Acotaciones

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" "Pensamientos

&&&&& Cambio de escena

( ) Bueno, hay un par de frases en japonés e inmediatamente su traducción

Al llegar a casa, los invitados estaban ya esperando al igual que su familia, el taxista fue hasta el interior para dejar el pesado arreglo del que pronto tuvo que dar una explicación – Me lo dieron algunos amigos de las clases de tenis- mintió con algo de culpabilidad pero sin otra opción dadas las circunstancias. La reunión se dio tranquila y sin prisas, Lin estuvo algo distraía todo el tiempo, lo cual le costó que más de alguna amiga intentara averiguar algo, aunque al final sólo su mejor amigo consiguió algo de la verdad.

- ¿Se nota mucho que algo me sucede? –preguntó en un momento a solas con Kohaku.

- Sí, estás muy distraída…

- Es… es… -entonces clavó sus ojos castaños en los de su amigo y lo abrazó para festejar su creciente felicidad, sin saber el daño que su confesión haría al chico que guardaba algo más que una amistad en su interior.

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Sesshoumaru fue directo a su pequeño gimnasio a intentar sin éxito seguir con su rutina, ahora su pensamiento estaba fijo en ella, en el dulce contacto que tuvieron unos momentos antes y en todo lo que eso podría desencadenar. Pensó en lo difícil de la situación por sus padres, obviamente no les agradaría ver a su hija con alguien como él, sin ataduras, algunos años mayor y de quien no tenían ninguna referencia. Pero la peor idea era lo que él hacía, cómo ahora la estaba engañando. Después de darle mil vueltas al asuntó supo que lo mejor era terminarlo todo ahora que sólo comenzaba y evitarle el dolor y la gran decepción que tendría la chica al saber la verdad sobre él, pero algo se lo impidió a pesar de fuerte que era su conciencia, ahora no podía dejarla ir. Definitivamente no en esos momentos en los que sólo pensaba en probar de nuevo sus labios; en lo dulces que eran, en mirar sus ojos castaños pero sobre todo en tenerla cerca. Quizás sólo algo más de tiempo podría soportar a su molesta conciencia sólo teniendo cuidado de que Lin no se enamorara, aunque para él ya era demasiado tarde.

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Era ya tarde cuando la chica pudo subir a su habitación libre de cualquier compromiso, se dejó caer en la cama algo cansada por el ajetreo del día y lo primero que le vino a la mente fue el teléfono celular que yacía sobre su buró. Sonriendo algo nerviosa estiró una mano para alcanzarlo, buscó el número de él y no dudó en llamar. Se escucharon un par de timbrazos antes de la voz que esperaba, suficiente para hacerla conciente de que casi la media noche no era el mejor momento para usar el teléfono.

- Diga…

- Se…Sesshoumaru… soy…

- Lin –la interrumpió.

- Lo siento, no debí llamar, es algo tarde…

- No importa, espero que no tengas problemas por la hora…

- No, en lo absoluto, todos en casa están dormidos.

- Te escuchas cansada.

- Fue un día agitado, pero estoy bien –al final de la frase le fue imposible evitar un pequeño bostezo que él percibió.

- Estás cansada, te veré mañana al medio día en el parque, descansa…

- Gracias… entonces nos… veremos… gracias por todo.

- No tienes que agradecerme, sólo descansa y prepárate para mañana. –entonces él finalizó la llamada y Lin se quedó estática analizando sus últimas palabras "Que me prepare… ¿Para qué?...". Esa noche, a pesar del cansancio no le fue posible dormir demasiado y el único culpable era él.

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El reloj marcaba las 12 del día cuando ella llegó al parque, vestía ropa un poco más formal que de costumbre, puesto que no tenía idea de los planes, y estaba algo nerviosa por su próximo encuentro con él. Miró hacia todos lados esperando verlo, pero en lugar de él, divisó a su amigo, aquél que resultó herido la noche anterior.

- Kohaku… qué gusto de verte.

- Sí… ¿Te verás aquí con él?

- Sí -respondió contenta mientras daba una última mirada a su alrededor y se sentó en una de las bancas seguida de su amigo.

- Estás muy feliz, espero que sea un buen hombre y que te quiera como tú a él –habló en tono algo triste.

- Claro que sí –lo miró a los ojos- Espero que me quiera tanto como tú, gracias por ser mi mejor amigo –lo abrazó como un gesto de hermandad que lo hizo sonrojar, pero pronto tuvo que rendirse ante el suave aroma se su amiga a la cual amaba. Rompieron al fin el abrazo ambos felices, aunque al chico le quedaba cierta sensación de vacío, de haberla perdido aunque nunca fue de él.

- Es mejor que me vaya, debo ir a la escuela y él debe estar por llegar.

-¿No puedes esperar un poco? Para que lo conozcas. –el otro lo meditó unos instantes, pero todavía no estaba listo para enfrentar al sujeto en cuestión.

- Me encantaría, pero tengo una práctica importante.

- Claro… entiendo –sonrió algo decepcionada- ¿Por qué no vas a cenar hoy a casa?

- ¿No llegarás muy tarde? –preguntó él con una sonrisa melancólica.

- No –rió- en lo absoluto, te espero a la hora de la cena. –se acercó para depositar un suave beso en la mejilla del chico, él hizo lo mismo y se marchó con un nudo formándosele en la garganta.

Lin miró de nuevo buscándolo y esta vez lo encontró, algo cerca pero no demasiado. De inmediato se puso de pie y corrió hasta él, hasta abrazarlo y poder sellar sus labios un con nuevo beso, sencillo y tranquilo. Lo miró a los ojos un par de segundos más para después voltear hacia atrás buscando a su amigo que recién partió, pero no lo encontró.

- ¿A quién buscas?

- A un amigo… quería que lo conocieras pero se fue… después será.

- ¿Él lo sabe?

- Sí, es el único, confío en él. Ya verás que es como otro hermano... –sonrió- ¿Y a dónde vamos? –cambió el tema por su gran curiosidad.

- Es una sorpresa –la tomó de la mano y comenzaron a caminar hacia su departamento, en donde estaba el convertible de Sesshoumaru, ella se sorprendió algo al verlo puesto que no lo consideraba un hombre del tipo que tuviese uno, pero igual le pareció encantador.

El camino lo hicieron en una atmósfera tranquila y despreocupada, él no habló demasiado pero no era necesario dado que su compañera lo hacía lo suficiente y eso era sólo una de las cosas que lo fascinaron de ella. Llegaron al fin a un lugar algo alto que daba hacia la costa, fue un camino poco largo, pero que definitivamente valió la pena. El mirador tenía un pequeño restaurant, acogedor y privado donde les esperaba una reservación en la mesa con la avista más notable. Todos quienes los miraban parecían no entender el cuadro ante sus ojos, una chica demasiado joven y alegre acompañada de un hombre algunos años mayor y demasiado serio que la miraba de forma indiferente y casi no hablaba. Los únicos que entendían lo que pasaba ahí eran ellos, que se comunicaban de formas para la mayoría desconocidas.

Al terminar el almuerzo fueron al jardín trasero del lugar tomados de la mano, al fondo había un barandal de madera donde él se recargó y la atrajo hacia sí rodeando su cintura con ambas manos, en definitiva buscaba sus labios, los necesitaba.

Estando tan cerca de él nuevamente empezó a darse cuenta de cómo despertaba sus sentidos y de lo imposible que le era contenerse. Pasó una mano por su cuello y sin dudarlo lo besó con cierta pasión que Sesshoumaru no esperaba de la niña que tenía entre sus brazos, quizás después de todo era una mujer. La joven pronto le permitió la entrada y profundizaron el beso con una caricia osada pero sólo guiada por el instinto, él pronto notó la inexperiencia de Lin compensada en demasía con la libertad e inocencia de su espíritu sin temor a entregarse. Se besaron así un rato hasta que ella misma decidió que era momento de separarse antes de desear algo más.

- Es precioso –dijo recargándose en el barandal para mirar el horizonte mientras él la abrazaba por la espalda.

- ¿No tienes frío? –inquirió Sesshoumaru al sentir el viendo que soplaba con algo de fuerza.

- Ya no –rió por su insinuación- Todavía no lo entiendo… ¿Cómo supiste a dónde enviar la flores?

- Te lo dije, nada es imposible, sólo tuve que buscar una universidad donde dieran también clases de tenis y luego un par de contactos en el sistema…

- Eres increíble… ¿Cómo es que no tienes una pareja?

- La tengo –besó su oído sintiendo como la suave piel se erizaba debajo de sus labios, ella sonrió complacida por saber que no sólo la consideraba una aventura.

- Ashita wa nichiyoubi desu… (Mañana es domingo…) ¿Te importa si voy temprano a tu casa?

- Sabes que puedes ir siempre que quieras. –ella sonrió nuevamente y se giró para besarlo.

Regresaron apenas poco antes del anochecer y se despidieron con la promesa de encontrarse al día siguiente. Lin regresó a su hogar desde el parque y unas casas antes de llegar se topó con su amigo que la esperaba recargado en una pared y algo pensativo, lo tomó de una mano y caminaron hasta la entrada de la casa, haciendo pensar a todos en el interior que pasaron el día juntos a pesar de su negativa.

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Llamó a la puerta algo ansiosa por la hora temprana y por el pretexto de una "investigación de campo" que dio a sus padres, pero si pensaba seguir con él esa era la única forma de hacerlo. Sesshoumaru abrió la puerta vestido con ropa deportiva y ella se sorprendió.

- ¿Haces ejercicio a estas horas los domingos?

- Sí. Pasa –respondió así para no darle la explicación completa "sólo cuando no puedo dormir por esperarte". La dejó entrar y luego dejó sobre sus labios un suave beso- ¿No tuviste problemas por la hora?

- No –rió alegre-. ¿Ya desayunaste? –él negó con la cabeza- Qué bueno… ahora ve, regresa a lo que estabas haciendo y deja que me encargue de todo –Sesshoumaru hizo un gesto inexpresivo pero que denotaba alegría a quien pudiese descifrarlo, y se acercó sólo para rozar sus labios y besar con más atención su cuello antes de hacer justo lo que ella dijo.

Esa mañana fue tranquila más que otra cosa, la pasaron ahí sólo conversando y con algún beso esporádico hasta que Lin tuvo que irse para cumplir con alguna obligación familiar. Aunque no fue mucho el tiempo que pasaron juntos, pronto se convirtió en su rutina estar ahí cada domingo por la mañana.

Las tardes entre semana se les iban una parte en el parque mientras ella continuaba con su colecta él la seguía con la mirada y después iban un rato a su departamento que se convirtió en el lugar más preciado para ambos, el único en el que podían estar juntos sin preocuparse por nada en lo absoluto y vivir el tiempo juntos.

Los sábados eran el único día que les era permitido pasar juntos por completo y así desahogar un poco la necesidad que sentían de no separarse nunca. Con todo esto la chica se fue alejando algo de su familia poniendo miles de excusas que a menudo involucraban a su amigo, que aceptaba todo en su afán de saber dónde estaba ella y si su pareja la trataba tan bien como merecía.

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- Saldré un par de días para consultar en un museo. Toma –le extendió unas llaves que ella tomó.- Ven cuando quieras.

- ¿A tu departamento?... Claro que no –sonrió e intentó regresarle la entrada al lugar pero él sólo se puso de pie para alejarse un poco- No puedo tener las llaves de tu departamento…

- Ahora las tienes y es todo. –el tono algo autoritario que usaba para convencerla siempre le provocaba cierta risa además de que le brindaba seguridad sobre que era plenamente correspondida. – Es una lástima que tengas que salir en estos días… va a ser justo un mes de que nos conocimos… pero festejaremos después.

Las palabras de Lin lo dejaron pensativo y más serio de lo que su semblante frío dejaba ver, fueron un gran recordatorio del secreto que guardaba, del engaño del que la hacía presa y que odiaba más que nada, de lo mucho que se odiaba por hacerle eso. Ese pensamiento estaría más presente que nunca en esos próximos días que pasaría en un hotel en la ciudad y vería a otra mujer, Kagura, a quién hubiera preferido nunca conocer pero a diferencia de lo que siempre decía, sí había cosas imposibles.

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- A tiempo como siempre –habló la mujer de ojos rojos.

- Date prisa, quiero irme de aquí.

- Y agresivo como siempre –rió casi maléfica- sé que tienes una noviecita pero no es para que me trates así.

- ¿Me estás espiando?

- No me hagas reír, pero si te paseas a diario afuera de donde trabajo… no es posible que pase con los ojos cerrados. Pero debo decir que me sorprendiste, nunca creí que dada nuestra relación, tuvieras a alguien así… ¿Ella lo sabe?

- No –dijo cortante- Y no te metas en lo que no te importa. Terminemos con esto.

CoNTiNuaRá...

Hello! Aquí estoy nuevamente jeje ojalá que haya quedado bien. El próximo va a estar interesante jeje. ¿Cuál será el secreto de Sessh?

Muy bien, ya me voy... se cuidan mucho y si tienen un segundo les pido un review para saber cómo voy... si la historia es buena o no. Mil Gracias.