Disclaimer: los personajes de Card Captor Sakura pertenece a Clamp (como si no lo supieran), los demás y otros que aparecerán son invención mía y algunos con ayuda de mis estimados lectores. No me demanden.
Capitulo 10
Contrincantes
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La luz de los reflectores bañaba su cuerpo perfecto, hacia movimientos delicados al ritmo de la música. Manos, pies, cabeza todo con perfecta armonía y elegancia y cuando el momento llegaba, con precisión saltaba y giraba en el aire sintiéndose libre y feliz. Los intensos entrenamientos surtían efecto, pocas veces se veían esos ejercicios tan llenos de emoción, pasión.
Cuando de nuevo caía al hielo una mirada seria pero llena de emoción la recibía en sus brazos.
Juntos bailaban y mostraban porque eran los mejores patinando. Era un total deleite para los ojos del público, que desde el primer momento quedaban prendados de la perfección con la que realizaban sus ejercicios, los jueces no se dejaban guiar tanto por ello, sin embargo ninguno podría decir que no estaba sorprendido.
Lo tenían todo para ser campeones mundiales.
- ¡BRAVO! - estallaba en público en gritos y aplausos al terminar la rutina.
Ellos simplemente agradecían y patinaban al lugar donde sabrían sus calificaciones. De nuevo los gritos comenzaban cuando las calificaciones por fin son mostradas, son las calificaciones más altas en toda la competencia, pero había algo que a los jueces no les había gustado. No importaba realmente sólo saltaba a los brazos de él.
- Te lo dije seremos campeones - le repetía al oído.
- Si - contestaba ella.
En cuanto pudieron salir de la vista del público ambos se fundieron en un beso.
Inesperadamente en esos momentos daban la calificación de la pareja siguiente.
- No es posible - al asomarse vieron la tabla de posiciones la pareja que recibía sus calificaciones, los habían superado.
Obtuvieron el segundo lugar.
Después de eso hubo una pelea con su pareja y se separaron para no verse nunca más, culpándose mutuamente.
Eso paso hace mucho tiempo atrás, pero lo recordaba mejor que si hubiera sido ayer. No sólo por haber quedado en segundo lugar, sino por haber perdido al amor de su vida.
Esos recuerdos rondaban la cabeza de la ahora profesora de patinaje artístico. La señorita Yoko Zusue, mejor conocida entre los estudiantes como la profesora Zu.
- Levanta un poco más la cara Sakura - la profesora dirigía a sus "futuras estrellas" como les llamaba.
Ellos cumplirían su sueño de ganar una competencia, por fin después de 5 veces de participar y quedar en los últimos lugares. Ella que en su juventud había participado en las competencias más importantes, pero como había envejecido su única ilusión era hacerlo con los jóvenes. Pero ellos estaban muy poco motivados, no había ese compromiso, esa ilusión y esa pasión tan necesaria para patinar como nadie y ganar.
Todo eso lo debían reflejar en cada movimiento, cada mirada y cada actitud.
- Perfecto - decía la profesora - ya dominan la técnica. No como profesionales pero suficiente para ganar.
Tanto Sakura como Shaoran llevaban unas semanas ensayando y eran geniales. Pero había un problema, lo hacían por ser uno mejor que el otro.
- En coordinación están geniales - debían dar unos movimientos de coordinación en que harían los mismos movimientos por separado y era un deleite verlos, el problema estaba.
- ¡Cuída tu pie por poco me pisas!
- ¡Me estas apretando la mano, me duele!
Surgió una gotita que se hizo más y más grande y las venas de sus sienes parecían no tardar en reventar.
La coordinación era magnifica, pero cuando tenían que patinar juntos, eran un desastre, se supone que él la debía levantar en muchas ocasiones y ella lo debía abrazar en otras para hacer el ejercicio, pero cada vez que querían hacerlo terminaban…
- ¡Tienes las manos frías!
- ¡Estamos en el Hi-e-lo ¿qué esperabas!
- ¡Así no puedo!
- ¡¡Basta! - gritó por fin la maestra.
Respiro contando hasta diez, eran jóvenes de 18 años como era posible que se comportaran como niños.
- ¿Qué haré con ustedes? - rascaba su cabeza con desesperación.
- Si tan sólo se llevarán bien - pensaba, dio un enorme suspiro - es todo por ahora, pueden descansar, mañana continuamos.
Dio media vuelta, cómo era posible, qué podía hacer, camino con desgano hacia la salida. Mientras tras ella seguía escuchando a sus alumnos.
- Es tu culpa.
- ¿mía? No soy yo el que se queja por todo.
- Eres muy torpe.
Y eso era todos lo días.
- ¡Tonto!
- ¡Engreída!
- ¡Inútil!
- ¡Torpe!
- ¡Lo tengo! - gritó de pronto la maestra y regreso corriendo con una sonrisa en su rostro.
Sakura y Shaoran tenían un signo de interrogación en sus cabezas.
- Ya sé, ahora recordé que hubo un tiempo en que tuve el mismo problema con un chico y lo pude resolver...
- Dudo que esto tenga solución - murmuro Shaoran, Sakura sólo lo vio feo.
- ¿Cómo? - preguntó Sakura - seguramente el chico no era tan DESCONSIDERADO
Shaoran frunció el ceño, algo le decía que la solución no le agradaría.
- Pues para que se acostumbren el uno al otro y al ritmo, lo que harán es bailar.
- ¿Bailar? - ambos preguntaron ambos chicos.
- Sip - la feliz maestra comenzó a tratar convencerlos.
- El baile hace que se coordinen movimientos. Ayuda mucho a que la pareja se conozca y sus fallas y aciertos. Además... – tenía estrellitas de colores en los ojos.
- ... genera una sustancia que hace feliz a la gente - se plantó frente a ambos y los abrazo.
- eso les hace falta y si lo hacen serán campeones - los soltó y camino a la salida - Los veré la próxima semana, ya tienen tarea. Hasta pronto - salió casi saltando de alegría.
Sakura y Shaoran se quedaron asimilando lo que había dicho.
- ¡Oh, no! - susurraron.
- Genial, no la soporto en la practica y ahora tengo que bailar con ella - pensaba uno.
- Trágame tierra - pensaba la otra.
- Te veo esta noche en el Cerezo - dijo sin ánimo alguno él y salió de la pista sin darle oportunidad de responder.
- Realmente piensa hacerlo.
Sakura dio algunas vueltas por la pista, tal vez le ayudaría a pensar ¿como rayos se metió en eso? Tenía cosas más importantes en que pensar.
- Hola Sakura - saludaba una alegre Tomoyo.
- ¿Cómo estas Tomoyo?
- Bien ¿cómo van los ensayos?
- je, je - salió de la pista y evito responder - y supongo que vienes por Li.
- En realidad quería verte a ti.
- ¿A mí?
- Si - sacó de su mochila una libreta y se la mostró.
- Estos son los modelos que me gustaron, los hice yo misma pero quiero que me des tu opinión.
- No me digas que diseñas ropa.
- Es un pasatiempo.
La libreta tenía varios diseños de trajes y leotardos en todos estilos y colores que iban desde lo más tradicional hasta lo más moderno.
- Este es muy bonito - comentó Sakura.
Tomoyo lo vio - es justamente el que me gusta a mi - Era un traje rosa con falda en picos y algunas flores pequeñas alrededor de la cintura.
- Este usaras
- ¿Qué?
- Me encargaré de hacértelo, para que te lo midas.
- Pero… no hay peros. Te veras divina, esta misma noche iré a tomar las medidas.
- Tomoyo yo no estoy segura, veras Li y yo no podemos...
- Es cierto, tengo que tomarle las medidas también a Shaoran - sin decir más salió corriendo.
- Hasta la noche - movía la mano mientras se alejaba.
Bajo la cabeza decepcionada, se cambio, tomo su mochila y se fue.
Pensando en lo que habían pasado los últimos días, a parte de los entrenamientos de magia y de patinaje. Casi no había tenido tiempo para divertirse con sus amigos, ya casi no los veía y comenzaba a sentirse algo cansada.
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Lo que momento antes sus ojos veían jamás se lo imaginado ni en las peores de sus pesadillas. Cuerpos de hombres mutilados, sangrantes, espadas que los cruzaban y en sus rostros el dolor que sufrieron antes de caer muertos, su agonía y desesperación. Pero al mismo tiempo era un aliciente para continuar, ella debía hacer algo para ayudar o perdería la vida en el intento.
- ¿Qué? - Heian y Clow después de unos segundos reconocieron la voz y el poder.
Sus rostros pronto cambiaron a unos impresionados.
¿Qué hacía ella ahí?
Con pasos firmes y seguros la figura de Zafiro se hizo presente, tras ella estaban unos soldados heridos, sobrevivientes, aún así de inmediato fueron a ayudar a los heridos primer ministro y comandante.
- La emperatriz - dijo el hechicero.
- No permitiré que destruyas más - decía con los ojos enfocando sólo a aquel hombre - ¿Tú? - reconoció al hechicero.
- Es un honor que su majestad recuerde a un plebeyo.
Los demás se quedaron escuchando.
- Zafiro ¿Qué haces aquí? - preguntó Clow.
Pero su pregunta fue cubierta por otra voz.
- ¿Qué haces? Debes irte de inmediato - Casi gritó otra voz que sonaba más sorprendida y hasta desesperada.
Con algo de desconcierto Yue y Clow vieron como Heian ayudado por el soldado, dirigía esas palabras a Zafiro. Mientras ella se limitó a dirigirle una corta mirada entre feliz y tranquilizadora. Luego ella se dirigió con Clow.
- Gracias - dijo Clow mirándola dulcemente.
- Pensé que un caballero debía salvar a una dama - dijo aún con un poco de humor.
- Lo lamento, pero conmigo no se aplica. Será en otra ocasión - le devolvió la sonrisa, estaba muy contenta de que a ninguno haya muerto.
El hechicero no perdía detalle de ella, al igual que Yue en el comandante.
- Si cree que con eso podrá derrotarme, se equivoca alteza - dijo el hechicero, por un momento le pareció que se habían olvidado de él - un poco de viento no podrá derrotarme.
- Hyobe - dijo el nombre del hechicero - pensé que estabas exiliado del imperio.
- ¿Lo conoce? - el primer ministro no reconocía a aquel hombre pero ella parecía conocerlo bien.
- Él era un terrateniente que habitaba cerca de nuestras tierras - explicaba ella - Había pedido mi mano varias veces a mi padre, pero él no quiso imponerme un matrimonio y me dejo la decisión.
- Y me rechazaste - era muy evidente el rencor en la voz del hombre.
- Ya había alguien especial en mi vida - pensaba Zafiro, en aquel tiempo pensaba que era Lenpis.
- luego lo acusaron de un asesinato y fue despojado de sus riquezas y exiliado - completo Zafiro.
Mientras ella relataba los demás no despegaban la vista de aquel hombre.
- Majestad, aún así - dijo recobrando la postura el comandante - no debe estar aquí es muy peligroso.
- Es cierto - apoyo Clow.
- Lo lamento, pero no me iba a quedar allá, con la incertidumbre de lo que pasaba aquí, con el emperador y... todos.
- Ustedes - dijo Clow a los otros soldados que habían llegado con la emperatriz - busquen a los heridos y ayúdenlos, aquí no es necesaria su presencia.
- Si majestad - los soldados obedecieron.
- ¡Ataquen! - ordeno el hechicero a los soldados que apenas se levantaban, no quería perder tiempo, además tenía un plan que no podía fallar.
Sus hombres obedecieron y se lanzaron, uno contra el primer ministro y otro contra el comandante ahora con desventaja por sus heridas, mientras Clow se pudo deshacer de su prisión y se coloco delante de Zafiro.
- No es suficiente - grito una luz roja salió de él y se dirigió a Clow, mientras el hechicero hacía otro movimiento.
Tardo apenas unos segundos en los que Clow destruyo el hechizo. Había sido muy fácil, demasiado.
El hechicero se había quedado estático y Clow sólo lo observaba.
- ¡Suélteme! - se escucho un grito en todo el pasillo.
- ¡Zafiro! - todos voltearon, atrás de los combatientes el hechicero sujetaba a la emperatriz, mientras la imagen del otro hechicero desaparecía.
- Es poderosa con magia, pero su cuerpo es de una mujer - el hombre tenía las manos de ella atrapadas, su báculo había vuelto a ser un brazalete y tenía sus manos apretando su cuello lastimándola.
Desesperados y en un arranque de ira, tanto el comandante como Yue se deshicieron de sus contrincantes de un sólo golpe, acercándose peligrosamente.
Sorprendiendo al hechicero.
- ¡Alto! - sonrió malévolamente - o la emperatriz sufrirá las consecuencias.
Los tres se quedaron quietos.
- ¡Tiren las armas! - grito, pero nadie lo hizo.
- Háganlo - ordeno Clow, los tres lo hicieron.
- Así me gusta - dijo el hechicero - en un rápido movimiento tomo a la emperatriz y puso una daga en su cuello y sujeto con más fuerza las manos de la chica.
- ¡Zafiro! - gritaron Clow y el comandante.
- Si te atreves... - comenzó a decir el Heian.
- Ah, no están en posición de amenazar.
Ella estaba casi desesperada, ahora la tenía prisionera y sabía que ninguno de los tres hombres harían nada que pudiera provocar al hechicero. Internamente se culpaba, pero estaba dispuesta a arrebatarle la victoria.
- Ahora serían tan amables de limpiar mi camino hacia la habitación - hizo un movimiento de cabeza para que retrocedieran.
Con renuencia y cuidando los movimientos del hechicero, lo hicieron.
El camino hacia la habitación aún con la daga en el cuello de Zafiro.
- Demonios - maldecía Heian.
Mientras Clow trataba de tranquilizarse, lo mismo que Yue.
- Un momento, pero los tengo en mis manos, ¿porqué no acabarlos de una vez?
- ¿Qué? - Zafiro se estremeció al sentir como la energía negativa del hechicero se concentraba.
- ¡Cuidado! - les grito, sin importarle que por el grito se cortara levemente la garganta.
La energía salió y fue directo a Clow, Yue entonces con poca fuerza lo empujo y logro salvarlos de un fuerte golpe.
- ¿Esta bien majestad?
- Gracias Yue - le dijo mientras se levantaban, cuando.
- ¡Zafiro! - la voz horrorizada de Heian los hizo voltear a ver a la chica.
Ella tenía los ojos cerrados con fuerza y aún era sujetada por el hechicero, pero lo que horrorizo a Heian, era una mancha de sangre en su estomago.
- Maldito - grito Heian y se lanzó contra él.
- ¡Detente! - el hechicero apretó más a la emperatriz - no te lo recomiendo.
- No te atrevas - seguía diciendo Heian, sintiendo gran impotencia.
- Se me olvido mencionarles que cada ataque que ustedes esquiven ella lo recibirá, así que les recomiendo que los reciban gustosos o los sentirá su hermosa emperatriz.
- Desgraciado - Heian apenas podía contener la ira que lo embargaba.
Así los despiadados ataques empezaron, uno tras otro siendo recibidos por los tres, el más afectado era Yue, que trataba de recibirlos todos, mientras el hechicero no dejaba de reír. Apenas se levantaba uno y caía el otro, no podían ayudarse, la sangre ya cubría el frío suelo.
- Por favor, deja de hacerlo - rogaba la emperatriz una y otra vez. Si no fuera por ella esto no hubiera pasado, cada vez que Clow, Yue o Heian recibían un golpe, ella lo sentía un dolor en el corazón.
- Vamos querida no llores, después nos divertiremos tu y yo.
El rostro de la emperatriz estaba cubierto con lágrimas, sólo podía ver como eran masacrados.
El último ataque fue dirigido para Yue, que ya estaba en pésimas condiciones.
- ¡Yue! - gritó Zafiro
Pero él estaba tan débil que cayo inconsciente antes de que el ataque lo tocara.
- ¡Zafiro! - gritaron Clow y Heian.
Y como el ataque fue esquivado involuntariamente, una nueva mancha carmesí brotaba del brazo de Zafiro. Ella sólo hizo una mueca de dolor, pero trato de mantenerse.
Una rápida mirada hubo entre Clow y Heian, ya no estaban dispuestos a verla sufrir más. Y en las risas del hechicero y con fuerza salida sólo del valor, atacaron cada uno por su lado al hechicero, quien al verlo sólo sonrió más y dejo escapar de su cuerpo una tremenda onda de energía negativa que lastimo a Zafiro e hizo que el emperador, el comandante y hasta el cuerpo inerte de Yue salieran volando. Quedando tirados a metros.
El hechicero sólo reía con más placer.
- Basta - decía con débil voz la emperatriz. Su aura comenzó a incrementar
-¡Basta! - gritó con toda su fuerza.
La energía irradiada por ella se intensificó e hizo que el hechicero la soltará, el brazalete brillaba y se convirtió en báculo. Su cuerpo herido se puso en posición de combate.
- No es suficiente emperatriz, eres fuerte pero no ha entrenado lo suficiente, perdió el tiempo en leer y en otras tonterías y ahora pagara el precio - sin esperar nada, lanzo un ataque hacia ella, no lo pudo evitar y salió disparada en dirección a donde había quedado los otros cayendo muy cerca de Clow y de Heian
- Es cierto - dijo tratando de levantarse, sentía arder su piel en las zonas donde había sido tocada.
- Sabes que no lo es - dijo una voz tenue, era Clow que aún con los ojos cerrados podía sentirla, pero estaba demasiado débil -eres muy poderosa - completó otra voz, ella buscó su fuente encontrándose con la dulce mirada de Heian.
Cientos de recuerdos llegaron a su mente, recuerdos de los hermosos momentos por los que pasaron tanto agradables como tristes. No podía permitir que ninguno muriera. Nadie debía morir.
- Gracias por confiar en mí - susurro y se levanto. Utilizaría todo lo que había aprendido de magia, daría todo por proteger a sus seres queridos. Al pueblo de Haruko que la recibió con los brazos abiertos, a sus amigos, a su hermana, a todos.
El hechicero ya los había dado por muertos y se dirigió con una sonrisa a la habitación.
- ¡Alto! No lo permitiré.
Apenas se daba vuelta él cuando de manera sorprendente Zafiro estaba frente a él.
- ¿Y qué harás? - se burlaba.
- Acabaré contigo - un remolino de viento azul la rodeo mientras el hechicero preparaba su hechizo más fuerte.
Será un sólo golpe...
Uno mortal...
quien sobreviva...
ganara...
el otro...
morirá...
Justamente esa noche las estrellas brillaban como nunca, el brillo de la luna iluminaba como lo hacían los rayos del sol en el día, la diferencia era que en lugar de la calidez y alegría del día, la luna llenaba de un ambiente casi frío y misterioso.
Un estruendoso sonido salió del palacio, fue tan fuerte el impacto que muchos muros cayeron, otros tantos se cuartearon. Cuando el sonido se disipo, aún ambas figuras estaba de pie.
Zafiro sonreía, no lo podía creer, había logrado hacer un hechizo muy poderoso.
El hechicero fruncía el ceño, ¿Cuando prendió eso?
Lentamente dio unos pasos atrás sintiendo que la vida se iba de su cuerpo, el golpe finalmente le había dado de lleno y sabía perfectamente que era cuestión de minutos o segundos que no respiraría más.
Pero aún tenía algunos pendientes, sintió la energía del emperador y la de Heian despertando, así que se dirigió a ellos, pero antes de llegar cayo.
Su contrincante sólo se sujetaba el pecho para evitar la hemorragia que le había provocado.
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La noche estaba por llegar, nubes anaranjadas anunciaban su llegada, el ambiente era cálido, muy adecuado para salir a pasear.
Estaba en medio de una profunda meditación, en los últimos días pocas ocasiones lo había hecho. Le ayudaba a relajarse y mantener la mente bajo control sobre todo con la enorme cantidad de obligaciones que tenía sobres sí. Jamás en su vida se había quejado de las responsabilidades, simplemente había nacido con ellas, el ser miembro de una familia tan importante, sobre todo por ser el varón. Le agradaba saber que contribuía a su causa.
No reprochaba que en lugar de una infancia normal, haya pasado tres cuartas partes de su vida aprendiendo cosas que el resto de las personas consideraban sólo ficción. Conocimientos milenarios pasados de generación en generación, y aunque su infancia no fue normal, ahora se daba la oportunidad de reforzar sus estudios en una institución de personas "normales". Por primera vez se daba el lujo de ingresar a diversos deportes, siempre siendo el mejor. Al mismo tiempo que cumplía parte de una misión especial.
Terminó y se levantó, hizo algunos ejercicios para prepararse a salir.
El teléfono sonó, se dirigió a él y contesto.
- Me alegro encontrarte al fin - Una voz varonil del otro lado pareció contento de encontrarlo.
-¿Pasa algo? – para que él lo llamara significaba que era importante. Tenía instrucciones de no hacerlo a menos que fuera muy importante.
- Como siempre al grano – murmuro la voz en el auricular - Si pasa algo, hace unos días me encontré a alguien.
-¿Alguien?
- Si un chico, algo extraño note que me observaba y después lo enfrente para saber sus intenciones.
- ¿Y?
- Tiene magia, una muy especial me costo un poco de trabajo reconocerla, tiene muy buen dominio.
- ¿Te dijo algo?
- No, sólo que no me meta en su camino. Me dio su nombre pero creo que es falso. Busca lo mismo que nosotros.
- ¿Cómo puedes estar seguro?
- ¿Recuerdas el bar que te comente?
- Donde supuestamente esta lo que buscamos.
- Si, siempre voy a tomar unas copas. Y resulta que extrañamente él se fue a trabajar a ese lugar y espera a muy altas horas de la noche para salir.
- ¿Sabes de que grupo es?
- No, de lo que estoy seguro es que no es un Wongi o ya me hubiera atacado, tampoco un ser oscuro, los detecto fácilmente.
- Entonces es de los otros.
- Es lo más seguro.
- Bien, si no te ha atacado no hay problema sólo no lo provoques, debe estar esperando el momento. Investígalo.
- Esta bien.
- En unos días enviaré a alguien.
- Bien no te preocupes, aún no llega el momento podemos estar tranquilos. Por cierto como te va en la escuela, me han dicho que has movido "influencias" para aparentar que llevas más tiempo del real.
- Así es, ya vendrá el momento importante.
- Tengo que irme Shaoran, salúdame a Tomoyo y cuídate. No olvides entrenar.
- No lo hago. Hasta pronto Yukito.
- Hasta pronto amo.
Cortaron comunicación. Pero Shaoran no estaba preocupado, no era ni la primera ni la última vez que se enfrentarían a contrincantes fuertes. Por ahora tenía una vida casi normal, claro hasta que el fatídico momento llegara.
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- Que bien se siente - pensaba mientras entraba al Cerezo.
La música inundaba el ambiente, luces intermitentes y chicos bailando hicieron que recuperara su alegría.
- Me alegra que por fin tengas un poco de tiempo libre - Ikue e Hisaki la habían acompañado.
- Te extrañamos, ya casi no nos vemos - completo Hisaki.
- Es cierto, lo que me alegra es que pronto saldremos de vacaciones - dijo suspirando Sakura.
- Será genial - saltaba en su asiento Ikue.
- Hola chicos - saludaban los recién llegados.
- Yamazaki, Chiharu, Tomoyo, Shaoran - tampoco los había visto hace mucho, me alegra verlos - todos se saludaban.
Conversaron un poco todos sonreían. Ikue e Hisaki hablaban de sus planes para las vacaciones. A lo lejos Meiling los observaba, había decidido esperar un poco de tiempo, si los rumores eran ciertos pronto obtendría lo que deseaba.
- Le gustaría bailar - de la nada apareció Kusho frente a Sakura.
- Eh, a hola joven Kusho, pues yo...
- No me diga que no sabe, porque el otro día todos la vieron hacerlo muy bien.
- Sakura recuerda que tienes que practicar con Shaoran - dijo Tomoyo – un tanto incomoda por la presencia de Kusho.
- Es cierto - recordó Sakura.
- Pero Shaoran puede estar el tiempo que quiera con Kinomoto - dijo con aire malicioso Kusho - ahora puede divertirse lejos de él.
- Sakura ... - dijo interrogante Tomoyo.
- Esta bien joven Kusho - ella tomo la mano que éste le ofrecía, dio una última mirada a Li que no parecía importarle en lo más mínimo.
- Nos veremos en un momento - se fue con él.
Todos en la mesa se quedaron en silencio.
- Ese chico no me agrada - comentó Chiharu.
- No es mala persona - lo defendió Ikue - pero hemos venido a divertirnos - jaló al pobre Hisaki a la pista.
- Me concede la pieza - Yamazaki tomo la mano de Chiharu.
- Te advierto que si me pisas, no vivirás para contarlo.
- Me arriesgare - ambos se fueron.
En la pista se tocaba un ritmo movido. Sakura bailaba con muy pocas ganas, a lo lejos vio a Ikue e Hisaki, bailando muy juntos. Más allá Yamazaki y Chiharu parecían discutir, bueno en realidad ella, él sólo sonreía.
Después vio entrar a la pista a Tomoyo y Shaoran, pero estaban algo serios.
- ¿Qué pasa Sakura? - reclamo atención su pareja de baile.
- Nada...
- Si no quieres bailar, podemos...
Negó de inmediato con la cabeza - te debía una salida y ahora te la pago.
- Pero...
- Mira allá ahí bebidas, tengo un poco de sed - se separó de la pista.
- Voy por ellas - Kusho fue a la barra.
Sakura observaba a las parejas bailar. Pero algo le llamo la atención, Tomoyo y Shaoran actuaban muy extraño, hablaban en voz baja y ambos parecían incómodos.
- Aquí están - se cruzo Kusho - es...
- Gracias - recibió la bebida y sin saber que era (no hagan eso chicas) se la tomo casi de un trago y siguió observando a la Tomoyo y Shaoran.
- ¿Segura que estas bien? - preguntó Kusho.
- Si, podrías traerme otra – si seguía así no se enteraría de lo que pasaba con Tomoyo y Shaoran.
- Esta bien - Kusho fue a la barra de nuevo, pero esta vez pidió una bebida más fuerte, noto que Sakura sólo lo tomo como por inercia, así que aprovecharía su distracción.
Y tal vez esa noche podía obtener lo que deseaba.
Tomoyo y Shaoran parecían enfrascados en una discusión, el ceño de Li estaba fruncido. Y Tomoyo lo veía de frente y sus manos estaban casi cerradas en puño, ahora discutían en la mesa. Los otros no lo habían notado.
- ¿Qué les pasara? Esta tarde Tomoyo estaba bien ¿Qué le sucederá? Debo hablar con ella, probablemente por estar tan ocupada no le he puesto atención - se recriminaba Sakura.
- Aquí esta Sakura - de nuevo tomo la bebida y la acabo de un sólo trago.
- Tengo que hablar con ella - se decía internamente.
- ¿Seguimos bailando?
- Vamos - caminaron a la pista y comenzaron a bailar.
Pronto la música cambio, ahora era más suave. Kusho se encargo de pedir algo más romántico.
Sakura sólo seguía el paso de Kusho, pensando en lo que le pasaba a Tomoyo, de vez en cuando la volteaba a ver, pero su rostro era cada vez más serio y hasta triste. Shaoran permanecía a su lado pero ahora estaban en silencio.
De un momento a otro Tomoyo salía, siendo seguida por Shaoran.
Un impulso de salir tras ellos la invadió, quería saber que era lo que pasaba.
- Espera - Kusho la tomo del brazo - ¿a dónde vas? ¿Pasa algo?
- ¿Eh? - recién recordaba que estaba con él - no, no pasa nada.
Regreso a su lugar, después de todo era un problema de pareja, ella no tenía que meterse y mucho menos estarlos espiando.
Dio un largo suspiro.
- Estas bien - todo ese tiempo Kusho se había dedicado a observarla.
Era tan hermosa, reafirmaba su interés en ella y comprendía porque los otros chicos deseban ser más que amigos. Con cuerpo perfectamente torneado, todo en su lugar. Ojos verdes misteriosos, cabello sedoso y su inocencia. Haría lo que sea para tenerla.
- Nos podemos sentar, me canse - dijo Sakura regresando a la realidad.
- Claro, quieres otra bebida.
- Si gracias - se sentó en una mesa para dos mientras los otros seguían bailando muy metidos en sus parejas. Pero ni señales de Tomoyo o Shaoran.
- ¿Qué pasará a Tomoyo?
- Aquí esta - de nuevo Sakura dio un trago sin notar que era, pero...
- ¿Qué es esto? - sentía de pronto que el estomago estaba muy caliente, empezaba a ser efecto.
- Especialidad de la casa, ¿te gusta?
- Es muy fuerte, además yo no bebo - hizo a un lado la bebida mientras Kusho la observaba con una risa.
De un momento a otro la música cambio, gracias de nuevo a Kusho. Electrónica.
- ¿Te gusta?
Asintió moviendo la cabeza, de pronto se sentía más alegre y menos preocupada
- ¿Bailamos?
- Claro.
Se levantaron y de nuevo Sakura empezaba a hacer gala de sus dotes de bailarina. Ahora sonreía aún más y sus movimientos eran más sensuales. Kusho aprovechaba cada vez que podía para acercarse más y más, mientras ella apenas lo notaba.
- Es Sakura, esta bailando de nuevo - sus amigos la observaban.
- Tiene que enseñarme esos pasos - decía Ikue.
- Esta un poco extraña - dijo en susurro Yamazaki - no seas aguafiestas Takashi - lo regaño Chiharu.
.- Esta demasiado desinhibida - pensó Yamasaki, fue cuando busco a Shaoran y Tomoyo pero no estaban. No le tomo importancia pensando que estaría por ahí bailando o afuera.
Para desgracia de la población masculina la canción termino y una sonriente Sakura se dirigió a la mesa.
- ¿Otra bebida? - ofreció Kusho.
- Creo que sí - comenzaba a sentirse muy bien aunque de pronto sentía un poco de mareos.
Trajo otra bebida Kusho.
Sakura sólo tomo un poco e hizo una mueca.
- Podemos salir si te sientes mal - ofreció Kusho.
Sakura asintió, sintiendo que todo le daba vueltas, tal vez un poco de aire le haría bien. Caminaron hacia una parte más solitaria, Sakura al salir se sintió peor, pero se dejo guiar por Kusho.
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¡Hola de nuevo!
Ahora el noveno capítulo de este fic, en el siguiente sabrán el final de la batalla de Zafiro y que pasará con Saku, sufrirá las consecuencias de sus descuidos ji, ji, ji soy mala. En fin gracias por seguir esta historia. Disculpen por la tardanza de los capítulos pero tengo una buena cantidad de trabajo. No les doy avances del siguiente capítulo pero ya debe imaginarlo.
-Zauberry – Je, je, en el próximo capítulo termina la historia de Clow y sabrán por que no recuerda su pasado. Muchas gracias por tu review y hasta la próxima, cuídate.
-lady esmeralda - Tuviste toda la razón con lo de Zafiro, muchas gracias por tu apoyo a este fic espero que te sigua gustando como va quedando. Cuídate y hasta la próxima.
-darthmocy – sip la emperatriz llegó al rescate o por lo menos eso quería. Y sobre el beso entre esos dos, bueno mejor espera el otro capítulo. Saku y Shao bueno tu lo has visto, pero lo que viene estoy casi segura que te gustará, y sobre Eriol muy pronto. Gracias por tu apoyo amiguita, cuídate y hasta pronto.
-Coll Saku - ¡Hola! Me alegro que este fic te siga gustando, me encanta meter en problemas a los protagonistas, je, je, en fin muy pronto nuestro estimado Eriol aparecerá y claro que hará de las suyas, por lo pronto espero que este capítulo te guste. Mil gracias por tu apoyo, cuídate y hasta pronto.
- Celina Sosa – Hola mi estimada Celina, Yukito como te habrás dado cuenta esta con Shaoran y Touya con Saku, me encanta enredar todo, lo malo es que luego no sé como acomodarlo, en fin tengo muchos planes para todos. Gracias por tu review siempre me animan, espero que pronto continúes con tus fics, saludos y hasta pronto.
Hasta pronto.
