¡Buena lectura!
Las clases de ese día habían llegado a su fin y se acercaba el momento que más disfrutaba en la semana. En su vida ese momento se había vuelto parte de su rutina diaria, pero al contrario de todo lo que aborrecía de la rutina normal, esa parte del día, le encantaba.
El sonido del timbre que anunciaba el fin de las clases llegó a sus oídos y le hizo vibrar el cuerpo de emoción, y, a pesar de que eso pasara todos los días, esa sensación seguía causando estragos en su cuerpo como el primer día. Tomó su mochila con rapidez y ansiedad, con ganas de salir corriendo del salón e ir a buscarlo a los vestuarios de hombres, donde estaría ese día después de entrenar con su equipo de fútbol.
—Mañana iremos a la feria después de clases, ¿verdad?
Con una sonrisa afectuosa, Chiharu Mihara se acercó desde los bancos de adelante del salón obligándola a reprimir el impulso de salir corriendo. A su lado, Tomoyo ocultó una pequeña risa y asintió con la cabeza.
—¿Y tú, Sakura?
—¿Eh? —Sakura desvió la mirada de la puerta del salón y sintió sus mejillas enrojecer— ¡Claro! —anunció con exagerada emoción— ¡Tengo muchas ganas de ver lo que prepararon en el templo este año!
—¿Estás apurada hoy, Sakura? —preguntó Chiharu con aire divertido.
El rostro de Sakura se coloreó aún más mientras negaba con la cabeza de forma vigorosa. Mentía, estaba ansiosa, demasiado. Una mezcla de emociones estaba haciendo barullo en su interior. Esa misma mañana, antes siquiera de abrir los ojos y después de posponer la primera alarma, un mensaje de él terminó por despertarla. Shaoran le pedía por favor que esa mañana no llevara a Kero consigo y le había dicho que en la tarde le iba a explicar el por qué. Aquella petición, le pareció por demás extraña. De por sí, la vida en Tomoeda estaba muy tranquila hacía unos cuantos meses. Ya no pasaban cosas extrañas y ella había dejado de crear cartas de manera involuntaria, con lo cual Kero optaba por seguir durmiendo teniendo la seguridad de que Sakura estaría segura bajo el ojo de Eriol y Shaoran. ¿Por qué, entonces, Shaoran le pediría específicamente que no llevara a Kero a la escuela? Las preguntas la ponían ansiosa, tanto que había intentado cruzar a Shaoran varias veces a lo largo del día para hablar con él. Para su mala suerte, no había conseguido un momento a solas como para hacerlo hablar.
—¡No! Es que… —Sakura miró nerviosa a su amiga Tomoyo, sin saber bien qué responder y en busca de ayuda.
Entendiendo la mirada de auxilio a la perfección, Tomoyo soltó una pequeña pero llamativa risa.
—Tiene una cita con Li —dijo como quien hablaba del clima.
Sakura no creía que su rostro pudiera ponerse más colorado hasta ese momento. Mas, sin embargo, la excusa de Tomoyo pareció suficiente para Chiharu que pronto se despidió de ellas deseándole suerte en su "cita".
—¿Tenías que decir que iba a tener una cita con Shaoran? —preguntó Sakura una vez que comenzaron a recorrer los pasillos del la secundaria para ir hacia los vestidores, donde sabía que Shaoran la estaría esperando.
—Oh vamos —Tomoyo puso los ojos en blanco. Aquella era una conversación que ya había tenido lugar unas cuantas veces entre ellas—. Hace casi dos años que están saliendo, ya deberían dejar de tener vergüenza y actuar como una verdadera pareja en público.
—Bue-no… si, pero… ¡no puedo evitarlo! ¡Todavía me da mucha vergüenza! Sé que a Shaoran no le importa, pero… no puedo evitarlo…
—Ay, Sakurita… en algún momento tendrás que superarlo.
De la boca de Sakura salió un sonido algo lastimero pero que decía un claro "ya lo sé".
—¿Qué crees que me contará Shaoran? —preguntó Sakura en un intento de desviar el tema—. ¿Eriol te contó algo?
Tomoyo, con su cabello largo atado en dos coletas negó con la cabeza.
—Intenté preguntarle, pero me dijo que no sabía mucho más que yo.
Decepcionada por no poder saciar su curiosidad hasta que Shaoran le contara lo que sucedía, Sakura atravesó la puerta de la escuela hacia las canchas.
—¿Tu eres Kinomoto?
La pregunta las hizo girar hacia la puerta por la que recién habían pasado. Parada junto a ella, una chica rubia con un cabello atado de manera impecable las observaba de arriba a abajo, analizandolas con cuidado.
—¿Perdón?
—¿Kinomoto, Sakura? —volvió a preguntar, esta vez estudiando cada facción de su rostro, o al menos así lo sintió Sakura.
—Eh… si, soy yo. ¿Te conozco?
—No, supongo que no —la chica le dedicó una sonrisa que suavizó sus facciones haciéndola parecer más agradable—. Se dice por ahí que sales con Li, ¿es correcto?
Su pregunta la descolocó. Definitivamente no esperaba eso, al menos no como una presentación o como lo primero que se le pregunta a una persona.
—Eh… si, supongo que sí… ¿por qué…?
Apenas pudo empezar a formular su pregunta tanto en su cabeza como en palabras cuando la chica la volvió a interrumpir.
—¿Hace mucho que salen juntos? —preguntó en un tono que intentaba ser dulce.
La situación la comenzaba a poner incómoda y Sakura se removió en su lugar bajo la atenta mirada de su amiga.
—¿Quién eres y por qué te interesa su relación con Li? —preguntó entonces Tomoyo, desafiante.
La sonrisa que le dirigió la chica a Tomoyo le causó una mala sensación en el cuerpo. Aquella chica de alguna manera no le daba mucha confianza. ¿Qué querría de ella? o mejor aún… ¿qué querría de Shaoran?
—Disculpen mi descortesía —inclinó la cabeza levemente y sin dejar de sonreír, se presentó—. Mi nombre es Gaea. Chelsea, Gaea.
Gaea… Aquel nombre le resultaba familiar y una alerta en su cabeza se encendió, aunque no lograba recordar muy bien por qué.
—Ah… la chica nueva del otro curso —murmuró Tomoyo esta vez estudiando a Gaea de pies a cabeza con atención.
Fue entonces cuando Sakura lo recordó. Shaoran le había contado que hacía poco más de tres semanas había entrado a su curso una chica extraña proveniente de su mismo país, de China, y que no era para nada de su agrado ya que era demasiado escandalosa e invasiva en cuanto al espacio personal.
— Así es… entonces… ¿Qué tan especial es tu relación con Li? —preguntó volviendo su atención sobre Sakura.
Normalmente Sakura creía que todos tenían algo de bien en su corazón y que aquellas personas que se mostraban hostiles en un principio, merecían una segunda oportunidad, así como había sucedido con la prima de Shaoran, quien ahora era una de sus más grandes amigas o con Shaoran mismo. Solía pensar que era alguien que no juzgaba a las personas con una primera mirada y solía negarse ante el hecho de caerle mal a alguien o admitir que alguien le caía mal a ella. Pero, algo había en aquella chica que no le estaba gustando mucho.
—¿Por qué estás tan interesada en mi relación con Shaoran? —preguntó poniéndose a la defensiva. La pregunta salió de su boca sin siquiera haberla procesado antes.
Chelsea soltó una risa risueña y comenzó a balancear sus manos de adelante hacia atrás, manteniendo una actitud que la hacía parecer inocente.
—Vamos, Sakura… ¿te puedo llamar Sakura, verdad? —Sakura no se sentía cómoda con ello en verdad, pero no dijo nada y Gaea siguió su parloteo—. No me digas que preguntar sobre ustedes te hace poner incómoda. Yo solo siento un poco de curiosidad por una de las parejas de las que más se habla en este colegio.
¿Incomoda? Claro que se sentía incómoda. Si bien muchos de sus amigos sabían que eran pareja, no era hacer demostraciones públicas precisamente de su gusto. Incluso frente a Tomoyo y Eriol siempre se comportaban, por lo que el hecho de que se hablara de ellos como pareja, si, la ponía incómoda. En definitiva, no, esa actitud invasiva (ahora entendía a Shaoran), no le estaba gustando.
—¿De qué estás hablando?
—No la escuches, Sakura.
Apenas escuchó la advertencia de Tomoyo. Su atención estaba puesta por completo sobre Gaea y su expresión inocente y divertida. El mundo a su alrededor había dejado de existir. Los alumnos que salían por las puertas pasaban desapercibidos y las voces, las risas, pasaban como un murmullo lejano que formaba parte del sonido de fondo, acompañando al viento.
—¿Por qué te molestas? —Gaea inclinó la cabeza a un lado—. Soy una persona bastante curiosa, ¿sabes? Me han contado muchas cosas sobre tí y quería comprobarlo por mi misma.
—Y si te han contado de Sakura... ¿Por qué tienes tanto interés en su relación con Li? ¿No deberías estar preguntando solo por ella y lo que has escuchado? —preguntó Tomoyo con recelo.
Al parecer, su amiga se sentía igual de incómoda y molesta que ella, al contrario de la chica rubia, que parecía más divertida a cada momento.
—Tal vez sí, tal vez no. ¿No es más interesante preguntar sobre "amor"? —entrecomillo la última palabra con sus manos y eso molestó aún más a Sakura.
—¿Qué insinúas?
Los ojos negros como el carbón se achinaron cuando su sonrisa se amplió.
—¿Yo? Nada. Solo quiero saber de ti y de Li, por supuesto.
Sakura frunció los labios con disgusto. ¿Quién se creía que era esa chica? Sakura era buena, pero no podía dejar que alguien se estuviera mofando de ella en su propia cara y menos después de todo lo que había pasado en el último tiempo. El misterio, las mentiras, el silencio… sobretodo detestaba las mentiras y detestaba a las personas que buscaban lastimar a otras solo por diversión y Gaea, parecía ser de ese tipo de personas. Hacía ya casi dos años desde que la incertidumbre y sufrimiento la habían acompañado por no poder controlar su magia. En ese tiempo había pasado meses tras bambalinas, alejada de la verdad… pero ella había salido victoriosa. No había estado entrenando día tras día con Shaoran y Eriol aprendiendo a controlar su magia y la creación involuntaria de cartas, para que llegara alguien como ella y la sacara tan fácil de quicio. Debía mantener la calma o la explosión de sus sentimientos se haría notar. Sakura tomó una gran bocanada de aire antes de hablar con voz que pretendía ser firme y clara.
—Solo dime qué quieres y terminemos con esto de una vez.
Gaea la miró una vez más de arriba abajo, con lentitud, analizando sus movimientos, un gesto que le recordó a Shaoran cada vez que se enfrentaba a algo. No obstante, jamás perdió esa expresión inocente y casi infantil.
—Ya te dije… solo quiero saber qué tan especial es su relación.
Sakura cruzó una mirada con Tomoyo, que se mostraba igual de inquieta que ella. No entendía lo que pretendía aquella rubia excéntrica pero el juego al que la estaba llevando no le estaba agradando ni un poco. Además, tenía cosas más importantes que hacer y algo dentro suyo le decía que lo que Shaoran tenía para contarle, estaba relacionado de alguna manera con ella.
—Disculpa Gaea, pero estoy realmente ocupada como para perder tiempo con adivinanzas. Así que si no te importa... —Sakura dio media vuelta, poco dispuesta a seguir jugando a "adivina cuáles son mis intenciones".
Había un punto de ese encuentro en el que dejó de interesarle la intención o el interés que ella tenía en su relación. Si de algo estaba segura, y podía poner las manos en el fuego por ello, es que Shaoran no tendría ningún tipo de relación con una persona ególatra y egoísta como ella. Lo más probable era que Gaea fuera una metiche que quería llamar la atención de su novio y eso no iba a suceder.
—Vamos, Tomoyo.
No había dado dos pasos cuando Gaea volvió a hablar y formuló una pregunta que la dejó congelada en su lugar.
—¿Él te contó acaso que tiene que volver pronto a China?
—No la escuches —Tomoyo volvió a decir dirigiendo una mirada fulminante a la chica.
Pero ya era demasiado tarde para las advertencias. Aquella pregunta se había metido en su cuerpo como suero por sus venas y se estaba instalando en su corazón. La duda la estaba golpeando como una cachetada tras otra, pero eso no podía ser verdad, ¿no? Shaoran le habría dicho si eso fuera verdad. Ellos ya no tenían secretos. Negándole a su cabeza la posibilidad de llenar su corazón de dudas, Sakura abrió la boca para responder cuando lo vio a lo lejos. Shaoran, seguido por Eriol, se acercaba corriendo a toda velocidad hasta donde estaban ellas.
—¡SAKURA! —el grito de Shaoran se perdió a su alrededor y Sakura recién se daba cuenta que, a pesar de estar en la entrada del colegio, ya se habían quedado solas. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Gaea las había interrumpido?— ¿Estás bien? —preguntó ni bien había llegado a su lado. Parecía nervioso y agitado por la corrida. Su rostro tenía una expresión seria y ni bien se percató de quién las acompañaba, se interpuso entre ellas.
—Yo… si, estoy bien —atinó a decir con voz queda.
Shaoran la volvió a mirar con duda y su ceño se acrecentó más cuando volvió a posar la mirada sobre Gaea.
—¿Qué es lo que estás haciendo? —preguntó con brusquedad.
Chelsea seguía sonriendo y Sakura notó que, a su lado, Eriol también había colocado a Tomoyo detrás suyo y miraba a Gaea con expresión seria.
—¡Xiao Lang Li! ¡Me honras con tu presencia! —exclamó Gaea con una sonrisa radiante— ¡Te estaba esperando!
Shaoran maldijo para sus adentros sin quitarle la vista a Gaea y a cada uno de sus movimientos. Estaba seguro de que Chelsea, a pesar de fingir inocencia, algo se traía entre manos. Y si Sakura estaba en el medio, eso quería decir que nada bueno le esperaba.
—¿Te cansaste de estar vigilándome y decidiste molestar a Sakura?—preguntó Shaoran manteniendo una posición protectora ante su novia. No pudo detectar la expresión de sorpresa en el rostro de la ojiverde, pero estaba seguro de que la tendría bien plasmada en su rostro—. ¿Por qué Shinozaki se molestaría en enviar a alguien como tú?
—Ah, vaya —Gaea sonrió como quien había estado esperando eso—, hiciste tu tarea. ¡Justo lo que esperamos del gran Xiao Lang Li!
—¿De qué están hablando? —Sakura preguntó desde su espalda y tomó uno de sus brazos en un intento de llamar su atención.
Shaoran apretó su mandíbula con ganas de soltar una gran sarta de insultos a la mujer que tenía frente a él. Y no, no le importaba que fuera una mujer, solo le importara que mantuviera la boca cerrada.
—¿Qué pasa, Li? ¿No compartes todos tus secretos con tu novia?
El ceño fruncido en el rostro de Shaoran se acrecentó y los ojos ambarinos tomaron una tonalidad oscura. Shaoran sintió cómo la mano de Sakura aflojaba su agarre y se vio envuelto por un aura de furia que debía controlar, al menos hasta que Sakura estuviera lejos de los ojos negros que la observaban con diversión. Estaba seguro que Gaea, detrás de su falsa sonrisa y gesto inocente, se alegraba de estar armando un conflicto en su vida personal. Lo que ella ignoraba era que su principal objetivo era desviar la atención de Sakura y evitar que ella delatara algún tipo de conocimiento de magia. En ese momento, lo que más les convenía era que Gaea pensara a Sakura como una simple mundana.
—Gaea es la hija bastarda del líder del clan Shinozaki —explicó, como si aquello fuera suficiente.
Por un momento, Shaoran creyó ver sorpresa en el rostro de Gaea. No obstante, mantuvo su sonrisa intacta.
—Ese es un dato que no es conocido por casi nadie. Pero, es lo mínimo que se puede esperar del próximo líder del clan Li —los ojos negros cual carbón se posaron un momento sobre sus amigos y sobre Sakura para volver a posarse sobre él—. Me pregunto si será suficiente para que tomes tu lugar como líder el próximo julio.
Si antes el agarre que sentía sobre su brazo se había aflojado, en ese momento dejó de sentirlo. Sakura soltó un débil "¿qué?" y se alejó unos pasos de él. Shaoran volvió a sentir la furia incrementar y cerró sus manos en dos fuertes puños.
—Una hija bastarda como tú no puede siquiera hablar. Me sorprende incluso que sea a ti a quien hayan enviado. ¿Qué te ofrecieron, Gaea?
Chelsea frunció los labios ante el tono sobrante. La inocencia de su rostro había desaparecido.
—Seré una hija bastarda… pero no sabes de lo que soy capaz.
—Si piensas que por esto te Shinozaki te reconocerá como su hija, déjame decirte que estás muy equivocada. Solo eres desechable.
—No sabes de lo que estás hablando, Li.
La había hecho enfadar y Shaoran lo sabía. En un gesto rápido miró a su amigo suplicándole que se llevara a Sakura lejos de él. No le hizo falta verificar que Eriol lo había entendido ya que escuchó su voz a sus espaldas llamando a Sakura. Con pasos lentos y calculados, Shoran fue moviéndose hacia un costado y hacia atrás, en un intento de alejar a Gaea de sus amigos. Si no se equivocaba y la data que tenía de los Shinozaki era precisa, aunque Gaea no tuviera poder mágico, sí tenía algo que podía considerar peligroso. El clan Shinozaki era también uno de los clanes más poderosos de toda China y no precisamente por sus miembros magos, sino por su excelencia en artes marciales, y si habían mandado a Gaea a vigilarlo, estaba casi seguro que Gaea no sería la excepción en cuanto a su capacidad de pelea.
—¿Es que no lo ves? —volvió a desafiarla, atento a sus movimientos—. Nunca dejarás de ser una bastarda.
—¿Nunca nadie te dijo que hablas demás? —Chelsea le dedicó una sonrisa y ajustó la coleta de su cabello rubio. Los ojos negros como el carbón estaban encendidos en llamas y Shaoran lo podía percibir. Se preparó. Dobló un poco sus rodillas y colocó sus manos en pose defensiva, llegaría lo inevitable—. No me digas, ¿quieres pelear? —. Dijo en tono burlón—. Déjame decirte algo, Li. Este pueblucho, tu novia, tus amigos… todos han aportado para debilitarte. Jamás podrás mantener mi mismo nivel de pelea. Dejar de entrar, fue tu peor error. No, me corrijo… el exceso de confianza lo fue.
El cabello rubio ondeó en el aire cuando Chelsea se dio vuelta dispuesta a marcharse. Caminó unos pasos hacia la salida del instituto y Shaoran se permitió relajar su postura. Gran error. Con sorprendentemente velocidad, lo que lo dejó perplejo, Chelsea giró sobre sus talones, corrió hacia él, pegó un salto y estampó una certera patada en su estómago. El impulso le hizo golpear la espalda contra la pared del instituto y el golpe le sacó todo el aire, dejándolo en el suelo tomándose el estómago y dando bocanadas en busca del aire que se había escapado de sus pulmones.
—¡SHAORAN!
Sus amigos gritaron su nombre, estaba seguro, pero solo pudo escuchar la risa de Chelsea y sus últimas palabras antes de marcharse definitivamente.
—¿Lo ves? Exceso de confianza.
El enojo consigo mismo lo estaba cegando y no le permitió ver la cara preocupada de sus amigos o la de su novia que lo llamaba de manera repetida, intentando hacerlo reaccionar. Había sido un idiota en creer que Chelsea no se atrevería a pelear en la puerta del instituto; había sido un idiota en creer que era alguien inferior; y era un idiota por no poder levantarse con dignidad y devolverle el golpe.
Desde que tenía memoria, el parque pingüino era uno de sus lugares favoritos de todo Tomoeda. Se caracterizaba por tener un gran tobogán del Rey Pingüino en el centro del parque, un puente que se suspende sobre un estanque de lirios y un pequeño bosque alrededor. Si se ponía a analizar su vida en torno a ese parque, allí habían pasado un montón de sucesos que marcaron gran parte de su vida. En ese parque Sakura había pasado grandes momentos con sus amigos, había atrapado unas cuantas cartas Clow, había superado grandes dificultades al cambiar las cartas a cartas Sakura y también había pasado momentos muy significativos con Shaoran. Allí ella había llorado en sus hombros y en otra ocasión él le había confesado sus sentimientos. El parque pingüino era uno de los lugares que significaban demasiado para ella.
Sentada en el columpio se balanceó un poco y miró hacia el costado, donde Shaoran, sentado en el otro columpio, se mantenía estático en su lugar. Tenía los brazos apoyados sobre sus rodillas, las manos entrelazadas y miraba hacia el suelo en completo silencio. Sakura lo conocía y lo conocía lo suficiente como para saber que esa expresión más que enojo significaba frustración.
—¿Estás bien? ¿Te duele? —preguntó con preocupación al verlo sobarse el costado izquierdo de su pecho en un movimiento que intentó ser disimulado.
Shaoran negó con la cabeza, mas no la miró.
—Estoy bien.
Sabía que eso no era verdad, sabía que no estaba bien, pero en ese momento, no había mucho más que ella pudiera hacer si él no le permitía ayudarlo. Tomoyo se había ofrecido a llamar a sus guardaespaldas para que los fuera a buscar y los llevara hasta la casa de Shaoran, pero como era de esperarse, él se negó, por lo que ella había insistido en permanecer a su lado todo el tiempo que fuera necesario, aunque tuviera que mantenerse en silencio. Por otro lado, también estaban sus sentimientos que no dejaban de hacer ruido en su interior. Las palabras de Gaea todavía resonaban en su cabeza y no podía dejarlas a un lado así como así. Eran como un puñal que le rozaba la piel, amenazando con cortarla en cualquier momento o como un martillo que golpeaba una y otra vez su corazón, tanteando el movimiento para terminar de dar el golpe certero.
—Shaoran —lo llamó casi en un susurro consternado. Solo hasta que pudo ver los ojos ambarinos mirándola, fue que continuó hablando—. ¿No prometimos hace tiempo… dejar de tener secretos entre nosotros?
Apenas terminó de hacer la pregunta, Shaoran desvió la mirada al suelo nuevamente y ese gesto le dolió aún más. Él se lo había prometido, le había prometido que no le iba a guardar más secretos y allí estaba, evitandola.
—Es parte de lo que quería hablarte hoy en la tarde —dijo luego de un breve silencio.
Sakura sintió aumentar los latidos de su corazón, sintió el piso temblar y agradeció por un momento estar sentada, porque no creía capaz de mantenerse de pie por sí misma luego de escuchar lo que creía que él iba a decir. Temía preguntar, pero más temía su respuesta, así que cerró los ojos con fuerza, tomó valor y se obligó para que salieran las palabras de su boca.
—Entonces… es… ¿verdad?
—Gaea pertenece a un clan llamado Shinozaki —comenzó a explicar, sin responder su pregunta que era lo que más le interesaba saber—. Los Shinozaki son una de las familias más fuertes de Hong Kong y de toda China. Han estado por mucho tiempo en oposición a Clow, quien siempre los superó, en todo sentido. Lo rechazaban como el mago más poderoso y siempre tuvieron la intención de declararle la guerra. Con la muerte de Clow, el clan Li tomó el lugar como uno de los clanes más poderosos, sobre todo al ser descendientes de Clow. Sakura —. Shaoran alzó la mirada hasta encontrar la suya una vez más—, mi familia no solo es poderosa en un nivel mágico, sino que también es poderosa a nivel económico. Y, como sabes, el dinero juega uno de los papeles más grandes en este mundo capitalista.
—Bueno… si —asintió con la cabeza desconcertada por la perorata que estaba recibiendo—, recuerdo lo grande que es tu casa allí, así que… siempre lo imagine...
—No sé si logras imaginar lo que eso implica. El clan más poderoso de China, es el clan Yung. Son una familia de magos muy importante que tiene el control incluso de la mafia China. Son temidos y delimitan su lugar. Mi familia incluso ha estado a su servicio, pero mientras conozcamos nuestro lugar y mostremos respeto, estaremos en paz. Por supuesto que hay otros clanes que están casi al mismo nivel que los Yung, pero digamos que eso es en un nivel supremo. En un nivel bastante más inferior se encuentra ubicada mi familia.
La seriedad con la que él le estaba hablando y la intensidad con la que la miraba, la dejaba congelada en su lugar, atenta a sus palabras y explicaciones. Una parte de ella, sin embargo, no dejaba de preguntarse a dónde iría a parar Shaoran con toda esa explicación. Su corazón exigía saber una sola cosa y toda esa explicación la estaba poniendo más nerviosa.
—Vaya…
—Sakura… ¿Recuerdas que según la filosofía taoista existe el yin y el yang, que son conceptos que se usan para referirse a la dualidad existente en todo el universo?
—Si… cuando apareció la carta La nada, Kero me explicó que Clow la había creado para balancear con magia negativa la magia de las 52 cartas Clow. Además me dijo que son dos fuerzas opuestas y complementarias que no pueden existir una sin la otra.
—Exactamente —Shaoran asintió con la cabeza y esbozó una pequeña sonrisa que desapareció tan rápido como apareció—. Así como sucede con las cartas Clow, o en tu caso, las cartas Sakura que se balancearon con la creación de la carta esperanza y con las nuevas cartas transparentes, la magia también tiene su opuesto. Como sabes existe magia pura y también la magia que podríamos llamar negra, es lo que hace que el mundo esté equilibrado también… y tal como la teoría del yin y el yang toda magia pura, o blanca, tiene algo de magia negra en su interior y viceversa. Me refiero a que la magia no es totalmente pura, no es ni absolutamente negra ni absolutamente blanca… siempre hay algo de su opuesto en su interior.
—Y… ¿qué tipo de magia sería la magia negra? —preguntó sin saber si quería oír la respuesta.
Shaoran tomó una gran bocanada de aire antes de continuar.
—Los Shinozaki son una familia que más que por su magia, tienen poder por el dinero y por sus excelentes habilidades en artes marciales —Sakura se sentía perdida. Shaoran respondía sus dudas con otras explicaciones y cosas que la mareaban y no estaba segura de estar entendiéndolo todo—. Su nivel mágico normalmente es bajo y mi clan siempre ha podido con ellos. En el último tiempo, al menos desde que yo nací, se han mantenido en silencio y sin causar problemas, pero hace poco mi madre detectó que se habían empezado a mover… Sakura, hay formas y formas de incrementar el nivel de magia…
Si Shaoran le estaba hablando de magia negra y la familia Shinosaki… Sakura no necesitó seguir atando cabos para relacionar los temas.
—¿Te refieres a… la magia negra?
—En efecto. Mi madre cree que los Shinozaki están utilizando un tipo de magia negra llamada magia de sangre.
—¿Magia de sangre? No entiendo.
—La magia de sangre es un tipo de magia que implica… rituales y sacrificios.
Rituales, sacrificios, sangre… si eso significaba lo que creía que significaba, o al menos creía conocer por películas e historias de cultos, eso debía ser realmente aberrante. Horrorizada, Sakura se llevó las manos a la boca, cubriendo un grito mudo.
—¿Sacrificios de… verdad? ¿de… personas?
Reprimiendo un gesto de dolor, Shaoran se levantó de su lugar, se acercó a Sakura y se agachó hasta estar a la altura de sus ojos. Apoyó las manos en sus rodillas y las acarició con suavidad mientras asentía de manera lenta con la cabeza.
—¡Eso es horripilante! —exclamó en un tono que había salido más agudo de lo que pretendía.
—Lo es… —coincidió sin dejar de acariciarla, en un intento de calmar los nervios que habían alterado su cuerpo—, pero, aún así, no es suficiente. Bien sabes que para poder manipular la magia, al menos se debe nacer con un mínimo de capacidad. Me refiero, no cualquiera tiene magia y los Shinozaki tienen muy pocos magos en su clan. Gaea, por ejemplo, no posee un aura mágica y no importa lo que haga, no podrá tenerla nunca.
—Pero… si ellos están en contra de tu familia y están haciendo esa magia horrible para incrementar su nivel, entonces… ¿están en peligro?
Shaoran negó con la cabeza en un intento de tranquilizarla.
—Por el momento mi madre puede con ellos.
—Pero no entiendo… ¿por qué Gaea vino a Tomoeda?
Tenía tantas preguntas en su cabeza que no sabía por cual comenzar.
—Yo debería ser el próximo líder del clan. Me corresponde por derecho legítimo y porque, después de mi madre, soy el siguiente miembro con mayor poder mágico, además...
—Espera… —interrumpió sorprendida— ¿quieres decir que tus hermanas también tienen poder mágico? —Shaoran asintió con la cabeza—. Es que yo… pensaba que ellas… no…
—Ellas son como Touya. Tienen poder mágico, pero es débil. Pueden percibir presencias, personas, pero no mucho más que eso. Es por eso que ninguna de ellas podría liderar el clan. Enviaron a Gaea, justamente, para vigilarme, para saber si estoy capacitado para ocupar ese lugar.
El corazón de Sakura volvió a latir de manera apresurada al sentir que la respuesta a su mayor preocupación estaba por llegar.
—Entonces… ¿Es verdad? En julio te… ¿Irás?
La voz se le quebró un poco al final y Sakura sintió temblar su labio inferior. Entonces vio en los ojos de Shaoran la luz del sol reflejarse y sintió cómo el color ámbar se volvía como caramelo líquido. Él dejó una de sus rodillas y acarició su mejilla con dulzura.
—Es verdad que al cumplir los dieciséis debería tomar mi lugar como líder del clan. Pero...
—¿Deberías? —frunció el ceño y lo miró confusa— ¿Qué quieres decir con deberías?
—Quiero decir que volveré a Hong Kong… pero para declinar mi puesto como líder.
Dentro del poco tiempo que había tenido para asimilar todo lo que estaba sucediendo y que Shaoran le estaba contando, a Sakura jamás se le había ocurrido que existiera una posibilidad como aquella. Sabía que su novio cumplía un rol importante en su familia, él mismo le había dicho que tenía grandes responsabilidades y que debía convertirse en el próximo líder de su familia, solo que nunca le había dicho cuándo.
—¿Qué? Pero… ¿puedes hacer eso?
—Siendo sincero… no lo se. Lo que sí sé —sin dejar de acariciarle la mejilla, acercó su rostro—, es que voy a hacer lo posible para al menos retrasarlo.
—Pero… es… tu deber.
—¿Lo ves? —Shaoran sonrió y acercó más su rostro. El movimiento de sus labios le hacía cosquillas en los suyos—. Es por eso que no te lo dije antes… tú siempre te preocupas por demás.
—Shaoran…
—Shh… —Shaoran depositó un casto beso en sus labios—, no digas más. Perdóname por haberme tardado en contártelo, pero quería estar seguro de lo que estaba sucediendo antes de hacerlo.
Sakura asintió con la cabeza incapaz de estar enojada con él cuando la miraba de esa manera, cuando le hablaba en susurros y cuando la acariciaba con esa dulzura única de él. Perdida en el color de sus ojos y en el aliento mentolado que llegaba a su boca, curiosamente Shaoran siempre olía a menta y chocolate por la cantidad de bombones que solía comer por día, siempre tenía una buena cantidad de bombones encima; Sakura rodeó el cuello de su novio con los brazos aún no muy segura de cómo debía sentirse. Una parte de ella estaba contenta porque él le había dado la esperanza de no irse, pero otra sentía culpa por ser ella, probablemente, la responsable de su decisión de declinar el liderazgo de su clan.
¡Hola a todos! Quiero agradecer a todos los que se están uniendo a esta historia. Acá les dejo un capítulo más donde contextualizo un poco más la situación de nuestros protagonistas. Espero que les haya gustado.
En cuanto al tema de Kaho, como en parte estoy respetando la historia original, me pareció la mejor solución para poder seguir con la historia. No me cae mal ni nada, pero algo tenía que hacer jajaja. Lo siento por ello!
Sin mucho más que decir, nos vemos en el próximo cap.
¡Déjenme saber sus comentarios!
