿es tan guapo como dicen?
Esa hermana suya no cambiaba, enferma o no, siempre la ponía en situaciones bochornosas. Zafiro enrojeció levemente, más por la mirada de su hermana que por otra cosa. Se levantó del lado de su hermana y se dirigió a la puerta.
.- Eso me lo dirás tú, cuando lo conozcas - ya no volteo a mirarla- buenas noches - luego cerró.
.- Eso sólo quiere decir una cosa - murmuro por lo bajo su hermana.
Apagó la poca luz que iluminaba su habitación, mientras el sueño vencía.
.- Creo que el emperador le agrado a mi hermana - pensó, una sonrisa se dibujo en su rostro aún pálido.
Una parte de ella estaba muy interesada en conocer al emperador, pero dada su condición la única manera en que lo haría sería que él mismo fuera a su habitación.
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Así paso el primer día de Sakura en el instituto, apenas el primer día y había logrado caerles mal a dos personas. Eso era muy raro para ella, estaba a acostumbrada a hacer muchos amigos y todos la querían.
.- Esto no es Japón - se decía. Ahora tenía que ser más desconfiada y atenta.
De camino a la casa, Tomoyo la acompaño, la puso al tanto de la forma de ser de algunos maestros y los uniformes para el siguiente día. También ofreció mostrarle la biblioteca y donde podía conseguir libros y todo lo que pudiera necesitar. Sakura agradeció mucho el tener a Tomoyo que la ayudará en esos momentos. No había visto a Ikue, al parecer andaba por ahí con sus amigos y había encargado a Tomoyo el cuidado de Sakura.
.- Nos veremos mañana - se despidieron las chicas.
Sakura entro a la casa y no había nadie. Tenía un poco de hambre y se metió a la cocina a preparar algo. En el refrigerador encontró una nota.
"Hola chicos. En la nevera deje comida congelada, si lo desean pueden meterla al microondas, llegaré tarde, así que no me esperen".
ATTE: Akemi.
Y por lo que sabía los demás también llegarían tarde, lo que la dejaba sola. Se preparó algo ligero y luego subió. Todo estaba en silencio. Así que prendió la computadora.
.- ¡Hola Sakurita!
.- ¡Kero!
.- ¿Cómo te fue?
.- Bien, supongo - la chica cambió un poco el rostro.
.- ¿Qué paso? - preguntó con preocupación el animalito electrónico.
Sakura le relato todo, mientras acomodaba sus cosas.
.- Ya veo - dijo el pequeño - pero debes acostumbrarte. Esto no es Japón. Estoy seguro que en cuanto te conozcan serán buenos compañeros.
.- Eso espero – dijo en medio de un suspiro, de pronto y si que ella misma se diera cuenta su rostro cambió y su mirada se vio envuelta en tristeza.
.- Sakurita - dijo el pequeño.
.- Estaré bien Kero, tengo cosas más importantes que hacer - pronto la chica tomo su tarea y la comenzó a hacer, con un poco de ayuda del guardián.
.- Es muy aburrido - dijo el pequeño bostezando.
Ya era tarde y parecía que nadie había llegado.
.- Ahora regreso - Sakura estiró los pies y fue a buscar algo que comer.
Salió y bajo a la cocina, tomo una manzana del frutero y un vaso de agua y luego subió. Pero para su sorpresa al regresar la puerta de enfrente estaba un poco abierta. ¿Sería que su aún desconocido vecino habría llegado ya? Pero lo hubiese escuchado al llegar, miró intrigada la puerta, no podía verse algo dentro, sólo mucha oscuridad.
Un poco desconcertada, Sakura entro a su habitación.
.- ¿Kero?
.- Si.
.- Escuchaste a alguien entrar.
.- No, y he estado muy pendiente, la puerta principal no se ha abierto después de ti ¿Por qué?
.- La puerta de enfrente esta abierta.
.- Que raro, juraría que nadie entro - dijo Kero.
Sakura lo miró y salió de nuevo.
.- Ten cuidado - fue lo último que escucho decir a Kero antes de salir.
Silenciosa abrió la puerta pero...
La puerta ahora estaba cerrada.
.- ¿Qué?- estaba segura haberla visto abierta y no escucho ningún sonido al cerrarla.
De nuevo entro a su habitación.
.- ¿Estas segura que estaba abierta?
.- Si
.- Y aún no conoces a quien vive ahí.
.- No, pero en cuanto pueda lo averiguaré.
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Al día siguiente en el palacio...
.- Entonces no saben que es lo que tengo.
.- Aún no, pero es sólo cuestión de tiempo.
.- Muero de ganas de sanar y salir a descubrir que más hay en este reino tan famoso - decía casi con ilusión Esmeralda.
Zafiro sólo sonrió.
Unos toques la sacaron de su conversación.
La doncella entro apresurada.
.- Con su permiso, mi señora. El emperador ha insistido en conocer a la señora Esmeralda.
.- ¿Qué.. pero... - comenzaba a protestar Esmeralda, no estaba en condiciones de recibirlo.
.- Lamento importunarlas - escucharon una voz en la habitación.
.- ¡Majestad! - las tres se sobresaltaron y la doncella y Zafiro se inclinaron.
Mientras Esmeralda trato de incorporarse.
.- Por favor - escucharon decir al emperador mientras se acercaba - lo que menos deseo es provocarles molestias, sólo quiero conocer a la condesa.
La doncella salió discretamente, mientras Zafiro lo miraba sorprendida. El emperador vestía con ropa más normal parecida a la de Yue.
Mientras él las miraba, era casi iguales físicamente, exceptuando por la debilidad en el rostro de Esmeralda.
.- Mi amigo tuvo hijas muy hermosas - dijo mientras las chicas seguían sin decir nada.
.- Ella es Esmeralda - la presentó Zafiro, una vez que reaccionó.
.- Es un placer - con gran solemnidad el emperador beso la mano fría de Esmeralda, mientras sus ojos la examinaban, dejándola casi sin palabras.
.- Recuerdo que a mi amigo le gustaban las piedras preciosas, y veo que quiso que sus hijas llevaran el nombre de sus piedras favoritas.
.- La hermosura verde de la esmeralda - dijo mirando a la que llevaba ese nombre. Logrando sonrojarla por la forma en que lo dijo.
.- Y la frescura del azulado Zafiro - dijo mirando a la otra - mi piedra favorita - dijo en susurro para sí mismo.
.- Le agradezco todas las atenciones que nos ofrece majestad - agradeció Esmeralda.
.- Es un verdadero placer. Lamento haberme presentado así, pero tengo muchas ocupaciones y poco tiempo para mis invitados.
Unos toques se escucharon.
.- Majestad, lo lamento es necesaria su presencia en el salón principal.
Clow suspiró, asintió y luego dirigió su mirada a las gemelas.
.- Lo ven - sonrió - si necesitan algo, sólo pídanlo, todo el palacio hará lo posible porque estén cómodas.
Zafiro abría la boca para hablar.
.- Y no me lo agradezcan - la interrumpió él - espero que se recupere pronto, condesa - Esmeralda asintió tímidamente.
.- Tengo que irme, con su permiso me retiró - y así como llegó de rápido, así salió.
Dejando a las chicas sin poder contestar y con una gota en la cabeza.
.- ¿Contenta?
.- ¿Qué?
.- Querías conocerlo ¿no?
.- Sí - dijo sonriendo como niña pequeña - estoy de acuerdo contigo.
.- ¿En qué?
.- Es muy guapo...
.- ¿Cuándo dije eso? – extrañada preguntó Zafiro.
.- ...y amable también tiene cara de inteligente y gallardo... - a seguía la lista Esmeralda.
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Unos días después.
Esmeralda se había quedado dormida y Zafiro salió a recorrer los jardines del palacio, casi no salía de su habitación o la de su hermana siempre al tanto de su estado, además de los muchos pasillos y no querer encontrarse al malencarado primer ministro. Sólo salía en muy pocas ocasiones a acompañar al emperador en la comida o cena. Pero regularmente el emperador siempre estaba ocupado.
Observaba los jardines, no había en ellos ninguna flor que ella no conociera. Era muy curiosa y le encantaba explorar en sus tierras, así que casi nada de lo que veía la impresionaba. Camino un rato por los verdes pastos, justo cuando estaba por regresar con su hermana, algo le llamo la atención, como podría verse todo el imperio desde la torre más alta del palacio. Ubico con la mirada el lugar más alto.
Seguramente desde allá podrían verse sus tierras. Un brillo travieso cubrió su mirada. ¿Y si...? Le gustaban los retos no lo podía negar, además estar mucho tiempo encerrada ya la había aburrido, sin Orek o Lenips que la molestarán. Así que pensó más.
.- ¿Por qué no? - además no parecía ser difícil llegar, sólo había un pequeño problema, los pasillos del palacio, que eran muy complicados, pero era de día y algunos sirvientes y soldados circulaban por ellos. Y se encamino por los pasillos, preguntaba a quien se encontraba y al final encontró unas largas escaleras que iban hacia arriba en forma circular. Y comenzó a subir, escaleras y escaleras, estaba acostumbrada al ejercicio así que no le causo mucho problema, por ahora no.
Cada cierto número escalones había un pequeña ventana, por donde podía ver cuando avanzaba, a medida que subía las escaleras se habían más y más polvosas, pareciera que nadie entrara a ese lugar. Su largo vestido era de color verde muy tenue comenzó a mancharse de polvo pero no le importo y siguió adelante.
Varios minutos pasaron y ella seguí subiendo, sus piernas comenzaron a dolerle, pero estaba decida así que continuo bajando el ritmo. Pronto su esfuerzo fue recompensado, se encontró llegando a la parte más alta del palacio, era un paisaje hermoso, miles y miles de kilómetros de hermosas tierras, a lo lejos el cielo y la tierra parecían fundirse entre nubes blancas. Pero no se veía sus tierras, estaban demasiado lejanas. Se quedo uno minutos sólo observando, luego se dio cuenta de que el tiempo había pasado y debía regresar junto a su hermana, no quería dejarla sola.
Así que el viaje de regreso comenzó, su vestido se ensucio aún más al bajar, pero estaba contenta de haber contemplado tan preciosos espectáculo, así que bajaba las escaleras tarareando una melodía que su madre solía cantarles. Una de sus pisadas no fue tan firme y con la ayuda del polvo, la intrépida Zafiro por poco baja las escaleras rodando, sólo se alcanzó a detener en una de las escaleras.
Se levantó un poco adolorida, esos vestidos no estaba diseñados para eso. A partir de que llego, sólo tenía contenta a su hermana arreglándose, Esmeralda decía que una Condesa no podía andar por ahí en fachas, menos frente al emperador.
Se miró, y estaba cubierta de polvo y noto que una de sus manos le dolía. Se sacudió lo más que pudo, se sentó un poco para descansar y suspiro.
.- Eso me pasa por descuidada – pensaba mientras examinaba su mano, no parecía nada grave pero realmente dolía.
Luego siguió de regreso abajo, ahora con más cuidado. Tardo unos minutos más, luego vio un pasillo, se encamino hacia él, más adelante había dos caminos, no recordaba aquello así que tomo uno, que la llevo a unas escalera que bajaban, movida por la curiosidad bajo a por ahí. Abajo era mucho más oscuro, y el frío era más intenso, pero continuo, más adelante vio unas puertas, aún intrigada se asomo por algunas rejas. Era una especie de calabozos, había cadenas y otras cosas, pero no había nadie, un escalofrío corrió por su cuerpo y decidió mejor regresar.
.- Debe ser horrible estar encerrado - pensó.
Subió de nuevo y ahora si tomo el otro camino, reconoció algunos pasillos y se encamino a la habitación de su hermana.
.- Buenas tardes, Condesa.
Escucho decir tras ella.
.- Buenas tardes majestad - se inclino y miró al emperador.
El estaba frente a ella, pero en cuanto se levantó el emperador pudo una cara bastante graciosa. Un gesto entre alegre, burlón y desconcertado.
.- ¿Pasa algo? - preguntó sin comprender.
Las risas de Clow no se contuvieron más y salieron formando carcajadas leves.
.- O tengo que despedir a mis sirvientes y doncellas por darle un mal servicio, o usted ha recorrido todo el castillo limpiando con su vestido - dijo en cuanto pudo hablar.
.- ¿Qué? - seguía sin comprender.
Bajo la mirada un poco apenada por las risas de él, Clow no la dejaba de observar y tratar de no reír.
Entonces fue que se dio cuenta de que estaba completamente cubierta de polvo de pies a cabeza, su intento por quitárselo había sido en vano, además se había ensuciado de fango en los calabozos y lo más gracioso para Clow es que el rostro también lo tenía cubierto de polvo, en sus intentos de limpiárselo sólo se había manchado más.
Zafiro enrojeció a más no poder, sentía su cara muy roja.
.- ¡Que tonta! - se decía a sí misma, sin saber donde meter el rostro.
Vio un pañuelo blanco frente a sus ojos, Clow se lo ofrecía. Ella lo recibió y le dio un tímido gracias. Trataba de limpiarse pero lo hacía en los lugares incorrectos causando aún más risa a Clow.
.- Permítame - escucho decir a Clow ya muy cerca de ella. Y tomando el pañuelo.
Sintió la suave tela acariciando su rostro.
Clow la miraba y con cuidado la limpiaba, aún conteniéndose las ganas de reír. Zafiro lo miró, con esa mirada atenta y esa sonrisa se veía muy apuesto. Además sentía su presencia muy cerca de él y eso la hacía sentir algo extraño para ella.
- ¡Pero que estoy pensando! - se recriminó mirando a otro lado y su cara enrojecía más.
.- Creo que este pañuelo no será suficiente - con el antes blanco pañuelo todo manchado y ella aún con polvo en su sonrojado rostro, comentó un sonriente Clow.
.- Será mejor que me vaya a asear - tomo el pañuelo de las manos de Clow y a pasos agigantados se marcho del lugar.
Dejando a Clow con una enorme sonrisa, pero también con un sentimiento extraño.
Llego a su habitación, dando gracias por no haberse encontrado a nadie en el camino. Rápidamente se dio una ducha y lavo el pañuelo, esperaba entregárselo limpio, como lo recibió. Luego fue a ver a su hermana. Dudo en contarle lo que había sucedido, si Esmeralda se lo contaba a Lenips, ella tendría que mudarse del imperio porque se la pasaría molestándola.
.- ¿Qué dice? - su ceño fruncido decía que no estaba convencido.
.- Si Yue lo haré. No pierdo nada en intentarlo.
.- Pero señor...
.- No te preocupes Yue, la magia lo decidirá - con su sonrisa de siempre, lo convenció.
El emperador Clow había decidido hacerle la prueba a ambas condesas, claro a Esmeralda en cuanto se recuperara y nada de lo que nadie dijera lo convencería de lo contrario. Las hijas de su amigo de la juventud llevaban en el palacio ya un mes, en ese tiempo el emperador y Zafiro habían hecho una amistad. Al principio ella era un tanto fría pero a medida que lo conocía le parecía una buena persona. Los miembros del parlamento no habían vuelto a molestar y la presencia de las gemelas casi no la había notado, seguían buscando a las candidatas más deseables para ellos, pero ninguna llenaba sus expectativas.
Al emperador le había gustado mucho la personalidad de Zafiro, decidida y fuerte de voluntad, centrada e inteligente en ocasiones que era necesario y otras una chica dulce, bondadosa y tierna. Lo veía en la preocupación que tenía por su hermana. Además comenzaba a sentir algo por esa chica, sería una emperatriz perfecta.
Esmeralda por su parte se recuperaba cada vez más, era cuestión de días para que pudiese salir de su encierro y podría hacer la prueba si Zafiro no era la indicada. Se recuperaba cada vez más rápido, eso era había dicho el doctor y lo que había apresurado al emperador a su decisión, si Esmeralda se recuperaba, ambas se saldrían del palacio, quizá para no volver más.
.- ¿Cómo te sientes hermana?
.- Mucho mejor - le sonreía.
Su hermana mayor, por muy poco tiempo, le traía la comida a la cama. Zafiro la miro mientras ella desayunaba, sin duda a su rostro volvía el color, y sus ojos eran mucho más alegres. Los medicamentos, además de algunas yerbas medicinales lograron que la chica se recuperara.
.- Quizá pronto nos podamos ir - Zafiro estaba mucho más contenta de poder regresar - Le mandé una carta a Orek y Lenips para que vengan por nosotras.
.- ¡¿Qué! - casi se atraganta Esmeralda - pero yo no me quiero ir aún. Todo este tiempo he estado en cama y quisiera conocer más del palacio y al emperador y si nos vamos no podré - terminó diciendo con tristeza.
.- Vamos Esmeralda, debemos regresar - dijo con voz tierna.
Unos toques interrumpieron su conversación.
Zafiro se dirigió a abrir y al ver a la persona que estaba del otro lado de ella, hizo una reverencia.
.- Buenos días, Condesa.
.- Buenos días majestad.
.- He venido a ver a nuestra enfermita - dijo con su clásica sonrisa.
Zafiro no sabía que decir pero ni tiempo le dio el emperador, pues prácticamente fue empujada hacia dentro.
.- Buenos día su majestad - dijo Esmeralda tratando de incorporarse.
.- No es necesario - le dijo el emperador acercándose y la mirándola detenidamente - es un placer ver que su condición ha mejorado - Clow la veía interesado, las chicas eran como dos gotas de agua, pero la voz era un tanto diferente.
.- No tengo palabras para agradecerle todas las atenciones que nos ha brindado en nuestra estancia.
.- Es un verdadero placer, además así es como su padre lo hubiera querido.
.- Así es - dijo bajando la voz Esmeralda.
Su hermana sólo observaba, tal vez era buen momento de comunicar al emperador la decisión de marcharse.
.- Me encantaría contar con su presencia en cuanto se encuentre mejor.
.- Será un honor, claro... - dijo viendo a su hermana - si es posible.
Clow sólo sonrió.
.- Ahora con su permiso, me retiro, ha sido un placer verla de nuevo.
.- Al contrario, majestad.
.- Condesa - se dirigió a Zafiro, haciendo que la chica saliera de sus pensamientos - necesito que me acompañe.
.- Claro.
.- Hasta pronto - se despidió.
Clow caminaba por el pasillo, y la condesa pensó que era el mejor momento para decirle.
.- Majestad en realidad le agradecemos su hospitalidad.
.- No tienen porqué - dijo dando una vuelta por un corredor.
.- Es que nosotras debemos... - se detuvo al mirar que Clow se detenía frente a una puerta algo conocida.
.- ¿Le gustaría entrar conmigo? - dijo señalando la puerta.
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¡Hola!
Bien, eso es todo por ahora. Como pueden darse cuenta esto apenas comienza así que no coman ansias prometo que va a mejorar y mucho. Lo que le pasa a Clow interferirá mucho con el destino de Sakura. Por cierto quiero agradecer a gonsy por su apoyo a este fic, muchas gracias por animarme a seguir escribiendo.
Saludos y hasta pronto.
