Capítulo 12

Repercusiones

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- Hola - una voz femenina resonaba en su mente.

- ¿Quién es? - abrió los ojos tratando de ver algo, pero sólo veía sombras borrosas.

- No temas - y no lo hacía esa voz le era familiar.

- ¿Quién eres?

- Sólo quiero decirte que no temas, sólo deja que tu corazón decida. El pasado no debe repercutir ni en tu presente, ni en el futuro. Pase lo que pase todo estará bien.

- ¿Quién eres?

- Una sombra del pasado – con un leve susurro murmuro - Zafiro.

- ¿Qué quieres?

- Evitar errores de nuevo.

- ¡SAKURA!

- ¿Kero?

- Levántate ya es muy tarde.

Abrió los ojos lentamente y pronto sintió que la luz que se colaba en su ventana lastimaba sus ojos.

- MI CABEZA

A Kero le salió una gotita – algunos lo llaman "resaca".

- Estas loco - gritó un poco histérica, eso les da a los que beben demasiado.

- Exacto - cruzo sus manitas y patitas.

- ¿Qué insinúas?

- No insinuó, o ¿acaso no recuerdas que el tal Li te trajo?

- ¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUEEE? - el grito se escucho diez casas a la redonda.

- Tampoco recuerdas que te traía en brazos.

- ¿A mí?

- No, a la reina de Inglaterra. SI a tí - una vena se hinchaba en la frente de Kero

Sólo significaba que decía la verdad.

- Además...

- ¿Hay más?

Kero asintió - le dijiste que te gustaba.

Sin palabras.

- Después...

- Esto no puede empeorar.

- Te dio fiebre… y él te cuido. Se fue cuando estabas mejor y llegaron los chicos de la casa.

Silencio.

- Ji, ji, ji, ji - comenzó a reír de repente - buena broma Kero, cada día me sorprendes más.

Kero cayó de la impresión.

- Y pensar que casi te creo, si como no. Yo bebiendo, Li preocupado por mi y trayéndome a casa. Y el colmo yo diciéndole que me gusta. Y para terminar cuidándome - sus carcajadas podían escucharse hasta la calle de frente.

Kero floto hasta quedar frente a la cara de Sakura. Primero tenía un rostro de enojo, luego de decepción y luego cerró sus ojitos y se sentó en la cama.

- Entonces, dime lo que paso.

- Bien, primero fui al cerezo con Tomoyo, Yamazaki, Chiharu, Hisaki, Ikue y Shaoran. Luego empezaron a bailar y yo lo hacía con Kusho, luego...

comenzó a recordar que Tomoyo y Shaoran actuaban extraño.

- ... luego Shaoran y Tomoyo salieron. Después...

- ¿Después?

- Baile con Kusho y amablemente me trajo una bebida, luego...

- ¿Qué paso?

- Oh no, no lo recuerdo. Sólo... que regresaba con Shaoran y peleábamos por algo, pero no recuerdo nada.

Su rostro se puso pálido, luego preocupado y recordando lo último que dijo Kero.

- ¿Le dije que me gustaba? - su rostro enrojeció

- Si no me crees puedes preguntárselo.

- Además me cuido... – ahora estaba más blanca que una hoja de papel.

- ¿Que voy a hacer? - caminaba desesperada de un lado a otro - ¿que vergüenza? Qué tonta - golpeaba su cabeza con una almohada - tonta, tonta - terminó con ojos en espiral.

- Kero me duele mucho la cabeza.

- Te diré como deshacerte de la resaca, menos mal que sé de esas cosas – comentó en guardián como todo un sabio.

- KERO - se fue sobre pequeño.

- Sakurita – estaba asustado, su ama casi lo estaba estrangulando.

- Ni en tus sueños se te ocurra decírselo a alguien, ni a Eriol ni a mi hermano.

- Oye no quiero morir tan joven.

Bajo despacio por las escaleras esperando que nadie la viera, sentía que su cabeza no tardaría en reventar. No vio a nadie y suspiro y se dedico a preparar el remedio que Kero le dio.

- SAKURA Buenos días - la saludo Ikue al tiempo que se estiraba perezosamente.

- Ikue - le pegó un enorme susto.

- Ji, ji - cualquiera diría que te pillaron haciendo algo malo.

- je, je claro que no, sólo que me duele un poco la cabeza.

- Es cierto - cambio de expresión Ikue y se acercó para verla detenidamente a los ojos - Li nos contó todo.

- ¿¿¿QUE? - por segunda ocasión en el día poco falto para que cayera inconsciente - ese Li como se atreve si... pero...

- Calma - Ikue sonrió y movía la mano divertida - no es para tanto.

- ¿Cómo que no es para tanto? - se preguntaba una y otra vez - Tomoyo es la novia de Shaoran – pensaba.

- Nos dijo que acompaño a Tomoyo a casa y cuando regresaba te encontró y como te sentías mal te trajo...

- ¿Y...? - estaba impaciente qué más había dicho ese Li.

- Sólo eso, ¿había más? - levanto una ceja esperando.

- NOOO, sólo digo que... bueno yo...

- Por cierto - recordó Ikue - dijo que te esperaba en la pista en - hecho un vistazo a su reloj - en 10 minutos, la maestra quiere hablar con ustedes.

- ¿Por qué a mi? - seguramente tendría una serie de reclamaciones que hacerle.

- Buenos días - saludaba un alegre Hisaki.

- Buenos días - contestó Ikue acercándose.

- Buenos días - alcanzaron a escuchar, mientras una ráfaga de viento pasaba entre ellos subía las escaleras y segundos después se despedía.

- Hasta pronto.

- Valla que es rápida - comentó Hisaki.

- Tiene práctica con Li.

- Eso lo explica todo - sonrió él.

El color de sus mejillas iban muy encendidas, mientras corría para llegar a tiempo. ¿Por qué había bebido demás? la cabeza áun le dolía y mucho no pudo hacer el remedio, pero debía ser valiente y no quejarse.

Jamás demostraría debilidad ante Li, nunca. Pero... si realmente le había dicho que le gustaba ¿cómo reaccionaría él? ¿por qué la cuido como dijo Kero? Corría a todo lo que daban sus piernas sin notar que era objeto de varias miradas masculinas. Sus mejillas aún sonrojadas la hacían ver más linda.

Al llegar a la pista ya se encontraba Shaoran calentando, tan puntual como siempre. Se puso los patines y se acerco a la pista tratando de no llamar su atención.

- BUENOS DÍAS - su maestra llegó gritando a todo lo que daban sus pulmones - mis jóvenes estrellas.

Prácticamente arrastró a Sakura hasta donde un muy serio Shaoran se encontraba.

- Les tengo excelentes noticias - plantó a Sakura juntó a Shaoran y comenzó a relatar con gran emoción.

- He conseguido que sean inscritos en la competencia el intercolegial contará como regional - faltaba poco para que flotase con estrellitas alrededor - Tengo que presentarme en algunas reuniones para ser informada de las nuevas disposiciones, así que tendrán que practicar solos las próximas dos semanas. Estoy segura que lo harán bien.

Una ENORME gota salió es las cabezas de Sakura y Shaoran. Si con ella presente se pelaban siempre, ¿cómo sería en su ausencia? Ambos reprimieron un suspiro, esos no sería prácticas mejor era llamarlas batallas cámpales.

- Pero... - Shaoran quería protestar, eso ya era demasiado, después de todo no sería tan malo enseñar a más chicas que pasar más tiempo con esa chica.

- AHHHHHHHH - casi grita la profesora - les tengo otra sorpresa - conseguí que otra pareja de esta escuela entre en la competencia...

Eso sí los dejos con la boca abierta.

- Apenas me lo informaron, ellos han estado entrenando con otro profesor y son muy buenos, así que la posibilidad de ganar se incrementa.

- ¿Quiénes? - saltó Shaoran, después de todo tal vez podría dejar que ellos se encargaran de ganar y el pudiera desertar.

- Buenos días Sakura, Li - eso no era posible, su voz era tan molesta que la reconocería en cualquier lugar.

- Buenos días - saludaba su acompañante de excelente humor. Sakura la vio y contuvo las ganas de abrir la boca de impresión.

- Supongo que ya los conocen, ellos son Meiling Lie y Enae Kusho.

Ambos extendieron las manos a Sakura y Shaoran con muy falsas sonrisas, pero para alegría de la profesora.

Meiling a Sakura.

- Te demostraré quien es la mejor - pensaba mientras tomaba su mano.

- Me las pagaras Li, te humillaré - En cambio Kusho y Li, se apretaron muy fuerte la mano.

La profesora sólo estaba feliz - los cuatro pueden entrenar juntos en mi ausencia. Al regresar sólo arreglaremos detalles y ganaremos la competencia.

Decir que de los ojos de Kusho y Li salían rayos era poco, y con Meiling y Sakura sólo había una sonrisa tan forzada que terminarían con dolor de mejillas.

- Ahora realmente tendrán que entrenar - pensaba la profesora, en parte era una estrategia suya para "ayudar" a sus jóvenes estrellas.

¿Acaso lo hizo a propósito? - se preguntaban los chicos pero la respuesta la sabían perfectamente.

La feliz profesora daba instrucciones a Sakura y Shaoran que tenían ya toda la coreografía, sólo faltaban algunos detalles técnicos. "Casualmente" se tuvo que retirar temprano así que sólo se quedaron los cuatro.

- ¿Por qué me metí en esto? - se preguntaba una y otra vez Sakura - sólo por un premio – el dolor de cabeza se le quitó solo de escuchar las nuevas noticias.

- Este tonto no me ganará - un decidido Shaoran practicaba algunos movimientos sin perder de vista lo que Kusho hacía - así tenga que practicar día y noche con Kinomoto.

Meiling y Kusho demostraban sus habilidades en la pista. Y lo peor de todo es que realmente eran muy buenos. Su coordinación, sus movimientos, la dificultad estaban demostrando que les sería muy fácil ganarles.

- Podemos hacerlo mejor - comentó Shaoran a Sakura al verla realmente sorprendida de las habilidades de sus contrincantes.

- Creo que lo dudo - confeso.

- Vamos, se lo demostraremos - la jaló a la pista.

- Li - Kusho se acercó a ambos - ¿que te parece si hacemos una competencia de velocidad? Ya sabes sólo un juego.

Meiling lo apoyo.

- Esta bien - no tenía ánimo pero no rechazaría una oportunidad de vencerlo - sin tomar en cuenta la opinión de Sakura la llevó hasta una esquina de la pista.

Ella sólo se dejo llevar - ¿Qué rayos le pasaba a Li?

Tomaron posiciones

- 3

- Sólo cuatro vueltas a la pista, en pareja – indicaba Kusho las reglas.

- 2

- El que gane, tendrá una cita con la linda Sakura.

- 1

- ¿Qué pero yo...?

- ¡¡¡¡AHORA!

El hielo de la pista pronto salpico, Meiling y Kusho, Shaoran y Sakura iban de la mano. La primera vuelta iban muy parejos, la velocidad de los cuatro era sorprendente. La vuelta y ninguno parecían llevar ventaja.

- Rápido Mei - decía Kusho. Ella se esforzaba por mantenerse a la velocidad de Kusho.

Segunda vuelta, y aún nada para nadie.

Sakura tenía buena condición así que no se le dificulto demasiado seguir su paso. Pero de algo estaba segura, LI se las pagaría, ni siquiera le pidió su opinión.

Casi para la tercera vuelta, Meiling y Kusho se enviaron una sonrisa sospechosa, de la que ni Sakura ni Shaoran que estaban muy concentrados, notaron.

Mei y Kusho dieron vuelta antes de la tercera, así que cuando Sakura y Shaoran apenas iban ellos ya regresaban.

- ¿Qué? - se dieron cuenta del engaño, pero continuaron.

Justo cuando se encontrarían Kusho empujo a Meiling sobre Shaoran y él se dirigió hacia Sakura fingiendo haber perdido el control.

Los chicos se dieron cuenta de la treta demasiado tarde.

Shaoran se dirigía a Meiling y Kusho a Sakura. Meiling llego primero sobre Shaoran y lo abrazo.

- Frena - le gritó Li a Sakura y la sostuvo con fuerza para evitar que se estrellará con Kusho, pero fue en vano.

Aunque freno, Sakura termino en manos de Kusho.

Ella desde que sintió que Shaoran la sostuvo de la mano sólo cerró los ojos.

- ¿Estas bien? linda - Kusho aún la tenía abrazada - no te preocupes yo te protegeré - le susurraba.

Poco a poco abrió los ojos encontrándose muy de cerca con Kusho provocándole un sonrojo.

- Estoy bien - lentamente trato de alejarse, pero Kusho la tenía sostenida de la cintura.

- ¿Estas bien? - no era un tono que pudiera llamarse amable, más bien molesto.

- Si – contesto Mei, pero no se soltaba de Shaoran.

- Entonces puedes soltarme - noto que ni siquiera la veía, Shaoran tenía la vista sobre Sakura y Kusho que estaban muy cerca.

- ¿Sakura estas bien? - preguntó a la chica.

- ¿Shaoran? - lo busco con la mirada pero los brazos de Kusho se lo impidieron.

- Esta bien - contesto Kusho.

- Se lo pregunté a ella - dijo levantando la voz, repentinamente noto que aún sostenía su mano a pesar de todo, así que aprovecho y la jaló hacia sí. Kusho no lo había notado, ni siquiera Sakura que en su descuido, termino casi en brazos de Li, aún sin saber que era lo que pasaba exactamente.

Eso dejo fríos a Meiling y Kusho.

- Eso no fue limpio - frunció el ceño, pero trato de controlarse, algunas ideas vinieron a su mente pero se relajo.

- Parece que esta vez nadie gano - comentó Shaoran con calma, asombrando a todos que conocían muy bien su humor - esta vez así lo dejaremos. Pero si nos disculpan mi pareja y yo - se acercó más a Sakura - tenemos que entrenar, nos retiramos.

- ¿Qué? - saltó Meiling - aún falta tiempo de entrenamiento.

- Cierto, pero no estrenaremos aquí.

- No puedes - Kusho no lo permitiría

- Les cedemos la pista para entrenar, nosotros lo haremos en otro lugar.

- Pero la profesora dijo...

- La profesora quiere que entrenemos, no importa donde - aclaró Shaoran - y no se molesten en reportarlo, tendré el permiso del director - no dijo más y por tercera ocasión sólo jaló a Sakura y la sacó de ahí.

No hubo palabras mientras dejaban atrás a una Meiling furiosa y un Kusho que maldecía a todo Li que pisara la tierra.

Salían de la pista cuando Sakura asimiló todo, no estaba segura de querer discutir con Li por tratarla de esa manera. Había quedado muy impresionada de todo lo que paso, además quedar en brazos de Kusho le provoco una sensación que aún no podía comprender.

Shaoran estaba más que enfadado, ¿qué se había creído ese tipo? ya era suficiente con soportarlo en clases, como para que ahora quiera manipularlo.

- ¿Dónde entrenaremos? - caminaba tras él - no conozco ninguna pista cerca de aquí.

- En casa.

- ¿En tu casa?

- Si, date prisa.

Desde lo lejos era muy fácil localizar la propiedad. Muros que sobrepasaban los dos metros de altura, decorados con plantas que resaltaban la belleza del lugar, era mucho más grande que 4 canchas de fútbol o más.

La puerta era resguardada por dos dragones en pose de ataque, tallados en fina madera y cubiertos por cristales. Jamás había visto algo parecido, o si? tal vez...

Sus pensamientos se interrumpieron cuando las puestas se abrieron de par en par. Mostrando el interior, una jardín perfectamente cuidado, decorado con arbustos con diferente formas, todas alusivas a creencias chinas. Era atravesado por un camino de piedras lisas

- Es hermosa - caminaba sorprendida de la belleza del lugar, algunas flores se asomaban entre las verdes plantas, algunas aún en botón y otras abriendo a pesar de que casi invierno. El recorrido estaba decorado con flores de muchas especies desde la más común hasta la más rara, era increíble sólo había visto algo parecido en un invernadero. Debían tener un estupendo jardinero.

Shaoran caminaba sin prestar atención a los continuos movimientos de Sakura que buscaba acercarse a cada flor que veía, caminaba de aquí para allá, emocionada y lo mejor de todo es que sabía el nombre de casi todas. No le dijo nada cuando faltó poco para que cayera sobre unas preciosas flores violetas por querer sentir el olor de una rosa verde que se abría a lo lejos.

Sólo suspiro esperando que ella notara que ya les habían abierto la puerta de la hermosa casa blanca, casi mansión.

- ¿Kinomoto?

- Dime - se esforzaba ahora por ver algunas otras flores que a lo lejos crecían.

- Tenemos que entrenar - ella le dirigió una mirada de suplica.

- Esta bien, sólo cinco minutos - entro a arreglar todo mientras ella buscaba la manera de llegar hacia una extraña planta a lo lejos, pero no encontraba ningún camino.

- Es hora Kinomoto.

- Bien - ahora la casa la mantenía atenta, decoraciones chinas, estatuas, pisos, paredes, muebles perfectamente limpios y pulcros. Así se imaginaba a Li siempre, él la guió hacia la parte trasera de la casa, habían canchas de tenis, basquet boll, y algunos otros instrumentos para entrenar. Demostraba perfectamente la posición de la familia Li.

La pista era un poco más grande que la del colegio.

Ambos se pusieron los patines y comenzaron a entrenar.

Mientras Sakura se colocaba sus patines veía a Shaoran muy diferente, parecía estar más relajado, ese horrible ceño había desaparecido de su rostro mostrándose por primera vez desde que lo conocía, como el joven de 18 años que era. Patinaba con calma y precisión, pero ahora sus tenía un aire de preocupación o pensativo, que jamás había visto.

Hizo lo suyo mientras se preguntaba en lo que le molestaría al chico, después de interminables minutos de silencio decidió romperlo.

- ¿Estas bien?

- ¿Por qué? - tardó un poco en responder

- Sólo él responde con otra pregunta - pensó - estas un poco extraño ¿Hay algo que te preocupa?

De nuevo silencio sólo callado por el filo del patín cortando el hielo.

- No - por fin contestó, pero su rostro mostraba algo diferente.

- Si... - dudo en decirlo - si deseas hablar de algo - él se detuvo y la miró - puedes decírmelo - él simplemente continuo, sin tomarle mayor importancia.

- Por lo menos lo intente - pensaba ella.

- En realidad si hay algo que me preocupa - dijo el chico deteniéndose a media pista y buscando la mirada de ella.

Sakura asintió esperando que continuara.

- Es Tomoyo, ella y yo... bueno terminamos - no podía creer que se lo estuviera diciendo a ella.

- Oh - los pocos recuerdos que tenía la noche anterior vinieron a su cabeza, por eso habían actuado tan raro - lo lamento.

- Era inevitable - dijo frunciendo el ceño de nuevo - eso era cuestión de tiempo - pensaba.

- Hablaré con Tomoyo - pensaba que eso podría afectar a Tomoyo, así que como su amiga le ofrecería ayuda.

Los minutos parecieron más cortos desde ese momento, relajando el ambiente.

A Sakura simplemente le había fascinado la mansión Li.

Cuando se preparaba para salir recordó, el "pequeño incidente" del día anterior.

- ¿Li? – se dirigían a la salida.

- ¿Pasa algo Kinomoto? – caminaba delante de ella, por eso se dio un poco más de valor.

- Sobre lo que paso anoche – apenas se escuchaba su avergonzada voz.

Shaoran se detuvo y se dio vuelta para verla de frente – esto será divertido - pensó.

- Yo… - Sakura se sentía cada vez más pequeña, así que escondió su mirada tras sus castaños cabellos – dio un hondo suspiro – lo siento no sé que me paso te pido una disculpa si te ofendí y espero que por favor por favor no se lo cuentes a nadie o estaré frita sé que no nos llevamos bien pero si alguien se entera será mi ruina te juro que es la primera y la última vez que lo hago no le digas a nadie – lo dijo tan rápido que sólo paro de hablar por que se le acabo el aliento.

Shaoran permaneció en silencio recordando lo que había pasado, y decidiendo si la obligaría a repetirlo más despacio.

Ante su silencio Sakura levantó la cabeza para verlo a los ojos. Contrario a lo que pensaría sólo tenía un gesto pensativo.

Tenía muchas ganas de burlarse de ella, de decirle que había cometido un error por estar con ese tal Kusho y que las consecuencias serían terribles. No tenía intenciones de decirle que le había salvado, sólo reprenderla por su descuido. Pero cuando ella levantó el rostro, cuando vio en sus ojos que era cierto lo que decía, no pudo decir nada, sólo observar como la inocencia, calidez y arrepentimiento se reflejaban en sus ojos verdes.

Se quedaron unos segundos así, sólo observando lo que los ojos del otro decían.

- Sólo ten cuidado para la próxima, tal vez no haya nadie que te ayude – su tono paternal y preocupado, sin decir nada caminaron en silencio hasta la salida.

- Nos veremos mañana Kinomoto, a la misma hora SÉ PUNTUAL - de nuevo era el mismo Shaoran y comenzaban.

- Esta bien, no tienes porque ser grosero.

- No lo soy - y ahí comienzan de nuevo

- Claro que sí - ahora entendía porque Tomoyo había terminado con él-

- Claro que no.

- Mentiroso.

La chica se alejó diciendo una serie de insultos a Li.

Él sólo la observó marcharse, cerró la puerta y regreso.

¿Por qué? Ahora que se daba cuenta, sólo con ella podía comportarse así. Como un jovencito orgulloso y arrogante, lo hacía perder el control, lo hacia reír, lo hacía olvidarse de una pesada carga que en ocasiones era su vida.

Tal vez, sólo tal vez podrían llegar a ser buenos amigos después de todo.

- No hay coincidencias, sólo lo inevitable – susurró entrando a la mansión.

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En otra parte del mundo.

Era una zona comercial, a su alrededor se levantaban altos y modernos edificios, diseñados por afamados arquitectos del mundo. Abajo había muchos comercios de renombradas marcas y por eso muchas jóvenes de buena posición caminaban por las aceras, haciendo todo tipo de compras.

Un chico de apariencia bastante agradable, excelente físico provocaba que varias señoritas voltearan a verlo, susurrándose toda clase de halagos hacia él, provocando en el chico una ligera sonrisa. Eriol caminaba por unas transitadas calles, parecía muy tranquilo, se movía con elegancia entre la gente.

- Siempre ha sido así - dijo un chico en lo alto de un edificio, siguiendo con la mirada a Eriol.

Una chica a su lado sólo sonrió.

- Lo vas a hacer ¿no es cierto? - preguntó él.

- Si

- ¿Hay algo que pueda decir o hacer para evitarlo?

- Nada

Sus ojos no se despegaban de Hiraguizawa.

- ¿Saldrá muy herido?

- No mucho, sólo una herida en el pecho, quedará una cicatriz. No creo que debas hacerlo.

- Necesito que este en las mejores condiciones para que en el enfrentamiento.

Ella era ligeramente más baja de estatura que él, de cuerpo delgado y fino muy bien entrenado, de piel blanca, su cabello era castaño y sus ojos más claros. Poseía una belleza casi extraordinaria en su físico, pero ahora estaba descuidado, su carácter muy difícil en ocasiones a decir de su acompañante. Su ceño estaba levemente fruncido, mientras seguía a Eriol con la mirada.

Él la observo tratando de encontrar algo de duda en su fino rostro, pero no la encontró.

Él era muy alto, delgado pero con cuerpo también muy atlético, sus ojos eran violetas con destellos negros, su cabello muy negro y piel pálida. Él estaba en mejores condiciones.

Se dio cuenta que el chico a su lado la observaba así que le dirigió una muy leve sonrisa, apenas perceptible incluso para él que la conocía de años atrás.

- ¿Cómo van ellos?

- Bien, tal y como lo dijiste, no se llevan nada bien. Pero Li la cuida bien, la protegió de Kusho.

Ella sonrió notándose un poco más su gesto.

- ¿Cómo debo llamarte? No podemos usar nombres reales aquí - preguntó ella buscando de nuevo entre la gente a Eriol.

- ¿Qué tal Fuu?

- ¿Fuu? Como el viento.

Él asintió - no esta mal, por lo menos es mejor que tu nombre original.

- Que graciosa - dijo el chico - ¿Cómo debo llamarte?

- Aún no estoy segura, tal vez Seika.

- Es revelador, pero me gusta.

Ambos, aún desde las alturas siguieron a Eriol. Que estaba por llegar a un lugar más solitario.

- Es mi oportunidad - dijo la chica.

- Creo que no puedo hacer nada para detenerte.

- No, Sólo sigue vigilando a Kinomoto y a Li - ordenó y desapareció.

Él sólo levantó los hombros.

Eriol había llegado a un lugar menos concurrido, pensaba seriamente en ir avistar a Sakura ya que no había que preocuparse de los Wongi. Tal vez se teletransportaría a su departamento, así que vio un callejón solitario y se metió en él.

Para su sorpresa no estaba solo. En una pared del callejón había una chica vestida como gitana, enfrente tenía una bola de cristal y extraños símbolos en una tela que adornaba la mesa.

Su cabello era cubierto por una pañoleta verde, en las manos tenía muchos anillos y en su cuello muchos y variados collares colgaban. Pensaba en regresar a la transitada calle, pero justo entonces la chica levantó su rostro.

Al contrario de lo que hubiera imaginado, no era una anciana arrugada y con verrugas en la nariz, más bien una hermosa chica de ojos misteriosos y piel juvenil, con un aire de misterio.

Eriol se acercó, no todos lo días veía una chica tan bonita, y además que dijera saber el futuro. Quería saber que tanto sabía de magia esa chica o si era una charlatana más.

- Buenas tardes señor - le sorprendió la voz tan pura e inocente que salía de sus labios.

- Buenas tardes señorita.

- ¿Desea saber el futuro? - al decirlo un pequeño destello surgió de sus preciosos ojos.

- No creo en la magia - dijo acercándose y por supuesto mintiendo con gran facilidad.

- Lo dudo - con tono serio ella lo invito a sentarse en el pequeño banco frente a la mesita - todos creemos, sólo que no lo sabemos.

- ¿Por qué esta aquí? - preguntó el chico analizándola - Debería estar en la calle principal vendiendo sus servicios, dudo que alguien la encuentre aquí.

- Yo sólo le doy mis servicios a los que deben recibirlos, los que están preparados.

- ¿Y yo lo estoy?

- Esa decisión es únicamente suya.

En verdad le estaba extrañando mucho a Eriol la forma en que la chica le hablaba.

- Y bien ¿Le digo su futuro?

- Por que no.

Ella asintió.

- ¿Debo hacer algo en especial? - preguntó Eriol, esperando que le diera cartas, tocar la bola de cristal, que le tomara las manos, que le diera runas para aventarlas o tal vez el café o te.

- No

- ¿Y cómo lo hará?

- Simplemente estudiaré su aura.

- ¿Mi aura?

- Quédese quieto por favor - pidió y comenzó a recorrerlo con la vista.

Claro que Eriol se quedo quieto, mientras también trataba de ver si esa chica poseía algo de magia, no le extrañaría por las cosas que le decía. Era muy joven apenas tendría unos 16 años, era muy hermosa en realidad, tenía una presencia muy débil pero calida.

- ¿Qué pasa? - preguntó él, cuando ella hizo un gesto de sorpresa.

- Su aura me dice que es usted muy poderoso, una buena persona, le agradan los misterios.

- ¿Qué más?

- Tiene mucha confianza en sí mismo y eso le puede llevar a cometer errores, debe terminar lo que comenzó. Hay alguien que lo espera en donde su cuerpo descansa - eso sonó muy extraño para Eriol, demasiado familiar.

La chica ahora estaba muy seria - debe buscar en su pasado pero no repetirlo.

Él se quedo callado, como asimilando todo lo dicho por la chica.

- Clow.

- ¿Qué?

- Dije que no debe repetir el pasado.

- No dijo algo más.

Ella negó con la cabeza.

Frunció levemente el ceño - ¿Qué más puede ver?

- Es todo.

- ¿Quién es usted?

- Soy una gitana que lee el aura.

- ¿Puedo saber su nombre? - preguntó

- Mi nombre esta en el amanecer, en un nuevo comienzo, en el fin y el principio, esta en el cambio. Mi familia gitana me prohíbe decirlo a cualquiera - comentó la chica.

- Es usted muy misteriosa - dijo él - debo irme, se levantó y camino hacia la calle.

- No olvide mis palabras - escucho Eriol antes de perderse entre la gente.

Eriol llegó al lugar donde se hospedaba, había mucha oscuridad, tal como a él le gustaba. Sus sentidos estaban muy alerta consecuencia de las palabras de la chica.

Justo cuando iba a abrir la puerta de su recamara, recordó las palabras de la gitana

- Hay alguien que lo espera en donde su cuerpo descansa - su recamara, con sigilo abrió la puerta pero todo parecía muy tranquilo.

Entro despacio, pero de un momento a otro, el filo de un cuchillo paso a centímetros de su pecho, logro retirarse a tiempo.

- ¡Te mataré! - gritó una voz masculina furiosa.

Una pelea comenzó, por la luz que se colaba en la ventana logro ver el rostro del hombre, era un Wongi.

- Recupero la memoria - mientras luchaba cuerpo a cuerpo, sintió su poder mágico, eso quería decir que su memoria había vuelto.

Puso una barrera y recitó el hechizo de la amnesia, sólo así el hombre calló inconsciente, se acerco y ya con las manos en la cabeza del hombre se aseguró de que el hechizo no fallara. Dejo el cuerpo, pero ahora una sola cosa lo preocupaba, ¿cómo pudo saberlo la gitana?

En ese instante fue al lugar donde estaba la chica, pero ya nadie había.

Pero en la cima del edificio, la chica lo observaba.

- Muy bien Hiraguizawa, sólo espero que todo salga como lo planee.

- Te dije que regresaría - comentó el chico que se hacía llamar Fuu.

- Pensé que estarías con Li y Kinomoto.

- Ellos estan bien.

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Luces tambaleantes iluminaban la habitación, las velas se movían insistentemente a pesar de que no había nada de viento que las hiciera danzar. Eran velas negras y rojas sobre cada unión del símbolo pintado en el piso, alrededor habían cientos de letras en un idioma muerto. La pared contenía varios cuadros con diferentes letanías en ellas, algunos dibujos hechos a mano podrían causar horror a cualquiera que las viera. Otros objetos estaban colocados en una pequeña mesa que era el único mueble en la habitación. Sólo era acompañada por un espejo de cuerpo completo, con un marco color cobre con algunas imágenes casi borradas por la antigüedad que tenía.

Un susurro se escuchaba provenir de unos labios que casi estaban en el suelo, la persona que los emitía estaba hincada, con las manos hacia el cielo leyendo una libro de hojas gastadas y manchadas de rojo. Su cabello se adhería su cara por el sudor que la cubría, parecía llevar horas en esa posición.

La voz femenina inundaba el lugar mientras levantaba la voz cada vez más, hasta hacerse un grito que súbitamente terminó.

Hacía ya varios meses los que había invertido en investigar, en probar y en fallar una invocación. Su soledad, su condición, su tristeza, su baja estima, y sobre todo su ignorancia la habían hecho encontrar un verdadero libro que le prometía mejorar su vida, invocando a un ser tan poderoso que podía cambiar su vida y la vida de los que le rodean.

No había nadie en casa, nunca lo había, tenía una familia demasiado ocupada, le brindaba todo lo material pero ni una pizca de algo más. No lo reprochaba no había conocido una familia de verdad y ahora no quería hacerlo.

Su padre, un señor gentil, responsable muy culto, amable con las personas, trabajador, todo un éxito en su empresa. Pero eso era para todos los demás, según lo leía en los diarios, no había pasado ni 2 horas en su compañía que recordara. Normalmente se la pasaba reprendiendo y comparando con su única hermana que ahora estudiaba en otro país, era su única amiga y se había ido cuando ella tenía 3 años. Jamás perdonaría a su padre por eso, jamás.

No sólo se encargo de que de ninguna manera vieran a su madre, y que años después ella falleciera sin ir a verla, además estaba muy lejos del lugar donde nació y donde tenía familia o conocidos siquiera. Ahora yacía en una lujosa y costosa mansión, fría como el hielo seco, y tan indeseable como cualquier cáncer.

En su corazón no cabía compasión hacia aquel que había destruido su vida, su padre. Ahora tendría la oportunidad de demostrarle que podía ser mejor sin seguir sus pasos, ahora le demostraría quien era y porqué jamás debió traerla al mundo.

Levanto su rostro, mostrando una adolescente de unos 15 años realmente hermosa en toda la extensión de la palabra, ojos claros, piel blanca y sedosa, cara fina, cuerpo ya de una mujer y delicadeza femenina.

Se levantó yendo hacia el espejo frente a ella, sus movimientos era estéticos y estilizados. Levantó las manos y con una caricia en el espejo dibujo su rostro, ahora un tanto demacrado y sin expresión alguna. Luego plasmo sus manos en él espejo dejando las huellas en él y poco a poco retrocedió, con una mirada perdida en su reflejo.

Más su reflejo dejo de ser sólo una imagen, pues a medida que ella se alejaba, la imagen se acercaba, la imagen coloco las manos en donde antes estuvieron las de la chica y poco a poco, como si de una ilusión se tratara salió del espejo una chica idéntica a ella. Sólo que no en donde debían estar los ojos, ahora eran huecos oscuros.

- Lo logré - dijo la chica viendo su reflejo, acercarse a ella.

El reflejo sin ojos, se acercó a ella en actitud amenazadora y con una horrenda sonrisa en sus labios partidos.

La chica pareció despertar y sus ojos demostraron su miedo un instante.

El reflejo río estruendosamente.

- Me has llamado y aquí me tienes - la voz que salía del reflejo era hueca y le provocó un escalofrió a la chica.

Más de nuevo sus ambiciones llegaron a su mente.

- Dijiste que me ayudarías, cumple tu palabra.

- ¿Y tu? - se acercó más a la chica que ya no demostró miedo - cumplirás la tuya.

- Fue un pacto, tú cumple tu parte.

El reflejo sonrió - sólo recuerda que tu me llamaste - un remolino negro lo cubrió, la chica tuvo que alejarse un poco. Las cosas de la habitación comenzaron a vibrar, mientras las paredes parecían derrumbarse, sin embargo la chica no demostró nada en su rostro. Segundos después el remolino desapareció y frente a sus ojos pareció un chico de unos 20 años, muy apuesto, alto, excelente físico, sólo que sus ojos eran totalmente negros con destellos rojos.

- Así podré actuar mejor.

- Debo seguir llamándote Hyobe.

- No, no se te ocurra - ahora su voz era más normal - Sung, ese será mi nuevo nombre. Hyobe murió hace siglos, Sung es quien se encargará de la venganza - volvió a ver a la chica - ¿se te ofrece algo por ahora?

- No, mi padre llegará en unos días. ¿Qué harás hasta entonces?

- Buscaré a viejos amigos.

- ¿Cómo lo haces?

- ¿De qué hablas?

- Ahora no siento la energía que tenías antes, ¿puedes esconderla?

- Así es, no te preocupes - acarició su rostro con rudeza, te enseñaré todo lo que desees.

La chica sonrió, pero sus sonrisa estaba llena de maldad.

Aquí comenzaba a escribirse otra historia, una en la que el destino estaba escrito y era demasiado horrenda para seguirlo.

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¡Hola!

¿Cómo tan? yo apenas actualizando, lo siento pero estoy muy ocupada, pero me doy tiempo para escribir. Como se habrán dado cuenta subio de rating, pues estará un poco más fuerte el contenido, no mucho pero no quiero herir susceptibilidades, así que no digan que no se los advierto.

Avances del sig cap. ¿Adivinen quién llega a visitar a Saku?...

Exacto, por quien han pedido llega en el próximo capítulo.

Un chico llamado Fuu apareció, por petición de mi querida Ropna.

Seika, Fuu y la chica nueva, son muy importantes en la historia que recién comienza, así que espero sus comentarios.

Ya vieron que tomo en cuenta sus sugerencias, sólo que tardan un poquitin, pero son importantísimas.

Muchas gracias a Angie, Celina Sosa, CollSaku, Zauberry y Darthmocy, disculpen por no contestar a cada una pero tengo algo de prisa, pero saben que son muy importantes para esta historia.

Saludos y hasta pronto.