CAPITULO 9

Peleas

§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§

En las gradas de la pista estaban el entrenador, la maestra de patinaje y Tomoyo con corazoncitos rodeándolas, y Kusho?

- Muy bien señor Li - dijo el entrenador.

Ambos chicos se acercaron a su "público" con sonrojo en sus mejillas, por estar concentrados en su pequeña batalla no lo notaron.

- Lo ve entrenador - decía la profesora que de inmediato comenzó a inspeccionar a Sakura y a Shaoran - tienen talento - levantaba el brazo de Shaoran y luego el de Sakura. Luego los empujo para quedar pegados, la estatura es casi perfecta, sólo le pondremos tacones a la jovencita.

Los chicos no sabían ni que hacer.

- Lo felicito joven Li, la señorita Kinomoto aprendió todo muy bien.

- Pero... - Sakura iba a protestar, Li NO le había enseñado todo lo que sabía.

- ¡Genial! - casi grita la profesora, si ellos participan ganaremos la competencia - ¡Que fuerza! ¡Que elegancia! ¡Que movimientos! ¡Perfectos! - corazoncitos flotaban a su alrededor.

Era una profesora de estatura baja pero muy delgada, piel blanca y ojos casi grises, era muy alegre y entrenadora profesional.

- ¿De qué esta hablando? - dijo Li una vez que se recupero de la sorpresa, y Sakura todavía no.

- La maestra me ha propuesto un trato, que seas tú y Kinomoto que participen como pareja en la competencia de patinaje sobre hielo. Los vio entrenar y ahora con esto se convenció.

- Yo en una competencia - preguntaba Sakura - genial - nunca había estado en una competencia de patinaje. Después de que su hermano, Kero incluso Eriol creían imposible qu epudiera patinar algún día, haría que se arrepintieran de sus burlas.

Parecía niña pequeña a la que le habían prometido un juguete nuevo, no pensaba las consecuencias, a su alrededor Tomoyo y la maestra ya imaginaban toda clase de cosas y la felicitaban.

- No - se negó Li - no lo haré.

- Señorita Kinomoto ¿Ha practicado gimnasia y valet? - por otro lado la profesora tenía ocupada a Kinomoto.

- Sólo un poco, hace años.

- Genial, simplemente genial - revisaba los brazos de ella y luego los pies - entonces...

La maestra seguía examinando a Sakura sin escuchar lo que el entrenado y Li hablaban.

- Señor Li - el semblante del entrenador cambio - no se encuentra en posición de renegar, o gana esa competencia de patinaje o seguirá con las clases a las chicas que desean aprender.

- Entrenador - Kusho se entrometió en la "charla" - si Li no lo desea, con gusto lo haré yo. Le aseguró que la señorita Kinomoto y yo tenemos el mismo nivel. Yo ganaré esa competencia con la señorita - sonrió Kusho y envió una mirada de muy sospechosa sobre una feliz Sakura.

Claro que Li lo noto de inmediato.

Primero el incidente con Yamazaki, sabía que ahora estaba en esa situación por su culpa y ahora pretendía burlarse de él. No le daría el gusto, aunque significara participar en un tonto torneo con Sakura como pareja.

- Pensándolo bien entrenador, yo lo haré - no pensaba seguir enseñando a nadie, menos a esas chicas que lo acosaban - después de todo YO le ENSEÑE a patinar - se aseguró de que Kinomoto no lo escuchara.

- Es cierto Li - comentó el entrenador - tienen experiencia juntos. Así se hará, participaran en la competencia y ganaran.

- No lo dude - dijo Shaoran, enviando una mirada de supremacía sobre Kusho, quien se la respondió.

Había ganado, esta vez se la gano.

- El que ríe al último ríe mejor Li - susurró para sí, se dio vuelta y fue con Sakura.

- Estuviste genial Kinomoto.

- Gracias - contestó sonriendo.

- Pero venía a verte por nuestra cita.

- ¿cita? - su sonrisa se borro - ah, si la cita - simulo sonreír.

- Creo que un traje azul se le vería divino - decía la profesora.

- Yo creo que sería mejor rosa, o verde va con sus ojos - objetaba Tomoyo.

Mientras ellas discutían sobre el traje de Sakura ni se percataban de lo que pasaba a su alrededor. Pequeños rayitos eran enviados con las miradas de Li y Kusho, mientras el entrenador se divertía con las ocurrencias de la profesora y Tomoyo.

- Vamos Sakura - ya no la llamo señorita Kinomoto y ni siquiera lo noto, aún deambulaba en sus sueños de ganar la competencia.

- Hasta pronto Li - Kusho tuvo el descaro de voltear a verlo y hacerle señas de despedida, mientras ponía la mano alrededor de los hombros de ella.

- Me las pagaras, maldito Kusho - gruñía Shaoran.

§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§

Cuerpos tirados por todas partes, las puertas del palacio habían sido abiertas salvajemente y camino al salón el hechicero reía al ver su éxito. Una enorme túnica negra lo cubría, pero se paseaba entre los cuerpos sin remordimiento. Sólo su diabólica sonrisa podía ser vista bajo la capucha que cubría la mayor parte de su rostro.

- ¿Dónde esta el emperador? - preguntaba aquel hombre a un soldado que agonizaba, pero este se negó a decir nada. Recibiendo a cambio una muerte rápida.

- Lo tenemos prisionero en sus propias cloacas - dijo un hombre de gran altura, que lo acompañaba.

- Bien.

Yue, Clow y Heian estaban los tres en uno de los fríos y oscuros calabozos del palacio, sujetado por grilletes y cadenas que salían de los muros.

- También esto era parte de tu plan - reprochaba Yue.

- No pensé que tuvieran esa fuerza - decía Heian.

Él y Yue estaban heridos. Yue había luchado hasta casi perder la conciencia, tenía muchas heridas en su cuerpo y con trabajo se mantenía conciente, el comandante estaba un poco mejor. Clow no había sido herido de gravedad, se habían limitado a protegerse, pero ante la amenaza de que si no se rendía matarían a su primer ministro y a su comandante tuvo que ceder.

- Se supone que por eso fuiste a investigar, y dices que no lo sabías - Yue aunque débil no dejaba de culpar al comandante por su negligencia.

- Sólo supe lo que se rumoraba en los pueblos, el hechicero era muy cuidadoso de no dejar escapar información que lo dañará.

Mientras ellos discutían Clow simplemente se había quedado callado, sólo reflexionando. Sabía que su magia no estaba desarrollada lo suficiente y lo que ahora vivían era consecuencia de eso. Aquel hechicero si lo había hecho y logro vencer a su ejército y muy pronto podría crecer su poder si se apoderaba de la magía en la habitación.

En esos momentos sólo eso pasaba por su mente, además de Zafiro. Es su rostro no había ninguna emoción visible, ni la ira de Yue, ni la misteriosa traquilidad de Heian.

Pronto el guardia que los vigilaba se movió y se escucharon pasos que se acercaban a los calabozos.

Heian y Yue quedaron en silencio sólo con la mirada fija en la puerta de metal.

Pronto la puerta dio lugar a un poco de luz que se colaba y dos siluetas cruzaron el umbral.

- ¿A quién tenemos aquí? - dijo el hechicero con voz burlona.

- Maldito - salió de la boca de Yue.

Mismo que le valió una tremenda patada en el estomago por parte del guardía del hechicero.

Clow permaneció inapacible, sin ningún cambio en su mirada o rostro.

El comandante sólo frunció el ceño, debía tragarse por un momento su orgullo y coraje.

- Son el "Emperador Clow", el primer ministro Yue y el famoso comandante de su ejército Heian Lang - decía el hombre mientras se paraba frente a cada uno.

- Permítanme presentarme soy... su peor pesadilla.

Levanto por fin su capucha y dejo ver su rostro. Aquel hechicero parecía un hombre ya adulto de más de 40 años, de facciones duras y mirada penetrante, vestido con una túnica con un extraño símbolo, además traían un cetro. Era el responsable de las guerras que recientemente había comenzado.

- No me gustaría que te perdieras mi gran momento. Tráiganlos - ordeno, de inmediato otros hombres entraron y quitaron los grilletes de los hombres para conducirlos tras el hechicero. Yue e Heian seguían poniendo resistencia, tanta, que cada uno tenía dos hombres para contenerlo, mientas que Clow no lo hizo.

- Así me gusta - había dicho el hechicero al ver la actitud de Clow - tú si eres inteligente.

Todos caminaron por los pasillos del palacio y en más de uno encontraron algunos cuerpos aniquilados de los soldados de Clow. Al pasar junto a ellos Clow sólo enviaba una mirada de tristeza, realmente le había dolido la derrota. Al notarlo el hechicero sólo amplio la sonrisa de su rostro.

Llegaron frente a la enorme puerta de metal.

- Supongo que es aquí - dijo el hechicero acercándose mientras levantaba una mano hacia ella - sí - dijo con emoción - puedo sentir su poder dio un paso al frente, seguido de su guardia pero a comparación de él, el hechicero si se acercó mientras su guardia era rechazado.

- No puedo pasar - dijo el guardia.

- Es natural, no tienes magia - el hechicero sonrió.

- Espera - dijo Clow antes de que el hombre tocara la puerta.

El hechicero dirigió la mirada al emperador, que ahora tenía una mirada diferente.

- No lo permitiré - dijo al hombre, provocando sólo una sonrisa mayor.

- ¿Cómo lo harás? Emperador Clow.

- ¡Ahora! - dijo Clow.

- ¡AHORA! - gritó Heian a todo pulmón.

- ¿Qué? - por un momento no paso nada.

En algunos pasillos aledaños, en los aparentes muros se abrían puerta que dejaban salir a un centenar de soldados del ejército de Clow. Algunos de los que estaban tirados como muertos se levantaron y dispusieron a pelear.

Heian atacó a sus captores y ayudo a Yue a deshacerse de los suyos, mientras Clow ya se había alejado del hechicero.

El hechicero sonrió estruendosamente, mientras que sólo dos guardias habían quedado en pie después del ataque de Heian.

- ¿Qué pueden hacer ahora?

- Nosotros nos ocuparemos - dijo Heian.

Yue aún con dificultad se mantenía erguido.

- ¿Estas bien? - aprovecho Heian para revisarlo.

Recibiendo a cambio una fría mirada.

- Me podrías haber dicho que era parte del plan.

- Para engañar al enemigo, primero tienes que engañar a tus amigos - comentó el comandante - además no sería divertido - comentó para hacer enojar a Yue.

Después ambos se pusieron en posición de defensa.

- ¿Qué pueden hacer? Son demasiado pocos para nosotros, un centenar no podrá con miles de mis hombres que aún quedan - decía tranquilo el hechicero.

- Tal vez no mucho - dijo Clow conservando la calma y muy conciente de lo cierto de las palabras de su rival - pero impediremos que consigas ese poder.

Los guardias del hechicero se dispusieron a atacar lo mismo que los otros, con ventaja de los guardias el hechicero ya que traían armaduras y armas, lo que no Yue y el comandante. Clow y el hechicero se enfrascaron en un duelo de magia, con mucha ventaja del hechicero ya que Clow no tenía el suficiente entrenamiento además de no tener su báculo. Nunca pensó que el hechicero fuera tan poderoso.

El hechicero detuvo la pelea - Supongo que serían mejores contrincantes con esto - de sus extraños ropajes sacó la espada de Yue y la de Heian y el báculo de Clow que les quitaron cuando los atraparon.

Misteriosamente el arma de Heian comenzó a brillar.

- Parece que responde al poder que hay dentro de la habitación - dijo el hechicero acercándose de nuevo a la puerta.

El comandante lo notó y trato de dar una fuerte golpe a su rival, para ir en ayuda de Clow, lo mismo que Yue. Heian y Clow habían notado como la magia dentro de la habitación había estaba moviéndose.

Pero sus rivales aprovecharon su distracción, dando un certero golpe en la pierna de Yue, dejandolo en el suelo. Y al comandante una profunda herida en la parte izquierda del pecho, muy cerca del corazón. La sangre comenzó a correr por el frío piso del pasillo.

- Acábenlos - ordenó el hechicero, luego sin más envió un extraño poder a Clow, que lo tomo por sorpresa, pero que logro evitar.

- Eres bueno, pero no lo suficiente - dijo unas palabras en voz baja y en el suelo un líquido negro se dirigió a Clow, adhiriéndose a su pie e impidiéndole moverse. Clow comenzó a invocar a algunos hechizos pero ninguno era suficiente.

- Y ahora no quiero que molestes - lanzó una especie de poder que levantó un muro entre Clow y él, después lentamente comenzó a abrir la puerta de la habitación, mientras dentro la magia comenzaba moverse con más fuerza - disfrutaré esto Clow.

Yue y el comandante tenían las espadas de sus contrincantes en el cuello, mientras sus rostros no mostraban miedo, nada. No podían hacer nada. Pero al ver al hechicero abrir la puerta al comandante se le ocurrió algo, pero...

- ¡Viento! - se escucho decir.

En el pasillo se sintió una fuerte ráfaga de aire, que lentamente comenzó a incrementar su fuerza, obligado a todos a cubrirse los rostros. Los guardias del hechicero no supieron como aquel viento los lanzaba lejos, mientras sólo se mantuvieron en pie Clow y el hechicero.

- ¿Quién es? - preguntó desconcertado el hechicero.

- Una de las personas a quien viniste a acabar - se escuchaba la voz traída por el mismo viento.

En el pasillo se sintió una fuerte ráfaga de aire, que lentamente comenzó a incrementar su fuerza, obligado a todos a cubrirse los rostros. Los guardias no supieron como aquel viento los lanzaba lejos, mientras sólo se mantuvieron en pie Clow y el hechicero.

§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§

Kusho y Sakura caminaban rumbo a la salida de la escuela. Ella iba con una sonrisa de oreja a oreja.

Pero repentinamente se detuvo, su mente regreso atrás.

- La maestra me ha propuesto un trato que seas tu (refiriéndose a Li)y Kinomoto que participen como pareja en la competencia de patinaje sobre hielo. Los vio entrenar y ahora con esto se convenció - había dicho el entrenador.

- Yo en una competencia - preguntaba Sakura - genial - nunca había estado en una competencia de patinaje. Parecía niña pequeña a la que le habían prometido un juguete nuevo, a su alrededor Tomoyo y la maestra ya imaginaban toda clase de cosas y la felicitaban. Estaba tan orgullosa de tener el mismo nivel que Li o quiza mejor.

- Es cierto Li - comentó el entrenador - tienen experiencia juntos. Así se hará, participaran en la competencia y ganaran

- ¿Li aceptó? - recordaba. Estaba tan distraída que no lo noto antes, pensó que se rehusaría, competiría con él como pareja CON LI.

Salió de la pista sin despedirse de la profesora o de Tomoyo. Y había más, justamente ahora caminaba con Kusho quien ya prácticamente la tenía abrazada.

Ahora maldecía su distracción.

- ¿Pasa algo Sakura?

- Yo... - qué decirle para que entendiera que ahora no era el mejor momento de salir. Debía regresar corriendo a retractarse con la maestra - olvide mis cosas y... decirle algo muy importante a la profesora - se separo de inmediato - lo lamento, creo que será otro día - se dio la vuelta para salir corriendo.

- Espera - sintió como la tomaba del brazo y un escalofrío recorrió su espalda.

Al voltear sólo vio a Kusho sonreír.

- Sólo quiero que recuerdes que me debes una cita.

- Claro, adiós - salió corriendo.

Con suerte aún se encontraban todos ahí.

Con agitada respiración llego a la pista, deteniéndose en la entrada. En la en pista estaban Tomoyo y la profesora. El entrenador y Li ya no estaban.

Tomoyo decía que el color más suave y femenino era el rosa, mientras la profesora, decía que el azul era el mejor por relacionarse con el hielo. Era una discusión amistosa, pero no se dieron cuenta de la llegada de Sakura.

Hizo un puchero, tendría que emplear una buena excusa para salirse de eso. Tal vez podría decir que no tenía tiempo, o quizá que fue suerte lo que hizo en la prueba, o tal vez que se iría a Marte en unos días. O sería mejor excusa decir que viajaría al pasado y moriría allá en manos de un poderoso hechicero. Tenía que salirse de eso.

- Tan pronto te arrepientes - la masculina y seria voz la sacó de sus pensamientos.

Ella se dio vuelta para encontrarse a Li, recargado en una de los muros, de brazos cruzados y mirada ¿divertida?

- No me arrepiento, sólo que...

- ¿Qué? ¿Tu pareja no te agrada?

- Eso no importa, lo que me importa es obtener...

- ... lo que quieres.

- Tal vez.

- ¿tienes miedo?

- Claro que no, puedo hacer lo que quiera.

- ¿Estas segura?

- Si, Shaoran Li, competiré contigo y quieras o no ganaremos esa competencia.

¿Quién hablaba de la competencia?

- Tendrás que soportarme, no dejaré que me impidas ganar - Levantó la cabeza y se fue a donde estaban Tomoyo y la profesora.

- Pero si yo le hablaba de Kusho - pensó Shaoran - ahora no tengo esperanza de que renuncie.

- LI - grito la profesora - tenemos que ponernos de acuerdo con los ensayos.

§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§

-Buenas noches - un chico de aspecto gentil entraba a un bar.

El lugar era elegante y sobrio, había varios hombres bien vestidos sentados en pequeñas mesas. Probablemente jóvenes empresarios que buscaban un momento de tranquilidad en sus ocupadas vidas.

El chico se dirigió hacia la barra donde pidió al cantinero una bebida. Con disimulo recorrió con la vista todo el lugar, no había nada fuera de lo normal, con gran calma tomo su bebida y se dirigió a una de las mesas más apartadas de donde podía verse todo.

Permaneció unos momentos, tomando pequeños sorbos. Sólo observaba entrar y salir a los demás clientes.

Su aspecto no llamaba la atención porque estaba vestido muy parecido a los demás, sin embargo tenía algo muy especial. Una mirada tan tranquila que cualquiera diría que no padeciera ninguna preocupación.

- ¿Desea algo más? - un malencarado mesero se acercó.

Había notado que ese chico era algo extraño a comparación de los demás.

El chico simplemente sonrió como si no notara la fría y desconfiada mirada del mesero.

- Sólo otra copa de lo mismo, gracias.

El mesero se retiró por el pedido y después de entregárselo se fue.

Los minutos seguían pasando y el chico continuaba igual. El mesero lo tenía muy bien vigilado había algo en él pero aún no sabía exactamente qué.

Casi tres horas pasaron mientras aquel chico había tomado apenas tres copas de lo mismo. Justo cuando de nuevo el mesero se acercaba a la mesa del joven. Lo vio contestar su teléfono móvil, apenas contesto dos o tres monosílabos y colgó, mostrando un rostro diferente.

Y antes de que el mesero llegara el chico saco dinero de su saco lo coloco en la mesa y a pasos agigantados salió. El mesero lo observo con detenimiento, recogió la paga y la propina. No tardo mucho para salir del lugar con gran prisa.

Daba grandes pasos tratando de ver hacia donde se había dirigido. Camino por la única calle que llevaba a la avenida principal, pero no vio a nadie, las calles estaban vacías, sólo los autos iban venían.

El mesero suspiro, aquel chico era muy escurridizo. Después de pensar detenidamente lo que minutos antes sintió, al verlo salir sintió como de aquel chico emanaba una extraña energía mágica, si mágica. Era de muy poca fuerza, pero estaba encargado de detectar a cualquier persona que tuviera mágica por mínima que sea.

Dándose por vencido camino de regreso al bar. Cruzo por su mente los recuerdos de su pasado recordando por su puesto a su querida hermana, la extrañaba tanto.

Tan metido en sus pensamientos estaba que no noto la figura que iba en dirección contraria chocando.

- Lo siento - balbuceo vagamente.

- No hay cuidado - esa voz.

Era el chico, sonreía. Ahora que lo veía más de cerca, tenía la misma mirada gentil, su cabello era grisáceo y unos lentes cubrían su rostro.

- ¿Tu?

- ¿Pasa algo?

Su mirada desconfiada lo recorrió, no parecía ser una persona malvada.

Pero las apariencias engañan.

- Lo siento, lo confundí con alguien más - se inclino como para disculparse y de dispuso a regresar al bar.

- No lo creo - no esperaba tal respuesta.

- ¿De qué habla?

- Ambos lo sabemos - no dejaba de sonreír a pesar de ser una charla muy seria.

El mesero que era mucho más alto que el chico de cabellera grisácea, se planto frente a él y frunciendo el ceño espero.

- Ambos tenemos magia, tal vez buscamos lo mismo.

- No se de lo que habla.

- Por favor - por vez primera la sonrisa pareció borrarse de sus labios - no hay tiempo para desperdiciar.

- ¿Qué quieres?

- Es claro que buscamos lo mismo, pude leer en tu aura que tus intenciones no son malas. Por eso te recomiendo que desistas de tu búsqueda - esto lo dijo con una voz un tanto fría.

- ¿Acaso es una amenaza? - jamás nadie le había hablado de esa manera y ahora sus puños estaban cerrado con fuerza.

- Es una advertencia.

- ¿De quiénes eres? Quiero saber contra quienes me enfrento.

La sonrisa en los labios del chico de lentes regreso, desconcertando al mesero.

- No deseo pelear, sólo sirvo a mi causa. No diré a quienes pertenezco pero si quieres un nombre te lo daré. Tsukishiro Yukito.

- Bien Tsukishiro, sólo no te metas en mi camino - le dirigió una fría mirada y camino de regreso - o lo lamentaras.

- Aún no me has dado tu nombre - lo llamó el chico que se decía llamar Yukito.

- Kinomoto, Touya Kinomoto - dijo el mesero sin dejar de caminar.

- Kinomoto, nos volveremos a ver - su rostro volvió ser tranquilo y se perdió en las calles.

§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§

¡Hola!

¿Cómo están? Esta vez el capítulo me quedo más pequeño pero con más misterios. Esta primera parte de este fic esta muy próximo a terminar con el fin de la historia de Clow. Pero con Sakura todo va viento en popa. No se preocupen muy pronto vendrá lo que me han pedido, sólo pido un poco de paciencia.

Muchas gracias por sus reviews, siempre alientan a seguir adelante son muy importantes para mí y además me dan ideas.

-darthmocy –hola amiguita las escenas que pides muy pronto, sólo déjame arreglar algunos asuntillos antes ¿si? Y la historia de Zafiro y Heian creo que me leíste la mente en el próximo capítulo lo sabrás.

- Ropna - ¿Qué tal? Sip tienes una estupenda intuición. Las escenas s&s muy pronto sólo debo solucionar unas cosas antes. Ahora sí este capítulo es más pequeño. Ya entraron en acción Yuki y Touya y los demás muy pronto. Saludos mi estimada Ropna, cuídate y hasta pronto.

- lady esmeralda – je, je, je que te parece por estar peleando shao y saku ahora tienen que sufrir las consecuencias, soy mala. Y con Clow, eso esta por terminar. Muchas gracias por el review, cuídate y hasta pronto.

- Celina Sosa – amiguita ¿cómo estas? espero bien. La batalla comenzó y bueno muchas cosas pasaran, Clow sobrevive pero no es el único, en el siguiente capítulo todo terminará. Je, je, je soy mala. En fin gracias por tu apoyo, hasta pronto.

- thinia Milondra - ¡Hola! Los misterios me encantan además le ponen más emoción a esto y aún hay más cosas que tengo bajo la manga. Te agradezco que te hayas tomado la molestia de escribir, aunque tengas prisa gracias por tu review. Hasta pronto.

- CollSaku – hola, bien te responderé lo de las reencarnaciones todas y tal y como las mencionaste son correctas, me leíste la mente. Y claro que tomaré en cuenta tus sugerencias muy pronto mi querida amiga, je, je, je, tengo algunas cosas planeadas que…. Bueno espero actualizar pronto. Mil gracias por tu apoyo, cuídate y hasta pronto. PD: leeré tu fic lo más pronto posible.