04 de julio, Reportaje del Profeta.
¡DUMBLEDORE PIDE AYUDA!
Ayer le llovieron las quejas y las acusaciones a Albus Dumbledore, en la reunión en pleno de la CIM. ¡Como si Gran Bretaña tuviera la culpa de que dos pestes nos está acechando!
No es necesario recodarles que, en las últimas semanas, la primera movilización de gigantes en los últimos doscientos años, tiene en aprietos y aterrados al norte de Europa. Ha habido varias muertes muggles a los pies de estos barbáricos gigantes y, por lo menos, cuatro aurores también murieron en los intentos de frenarlos. Esto ha llegado a tal punto, que las autoridades explican lo que está sucediendo a los muggles, como destrozos producto de todo tipo de desastres naturales.
Una explicación que no será fácil de vender por lo que ha estado pasando al sur de Europa. Hace dos días tres grupos de duendes renegados se escaparon de sus respectivos bancos. Eso solo hubiera sido problemas de los altos mandos del banco Gringotts, si no fuera porque escaparon montados en, por lo menos, ocho dragones… Y en dirección a nuestro país.
Lo que está llenando de pánico a la comunidad mágica no es solo eso, si no la extraña manera en que los duendes renegados han decidido atacar. Sin importarles que estén volando sobre poblados muggles o mágicos, ordenan a los dragones dejar caer sus residuos digestivos a tierra.
Esto es problemático no solo por lo repúgnate de la situación que han vivido, por lo menos, siete poblados, dos de esos mágicos. Eso ha producido tres heridos de importancia, además de un caos en tratar de mantener el secreto mundial de la magia.
Pero, lo que tiene más preocupados a la comunidad mágica europea, es que ese ataque de los duendes, ha hecho reaparecer una de las peores plagas mágicas: la gripe de dragón.
Estas dos movilizaciones completan lo que llamamos "La trifecta de los monstruos". Todos deben recordar los horrores lunares que estamos viviendo desde hace unos tres años, cuando los hombres lobo decidieron transformarse, matar y transformar a nuevos monstruos para hacer más grandes sus filas.
Desde el inicio, se supo que estos ataques fueron hechos con la ayuda del mago tenebroso que no queremos nombrar, y sus seguidores.
Las autoridades europeas también dicen, algunos hasta gritaron, que tienen pruebas de que los gigantes y los dragones también están siendo apoyados por ese movimiento. Y varios, liderados por el soberano reino mágico de Liechtenstein y el gran ducado mágico de Luxenburgo, insisten en que Gran Bretaña debe hacerse cargo por gran parte de los daños y, hasta, pidieron que Dumbledore dejara su puesto como gran Mago por su "clara incompetencia en procurar la seguridad de los magos y brujas fuera de su propio país".
Pero las grandes sorpresas no terminaron ahí. Contrario a la tranquila jovialidad a los que nos tiene acostumbrados Dumbledore, ayer respondió a todas las acusaciones con algo que nadie se esperó: ruegos.
Dumbledore no le quitó urgencia a la situación para bajar los nervios de la sala. Todo lo contrario. Insistió en que esos ataques solo podrían ir en aumento, y que Gran Bretaña no es capaz de evitarlo. Que el movimiento comandado por quién nos piden que no nombremos, está fuera del alcance de nuestro ministerio de magia. Por eso, Dumbledore prácticamente suplicó a la CIM que todos unan fuerzas para mitigar la amenaza del que no quieren que nombremos.
Obviamente, ese pedido produjo que los ánimos se caldearan aún más que antes. No es de extrañar, la primera y única vez en que se tuvo que hacer algo parecido, fue en la guerra contra Grindelwald.
Sin embargo, la reunión terminó centrándose en justo eso. Porque, como bien dijo Dumbledore: "es mejor intentar evitar que (nombre del líder de los magos tenebrosos) se convierta en otro Grindelwald.
25 de diciembre, 1978
El patio delantero de la casa de Quartus ha sido tomado nuevamente por toda la familia de la Rosemary Fields, con el mismo fin de hacer una gran fiesta. Pero esa vez, se organizó con mucha premeditación… Y sin Quartus y su esposa, que han decidido volver a Francia, con la familia de ella y sus hijos… Indefinidamente.
Los mortífagos se han mantenido activos… Puede que más que antes. Como la orden del fénix empezó a evacuar a la familia de hijos de muggles, al final se inició una "carrera" entre ambos bandos para dar con las personas antes que sus enemigos. Muchos de los familiares de Rosemary Fields, ese lado Gryffindor tan preponderante entre ellos, terminaron ayudando en los planes para evacuar junto a la orden del fénix.
Han logrado llevar a doce familias de hijos de muggles bajo el cobijo de su granja, 56 nuevas personas qué cuidar y hacer parte de su gran familia. Sin embargo, muchas veces los magos y brujas con más conciencia social, sienten el dolor de no haber podido salvar a las siete familias que los mortífagos asesinaron en esos mismos meses. La orden del fénix intentó detener dos de ellos, pero no pudieron evitarlo. Además de la muerte de la familia, murió una bruja en uno de esos ataques… La lista de decesos sigue subiendo.
¡Pero por eso mismo, se mandaron a hacer esa gran fiesta de Navidad! Molly Weasley, y muchos otros en la Rosemary Fields, insisten en que deben hacer lo posible para que esas fechas sean especiales. Como siempre hacen cuando tienen en su hogar a los chicos que pasan la mayoría del año en Hogwarts, lejos del calor y seguridad del hogar que siempre intentan mantener presentes para los más pequeños de la granja.
Pero para ese año, por más que lo han intentado, cada vez más se siente como el "mundo exterior" les está dificultando la forma en como se sienten. Tener cada vez más familias de refugiados, la mayoría de las cuales les ha costado mucho darse a la idea de su cambio de vida y de "mundo", no han hecho fáciles las cosas.
Sin embargo, esa tarde blanca por la nieve y varias burbujas de varios colores flotando e iluminando por doquier, parece que el mundo exterior por fin se ha quedado bien afuera.
Billy y Charlie están a un lado de la gran casa, detrás de un fuerte de nieve y ayudando a hacer bolas, para que los niños con sus varitas, las tiren al lado contrario. La guerra ha sido larga, sin cuartel y llena de risas. Tal vez porque Cedric, Pandora, Sextus y Bilius son los generales de ambos bandos, y cada vez más creativos en la manera de encantar las bolas de nieve y sus fortalezas.
Unos pocos ejemplos es la torre de nueve que abre una gran boca y se come los proyectiles enemigos, para hacerlos aparecer en el suelo detrás de ella. Aunque hicieron la broma de que estaban cogiendo excremento de la torre, no todos los niños temen tomar esa nueva munición. Y en cuanto las bolas de nieve en sí, la más temida, aunque no sea la más llamativa, es la bola de nieve granada. Crees que has logrado esquivarla, hasta que cae en el suelo y "explota", llegando a varios de los contrincantes. Pero, porque solo sales del campo cuando te dan en la cabeza, eso no es suficiente para perder a uno de los tuyos… A menos que estés agachado.
La guerra de bolas de nieve sigue siendo muy vista, sobre todo por los padres de los niños que juegan. Como Arthur en ese momento.
El "campo" de batalla que Molly vigila es otro. Las mesas llenas de comida, en los que ella misma, varios elfos domésticos y muchas de las amas de casa ayudaron por dos días; siguen llenas, por más que toda la familia de Rosemary Fields, entre esos los refugiados, han estado comiendo desde su llegada. Es Molly la que está lista para mover su varita, justo cuando alguno de los aperitivos está a punto de agotarse. Como respuesta a sus hechizos, desaparecen todo tipo de comida en varias cocinas por la granja, y aparecen en los platos de la fiesta, listos para ser devorados.
Claro que, mientras Molly se encarga de esa responsabilidad, también se divierte. Come, habla, bromea y siente alegría en su ser. Detrás de ella, con la tranquilidad y observación propia de él, Percy no la pierde de vista. El niño de dos años y medio es, con mucho, el más apegado a ella. Si no fuera la madre de Debby, también tendría el título del más tranquilo de sus hijos. Solo tenerla a ella cerca, y alguno de sus libros mágicos de figuras, y Percy está bien.
Los totales opuestos de Percy, para el cansancio y desesperación de ambos padres, son las nuevas adiciones a la familia. Los gemelos Fred y George, que no tienen ni un año de edad, han sido tremendos desde que nacieron. Con semanas de vida, aprendieron a llorar solo para conseguir atención de sus padres. Y sus pequeñas fechorías crecieron exponencialmente después que empezaron a gatear. Molly, Arthur, sus abuelos, tíos y hasta Gertry la elfa doméstica, temen por los tiempos que vendrán después de que empiecen a caminar.
Pero en esa bella fiesta de navidad, Molly no tenía que preocuparse por los gemelos. Dos elfos domésticos los estaban vigilando, mientras Fred y George están junto a sus dos abuelos paternos.
Mientras habla con una de las madres muggles, Molly busca a la última de su prole que no ha visto en esos minutos… Allí está, sentada a una mesa y haciendo compañía a su tío Guideon. Los dos hablan, mientras ella escribe algo en su cuaderno.
Para su tercer cumpleaños, ella pidió eso: un cuaderno, uno bien grande y grueso. Eso fue una sorpresa para su madre y una diversión para su padre. "Nos salió barata Molly…"
En el cumpleaños, le dieron el cuaderno más grande y grueso que había en el Ottery muggle (¡200 páginas!)… Y muchos lápices de color y lapiceros.
¡Nunca habían visto tan feliz a su niña! Apenas lo tuvo en sus manos, empezó a usarlo. Molly creyó que para hacer garabatos. Jamás se imaginó que ¡escribiera! En él. Sí, con letras grandes, poco agraciadas y de muchos colores, ella escribió en el cuaderno: "My stories and las de Esciam".
¡Y eso no fue la mayor sorpresa que traería ese cuaderno! No, que pudiera escribir en dos idiomas no fue lo más extraordinario, si no el efecto que tuvo eso en ella en solo pocos días de usarlo.
Antes de sus tres años, su niña les preocupaba mucho a sus padres y varios de la familia. Era muy calmada, tan calmada que a veces parecía que no estaba ahí. Se quedaba sentada, viendo a la nada y… Existiendo. A menudo, tenían que hablarle varias veces para que pusiera atención y, cuando lo hacía, miraba a quien le hablaba con gran concentración. Como si estuviera oyendo latín antiguo y apenas pudiera entender…
No siempre era así. Claro que tenía momentos de diversión. La comida le daba gran ilusión, todo lo mágico la hacía brincar y reír sin falla y siempre, siempre, encontraba algo nuevo qué mirar y enseñar a los demás con sus ojitos negros muy brillantes de la emoción.
… Pero no hablaba más que con monosílabos o un par de palabras, era más de indicar las cosas y decir sí o no con la cabeza. Ese silencio, esa manera en que miraba a la nada o a ellos, como tratando de entender… La sanadora Wellbeloved insistía en que todos los niños se desarrollan diferente, y así como Debby aprendió a caminar e ir al baño muy rápido, así le podía costar hablar.
Pero todo cambió cuando empezó a dibujar y escribir en su cuaderno, con esas letras grandes y torpes y muchos colores. Fue como si apretaran interruptor. En pocos días, Debby empezó a hablar, ¡y mucho! Aunque hablara con un orden particular, con extrañas palabras y varias veces en español, ¡Debby hablaba! Y sobre todo tipo de cosas, de historias, mundos, seres y personajes. Ella no jugaba actuando, corriendo y gritando con muñecos en las manos. Ella simplemente hablaba, y pedía a los demás que también inventaran de la historia.
Pocos días después de que Debby recibiera su cuaderno, tuvieron la visita del profesor Ponsarde y su aprendiz Sybil. Arthur y Molly los habían visto un par de veces al año, desde aquella primera vez en que le cambiaron el nombre a su niña. Siempre salían de esas reuniones con algunas preguntas respondidas, y muchas nuevas. Ellos les explicaron que la mente de su hija era como un pensadero, en donde todas las memorias de alguien más se mezclaban con las propias. Muy posiblemente, la niña necesitaba sacar esos pensamientos de su cabeza, para poder concentrarse en su vida diaria.
Aunque lo más extraño de la habilidad Prewett es que esa mente "extra" no parecía ser de este mundo… Por más que su idioma natal sí lo fuera.
Pero Molly no quiere pensar en todo lo que no sabe sobre la condición de su hija. En ese mismo momento, están en una fiesta de navidad, y su niña habla con mucho entusiasmo. Era Guideon el que debía oír e inventar sobre lo que ella contara. En esa mesa, no solo estaban rodeados de una fiesta mágica navideña, si no de la imaginación sin fin de su niña.
Guideon estaba divertido, así que no habían pasado mucho jugando. En unos minutos, sería ella y Percy quienes lo fueran a cuidarla. Alguien más podía hacerse cargo de la comida… ¡Oh, casi se le olvida! ¡El coro de villancicos ya deberían estar alistándose!
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03 de mayo, 1979. Reportaje del profeta.
¡LA FIEBRE DE DRAGÓN LLEGA A GRAN BRETAÑA!
Hoy en la mañana, Asclepio Greengrass, portavoz de San Mungo, aceptó frente a los medios esta terrible noticia que, El Profeta, estaba proclamando desde inicios de año.
Aunque la semana pasada, los duendes renegados fueron apresados por una operación conjunta sin precedentes entre aurores de toda Europa y los duendes leales del Gringotts; su ataque sigue acechando a nuestro continente.
Pero San Mungo insistía en que los casos aislados podían ser controlados. Hasta hoy. La muerte de Matilda Smith, de 102 años, fue lo que por fin puso en la palestra la verdad.
Greengrass insiste en que solo hay seis casos confirmados, pero nuestras fuentes dicen que deben ser más de 25.
Se insiste que los magos y brujas menores doce, o mayores de 80, tengan extremo cuidado con el aseo al comer…
22 de enero, 1980. Reportaje del profeta.
CAOS Y HORROR EN PARTIDO DE QUIDDITCH
Los Chudley Cannons solo iban perdiendo 50-20 contra las Flechas de Appleby cuando el ataque se dio. La llegada de los Mortífagos empezó con enormes Cofringos por cuatro lados del estadio, seguidos de apariciones de por lo menos ocho de ellos en el centro.
(…)
La cuenta de muertes supera los 30, con el triple de heridos de gravedad. Los personeros de San Mungo dicen que, por lo menos cinco de ellos, están entre la vida y la muerte…
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11 de julio, 1980.
La posada Cabeza de Puerco ha visto mejores días. Como todo Gran Bretaña mágico, a decir verdad.
Al menos sigue abierta y personas de bien entran allí, a diferencia de casi todas las tiendas y bares regentadas por magos y brujas. El miedo ha aumentado junto a la actividad Mortífaga y, hasta se teme de los pocos lugares que están abiertos. Se cree que si lo están, es porque tienen el beneplácito de Lord Voldermort y nadie quiere acercarse a él de ninguna manera.
Pero, aunque se puede decir muchas cosas sobre Abeforth Dumbledore, que sea un simpatizante de Lord Voldermort no es una de ellas. Por eso, ahogar las penas en lo que sea que te embriague fuera de una casa llena de miedo, no parece una mala idea en esas semanas.
Sybill Trelawney se ha convertido en una ferviente practicante de esa filosofía. Tanto, que está viviendo en esa misma posada. Puede ser poco limpia, pero es barata y, de cierta forma, segura. Puede que los Mortifagos hayan atacado a algunos habitantes de Hogsmeade, pero nunca al lugar. Las protecciones mágicas del pueblo se han mantenido fuertes.
La adivina necesita sentir ese leve manto de seguridad. Desde la muerte del profesor Ponsarde, en el ataque al partido de quidditch, Sybill no solo perdió a su maestro y mentor, también a su mayor apoyo para sobrellevar su don. Ser una vidente, cuando se está rodeado de una sangrienta guerra, no es fácil. Las emociones, pensamientos y visiones de muerte, odio y miedo; parecían siempre estar dentro de ella, esperando para atacar en cualquier momento. Para un vidente, lo más difícil es explicar y ponerle palabras a todo ello, y es justo eso lo principal para sacarlo de dentro, que deje de molestar y poder seguir centrada en su vida.
Sin el profesor Ponsarde ayudándola a entrar y salir de su propia mente para limpiarse de todo ese dolor que no es de ella; Sybill tuvo que recurrir a pociones para dormir sin sueños. Pero, cuando ya no pudo comprar más porque el boticario se la negó por ser adictiva, empezó con el licor.
Sin él, no puede dormir. Cuando duerme, es cuando su mente está más abierta al horror.
Por todo eso, sabe que no puede aceptar la propuesta del profesor Dumbledore. Ponsarde se ha ido, y ella apenas puede mantenerse en pie. Solo por su memoria, por todo lo que él le enseñó y le inculcó como mentor, es que Sybill puede seguir ayudando al Ministerio de magia con los casos de los desaparecidos… Aunque solo han podido salvar a dos de ellos. Las muertes de los otros siguen ahí, sin dejarla dormir.
No, ella no está para enseñar. Solo está para tomar, tomar y tomar hasta que su don se apaga. Aún así, solo se deja que sea así en las tardes y noches. No puede dejar de adivinar hasta que dé con ese mar de cuerpos, bajo la tierra y oscuridad, rodeando algo totalmente maldito. Ahí es donde están los desaparecidos… Los que ella y su maestro estaban buscando.
"Si solo hubiéramos presentido el ataque. Si solo hubiéramos visto al futuro y no al pasado o presente". Piensa por enésima vez, y traga de ese líquido que Abeforth dice que es whiskey de fuego, y que ella cree que tiene algún limpiador adentro por el terrible sabor que tiene. Aún así, es el que la embriaga más rápido. ¡Hasta es mejor para su economía!
―¿Señorita Trelawney…? ―la voz la sorprende un poco. El tono es de alguien que ya le ha llamado la atención varias veces.
No le extraña. Lleva en esa reunión con el profesor Dumbledore unos minutos, y más de la mitad de ella en su propia mente.
―Lo siento, de nuevo. El don, ya sabe, no ayuda a… organizar la mente. ¿Decía, profesor?
―Decía que estoy seguro de que, y disculpa si te duele que hable del tema, pero el profesor Ponsarde quería dejarte su puesto de enseñanza en Hogwarts.
Ella da una carcajada cínica.
―Lo sé, él me lo dijo… Varias veces me vi ahí de hecho, mi tercer ojo también me lo ha dicho, pero ahora mismo ―toma de nuevo de su whiskey de fuego―. Estoy trabajando en algo más impor…
Sybill puede entender que va a entrar en un trance, solo por su entrenamiento personalizado con el profesor Ponsarde. En esa fracción de segundos, acerca su conciencia a su magia interna, y se agarra de ella con todo lo que puede.
Siente que cae dentro de ella, como si soñara sin haberse dormido. La bruma la consume y rodea, pero al menos está consciente de ella. Muy, muy lejos, puede sentir a su boca moverse, pero eso no es lo más importante. No, lo que quiere saber es lo que brilla y susurra ahí en la bruma. Lo que su magia sabe, y que en ese momento está diciendo. Las cosas que no va a decir, pero que sí que en ese momento están adentro… Ve bruma verde, oye un grito, dos llantos, siente como si viera en dos direcciones, pero una es más clara… Una oscuridad asquerosa quiere arrasar con una luz limpia, fuertísima, cálida…
―tante… ―Termina de decir, como por inercia.
La sensación de vértigo, de volver a estar más en su cuerpo que en su mente, la hace necesitar respirar con fuerza.
Luego, para su sorpresa, siente una gran paz… Un alivio que la invade y que acalla todo el dolor y el horror dentro de ella. Su magia le hace sentir que "todo ha terminado", le dice, "todo terminará". Ríe, coge el silbato debajo de su túnica, y mira hacia Dumbl… La está mirando su mentor. Apolión Ponsarde es una bruma en el rostro frente a ella. Le está sonriendo y le asiente con total aprobación.
Sybill se siente bendecida, como si la luz de antes la reconfortada. Cierra los ojos, y se demanda a guardar esa sensación en su mente, para recordarla en momentos en que la necesitara…
―… lawney, Hogwarts es un buen lugar para eso. ―le decía el profesor Dumbledore, aunque ella apenas lo entiende.
Pero Sybill le asiente a su mentor. Por más que ya no está ahí mirándola, sabe que su magia sí está presente y la quiere ayudar. Sea lo que sea que le diga Dumbledore, ella sabe que tiene que seguir su guía. Es lo que le pide su mentor.
Ni le pone atención a Abeforth, que está echando de su bar a un joven pocos años menor que ella, sigue ciegamente a Dumbledore hacia la calle y luego al castillo.
Después de tener su segunda reunión con los Inefables, Sybill Trelawney acepta la invitación de Dumbledore, de pasar la noche en Hogwarts y ser su siguiente profesora de Adivinación.
Duerme sin pesadillas, llena de sueños de ojos verdes y rayos. Eso la hizo despertar en paz, volviendo a ser ella misma después de meses.
