Acotaciones

- Diálogos

" "Pensamientos

&&&&& Cambio de escena

( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción

Hay conversación entre Sessh y su conciencia, lo de él está con - y la conciencia entre " "

Sus rostros se aproximaron cada vez más como dos imanes que se atraen, Lin llegó a sentir el cálido aliento de él sobre el suyo y deseó tenerlo más cerca, sus ojos se cerraron como un reflejo esperando recibir sus labios, pero no sucedió así. En un instante de cordura Sesshoumaru se giró para besar su mejilla y luego alejarse de nuevo, con los ojos dorados sobre los suyos, los dos lo quisieron, lo desearon demasiado pero las circunstancias no eran las más adecuadas. La chica hizo un además para quitarse el abrigo de él que todavía llevaba puesto, pero dos fuertes manos la detuvieron bajo la indicación de que se lo dejara hasta su casa, para evitar el frío. La muchacha sonrió y algo apenada lo hizo, a pesar de que tendría que entra a escondidas a su casa para no ser descubierta con tal prenda ajena.

Dieron media vuelta con un solo movimiento lento que terminó por separar sus caminos, pero sólo por algunas horas, que serían largas pero terminarían por dar paso a un nuevo encuentro que los dos ansiaban demasiado.

&&&&&

Sesshoumaru llegó a su departamento y siguió su rutina, algo de ejercicio, un baño, algo para cenar y luego su estudio para adelantar algo el trabajo que todavía le quedaba pendiente. Durante las primeras actividades no tuvo problemas, fue perfectamente capaz de combinar los aparatos, la ducha y la cocina con una mente distraída que sólo se concentraba en una cosa, o más bien en una persona. El problema para él surgió al tratar de leer, algunos renglones fueron suficientes para darse cuenta de que no tenía ni la más mínima idea de lo que se trataba la lectura. ¿Desde cuándo le pasaba eso a él? Ni idea, en su juicio, nunca antes le sucedió.

"¿Por qué crees que piensas tanto en ella?" –escuchó su propia voz haciéndole un cuestionamiento interno.

- No lo sé.

"Claro que lo sabes… te agrada más de lo que debiera… te gusta su forma de ser, sus ojos, sus labios… te gusta ella"

- Claro que no, es una niña.

"Una niña a la que estás cortejando, te guste o no y a la que estás engañando… una niña que va a sufrir mucho por tu culpa"

- Ella no va a sufrir… porque no me voy a involucrar con ella.

"Demasiado tarde… ya estás involucrado…si no… ¿Por qué no la dejas?

- No tengo razones… no tengo nada con ella

"¿Ah… no?" -Sesshoumaru se negó rotundamente a sí mismo a responder esa pregunta, en esos momentos no estaba preparado para hacerlo.

&&&&&

De nuevo con el ambiente destilando humedad y neblina, la chica llegó al parque al que tanto deseaba hacerlo, sólo que esta vez su vestimenta era algo más apropiada y su caminar más lento. Cruzó la última calle que la separaba de su destino t al tiempo en que lo hizo le fue posible divisar la silueta de un hombre que la esperaba sabiendo ya de qué dirección vendría.

- Konnichiwa, Oguenkidesuka? (Buenas tardes¿Cómo está? –preguntó alegre la chica, ocultando el nerviosismo que le ocasionaba el no haber casi dormido la noche anterior sólo pensando, curiosamente, en él. Además ahora estaba delante de los ojos dorados que parecían penetrar sus pensamientos, en los que sabía que no podría pasar a su lado mucho tiempo, por lo menos ese día.

- Hai guenki desu. Anata wa? (Estoy bien ¿Y tú?)

- También estoy bien, gracias…

- No traes los patines –afirmó Sesshoumaru notando de inmediato que algo era diferente en ella.

- No… es que… tengo que irme ahora… hoy me dejaron una investigación para presentar mañana… -su voz era tímida hasta triste y sus ojos castaños vagaban nerviosos en los fríos dorados.

- ¿Sobre qué es?

- La relación entre el origen el arte y el de la sociedad desde el punto de vista del bio humanismo…

- Qué clase de maestro les deja hacer algo así… -habló extrañado por la incoherencia tan grande que escuchó.

- Uno enojado… lo siento, en verdad quiero estar contigo… -al terminar sus palabras se dio cuenta de lo comprometedoras que éstas eran y no pudo hacer nada mas que callar.

- ¿Sabes en dónde buscar? –habló como si no tomara en cuenta lo dicho.

- N… no…

- Yo sé dónde puedes, ven –estiró uno de sus brazos para rodearla por los hombros, así incitándola a caminar con él.

Lin sonrió y supo que una descarga de adrenalina recorría su cuerpo mientras sólo susurraba un –Gracias.- quizás muy bajo para ser escuchado por él. Anduvieron juntos y en silencio sólo un par de cuadras hasta que un edificio de unos cinco pisos de alto se apareció delante ellos dejándole ver a la chica que eran departamentos y no una biblioteca como en un principio imaginó. Algo dudosa pensó en decir ago y negarse a entrar, sin embargo un sentimiento de confianza la hizo detenerse.

Entraron en uno de los apartamentos, el que se encontraba en lo más alto y resultó ser un sitio bastante amplio y lujoso, decorado de forma sobria y casi antigua, pero muy al estilo japonés. En la entrada ambos dejaron los zapatos y los abrigos que en el interior con calefacción no serían útiles.

- Es… precioso… -murmuró para romper el silencio que los acompañó durante todo el camino.

- Gracias. ¿Quieres algo? –preguntó él caminando ya hacia la cocina.

- Lo que tú tomes está bien, doumo arigatou (…muchas gracias.). –entonces por fin pudo tener un segundo de cordura, estaba sola con un hombre casi desconocido que ahora le serviría algo, no evitó que una sensación de nerviosismo se apoderara de su cuerpo al instante hasta llegar a hacer sus manos temblar mientras él preparaba las bebidas.

- Siéntate –habló casi como una orden que ella negó con cordialidad.

- Gracias, así estoy bien… es… un lugar lindo…

- El estudio es la primera puerta por el pasillo, te alcanzaré.

- Sí…

Lo miró dudosa y luego caminó con lentitud hacia donde le indicó él antes, su mente todavía dudaba demasiado sobre la situación en la que se encontraba y la razón le dijo más de una vez que se retirara, la única voz que le indicó confiar fue la intuición que sin razón aparente confiaba en el hombre de mirada fría. Al final ella decidió a quién escuchar, abrió con lentitud la puerta dándose paso a una habitación con el mismo decorado de la sala y el comedor, el lugar era sobrio, tres paredes estaban rodeadas de libreros de piso a techo y la restante albergaba un gran escritorio con algunos libros extendidos y una computadora personal , definitivamente era el lugar de trabajo de un investigador y escritor, tal y como él lo dijo. Recorrió el lugar con tranquilidad concentrándose en los detalles, un par de minutos después, Sesshoumaru entró con una bandeja en las manos, caminó en silencio mirando cómo ella lo veía, tierna;dulce y sencilla, como nadie más.

Dejó las cosas en un rincón del escritorio y la incitó a acercarse extendiéndole una mano, Lin sonrió aún más y lo hizo, aproximándose en silencio hasta hacer contacto sólo con las yemas de los dedos y terminar por alcanzar la charola ella misma.

- Té…

- Si siempre has vivido aquí, tiene que gustarte –explicó el hombre mientras tomaba su taza e iba a buscar lo necesario para trabajar.

- Es cierto… -ella lo imitó y pronto le dio alcance. –No sé si pueda agradecerte lo que estás haciendo…

- No tienes que hacerlo –habló indiferente una vez más, sosteniendo ahora la taza con una sola mano mientras con la otra tomaba un libro del estante y se lo entregaba a la chica, que dejó otro ejemplar que hojeaba. – "Arte, Sociedad y Biología" –leyó la pasta.

- Ahí está justo lo que necesitas. –Lin lo abrió y en muy poco tiempo encontró el título de lo que buscaba dentro del índice, tal y como lo necesitaba.

- ¿Cómo sabías?

- Edición limitada, hay muy pocos ejemplares en el mundo y sólo cinco en el Reino Unido, lo que me extraña es que tu maestro lo haya leído.

- Sí… a mi también… -dejó la taza en la bandeja- voy por mis cosas –luego salió del lugar pare regresar con una carpeta de argollas y algo para anotar, Sesshoumaru sin dudarlo le extendió una silla con ambas manos, invitándola de forma caballerosa.

La chica se sentó y empezó a hacer lo que necesitaba al tiempo en que él trabajaba en la computadora sin prestarle atención en apariencia, aunque en realidad la miraba de reojo casi todo el tiempo, contemplando cada movimiento, cada gesto y actitud de la muchacha. Así pasaron largo rato sumidos en un cómodo silencio que disfrutaron como el tiempo más valioso para conocerse, sin palabras, sólo sus espíritus se comunicaban libres de cualquier atadura. Rato después Lin cerró el libro con delicadeza y lo dejó en el sitio del que fue tomado mientras él de nuevo aparentaba no estar ni siquiera conciente de su presencia, la chica regresó hasta dónde él estaba mientras Sesshoumaru se giró en la silla para mirarla de frente.

- Muchas gracias… creo que debo irme, estás ocupado y tengo que llegar temprano a casa.

- Claro –se puso de pie la condujo hasta la entrada y desde ahí hasta el parque en un camino muy corto y algo callado pero acogedor en el que Sesshoumaru la tomó de la mano sin previo aviso, sorprendiéndola pero siendo bien recibido.

- Gracias por traerme –dijo al llegar a la última esquina de la manzana llena de árboles, generalmente ella hubiese preguntado si se verían al día siguiente, pero sabiendo que no sería posible, prefirió guardar silencio. Hasta que él no aguantó más la duda y habló.

- ¿Te veré mañana?

- Etto… ashita wa… watashi no tanyoubi…(Este… mañana es… mi cumpleaños…). Y va a haber una reunión, en mi casa, mi madre la organizó… no es nada grande… -conforme las palabras salían ella agachaba la mirada lamentándose por no poder mentir y decir otra cosa, ya que invitarlo le era imposible, no delante de sus padres.

- Entonces diviértete y te veré después –la haló de la mano un poco para depositar un suave beso en su mejilla y de inmediato retirarse.

Lin se quedó casi estática arrepintiéndose por haberle dicho eso y no explicarle bien, pero de cualquier forma¿Cómo podría explicarle bien? No creía algo fácil decirle la razón por la que lo ocultaba a sus padres. Quiso seguirlo, pero se detuvo ella misma antes de hacer algo no entendía, con ese hombre las cosas para ella eran desconocidas, la ayuda que le daba; sus deseos de estar con él; pero sobre todo. El dolor que ahora le causaba pensar que lo había molestado.

&&&&&

El sol salió empezando así lo que debía ser un día muy especial para Lin, aunque por alguna razón todavía sentía el pecho oprimido. Su familia fue la primera en felicitarla y darle algunos presentes, ella sólo sonrió e intentó evitar su preocupación.

En la universidad sus amigos le prepararon una pequeña sorpresa antes de la primera clase, ella rió y agradeció a todos de corazón por su detalle. Cualquiera podría jurar que era feliz. Antes de la segunda clase un muchacho uniformado llamó a la puerta y al recibir la orden de entrar más que él, se pudo ver un gran arreglo de flores. Era en verdad hermoso, con un toque de todos los colores conocidos y envuelto en pequeñas flores blancas. El joven lo dejó sobre el suelo y preguntó por la señorita Lin, al instante una sonrisa algo nerviosa se apoderó de la aludida mientras se ponía de pie para ir a firmar de "recibido", entonces su segundo regalo le fue entregado, una caja no muy grande pero así algo pesada que al abrirla la sorprendió demasiado.

- La casa de los espíritus… es… -murmuró mientras sus ojos se abrían como platos al conocer la identidad del remitente.

FLASHBACK

Dejó las cosas en un rincón del escritorio y la incitó a acercarse extendiéndole una mano, Lin sonrió aún más y lo hizo, aproximándose en silencio hasta hacer contacto sólo con las yemas de los dedos y terminar por alcanzar la charola ella misma.

- Té…

- Si siempre has vivido aquí, tiene que gustarte –explicó el hombre mientras tomaba su taza e iba a buscar lo necesario para trabajar.

- Es cierto… -ella lo imitó y pronto le dio alcance. Miró algunos títulos a su alrededor pero uno en especial llamó su atención "La casa de los espíritus", lo abrió y empezó a leer algunas frases sueltas –No sé si pueda agradecerte lo que estás haciendo…

- No tienes que hacerlo –habló indiferente una vez más, sosteniendo ahora la taza con una sola mano mientras con la otra tomaba un libro del estante y se lo entregaba a la chica, que dejó otro ejemplar que hojeaba. – "Arte, Sociedad y Biología" –leyó la pasta.

- Ahí está justo lo que necesitas.

FIN DEL FLASHBACK

- ¿Podemos continuar con la clase? –la sacó el maestro de sus pensamientos.

- Sí –respondió apenada pero sonriendo como pocas veces antes.

Algunos de sus amigos se acercaron a ver el presente de la caja y al darse cuenta de que se trataba de un libro no lo entendieron, pero para ella el mensaje estaba más que claro. El día pasó más rápido de lo que esperaba y al salir más de alguna persona le ofreció llevarla a su casa por el gran arreglo pero ella prefirió tomar un taxi, ahora quería más que otra cosa verlo y darle las gracias.

&&&&&

Llamó a la puerta y pronto Sesshoumaru abrió la puerta vistiendo un pantalón propio para hacer ejercicio, tenis y una playera blanca algo ajustada que dejaba ver el claro resultado del ejercicio.

- Hola… -dijo apenas con un hilillo de voz al notarlo sosteniendo alrededor de su cuello una toalla negra.

- Pensé que estarías ocupada. –respondió haciéndose un lado para dejarla entrar.

- Sí… es que… vine a darte las gracias… por las flores y el libro. –dio un par de paso sin quitarle la vista de encima mientras él cerraba la puerta.

- Me alegra que te gustaran.

- ¿Cómo supiste en dónde encontrarme?

- Nada es imposible. –habló mientras la miraba a los ojos y esbozaba una semi sonrisa.

- Estoy segura de que para ti no… -sonrió- no sé qué decirte.

- No tienes que decir nada. –se acercó con pasos algo cortos pero seguros hasta quedar a poca distancia.

- Gracias –susurró al tiempo en que iniciaba un efusivo abrazo.

Lo rodeó por el cuello alzándose sobre las puntas de sus pies, pronto se sintió invadida por la esencia que emanaba aquel hombre inexplicable, todo sus sentiros parecieron detenerse en un suave espacio lleno de paz y tranquilidad. Sesshoumaru sintió el inesperado abrazo y lo correspondió sin dudar, el pequeño cuerpo de la chica se acomodó con facilidad debajo de sus fuertes brazos y sus manos que pararon en la espalda baja de Lin. Se quedaron así por algunos momentos, conociéndose a fondo sin hablar, sólo dejando sus cuerpos tocarse y transmitirse todo lo que tenían que decir.

Por fin se separaron con lentitud y sin muchos deseos de hacerlo, sus miradas se encontraron mientras las manos de ella se quedaron fijas sobre el pecho de Sesshoumaru y él posó las suyas en la cintura de la chica. Los dos sincronizaron su pensamiento en una sola cosa aunque ninguno se decidía a hacerlo, ella sintió su corazón acelerado y la creciente dificultad para respirar, sin pensarlo humedeció sus labios viendo sólo los de él. En un instante se dio cuenta de que en su pecho podía sentir el fuerte ritmo cardiaco del hombre que la sostenía y sin dudarlo más cerró los ojos con la clara seña de que deseaba ser besada.

Sesshoumaru la vio así totalmente dispuesta a lo que él deseaba y lo hizo, terminó con la distancia que separaba sus cuerpos. Sus labios se tocaron con suavidad, un par de roces primero para reconocerse, jugaron varias veces así tocándose con suavidad casi como un juego de niños. Lin se sintió hipnotizada por los dulces labios que acariciaban los suyos con caballerosidad y delicadeza, sintió cómo él pidió la entrada de igual forma y sin tener que meditarlo, se la dio. Así profundizaron el beso probando la cavidad del otro, esta vez con un tacto más profundo y a un ritmo algo diferente, más sensual y apasionado que tierno. Lin creyó por un momento que sus piernas no la sostendrían y subió sus manos hasta los hombros de él para sostenerse y no caer, él la sintió hacer eso y las manos en su cintura la atrajeron más hacia sí mismo. Cuando al fin se separaron, con bastante renuencia los ojos de la chica permanecieron cerrados varios segundos mientras recuperaba algo el aliento perdido durante el beso, Sesshoumaru por su parte no pudo despegar sus ojos de los labios rosas que acababa de probar y que continuaba deseando.

- Debo… irme… -susurró ella rompiendo el abrazo definitivamente mientras caminaba hacia la puerta.

- Lin… -él habló seguro y casi imperativo pero con cierto temor de haberla asustado con sus actos. La chica regresó de inmediato casi corriendo sólo para abrazarlo una vez más y juntar sus labios en un apasionado beso que fue bien correspondido pero algo corto, ya que ella misma lo terminó.

- Me están esperando… -dijo riendo divertida- ¿Te veré mañana? –él pensó en decir algo más pero prefirió responder con una nueva caricia, más profunda y prolongada que las anteriores, totalmente cargada de pasión pero que murió con la razón de Sesshoumaru.

- Te están esperando.

- Te veré mañana – sonrió una vez más y luego fue hasta una mesa de la sala para tomar el teléfono, marcó algunos números y de inmediato su celular sonó sólo una vez. – Te llamaré después. –se despidió con un gesto de la mano y se marchó con el corazón desbordado de alegría y emoción.

CoNTiNuaRá...

Hello! Qué onda... primero que nada, mil gracias por su apoyo, me hacen muy feliz todos sus comentarios. Ojalá que haya quedado bien el capítulo jeje ya van llegando al grano los niños!

Bueno ps ya me voy, nos estamos viendo, se cuidan y si tienen un segundo les pido un comentario porfis... grax.