17. Hoy y ahora
Sobre las tres de la tarde. Ático de Saga y Shaka.
- ¿No has mirado nada de lo que hay dentro? - Saga llevó el cofre hasta la mesa del salón sintiendo la adrenalina recorrerle las venas.
- Sí y no. Hay muchos sobres, pero no he abierto ninguno si es eso a lo que te refieres.
A Saga no le hizo falta poner ninguna combinación porque Kanon no lo había asegurado al cerrarlo, pero antes que pudiera levantar la tapa, la mano de su hermano se posó sobre ella y lo impidió.
- ¿Qué haces? Vamos a ver lo que hay. Es urgente que lo sepamos cuanto antes mejor.
- ¿Cuándo vas a contarme cómo te fue con Thane? - Preguntó Kanon, ejerciendo todavía más fuerza sobre la tapa para propiciar que Saga le prestara atención a él y no a la caja.
- Ahora no es momento, Kanon. Mañana es el juicio y apenas queda tiempo para poder revisar todo lo que pueda haber aquí dentro.
- No me jodas, Saga, que no te viene de diez minutos.
- Kanon...por favor...- rogó el mayor, hallándose sin razones de peso que avalaran su reiterada negativa.- Ahora no, te lo ruego.
- ¿De dónde te salió la idea de que teníamos que dar con Úrsula?
Saga resopló con evidente hastío ante la tozudez de Kanon.- Pues al final pensé que solamente nos quedaba ella como opción para poder hallar algo más que nos pueda ayudar. A fin de cuentas, era su secretaria también, no resulta ilógico que pudiera estar al corriente de ciertos detalles que a nosotros se nos escapan.
- ¡Y una mierda, Saga! Tú te olvidaste de su existencia igual que lo hice yo. No me vengas con que de la noche a la mañana has sufrido una alucinación divina y te has acordado de ella como por arte de magia.- La mano de Kanon seguía presionando la tapa del cofre, evitando que Saga se acercara al codiciado objeto.- Te lo dijo él, ¿verdad? Papá te dio el mensaje.
Saga bajó la mirada y respiró resignado, aunque pensar en la experiencia que había vivido gracias a Thane aún le removía demasiado por dentro.- Puede ser, Kanon...
- ¿Cómo fue? ¿Escuchaste su voz dentro de ti? ¿Le viste? ¿Qué fue lo que experimentaste? ¡Cuéntame algo, Saga! - Comenzó a exasperarse Kanon.
Saga gruñó ante la impotencia del momento, y todo lo que pudo hacer fue contagiarse de la irritación con la que le atacaba su gemelo.- ¡No Kanon! ¡No! ¡No te puedo contar nada! En realidad, es que no quiero contarte nada. No todavía.
- ¡¿Por qué?! ¡Soy tu hermano, joder!
La mirada que le ofreció Saga fue tan tajante como sus palabras, aunque ésta comenzara a debilitarse peligrosamente.- Kanon...necesito tiempo para asimilarlo, no me fuerces, por favor...- rogó el fiscal.- Ni siquiera lo he compartido con Shaka.
- ¿Te dijo algo sobre mí?
- En serio, Kanon...respeta mi privacidad. Lo que experimenté es algo que no puedo plasmar con palabras, aún estoy procesándolo todo.
Kanon avanzó un par de pasos, posicionándose frente al cofre y quedando apenas a un par de palmos de su hermano.- Necesito saberlo, Saga. ¿Surgió algo sobre mí?
Una ácida certeza escaló por el lacerado pecho de Saga, que no pudo evitar exteriorizarla con una media sonrisa cargada de decepción.- Te importa una mierda lo que pude experimentar yo...- masticó, observando a Kanon con disgusto.- Sólo quieres saber si tú fuiste el protagonista en una experiencia íntima y personal que es mía...Eres un jodido egoísta, no cambias nunca...
- No, Saga, no es así...Me estás entendiendo mal...- trató de remediarlo Kanon, bajando un poco las revoluciones de su tono de voz.
- Es posible que quien no se explique bien seas tú.- Le atacó Saga, incapaz de apaciguar el torbellino emocional que seguía devastándole por dentro.- Thane te dijo que sentía que debía haber una comunicación contigo, no creo que necesites más que eso para hacerlo. Y aunque no te lo parezca, yo también tenía cosas que decirle a papá, palabras pendientes, momentos que se nos rompieron sin avisar.
- No lo dudo, Saga...- Susurró Kanon, bajando el rostro con cierto atisbo de vergüenza por la porción de verdad que yacía tras las palabras de su hermano.- Pero me gustaría que pudieras ponerte en mi lugar y comprenderme un poco...
Una risa cargada de irónica sorpresa transformó la expresión de Saga.- Llevo toda la vida tratando de comprenderte, Kanon...Poniéndome en tu lugar. Cubriéndote ante papá. Disculpándote ante Rhadamanthys. Protegiéndote de la justicia. Perdonándote...- enumeró Saga, como si una inexplicable fuerza interna le empujara a reprochar aguas pasadas. - Ten tú un poco de empatía hacia mí y deja que ese momento sea exclusivamente mío. Si tú quieres el tuyo ya sabes qué hacer.- Zanjó entre dientes.
Kanon inspiró con fiereza y retuvo la respiración al tiempo que enarcaba las cejas y asentía con afrenta.- ¿Sabes que te digo? Vete a la mierda, Saga.- Un paso lo avanzó hasta la posición de su hermano y no se abstuvo de golpearle el pecho con la rigidez de su dedo.- Vete a la puta mierda tú, el jodido juicio y tu "intocable privacidad".- Al pasar por su lado buscó adrede que sus hombros chocaran, propiciando que fuera Saga el que diera un paso al costado para dejarle vía libre.
- ¿Dónde te crees que vas? - Le interpeló Saga, dándose media vuelta para seguirle las intenciones.- Tenemos mucho trabajo que hacer. Habrá que analizar todo lo que hay ahí dentro.- Persistió, señalando a ciegas el cofre olvidado a sus espaldas.
- Me la suda.
- ¡Tú estás conmigo en ésto!
- Ya no, Saga.- Kanon detuvo su huida sólo para voltearse lo justo y despachar sus últimas palabras.- Estoy harto del jodido Derecho, de los juicios para los que soy un completo inepto, de mis constantes fracasos y de tu asqueroso afán de éxito. No me necesitas y lo sabes, así que deja de fingir de una puta vez que soy tu apoyo imprescindible únicamente para hacerme sentir útil en algo.- Saga quería contraatacar, pero el gesto con el que le frenó Kanon hizo que se tragara sus palabras y apretara la quijada.- Ya no tienes que defenderme, ni excusarme ni justificarme ante nadie. Considérate libre de esa jodida carga. Yo sólo...- Kanon pasó saliva, dándose un segundo para pensar - ...yo sólo te pedía un poco de comprensión de hermano, nada más.
Alcanzar la puerta se convirtió en una imperiosa necesidad. Escapar del halo de integridad que parecía envolver siempre a Saga en algo que debía conseguir a toda costa. Hallarse retenido por la grave voz de su gemelo fue un golpe bajo.
Directo.
Certero y doloroso.
- Que estás herido... Eso dijo papá.- Saga se atragantó con la dichosa emoción que no cesaba de arañarle la garganta.- "Kanon siempre ha sido un chico muy herido", estas fueron sus palabras exactas...- La gravedad de la voz del fiscal comenzaba a fisurarse, igual que la compostura que hasta el momento había conseguido mantener la mirada de Kanon, ahora clavada en las baldosas comunitarias del rellano.- Y a mí me rogó que le dejara ir...que no siga aferrándome a él...
- No necesitas ser como él, Saga.- Kanon viró sus aguados ojos hacia el compungido rostro de su hermano.- Yo te lo llevo diciendo hace años. Pero claro...- sus labios se estiraron en un sarcástico mohín - ¿qué validez puede tener una opinión mía? A la vista está que ninguna...
Kanon no esperó ni un segundo más. Cerró la puerta con rabia y decidió descender los ocho pisos que le separaban de la calle trotando por las escaleras. Ni Saga bramado su nombre, ni el incipiente arrepentimiento que comenzaba a sentir por dejar a su hermano completamente solo ante el juicio fueron suficientes para librarle de la inexplicable ansia que le pulsaba por las venas.
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Domicilio de Thane, alrededor de las cuatro de la tarde.
- Tiene que ser hoy. Ahora.
Kanon se internó en esa vivienda de planta baja sin esperar la invitación que le permitiera el paso, sin reparar en el agotamiento que se reflejaba en las facciones del médium y sin barajar la posibilidad que ese no fuera un buen momento para Thane.
- ¿Has venido solo? - Inquirió Thane, acabándose de secar las manos con el repasador de cocina que acarreaba consigo.
- ¿Necesito a alguien más?
- No necesariamente, pero la verdad es que no te esperaba.- Kanon reparó en el trapo que Thane tenía entre sus manos, y le siguió con la mirada hasta que le vio desaparecer en la cocina.- Estaba reordenando un poco los armarios de la alacena y de los utensilios para cocinar...- comentó Thane, evitando abordar el tema que había hecho aparecer a Kanon en su morada.- Me tranquiliza hacerlo de vez en cuando.
- Sé que ayer estuviste con mi hermano.- Kanon se había acercado a la cocina, molestándose con la parsimonia con la que actuaba Thane.- Y también sé que Saga pudo comunicarse con...él. Con nuestro padre.
- Sí. Así fue.- El médium tomó una pequeña olla de color cobrizo y la secó por dentro antes de buscarle la tapa correspondiente y guardarla en un armario bajo la mesada.
- Quiero hacerlo, Thane.- Kanon se había acercado a ese hombre cuya templanza era incapaz de comprender y le arrancó el repasador de las manos con gesto airado.- Ahora.
- Las cosas no funcionan así, Kanon.- Thane recuperó el trapo, observando al abogado con el ceño fruncido, como si a través de la dura expresión enviara una paternal reprimenda.- Ni yo soy un interruptor que puedes accionar cuando te venga en gana ni tú estás con el alma tranquila y dispuesta. Yo también sufro consecuencias y aún no he podido recuperarme de la sesión de ayer. Aspros posee un alma muy poderosa y la energía que precisa es inmensa y devastadora.
- ¡No me jodas! ¡Estoy dispuesto! ¡He venido hasta aquí, ¿no?! ¡¿No es disposición ésto?!
- ¡Mírate! - exclamó Thane, señalándole con la mano que tenía agarrado el trapo.- Estás alterado. Has venido sin siquiera avisar y crees que todo funciona con un chasquido de dedos.- Thane lanzó el repasador sobre los fogones apagados y se reacomodó las mangas medio arremangadas de su camisa.- Además...es importante hallar un espacio donde tú te sientas cómodo y en calma. Algún lugar que signifique algo para ti y tu padre, donde ambos podáis interactuar con serenidad.- Explicó, maldiciendo la repentina sensación de frío interno que pronto se acabaría sintiendo a su alrededor.
- No existe tal lugar, Thane...- Kanon dejó caer los hombros, rindiéndose a la cruda evidencia que siempre había marcado su relación con Aspros.- Sabes que me da igual dónde porque nunca he tenido un espacio al cual refugiarme con él.
Un intenso escalofrío descendió por la espina dorsal del médium y acto seguido la atmósfera que les rodeaba comenzó a transformarse.- En este caso debes templar tu alma. Ahora mismo está vibrando con una intensidad que puede interferir en cualquier intento sano de comunicación.
- ¡¿Y cómo cojones lo hago?! ¡¿Eh?! ¡Dime! - Thane cerró los ojos con disgusto ante los gritos de Kanon, aunque no hizo nada para detenerle.- ¡Y no me vengas con chorradas del tipo "que respire", "que inspire y que exhale" y "que piense en un prado verde"!
- Vete, Kanon.- La mirada violeta de Thane se centró en las desencajadas facciones del gemelo menor, y a pesar del dolor que le causaba en el corazón volvió a repetir esa orden pronunciada a media voz.- Sal de mi casa. No tolero que vengas a gritarme y exigirme así.
- Vale, vale...lo siento...- murmuró Kanon al acto, llevándose las manos juntos ante sus labios, enfatizando su instantánea recapacitación - Trataré de calmarme...
- No me sirve que trates de hacerlo. Debes hacerlo, Kanon.
"Déjale ser"
"No Aspros, no está tranquilo..." - pronunció Thane mentalmente, comenzando a sentir ese característico sudor frío cubrir su frente.
"Ni lo estará, por mucho que se lo pidas...Kanon no es Saga..."
"Ya lo sé, Aspros...ya lo sé..."
Una oleada de aire gélido traspasó la piel de Kanon, que no pudo evitar rendirse al paso de un estremecimiento que sacudió todo su cuerpo, y entonces lo supo...
Esa sensación era conocida. Era la misma que había experimentado en el pub de Rhadamanthys cuando pudo quedar en paz con los pequeños que su embriaguez arrolló en plena calle. Era la misma que le anunciaba que no estaban solos y que sí, que ese era su momento.
- Está aquí...- susurró, frotándose los brazos para desprenderse de esa sensación helada que le erizaba la piel.
Thane asintió, cerrando los ojos con resignación.- Puedes tomar asiento donde quieras. Te recomiendo que sea un lugar en que estés a gusto contigo mismo.
El corazón de Kanon comenzó a golpearle el pecho con fuerza, y al girarse un poco vio el sillón que parecía tener el nombre de Thane inscrito en él.- Allí.- Kanon fue directo a la butaca y antes de sentarse en ella se lanzó de lleno a otro precipicio de incierto final.- Quiero ir con todo, Thane.
- No sé a qué te refieres.- Susurró el médium, temiendo la elección del camino más intenso, peligroso y explícito.
- Sí que lo sabes. Me refiero a lo que usas tú para estar con ella. Con tu hija. La Feninosequé, o lo que es lo mismo, el "polvo de ángel".
Thane negó con la cabeza en claro signo de desaprobación. - Es muy peligroso, Kanon.- Le advirtió, en un vano intento de hacerle abandonar la idea.- No deja de ser una droga que mal usada resulta letal, no hace falta que te lo explique...
- Me importa una mierda.
- Puede llegar a provocarte un infarto.
Kanon se desabrochó un par de botones de la camisa y se la sacó por la cabeza, tirándola sobre el sofá y quedándose vestido con una camiseta negra de manga corta.- Somos casi de la misma altura y complexión. Puedes calibrar bien la dosis para que no ocurra nada de ésto.
- ¡Lo que me estás pidiendo es una locura, Kanon! - volvió a negarse Thane.- Con la alteración que ahora mismo está sufriendo tu alma puede producirse una reacción alucinógena excesivamente intensa.
- ¡Me da igual, Thane! ¡Quiero hacerlo y punto! Además ¡¿Acaso no lo haces también con Bennu?! ¡¿Por qué él sí y yo no?! - Kanon estaba alcanzando un punto de exasperación muy peligroso, el cual le impulsó a rebuscar por todos los muebles del salón como si de un yonqui se tratara - Si no lo haces tú lo haré yo.
"Thane...permítele hacerlo...confío en ti..."
- ¡Deja de hurgar en mi casa! - exclamó el médium, sintiéndose avasallado por todos los flancos.- Lo que buscas no está aquí, y si quieres lanzarte al vacío, debo ser yo quien te impulse.
- ¡Pues hazlo, joder! ¡Yo ya no puedo más! - sollozó Kanon, como si fuera un niño completamente perdido.- ¡Necesito zanjar ésto que tengo clavado aquí de una puta vez! - exclamó, golpeándose el propio pecho con la punta de sus dedos.
Thane se acercó a él y de un empujón lo sentó en su butaca. Sin mediar palabra desapareció por una escalera que conducía al sótano y al cabo de un minuto reapareció con una vieja caja metálica entre sus manos. De ella extrajo una tira de goma con la que ahogó el brazo izquierdo de Kanon, propiciando que las venas se hincharan por la retención de la sangre.- Cierra el puño con fuerza.- Le indicó, con voz firme y enfadada. Kanon obedeció en silencio, notándose el corazón golpearle el pecho cada vez con más celeridad. Thane agarró un bote que contenía el codiciado alucinógeno y le clavó una jeringuilla que acaba de extraer de su envoltorio, midiendo a ojo una cantidad menor de la que se inyectaba él mismo cuando Pandora acudía a su lado. Presionó la jeringa para hacerle brotar una gota y comprobar que el flujo de líquido estaba abierto y cuando agarró el antebrazo de Kanon para evitar que éste se moviera lo hizo con un tacto que quemaba como el hielo.
- Estás helado...- masculló Kanon entre dientes, bordeando el camino del arrepentimiento al ver cómo la aguja se acercaba a su gruesa vena.
- Aún puedes echarte atrás. Esta práctica acarrea consecuencias.- Le advirtió Thane, con su rostro vestido de una seriedad jamás vista por el abogado.- Para mí. Y también para ti. Sufrirás efectos secundarios severos por ser la primera vez.
- No los quiero saber.- Kanon apretó la mandíbula y contuvo la respiración.
- No serán agradables de experimentar.
- ¡Que me da igual, joder! ¡Va! ¡No lo demores más!
- Inspira y exhala profundamente una vez...- demandó el médium, acompañándole en la acción. Acariciando con el índice el relieve de la vena, averiguando con ello la zona más óptima para recibir el pinchazo.- Y ahora...inspira largo y con fuerza.- La aguja rompió la piel y se clavó en el palpitante vaso, descargando en medio del riego sanguíneo la dosis que Thane asumió como segura. Al retirar la jeringa apretó una gasa sobre la pinchada y deshizo el nudo de la goma.- Cierra los ojos, Kanon...y relájate...Concéntrate en tu respiración...
Por primera vez Kanon se sumergió en la necesidad de hacerle caso, dejando que una densa oscuridad fuera envolviéndole todos los sentidos. Unas fugaces ráfagas de aire frío seguían estremeciéndole el cuerpo, pero ahora éste lo percibía lejos de él, como en otro plano paralelo donde la sensibilidad física parecía transformarse en otra sensación inexplicable.
La voz de Thane había desaparecido, así como también su tacto. El peculiar aroma que desprendía esa antigua casa ya no llegaba a su olfato y cuando experimentó la necesidad de abrir los ojos lo que halló frente a él fue un espacio diferente, aunque conocido.
Demasiado conocido.
Y doloroso.
- ¿Pero qué cojones...? Esto son los juzgados...- dijo Kanon para sí mismo, con su voz alta y clara.- Es la sala del tribunal principal...- ninguna respuesta a esa acertada especulación llegó a sus oídos, y al deslizar la mirada por todos los rincones de ese entorno se percató que su ubicación estaba asentada en el estrado, justo en el lugar donde declaraban tanto los testigos como los imputados.- ¿Por qué estoy aquí...? ¿Y por qué voy vestido así? - al alzar las manos, dejándolas frente a su campo visual, vio que sus brazos estaban cubiertos por la tela de una camiseta oscura que había sido suya muchos años atrás, y que después de cierto día no había vuelto a lucir. Es más...recordaba haberla quemado, junto a los gastados y deshilachados jeans que vestían sus piernas, los cuales dejaban una de sus rodillas completamente expuesta.- ¿Qué cojones significa todo ésto?
"Dímelo tú, Kanon..."
- No...no puede ser verdad...- se sonrió, con absoluto desconcierto...- esto es una jodida broma de mi mente...
"Estamos donde tú quieres que estemos, hijo...Este escenario es fruto de tu elección..."
