Capítulo 11
Mi último aliento
§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§
- ¿Otra bebida? - ofreció Kusho.
- Creo que sí - comenzaba a sentirse muy bien aunque de pronto sentía un poco de mareos.
Trajo otra bebida Kusho.
Sakura sólo tomo un poco e hizo una mueca.
- Podemos salir si te sientes mal - ofreció Kusho.
Ella asintió, sintiendo que todo le daba vueltas, tal vez un poco de aire le haría bien. Caminaron hacia una parte más solitaria, Sakura al salir se sintió peor, pero se dejo guiar por Kusho.
- ¿A dónde vas? - la imponente voz la hizo sobresaltarse.
- ¿Shaoran?
- Vamos a dentro, tenemos que practicar a eso hemos venido – fue una orden sin opción a negociar.
- No me siento bien - confeso - su rostro estaba algo pálido.
- La llevaré a su casa Li, puedes irte - aseguro Kusho.
- No.
- Li, dije que yo la llevaré a casa - su voz era amenazadora.
Conociendo a Shaoran pronto empezarían a pelear.
- Esta bien Kusho, me voy con él, hasta pronto.
Trato de caminar erguida hasta Shaoran.
- Vamos - y comenzó a caminar, aunque sentía que todo daba vueltas.
Shaoran dio una mirada enfurecida a Kusho y fue con Sakura.
- Ya la tenía. Maldito Li, me las pagarás.
Sakura apenas podía mantener la vista sobre el piso¿Por qué le movían la tierra? Caminaba lo más recta que podía, aunque era difícil.
- ¿Estas bien? - Shaoran había visto el caminar tambaleante de ella.
No estaban muy lejos de la casa donde vivía Sakura, así que iban caminando, había muy pocas personas a esa hora.
- SI, sólo que creo que algo no me cayo bien.
- ¿Y Tomoyo? - recordó de pronto - ¿dónde esta ella? - se dio la vuelta para ver a la cara a Shaoran.
- Esta en su casa.
- ¿Por qué se fue sin despedirse de mi? - los ojos verdes de Sakura brillaban más de la cuenta y su balanceo denotaba lo difícil que le era mantenerse erguida.
- ¿Estas ebria? - se sorprendió, no era una pregunta sino una afirmación.
- Yo no tomo bebidas alcohólicas - dijo ofendida y se cruzo de brazos haciéndose más difícil conservar la compostura.
- Tal vez no voluntariamente - reflexiono Shaoran - debía haber sido Kusho, frunció el ceño.
- ¿Kusho te ofreció alguna bebida?
- No me has respondido ¿Qué le has hecho a Tomoyo? - levantó el tono de voz Sakura, para evitar contestar.
- No es de tu incumbencia.
- Claro que lo es, Tomoyo es mi amiga.
Shaoran no respondió y comenzó a caminar.
- LI - corrió para alcanzarlo y quiso ponerse frente a él.
Pero en su carrera un nuevo mareo hizo que chocara contra la pared.
- Auchh
Al escuchar el ruido Li se dio vuelta.
- Si no sabes tomar no lo intentes.
- Ya te dije que yo no tomo. No me cambies la conversación. Dime que le hiciste a Tomoyo.
- Estas ebria.
- Que no, se sentó en la acera y se recargo en la pared.
- No me moveré de aquí hasta que me lo digas.
- No seas niña.
- No me muevo - y cumplió su palabra.
- Kinomoto, debes ir a casa hasta que te sientas mejor - se sorprendió él mismo jamás había sido tan amable con esa niña.
Sakura sólo negó con la cabeza, cerrando los ojos.
- ¡Basta Sakura¡Levántate! - gritó exasperado.
Ni siquiera noto que la llamo por su nombre.
- No quiero y no puedes hacer nada - tendría que decírselo o jamás se movería.
- Esta bien. Tú lo quisiste.
- SIIII, gane - pensaba con una sonrisa triunfal.
Shaoran se acercó a ella y con la facilidad con la que levantaba una silla, la levantó.
- O-O¿Qué estas haciendo? - gritó.
- No tengo tiempo para pelear con una niña caprichosa nos vamos a casa.
- Suéltame - comenzó a golpear su bien formado pectoral sin provocarle ni una mueca - cuando sepa esto Tomoyo me las pagarás eres un insoportable... - y siguió la lista de insultos.
"Yo no vi las flores marchitar
ni ese frío en tus ojos al mirar
no, no vi la realidad
me ibas a dejar.
En el camino se había cansado de golpearlo e insultarlo, el sueño la estaba venciendo. Aún sentía los efectos del alcohol. Durante el camino prefirió cantar en susurro, una canción que por alguna razón ahora rondaba en su mente y como en esos momentos no sabía muy bien lo que era realidad y que no, se dejo llevar.
Dicen que la vida, bebé,
no es como la vez,
para aprender hay que caer,
para ganar hay que perder
lo di todo por ti.
Llore y llore y jure que no iba a perderte,
trate y trate de negar este amor tantas veces baby,
si mis lagrimas fueron en vano
y al final no te ame demasiado
como yo, como yo nadie te amado.
Cada hora una eternidad
cada manecer un comenzar
ilusiones nada más
que facil fue soñar
Tantas noches de intimidad
parecian no acabar
nos dejamos desafiar
y hoy nada es igual.
Sé que en verdad el amor al final siempre duele
no lo pude salvar y hoy voy a pagarlo con creces baby.
Si mis lagrimas fueron en vano
y al final ye ame demasiado
como yo nadie te amado
Esta ves la pasión ha ganado
y por eso sigo esperando
como yo como yo nadie te a amado"
"Como yo nadie te ha amado"
Bon Jovi
Su voz era bonita, pero el toque de melancolía con la que la interpretaba dejo un tanto intrigado a Shaoran, pero por ahora se limitaría a dejarla en su casa.
Llegaron a la casa donde se hospedaba Sakura.
Abrió la puerta de la casa. Yamasaki le dijo donde encontrar la llave, sin soltar a Sakura subió por las escaleras, no había nadie, Sakura había dejado de cantar y su mirada estaba perdida.
- ¿Cuál es tu habitación preguntó al estar en el pasillo?
- Pues donde esta Kero - dijo como si fuera lo más obvio del mundo.
- ¿Kero?
- Sí, mi guardián.
- Se le subió demás, esta alucinando - pensó Shaoran y la llevó a la habitación que no tenía nombre. Después de todo Yamazaki le había contado del lugar.
- sabes algo, quiero mucho a Kero - decía la chica mientras era recostada en su cama - también quiero a mi hermano, a Eriol - Shaoran fruncía el ceño mientras le quitaba un zapato - y a Yamazaki, a Chiharu, a Ikue y a Hisaki - Por fin le había quitado el otro zapato - la chica no parecía muy dispuesta a cooperar se movía insistentemente.
- Buenas noches - se dirigió a la puerta, pero no puedo evitar sentir el olor a cerezos en toda la habitación, su perfume, además de muchos posters de un muñeco alado.
- ¡Espera! - trato de sentarse.
- ¿ahora que?
Sakura estaba casi dormida, no parecía tener mucho control con su cuerpo ya que su cabeza se mecía graciosamente.
- ¿Sabes algo? - subió su índice al cielo, tal y como lo haría Yamasaki cuando contaba una de sus mentiras.
- No - esperaba que se durmiera para poder irse.
- No se lo digas a nadie - se dejo caer pesadamente sobre la almohada - pero Shaoran me agrada...
Eso dejo frío al chico, Sakura se acomodaba por última vez y su voz se apagaba.
- ... aunque es un gruñon. Es como mi hermano.
Li sólo la escuchaba, preguntándose que le había dado Kusho para ponerla así.
- ... pero me gusta - fue lo último que dijo antes de quedar profundamente dormida.
Shaoran suspiro, acomodo algunos mechones que tapaban la cara a la chica. Era muy despistada, torpe, caprichosa, orgullosa, misteriosa, hermosa...
- ¿Qué demonios piensas? - se recrimino. Se alejo lo más rápido que pudo sorprendido de sus pensamientos.
Cuando se dio vuelta, algo brillo en el escritorio de Sakura.
Rápidamente se dirigió al escritorio.
- ¿Magia? No puede ser
Con mucho cuidado de no hacer ruido abrió un cajón del escritorio, justo en ese instante Sakura se movió, haciendo que Shaoran retrocediera, luego se quedo quieta y Shaoran siguió con su búsqueda.
Para su alivió, sólo estaba un peluche en el cajón. Lo reconoció como el horrible peluche que Sakura llamo Kero.
- Falsa alarma - pensó.
Kero tenía una gota en la cabeza por poco y lo encuentra ese chico, no pensó que pudiera notar su presencia. Bajo él estaba escondiendo las cartas Sakura, que si ella no hubiera distraído a Shaoran cuando se movió, las hubiera encontrado.
- Mañana arreglaré cuentas contigo - pensaba el pequeño guardián aún esperando a que el chico se fuera.
- No, no por favor - Shaoran se dio vuelta de inmediato.
- Nooo... - un leve quejido salía de los labios de Sakura.
- Debe estar soñando - se acercó.
Ella parecía muy intranquila.
La habitación sólo era iluminada por el brillo de la luna que se colaba entre las cortinas abiertas. Fue por eso que Shaoran noto que tenía los ojos apretados, y con un rostro de sufrimiento.
Se acercó a ella preocupado. Lo más probable era que tuviera fiebre, casi seguro era consecuencia del alcohol.
No lo dudo y con pasos agigantados bajo en busca de agua fría y frazadas.
- Sakurita - de inmediato Kero se acercó, ella aún continuaba diciendo algo, pero no se entendía nada, toco con su patita la frente de la chica, tenía una fiebre muy alta - por favor no te enfermes - decía el pequeño guardián, pero pronto se escondió al escuchar los pasos de Shaoran regresar.
Cuando entro ella movía la cabeza de un lado a otro y poco a poco de sus finos poros comenzaba a brotar sudor. Con cuidado coloco un paño húmedo en su frente, haciendo que ella frunciera el ceño pero sin lograr despertarla.
- Sólo a ti te ocurre Kinomoto - dijo en voz alta.
Genial y ahora, se supone que regresaría a casa. Tenía muchas cosas que hacer y pensar. Y justo ahora se le ocurre a esa chiquilla beber hasta caer enferma, no podía dejarla sola, tendría que esperar a que baje la fiebre o que lleguen sus amigos.
Así que se sentó a su lado y con sólo se dedico a ver la ventana por la que la luna iluminaba el cuarto. Pero le era imposible no pensar, cuando la respiración agitada de ella se escuchaba en toda la habitación y de vez en cuando decía algunas palabras con ningún sentido o no por lo menos que entendiera.
Kero estaba casi paranoico escondido, él debería estar con ella. Pero Sakura le dio claras instrucciones de no mostrarse.
- Maldito Li - se la pasaba pensando - seguro él tiene la culpa, la emborracho, pero si se atreve a tocarla lo destrozare con mis propias garras - lo tenía vigilado, pero el chico no prestaba mucha atención a la chica o eso aparentaba, sólo cambiaba los paños.
Una silueta cubierta de una extraña oscuridad podía ver lo que pasaba dentro de la habitación. Sólo observaba a Li levantarse de vez en cuando, luego observaba a Kero desesperado dentro del cajón. Sonrió para si mismo, ese sólo era el comienzo.
- No te preocupes los estoy vigilando - era un ser muy poderoso tanto que ni Kero, ni Shaoran, ni Eriol, ni la misma Sakura podían sentirlo, sólo tal vez presentirlo.
- Basta ya... - eran unas de las pocas palabras que podía entender que Sakura decía dentro de su delirio. Lo que en su delirio veía no era más que el pasado haciéndose presente el futuro.
§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§
Un estruendoso sonido salió del palacio, fue tan fuerte el impacto que muchos muros cayeron, otros tantos se cuartearon. Cuando el sonido se disipo, aún ambas figuras estaba de pie.
Zafiro sonreía, no lo podía creer, había logrado hacer un hechizo muy poderoso.
El hechicero fruncía el ceño¿Cuando prendió eso?
Lentamente dio unos pasos atrás sintiendo que la vida se iba de su cuerpo, el golpe finalmente le había dado de lleno y sabía perfectamente que era cuestión de minutos o segundos que no respiraría más.
Pero aún tenía algunos pendientes, sintió la energía del emperador y la de Heian despertando, así que se dirigió a ellos, pero antes de llegar cayo.
La otra persona sólo se sujetaba el pecho para evitar la hemorragia que le había provocado.
- ¡Zafiro! - apenas y pudieron acercarse a ella.
Heian la coloco en sus piernas, ella abrió los ojos.
"Aférrate a mi, amor
Sabes que no puedo quedarme mucho tiempo
Todo lo que quería decir era que te quiero y no tengo miedo
¿Puedes oírme?
¿Puedes sentirme en tus brazos?"
- Lo lamento, creo que falle - les dijo a ambos - le falle a todos.
El golpe fue recibido por ambos, ella era muy poderosa y había logrado herir al hechicero, pero él con más experiencia y maldad sólo era cuestión de minutos antes de que su corazón dejara de latir.
- Shhh - le dijo Clow - estarás bien.
Ella movió la cabeza negando - sé que mi hora llego.
Ella clavo su azul mirada en Clow - gracias por todo, te agradezco lo que hiciste por mi hermana - cerro los ojos y sin poder evitarlo tosió sangre.
"Aguantando mi último aliento
Seguro en mi interior
Son todos mis pensamientos sobre ti
Dulce luz extasiada, acaba aquí esta noche"
Mientras los ojos de Heian y de Clow comenzaban a humedecerse.
- Y... - de nuevo se dirigió a Clow - lo lamento tanto.
- No digas nada - trataba de controlarse Clow.
- Debo hacerlo, lamento haberte ocultado algo que nació en mi corazón y no tuve el valor de decirlo - su voz comenzó a apagarse.
"Me perderé el invierno
Un mundo de cosas frágiles
Búscame en el bosque blanco
Oculta en un árbol hueco (ven, encuéntrame)
Sé que me oyes
Puedo saborearlo en tus lágrimas"
Luego levanto la mano hacia Heian, acariciándolo y sonriéndole, como deseaba quedarse más tiempo en sus brazos, besarlo de nuevo - Lo amo - dijo con la poca vida que le quedaba, finalmente lo había dicho, finalmente sentía su corazón descansar.
Heian estaba estático sus lágrimas fluían con vida propia, recorriendo su triste rostro hasta caer como suave brisa sobre Zafiro.
"Aguantando mi último aliento
Seguro en mi interior
Son todos mis pensamientos sobre ti
Dulce luz extasiada, acaba aquí esta noche"
Una última mirada llena de amor, fue dirigida hacia Heian. Tan sólo con eso pudo transmitirle todo. Finalmente su fuerza la abandono y un último latido sacudió a su corazón, sus ojos se cerraron y su mano cayo inerte.
"Cerrando tus ojos para desaparecer
Ruegas que tus sueños te dejen aquí
Pero todavía te despiertas y sabes la verdad
No hay nadie ahí"
My last breath (Mi último aliento) - Evanescence
- ¡NO! - gritaba con dolor Heian, abrazando el cuerpo inerte, mientras Clow parecía apenas entenderlo todo.
Mientras el hechicero trataba de curar sus heridas, e ir a la habitación aprovechando la distracción.
- ¡TU! - gritó el comandante al hechicero, con la mirada hecha una furia dejo con delicadeza a su amada y de dirigió al causante de todo - te mataré con mis propias manos.
- No te confíes - le gritó el hechicero, aún tenía trucos bajo la manga.
Con toda su furia Heian como pocas veces mostró su poder mágico, que por desgracia estaba debilitado.
Clow sólo veía desde lejos, pero alcanzó a ver un movimiento del hechicero.
- No lo ataques - le grito, sabía que el hechicero había puesto un escudo de espejo, cada ataque se le regresaría con el doble de fuerza.
Pero Heian estaba tan dolido que no escuchaba nada y lanzó su ataque más mortal, que como Clow lo sospechaba se le devolvió con el doble de poder, matándolo casi instantáneamente, su cuerpo cayó pesadamente.
Una leve sonrisa se formo en sus labios y pronuncio con infinita dulzura.
- Zafiro... - dijo con su último aliento.
Tal vez lo hizo a propósito sabiendo que no sobreviviría, tal vez lo hizo para reunirse con ella, tal vez no quería respirar sin ella.
- ¿Heian? - Clow se acercó pero no recibió ninguna respuesta, su corazón dejo de latir, sus ojos estaban fijos en la nada.
- Por los cielos - Clow no dejaba de llorar, esto le parecía una horrible pesadilla de la que deseaba despertar, esto no estaba pasando, era un mal sueño.
- ja, ja - se burlaba el hechicero - son unos tontos.
Con pasos inseguros se acercó a la habitación. Donde la magia se agitaba. El hechicero entro.
Clow no podía moverse.
- Zafiro, Yue, Heian - pronunciaba Clow mientras su rostro estaba deformado por las salinas lágrimas que se negaban a dejar de salir - les fallé, les falle a todos, lo lamento Haruko.
Segundos después el hechicero salía, absorbió toda la magia del cuerpo, dejando atrás sólo destrucción. Sus ojos rojos brillaban con maldad y su aura se había incrementado por lo menos cinco veces más.
Sentía el poder recorrer cada parte de su cuerpo ahora era invencible el más poderoso.
- ¡NOOOOOOO! ZAFIRO - un grito desgarrador se escucho por todo el palacio.
Un aura poderosa que emanaba luz se acercaba al cuerpo inerte de Zafiro.
La luz cesó dejando ver a la poseedora de tal poder.
- Esmeralda - Clow la reconoció.
Ella estaba con los ojos empapados de lágrimas mientras acariciaba el rostro de su gemela, en su cuello el anillo brillaba. Había sentido un dolor en su pecho, sintió la muerte de Zafiro.
- Me alegra que estés con nosotros, Esmeralda, te esperaba - llamó su atención el hechicero.
- Hyobe - se levantó la condesa - jamás te perdonaré esto - su aura brillaba con luz propia, su cabello y vestido eran movidos por su intensidad.
- No eres rival para mí, nadie lo es.
- Tal vez es cierto – el aura que la rodeaba disminuyo y su actitud cambio, camino con serenidad hacia el cuerpo tirado de Heian, quitándole la espada y a su hermana el brazalete.
- Esmeralda – Clow noto el anillo en su cuello que brillaba.
- No se preocupe - arrancó el anillo de su cuello y lo colocó en su dedo medio de la mano derecha - sé como derrotarlo, pero necesito su ayuda – le susurró.
Coloco en las manos de Clow la espada y le entrego su báculo, ella tomo el brazalete de Zafiro y el anillo.
- Sus almas aún están aquí - dijo refiriéndose a Heian y Zafiro - puedo verlos. Están dispuestos a ayudarnos.
- Que ridículo Esmeralda - sonreía el hechicero.
- ¿Cómo? - Clow estaba sorprendido.
- No lo creerás ¿cierto? Esmeralda - el hechicero se acercaba mientras ella no hacía el menor caso.
- Acaso quieres otra enfermedad, como la que tuviste al llegar aquí.
Sólo entonces ella lo miró - ¿Fue usted?
- Por supuesto.
- Clow debería agradecerme gracias a eso consiguió esposa - con desdén observó el cuerpo tirado de Zafiro, luego enserio su rostro - pero el muy tonto eligió a hermana la equivocada - ahora veía a Esmeralda.
- ¿qué dices? - preguntó Clow.
- No me digas que no te diste cuenta - fingió voz acongojada.
Esmeralda por su lado escuchaba mientras discretamente sacaba de entre sus ropas el cofre que una vez le entregara Zafiro a Clow por parte de su padre. Y colocaba en lugares estratégicos el báculo, el anillo, la espada y el brazalete.
Pero al escuchar aquello, dirigió su mirada donde veía las figuras transparentes de Heian y su hermana. Escucho que decían algo y continuo mientras el hechicero se acercaba más y más dispuesto a dar la estocada final.
Parecía que era guiada por los objetos mágicos que comenzaron a destellar luz.
- Esmeralda - Clow apenas creía lo que veían sus ojos.
La condesa se levantó dando la espalda a los objetos. Hundió su mirada en los ojos sedientos de sangre del hechicero. La calma en su rostro era perturbadora.
- Emperador - un aura azulada la rodeo - levántese.
El cuerpo de Clow se levantó con fuerza salida de la nada, quedando a espaldas de Esmeralda y de frente a los objetos mágicos.
- Espero que hayas disfrutado de tus poderes - dijo Esmeralda al hechicero - por que ahora los perderás.
- Chiquilla, no me impresionas - preparaba un ataque.
Ella se dio vuelta y tomo las manos de Clow, le sonrió antes de cerrar los ojos, sin importarle que tras ella el hechicero estaba por atacar.
- Sólo déjate llevar por tu magia - susurró Esmeralda a Clow.
Lo hizo, cerrando los ojos aún con lágrimas.
lo que vio lo dejo impresionado, en lugar de oscuridad al cerrar los ojos vio todo tal y como era, veía el aura horrible del hechicero a punto de atacar, veía la calida aura de Esmeralda frente a sí. Pronto sintió otras manos se unieron a las suyas, abrió los ojos con sorpresa, a ambos lados se encontraban ellos.
Heian a su lado derecho y Zafiro en el izquierdo, tomaban sus manos y a su alrededor su aura emanaba con fuerza.
- Me alegra que los veas - dijo Esmeralda.
Clow les sonrió, eran sus almas que aún no se marchaban.
- MALDITOS - gritó con ira el hechicero - USTEDES ESTAN MUERTOS - dado el gran poder que tenía los podía ver.
La ira hizo que una bola de poder negra se dirigiera hacia ellos. Recibiéndola Esmeralda, que a pesar de sentir que se le quemaban las entrañas no hizo gesto alguno.
- Sólo digan lo que sus corazones dicten - su voz comenzaba a quebrarse.
- La luz es más fuerte que la oscuridad - pronunciaron los cuatro.
- ahora es tiempo - se escucho la voz de Zafiro.
- que se encierre - dijo Heian.
- durante mucho tiempo - dijo Clow
- el mayor poder - culminó Esmeralda
- Cuando el momento llegue, el poder será de la persona indicada - una enorme luz salió de entre los cuatro.
El cofre regalado por el conde Haruko a Clow se abrió y una especie de remolino lo cubrió.
- ¿QUE? - el hechicero comenzó a sentir como si aquella luz salida del cofre lo absorbía.
- NOOOOO - su fin era inminente, lo sabía, poco a poco le era arrebatado el poder que apenas había adquirido. El remolino lo estaba absorbiendo.
Una luz surgió del cofre hundiéndolos a todos en ella, el tiempo se detuvo y el futuro estuvo frente a sus ojos, Zafiro, Heian, Clow y Esmeralda vieron parte de lo que sería su futuro.
FUTURO
Había un futuro.
Segundos después la luz desapareció, mientras el conjuro surtía efecto.
- No se distraigan - decía Esmeralda, los cuatro aún se mantenían.
El poder le era arrebatado, no sería tan fácil, tal vez no ahora.
- LOS MALDIGO - gritó con desesperación, viendo directamente a Zafiro y Heian cuyos espíritus emanaban magia. En voz baja menciono una serie de palabras en un idioma muerto, una maldición. Gastando la poca energía que le quedaba.
Lo último que hizo fue reír con malicia, segundos después cayo muerto.
La última parte de magia entro en el cofre y se cerró.
Clow suspiro, estaba cansado, por un segundo sintió morir, el esfuerzo era enorme. Pero pronto vio desvanecerse el cuerpo de Esmeralda, había consumido casi toda su magia, se apresuro a sostenerla.
- Gracias Clow - la voz de Zafiro
Los espíritus de Heian y de Zafiro se veían tranquilos, aunque agotados.
- En verdad lo lamento - dijo ella a Clow.
- Espero que nos perdones - Heian
- Zafiro, Heian - no tenía idea sobre que decirles, sus cuerpos yacían en el frío piso del castillo y sus almas parecían desvanecerse.
- No hay nada que perdonar - por primera vez de sus ojos unas lágrimas salieron sin contemplaciones, cayendo en el rostro de Esmeralda que aún sostenía.
Ambas almas sonrieron.
- Cuídala por favor - dijo Zafiro.
- Adiós - sus almas desaparecieron.
La magia contenida en los objetos el anillo, la espada, el báculo y el brazalete les dieron la ayuda para encerrar la magia de Hyobe. Después de todo, esa magia dividida era sólo una.
Los objetos quedaron tirados alrededor del cofre, pero ahora era simples objetos. La magia permitió a las almas de Zafiro y Heian permanecer hasta ser encerrada. Se había vuelto a unir, esperando sólo a una persona que sería la dueña verdadera.
Todo había terminado.
Acabo
O
No
En realidad
Este era el comienzo
- Cuando el momento llegue, el poder será de la persona indicada - era lo que habían dicho. Al final sólo una persona sería capaz de controlarla, la pregunta era quién.
El tiempo, sólo el tiempo lo diría.
§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§:§
FIN
Sip. FIN
Pero de la primera parte
¡Hola!
Aquí termina la primera parte. Es la historia de Heian y Zafiro en Haruko. Ahora lo que importa es el presente y el futuro. A decir verdad no me gusto del todo, pero dado que no tengo mucho tiempo, aquí se los dejo ustedes tienen la última palabra.
Mil gracias Dathmocy y Celina Sosa por su apoyo, muchas preguntas se resuelven ahora, je, je espero que me digan su opinión.
Cuídense y hasta pronto.
