28. Saga el Fiscal
- Saga...Haz algo...- Kanon también se estaba preocupando ante la inmovilidad que había paralizado a su hermano. No recordaba haberle visto jamás en un estado siquiera parecido. Ni cuando hizo uso de todos los mecanismos que tenía a mano para salir adelante con su propósito de defenderle, aunque los medios empleados no fueran ni morales ni lícitos.- Por favor, hermano...reacciona...- Kanon se acercó la silla a la posición de Saga con toda la delicadeza de la que fue capaz, aproximando su rostro al de su hermano para conseguir algún tipo de reacción a lo que fuese que pudiera sacarle de ese extraño estado de shock.- Saga, que es tu turno...
- Señor Fiscal ¿Hay algún motivo por el que está demorando su intervención? - Inquirió Dohko con firmeza, dando alas y campo libre a la primera oleada de satisfacción que meció la zona del acusado y su abogado.
La voz de Dohko traspasó la barrera auditiva de Saga con interferencias, como si éste hubiese hablado bajo el agua y a leguas de distancia. Sólo la grave voz de Kanon parecía abrirse un camino claro y fue la tercera mención de su nombre la que obtuvo una respuesta.
Escueta.
Apenas audible.
Y alarmante.
- Estoy en blanco, Kanon - confesó Saga con la voz tensa y el rostro medio ladeado hacia su hermano. Su piel lucía una palidez nada saludable y se presentaba acompañada de una ligera pátina de sudor que comenzaba a cubrir toda su frente.
- No me jodas, Saga. Hoy no, hermano...¡Ahora no! - se angustió el menor - Invéntate lo que sea, pero toda la sala está esperando que hagas algo...
- No puedo...- Saga habló con los dientes apretados, buscando la solución en la verde mirada de su gemelo.- Tengo la mente vacía...no sé qué decir...No me había pasado nunca esto...
- ¿Fiscal Samaras? ¿Procedemos? - Insistió Dohko, resoplando con explícito fastidio.
Kanon encarceló un imperioso "¡Cállate un puto momento!" en un intenso suspiro que acabó con la mordida de su labio inferior y la exhibición de un urgente control mental que le centró en el problema que palidecía ante sí.- Tranquilízate, hermano...Puedes hacerlo.
- ¡Que te estoy diciendo que me he quedado en blanco! Si al menos tuviera el alegato que escribí, pero ni eso, ¡porque tú te lo has cargado!
- ¡Era una mierda ese escrito, Saga!
- ¡Pero era algo!
Los dos hermanos se escupían las palabras en la poca intimidad que les confería hablarse casi rozándose las frentes, y la mano de Dohko se abría y cerraba alrededor del mazo de madera mientras se debatía entre ejecutar un sólido toque de atención o aguardar un poco más.
- ¿Procedemos de una vez? Es el último aviso que hago - expuso el Juez al fin, exhibiendo un tono de voz impaciente y severo.
Kanon cerró los ojos con fuerza, inspirando y espirando toda la furia que se le iba acumulando dentro.- Te juro que este me va a escuchar ahora...¡¿Puedo acercarme al estrado?! - Preguntó de repente, irguiéndose ante la atención que le profería todo el mundo y la mirada de interrogación que le enviaba Saga.
Dohko le hizo una seña con la mano para otorgarle el permiso pedido, y una vez Kanon estuvo frente a él no se abstuvo de tutearle otra vez.- ¿Qué narices os pasa ahora, hermanos Samaras?
- Qué pronto ha olvidado que el Fiscal Saga Samaras está convaleciente de una operación a corazón abierto - habló Kanon, sacando a relucir sus dotes escénicas y descubriendo un toque dramático que no sabía que tenía guardado - ¿tan difícil es de comprender que momentos de presión aguda, justo como es éste que estamos viviendo, todavía pueden generarle bajadas de tensión y cosas así? Su salud aún está frágil, cuando su corazón bombea a gran velocidad se...se le descompensan muchas cosas... - Mintió, delineando su mirada con una expresión de compasión. Creyéndose su propia mentira. Y consiguiendo preocupar al Juez.
- ¿Es necesario que reclame atención médica?
- No creo que tengamos que llegar a eso, pero sí le pido uuuuun poquito de flexibilidad, Su Señoría...Permítame unos segundos para ver si se va recuperando por sí solo...¿es eso posible? - Kanon casi había rodeado la tarima tras la que se escudaba el Juez, mostrándose dócil y aleccionado en su uso del vocabulario.- Sé que, más allá de todo esto, aprecia a mi hermano ¿me equivoco? No querrá repetir la experiencia que ambos vivimos con él hace unos pocos meses...
- Unos minutos letrado.- Convino Dohko, dejándose convencer por la manipulación de Kanon - Si transcurrido este corto tiempo no se recupera, yo mismo solicitaré atención médica.
- Gracias, Su Señoría.
Kanon regresó al lado de Saga protegido por un resbaladizo escudo por el que se escurrían todas las miradas y murmullos que su actuación estaba ocasionando. Para él únicamente existía un foco de atención, y éste no dudó en cuestionarle cuando se supo amparado por la proximidad de sus voces.
- ¿Qué diablos has hablado con Dohko?
- Sígueme la corriente - Ordenó Kanon, apoyando con indolencia medio trasero sobre la mesa, dando directamente la espalda a Hypnos y su abogado. Saga no daba crédito a los desatinos que ya estaba encadenando su hermano, pero antes de poder decir nada más vio cómo un vaso lleno de agua se balanceaba ante sí.- Ahora tomarás el vaso y beberás un poco porque, supuestamente, estás sufriendo una bajada de tensión debido a la lenta recuperación de la cirugía de tu corazón. Y no me chistes, hermanito.
Saga le acuchilló con la mirada. Expulsó la respiración por la nariz con fuerza y agarró el vaso para darle un par de sorbos, todo sin dejar de mirar directamente a Kanon y aprovechando ese inaudito paréntesis para aflojarse un poco la corbata.- No me está dando ninguna bajada de tensión...- Masculló, mostrándose en total desacuerdo.- Estoy en blanco, no mareado...
- Ya lo sé. Pero todos estos ojos que me están haciendo cosquillear la espalda no. Y ahora tú también vas a dejar de mirarme a mí y te vas a centrar en ese cerdo que seguramente se está burlando de nosotros dos justo al otro lado...
Saga bajó la mirada con la que había estado tratando de aleccionar a su hermano y dejó que ésta traspasara las nieblas de tensión que se esparcían por la sala, conectándose con la mirada dorada de ese hombre con alma infecta y rostro de ángel.
Kanon tenía razón. Y la tenía sin estar en posesión de ninguna prueba fehaciente, sino fiándose de su aguda intuición, tal y como le había comentado Shura.
- Sí. Está sonriendo. Y ahora se acerca a su abogado sin dejar de mirarnos...Comparten palabras, aunque se cubren los labios sutilmente, con los dedos...No sé qué estarán diciendo...- relató Saga en un susurro sólo audible para Kanon.
- Bórrale esa asquerosa sonrisa, Saga...- Dijo Kanon, con la voz firme y su mirada centrada en las tensas facciones de su gemelo.- Fíjate en él...y...y...piensa en papá si eso te hace sentir seguro. Sí...Piensa en papá y en lo que este hijo de puta le hizo sufrir. Piensa en todas las chicas jóvenes que son violadas por tipos nauseabundos como él...Piensa en Phansy...Imagínala siendo niña, fiándose de él sencillamente porque era su padre...¿cómo le iba a hacer daño si se daba por hecho que su misión como padre consistía en velar por su seguridad y felicidad, cierto?...Piensa en Thane...en todos los años de su vida perdidos, en todos sus tesoros robados. Piensa en Pandora, su propia hija arrebatada sin compasión por ese demente...Piensa en todo esto que te estoy diciendo, pero deja que las palabras que vayas a exponer las elija esto de aquí...- la mano de Kanon viajó hacia el estómago de Saga y lo presionó levemente - No necesitas tener un alegato escrito con unas cuantas líneas frías...Sólo necesitas escuchar a tu estómago, y darle la voz a él, porque es él el que sabe los caminos correctos que debemos elegir...Fue mi estómago el que se contrajo de alegría cuando hace unos meses a ti te faltó tiempo para venir a decirme que habías visto a Rada de regreso a Atenas...Me juego lo que quieras que fue tu estómago el que te lanzó a conquistar a un tímido y reservado chaval que se proyectaba como forense...Para bien y para mal, es el estómago el que saca a relucir la verdad que se esconde en cada uno de nosotros...
Saga había escuchado atentamente a su hermano, sorprendiéndose de la fuerza con la que sus sencillas palabras se habían ido esparciendo por todas las células de su cuerpo, concentrándose justo en ese punto central de su torso, presionado por un par de dedos de Kanon.
- Si dejo que hable mi estómago...- susurró Saga, buscando la mirada de Kanon - Si lo hago así...puedo bordear la impertinencia, la falta de respeto y la mala praxis procesal...
- ¿Y? Ese sujeto de ahí detrás no se merece ni respeto, ni buena praxis ni consideración de ningún tipo, y lo sabes tan bien como yo. Es un condenado hijo de puta que debe pudrirse en el agujero más oscuro de la cárcel y tú vas a conseguir que sea así como acabe sus días.- Kanon le agarró el vaso de la mano y lo depositó sobre la mesa, lejos de todos los papeles y pruebas que temblaban tras la presencia de su trasero asentado ante sí.- No son las palabras amables las que dejan huella en la mente de las personas; son las que causan impacto por su crudeza, irreverencia y desfachatez las que calan hondo. Y él lo sabe...- Kanon presionó más los dedos en el estómago del Fiscal - así que hazle caso de una jodida vez, Saga. Hazle caso y harás que papá no pueda estar más orgulloso de ti.
Dicho esto Kanon tuvo la decencia de abandonar esa descarada posición y se arrimó a su silla para tomar asiento, mirándose al preocupado Dohko con una expresión que pretendió transmitir calma y tranquilidad.
- ¿Señor Fiscal? - Tanteó el Juez - ¿Ya se halla en condiciones de proceder?
Saga inspiró hondo. Carraspeó levemente y alzó su vista hacia la sincera atención que en ese momento le procuraba Dohko, más como viejo conocido que como alguien superior en jerarquía.- Sí, Su Señoría...- Respondió Saga, probando el tono de su voz.- Le ruego me disculpe por este inoportuno contratiempo - continuó, brindando veracidad a la escena que se había inventado Kanon.- Con su permiso...
Saga se levantó de la silla. Trató de obviar el leve temblor que debilitaba la firmeza de sus piernas y rodeó la mesa para posicionarse frente a ella. Tomándose la libertad de apoyarse en el borde como instantes atrás había hecho su hermano para poder regalarse unos preciosos segundos de reflexión antes de abrir las compuertas de todas las emociones que estaban hirviendo en su interior. Guiado por la inercia deslizó su diestra hacia atrás hasta dar con las gafas y las desplegó con gestos calculados y lentos, aunque no se las colocó enseguida sobre el puente de la nariz. Prefirió sostenerlas en su mano...alzarlas hasta la altura de su rostro para medio mordisquear una de las patas al tiempo que todavía iba recabando fuerzas y coraje. Lo primero que debía hacer era enumerar los delitos por los que ese día en concreto se juzgaba a Hypnos y poco a poco se fueron plasmando todos y cada uno de ellos en los lienzos etéreos que su avispada mente disponía entre los dos.
Hyppolitos Sifakis le afrentaba con su altiva mirada. Con la seguridad que le confería el haberse sentido superior a cualquier ser durante toda su vida. Con la satisfacción de saberse el verdugo de la desgracia de la familia Samaras, y ahí Saga le sostuvo la mirada. Le ofreció resistencia en un pulso de egos y se colocó las gafas con parsimonia, poco a poco sintiéndose en un escenario que hacía años que era suyo. Otra larga inspiración fue necesaria para consolidar su momento de protagonismo y un pequeño impulso de sus manos le ayudó a posicionarse en el centro de la sala, con el cuerpo erguido, el rostro en alto y la mirada firme sobre el desafío más importante de toda su vida.
- Señor Hyppolitos Sifakis...- Pronunció, ayudándose de una segura y larga exhalación que le elevó la voz hasta ese punto que le otorgaba el control. Kanon clavó los codos sobre la mesa, entrelazó sus manos y se sostuvo el rostro con ellas, dejando que el trote de sus piernas fuera liberando los nervios que también tenía carcomiéndole por dentro. Entre el público Shura sostuvo su propia respiración, moldeando unas mudas palabras de ánimo dictadas en su lengua natal y toda la concurrencia mantuvo silencio, a la espera de escuchar el alegato inicial.- O también le puedo nombrar "Hypnos", puesto que este es el apodo por el que es conocido mundialmente en el ámbito del arte pictórico...- el artista mantenía su sonrisa intacta, e incluso la estiró un poco más cuando Saga se vio acercándose a él sin siquiera haberlo pensado - ¿Quién no lo ha estudiado en secundaria? ¿Quién no conoce su obra, ya sea por las lecciones del colegio o por puro interés en el arte contemporáneo? ¿Quien no se ha hipnotizado ante su exquisita representación de los Campos Elíseos del Inframundo? "El valle de la virtud" se titula si no me equivoco, expuesto en el mismísimo epicentro del Museo del Louvre de París...- Hyppolitos no pudo evitar experimentar una pequeña hinchazón de su propio ego, materializándose en un ligero asentimiento ante los recuerdos estudiantiles de los que estaba echando mano Saga, quien se tomó uno segundos de análisis gestual para corroborar que parecía estar en el buen camino, aunque ignoraba hacia dónde le iba a llevar - Estoy convencido que todos ustedes conocen la obra del señor Sifakis, aunque sea únicamente de oídos, de lo que se acostumbra a llamar "culturilla general"...o de amarla por su belleza, excelencia y exquisitez...- pronunció, necesitando moverse unos pasos hacia la zona del jurado popular, inspeccionando todos los rostros que estaban pendientes de él y sus palabras, uno por uno. Aunque algunos le sostuvieran la mirada...aunque otros se vieran amedrentados ante la profundidad de ese infinito verde que lucía la del Fiscal.- Es innegable...todos conocemos a Hyppolitos Sifakis, a Hypnos, y nos sentimos orgullosos que nuestra tierra...que Grecia siga ofreciendo arte y conocimiento a todos los rincones del globo, como ha sido nuestro sino desde que nuestros ancestros eligieron este bello rincón del mundo para crecer y evolucionar como sociedad...Al fin y al cabo somos humanos también y nos satisface que sigan existiendo personas que a día de hoy nos continúan colocando en el mapa. Personas como él...como el gran artista Hypnos...elegido para tener una de las mejores colecciones permanentes del inalcanzable Louvre...Inalcanzable para los vivos...¿Cómo no estar orgullosos de compartir patria con el gran Hypnos, que se codea con los italianos Da Vinci y Miguel Ángel...? ¿Verdad?
- Este es mi jodido hermano...este es...- Murmuró Kanon, incapaz de apartar la vista de su gemelo, por fin seguro de sí mismo.- Vamos, Saga...
Saga se quedó quieto ante el jurado popular, pero al pronunciar su última palabra se giró sobre sí mismo para volver a fijarse en Hypnos. En su sonrisa enquistada y en su excecrable superioridad. Dohko estaba expectante, dejando pasar el aviso que tenía pensado en exponer al comprobar que el Fiscal no comenzaba directamente con las acusaciones imputadas, sino con lo que parecía ser su alegato inicial.
- Creo recordar...- prosiguió Saga, andando dos pasos más hacia Hyppolitos, deteniéndose frente a él con tanta proximidad que el perfume que cubría su podredumbre llegaba a endulzar su olfato - que en uno de sus viajes a la capital francesa para zanjar su multimillonario contrato con el Louvre fue acompañado de su hija adoptiva, Pandora...pero este es un detalle que ya abordaremos después, no hay prisa...- Dijo, sintiéndose cada vez más cómodo y relajado.- No hay ninguna prisa...
Saga le observó detenidamente. Se regodeó en la sensación de ser capaz de mantenerle la mirada y ahí, en esa claridad dorada empezó a ver imágenes de su padre cuando él y Kanon eran adolescentes y Aspros luchaba para parecer feliz, para hacerles felices, mientras él se arruinaba moralmente por dentro. En el descaro de esos ojos del color del oro descubrió a la Phansy niña tomándole de la mano mientras se adentraba entre los muros de una lujosa mansión que para ella no era otra cosa que una prisión de la que no podía escapar sin salir herida de por vida...Entre las ráfagas de soberbia que emanaba su deshilachada aura halló la desolación de Thane al saberse desahuciado de la veracidad de su don, del clandestino amor de su vida y del maravilloso fruto nacido de la unión de dos almas más poderosas que sus propios cuerpos y destinos.
Saga vio toda esta colección de imágenes como si se tratara de una película sin voz proyectada sobre el inquieto baile del polvo esparcido en el aire, y ahí sintió esa inconfundible opresión en el estómago...esa fuerza que le demandaba emerger como fuese a riesgos de volverse contra sí mismo si no lo hacía...
Dio una media vuelta que le aproximó a su mesa, lugar donde tomó el vaso de agua para propinarle un par de sorbos al tiempo que sólo su gemelo recaía en el temblor que gobernaba sus dedos. Al depositarlo de nuevo sobre la madera se halló buscando la complicidad de la mirada de Kanon, y cuando éste le respondió con un sutil guiño de ojo se vio con el coraje necesario de regresar al centro y acometer la parte principal de su alegato de acusación.
- El Gran Hyppolitos Sifakis...El artista hipnótico...el exhuberante director de la Facultad de Bellas Artes...el orgullo contemporáneo de la ciudad de Atenas y de toda Grecia...El hombre altruista y solidario, capaz de adoptar a una niña al quedar huérfana después de que el caserón donde vivía con sus adinerados padres sufriera un devastador incendio... Un desgraciado accidente que carbonizó la vida de casi todos los miembros de su familia...Qué cara más bella la de esta moneda...la del hombre público...pero, ¿y si le damos un vistazo a la otra? ¿Si vamos tras el rostro oculto de Hypnos?
El Fiscal no dio tiempo a que Hypnos pudiera tratar de incomodarle con ninguna de esas miradas que ya estaban agotando el repertorio, olvidándole para focalizar sus siguientes palabras hacia la atención que le prodigaba el jurado popular.
- Supongo que están al corriente que nos hallamos ante un tribunal penal y que las clases de Historia del Arte se imparten a unas cuantas manzanas lejos de los Juzgados de la ciudad de Atenas, por lo que me veo en la tesitura de preguntarles...¿Saben por qué estamos aquí? - Saga hizo una pausa en la que tragó la saliva que no tenía en un intento de humedecer su árida garganta y se sacó las gafas para mantenerlas lejos de su profunda y subyugante mirada.- Si aún tienen dudas no se preocupen, que ahora se las voy a aclarar. Y si les apetece les recomiendo que vayan tomando nota de palabras que no son fáciles de escuchar...y les aseguro que mucho menos lo son de pronunciar.
