La casa Kuchiki era enorme. Uno de los clanes más ricos y más reconocidos en toda la sociedad de almas. Ser parte del clan era, sin duda un honor y había una carga pesada de expectativas que venían incluidas con el nombre. Kimiko entendía esto desde hacía ya más de 200 años, cuando Rumi-sama, esposa de Komatsu-sama se había acercado a ella en las calles del Rukongai y le ofreció la oportunidad de su vida. Pertenecer al clan más prestigioso y respetado de toda la sociedad de almas. Se podría decir que su vida anterior había sido afortunada. En el Rukongai, vivía en uno de los mejores distritos, había logrado establecerse como mercader gracias a su personalidad fácil y alegre así como trabajo duro. Cuando la señora Rumi, de las altas esferas del clan se había acercado a ella, buscando un proveedor de materiales de porcelana para la familia pensó que era el trato que había esperando toda su vida. Pero pronto esa relación de negocios se había convertido en una amistad. Rumi-sama se presentaba cada jueves en la tarde para tomar el té, táctica que Kimiko había perfeccionado para promocionar su mercancía, y las pláticas amenas estaban llenas de halagos por parte de la noble Kuchiki. Siempre supo que había Sido afortunada con su aspecto, piel blanca y sin imperfecciones, un cabello azabache largo que cuidaba con mucha dedicación, y facciones simétricas y delicadas.
Cuando, una día Rumi-sama mencionó que el clan que siempre admiro estaba considerando su adopción estuvo desbordando felicidad por días. Finalmente cuando la decisión fue tomada, después de un intenso entrenamiento y fue aceptada por parte de las personas del clan. El mismo Byakuya Kuchiki se había acercado a ella y con un semblante serio le dió la bienvenida. Ella, a diferencia de otras adopciones, estaba destinada a embellecer y fomentar el arte y la feminidad entre los miembros de la familia, ya que no solo estaba conformada por guerreros. Así, después de los 200 años más estables y felices de su vida había terminado como una de las mejores anfitrionas que la casa Kuchiki tenía. Rumi-sama estaba siempre ahí apoyándola, así que haría cualquier cosa para retribuirlo.
Pero, en ese momento, sentía mucha culpa de que, al escuchar su nuevo mandato, su primera reacción fuera el rechazo. El noble anciano Ryujin estaba sentado frente a ella mirándola fijamente.
-... Este es un honor - decía el anciano - eres sin duda, una de las jóvenes más hermosas del clan Kuchiki, ciertamente tu adopción fue una bendición para el clan. Es por eso se que estarás agradecida de poder retribuir cada uno se los beneficios que está familia te ha otorgado - dijo con una sonrisa en el rostro que le dió mala espina.
-Por supuesto Ryujin-sama. - dijo respetuosamente bajando la cabeza.
-espero que sea de tu entendimiento, que nunca se te forzará a nada. Tu consentimiento es siempre fundamental para nosotros.
Quizás fueron las palabras que preveían a algo con los que estaría en desacuerdo, o el tono y la sonrisa en su rostros, cualquiera de los dos, Kimiko sintió un nudo en el estómago.
-Lamentablemente…. Nuestro nuevo integrante. Ichigo Kuchiki, ha tenido ciertos percances … en la habitación. - Kimiko se sonrojo por completo al escuchar eso. - Nada de qué preocuparse, solo su… relación con su esposa podría … necesitar un poco de ayuda.
-Temo que no entiendo a qué se refiere Ryujin-sama.
-el clan Kuchiki necesita un heredero - dijo ahora directo- y si Kuchiki Rukia no puede proveerlo … necesitamos a alguien más que pueda.
-Usted….- no podía terminar la oración debido al shock. Nunca pensó que estaría en esa posición.
-Se que sabes la importancia del clan y que su estabilidad depende de sus integrantes. Has pasado muchos años viendo lo fundamental que es mantener un linaje y comportamiento puro e impecable. Temo, Kimiko-san, que ahora es tiempo de que tomes un rol activo en ese papel. Confío en que resolver este problema, así como tú discreción al respecto.
-Yo…. Yo … no me siento cómoda …
-Ah claro - Ruyjin se levantó y se acercó a ella. Aún cuando todo en él parecía pulcro y perfecto, ese sentimiento de asco y pánico crecía en ella con cada paso que daba. Sus instintos le decía que tenía que salir de ahí. - como dije, tu consentimiento y compromiso con la misión es importante para nosotros. Sin embargo - El anciano estaba tan cerca que podía sentir su poder casi físicamente - No me gustaría que el clan Kuchiki considerase que tú falta de cooperación pueda ser perjudicial para nuestras metas.
Kimiko trago en seco, tratando de contener sus ganas de llorar. Apretó fuertemente sus manos esperando que no notara que estaba temblando.
-E…entiendo Ryujin-sama - al decir las palabras, sentía que había sellado su destino.
-Me alegro que entendieras. Por supuesto Kuchiki Rukia no sabe nada de esto, me gustaría que se quedará así.
Cuando por fín estuvo sola no pudo evitar sacar toda esa emoción contenida. Abrazo sus piernas y comenzó a llorar. Nunca habría esperado eso de su propio clan. Tenía que concebir un alma con un hombre, que no solo no conocía, era conocido como el guerrero más poderoso, estaba casado y a decir verdad, le daba miedo el acercarse a él. Concebir un alma es sin dudas poco probable lo que significaba que podría pasar años intentándolo. Años siendo usada, sintiéndose sucia.
Por un segundo consideró huir. Alejarse en ese momento y dejarlo todo, pero el rostro de Rumi-sama e incluso de Komatsu-sama estaba muy presente en ella. Eran como sus padres. No quería alejarse de ellos y mucho menos defraudarlos después de todo lo que habían hecho por ella.
Así que después de su crisis nerviosa, se limpió las lágrimas, tomó un par de respiraciones e hizo la decisión. Solo ansiaba no lamentarlo después.
Rukia se decía a sí misma que no era algo del otro mundo. Estaba muy cansada y quería ir a dormir ya. Aún cuando su hora de dormir era mucho más tarde. Solo, iba a prepararse para dormir. No tenía porqué sentir que su corazón latía demasiado rápido en su pecho, o esa emoción previa que recorría su cuerpo era solo eso. Cansancio.
Sabía que Ichigo ya estaba en su habitación por su Reiatsu, por lo que se dirigió directo a la misma. Solo se detuvo un momento cuando alguien inesperado estaba por tocar la puerta.
El clan Kuchiki era de los más grandes. Pero había ciertas personas que destacaban entre los miembros. Una de ellas era Kimiko Kuchiki. Era una mujer hermosa, unos años mayor que Rukia. Siempre le pareció amable y refinada, algo que de cierta manera envidio, Kimiko parecía que pertenecía al clan Kuchiki con toda su elegancia y belleza,las pocas veces que había tenido contacto con ell fueron superficiales y banales, por lo que no entendía que estaba haciendo de pie en la puerta de su habitación. Parecía indecisa si llamar o no.
-Buen día - dijo Rukia captando su atención. Kimiko dió un repsingo asustada - ¿Te puedo ayudar en algo ?
-Y…Yo …. Yo qu..quería …- Rukia la vio extrañada, ya que nunca la había visto así de nerviosa.
-¿Komatsu-sama te envío? - preguntó la teniente, Kimiko pertenecía a la Rama de Komatsu, un personaje de mucho peso con quién su Nii-sama- se codeaba.
-Yo…. Yo solo… quería acercarme a felicitarlos por su matrimonio- improviso.
-Ah … - Rukia la miró extrañada sabiendo que ya había pasado ya un par de meses del mismo - Gracias. - respondió extrañada, quizás estaba intentando crear un lazo de amistad con ella.
-Eres Kimiko-san ¿Verdad ? - la chica asintió - Te he visto en las ceremonias de té, eres muy buena anfitriona.
-Gracias - dijo nerviosamente e hizo una reverencia.
-Espero un día de estos poder tomar el té contigo - dijo dulcemente Rukia. La chica solo asintió y se despedio rápido.
Tras despedirse, la joven se retiró tan rápido que Rukia pensó que quizás fue shumpoo.
Aún extrañada por eso entro a la habitación para encontrarse con algo más que la desconcertó.
Los futones estaban separados.
No como antes que estaban uno después del otro alejados por un poco de distancia.
No, estaban casi a dos metros de separación. Ichigo, que en ese momento se encontraba demasiado enfocado en las ropas de su armario, no la volteo a ver.
-¿Que…que paso con los futones? - preguntó ella frunciendo el seño.
Ichigo no siquiera se inmuto lo cual la saco de quicio.
-No creo que hoy haga frío - contesto por fin.
Era claro para Rukia que ese era Ichigo retrocediendo. Por un momento pensó en solo aceptarlo y dejarlo en paz, después de todo se sentiría muy avergonzada de insistirle en dormir juntos cuando claramente ya había tomado una decisión, pero recordó la pelea con Renji, como la acusó de nunca intentar que las cosas sucedieran.
-Dime la razón por la que ya no quieres dormir conmigo - demandó levantando la barbilla.
Ichigo se sonrojo, no había esperado que fuera tan directa. La verdad era que se sentía un cobarde y no quería verla a los ojos.
-Solo déjalo Rukia.
-Dime. Yo … - a pesar que el tema no era algo que dominaba o incluso se atreviera, tomo una respiración y continuo. - Se que te gustó igual que a mí, así que dime porque estás separando los futones.
Ichigo estás sumamente sonrojado y quería dejar de hablar del tema.
-Por que si Rukia. - Estaba considerando huir de la habitación pero Rukia se encontraba en la puerta bloqueandola. ¿Se vería muy desesperado si usaba Shumpo?
-Pues no acepto tu respuesta. Quiero una razón real. Dame eso y dejaré de molestarte.
-Porque no quiero, no puedes solo dejarlo estar y ya?! Necesito esta distancia. - Ichigo pasó sus las manos por su cabello en señal de frustración. - Esto no es correcto. Es una maldita farsa.
Logicamente Rukia entendía que hablaba del plan, aún así, sintió un nudo en el estómago y su garganta se cerró de golpe. Le hirió que dijera eso. E Ichigo lo noto, siempre lo notaba. El pelinaranja se apoyo en la pared, era lo que quería evitar. Hacerle daño, era como sentirlo el doble sobre el. Tenía un nudo en la garganta y un peso en su pecho que no lo dejaba respirar bien.
-Lo siento - dijo él tratando de calmarse. Las cosas se estaban saliendo de control y todo era por su debilidad. -Yo… yo solo …necesito el espacio - repitió. - He tenido algunos… sueños locos - dijo por fin sonrojándose - y no quiero actuar sobre ellos, no cuando está mal.
Rukia también se sonrojo entendiendo a lo que se refería, pero ahora era el momento de hacerle frente a toda esa situación.
-¿Por que está mal? - preguntó ella
-Porque si Rukia - sonaba frustrado y realmente incómodo pero ella sabía que Ichigo trabaja mejor bajo presión. -Porque esta no es la situación ideal, porque siento mucha culpa de …. Pensar, soñar eso cuando se que tu no tienes opción de estar aquí. Porque quiero… - se detuvo un segundo.
El había aprendido que había momentos que cambian su vida para siempre, lo sintió cuando Rukia lo convirtió en shinigami, lo sintió cuando decidió entrar a la sociedad de almas y lo sintió muchas veces más a lo largo de su vida como humano y Shinigami. Ese era uno de esos, casi podía ver el camino dividiéndose en dos frente de el, y estaba tentado a dejarlo así, después de todo era más cómodo seguir en la negación, pero como todas esas veces anteriores solo tuvo que mirar los enormes y hermosos ojos violetas de la Shinigami para lanzarse al camino desconocido, solo esperaba que ese camino no terminará sacándola de su vida.
-Porque te quiero a ti. Eres todo lo que pienso últimamente y yo… tengo una imaginación muy vívida -su sonrojo se intensificó - y cuando dormimos juntos soy débil … la mañana de ayer yo me levanté y pensé en ti …. Y me…. -ichigo no pudo continuar y bajó su mirada al suelo, quería que el suelo lo tragara en ese momento. ¿Cómo lo vería Rukia ahora? Quizás había arruinado su amistad, quizás estaría incómoda cerca de él, sabiendo que la deseaba de esa manera.
-Yo también sueño contigo - dijo ella sonrojada. Ichigo se sorprendió de su respuesta- sueños que parecen reales.
Ichigo trago en seco
-¿Que… que sueñas?
Ahora Rukia tampoco podía verlo a la cara entonces fijo su rostro en su pecho, en su yukata semi abierta que dejaba ver un poco de sus pectorales.
-Sueño que me tocas - Ichigo hizo un mini jadeo, ahora sus respiraciones se hicieron más rápidas - Sueño que abres mi pijama y tú me besas… por… por todas partes. - Ichigo la miraba fijamente con deseo. La mano de Rukia empezó a jugar con la orilla de su Yukata y él se preguntó si iba a abrirla. -También…. También sueños que …. Que me tomas, y es… salvaje y … me gusta.
Rukia sentía que ambos estaban en un trance. Se sentía sensible por todas partes tuvo que recargarse en una pared porque sus piernas estaban temblando y tuvo que presionar sus muslos juntos haciendo que la presión se sintiera bien por un momento. Ichigo por otra parte se había quedado viéndola fijamente, no hacía nada para disfrazar la clara erección debajo de su pijama.
-Y Yo.. -continuo Rukia, ahora hipnotizada por la mirada de él. - Yo me toco.
Ichigo soltó un gemido ronco, ahora esas imágenes de Rukia iban a torturarlo por siempre. Se sentía tan sensible, su cuerpo completo parecía cargado de energía electrizante, y todo lo que quería era acercarse a Rukia.
-Yo quería hacerlo bien - dijo por fin el. Su tono había cambiado un poco, aún notaba el deseo pero tenía un borde triste - quería que fueras libre para hacerlo bien. Invitarte a salir, cortejarte, quería tener contigo todos esos momentos que siempre creo que eran estúpidos pero contigo no parecen así.
-Idiota - dijo ella ahora con una sonrisa. Típico de él. Querer que todo se acomode a sus tradiciones humanas. - ya estamos casados, podemos …hacer eso.
-No es por voluntad - dijo Ichigo.
-No todo tiene que seguir tus reglas. Cómo me siento…. No tiene nada que ver con este matrimonio, así que deja de escudarte con esta situación.
Ichigo tuvo un momento de vulnerabilidad con el que no estaba cómodo. Rukia podía entenderlo mejor que a si mismo.
También se sintió nervioso, ¿ella esperaba que lo hicieran en ese momento? No sabía si estaba listo, mierda ni siquiera estaba seguro que hacer, claro que quería tocarla pero tenía que hacer más, tenía que darle placer a ella, las cosas en el porno, estaba seguro, no eran el ejemplo a seguir, pero se sentía completamente sin guía. Rukia debió de ver el pánico en los ojos de el porque sonrió y soltó un suspiro.
-Yo tampoco estoy segura de muchas cosas - dijo ella. - entiendo al teoría pero … nunca lo he echo así que creo que lo averiguaremos poco a poco. Además, si todavía quieres hacer toda la cursilería del cortejo podemos hacerlo.
Ichigo escondió su rostro en sus manos porque sentía que no podía con la emoción en su pecho. Rukia lo leía como un libro abierto, le decía todo lo que necesitaba, sabia cuando presionar y cuando necesitaba espacio. Lo conocía mejor que él mismo. Desde hace tiempo entendía que el lazo que tenía con Rukia era algo profundo pero no fue en ese momento que entendió que Rukia era parte de él. E iba a proteger ese lazo pero también iba a vivirlo.
Un golpe en la puerta rompió el ambiente que se había generado. Los dos se sonrojaron y decidieron enfocar sus atencion en otra cosa. Ichigo entró al baño ahora consciente de su cuerpo. Rukia se acercó a un espejo que mantenía en una esquina, seguía sonrojada pero tomó una respiración, trató de poner su cara de poker y se dirigió a abrir la puerta. Era un sirviente de la mansión.
-Kuchiki-sama la necesita en su oficina - dijo simplemente. Aún cuando todos eras Kuchikis, sabía que se refería a su hermano. Pensar en él hizo un trabajo perfecto en sacarla de su estupor de hacía unos segundo, era una manera perfecta de calmar y centrarla. Agradeció al sirviente y sabiendo que Ichigo agradecería que lo dejara solo salió de la habitación.
La oficina de Byakuya estaba casi vacía. Era usada usualmente para reuniones importantes relacionadas a la familia, por lo que estaba preparada de una manera tradicional, a diferencia de la oficina del escuadrón 6. Una ventana con una vista directa al estanque Koi y los jardines de los Kuchiki estaba frente a ella. Su Nii-sama no había dicho nada aún así que espero pacientemente.
-Me enteré de la nueva noticia de tu escuadrón - dijo muy tranquilo. -Ukitake se retira.
-Si - contesto - Ukitake-taicho ha estado empeorando sobre su salud.
-Es por eso que abiertamente he solicitado a Kyoraku que te contemple como capitán - Rukia soltó un pequeño jadeo de la sorpresa. - Se que ha hablado contigo al respecto, y que no has tomado una decisión. Solo quería hacerte saber que, si es lo que quieres. Contarás con el respaldo de la familia Kuchiki. - Byakuya lo dijo de forma inmutable. Podría estar hablando del clima igual, pero Rukia no pudo evitar sentir que su pecho explota en emoción. Saber que su hermano la estaba alentando a tomar una de las decisiones más importantes de su carrera y que la apoyaba era algo que le hacía sentir plena y feliz.
-Nii-sama - se inclino en señal de respeto - muchas gracias, pero los ancianos… escuché que tienen otros planes
-Los ancianos no tienen nada que ver con las decisiones del gotei 13. No ahora, no nunca. Solo el capitán comandante y los capitanes de las 13 divisiones tenemos ese mérito y, si has sido reconocida y apoyada por ukitake así como mi escuadrón, mi clan respaldará esa decisión porque así lo he decidido yo. - después de una pausa breve dijo más sereno. - Se que estarás a la altura de la posición.
Aunque la voz de Byakuya era dura y directa, Rukia entendió que era de alguna forma, la muestra de apoyo y cariño que busco de él por tanto tiempo. Temía que en su rostro se mostrará la emoción que sentía pero estaba a punto de desbordarse.
Y luego sucedió algo que, en cualquier otra circunstancia, hubiera creído que era un sueño. Usando Shumpo, su hermano se acercó a ella. Palmo su cabeza una vez, y luego salió de la habitación.
Rukia tocó su cabello donde había estado la mano de Byakuya. Se encontraba eufórica.
Esa había sido, sin duda una muestra de cariño.
Cuando regresó a la habitación aún emocionada por lo que había pasado, se percató que Ichigo había puesto nuevamente los futones juntos, pero el estaba dormido dándole la espalda.
Estaba bien.
Pasos de bebé.
Cuando por fin se acostó lo hizo con una sonrisa recordando el gesto de cariño que su hermano y durmiendo al lado de Ichigo, no estaba segura de querer nada más.
