"Rurouni Kenshin no me pertenece... ¡Qué más querría yo! (bueh... al menos ya saben que regalarme en mi cumpleaños)"
Eh... hay un pequeño cambio en el capítulo anterior, es sólo el nombre del terrateniente, le había puesto Tsuda pero me lo pensé mejor (además de que era el mismo nombre del tipo que Battousai había matado) y le cambié el nombre por uno que le queda mucho mejor. Intentaré ver si puedo hacer ese pequeño cambio en el otro capi, de todas formasel nombre verdaderoaquí viene... eh, bueno eso es todo. (Recuerden que mi experiencia se remonta a tan solo 7 capitulos publicados si sumamos mis dos fanfics, suminasen)
oooooooooo -- Cambio de escena
"blabla" -- Diálogo
blabla -- pensamientos de Kaoru
Anhelo
Capítulo 2
Azul mar
Amanecía. Y el amanecer trae consigo muchas sorpresas. Como el fino rocío sobre los pétalos de color de las flores. Como la suave música de las aves cantándole al sol en su despertar. Como los pasos del mensajero que por fin ha llegado a su destino, llevando en su bolsillo la anhelada afirmación del terrateniente de las tierras vecinas. O también, como el abrir los ojos y encontrarte cómodamente recostado en un lugar desconocido, con una extraña sensasión de paz abrazándote...
Jazmines. Olía a jazmines
Él se levantó rápidamente, un paño seco cayó de su frente a su regazo, una leve punzada de dolor cruzó por su hombro, recordándole que no había salido bien librado del combate nocturno. Examinó sus heridas, encontrando con sorpresa que todas habían sido limpiadas y vendadas y que su gi había sido remendado. Paseó su mirada dorada por todos los rincones del lugar donde se encontraba. Parecía una vieja choza pero limpia y confortable.
Un movimiento en las sombras le alertó. Se levantó ignorando el dolor de sus múltiples heridas y se dirigió hacia allí con el sigilo de alguien que está acostumbrado a caminar entre sombras y oscuridad, el de un asesino. Era una persona, acurrucada contra la pared de bambú, dormida aun. Se acercó un poco más, hasta que pudo observarla bien. Era una mujer de rasgos finos y delicados, de cuerpo delgado y bien formado, por las curvas que se adivinaban bajo el viejo kimono que traía. Tenía el cabello, negro y largo, peinado en una trenza, algunos mechones le caían sobre el reostro y sobre los labios entreabiertos. Se preguntó de qué color serían sus ojos y se descubrió pensando que era bonita. Así que ella había curado sus heridas y cosido sus ropas. No pudo resistir el impulso de acomodar uno de sus mechones oscuros tras su oreja. Ella tembló y lentamente abrió sus ojos.
Azul mar.
"Ah" ella reprimió una exclamación de sorpresa mientras se incorporaba rápidamente, desconcertada
Pero él siguió allí, arrodillado a su lado, escrutando su rostro con su mirada dorada.
"¿Quién eres?" el hombre tenía una voz cálida, suave, que inspiró confianza y seguridad en Kaoru
"¡Ah! perdón, soy Kaoru, Kamiya Kaoru" Kaoru cayó en la cuenta de que debía ser confuso para él despertar y encontrarse en un lugar desconocido, señaló a su alrededor "Esta es mi casa, pequeña, pero aquí vivo bien" ella le sonrió y él se sintió relajado "¿Cómo están tus heridas?"
"Mejor. Gracias"
Y sin decir una palabra más, él dió la vuelta y salió. Kaoru no pudo evitar sentirse apesadumbrada, el hombre ni siquiera le había dicho su nombre ni tampoco obsequiado una sonrisa. De repente sonrió. Al menos, pensaba, le había mostrado el color de sus ojos.
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"Me complace, realmente me complace mucho" dijo el terrateniente, con una enorme y lujuriosa sonrisa de satisfacción en su rostro obeso, más para sí mismo que para su mensajero "Buen trabajo, Sagara. Retírate"
El mensajero asintió y salió de la sala tras una reverencia. Las puertas se cerraron a sus espaldas. Y el joven pudo maldecir contra su amo. Le odiaba, por obligarle a trabajar para él y por ser un asqueroso y repugnante pervertido asaltacunas.
"Deberías calmarte, Sanosuke" susurró una sensual voz a sus espaldas.
El joven volteó, para encontrarse con una hermosa mujer de largos cabellos castaño oscuro, avispados ojos café y rojos labios. Llevaba una bandeja de plata en sus manos en la cuál una taza de fina porcelana humeaba, té de hierbas para mejorar la salud del hijo del terrateniente.
"Megumi" dijo con algo de sorpresa. La mujer le sonrió
"Si alguien te escucha, te mandarán directo a la horca"
"¿Y desde cuando te preocupa lo que me pudiera pasar?" preguntó Sanosuke con una maliciosa sonrisa
"Oh, no me preocupa" dijo ella con indiferencia "Sólo creo que sería un desperdicio de cuerda"
"Muy gracioso... kitsune tonta" refunfuñó él, molesto
"No debería estar perdiendo mi tiempo aquí contigo, estúpido tori atama" Megumi le dió la espalda y se dirigió muy ufana a la sala del terrateniente.
Sanosuke la observó hasta que las puertas se cerraron tras la delgada y curvilínea silueta, suspiró. A pesar de lo mal que se llevaban, para nadie en la aldea era un secreto que esos dos compartían un lazo especial, profundo; pero al mismo tiempo eran mirados con tristeza, pues aunque con el tiempo ese lazo se convirtiese en un amor grande y correspondido, un obstáculo más allá de toda fuerza humana les separaría por siempre: Takani Megumi era una sacerdotisa.
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Todas estamos consternadas. Un horrible silencio se apodera de nosotras a la vez que el miedo y el pánico se ciernen sobre nosotras. Nuestros corazones laten desesperados con frenesí, sumidos en la desesperación y en la ignorancia; en el conocimiento de lo que nos espera, un oscuro y turbulento futuro, en el conocimiento de saber próximo aquello que tanto tememos.
Tae nos lo ha dicho. Esta mañana.
Sekihara Sae trabaja como cocinera en el palacio del terrateniente, mientras que su hermana, Tae, trabaja codo a codo con nosotras. Ambas viven juntas, pues no quisieron separarse. Ambas son muy buenas personas. Por trabajar en el palacio, Sae se entera de muchas cosas. Cosas que Tae nos hace saber. Es por ellas ahora nosotras también lo sabemos.
Estaba asustada. Todas lo estamos.
Los "grandes" se juegan nuestros sentimientos, nuestro ser y nuestra libertad. Apuestas, deudas o simplemente como objetos, así nos ven y así nos manejan a nuestra voluntad, como si fuésemos seres sin conciencia ni inteligencia, como si no tuviésemos deseos de alcanzar la felicidad... aquello que ni siquiera hemos conseguido rozar. Pronto las frágiles ilusiones y los fervientes deseos del corazón de alguien se quebrarán para siempre, sin tener una oportunidad de ser reparados.
Otra vez. De nuevo. Una de nosotras ha sido vendida.
¿Porqué no podemos tener derecho sobre nuestras vidas¿Acaso nos ven como simples objetos entregados al mejor postor¿Porqué no pueden entender que nosotras valemos por lo que somos? Se nos desprecia sólo por ser mujeres, se nos ve como un sinónimo de debilidad, cómo un bonito adorno que sirve sólo para mirarse y contemplarse, para ser puesto en exhibición. Estamos atrapadas. Estas cadenas nos ciñen con cada vez más fuerza. Dejando marcas que jamás se borrarán de nuestros corazones, de nuestra alma, de nuestro ser...
Duele. La soledad y la esclavitud duelen.
¿Quién de nosotras será la próxima¿Quién de nosotras habrá de abandonar la única vida que conoce¿Quién renunciará al lugar que la vió nacer¿Cuál mente habrá de convertirnos en un simple y lejano recuerdo¿Quién?
"¿Sucede algo, Kaoru?" inquirió una voz algo preocupada. Kaoru giró la cabeza sorprendida para encontrarse con la alegre mirada de su mejor amiga
"No¿Porqué lo preguntas?" Ella le sonrió pícaramente
"Hoy llegaste extremadamente feliz en la mañana, seguro que hay algo que no me has contado" Kaoru se sonrojó involuntariamente "Pero ahora te noto ausente, triste, tu rostro tiene un aire de preocupación"
"Es por lo que Tae ha dicho" suspiró Kaoru
"Ah... que se llevarán a una de nosotras" dijo ella, sin cambiar el tono de voz
"¿Cómo puedes permanecer tan tranquila sabiéndolo¿Cómo saber que tú no serás la próxima?" su amiga le sonrió
"Si soy la próxima, entonces sólo espero que me lleve mi encantador príncipe azul" suspiró soñadora.
Kaoru rió un poco mientras meneaba la cabeza en señal de negación. Esa mujer realmente estaba loca, pero aun así la quería mucho. Makimachi Misao era un caso especial, simpre alegre, con esa sonrisa contagiosa y esa vitalidad que irradiaba por todas partes. Hiperactiva, alborotadora y extrovertida, Misao era la antítesis de Kaoru.
"Amo la vida, Kaoru y mientras la conserve conmigo, yo intentaré sonreir simpre. Lucharé por esta vida que amo y que conozco, lucharé por lo que quiero y si he de morir luchando, lo haré mientras sonría"
"Te envidio, Misao. Quisiera ser cómo tú. Vivir mi vida a cada instante, sin temor. Pero no puedo, el miedo a perder lo único que conozco me carcome el alma"
Misao la miró ceñuda.
"Lo único que puedo decirte es que aquí se encuentra todo lo que amo, todo por lo que he vivido y trabajado se encuentra aquí. Mi casa, tú... No voy a dejar que alguien me lo arrebate, pelearé, ya lo he dicho"
Kaoru suspiró y miró el cielo de mediodía.
"Si, supongo que tienes razón, pero aún así..."
"¡Kaoru, Misao!" gritó una de las mujeres, presa del terror "¡Están aquí, ya han llegado!"
Por fin, la pesadilla comenzaba, la carroza que habría de llevarse a una de ellas había llegado. Y las mujeres conocían su destino, la mujer sería parte del grupo de geishas del terrateniente Seijuuro Hiko, de las tierras vecinas.
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"¿Se siente mejor ahora Himura-san?" preguntó dulcemente la sacerdotisa
"Si, gracias Megumi"
Estaban en la cabaña de Megumi. Battousai se había despojado de su gi oscuro para permitirle a la sacerdotisa revisar sus heridas. Ella había retirado cuidadosamente los firmes vendajes y revisado atentamente sus heridas, la del costado y abdomen eran las más graves, pero alguien había hecho un buen trabajo con las hierbas y vendas sucias. Tampoco había infección, eso era bueno. Sólo había lavado, aplicado un efectivo ungüento y vuelto a vendar.
"Las heridas sanarán rápidamente si guardas reposo. No más peleas por un tiempo"
Como sacerdotisa, Megumi no estaba de acuerdo con lo que Battousai hacía, pero le brindaba su comprensión y su amistad. En el fondo era unapersona tranquila y muy noble. Y ella quería lo mejor para él.
Battousai se acomodó sus ropas y despidiéndose de la sacerdotisa con una leve inclinación de cabeza, salió de la cabaña. Una agitación se apoderaba de los aldeanos, era la llegada de la nueva geisha de su señor Hiko, su sensei. Suspiró y negó con la cabeza, nunca aprobó la obseción de él por las mujeres. Se apartó del camino principal y caminó por un sendero a las orillas del bosque.
Necesitaba estar solo. Se dirigió a su hogar: un antiguo dojo que había sido abandonado, situado en un lugar muy cercano al bosque y apartado de la mayoría de las chozas de la aldea. Era tranquilo y solitario. Como él.
Aun podía sentir el aroma a jazmin alrededor suyo y no había dejado de pensar en aquellos ojos azul mar. Ni en la dueña de ellos.
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Continuará...
Creo que esto va muy lento. Dos capítulos y Kaoru aun no se va. Siento que en este capítulo no hay mucha información importante y también que está muy repetitivo con eso de los pensamientos de Kaoru... no sé. ¿Ustedes que opinan?
Megumi es sacerdotisa. No estoy segura si en tiempos feudales haya habido médicos hechos y derechos, así que la puse de sacerdotisa. ¿Que pasará con su relación con Sanosuke? (se supone que tienen un voto involuntario de castidad) bueh... a ver que pasa, talvez ambos terminen suicidándose juntos, sería un final romántico y trágico (así me gustan) "Si no podemos estar juntos en vida, lo estaremos en la muerte" que lindo, je.
Estoy feliz! Recibí 12 reviews! Nunca había recibido tantos por un solo capítulo, ah, me siento importante. Muchas gracias a todas!
Karura: Muy bien, muchachos ¡A trabajar! Tenemos muchos reviews por contestar
GabyHyatt: (Kaoru) Tienes razón, es horrible que nos traten así, que nos vean como unos simples objetos grr¿quien les dijo que eran ellos lo superiores¿Qué se creen¿Y qué le pasa a esta escritora de pacotilla para hacernos sufrir tanto? (Misao) Calma Kaoru, no hay que llorar, que la vida es un carnaval... ¡Cantemos las tres juntas! (Sano) Pero por supuesto que somos superiores, somos guapos, inteligentes... :cuas: (Kaoru) Te merecías el golpe¡Machista! (Karura) Me gusta que pienses que se ve interesante, espero no decepcionarte. Gracias
Kaoru himura Saito: (Karura HIMURA) Eh ¿quien intenta llevarse a mi hombre? (Kaoru) ¡Queeee? Pero si Kenshin es mío por derecho (Kenshin) ¿Oro? (Hiko) Tres peleando por mi estupido pupilo en lugar de hacerlo por mí, no entienden el buen gusto... (Karura) Cállate y regresa al fic, a tí nadie te habló (Hiko) Me vengaré¡Lo juro! (Karura) Si, si, seguro... eh, muchas gracias por leer el fic y dejar tu opinión jeje si es que todavía deseas hablarme jeje (Sano) eh... Kaoru dos, no puedo creer que creas que este fanfic esté bueno ¡Si apesta! Es horrible y me han alejado del corazón de mi kitsune ¡Es injusto! (Karura) Muchas gracias! Espero que sigas leyendo
Tatsuki Shiomori: (Misao) Oh, principe azul ¿En donde estás? (Kaoru) Por supuesto que habrá algo de AM... (voz de Aoshi salida de la nada) De eso me encargo yo (Misao) Oh, mi príncipe, he escuchado tu voz ¿Será que estoy alucinando? Oh... :desmayada: (Sano) Insisto ¿Cómo alguien puede pensar que esta historia es buena? Casi no salgo, estoy al servivio de un pederasta y mejor ni hablemos de Megumi... ¿Porqué nadie piensa en un SM? (Karura) Calma, intentaré resolverlo... si puedo, jeje Gracias por tu review!
Naoko LK: (Kenshin) Pues he aquí la actualización, espero que sea de su agrado, Naoko-dono (Kaoru) ¡Ese -dono! (Kenshin) Muchas gracias por leer y apoyar a Karura-dono, la pobre ha estado muy estresada desde que comenzaron sus exámenes hace una semana y... (Sano) Y está bien loca, yo la ví en el baño tragándos eun montón de pastillas de colores ¡Nuestro futuro está en manos de una drogadicta! (Karura) Eso no es cierto, mentiroso. Gracias Naoko por dejar un review!
Yuken: (Sano) Otra loca que cree que este fic está bueno ja! me acuesto con Megumi si Karura lo termina ja! (Megumi) ¡Oye! Olvidas que soy una sacerdotisa (Kenshin) ¿Oro¿quiere saber de mí, Yuken-dono? Bueno pues soy un hitokiri, y también un codiciado, atractivo, inteligente soltero en busca de alguien (Kaoru) Ahh! le ha dado la Hikoitis¡Megumi! (Hiko) Pues yo compré a Kaoru ¿Algún problema con eso, hablen ahora o callen para siempre (Kaoru) Pedófilo... (Misao) ¿Qué es un pedófilo? (Karura) Eh... (Sano) Mira, allá va Aoshi (Misao) Mi príncipe ¡Espera a que llegue a tí! (Karura) Eso fue cruel... jeje la actualización de una luz ya está arriba jeje (Hiko) Ahhh... cuando recurdo la tarde en que conocí a Kaoru... espera al sig capi Besos, lindura! (Karura) Largo Hiko... Muchas gracias por tu review, me hizo muy feliz! (Battousai) Más te vale actualizar tu fic, me gustaría saber si de una buena vez por todas tendré algo intimo con Kaoru sin ser interrumpido por Sanosuke...
Anne: (Kenshin) Siempre he pensado que mi Kaoru es una niña muy madura (Karura) Y yo una buena escritora jeje (Kenshin) Gracias por tomarse la molestia de dejar un review en esta humilde historia, Anne-dono
Justary-san: (Kenshin) Pero que cosas dice, Justary-san (Sano) jeje ella pidió mucho KK y ahora Kenshin se ha puesto rojo ¡Kenshin está sonrojado¡Kenshin está sonrojado! jjajajajajaaj JAJAJAAJAJa :Bump: (Kaoru, roja) Pues la verdad a mí no me importaría (Megumi) Lo sabía eres una depravada pervertida (Misao) Karura está feliz porque Justary le ha dicho que no hay lectoras inexistentes, en estos momentos yo me quedo corta en cuanto a vitalidad... (Kaoru) Gracias por leer este fic!
Ghia-Hikari: (Kenshin) ¿Cómo podía quedarme sin ver los hermosos ojos de mi Kaoru? (Kaoru) Basta kenshin, que me pongo roja (Kenshin) Y tampoco dejaré que quede con Hiko-sama, puede que sea mi sensei pero Kaoru es mía (Kaoru) ¡Kenshin! (Karura) Gracias por leer este humilde fic.. (Sano) horrible, querrás decir (Karura) y por dejar un review ¡Arigato! Ahora tengo que arreglar cuentas con cierto luchador callejero...
Yuki-kudo: (Sano) Pues sí que se ha tardado, pero no te preocupes ella solita se tortura, mental y físicamente, ve, ahí viene con su látigo para flagelarse... (Karura) ¡Ya quisieras! Es para tí, te la has pasado diciendo a las lectoras que este fic apesta (Sano) Pues lo siento, pero yo sólo digo la verdad (Battousai) Nunca había recibido una declaración amorosa por parte de las lectoras, y lamento decepcionarla, Yuki-kudo, pero mi corazón está grabado con el nombre de Kaoru (Karura) Gracias por todo, ciao!
Nia-chan: (Kaoru) Karura no puede contestar porque se encuentra persiguiendo a las musas que se le acaban de escapar de la jaula... y dice que perdón por no actualizar antes pero que estaba a duro y dale en la cepuac (Misao) ¿cepuac¿Que es eso¿Una secta satánica:susurra: no me sorprendería, con lo herejes que son... (Megumi) Uhh... amo la cepuac (Kenshin y Sano) Nosotros también :bajan la voz: ya hasta tenemos tarjetita de cliente frecuente (Sano) Muy útil, la grocerda de Nía me ofrece generosos descuentos siempre que voy, oh, sí (Kenshin) Y ni hablar de Karura-dono (Sano) Bah, Kenshin, ninguna de esas dos es señorita, deja los formalismos (Kaoru) ¡Quéeeeee¡Keeeenshiiiin! (Kenshin) ¿Oro? (Sano, rojo hasta la médula) Sí, ninguna es señorita porque... no son ni dulces ni lindas ni amables y están locas de remate (Kaoru) Ahh, entonces está bien (Kenshin y Sano) Fiu... estuvo cerca (Megumi) No es justo ¿Porqué en este fanfic soy sacerdotiza? buaaa(Karura) Ya regresé ¿pasó algo interesante? jaja esos insultos demuestran envidia jejeje de todas formas gracias por tomarte la enorme molestia de leer las locuras que me ha dado por escribir, jajaja (Sano) ¿Que de donde saca tantas ideas? Creí que aguantándola por tanto tiempo ya lo sabías (Misao) ¿De dónde? (Sano) De lo que se fuma a diario, che mujer loca... por cierto, ahí nos vemos al rato Nía jeje
Kaoryu: (Kaoru) ¡No puede abandonarlo! (Todos) ¡No la dejaremos! (Sano) Aunque tengamos que encerrarla junto con su computadora, ella la va a terminar (Megumi) No le dijiste a otra lectora que la historia estaba horrible y que si la terminaba te acostarías conmigo? (Sano, nervioso) Eh... ¿yo lo dije? ehm... bueno.. jejeje ¡Oh! que bonito está el clima hoy (Megumi) Estúpido tori atama (Karura) Yo también espero que se ponga interesante ¡Ya lo saben, chicos! Hay que trabajar duro (Todos) ¡Sí!... ¡Arigato Kaoryu!
Naty-san: (Kenshin) Karura-dono se ha quedado sin palabras ante una confesión de ese tipo y no sabe que contestar, ella se siente halagada de que usted la haya leído y crea que su forma de redactar es buena (Sano) Buena, mis polainas, eso es una vil mentira (Kenshin) Ejem... como iba diciendo, Karura-dono está feliz de tener a alguien como usted entre sus lectoras y quiere saber si tiene algún fic publicado pues se rehusa a creer que escriba lo mal que usted dice (Sano) Bah... dice eso para quedar bien, no le creas... (Kenshin-Battousai) ¡Si vuelves a interrumpir hablaré con mi espada, Sanosuke! (Sano) S-si (Kenshin) Ah, sí, Karura-dono desea agradecerle por tomar un ratito de su tiempo y leer lo que ella considera locuras (Misao) ¡Es arte! (Sano) ¡Otra loca! (Kenshin, hace una reverencia) Arigato gozaimasu
Karura: Gracias por ayudarme, muchachos!
Todos: Si, claro, cuando quieras...
Matta ne!
Karura Himura
